A la medianoche (priv. Kishi)

La soldado se encontraba dando golpes al aire, algo acalorada pues ya llevaba varias horas de entrenamiento personal. Estaba sola, rodeada de arboles, arbustos, insectos y una que otra ardilla que pasaba por ahí. Cualquier otra mujer probablemente hubiera ido al bosque a disfrutar de la naturaleza y disfrutar del aire fresco como si fuera una princesa de disney, pero Jana encontraba ese lugar como un buen lugar para entrenar, como siempre. Hacia diferentes tipos de ejercicios. Abdominales, lagartijas, flexiones y estiramientos. Llevaba puesta una camiseta manga corta/tirahueso, de color blanca y unos pantalones cómodos como para hacer ejercicio y llevaba sus cabellos recogidos en una cola de cabello alta. Estaba ligeramente acalorada y el clima del bosque le hizo cubrirse de sudor, pero no era algo que le molestara, pues era parte de su rutina.
Se detuvo durante un par de minutos para descansar y tomó un poco de agua que tenía en una cantimplora y se estiró para relajar sus músculos y después de tronar su cuello y sus nudillos reanudo sus ejercicios.

Su mente estaba en blanco, repetía su rutina por memoria. Levantó su mirada al cielo donde se podían ver varios colores del atardecer, naranjas claros y unos mas rojizos, en señal de que la noche llegaría en cualquier momento y esos cielos amarillentos y anaranjados cambiarían por tonalidades azules hasta llegar a un azul marino y llenarse de estrellas, mientras daba saltos flexionando sus rodillas.

Continuo ejercitándose hasta que el sol se escondió entre las montañas y bebió agua una vez más, permaneció tranquila pero se puso atenta a su alrededor pues escuchó a alguien o algo acercarse. No podía saber si eso llevaba mucho tiempo ahí pues se apartó del mundo real hasta que terminó. Se giró lentamente en dirección hacia donde provenía el sonido y espero a que algo saliera de entre los arbustos... Y así fue. Ante sus ojos apareció un pequeño y esponjoso mapache. Parecía buscar comida pues esos ojos con pelaje negro alrededor de ellos buscaban algo en el suelo. Esa nariz ligeramente húmeda olfateaba el suelo hasta llegar a un arbusto con frutos rojos. Jana se acerco al pequeño ser con cuidado para no asustarlo y se puso de rodillas a una distancia no muy lejana del mapache para observarlo. Nunca había estado tan cerca de uno antes. -Hola pequeño.-

Tempus - Base Militar / 13 de Septiembre / 21:10 hs.

El papeleo, la tarea más aburrida de todas. Me encerré en mi oficina durante más de siete horas tratando de finalizar todos los reportes pendientes, y firmar toda la documentación que se me habían solicitado. En momentos como esos deseaba que una guerra comenzara de la nada para tener que olvidarme de este trabajo tan poco emocionante y así volver al campo de batalla. Pero sabía que nada semejante sucedería, al menos por el momento. Un sonido provino del comunicador, el cual estaba cubierto de papeles, que se encontraba sobre mi escritorio. Luego de este particular sonido, utilizado para llamar la atención de la persona con la cual se querían comunicar, pude oír la dulce voz de una de mis secretarias. Erin, mi asistente durante los turnos nocturnos, pidió disculpas por la hora antes de comentar me lo que sucedía. - Los ingenieros de la sala del teletransportador están teniendo problemas con algo y me pidieron que te pregunte si podías ir a ayudarlos. - No era una guerra, ni una tarea de campo, pero al menos era una oportunidad para alejar me de aquellos documentos durante un rato. Ese tiempo podría servir para despejar un poco la mente. Sin responder al llamado de mi empleada, tomé mi abrigo color blanco, que estaba colgado en el respaldo de mi asiento, y salí de mi oficina para dirigir me a la sala de máquinas. Al abandonar la oficina del almirante tuve que pasar por el pequeño recibidor donde se encontraba Erin, quien me observaba con una gran sonrisa. - Se te nota contento, Kishi~ - Ella sabía muy bien cuanto odiaba toda la parte administrativa de mi actual rango, o solo habrá visto esa enorme sonrisa de felicidad que se dibujaba en mi rostro mientras me alejaba de la documentación.
Tal vez llevara más de tres años en la armada de Tempus, poco tiempo para alguien con mi cargo cabe aclarar, pero aún así tenía algún que otro problema en cuanto a la ubicación de ciertas salas que no solía visitar con frecuencia. Logré llegar al cuarto en el que se había solicitado mi presencia gracias a que un cruiser me mostró el camino para llegar. Ni bien di los primeros pasos dentro de la sala llena ingenieros, estos me saludaron como correspondía hasta que les di la orden de descanso. El jefe de estos hombres se acercó a mi y empezó a contar me el problema. Al parecer, debían calibrar el teletransportador ya que últimamente no estaba enviando a las personas hacia la ubicación señalada, sino que las desplazaba a un par de kilómetros a la redonda de ese punto. Un error así era inaceptable por el simple hecho de que una persona podría terminar en cualquier parte del planeta, incluso en un volcán, por poner un ejemplo de una ubicación peligrosa. - Mis conocimientos con este aparato son mínimos para ser honesto, pero me ofrezco como sujeto de pruebas. Fijemos un punto cercano y envíen me allí. ¿Qué les parece el centro de Tempus Urbanis? - Lo mejor era ir calibrando de a poco el avanzado aparato, por lo que la idea de comenzar en un lugar cercano no me pareció mala. Y al ser yo quién era al que enviaban no debía preocuparme por el bienestar de mis subordinados. Yo podía cuidarme solo. Subí a la plataforma de transporte, mientras los técnicos programaban las coordenadas de destino, y observé a mi alrededor. Cuando me sentí preparado para el viaje les di una señal y estos activaron la máquina. No sabía que palabras utilizar para describir la sensación que sentía al ser desplazado a otro lado del mapa.

Spatium - Bosque del Cosmos / 13 de Septiembre / 21:35 hs.

En un abrir y cerrar de ojos, ya no me encontraba en las instalaciones de la marina, sino en otro lugar diferente. No había nieve a mi alrededor, solo arboles, y la temperatura era demasiado elevada para cualquier zona en Tempus. Algo no andaba bien. Saqué, de uno de los bolsillos del abrigo que llevaba puesto, mi celular para hacer un llamado a la base. - Pensé que habían dicho que el error de desplazamiento de la máquina era de un par de kilómetros a la redonda desde el punto de destino... ¡¡ME ACABAN DE MANDAR A OTRO REINO!! - El jefe de los ingenieros se disculpó una incontables cantidad de veces, y agregó que podrían traerme de vuelta, pero que debía permanecer en mi lugar. Durante un par de segundos no dije nada, estaba pensando en que podría permanecer más tiempo en ese nuevo lugar, alejado del papeleo. - No se preocupen. Primero me gustaría saber donde estoy, y luego les pediré que me recojan con el Surprise. En cuanto encuentre las costas los llamaré, pero en caso de que no la encuentre les pediré que me teletransporten de regreso. - El encargado de aquella sala tecnológica dijo que estaría esperando mi llamado y que mientras tanto irían preparando mi amado submarino para cuando sea necesario.
Al revisar las coordenadas de mi posición actual se me informó que me encontraba en el Reino de Spatium, en el Bosque de Cosmos para ser más precisos. No era de mucha ayuda esa información, pero al menos ya me había ubicado en alguna parte del planeta. Agradecía no haber terminado en Chaos, debido a que el calor que hacía en ese lugar era insoportable, o al menos para mi. Sin más por hacer, comencé a caminar entre los enormes árboles de aquel desconocido bosque. Para esa hora, el sol ya se había ocultado por lo que la visibilidad era mínima y eso provocó que me chocara contra una que otra rama pequeña que se interponía en mi camino. Las estrellas que decoraban el bello cielo nocturno eran tapadas por las copas de los arboles a mi alrededor. Barro en el suelo, el cual dificultaba un poco mi caminar. - Mira el lado positivo: No es un volcán... - Trataba de mantener el buen humor de la forma que fuese pero la situación no me ayudaba en nada. Los pequeños animales que merodeaban por la zona se escondían cuando me oían acercar me a ellos. - ¿Qué fue eso? - Volteé rápidamente al sentir como algo impactaba contra mi espalda, y al llevar una mano atrás mio para saber que había sido... - ¿Barro? ... ¡¡Mi abrigo!! - De haber sabido que terminaría en un lugar como ese, jamás me hubiera subido a la plataforma con mi abrigo blanco como la nieve. A penas podía ver la silueta de lo que parecía ser una especia de mono, quien saltaba repetidas veces en el lugar. Con cada paso que yo daba, esta criatura se alejaba. Solo quería jugar, pero yo no después de lo que hizo. Traté de correr para alcanzarlo, pero era mucho más rápido que yo, además de que la superficie me quitaba velocidad. El pequeño animal se adentró en unos arbustos y no dudé en seguirlo. Las ramas cubiertas de lodo ensuciaron aún mas mi blanco atuendo, mientras que mis pantalones oscuros solo se rompieron poco a la altura de las rodillas. El mono había desaparecido frente a mis ojos. Logré salir de los arbustos y mire a todos lados en busca del animal bromista, pero al ver mi apariencia actual me olvidé de él por completo. - ¡¡Odio este lugar!! - Exclamé para desahogar me. Mis gritos de ira se detuvieron al darme cuenta de que no era el único en el bosque, al que le estaba tomando mucho odio. Una joven de largos cabellos verdes, por lo que podía notar con tan poca iluminación, se encontraba cerca de un pequeño animal de la zona. Acercarse sería la peor idea en una situación similar, por lo que hablé desde donde estaba parado. - Disculpa, ¿Podría usted ser tan amable de ayudar a un pobre hombre que se perdió? - Sonaba poco creíble, pero era la verdad y daba un poco de vergüenza admitirlo.

Se entretuvo jugando con el pequeño animalito, sonriendo con suavidad al ver al indefenso animal buscar algo de comida entre sus cosas. No llevaba mucho, solo su cantimplora con agua, una toalla pequeña, su espada y otras cositas, pero comida no. Busco algo que darle a su alrededor pero no encontró nada. El mapache la miró en la espera de algún alimento y al no recibir nada se alejó para volver a adentrarse en los arbustos y buscar su comida.
El sol ya se había ocultado, sin embargo aun había un poco de luz. Era mejor tomar sus cosas e irse, antes de que su vista fuera cegada por la oscuridad. Tomó su bolso, dio un trago a su agua y lo guardó, para luego ponérselo en su hombro cruzandolo por su pecho y así poder caminar con las manos libres pero se giró al escuchar la voz de un hombre algo escandaloso no muy lejos de ahí.

Caminó con cuidado por donde provenía la voz que maldecía el bosque. -No necesitas gritar tanto, el bosque no tiene la culpa. -Dijo en voz alta sin haber visto aun al muchacho, tampoco esperaba que le escuchara pues aun no se acercaba lo suficiente a el. Una vez cerca le miró con extrañeza ¿Que clase de ropas eran esas? Era lo menos apropiado como para ir a pasear por el bosque, pues ese lugar definitivamente era enemigo del color blanco... Seguro tardaría en quitar todas esas manchas... -Se puede ver que estas perdido.- Trató de aguantar una risita burlona para no ser descortés pero no pudo evitar esbozar una sonrisa. Había arruinado su ropa casi por completo, Jana sintió algo de lastima pues se notaba que el muchacho no había tenido el mejor día -¿Debería de creerle ? Tiene más aspecto de un espía que de un "pobre hombre".- Hizo comillas con sus dedos y permaneció inmóvil pues Jana era desconfiada. Observó con atención su abrigo y toda su persona, quizá era alguien de otro reino, pues había escuchado que en otros lados las temperaturas eran extremas. ¿De Tempus, quizá?

-Le recomiendo que se lo quite si quiere que sobreviva, de lo contrario se puede rasgar. -Señaló su abrigo con un gesto de su cabeza y dio un trago más a su cantimplora.- ¿Quien eres y que haces por aquí? - Dejó las modalidades para después. No tenía idea de quien era o que quería. Jana pensó en mil y un posibilidades; En verdad estaba perdido o la estaba siguiendo... o buscaba a alguien más y accidentalmente se topó con ella o era alguien muy extravagante que solo quería dar... un paseo... ¿Nocturno? Descartó de inmediato su ultima opción y esperó por su respuesta.