Re: El inicio del nuevo dia: El nacimiento de un nuevo hogar -Libre-

por **Kougyoku Ren** Lun Oct 17, 2016 6:08 pm

Habían aparecido tantos soldados, que muchos de ellos ni conocía. Exceptuando al rubio, conocido como Owen. Pues este lo había visto una vez hace ya tanto tiempo cuando debíamos de ayudar en Valle Chocobo. Que surco los cielos volando cuando una chica me había encontrado perdida. ¿Como iba a olvidar el como me perdí como si nada ese día? Aparte de este, conocía a la chica recién llegada. Me dieron ganas de señalarle de nuevo de forma acusatorio por no olvidar lo que le hizo a Garnet. Aunque sabía perfectamente que era del gobierno también, siendo que entre el mismo sir Arno me aclaro ese día que ella no era enemiga. Obviamente yo no podía evitar mirar de reojo de vez en cuando hacia ella con cierto deje de curiosidad, pues repetía que no olvidaba lo que le hizo esta a mi ex compañera y vete a saber si esta ya lo había olvidado pero a mi aun no se me pasaba de mi cabeza. ¿Cómo iba a olvidar tal cosa? Siendo uno de los días en los cuales me sentí un tanto nerviosa. Pues nos habíamos enfrentado a un mega Colosso y ahí me tope no solo con otros soldados, sino también por primera vez con aquellos llamados revos y sus superiores. Siendo que realmente me sentía con mucho miedo de perecer en combate.

Cuando por fin llegamos a una zona, donde nos dijo sir Arno hacer un alto, enseguida me detuve. Yo no era de hacer grandes caminatas, ya que esto no era propio de mi. Así que al parar, suspire profundamente, tomando el aliento. Escuchando la recomendación que dijo de entablar conversación con los demás. Cosa que me hizo sentir nerviosa. ¿¡Lo decía en serio!? Sinceramente era demasiado difícil para mi empezar una conversación, así que imagina tratar de mantenerla o.. ¿Era al re vez? ¡Aff! ¡No sabía! Ni si quiera me había traído nada de comer, pues imaginaba que no iba a dar tiempo para tal cosa. ¿Ahora que hacia? Es lo que me preguntaba mientras miraba a mi alrededor nerviosa, tratando de que no se me notara desesperada y también tratando de disimular mi mirada que se dirigía a cada uno de los presentes. Siendo que me tomo totalmente desprevenida cuando se me acerco alguien. Parpadee un par de veces nerviosa. ¿Venía a hablar conmigo? ¡Vaya! ¡Había sido fácil! Espera... ¿Me estaba ofreciendo un... chocolate? Mis ojos se habían semi iluminados, pero trate de hacer como si nada. —¡Mu-muchas gra-gracias!— ¡Claro que me encantaba el chocolate! Es más, era una de las delicias de la comida que siempre necesitaba tener. Al darme cuenta de como reaccione, carraspee un poco y eleve una de mis manos para tapar la mitad de mi rostro con la manga del traje militar, mientras que con la otra mano tomaba el chocolate. —E-es decir...— Trate de buscar cualquier que decir exactamente para corregir lo anterior. —S-si. Me en-encanta el chocolate, gra-gracias por el detalle.— Dije tratando de no sonar tan emocionada del como lo estaba realmente.

Escuche como se presentaba después, a lo que yo me quede semi en blanco. ¿¡Se trataba de uno de los superiores!? Bien, ahora mis nervios no podían no hacer nada más que aumentar. —Y-yo so-so-soy...— Aclare mi voz disimuladamente. —Soy Kou-Kougyoku Ren. Capitana A de la Division de Tronus— Me presente de vuelta. Mirando de reojo a la contraria porque no me atrevía a mirarle directamente pero enseguida al ver sus ojos, mis ojos se desviaron hacia su hombro como si fuera lo más importante del mundo que ver. ¿Había escuchado bien? Si volvía hasta hace unos segundos, había dicho que era nueva. Así que era de suponer que la acabarían de ascender o así. ¿No? Lo peor de ahora es que no sabía que decirle, mi mente se me había bloqueado completamente después del típico saludo. Además de que me fije que tenía a un compañero peludo. ¿Cómo se llamaría? Aunque quisiera saberlo, seguramente me lo callaría hasta que algún día me atreviera a preguntarle o así. Obviamente entre tanto aproveche para comer del chocolate y tratar de no dejarme la boca manchada, porque conociéndome, era capaz de dejar toda mi cara manchada de chocolate y ni me daría cuenta de ello hasta que me viera en un reflejo o alguien se riera. Que omitiendo ahora eso, si alguien más venía con la intención de hablar junto con la ahora conocida Li y conmigo, seguramente mi reacción sería de mantener siempre la mirada gacha sin dirigir esta nunca a los ojos.

No sé cuanto tiempo paso pero lo único sabido es que sir Arno nuevamente se dirigió hacia nosotros con sus palabras. Sintiéndome de hecho con algo de importancia al menos, cosa que no siempre sentía y por ello agradecía. Pues este decía que todos eramos importantes en sí. Luego de eso, explicaba sobre lo que obviamente algunos nos preguntábamos o al menos por mi parte si que me preguntaba algo. Siendo que cuando lo aclaro, todo me había quedado por fin ahora más claro. ¿Una nueva ciudad? Bueno, realmente no estaba mal. Teníamos que hacer que Spatium siempre prosperara. Era hermoso ver que el reino en el que naciste avanzara cada día. —¡A la o-orden! ¡Por Spa-spatium!— Dije después de Li, elevando la mano para hacer un gesto militar por un instante y luego dejar que descansara. Por suerte me habí acabado el chocolate antes de tiempo, si estaba embarrada de chocolate ya no era cosa mía. También me daba algo de miedo por aquello que pudiéramos encontrar durante nuestro paso.

por **Alessa Scherzer** Miér Oct 19, 2016 4:50 pm

Asintió con cuidado observando a todos los presentes, más por el contrario, algunas dudas abordaban su mente y exactamente no sabía cuándo sería propicio para despejarlas, pero lo cierto es que estaba más que encantada de que la gran mayoría de los miembros de Spatium llegasen para emprender lo que sería, seguramente, la primera de tantas mejoras para el propio reino que servía con devoción absoluta. —Entendido ministro, sin embargo, he de suponer que sea lo que se construya en este sitio respetara a la misma naturaleza, ¿cierto?— Cuestionó la hechicera, dejando escapar un suspiro sutil, realmente calmo. —Este bosque mantiene un equilibrio ecológico bastante importante para con el reino, sería peligroso y nocivo actuar de manera impertinente— Susurró al final, observando todo a su alrededor, la misma calma que envolvía todo el predio era atrapante…magnética…única y especial. Aprovechó para sentarse sobre una gran raíz saliente, de un árbol descomunal, mientras en esos segundos de silencio sus cabellos rosáceos se mecieron atrás delicadamente. Sin lugar a dudas, el lugar le resultaba por demás de místico y atrapante.

—¿Cómo procederemos?. Supongo que lo mejor sería identificar que clases de criaturas viven en esta zona y si hay algunas peligrosas, podríamos aislarlas de las personas con las murallas que eventualmente se eleven, o quizás…con algunos hechizos. Lo cierto es que somos bastantes hoy en día, y cada uno de nosotros posee dones únicos, por lo que podremos servir al propósito de manera óptima— Admitió con calma, asintiendo, más luego solo tomando de su pequeña mochila una botellita de agua que bebió con ansias, quizás tres o cuatros sorbos. —La señorita Alba podría brindarnos su fuerza si alguno de nosotros se agota, no hay mejor doctora como ella en ninguno de los reinos y sus conocimientos sobre la salud de las personas podría orientarnos muchísimo también para crear un ambiente propicio para las personas— Esas palabras eran expresadas con naturalidad y mucha sinceridad al respecto, ya que los verdaderos motivos del alzamiento de la ciudad podían tener innumerables significados. —Mucha gente va a beneficiarse de esto y la sensación de saber que estamos haciendo algo humanitario por personas que en cierto modo, dependen de nosotros, brinda un gozo inigualable. ¿Cierto?— Ella no sabía lo que era pasar carencias, ni tampoco ese tipo de penurias…siempre había tenido una vida dichosa como noble y ciertamente solo cuando estuvo presente en el ejército pudo ver en los otros algo más…sus problemas o necesidades. Alessa no era una persona fácil de conmover, pero tras ese muro de hielo, había una mujer que algunas noches se despertaba pensando en el destino de tantas personas.

—Ministro, si me permite. Hace aproximadamente una semana, enterada parcialmente de esta reunión, me tomé el atrevimiento de contactar con la líder de los Rubinus…una chica llamada Astrid Dagmar. Como los presentes sabrán, poseen una organización neutra que protege íntegramente a los civiles…a rasgos superficiales notifique de este proyecto y aunque no sé si vengan…contar con la ayuda de ellos sería indispensable también para obtener mejores resultados— Admitió, sin saber entonces que tan bien aceptada sería la propuesta, de todas formas asumiría las posibles consecuencias de sus actos en caso que no se viera bien visto. —Somos parte del gobierno, nuestros ideales son claros, pero teniendo en cuenta que este proyecto es principalmente para personas bajo nuestra protección, consideré importante contar con la ayuda o consejos de los Rubinus—

Interaccion:

por **Akasha Leberecht** Miér Oct 19, 2016 5:40 pm

Sus orbes rojizos con matices magentas se posaron en todos los presentes, pues la Damphir se encontraba por demás de calmada y atendiendo a las cuestiones que estaban desarrollándose, ya que los presentes se notaban demasiado dispuestos a colaborar en lo que fuera a darse ahí y obviamente ella también estaba dispuesta a cumplir. Asentía por las palabras de cada uno, hasta que recurrentemente posó tal mirada intensa e interrogativa sobre el regente que encabezaba o lideraba la reunión en cuestión. —Entiendo a la perfección y estoy dispuesta a colaborar obviamente, así que cuenten conmigo para lo que necesiten. Sin embargo, he de recalcar un detalle que igualmente es importante, señor ministro. Sería conveniente detallar un estatuto del terreno donde se elevará la ciudad, la superficie total y cuanto se ocupará, de esos asuntos puedo encargarme sin problema alguno…Sobre la financiación del proyecto también, esto último no requiere muchos papeleos, mi familia ha estado a disposición del ejército de Spatium durante siglos y con usted no será la excepción, cuente con las arcas de los Leberecht—

Procedió a alejarse unos metros, quizás dos, hasta posicionarse sobre la sombra de unos árboles más tupidos, lo cierto es que la luz del día no le afectaba, pero sus ojos eran demasiado sensibles como para exponerse de ese modo, así que procuraría no forzar demasiado la vista…a fin de cuentas, Akasha era una criatura nocturna por excelencia. Su principal fuente de alimento eran los vampiros pero también gustaba de otro tipo de sangre…controlarse podía, lo hacía bastante bien, aunque ese instinto casi predador estuviera a flor de piel, no permitía que ninguno la viese en descontrol…algo que no admitía ni tampoco toleraba. —He tratado de manejar ciertos negocios desde Tempus, mi actual reino donde resido por cuestiones de fuerza mayor, pero procurare poner más de mi tiempo en otorgar ayuda para esta nueva ciudad. Solo necesitaría la suma estipulada y requerida para un emprendimiento de esta magnitud— Volvió a posar toda su atención sobre el regente, encogiéndose de hombros en lo que sacaba un delicado abanico que siempre llevaba consigo para refrescarse un poco más.

—Usted dirá entonces que es conveniente empezar a hacer, de igual modo espero por sus órdenes— Y fue todo lo que dijo, no necesitaba darle más vueltas a todo el asunto.

por **Ilaira Davish** Jue Oct 20, 2016 3:23 am

El grupo caminó por varias horas entre la maleza y demás cosas que a Janise (y sobre todo a ella) le eran irritantes, pues incluso el calor había obligado a la hermana mayor a quitarse la chaqueta de su uniforme y atarla a su cintura de manera cómoda “¿Crees que esto dure mucho?” Se quejó la menor, aunque ella ni siquiera estaba caminando, Ilaira simplemente suspiró mientras que giraba los ojos, pues aquel comportamiento era típico de su hermana menor, “Te juro que a veces no sé por qué no te grito que te calles” pensó la albina de ojos azules para la menor, quien simplemente dio un respingo y se tranquilizó, pues sabía que Ilaira tenía la razón, aunque también la mayor sabía que solo lo hacía para aminorar la pesadez del viaje y más por todo el sepulcral silencio de los miembros de Spatium que si bien no todos callaban, la mayor parte del sonido eran solo pasos por el fango.

El ministro ordenó parar a descansar en un claro y fortalecer relaciones, pero para las hermanas aquello era algo que les costaba sin duda hacer, dependían tanto una de la otra, Pero entonces hasta sus oídos llegaron varias palabras que el prendieron la chista a la albina de ojos rojos, pues para ella casi no era problema el socializar, pero para su hermana no era de ese modo. “Ila… este es buen momento para que conozcas personas ¿no lo crees?” le dijo Janise a su hermana mayor casi con tono tierno, que no mostraba muchas veces sin duda, Ilaira movió la cabeza en negativa, estaba mostrando su faceta tímida, pero Janise se salió con la suya, pues cambió de cuerpo con su hermana en un dos por tres y avanzó hasta acercarse a las dos mujeres, una vez que estuvo ahí cambió de cuerpo nuevamente con su hermana, antes de que la otra pudiera hacer o decir algo.

Y en ese instante se encontró frente a las dos chicas, sin saber que hacer o decir “Pero mira nada más, no lo había notado ¿Esa no es la capitana Li?” preguntó, mientras que la otra comenzaba a sudar frio por los nervios de presentarse, aunque con Li ya no era necesario aquello —Capitana Li, es bueno volver a verla— dijo en alto a la capitana sin esbozar ninguna sonrisa, simplemente haciendo un gesto de respeto con la cabeza, inclinándola —Siento entrometerme, es que he escuchado sus presentaciones y, bueno…— dijo de manera casi tímida, dirigiéndose a las dos —Un gusto conocerla Capitana de división, mi nombre es Ilaira Davish, soldado de brigada B— le dijo, haciendo otro saludo a la pelirosa, Ialira estaba rígida, no sabía ni que cara poner ni que decir “Oye, no lo haces tan mal” se burló Janise por dentro, era evidente que le gustaba ver a su hermana pasar por aquel tipo de situaciones, pero Ilaira no hizo caso, simplemente espero a que las dos dijeran algo por su parte, aunque para entonces el ministro acaparó su atención.

Los planes de la misión se revelaron finalmente e Ila por supuesto tenía un, pero para todo aquello, aunque escuchando las propuestas de las mujeres allí presentes las dudas fueron aclarándose un poco, aunque le seguía pareciendo injusto perturbar el hábitat de dichas criaturas “¿Qué crees que sea lo correcto, Janise?” preguntó a su hermana después de escuchar a la capitana y a Ren dar su apoyo y de observar la hoja que se le fue dada “No lo sé, tu eres la cabeza central Ila…” dijo la otra encogiéndose de hombros, y tenía razón, pues no importaba mucho si apoyaban o no, puesto que como soldados de Spatium, no podían negarse a esa orden directa, pues ellas lo veían así, más que una petición de participación, era una orden.

Ilaira suspiró entonces —¡Por Spatium!— dijo después de unos segundos, afirmando de igual manera su apoyo.

Interacción:

por **Blasius Taegan** Sáb Oct 22, 2016 10:39 pm

Blasius terminó por ir hasta el final del grupo viendo todas las acciones de todos y caminando más despacio por si algo pasaba frente a ellos y el misnitro no se daba cuenta, cosa que dudaba ya que por algo era el ministro, por algo tenía la posición que tenía. Y en cuanto llegaron al claro aquel y se les ordenó descanzar, el capitán de justicia simplemente sacó de su bolsillo un cigarro, se lo puso en la boca y con un encendedor, quemó la punta y caló al mismo tiempo de este para después soltar la primera bocanada de aquella porquería que te quemaba los pulmones con cada calada que fumaba. Para él era una costumbre hacer aquello y más en tal situación puesto que oficialmente no le interesaba conocer a nadie en realidad, dio un pequeño suspiro, otra calada y simplemente se apoyó en uno de los árboles, algo alejado del grupo.

Vio como llegaban los nuevos integrantes, bueno, seguramente había sido muy fácil encontrarlos puesto que todo el desastre que habían dejado a su paso les delataba perfectamente, una mala estrategia si estuvieran en territorios enemigos, pero aquel no era el caso. La mayoría mujeres y además de alto rango, aunque todo aquello le daba mala espina, ya que no sabían que era lo que el ministro pretendía hacer, y para cuando Blasius dio la utima calada de su tercer cigarro y lo pisó, el semidragón comenzó a hablar de nuevo; Blasius se puso atento entonces.

"Así que ese es el plan" pensó el capitán de justicia casi emocionado, pues le alteraba la idea de descubrir nuevos lugares en el reino, pero al mismo tiempo sentía pena por los animales y plantas que serían exterminados en aquella misión, eso por una parte y por la otra, al mismo tiempo le daba bastante igual aquello, pues la naturaleza de todos los seres "pobladores mutantes" (por así decirlo) en Spirit Soul estaban hechos para depredar y eran muy pocos los que le daban algo a cambio a la naturaleza.
Blasius tomó la hoja que se le fue entregada y escuchó los gritos de dos mujeres que aceptaban las ordenes del ministro después de unos segundos de haber terminado de hablar incluso las mujeres que proponían muy buenas cosas con respecto a la construcción y al financiamiento. El por suparte se consideraba un matón que fuera a donde fuera, ayudaría en la parte militar, acatando la orden que se le diera sin rechistar, se acercó entonces por primera vez al ministro y a las mujeres que están cerca —Ministro, si es lo que Spatium desea, entonces yo, General de Justicia, Blasius Taegan, lo apoyaré en sus planes — dijo simplemente lo suficientemente alto para que lo escuchara, con un tono propio y una mirada fuerte.

por **Astrid Dagmar** Mar Oct 25, 2016 1:30 am

Crear una nueva ciudad para los que habían perdido su hogar a consecuencia de la guerra sonaba a una especie de medida de seguridad tan altruista que rozaba lo utópico, pero estar al corriente de un proyecto de ese calibre y además saber que iba a llevarse a cabo le daba esperanzas a la sub-líder Rubinus para creer que aún dentro de cada bando había aún cierta humanidad. A pesar de la crueldad del ya eterno enfrentamiento entre facciones, aún existía preocupación por aquellos que no podían defenderse y que terminaban perdiéndolo todo de forma injusta, simplemente por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. La noticia le llegó de boca de una de los Capitanes Generales del ejército de Spatium, Alessa Scherzer, quien había contactado con ella con el fin de que aquella pequeña organización civil pudiera colaborar con ellos en pos de aquella noble causa.

Astrid no le dio una respuesta definitiva. Más bien, decidió hablarlo primero con el líder, Akki. Sabía que no se negaría y que incluso era posible que estuviese totalmente de acuerdo con la idea, de forma que se lo comentó sin rodeos en cuanto volvió a verle tras saber las noticias del proyecto. Lo siguiente que hicieron fue ponerse en contacto con el resto de miembros, estuviesen donde estuviesen, mediante cartas, llamadas o algún que otro encuentro personal. La mujer pensaba que aquella oportunidad le otorgaría a los Rubinus Vigilis una buena forma de ser reconocidos por sus labores, solo que ya a un nivel más amplio. Si bien no estaba a favor de decantarse por ninguno de los bandos (cosa que no haría, pese a querer unirse a la expedición), el hecho de que fueran solicitados por un ejército implicaba que podrían llegar más lejos con su objetivo.

La reunión de los Rubinus asistentes a la expedición convocada por el ministro Mireault se dio lugar en la sede principal de la organización, en Spatium Urbanis. Una vez estuvieron todos juntos, la mujer miró a cada uno de los que habían confirmado su participación, justo después de observar de reojo a Akki, como si le pidiese permiso para comenzar a hablar. —Bien, muchachos. Desde que se inauguró esta organización, esta es la primera vez que se nos pide ayuda desde un organismo oficial.—Mantenía los brazos cruzados, pero su tono de voz no era autoritario en absoluto. Después de todo, en ese preciso instante no iba a ponerse a dar órdenes. —Como os dije a cada uno, el ejército de Spatium nos necesita para colaborar con ellos. Fundarán una ciudad que acogerá a los afectados por la guerra que han perdido su hogar, de forma que consideraron que podríamos ayudarles dada nuestra experiencia en ese campo.—Lamentablemente, se necesitaría o una ciudad muy grande, o un par de localidades como la que iban a crear para juntar a todos los desamparados de la nación. —Nunca he dudado de que alguno de vosotros no se haya tomado en serio su vocación como Rubinus Vigilis, principalmente porque este trabajo es meramente voluntario, independientemente del sueldo que recibimos. Pero debo aclarar que, ya que se nos está reconociendo a una escala mayor a la que estamos acostumbrados, debemos centrarnos en hacer nuestra labor lo mejor que podamos. Si se corre la voz gracias a lo que logremos en esta expedición, quizás podamos conseguir que más gente se una a nuestra causa en un futuro.—Fijó la vista en Iris, puesto que ella había llegado a los Rubinus casi del mismo modo que ella, o eso pensaba. —Esto que os voy a decir a continuación lo diré como una aclaración que quiero que tengáis de aquí a futuro. Independientemente del bando que nos requiera, siendo en este caso el reino de Spatium, os pido que guardéis vuestras opiniones al respecto, tal y como siempre hemos hecho. Trabajar con militares no nos hará decantarnos por una facción u otra: nos han pedido nuestra ayuda precisamente por algo que no tiene nada que ver ni con su ideología ni con la de los opositores, si no con la nuestra. Dejad los prejuicios a un lado.—No sabía si la muchacha guardaría aún rencor por los miembros del gobierno o no dado su pasado revolucionario, ni sabía cuál sería la opinión de Jun o de Abadon, pero prefería aclarar las cosas antes de ponerse en marcha.

Acordaron reunirse poco después tras haber preparado lo necesario para el viaje. Partieron casi de inmediato, aunque el viaje se les iba a hacer más largo que de costumbre debido a que no podían montar en el dragón de Akki, ya que sólo podía llevar a tres encima. Astrid, por su parte, se negaba a que fueran por separado, aunque tampoco habría sido una mala opción. Tardaron varias horas en llegar al lugar, justo cuando hacía un calor de mil demonios, aunque la Rubinus trató de que no se notara su malestar con el mismo. —Bien, ya estamos cerca. No serán difíciles de avistar.—Y en efecto, así era. No era muy complicado darse cuenta del enorme pelotón de militares que se reunía en un claro del bosque. Les indicó con una mano que continuaran avanzando un poco más hasta situarse a una distancia prudente del ministro, aunque luego tuvieran que colocarse en otro lado. Hizo una pequeña reverencia ante él antes de presentarse a ella misma y al grupo. —Señor Ministro,—elevó la cabeza tras pronunciar esas palabras, mirándole a los ojos, pero sin abandonar su actitud respetuosa. —Astrid Dagmar, sub-líder de los Rubinus Vigilis, a su servicio. Le estamos sumamente agradecidos por habernos tomado en consideración para esta noble tarea. Le prometo que haremos lo posible para ayudarles en todo lo que requieran en este proyecto.—Miró de reojo a Scherzer, sin estar muy segura de si aquella invitación había sido ocurrencia de ella nada más o si había sido el propio ministro quien había solicitado la presencia de la pequeña organización. Probablemente se acercaría más tarde a ella, independientemente de cuál fuera el caso.

Interacción:

por **Kisra Wei** Miér Oct 26, 2016 5:08 am

—Kisra, debes leer esto...— la llamó su superior en cuanto entró por la puerta del cuartel de la brigada —La capitana ya se ha ido, así que tendrás que alcanzarla...— le dijo entonces mientras que le tendía un sobre ya abierto, la joven lo tomó, sacó el contenido y leyó de qué se trataba, era una carta enviada por el mismísimo ministro de Spatium donde convocaba a todos los guerreros a una misión grupal. "Pero, acabo de regresar", pensó con cara de cansancio que sin duda notó el hombre frente a ella y enseguida le dio dos palmaditas en el hombro —Vamos animate, he oído que tu madre también está en esa misión— le comentó mientras que le giñaba un ojo pícaramente, lo cual la hizo sonreír y darle un golpe en el hombro al hombre —Ya me lo imaginaba, ¿no tengo otro remedio?— le dijo con un tono que estaba lleno de flojera, este simplemente movió la cabeza de lado a lado en negativa con una sonrisa en la cara, Kisra terminó por suspirar y darle la carta al superior, hizo simplemente un gesto de adios con la mano y se dio la media vuelta para salir por donde mismo había entrado, su superior solo hizo la seña tradicional de la brigada para despedirla.

En cuanto estuvo en la salida del cuartel se transformó en el dragón que dormía en su interior, armonioso, bello, con un color azul tan claro como el agua de los océanos y una alas tan largas que parecía que podía agarrar cualquier cosa a pesar de su tamaño.
En cuanto levantó vuelo en su lugar una ráfaga de aire azotó contra el piso y el cuerpo dragonesco de Kisra se suspendió hasta elevarse entre las nubes; en el trayecto pensó en el ministro, no lo conocía, solo había escuchado rumores sobre él, solo lo había visto en pancartas y en propaganda, además de que apenas veía a su madre y casi nunca por no decir que jamás le hablaba de el, Kisra pensó entonces que tal vez era por que no había necesidad de ello.
También se preguntó sobre la misión ya que en aquel papel no decía nada sobre lo que se pretendía hacer, solo era una convocatoria al lugar en el que se llevaría a cabo. "Dios que desastre" pensó con pena al ver el lugar lleno de arboles cortados, habían dejado el rastro bien claro de por donde habían pasado.

Kisra no se limitó entonces a solo dejar de volar y caminar hasta encontrarlos puesto que era una perdida de tiempo y seguramente tardaría más así, de modo que les siguió la huella desde los cielos, acercándose cada vez más rápido al lugar en el que estaban descansando, el cual identificó como un claro bastante grande y rodeado de arboles, el sol estaba que quemaba a cualquiera que se ponía debajo de él, pero para Kisra ya era de estar acostumbrada, la luz del sol resbalaba sobre sus escamas produciendo un haz de luz hacia donde se le estuviera mirando, podría decirse incluso que parecía ser presuntuosa, cuando en realidad no lo era.
Kisra bajó entonces desplegando sus alas poco a poco para bajar rápidamente pero no lo suficiente como para impactar en el suelo, de hecho estando a poco más de un metro de tocar con sus garras la tierra, detuvo la transformacion y su modo humanoide salio a la luz, bajando rápidamente sin poder caer del todo de pie, ya que tubo que flexionar las rodillas un poco para no caer de narices hacia el piso.
—Perdón por la entrada tan dramatica— se disculpó inmediatamente haciendo reverencias cortas hacia todos lados aunque se detuvo un momento cuando su vista se situó en un hombre de cabellos blancos, "Un semidragón" pensó asombrada y con los ojos bien abiertos viendo hacia el ministro —Kisra Wei a sus servicios Ministro— dijo con firmeza una vez que reparó en que lo que estaba viendo era el hombre al que seguiria por el bien de Spatium. Kisra podía oler a otro de su especie, pero le asombraba la enormidad del poder de este, comparada con él, ella solo era una bebé dando sus primeros pasos.

Después de eso, su vista se posicionó en su madre y le dedicó una sonrisa después de hacer la ultima seña de respeto hacia el ministro e iba con Li —Capitana Li, he llegado— le dijo expresando otra seña típica de respeto hacia sus superiores, mientras que se daba cuenta de que estaba su capitana de división allí y otra mujer más, perfectamente albina y de ojos azules, hizo otro saludo hacia las dos mujeres —Capitana Ren — le dijo ya de modo más serio.

por **Iris Night** Miér Oct 26, 2016 8:18 pm

El tiempo pasaba y se estaba volviendo nuevamente rutina lo que estaba haciendo, hasta salir a entrenar o caminar o lo que sea, se volvía tedioso, ya me estaba rindiendo y me estaba volviendo loca en mi País que estaba tomando poder nuevamente en mi cabeza. Pero una carta me saco de mi rutina, algo nuevo, loco, arriesgado y algo que podrá ayudar a las personas. Una carta de los Rubinus Vigilis, que hacia meses que ya me había unido a ellos dejando a los revolucionarios porque me di cuenta que mis ideales eran otros y esta organización era exactamente lo que siempre pensaba o lo que aprendí a pensar, sin darme mas vueltas me puse en marcha a la sede principal pero sin antes de llevarme una de mis mascotas, esta ves me iba a llevar uno, Anker, mi Kitsune, acepto por suerte acompañarme y sin decir nada más partí para la reunión y así enterarme que estaba pasando, ya que mandar cartas a los integrantes me sonaba a algo bastante importante.

Obviamente tuve que confirmar que iba a ir, así ya sabían que estaba tomando rumbo para allá, así que entre saltos, caminar, correr por todo el reino de Chaos, por fin llegue a Spatium Urbanis y acá fue cuando tuve que mantenerme tranquila con los espíritus que siempre rondaban por los lugares, ya que últimamente me estoy dando cuenta que se están poniendo mas hostiles conmigo y eso no es una buena señal. Sin dar más vueltas explicando todo lo que hice, por fin llegue a la sede principal donde se iba a dar acabo la reunión, al entrar el ambiente era tranquilo por suerte, así que rápidamente me fui hacia el lugar, sala, salón, donde fuera que iba hacer la reunión para llegar a tiempo y así no dar una mala impresión.

Con Anker, recostado en mis hombros, y con mi guadaña en mano esperaba a que la reunión empezara mientras que otros miembros aparecieran, no tardaron entre 5 y 10 minutos para arrancar por suerte. Una joven, bastante alta, de pelo azabache, color miel en los ojos y de cutis blanco hizo su aparición de forma correcta y educada al lugar, fue ahí que entendí que era alguien importante cuando comenzó hablar. Sus palabras eran firmes, pero no mostraba autoridad algo bastante bueno, saber que piden nuestra ayuda por primera vez como una organización oficial era algo raro, ya que bueno era mi primera vez en una de estas reuniones. Escuchar la palabra "ejército de Spatium" me hacía recordar cuando estaba en el bando opuesto, no dije ni una sola palabra solo seguía escuchando atentamente, pero sinceramente me ponía rara el pensar en los revolucionarios. Pero ver como la joven me estaba mirando fijamente me hacía pensar en muchas cosas, "¿Ella sabrá algo de mi?¿sabrá que estuve en el bando de los revolucionarios?", muchas preguntas que tal vez si o tal vez no se iban a responder. Sus palabras me ponían tranquila, no importaba de que bando nos llamara, siempre estaremos dispuestos ayudar sea quien sea y sin afectar nuestras opiniones, ideologías, etc. El viaje fue largo, pero no agotador ya que estaba acostumbrada a viajar largas distancias cuando ando aburrida y quiero explorar, el calor me hacía recordar a Chaos, algo reconfortante para mi ya que también estoy acostumbrada a las altas temperaturas o maso menos.

Al ver al batallón de militares sujete mi guadaña con fuerza, Anker estaba atenta a cualquier cosa sospechosa, pero trate de mostrarme lo mas calmada posible ya que no he estado nunca rodeada de tantos militares y menos del bando al cual antes estaba en "contra". Astrid se fue a presentar con el ministro y yo me quede observando a los soldados, sinceramente estaba un poco incomoda y necesitaría, luego cuando terminemos esto irme rápido, sino Anker también podría alterarse. "Maldita sea, le estoy pasando mis malas energías."

por **Akatsuki Ousawa** Jue Oct 27, 2016 2:33 pm

El íncubo se había puesto muy contento al enterarse de la noticia de Astrid, al igual que ella, veía que era una oportunidad de oro para la organización. Para ser más importantes y que contaran más a menudo con ello, siempre sin involucrarse en las rencillas personales de ambos bandos. No hizo falta que él lo recalcara, pues ella se encargó de dejarles bien claro que cualquier opinión personal sobre el ejército o la revolución, era justamente eso, algo personal que no le interesaba a nadie. Y se lo aplicaba a él, el primero, que había sido General de Justicia y no congeniaba mucho con los militares, pero los civiles estaban por encima de cualquier decepción. Se pusieron en marcha y él decidió seguirles desde las alturas con su dragón. Iba justo encima de ellos, avistando el horizonte, para avisarles de que ya llegaban al grupito reunido en aquel claro.

-Ahí están.

Aterrizó detrás y siguió el camino al lado de todos los Rubinus tras desinvocar a Xepher, que probablemente no había pasado desapercibido. Akki se situó junto a Astrid, a la hora de las presentaciones. Esperaba que la fama anterior no le precediera y de este modo, no ser demasiado reconocido. Se acercó con un gran respeto y amabilidad hacia el Ministro y le tendió una mano. Quizá era incluso atrevido, pero tratándose de Akki, eso era educado: Darle la mano a una eminencia con gran poder político. Ahí estamos, desde luego. Pero ¡Eh! Que no se diga, en ningún momento sus gestos fueron agresivos, ni mucho menos. Le sonreía al Ministro, con calma y agradecimiento en la mirada.

-Señor Ministro, soy Akatsuki Ousawa, líder de los Rubinus Vigilis. No tenga duda en que todos nos entregaremos al máximo para que esto salga bien.- Dijo, apoyando las palabras de Astrid. -Como Líder, me encargaré de que todos trabajemos con la máxima eficiencia. Gracias por contar con nosotros, no le defraudaremos.

Retrocedió un par de pasos e inclinó ligeramente la cabeza. Esta era la oportunidad de oro: Si debían partirse el espinazo construyendo una ciudad o transportando materiales, él tenía claro que lo haría. Así como lo hizo en el Valle Chocobo por voluntad propia, sin que nadie se diera cuenta de todo lo que los Rubinus habían hecho en aquel entonces. Pondría a todos los miembros a trabajar bien duro, no estaban para tontear ni perder el tiempo. Akki era muy amable pero también era un buen líder, pero quizá, demasiado estricto en algunas ocasiones. Restos de su comportamiento como General... Que sus soldados siempre habían sido los mejores entrenados. Y hablando de esto, vio a su querida amiga y casi hijita adoptiva Kougyoku Ren, aunque por asuntos de trabajo, debían mantener una relación neutral. Le sonrió dulcemente a la jovencita. Él evitaba que las relaciones personales interfiriesen en el trabajo y ahora, estaban en plena labor. También vio a su hermanita espiritual, Gissel Gremory. Sintió unas ganas enormes de lanzarse a sus brazos, pero no podía hacerlo. En su lugar, le dedicó una mirada cariñosa y una sonrisa que tuvo que quitar pronto.

-Señor Ministro ¿Cuál es el plan? Aparte de los datos obvios.- Inquirió, mirando a los alrededores. Tendrían que adaptar mucho las técnicas de construcción, pero era perfectamente asequible. -¿Se disponen de materiales ya aquí o hay que recogerlos? Lamento si me paso con las preguntas, pero he de saber algunas cosas para buscar las mejores opciones.

Puede que fuera imprescindible talar algún árbol, a no ser que algunos hogares fueran como los de la Ciudad Colgante. Para evaluar estas cosas es que necesitaba más información por parte del Ministro. Era consciente de que quizá llegar y empezar a preguntar podía ser avasallador, pero él estaba con el "chip" de trabajo activado. No estaba ahí para hacer amigos, ni para perder el tiempo, por eso se comportaba de aquella manera. Probablemente, Akki no se tomará ningún descanso notable en el tiempo que dure el levantamiento de la ciudad. No podría permitírselo, a no ser que Astrid lo obligara. A pesar de ser el Líder, a veces atendía órdenes de su compañera, a la que apreciaba mucho como mano derecha.

-Nadie quisiera deteriorar tan bello paisaje, um...

Interacciones:

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Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
Atreyu NarradorMensaje Privado	Fingon Sindar NarradorMensaje Privado
Ithel Ibner NarradorMensaje Privado	Kvothe Arliden NarradorMensaje Privado
No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
Kuro Usagi	Orion Ärud	Aldara Sashenka	Quintus Dei (Libre)

Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater