Ice Ages [Priv. Kishimura Sho]

por **Takumi Kurosawa** Lun Ago 22, 2016 10:19 pm

Un paseo por la zona de Tempus Ubanis siempre era agradable, el ambiente frío que tanto le gustaba y la nieve que solía cubrir las calles de la capital, era una lástima que tanta belleza estuviera controlada por el Lord y la marina de Tempus, no eran más que un incordio constante. Por suerte para ella, tampoco es que tuviera un cartel luminoso sobre su cabeza que dijera quién era realmente, quién había sido y por supuesto lo que había hecho, mientras no armara ningún escándalo no había porqué preocuparse de nada, podía seguir mirando tiendas tranquilamente. Eso era lo que estaba haciendo en aquellos momentos, pasearse por la zona comercial de la ciudad para echar un vistazo a lo que le gustaba y a lo que no, saber qué llevarse y qué debería volver a recoger luego, vamos algo así como un reconocimiento de mercancías. De todas formas trataría de no estar mucho tiempo dando vueltas por ahí, miraba de manera superficial y si algo le llamaba la atención se acercaba un poco pero intentaba no quedarse mucho en ningún lugar salvo que fuera a comprar algo. ¿Por qué? Porque aun si tenía el día libre no solía alejarse demasiado de su jefe, no confiaba en nadie para asegurarse de que todo iba bien y que estaba seguro, volvería lo más pronto posible y se dedicaría a leer como de costumbre pero estando atenta siempre por si sucedía cualquier imprevisto.

Pero no es que todo lo que miraba fuese solamente ropita y complementos, se asomaba a varias tiendas y restaurantes también, probar nuevos lugares nunca estaba de más y ella aún no había dado con un lugar al que poder llamar su “restaurante habitual” o algo parecido. También miraba objetos decorativos o muebles, que nunca se sabe cuando te puede hacer falta una lámpara nueva y ya que vas a comprarte una prefieres que sea la más bonita posible en vez de la típica que parece un jarrón feo. Se detuvo a comprarse un helado incluso, el vendedor debía de darles muy poca salida con el frío que constantemente hacía en ese lugar pero a Veronika le daba igual cuánto frío hiciese, cuanto más mejor y siempre se le apetecería un helado o una bebida bien fría antes que alguna caliente.

Aún podía tomarse algunos minutos para disfrutar del paisaje entre tanta tienda, había hecho una especie de planning para saber a qué lugares debía ir primero y cuales ya había visitado antes, así como el tiempo que tardaría antes de volver e iba con ventaja. Decidió sentarse mientras tomaba el helado tranquilamente, uno de esos de crema en un vasito de cartón que se tomaba con una especie de pala de plástico en miniatura. Lo que quizá no fue demasiado acertado es que para sentarse utilizase su pelo, dándole la forma de una silla, se suponía que no debía llamar la atención y es que su magia era bastante rara de ver, a decir verdad no conocía a nadie además de ella misma y sus padres que pudieran hacer uso de ella. Por otra parte sus padres habían sido y seguían siendo fieles a la marina durante muchísimos años, quizá pesaran que se trataba de algún familiar y no le molestaran, aunque en parte fuera cierto también era un riesgo pues habían quienes aún recordaban su traición y cómo mató por la espalda a sus propios compañeros.

por **Kishimura Sho** Miér Ago 24, 2016 3:03 pm

Tempus - Tempus Urbanis / 21 de Agosto / 17:05 hs.

Aún sigo recordando mis primeros días en la marina de Tempus. Estaba emocionado por poder formar parte de aquél grupo de hombres respetados quienes estaban bajo el mando de la Ministro Hellemond. A pesar de que las tareas y el entrenamiento que nos otorgaban no eran fáciles al principio, me aferraba a ese deseo de algún día poder subir de rango, un escalón a la vez, hasta llegar a la cima: El rango de almirante de la marina. Kanu Doragon era la anterior almirante, y fue ella quién me promovió a teniente de fragata tras un par de años de servicio y trabajo duro para luego darme la oportunidad de ser uno de los vicealmirantes de Tempus. Un inesperado suceso hizo que mi superior dejara su cargo, y jamás supe el motivo por el cual decidió hacer eso, recomendando me a mi para ser su reemplazo. La ministro parecía estar de acuerdo con su recomendación por lo que se me otorgó ese puesto con el que había soñado desde mi ingreso a la armada del helado reino.
Al ser el nuevo encargado de todo lo que sucedía en la marina, además de convertirme en la mano derecha de aquella persona quién dirigía nuestro bello y frío reino, imaginaba que tendría el trabajo más emocionante de todos... No podía estar más equivocado. Al ir ascendiendo tenía más responsabilidades y trabajos administrativos, eso debió haberme dado una pista de que al obtener este deseado ascenso tendría que encargarme de todo el papeleo, leyendo y firmando una incontable cantidad de documentos importantes. A medida que pasaban las horas frente al escritorio, cada papel que llegaba a mis manos era igual que el que había firmado segundos antes. En cuanto la pila de documentos disminuía tan solo un poco, mi secretaria Erin entraba en la oficina con un nuevo grupo de papeles para firmar. Cada vez que le preguntaba cuánto me faltaba para terminar el papeleo, ella me respondía con una gran sonrisa que parecía decir "el trabajo no terminará jamás".

Me encontraba en Tempus Urbanis junto a dos cruisers quienes me escoltaban durante el envió de documentos importantes para la señora Hellemond. Esto era algo que ocurría cuando ella me solicitaba los informes de la marina para estar al tanto de todo lo que sucedía. La tecnología de nuestro reino era la más avanzada de los tres que habían en todo Spirit Soul y todos los informes podrían entregarse en formato digital, pero no había nada más confiable que los documentos escritos en papel. Mis escoltas permanecieron fuera de la residencia de la ministro mientras yo entraba a esta para hacer entrega de la gran carpeta, la cual recibió la asistente de mi superior. Eso indicaba el final de todo el papeleo y el comienzo de un merecido descanso antes de volver a pasar noches sin dormir frente al escritorio de mi oficina. - Pueden regresar a la base, muchachos. Les agradezco su compañía durante esta entrega. - Los marineros se despidieron con clásico saludo militar, formalidad que todos debían seguir, aunque conmigo no era necesaria tanta formalidad mientras se me tratara con respeto.
Las bajas temperaturas que había en la zona, más la nieve que caía del cielo, hacían de la capital un hermoso lugar, aunque jamás podría compararse con mi amado Valle Chocobo, aquel pueblito donde viví gran parte de mi vida. Caminaba sin preocupaciones por las calles vistiendo ese característico abrigo mío de color blanco, con detalles en negro, admirando el bello paisaje nevado. Un grupo de personas reunidas llamó mi atención, por lo que decidí acercarme a estas para saber qué era lo que sucedía. Al parecer estaban viendo a una joven rubia, a la distancia, comer su helado sin molestar a nadie. No veía nada raro en eso, y seguía sin entender porqué la observaban tan extrañados, hasta que me percaté que era en lo que estaba sentada. Era su propio cabello el cual había tomado forma de un asiento. No era la primera vez que presenciaba ese tipo de magia, ya que un viejo integrante de la marina tenía las mismas habilidades. Solo un apellido se me cruzó por la mente en ese momento; Volkov. Convencí a los curiosos para que se alejaran para luego poder acercarme yo a la joven de largos cabellos dorados. - Por lo general, los traidores del reino tratan de no llamar la atención para que no los atrapemos. - Permanecí de pie frente a la rubia con los brazos cruzados, en espera de una respuesta. Debía cumplir mi deber y arrestarla, utilizando la fuerza de ser necesario si ella oponía resistencia alguna.

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por **Takumi Kurosawa** Miér Ago 24, 2016 4:41 pm

Se estaba tomando con calma el comerse el helado y disfrutar del paisaje nevado que tanto le gustaba, se había dado cuenta de que habían algunas personas mirándole con curiosidad pero no le dio demasiada importancia, a lo máximo aparecerían un par de soldados de los que se libraría fácilmente y luego se marcharía de vuelta. Claro, eso fue lo que ella pensó, de todas las personas del mundo quien menos esperaba que apareciera era alguien de un rango mucho más alto, alguien que además conocía y por tanto también la conocía a ella. Una voz le sacó de su ensimismamiento, elevó la mirada con calma para ver de quien se trataba y se topó de frente con aquel hombre. Le sonaba mucho su cara, pero le costaba un poco relacionarla con un nombre concreto, sabía que le había visto anteriormente, pero ¿Dónde? ¿Y cuándo? No salió corriendo ni intentó atacarle, solo le miró por algunos segundos fijamente mientras trataba de recordar de quién se trataba aquel hombre, era alguien que sin duda había visto durante su estadía en la marina, por lo que había dicho era de la armada seguro. -Esperaba que me confundieran con la imbécil de mi madre… No estoy haciendo nada malo ¿No? ¿O tomar helado se ha vuelto ilegal y no me había enterado?- Dijo calmada, no parecía tener la menor intención de moverse de aquel lugar al menos por el momento. Su cabello formando un asiento para ella aumentó de tamaño para dejar un segundo espacio a su lado, no es que hiciera falta decir para qué lo había hecho.

-Yo no tengo prisa, ¿Y usted, Kishimura?- Por fin había recordado el nombre, por supuesto que lo conocía, hacía un par de años, antes de que Veronika abandonara la marina dejando un par de cadáveres de la armada a su paso, ambos se habían cruzado en un par de ocasiones. -Se le ve bastante bien, ¿Qué tal le va en ese zoo que llaman “marina”? Si no me equivoco, la última vez que nos vimos aun era… Cruiser, ¿No es así?- No había estado muy al tanto de los sucesos en la Armada luego de su marcha, pasó cerca de un año viviendo en la calle y le costó ganarse el puesto que tenía dentro de la mafia, apenas si sabía que había un nuevo Almirante, pero ni tan siquiera sabía quién era ni le importaba mucho. -No se si sabrá algo de ellos pero tengo curiosidad, ¿Cómo están mis padres desde que me fui? ¿Cómo se lo tomaron?- Preguntó tranquilamente, se imaginaba que intentaría arrestarla por traición pero, ¿Qué prisa había? Puestos a ser atrapada prefería hacerlo menos agobiante, no había comprado el helado para tirarlo y hablar un poco con un viejo conocido no tenía nada de malo ¿No? Ya luego se preocuparía por huir o luchar si era necesario, cosa que en realidad no le apetecía en lo más mínimo.

Esperaba una respuesta por parte del hombre ya fuese a sus preguntas o a su ofrecimiento de tomar asiento en un “sillón” de cabello, en el cual estaba sentada ella con su helado y un pequeño bloc de notas donde había estado apuntando lo que iría a comprar otro día.

por **Kishimura Sho** Jue Ago 25, 2016 10:35 am

La mujer de largos cabellos, que se había ganado el título de "traidora", no pareció importarle mi presencia y actuaba calmada como si nada sucediera. Intercambiamos miradas por unos cuantos segundos, sin decir nada, en los cuales la escuchaba hablar. - Hasta donde tengo entendido, tomar helado no es ilegal y no puedo arrestarte por eso, pero sí por asesinar a miembros de la marina y huir. La traición no es algo que se acepte. Lo mejor sería que te entregues por las buenas. - Durante estas palabras podía notar como el cabello de la contraria cambiaba de forma, expandiéndose hacia un costado para crear otro lugar donde sentarse. La razón por la cual lo había hecho era obvio. Rechacé la oferta, negando con la cabeza manteniendo en mi rostro una expresión frío y seria. Prefería estar de pie antes que sentarme al lado de una persona como ella. Si ese cabello suyo podía cambiar de forma a voluntad, entonces aquel asiento podría convertirse en una trampa mortal para cualquiera que se siente a su lado. - Estás en lo correcto, antes de que decidieras traicionar a mi amada marina yo tenía el mismo rango que tú, cruiser. Y dime... ¿Qué haces en mi reino? Aquellos que están en la misma situación que tú se han marchado de Tempus, pero tu sigues aquí todavía. - En ese momento recordé que habíamos formado parte del mismo equipo durante varias misiones y que tuve suerte de no estar presente durante la agresión a los demás marineros. Durante los momentos que vivimos juntos, jamás la había visto actuar de manera rara, ni parecía ser la clase de personas que harían algo similar.

Cuando la oí preguntar por sus padres, de cómo se encontraban y como se habían tomado la noticia que yo tuve que darles, volví a cruzar miradas con ella arqueando una ceja. - ¿Realmente te importa como han estado, o simplemente buscas reírte de ellos por preocuparse por ti? - Sí que ellos eran buenas personas, fieles a la marina. Cuando ese suceso inesperado ocurrió, me dieron la orden de avisarle a los padres de Veronika lo que su hija hizo. Ambos quedaron destrozados por esto y a pesar de decirme que ya no les importaría lo que le sucediera a esa joven, yo sabía que en el fondo seguirían heridos por siempre.
Seguir charlando con una criminal podría ser algo que a la ministro no le agradara si se enteraba, pero comenzaba a tener curiosidad por averiguar qué pasó exactamente ese día y como era que aún no la habían atrapado. Cuando la conversación llegase a su fin, procedería con el arresto por lo que no debería haber problema alguno con mi decisión. - A mi me encantaría saber algo antes de contarte algo acerca de tus padres. ¿Qué te pasó exactamente y a que vino ese cambio repentino en tu forma de ser? Cuando trabajabamos juntos no eras así. - Mientras realizaba la pregunta, saqué del bolsillo de mi abrigo un paquete de cigarrillos. Coloqué uno de estos entre mis labios y luego me puse a revisar los demás bolsillos en busca del encendedor que tenía conmigo, aunque no sabía exactamente en donde. Habían pasado un par de semanas desde que volví a esa vieja costumbre mía, pero muy pocos lo sabían y tampoco era algo que deberían saber. Detrás mío se encontraba un viejo árbol, por lo que retrocedí un par de pasos para apoyar mi espalda contra este y así estar un poco más cómodo, sin dejar de observar a la traidora en caso de que decidiera hacer algo.

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por **Takumi Kurosawa** Jue Ago 25, 2016 5:54 pm

El cabello de la rubia se recogió nuevamente para formar un único asiento ante la negativa del marino ahí presente, entendía que no se quisiera sentar sabiendo que podría convertirse en una silla de pinchos por ejemplo, aun si no fuera su intención. En todo momento se mantenía tranquila y sonriente, como si no tuviera el más mínimo miedo a lo que le pudiera pasar, podía arrestarla y por traición su destino era cuanto menos desagradable pero aun con esas seguía manteniendo la tranquilidad. -Tranquilo por favor, ya habrá tiempo de arrestar y entregar, no he pagado el helado para tirarlo ahora ¿No? Además, hablar un poco no hará daño a nadie.- Mostró el helado en cuestión antes de llevarse otro poco a la boca. Daba gracias de que se trataba de alguien que conoció y con el que al menos podría hablar, cualquier otro soldado que la hubiera reconocido como “Traidora” probablemente habría tratado de arrestarla de inmediato sin dejarle apenas tiempo para terminarse el helado, además de que seguramente tampoco habría dado conversación ninguna. -¿Su reino?- Preguntó al escucharlo, conteniendo una carcajada que terminó saliendo como una leve risita que cubrió con el dorso de su mano. -¿Es que se ha convertido en Ministro o algo así? Mucho huyen del Reino, por supuesto, pero aunque odie a la Armada y a la gente, yo nací y crecí en este lugar. Además, adoro el clima del Reino, resulta de lo más agradable, ¿No lo cree así?

Elevó la mirada mientras hablaba, echando un vistazo a algunos copitos de nieve que caían suavemente, posándose junto al resto que ya estaban en el suelo y en los tejados de los edificios creando aquel paisaje blanco que tanto le gustaba, precioso. Nuevamente tuvo que contenerse la risa cuando escuchó la pregunta que le hizo el hombre frente a ella, no podía negar que le había pillado por completo, ni tampoco pretendía aparentar lo que no era, ya había pasado por eso. -Simple curiosidad, cierto es que no me importa mucho si sufren un accidente y mueren pero siempre tuve esa duda, ¿Realmente les dolió perder a su hija o les dolió más que no fuera lo que ellos querían?- Se puso algo más seria en ese momento, la relación que Veronika había tenido con sus padres siempre fue bastante tensa, alerta de todo lo que hacía con miedo de meter la pata y decepcionarles, era casi como una máquina sin opinión, obligada a obedecer todo lo que le dijesen. Estaba casi segura de que la mayor parte de la culpa de su traición fue por sus padres, siempre la presionaban demasiado y desde muy joven le quisieron obligar a ser soldado sin preguntar siquiera si ella quería o no seguir su mismo camino.

Si ya se había puesto un poco seria con el asunto de sus padres, terminó de serlo cuando escuchó las siguientes palabras de Kishimura sobre su cambio de opinión, recordar aquellos momentos siempre le ponían de mal humor aunque fuera la causa de su actual vida y estaba bastante feliz con ella. -No, no era así… aunque ya tenía mis dudas sobre la Armada y mis padres, fue otra cosa lo que me hizo “cambiar”... Es cierto, aún recuerdo cuando trabajamos juntos.- Recordaba aquellos días cuando aún pertenecía a la Armada y tenía cierta ambición de ascender, quizá a causa de la presión que recibía o quizá porque en el fondo quería mejorar y seguir avanzando, aunque hacía ya muchos años que se cuestionaba todo lo que hacía y si realmente importaba…

Inicio FlashBack: 2 años atras…

Parecía ser un día como cualquier otro, el trabajo en la Armada tenía sus días que más y sus días que menos por supuesto, aunque sus días preferidos eran cuando su grupo se cruzaba con los piratas de Kessler, en esos momentos sí que se lo pasaba bien, se divertía. Pero no se trataba de uno de esos días, ese día tendría que realizar otro trabajo diferente y le habían dicho que tendría un compañero, aunque no le habían dicho de quién se trataba así que tendría que esperar a que se reunieran para conocerlo. Tendrían un rato, eso sí, antes de marchar a su misión para hablar y conocerse un poco, un par de horas quizá pero al menos era mejor que nada e ir con un completo desconocido a una misión en la que quizá su vida dependiera de dicho compañero. Se acercaba la hora y Veronika no quería hacerle esperar, no sabía si se trataba de alguien puntual y estricto o por el contrario pasaba un poco de todo, mejor prevenir que curar así que fue al lugar un poco antes. Siguió las instrucciones al pie de la letra, debía reunirse con él en la sala común a las 15:00, por si acaso estuvo allí desde las 14:50, no había mucha gente por la hora y los pocos que habían estaban hablando juntos en una esquina por lo que no creía que se tratara de ninguno de ellos.

Un poco más apartada para no ser confundida como parte de aquel grupo, se sentó a esperar mientras jugueteaba con su cabello tranquilamente, creando flores que se iban abriendo y cerrando como si realmente fuesen flores de verdad. Si era puntual solo tendría que esperar unos diez minutos máximo, no le importaba mucho tampoco, ella era paciente y mientras no le dejaran esperando un par de horas podía entretenerse leyendo alguna cosa, incluso llevaba un libro encima por si se retrasaba demasiado y se le hacía larga la espera. -Esperemos que no me quieran colocar al novato de turno, esas cosas nunca acaban bien…- Dijo para sí mientras hacía como que olía la flor hecha de cabello, realmente olía bien, el champú que utilizaba era de flores así que quedaba, cuanto menos, apropiado para lo que estaba haciendo.

por **Kishimura Sho** Sáb Ago 27, 2016 9:09 pm

En cierto modo ella estaba en lo correcto, si su captura ya estaba asegurada entonces no habría problema con mantener la conversación un rato más. - De acuerdo, el arresto podrá esperar. Pero si alguien te llegara a reconocer, no tendré más opción que hacer lo que debí hacer desde un comienzo, ¿Sí? - A pesar de todo, sabía que esto no estaba bien. Tal vez quebrantaría el reglamento militar por mis acciones y si me descubrían hablando con una criminal podría llegar a perder mi rango en la marina. No quería que a mi tambien se me considerara como un traidor. Para mi suerte, la capital no estaba siendo vigilada por marinos antiguos ese día por lo que no reconocerían a la joven de rubios cabellos con facilidad. - Jaja, no, no lo soy. Aunque he de admitir que en su momento deseaba con ascender a ministro del reino, pero con el tiempo me di cuenta de que no podría con tanta responsabilidad. Aún así, al ser el nuevo almirante de la marina, me considero el segundo al mando de Tempus, por lo que puedo decir que este es mi reino. - Cuando dije por primera vez "mi reino" no me había dado cuenta hasta que ella hizo esa pregunta, la cual acompañó con una leve risa un tanto burlona. - Me imaginé que esa era la razón por la cual no abandonas este lugar. Y no eres la única que adora el clima helado de Tempus. - Las bajas temperaturas ya formaban parte de mi vida, cosa que en Chaos ni en Spatium se encontraban por lo que no me sentía del todo cómodo cuando viajaba a esos lugares.

La reacción de la rubia era la que había esperado, al igual que su respuesta. Realmente no le interesaba cómo estaban sus padres tras todo lo que sucedió años atrás, solo tenía curiosidad. - Les dolió mucho más perderte a comparación de que no te convirtieras en los que ellos querían. Tu padre una vez me dijo que solo te educaron de esa manera para que siguieras con la tradición familiar, servirle a la armada del reino, pero después de que te marcharas solo podía repetir que todo fue su culpa. Siempre estuvo orgulloso de su pequeña hija, a pesar de todo, y que hubiera preferido que dejaras la marina sin tener que cometer traición. Al menos eso fue lo que me dijo él. - Cuando recuperé mi cargo de almirante, luego de mi baja voluntaria de la marina, la familia de la ex-cruiser se acercó a la base militar para hablar conmigo. Al ser quién les dio la trágica noticia cuando Veronika nos abandonó a todos, y al demostrarles mi preocupación por el asunto, estos recurrían a mí cada vez que necesitaban hablar del tema. - Me rogaron para que, en caso de encontrarte, te llevara con ellos antes de ir a la cárcel. En serio quieren verte de nuevo... - Nuestros rostros reflejaban dos cosas totalmente diferentes. Mientras ella parecía seria, debido a que el tema de conversación no era de su agrado, en mi rostro podía notarse algo de preocupación. Me volví un buen amigo de la familia y sabía muy bien cómo debían sentirse ellos, además de que la joven que estaba sentada frente a mi fue compañera mía durante un tiempo.
Logré encontrar el encendedor que tanto estaba buscando para poder encender mi cigarrillo. Este estaba dentro de uno de los tantos bolsillos que tenía mi pantalón y tras utilizarlo lo devolví a su lugar. Escuché con atención sus próximas palabras, en respuesta a su repentino cambio de opinión. - Entonces, ¿Podrías contarme qué fue lo que sucedió? Necesito saber que le pasó a mi amiga. - Al terminar mi pregunta, llevé una mano hacia mi boca para tomar el cigarro y alejarlo de mis labios después de inhalar el humo de este, para terminar liberarlo de a poco. En ese momento comencé a recordar nuestro pasado juntos, cuando nos vimos por primera vez.

Flashback: 2 Años atras~

Había pasado menos de un año desde que abandoné mi hogar, tras la muerte de Silver, y decidí unirme a la marina del helado reino de Tempus. Los primeros meses fueron difíciles y desafiantes, pero también emocionantes. Aún tenía problemas con los nombres de mis superiores y cada vez que me encontraba con alguno de ellos, o con algún marino antiguo, me ponía algo nervioso, pero eso no impedía que lograra realizar todas las tareas que estos me daban. Para esa fecha, había sido citado en la sala común para poder conocer a quién sería mi compañera durante un nuevo encargo. Logré oír, por parte de unos compañeros míos, que me tocaría trabajar junto a una cruiser con antigüedad en la armada.
Llegué a la hora solicitada, ni un minuto antes ni un minuto después. Antes de entrar en la gran sala de reuniones, tomé una gran bocanada de aire y lo solté en forma de suspiro, con el objetivo de calmar mis nervios. Una vez dentro del salón observé a los presentes en busca de mi compañera, la cual parecía estar sentada lejos de un pequeño grupo de marineros. Me acerqué a la joven rubia, sin prestar mucha atención a las acciones de la contraria, para presentarme ante ella con el saludo militar, en señal de respeto por ser alguien con más experiencia que yo. - B-buenas tardes, señorita. Soy el cruiser Kishimura Sho y al parecer seremos compañeros durante esta misión. - Al finalizar el saludo, cambié a posición de descanso esperando una respuesta. Fue ahí cuando noté la extraña forma que había tomado su cabello. Abrí los ojos de par en par sin poder creer lo que veía. - Sorprendente... Jamás había visto a alguien que pudiera manipular el cabello propio de esa forma. - Comentaba asombrado, mientras tomaba asiento del otro lado de la mesa, para quedar enfrentado a ella. - Dígame, ¿quién le enseñó a realizar algo así?, ¿hace mucho usted forma parte de la armada?, ¿sabe que tarea se nos ha asignado? - Por la emoción y los nervios del momento, no me daba cuenta de que la llenaba de preguntas, sin relación alguna y sin darle tiempo a responder la anterior. Ahora que lo pienso, no habré dado la mejor primera impresión.

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por **Takumi Kurosawa** Dom Ago 28, 2016 6:01 pm

Jugueteaba con el pelo mientras iba echando un ojo al reloj y la hora que había en la pared cada minuto, no es que tuviera prisa pero tampoco tenía mucho que hacer mientras esperaba que llegase el chico que estaría con ella durante la siguiente misión, algo de curiosidad se apoderaba de ella e iba en aumento cuanto menos tiempo faltaba para la hora en cuestión. Aún quedarían un par de minutos para la hora exacta y no había prácticamente nadie salvo el grupo de antes que estaba hablando de sus cosas, no le interesaba la conversación que estaban metiendo y aunque le interesara de alguna manera, no era de las que se metían en una conversación ajena sin permiso ni se quedaría escuchando como una cotilla, no iba con ella ese comportamiento. Una voz le sacó de sus pensamientos al fin, ya era la hora indicada y no se había retrasado ni un sólo minuto, así que desvió su mirada para llevarla hasta el chico en cuestión y ver de quién se trataba su nuevo compañero, un chico de apariencia joven que le saludaba con el habitual saludo militar. Veronika se tomó la molestia de levantarse para responderle al saludo de la misma manera como también es habitual, mientras escuchaba su nombre y presentación formal, seguida de varias preguntas con respecto a ella que le causaron cierta gracia, tuvo que cubrirse la boca con el dorso de la mano para ocultar su risa. -Tranquilo hombre tranquilo, se te ve algo nervioso. Mi nombre es Veronika Volkov y también soy Cruiser, y si a ambos nos han dicho que deberemos trabajar juntos en la siguiente misión supongo que es cierto.- Dijo sonriente, pasando a sentarse de nuevo tal y como lo había estado antes de su llegada, su cabello seguía manteniendo aquellas formas tan peculiares hasta que se sentó y entonces se replegó para parecer cabello normal y corriente.

-Se trata de una técnica familiar, un tipo de magia que sólo domina mi familia o al menos que se sepa. LLevo en la armada ya unos… ¿Sesenta años? concretamente serían unos sesenta y dos creo. Y lo cierto es que aún no me han informado de qué tarea es la que tendremos que realizar juntos. ¿Alguna otra pregunta?- Trató de responder a todo lo que le había preguntado anteriormente, no podría decirlo con seguridad pero por su aspecto y el comportamiento que había visto debía de ser alguien joven pero ya con cierta experiencia, al menos no era el novato recién llegado que termina muriendo por hacerse el listo. -Dime Kishimura, ¿Cuánto tiempo llevas aquí? Y si me permites la pregunta, ¿Cuántos años tienes? No hay que fiarse de las apariencias, ya sabe…- Y ella misma era el mejor ejemplo, una mujer que bien podría aparentar los veintitantos pero que en realidad alcanzaba los casi ochenta años de vida, y era joven en comparación con otros que llegaban a tener cientos de años con una apariencia incluso más joven que la que Veronika presentaba.

Kishimura optó por sentarse en la mesa por el lado contrario, frente a ella para poder hablar, aunque lo cierto es que Veronika había pensado en ir a otro lugar una vez se hubieran reunido para no estar ahí plantados tal que un ficus cualquiera. -¿Qué tal si nos movemos? Hay tiempo y preferiría no pasarlo aquí sin hacer nada.- Preguntó, tampoco iba a anteponer su necesidad a la de su compañero, con otras personas podía ser algo fría pero con sus compañeros siempre trataba de ser lo más agradable posible.

por **Kishimura Sho** Sáb Sep 03, 2016 12:23 am

Una vez finalizada mi presentación, los nervios comenzaron a disminuir de a poco, aunque estos no desaparecieron por completo. A pesar de su antigüedad en la marina, ella respondió a mi saludo de la misma manera formal, cosa que jamás me había sucedido con los demás cruisers que llevaban más tiempo en la marina que yo. La joven rubia se presentó con el nombre de Veronika Volkov antes de volver a sentarse en su lugar, donde su cabello abandonó esa peculiar forma de una flor para parecer cabello común y corriente, sin vida propia. Mientras mi compañera respondía todas las preguntas que le había hecho segundos antes, yo tomaba asiento atento a cada una de sus palabras. - Bueno, ahora que lo dice, sí... No se ofenda, pero, ¿cómo es posible que alguien con más de sesenta años de experiencia no haya ascendido aún? - Pregunté algo avergonzado, ya que no quería que Veronika se ofendiera por mi curiosidad. Para mi buena fortuna, no parecía molesta aunque podría yo podría estar equivocado. Como era de esperarse, ella también tendría algunas dudas con respecto a mi. Comenzó devolviéndome la pregunta de cuanto tiempo llevaba en la armada, además de preguntarme mi edad. - Pues, si mal no recuerdo, ya llevo unos... ¿Seis? ¡Sí! Llevo seis meses en la marina. Como podrá ver, soy algo nuevo por aquí todavía jajaja. Y con respecto a mi edad, tengo diecinueve años. - Solté una corta carcajada antes de que ella pudiera decir o hacer algo, ya que su forma reaccionar no sería diferente a la de todos los demás que me preguntaban mi "verdadera" edad, o al menos eso pensaba en aquel momento.

- Claro, me parece buena idea. ¿Le importa si vamos a un sitio que suelo visitar antes de salir a una misión? - Acepté de manera educada a la invitación de la joven para caminar un poco por la base marítima antes de partir. Quería ir a uno de los pisos superiores del edificio militar para observar una vez más el hermoso paisaje con el que contaba nuestro reino helado. Aún nos quedaría tiempo para prepararnos. Me puse de pie, y esperé a que mi compañera hiciera lo mismo para que ambos podamos abandonar la sala común. Los amplios pasillos de la base estaban repletos de cruisers, algunos conocidos y otros que jamás había visto en mi corta estadía en la armada. Cada tanto le hacía alguna que otra pregunta a la rubia, como para no mantenernos callados. Mientras caminábamos y charlabamos, no podía dejar de pensar en como debería sentirse alguien como ella yendo a una misión con alguien nuevo como yo. Pensaba que si yo estuviera en su situación debería esforzarme el doble para que mi compañero no saliera herido, o peor. Tras un par de minutos en silencio decidí decir algo para calmar un poco más a la cruiser veterana. - Tal vez no lleve mucho tiempo en este lugar, pero, si se me permite decirlo, tengo más experiencia y entrenamiento que muchos de los reclutas y marinos antiguos aquí... ¡Ah! N-no estoy sugiriendo que sea más fuerte que usted, señorita Volkov. - Comenté algo nervioso, sin estar seguro de que sí había quedado en claro lo que quería decirle. - S-solo trataba de decir que si trabajamos juntos, como debe ser, seremos capaces de superar cualquier desafío que se nos interponga. - Nos conocíamos hacía menos de una hora, pero le confiaba mi vida a aquella persona con quién trabajaría.

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por **Takumi Kurosawa** Sáb Sep 03, 2016 11:27 am

Ambos se habían presentado correctamente por lo que ya sabían tanto su nombre como rango, eso era lo principal para poder trabajar como compañeros pero siempre era mejor si se sabía más sobre la otra persona, entendía bien la curiosidad del Cruiser sobre su tiempo en la armada y ella misma había preguntado por los mismos detalles, de esa forma sabía cómo debían de tratarse mutuamente aunque ella siempre lo haría de manera educada y correcta mientras él también lo hiciera. El chico aún parecía tener preguntas por hacer, cosa que no le disgustaba en lo más mínimo, querer saber más era algo natural y normalmente también era algo bueno si se trataba de compañeros, parecía tener algo de miedo a la reacción de la joven que, una vez más, respondió a su nerviosismo con una sonrisa cubierta por el dorso de su mano diestra. -Por supuesto que no me ofende, no tiene que preocuparse. Si aún con tantos años de experiencia no he ascendido es porque no me he sentido preparada para aceptar esa responsabilidad, es decir… ¿Sería capaz de llevar a mi propia unidad? Quizá solo le doy demasiadas vueltas, no me veo de líder o quizá tendría que experimentarlo antes de decidirme- Demasiados años siguiendo órdenes, prácticamente desde su nacimiento, no se veía capaz de ser ella quien diera las órdenes, bien podría tratarse únicamente de autosugestión pero siempre que se acercaba a un ascenso se echaba para atrás. Kishimura respondió a las preguntas que le había hecho la rubia, apenas llevaba unos seis meses en la armada y tenía diecinueve años, si que llevaba poco tiempo y era joven, en comparación con ella que llevaba una ventaja de décadas.

-Diecinueve años, vaya, pues es bastante más joven de lo que me esperaba. Me ha sorprendido.- Era irónico que dijese aquellas palabras con la tranquilidad con la que lo había dicho, casi como si dijera “qué calor hace” mientras tiembla de frío. El joven Cruiser estaba de acuerdo con moverse de la sala, pidiéndole en el momento que le acompañara a un sitio que solía visitar antes de las misiones, no veía por qué no y mientras no estuviera quieta en el mismo sitio todo el rato cualquier lugar sería bienvenido, de modo que asintió a las palabras del joven y dio un paso atrás para dejar que fuera él quien le guiase al sitio en cuestión. Como era lógico, por el camino se iban cruzando gente que conocían y gente que no, algunos que saludaban y otros que ni tan siquiera miraban, Veronika se limitaba a responder a los saludos que recibía mientras seguía a Kishimura y hablaban. Estaba un poco distraída cuando escuchó la voz de su compañero, tardó unos segundos en darse cuenta de que le estaba hablando a ella y entonces fue cuando lo escuchó bien, y de nuevo no pudo evitar reírse aunque si contuvo la carcajada para que no fuera tan escandalosa. -Tiene toda la razón del mundo, hay quien a pesar de llevar muchos años se duerme en los laureles y pierde el ánimo y la forma mientras que algunos novatos son tan entusiastas que no les cuesta superar a los que se dejan. Más fuerte que yo… pues habría que comprobarlo ¿No?-

Tanto nerviosismo le resultaba hasta adorable, pero comprendía que estuviera así, algunos miembros por ser más antiguos tendían a meterse con los novatos, hablarles mal o molestarse con facilidad de lo que dijeran, como si por llevar mas tiempo se fuera siempre mejor o algo así. Vale, la jerarquía de la armada estaba para algo, pero tampoco parecía bueno abusar de ello, había que tratar bien a los que podrían salvarte la vida en algún futuro, nunca se sabe. -Por cierto, puedes llamarme Veronika si lo prefieres.- Añadió para terminar antes de llegar al sitio del que había hablado el joven Cruiser poco antes.

por **Kishimura Sho** Miér Sep 07, 2016 11:08 am

Podía entenderla, pasar de ser alguien que únicamente recibe órdenes a tener que darlas y estar a cargo de un pequeño grupo no era nada fácil. Me parecía una respuesta lógica la de no sentirse preparado para dar ese gran salto aunque, como ella me había dicho, tal vez era necesario experimentar al menos durante una misión ser el jefe para poder decidir si era algo en lo que uno sería capaz o no. - Entiendo... A decir verdad, yo tampoco me sentiría preparado para ser el responsable de un equipo propio, aunque con el tiempo puede ser que cambie de opinión. A pesar de las responsabilidades, me encantaría algún día ascender a almirante. - Solté una leve carcajada. Tal vez esa era la meta de la mayoría en la armada, el motivo por el cuál seguían esforzándose al máximo. Yo no era la excepción, y seguramente la señorita Volkov también soñaba con algo similar.
En este mundo es raro conocer a alguien que tenga la edad que aparenta, y yo era uno de los pocos casos que conocía. Las palabras de la rubia eran las que solía oír por parte de los demás. - Sí... Por lo general, cuando digo mi edad, la gente suele decir cosas como "Eres más joven de lo que pensaba", "Pensé que, al ser mago, serías más viejo", "Me sorprende que seas tan joven", entre otras cosas similares. - ¿Era algo por lo que todos pasaban en algún momento, o solamente yo? Me hacía sentir un poco raro que me trataran como a una criatura rara solo por aparentar la edad que realmente tenía. Pensar en eso me hizo recordar la vez que le pregunté a Silver que tan viejo era, y este me respondió diciendo que no importaba mucho el número sino las experiencias vividas.

Durante la caminata por las instalaciones de la marina, la marinera veterana dio su opinión con respecto a los nuevos reclutas y cruisers con antigüedad, debido a mi comentario previo de que poseía más experiencia y entrenamientos que algunos de estos. - Eso es algo que me cuesta comprender... Las personas suelen motivarse con esas metas que, al principio, parecen imposibles de alcanzar, pero en vez de seguir motivados con el éxito que les aguarda tras su constante esfuerzo deciden realizar estas acciones sin ganas, algunos incluso abandonan todo por no creerse capaces de cumplir sus sueños. - Por mucho que me esforzara me resultaba imposible encontrar una razón válida para que alguien hiciera eso, pero en el mundo no todos pensaban igual y cada uno debía tener motivos diferentes, que los demás podrían no entender jamás. - No podría comparar mi fuerza con la suya, señorita Volkov, pero mentiría si dijera que no me emociona la idea de ver que soy capaz en un combate contra alguien como usted. - Acababa de aceptar una invitación a un duelo sin darme cuenta de que lo hacía. En mi rostro se reflejó la emoción que comenzaba a sentir por el futuro desafío contra la mujer de largos cabellos dorados. - Si no le molesta entonces la llamaré así a partir de ahora, señorita Vol... Digo, Veronika. Usted puede llamarme "Kishi" si gusta. La mayoría me llama así para acortar mi apellido, y ya me terminé acostumbrando. - Dirigí mi mirada hacia mi compañera para luego regalarle una amistosa sonrisa, segundos antes de finalizar nuestro largo recorrido por la base, llegando al gran balcón que se encontraba en uno de los pisos superiores donde uno podía observar la belleza de nuestro reino nevado.
- La tranquilidad y las heladas corrientes de viento que se sienten en este lugar logran calmar mis nervios siempre que tengo que salir a una misión. - Hablaba conmigo mismo en voz alta, sin darme cuenta de que la rubia podía escucharme. Tomé una gran bocanada de aire y, tras varios segundos, lo largué todo de manera lenta y constante, en forma de suspiro. Caminé por el balcón y apoyé mis brazos sobre el borde de este, recostando mi cabeza sobre mis extremidades. - ¿Usted también se pone nerviosa antes de salir? Digo... Pensar que, si algo sale mal, usted podría no volver a ver a sus amigos ni seres queridos. Yo no sé siento nervios y miedo... Yo ya no tengo a nadie que se preocupe por mi. El hombre que me salvó y me crió como a su propio hijo murió hace poco... - Me mantuve en silencio por unos segundos, pensando en lo que había dicho. - Lamento eso, Vero. ¡Dime! ¿Por qué te has unido a la marina en primer lugar? - Trataba de cambiar el tema de conversación para evitar ese incómodo momento.

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por **Takumi Kurosawa** Miér Sep 07, 2016 4:54 pm

Sesenta años había estado en la marina y aún no se había decidido a ascender por miedo, sonaba un poco increíble o incluso falso ¿No? ¿Quién no quiere ascender y se la pasa como Cruiser? Normalmente todos quieren ascender aun sea sin ganas, solo por cobrar más y hacer menos, porque claro, cuanto más asciendes a más gente mandas y siempre puedes mandarle a otro que lo haga, muchos pensaban así sin duda pero ella no se veía capaz y era por otras razones. La presión constante y el miedo de no estar haciendo las cosas tan bien como querían sus padres, siempre le pedían más, querían más y nunca parecían estar satisfechos, mucho tiempo había pensado en ello y aunque no estaba segura de si eso era del todo malo o no, sentía que estaba en una constante prueba en la que no podía tener ni un solo error. ¿Serían más exigentes aún si ascendía? No quería ni pensar en ello, solo imaginarlo le daba un dolor de cabeza terrible y no quería preocupar tampoco al pobre joven que en ese momento le acompañaba, le daba hasta algo de ternura. -Almirante Kishimura, pues no suena tan mal oye, si eres tan bueno como dices seguro que lo consigues con algo de esfuerzo, pero ten cuidado, cuanto más asciendes más enemigos te ganas.- Lo decía medio en broma para asustarle, pero sí que era cierto que a medida que una persona iba ganando poder el resto iban mirándole cada vez peor, en esos momentos la gente de tu alrededor se dividía en tres grupos, tres grupos que en realidad siempre han existido pero se refuerzan mucho a medida que asciendes y lo notas cada vez más. El grupo que te apoyaba y animaba por tus logros siempre, el que te odia y desprecia todo lo que hagas obtengas y el que sencillamente ni se interesa, el segundo grupo muchas veces solo está ahí sin molestar pero a medida que vas avanzando y mejorando su odio crece y termina por intentar dañarte a ti o a los tuyos. -Pues a mi me suele suceder al revés, a pesar de ser maga todos se sorprenden de que tenga ochenta años.- Comentó como respuesta a lo que había dicho él, pero en realidad lo que más le sorprendía es que en seis meses y con su edad y casi parecía que estuvieran al mismo nivel, tenía la sensación de que era más fuerte de lo que parecía y realmente pensaba que si se aplicaba podría llegar a almirante, o al menos sería muchísimo mejor que ella cuando tuviese su misma edad.

Perder su motivación, ¿Podría ser que simplemente hubiera perdido su motivación tal y como había dicho él? Después de tantos años y sin apenas intención de ascender, sin ambición, era casi como estar ahí por el simple hecho de estar, un trabajo como otro cualquiera que hay que hacer y lo hacía. -No conozco los motivos de cada uno, es posible que muchos tengan razones absurdas, simplemente se aburren de la vida o vete a saber pero también es posible que hayan personas con motivos de peso para sufrir ese cambio de actitud… Quien sabe…- En parte se refería a sí misma pero difícilmente podría asegurar en qué grupo iba ella, ¿Eran estúpidos sus motivos o era una razón comprensible y válida a ojos del resto? Suponía que para saberlo, obviamente, debería preguntarle a alguien más pero por ahora no lo haría y menos con Kishimura, no quería desanimarle ni molestarle con sus pensamientos absurdos en ese momento. Andando aun junto a él y un paso por detrás apenas alargó lentamente el cabello para deslizarlo por detrás del joven sin que se diera cuenta y entonces rodearle el cuello por sorpresa, sin hacerle daño por supuesto, solo estaba jugando. -Pero no te infravalores tampoco, a lo mejor me puedes y no lo sabes. Si te apetece, podríamos combatir a modo de entrenamiento y ver que tal, en otro momento por supuesto, solo tienes que pedirmelo.- Dijo mirándole a la cara ahora que lo tenía sujeto antes de soltarlo y que el cabello recuperara de nuevo su forma natural, replegado y sin vida como cualquier otro pelo, solo esperaba que no se hubiera tomado a mal lo de rodearle el cuello como si fuese a ahorcarle o decapitarle, podría haberlo hecho ya que otra de las capacidades de esa magia era afilar y endurecer el cabello para que sirviera como cuchilla o escudo pero no se lo haría a un compañero, ¿No? -Kishi… suena raro, como de niño… Kishimura, Shimura, Shimu… ese me gusta más. Almirante Shimu… jeje- Repitió mirando al chico por si acaso no le gustaba la idea, tampoco le iba a llamar de una manera que no le gustaba, pero le sonaba mejor, sonaba como más cariñoso y no tan infantil.

Llegaron al lugar que se suponía iban a visitar, un lugar con unas vistas muy bonitas y que era alcanzado por una brisa muy agradable típica de Tempus, fría, pero era así como más le gustaba, nunca se cansaría de ese ambiente. -Es… muy bonito y agradable desde luego. Creo que no había estado nunca aquí pero… a partir de ahora vendré a menudo segura.- Dijo echando un buen vistazo y cerrando luego los ojos para sentir mejor el aire contra ella, abriéndolos de nuevo para dirigirlos al chico cuando comenzó a hablar, sin decir nada y simplemente escuchando cada palabra que mencionaba el Cruiser. -Pues claro que a veces estoy nerviosa, quién sabe si volveré o si será mi culpa que toda la misión se vaya al traste… es normal tener algo de miedo a veces, porque nunca se sabe lo que puede suceder. Pero no pensemos en cosas tristes ¿Si? Entré a la armada por herencia familiar, mis padres han sido soldados toda su vida y me enseñaron prácticamente desde que nací.- Respondió siempre sonriente, tratando de que se le contagiara al chico después de lo que había dicho y que parecía afectarle.

por **Kishimura Sho** Miér Sep 14, 2016 11:19 am

En mi cabeza ya venía repitiendo "Almirante Kishimura", pero en cuanto Veronika lo dijo me di cuenta de no sonaba tan mal como parecía. Escuché atentamente la advertencia con respecto a que los enemigos aumentaban al igual que el rango, por lo que asentí con la cabeza. - Supongo que tienes razón. Uno irá ganando nuevos enemigos, tanto fuera de la armada como dentro de la misma. Una de las causas puede ser que uno ha alcanzado un cargo que otra persona deseaba y jamás estará conforme mientras tu sigas ocupando ese puesto. Por el momento no tengo enemigos, pero aunque pasen los años tampoco me gustaría conseguir a nadie que se gane ese título, al menos no dentro de la marina. - Soñar no costaba nada, aunque sabía muy bien que algo así era imposible que sucediera. El comentario, con respecto a su edad, de la cruiser veterana me sorprendió un poco. - Eso quiere decir que no importan la edad que tengamos nosotros los magos, las personas se van a sorprender de nuestra edad, sea la que aparentamos o no. - Me parecía algo gracioso, de hecho, por lo que terminé riendo un par de segundos. Saber que trabajaría junto a otra maga me emocionó, ya que, quitando a Silver de la lista, ella era la primera persona que era de mi misma raza. - ¿Será algo que le suceda a las demás razas, o solo es algo con los magos? - Al ser alguien que apenas hablaba mucho con las demás personas, solo en caso necesario, mucho no sabía de las demás razas que habitaban este mundo, por lo que tampoco sabía si les sucedían cosas similares.

Habiendo finalizado nuestra breve charla acerca de la motivación de cada individuo, seguíamos conversando de mi poder y de que yo no me creía lo suficientemente poderoso como para derrotarla a ella en un combate. Mientras tanto ambos seguíamos caminando en dirección al balcón con la bella vista. Yo, al ser quién sabía dónde se encontraba este lugar, iba adelante por un par de pasos y ella me seguía el ritmo. Fue entonces que lo sentí, algo rodeó rápidamente mi cuello e hizo algo de fuerza, aunque no la suficiente como para asfixiarme. Giré la cabeza para poder ver a los ojos a mi compañera, quién era la responsable de eso, gracias a su extraño poder con el cabello. - ¿No estará usted intentando comenzar un pequeño combate aquí mismo, en los pasillos de la base marítima? Tal vez parezca que la balanza está a su favor, pero me gustaría que mirase a su alrededor. - Aprovechando que nadie más, aparte de nosotros dos, se encontraba caminando por los mismos pasillos que nosotros, me tomé la libertad de congelar el suelo a nuestro alrededor para que de este comenzaran a salir armas de hielo que apuntaban en dirección a mi compañera, o rival, no sabía exactamente como llamarla en aquel momento. En mi rostro no se reflejaba seriedad, solo una leve sonrisa como si estuviera disfrutando esa pequeña broma suya. Al ver que el cabello de la contraria abandonaba mi cuello, yo comencé a desaparecer todas las armas heladas que la rodeaban. La caminata continuó, al igual que la conversación. Cuando le comenté que podría llamarme Kishi, ella buscó otro apodo ya que no parecía agradarle. - Shimu... Shimu... No suena tan mal, solo me tendré que acostumbrar a ese nuevo nombre jajaja. - Desde que entré en la armada la gente me puso el apodo de Kishi porque era una abreviación de mi apellido, aunque otros optaban por llamarme exhibicionista por mi pequeño problema con la vestimenta, o incluso "hielito" por mis habilidades con ese elemento.

Regresando al momento que llegamos al balcón con el hermoso paisaje del helado reino. La combinación entre los rayos de sol que impactaban contra mi piel y el frío viento de Tempus, hacía que mi cuerpo se relajara. Esa era la razón por la cual aquél balcón era uno de mis lugares favoritos en toda la base. Al no estar acostumbrado a interactuar con las personas mientras me encontraba allí, actuaba como siempre, pensaba en voz alta acerca de muchas cosas. ¿Cuál era mi motivación? ¿Por qué seguía luchando? ¿Por qué tenía miedo?, entre otras dudas que siempre surgían cuando estaba solo. La respuesta de la rubia era la que esperaba. No había nadie que no sintiera nervios o miedo de no volver o ser el responsable de una misión fallida. Cuando terminó de responder el motivo por el cual estaba en la marina, me di media vuelta para poder encarar a mi compañera, quién estaba allí con una bella sonrisa. - Entiendo... Una pregunta más, ¿Acaso... - No. A pesar de su sonrisa y el tono de voz, había algo que debía preguntarle, pero no podía. No podía preguntarle si era feliz estando en la armada, o no. Algo me lo impedía. - Olvidé lo que iba a preguntar. - Dije entre risas, fingiendo un poco para que no sospechara nada. Los pocos que me llegaron a conocer me consideraban algo torpe por lo que era fácil hacerlos creer que realmente me olvidaba lo que iba a hacer o decir.

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por **Takumi Kurosawa** Jue Sep 15, 2016 7:03 am

Ganar enemigos solo por cumplir tus propios sueños, sueños que ellos no se esforzaron tanto en lograr o que quizá estaba simplemente fuera de su alcance era un asco, o sea, que ganase enemigos fuera de la armada por convertirse en Almirante tenía sentido por supuesto, gente que quería destruir el gobierno o que no le gustaba la marina y punto por supuesto estarían disgustados de que hubiera un nuevo Almirante y menos si era mejor que el anterior. Pero tener nuevos enemigos incluso dentro por envidia o por simple odio era un problema no solo para el pobre que lograra el puesto antes que los demás sino también para la armada en general, porque si sus hombres se dedicaban a pelearse entre sí o a prestarle más atención al superior que odias que al trabajo que tienes que hacer, era un problema interno que dañaba todo el ejército. -Desgraciadamente es imposible agradar a todo el mundo y siempre habrá alguien a quien no le gustes y que te odie, muchas veces ni siquiera hace falta una razón para ellos, simplemente no hay compatibilidad como un impulso que te nace y te dice “ódiale”.- Respondió sobre lo que había dicho sobre que no le gustaría hacer enemigos, pero ciertamente a veces sucedía que dos personas se odiaban sin ninguna razón ni problema, sencillamente era verse y llevarse mal como si fuera algo que llevaban escrito en el ADN o algo parecido. Ante la nueva frase del Cruiser y su siguiente risa Veronika no pudo evitar reír también, pues si que tenía algo de razón en lo que había dicho y tanto si tenía más edad de la que aparentaba o tenía exactamente la misma, era una sorpresa siempre para todos. -Pues tendremos que ser una sorpresa permanente para todos los que no sean iguales que nosotros, e incluso para más de uno. Supongo que a otras razas le sucederá igual, he visto gente con miles de años y dudo que nadie se imagine con solo verle la edad que tienen.- Respondió nuevamente mientras hacía memoria, había conocido a mucha gente a lo largo de su vida y algunos eran seres inmortales de muchísimos años, con esa gente era imposible acertar nunca, incluso hasta para ella que tenía ochenta años y aparentaba poco más de veinticinco era un imposible.

Como había imaginado, el chico reaccionó divertido ante el “ataque sorpresa” de su cabello por la espalda, respondiendo de manera parecida a lo que había hecho ella pero en su caso con hielo en lugar de cabello claro, creando varias armas que apuntaban en dirección a la rubia, que por supuesto continuaba sonriendo divertida con la idea. -Por supuesto que no querido, aquí y ahora no, pero si algún día te apetece estaré encantada de ponerme a prueba contigo. Por cierto, que no te engañe por ser pelo, es bastante más peligroso de lo que puede parecer.- No tenía motivos para ocultarle qué podía hacer su cabello, al fin y al cabo eran compañeros y mientras decía eso alargó nuevamente el pelo para pasar un poco con cuidado sobre la mejilla ajena provocando un pequeño corte sin profundidad ni nada, una prueba de que aún siendo cabello podría haber hecho de guillotina antes cuando le tenía sujeto el cuello. Creó también con la mano una pequeña figura de hielo con forma de rosa, como las que había estado haciendo antes con el cabello, dejándosela al chico que ya se había hecho a la idea de que tendría que acostumbrarse a un nuevo apodo que le había puesto ella. -Pues decidido, “Almirante Shimu”- Obviamente no lo diría durante el trabajo o con más gente que podría tomárselo a mal sino como un apodo personal mientras que en esos momentos “oficiales” utilizaría su apellido completo, durante el trabajo se solía poner un poco seria y le gustaba ser eficiente, se ponía formal.

Estaba intentando dejar los temas tristes y la nostalgia a un lado, no quería hacer sentir mal al Cruiser ni tampoco incomodarle, no había pasado mucho aún desde que se conocían y le parecía inapropiado, al menos a ella le incomodaría bastante estar hablando de cosas personales tan pronto y por si acaso él opinara igual prefería no arriesgarse. Prestó atención cuando este se giró a ella para preguntarle algo más, una pregunta que al final nunca llegó porque de repente, se quedó en silencio y para cuando volvió a hablar dijo que se había olvidado y empezó a reír por ello. Claro, resultaba un poco raro que de repente se olvidara de lo que iba a preguntar y no pudo evitar pensar que a lo mejor se calló la pregunta a propósito por vergüenza o algo por el estilo, pero tampoco era algo que pudiera asegurar, bien podría haberse olvidado de verdad y no le iba a acusar sin más de algo así. -Vaya, ten cuidado de no olvidarte en medio de la batalla de lo que estás haciendo.- Comentó riendo también, era una broma claro, por la forma repentina en que se había olvidado de lo que iba a decir, no le fuese a ocurrir lo mismo en un momento difícil o algo por el estilo, aunque pensándolo bien podría tomárselo a mal si no se entendía bien la broma, pero supuso por lo que había visto de él hasta el momento que seguramente no habría problema alguno.

por **Kishimura Sho** Vie Sep 30, 2016 11:23 pm

Las palabras que la bella joven de largos cabellos rubios decía reflejaban aquellos pensamientos que se me cruzaron por la cabeza segundos antes, con respecto a no tener enemigos. - Aunque odie admitirlo, lo que usted dice es cierto. La envidia y los celos, entre otros motivos, son los causantes del odio de una persona contra otra, incluso somos capaces de odiar a alguien sin siquiera conocerlo o tener motivo alguno, justo como dijo usted. - Aquél impulso del que hablaba mi compañera era algo que jamás había sentido en la vida, al menos hasta donde podía recordar, ni tampoco sabía de nadie que me odiara a mi sin tener ninguna razón válida para hacerlo. Pero como se había dicho antes, siempre aparecerá en la vida alguien que tenga esos sentimientos negativos por uno. Abandonando ese tema de conversación, pasamos a las edades y apariencias de todos. Me imaginaba que a las demás razas, salvo a los humanos, les sucedía algo similar a lo que nos había pasado minutos antes, y cuando la rubia me comentó que había conocido gente con miles de años me sorprendí. Una cosa era tener ochenta o doscientos años y aparentar ser de treinta, pero tener más de mil años era algo que me no me esperaba de nadie. - Mil años... No sé como soportarían vivir tanto tiempo. Yo tan solo tengo diecinueve, ni siquiera me imagino lo que se sentirá llegar a los cien años jajaja. - Faltaban demasiados años para llegar a esa cantidad y no podía pensar como me vería, dónde estaría y qué tan fuerte me volvería cuando ese momento llegara.

Cualquier personas que se hiciera presente en el pasillo que recorríamos podría suponer que estaba a punto de comenzar una batalla, y este le diría a algún superior quién nos castigaría severamente por hacer uso indebido de nuestros poderes dentro de las instalaciones, además de utilizarlos para lastimar a un camarada. Ambos parecíamos estar disfrutando ese extraño y violento momento. - Si a usted le parece bien, y gusta, podríamos realizar un combate de entrenamiento cuando regresemos de nuestra misión. - No tuve tiempo a hacer comentario alguno acerca del cabello, ya que este se alargó nuevamente hasta llegar a mi mejilla realizando un ligero corte en esta. - No era necesaria la demostración. Con tan solo ver su larga cabellera dorada podía darme cuenta de que había algo particular con ella. - Comentaba mientras llevaba la mano izquierda hacia la herida hecha por mi compañera para limpiar ese hilo de sangre que comenzaba a salir de esta.
Su siguiente movimiento me dejó boquiabierto, ya que no esperaba algo similar. - Hielo... - Dije en voz baja, sorprendido. En su mano empezaba a formarse una pequeña flor hecha del mismo elemento que yo manipulaba. En mi vida solo había conocido a una persona con la capacidad de manipular el hielo, y ese era mi padre. - Debo decirle que usted es una de las pocas personas que ha logrado sorprenderme más de una vez, y en un solo día. Debería otorgarle un premio. - A modo de broma extendí ambos brazos hacia ella, como si estuviera sosteniendo un gran trofeo, y en un abrir y cerrar de ojos comencé a materializar un trofeo helado bien detallado y con el nombre de la marinera antigua. - Yo, el Almirante Shimu, hago entrega de este hermoso premio congelado a usted, la señorita Vero. Por ser la primer compañera que no abusa de su antigüedad y también por ser una maga de hielo, como yo. - Continuaba la broma, aprovechando que no había nadie a nuestro alrededor que nos pudiera ver ni oír.

Veronika no era ninguna tonta. Sabía muy bien que no me había olvidado lo que iba a preguntar, pero prefirió no hacerme frente por eso y seguirme la corriente. Tal vez mis habilidades de actuación no eran las mejores y debía mejorar eso, cosa que jamás ocurrió. - Por favor, señorita. Puede que sea algo torpe, pero durante una misión no hay lugar para problemas de memoria. Tal vez me guste bromear un poco durante el trabajo, pero jamás dejo de pensar en lo que debo hacer. - Una seria expresión se dibujó en mi rostro, aunque por dentro estaba aguantando las risas, que no duraron mucho en salir. Cuando estaba con alguien que me agradaba me era complicado tomar ese tipo de actitud, a menos que la situación lo requiriera o que ocurriese algo que provocara un cambio de humor. Los minutos pasaban y ninguno quería abandonar el escenario actual, pero el deber nos llamaba y no podíamos llegar tarde a la reunión donde nos darían las instrucciones a seguir. - Supongo que debemos ir yendo. Cuando todo esto termine podemos regresar aquí a conversar un poco más, si así gustas. - Me alejé del borde del balcón, caminando hacia la muchacha y ofreciéndole mi brazo para que lo sujetara y caminar hacia nuestro destino. - ¿Está lista para comenzar nuestra primer misión juntos, mi Lady? - Con una gran sonrisa y una risa sin igual, intentaba actuar como todo un caballero para molestarla un poco. Me gustaba hacer este tipo de bromas, aunque muy pocas personas me seguían el juego mientras que las demás me miraban raro o me llamaban inmaduro.

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por **Takumi Kurosawa** Sáb Oct 01, 2016 3:07 pm

Se encontraba sorprendentemente a gusto hablando con su nuevo compañero, no es que se llevara mal con el resto de sus compañeros pero tampoco había llegado a conectar tanto con ellos más allá del compañerismo y el trabajo en equipo, no hablaba tanto de sí misma ni bromeaba de esa manera, en general se llevaban bien y poco más. No quiso seguir haciendo mención al tema de los enemigos, no era el mejor de los temas a la hora de entablar una amistad ni nada, aunque era una verdad como un templo y estaba bien que coincidieran en su opinión al respecto, no dejaba de ser un tema un tanto oscuro para dos personas que se acaban de conocer y que tendrían que trabajar juntos. No estaba segura de si se tomaría bien que no le respondiera nada con respecto a ese tema aunque algo le decía que a él también le apetecía dejarlo de una vez, en cualquier caso si le molestaba estaba casi segura de que lo notaría de alguna manera. Regresando al tema de las edades, ella también pensaba que mil años o más era demasiado tiempo, ella tenía ochenta y ya se sentía un poco fuera de lugar, o sea, más de sesenta años siendo Cruiser y sin una meta fijada o un objetivo claro, ¿Cómo tendría que ser con quinientos años o más? ¿Sería igual o peor? -No sé cómo pueden soportarlo la verdad, tú aún eres joven pero yo ya supero tres cuartos de siglo y empieza a resultar pesado.- La verdad es que no esperaba llegar a tanto, a decir verdad no esperaba siquiera llegar a los doscientos años, demasiado tiempo eran ochenta años ya como para imaginarse otros ochenta, podría llegar a soportarlo pero no se imaginaba triplicando su línea de vida actual.

Le encantaría poder enfrentarse un día a él de manera amistosa, la verdad es que le daba un poco igual si ganaba o perdía, no quería que fuese una especie de competición o algo por el estilo a ver quién ganaba ni tampoco iban a ganar ningún premio por ello, lo único que quería era ponerle a prueba y de paso divertirse un rato. Se veía que a él también le apetecía la idea, de hecho parecía que también estaba disfrutando de ese momento de enfrentamiento amistoso semiviolento tanto como ella, esperaba con ansias el día en que se pudiera tener lugar su encuentro amistoso en la zona de entrenamientos. -Por supuesto que me gustaría, ya estoy deseando terminar y aún no empezamos.- Su nuevo compañero comentó que no era necesaria la demostración pero ella prefería hacerla antes de su enfrentamiento, su cabello podía cambiar de forma, crecer y encoger pero ¿Cómo iba a saber que el cabello se podía afilar cual espada? -Prefiero que no haya sorpresas cuando nos enfrentemos, y quizá le sorprendía ver que podía afilarla tanto.- Respondió sonriendo aunque con cierta lástima, no quería que se lo tomara a mal ni pretendía molestarlo, aunque no parecía que fuese tan grave le dolía un poco cagarla tan pronto.

No se esperaba que el Cruiser se sorprendiera tanto de que ella pudiera controlar el hielo igual que él, pero claro que ella se había criado con una familia de magos de hielo y todos ellos podían hacerlo, al igual que la magia Angra que permitía manipular el movimiento, forma y crecimiento del cabello. -¿Tan raro resulta que pueda hacer uso de la magia de hielo? Es mi elemento materno, desde pequeña puedo hacer uso de estas dos magias pero claro, la del pelo no es elemental.- No pudo evitar reír cuando vio el trofeo de hielo que había creado para dárselo así como las palabras que le dedicó, era super divertido, ¿Cómo no se iba a reír? -Pues muchísimas gracias, le dedicaré éste premio al futuro Almirante por haberme animado y por ser tan buen compañero.- Dijo entre risas, haciendo como si estuviera frente a un montón de gente y el balcón fuera una especie de escenario o algo parecido. Después de eso, asintió a las palabras del chico y se separó un poco del borde para girarse, era cierto que ya iba siendo hora de irse aunque le encantaría volver algún día ahí, y cuando vio la nueva broma del Cruiser sonrió de nuevo e hizo una especie de reverencia pequeña. -Uy qué caballero, por supuesto que estoy lista, vayamos juntos.- Dijo tomando el brazo ajeno y comenzando a andar para comenzar su misión.

Fin del FlashBack: Presente…

Veronika seguía sentada frente al Almirante con la vista fija en él, aunque en realidad estaba un poco perdida en sus pensamientos y recuerdos de antaño, ¿Quién le iba a decir que al final iba a tener razón y se acabaría convirtiendo en el Almirante de la Armada de Tempus. -Ya veo, al final sí que se acabó convirtiendo en el “Almirante Shimu” ¿Eh? Y en tan poco tiempo, es increíble.- Dijo elevando la mirada al cielo para observar cómo nevaba, no podría abandonar Tempus por más que quisiera, amaba ese lugar como ningún otro en todo el mundo, aun cuando sabía que siempre le estarían persiguiendo lo prefería a no volver a pisarlo. -Claro que lo sabías, ya te lo había dicho hace mucho…- Respondió suspirando para volverle a dirigir la mirada al almirante, sentía que aquella conversación se estaba alargando más de la cuenta.

Su expresión cambió por completo en cuanto escuchó la respuesta de Kishimura sobre sus padres, no podía creerle, era imposible que eso fuera cierto, se negaba a creer que le estaba diciendo la verdad, tenía que estarle mintiendo porque ese no era el padre que ella recordaba. Frunció el ceño y apretó los dientes, estaba enfadada, le estaba mintiendo en su cara, tenía que estarlo haciendo, de ninguna manera creería semejante patraña. -Eso es mentira, nunca mostró el más mínimo orgullo o preocupación por mi, solo se preocupaba de su prestigio y de cómo podían afectarle mis acciones a él…- Pareciera que estaban a punto de salirsele las lágrimas de la rabia, aquello que le había dicho le sentó como si le hubiera apuñalado varias veces el pecho, como si cada palabra individual fuera un cuchillo atravesándole el pecho en distintos puntos pero todos cerca del corazón.

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Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

Ice Ages [Priv. Kishimura Sho]

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016

Ataque Dados -	Defensa Dados -	Contraataque -
Ataque Total -	Defensa Total -	Ataque Recibido -
HP Actual 999 / 999	HP Perdida/Curada -	HP Restante 999 / 999


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater