Re: TRAMA N° 6.1 - La revolución y la bestia - [20/09/15 - 27/09/15]

por **Katarina Volkova** Lun Sep 21, 2015 9:52 pm

Revolution City, lugar de "paz" revolucionaria, gente que te mira de mala manera o de forma lasciva, bares con put... bueno, con señoras de "finales felices", mercado negro y mi apreciado herrero que hace maravillas con las armas. Ah...si...si ese hombre fuera mas joven y apuesto no lo dejaba escapar ni un segundo.
Como iba diciendo, estaba justo en la ciudad para reforzar las armas propias y para el gremio, no solo me encargaba de que la ropa de todos estuviera correcta, os podéis imaginar lo que se gasta en ropa un cazarecompensa, no porque nos vaya la moda sino porque siempre, siempre sale algo roto de alguna misión y eso en los casos mas favorables. Como siempre me voy por las ramas y no cuento lo que quiero, la cosa es que tras recoger mis "niñas" de su atusamiento renovador, entre en un bar que solo su nombre provocó en mi una ladina y picara sonrisa.
-Que demonios, se merece un trago el que puso el nombre a esta cosa.

Aurum Avaritia, si su bebida era igual de buena que su nombre tendré que venir mas a menudo por aquí, pensé y sin mas dilación entre en aquel sitio, recibiendo una cálida recibida de miradas las cuales repase con mis orbes verdes y tras comprobar, que no se andaban con chiquitas en ese lugar, mostré mi linda sonrisa rojo carmín y me planté en la barra en menos que se tarda en decir "amén".
-¡Eh tu! -Dije llamando al que parecía camarero mientras apoyaba el codo en la barra y mi barbilla en la palma de mi mano. -Un vodka y por favor no me eche el culillo del vaso nada mas, si los hielos son grandes écheme uno, si son medianos dos. -Tras aquella indicación un tanto tiquis miquis por mi parte le sonreí de forma agradable y sin dudarlo, el hombre de la barra me puso lo pedido y no de una manera muy grata, aun así tras poner el vaso con una molesta energía me dedico una sonrisa falsa que respondí con un guiño del ojo antes de dar un trago.

Mientras bebía tranquilamente ya mi segunda copa de vodka, observé a un hombre con la energía desdoblada, al cual parecían tener miedo mas de uno allí. En ese momento no lo entendía a mi me provocaba de todo menos miedo pero al cabo de unos segundos, en los cuales cómodamente me había acomodado en un taburete con la espalda en la barra, aquello pareció una gelatina y por culpa de ese movimiento de batidora mi vaso de vodka fue a parar al suelo, cosa que me hizo cero gracia.
-Vaya si que tiene movimiento esta ciudad, je... -Dije riendo un poco pidiendo otra copa. Lo sé aquello no fue normal y la energía que se sentía tampoco, pero diablos yo estaba descansando, si no había dinero por medio no movía ni un dedo, soy linda, a veces buena y muy poco tonta.

El hombre comenzó a hablar a saber con quien y salió de allí ordenando que todo siguiera igual bajo la mirada estupefacta de los allí presentes y yo, miraba al camarero imaginando mas de una manera de llamar su atención y no había nada sexual en mi mente, aunque el sadismo a veces resulta bastante sexy.
-Ya bueno oíste, otra copa mas... que se ha caído la otra y paso de pagar algo que no llegué ni a tocar. -Un gruñido captó mi atención y cuando me moví con la copa hacia fuera, mis ojos verdes se abrieron al ver aquel lobo alfa. -¡Qué cosa mas lindaa! -Adoraba ese tipo de bichos peludos, si tuviera casa propia tendría miles de lobos, gatos, tigres de toda esa mierda, pero peludita así que se antoje arrascar. Aunque la mirada que me echó el lobo no fue exactamente de arráscame tras las orejas. Parpadee un poco y simplemente salí hacia fuera del todo quedándome a distancia de aquel animal, mirando la situación bebiendo del vodka mientras una cosa que se acercó duro menos que un segundo bajo las fauces del lobo, que me miraba de vez en cuando, pero sin hostilidad ya que esos animales eran inteligentes y sabían a quienes atacar y quienes no.
Miré al suelo donde aquel cuerpo yacía inerte y luego a los alrededor donde había cientos de cosas de esas y tras realizar un amago de risa dije hablando para mi y para el lobo.
-Si que son feos los tíos de Revolution city lobito.

por **Mavra Romanova** Mar Sep 22, 2015 2:15 am

Sonrió orgullosa al ver a su hombre tan animado, permitiendo que se retirara y de esa forma cumpliera con su más ferviente deseo: golpear a la colosal bestia. Pero, por un momento pensó que quizás ella no volvería a verle, eran demasiadas mini-bestias y los refuerzos no parecían haber llegado, o quizás se enfrentaban a otra horda de aquellos monstruos. Mavra seguía intentando despertar aquella energía que aún se encontraba dormida en su interior, pero no podía mostrarse débil frente al hombre, nunca frente a ese hombre. Tuvo miedo de no poder seguir experimentando aquel sentimiento que nacía al estar cerca del avaricioso, pero no era miedo de perderle a él... era el temor de no regresar ella.

—Gaziel— susurró la rubia, colocándose frente al pelinegro de un rápido movimiento y tomar así su rostro con ambas manos para estamparle un beso, tan fogoso y sensual, que incluso subió su propia moral, un efecto que solo los labios del revolucionario lograron. Sonrió, dejando atrás cualquier duda, volviendo a encenderse su sangre de dragón —yo también tengo preparado algo especial para ti— dijo en un tono seductor, deslizando su diestra por el hombro izquierdo del varón —cuando todo esto termine— bajó del snowman de un salto, cayendo con presición sobre la cabeza de un cefalópodo, aplastándola violentamente contra el suelo.

Se despidió de su hombre con un leve movimiento de cadera, continuando con lo que sería una masacre. Desplegó entonces un gran muro de llamas, incinerando a toda aquella bestia que se acercaba a su posición, sin embargo, mantenerla por demasiado tiempo sería un problema ante el enorme gasto de energía, pero no podía permitir que persiguieran al pelinegro, ya que él tenía el deber de pelear junto a los demás Novarum contra el monstruo más grande.

Un par de pequeños calamares escaparon de ella, corriendo tras el hombre, no dudó en lanzarse con su diestra reforzada, cayendo frente a ellos y atravesando el pecho de uno limpiamente. El segundo calamar golpeó su cadera, era el primer golpe que uno de ellos le conectaba, notando así la tremenda fuerza que poseían, dándose cuenta que no eran del todo perfectos al poseer una nula resistencia. Su defensa podría catalogarse como un cero. Para ella, no sabía que tan difícil sería para los revolucionarios de elite.

Se puso de pie, tronando cada uno de sus huesos después de tan monstruoso golpe, empezando a sentir una vez más esa excitación recorrer los poros de su nívea piel, si Gaziel se detenía por una milesima de segunda a socorrerla, ella definitivamente le asestaría un potenciado golpe en la cara, porque no era una damisela en peligro, era una guerrera que no gustaba que otros luchasen sus guerras.

—Eso fue un poco doloroso— dijo la semidragona, atravesando con rapidez el estómago del calamar —te comería como venganza... pero eres realmente repulsivo.

por **Frederik L. Damgaard** Mar Sep 22, 2015 4:09 am

No habia nada que pudiera indicar lo que pronto iba a caer sobre el hogar de los revolucionarios. La isla, antiguo terreno del gobierno, se encontraba en tal calma que Prusla, el dios oscuro que formaba parte de los 5 lideres de la revolucion, habia decidio tomarse un tiempo para realizar un entrenamiento un tanto distinto y que no siempre podia practicar debido a las constantes interrupciones que sufria por parte de sus otros compañeros. El pelirrojo necesitaba meditar, apaciguar su mente de manera que le fuera mas facil acceder a su transformacion y poder mantenerla mas tiempo activa. No era un proceso que fuera sencillo pero en el silencio de la mañana, se retiro a su habitacion en la parte mas alejada de la ciudadela que resguardaba su gremio. Su cuarto, repleto de tantas armas y piezas de maquinaria sin armar, muchas veces se asimilaba mas a un taller. Lo unico que delataba que era la habitacion del pelirrojo, era la cama cubierta con sabanas negras con ciertos bordados purpuras en la esquina interior del cuarto. Precisamente sobre esta, ya que el piso se encontraba repleto de partes y chatarra, fue donde Frederik se acomo y comenzo su meditacion, lentamente aislandose de todos los estimulos exteriores.
Mas rapido que otras veces, el pelirrojo entro en ese estado de "paz" donde podia ver a su otra mitad, le hombre de cabello largo y mirada rojiza que representaba su inmortaliad perdida. En ese lugar converso con aquel ser oscuro pero su conversacion se vio zanjada cuando en toda la isla se sintio una terrible sacudida con la suficiente fuerza como para romper la concentracion del hombre y alterar su, hasta ese momento, calmado semblante.

¿Que demonios sucede ahi afuera...? -murmuro levantandose de su cama y caminando a la ventana mientras que a su espalda, su pequeño snowman despertaba tambien, comenzando a lanzar chatarra por la habitacion.- Tenebris...no rompas mi habitacion. Vamos...acompañame afuera -dijo el pelirrojo mientras abria su ventana, viendo como el snowman se le adelantaba.- Cuando escuchara...-murmuro saliendo tambien por la ventana de la habitacion, aterrizando limpiamente en un callejon.

Lo que los ojos del hombre le mostraban parecia un tanto incierto pero al parecer, la isla estaba siendo acediada por alguna clase o mas bien, miles de criaturas iguales que corrian por todos lados, destrozandolo todo pero el pelirrojo inmediatamente noto que no eran el unico peligro ya que por encima de su cbeza observo como un gran pedazo de concreto volaba y molia una casa hasta sus cimientos. El responsable, una bestia giganteza, mas grande que cualquier cosa que Frederik hubiera visto antes en toda su vida. Posiblemente debia ser alguno de los monstruos marinos que habitaban cerca del fondo pero no entendia por que los estaba atacando, no recordaba que alguien de la isla hubiera echo alguna expedicion o al menos tuviera las posiblidades para llegar al sitio donde tal criatura debia habitar.

Supongo que no nos vendra mal algo de ejercicio ¿No te parece, Tenebris? -dijo el pelirrojo viendo a su mascota ir tras una de esas criaturitas.- Maldicion..haran que lo maten...-murmuro corriendo tras su snowman pero antes de poder alcanzarlo, fue golpeado por otro escombro que lo hundio en otra casa, la cual no tardo en derrumbarse sobre su cuerpo.- Genial, mi ropa -suspirando el pelirrojo se levanto cubierto por una capa fina de oro que absorvio casi todo el daño de ese golpe, desapareciendo inmediatamente de su cuerpo.- ¡Tenebris! -exclamo molesto mientras atrapaba a uno de esos extraños calamares humanoides y lo lanzaba hacia uno de los establecimientos sin notar cual era.- Veo que llamaste la atencion de estos extraños bichos. Supongo que podremos entretenernos un poco aunque tengo la sensacion que Greed se molestara si su bar se destruye...-murmuro viendo que tenia su espalda pegada al local de su compañero revolucionario.- Ahora que lo pienso no importa...siempre puedo decirle que fue el calamar enorme -murmuro sonriendo mientras cubria sus manos con una nueva capa de oro y las hundia en la pared exterior del bar, sacando una gran parte de esta, lanzandola hacia adelante contra los tres calamares miniatura que intentaban acorralarlo.

por **Airin Apple** Mar Sep 22, 2015 7:45 am

Cada vez iban apareciendo más cefalópodos cerca de ellos, es como si no tuvieran fin. Los ciudadanos iban corriendo al refugio, mientras Airin, Astrid y el joven que había ayudado a Astrid luchaban contra ellos. Además de otros revolucionarios más.

Sonrió ante el agradecimiento de la peliazul y estuvo de acuerdo en ir a proteger el refugio. Allí poco podrían hacer. Además si alguien se hería, Airin podría curarles.

—Tienes razón. El refugio está en la plaza. Vayamos hacia allí entonces.

Airin se puso en camino, esperando a que estos le siguieran y fue corriendo hacia allí, evitando varios monstruos, excepto alguno que se le interponía enfrente de ella y era imposible de esquivar.
Llegaron a la entrada del refugio, donde varios monstruos intentaban acceder y atacar a los ciudadanos. Airin se lanzó a ellos y lanzó varias flechas para acabar con ellos fácilmente, mientras era ayudada por Astrid y el chico moreno.

—Será mejor que yo mire a ver si hay algún herido. Vosotros permaneced en la entrada para que no acceda ningún enemigo.—dijo con voz firme.

Accedió al lugar, donde varios ciudadanos permanecían sentados, temblando asustados. Miró alrededor por si había algún herido, afortunadamente no llegó ningún monstruo a entrar al lugar y todos estaban a salvo. Una mujer anciana se arrastró hasta Airin.

—Por favor, salvadnos.

—Lo haremos, no se preocupen y estén tranquilos. Solo soy una simple curandera, pero afuera hay dos fuertes guerreros que podrán con ellos. Además de que los novarum comenzaron a actuar.

Las palabras de Airin parecieron calmar a la anciana y a las demás personas del lugar. La pelirroja se sentó para seguir hablando con ellos y así mantener la calma, además de estar atenta por si algún monstruo se colaba en el refugio.

por **Ryusei Ookami** Mar Sep 22, 2015 6:35 pm

Bien, el primer acercamiento para entablar una pequeña alianza de beneficio mutuo con las chicas que estaban peleando dio un gran paso hacia adelante, visto que ambas estaban dándome las gracias por la ayuda ofrecida a la hora de acabar con uno de los humanoides pegajosos con cabeza de calamar que invadían la isla. Eso era algo que, naturalmente, acepté con una grácil pero no por ello menos chistosa reverencia a ambas féminas.

No habia tiempo, en todo caso, para hablar mucho en este pequeño problema cefalópodo contra el que nos batíamos, mas allá de las preguntas que hizo la mas joven de las dos, la pelirroja, sobre si tenia conocimientos acerca del origen de estos monstruos provenientes de lo que parece un abismo perdido del océano. No niego que mi expresión, en ese momento, denotaba la mas grande incredulidad jamas habida y presenciada por hombre alguno, mas que nada porque la razón por la cual los bichos estaban se encontraba literalmente a la vista de todos.

-Creo... que eso responde tu pregunta. A menos que yo sea el único que ve cosas como calamares-dragón-hombre gigantes en el horizonte.-Dije con un tono alegre, pero que no dejaba escapar la duda de que estaba burlándome de la pelirroja, pero no de esa manera que incita a la irritación, sino de la que te hace reír-Pero dudo que sea algo ficticio, porque de algún lado salieron estos bichos.

El buen humor siempre es bien recibido en situaciones tensas, eso todos lo saben. Por eso era que yo estaba bromeando como el que mas en un caso como este, porque ayudaba a despejar la mente y no bloquearse por el miedo o la incertidumbre. Ayudaba mucho también que tuviera alguien en quien confiar mis espaldas a la hora de combatir, porque de esa manera no iban a darme una buena por detrás que me dejara "pidiendo agua" como quien dice la cosa.

Hablando de combatir, quería probar aun mas cuales eran los limites máximos que tenia con respecto al control de las Gudödama que utilizaba para combatir, no tanto ahora en cuanto a su movimiento y como estas podían operar en base a mis pensamientos, sino mas bien en cuanto a forma y función. Quería saber mas, mucho mas, así que aproveché la súbita llegada de mas de esos bichos feos para enviar una a ocho monstruos diferentes, haciendo que mis esferas entren dentro de estos a la fuerza y, con un ligero chasquido de dedos y un sádico pensamiento, se convirtieran en una masa de espinas que transformaran a seres vivos en... queso gruyere.

-Ahora, de momento parece que podremos arreglárnoslas si siguen siendo como ahora, pero el problema va a ser... ese de ahí.-Comenté a la peliazul, asegurándome de volver a señalar a "Grande, tentaculoso y horripilante" para indicar que, siendo que sus crías estaban invadiéndonos, la desaparición forzada del mas grande y feo de ellos iba a ser la cura a nuestros problemas actuales-Davy Jones tamaño deluxe va a ser un dolor de cabeza, pero no creo que seamos los únicos peleando ahora mismo, ¿verdad?

Poca gente eramos nosotros, poca cosa tal vez en cuanto a nivel de poder, o al menos yo siento que lo soy. También está el hecho de que alguien tiene que proteger a las personas, algo que no creo que la pelirroja pueda hacer por su cuenta si se le vienen muchos de esos calamares-dragón-hombre encima. Eso... eso seria peligroso y algo perturbador, como una escena de hentai con tentáculos. Por eso, mejor trabajar en equipos a menos que uno sea increíblemente poderoso y hábil, porque minimiza los riesgos que se tienen que enfrentar.

Ahora que lo pienso, estoy con dos chicas bastante lindas y que parecen ser simpáticas, pero no se nada sobre ellas. Claro, ellas tampoco saben absolutamente nada sobre mí, pero mientras peleamos por nuestras vidas podríamos conocernos un poco mas, ¿o no?. Siempre está bien tener contacto con gente que puede ser de tu edad, pero no puede haber contacto si uno no se presenta antes...

-Ah, malos modales son los míos. Mi nombre es Ryusei.-Exclamé, levantando un poco la voz por encima del tumulto y los gritos a nuestro alrededor, dirigiéndome a las dos chicas de una manera en la que ambas pudieran oír-¿Como se llaman ustedes?

por **Saeko Akuma** Miér Sep 23, 2015 12:59 am

Sus orbes celestes con la pupila rasgada cual pantera, bailaron de izquierda a derecha con la mirada entrecerrada. Isela, la señora de los novarum, ya había decidido divertirse y sintiendo la energía preparada de la misma, la peli violeta con total tranquilidad con su mano izquierda en su katana, apenas rozó con el pulgar la empuñadura de esta, liberándola hacia delante unos milímetros.
Saeko, lista como siempre, solo esperaba a que aquellas replicas pequeñas del monstruo principal, terminaran de atreverse a cruzar el perímetro de su espacio vital.

No tardó mucho la osadía, cuando la primera se acercó por su diestra y simplemente la demonio, sin ni siquiera modificar en un ápice su posición, tomó con su mano derecha una de sus kunais del cinturón y la lanzó sin mirar hacia la derecha, dando con ella directamente en el centro de lo que se supone es la frente de aquella cosa. Pero ese engendro no fue el único que avanzó y tras aquel lanzamiento certero su diestra se movió con gracia hacia su costado izquierdo tomando la empuñadura de su katata que estaba ya previamente preparada para salir a tomar sangre y tras realizar un tajo al frente ascendente vertical, partió por la mitad a la masa viscosa que estaba atacando por el frente.
-Tsk... Estas cosas no pararan de salir, sería mejor atajar el problema de raíz. -Indicó serena a sabiendas que la azabache la escuchaba debido a su cercanía con la misma, aunque esta estuviera distraída destruyendo esos bichos como si fueran simples mosquitos que infectaban el ambiente.

Tras el movimiento, con su katana en la diestra, alzó la misma hacia delante señalando con la hoja de la katana al próximo bicho en estar en su campo de visión. Su rostro se ladeó un poco hacia la izquierda, como si fuera una muñeca traviesa que esperaba la sorpresa de su enemigo, con un rostro que reflejaba una belleza inerte y aburrida con aquello. Apenas se abalanzó un paso amplio parecido al de esgrima, adelantando la pierna derecha manteniendo la izquierda estirada y la hoja de su katana ensarto al siguiente monstruo en la cabeza con absoluta facilidad, sacándola con brusquedad regresando a la misma posición. Miró un segundo a su cuñada y movió el rostro hacia mas allá de la misma al escuchar el sonido característico de uno de los vehículos de su líder, el cual no tardaría mucho por aparecer y el que sabía no tardaría mucho en mostrarse cercano a su esposa y para indicar ordenes a sus subordinados.

por **María Sforza** Miér Sep 23, 2015 2:38 am

Sonrió dulce mientras sostenía la bolsa de las compras, pensando en lo que podría prepararle a sus señores Novarum cuando estos regresaran al gremio, y quizás un bocadillo para aquellos revolucionarios que se encontraran realizando sus labores diarias, incluso pensó en los hijos de las prostitutas con quienes trabajaba, empezando a creer que tendría demasiada comida qué preparar, pero sin borrar ni un poco aquella amable sonrisa.

El prostíbulo donde pasaba la mayor parte del tiempo se encontraba a la vista, decidiendo acelerar el paso para así tener la comida lista cuanto antes, y en la noche proseguir con sus rondas. Pero un poderoso temblor detuvo su caminar; asustada por las condiciones en las que podría dejar los establecimientos, tiró la bolsa de las compras y se apresuró con esa agilidad felina hasta el burdel, sin embargo, un ser gigante cayó sobre el mismo. María quedó perpleja, el segundo burdel de Revolution City ahora estaba en la completa ruina, y la bestia se levantó sin ninguna dificultad. Los gritos de supervivientes no se hicieron esperar, llamando la atención del monstruo, y ella sin dudar ni un poco más, se lanzó a darle una estocada con su espada bañada en llamas.

—Sígueme, monstruo horroroso— dijo la revolucionaria, corriendo por donde había venido, siendo perseguida por el calamar y dando la orden a los soldados, con un movimiento de su mano derecha, de sacar de los escombros a toda la gente —¡Ven a mí, bestia!— gritó demandante para que no dejase de seguirla.

Al ser una rakshasa, su velocidad y sentidos eran superiores a los de muchas razas, logrando alejarse del cefalópodo en esa carrera, pero frente a ella, muchos más de esos monstruos destruían sin piedad la isla. Se impulsó una vez más y atacar con su katana, cortando a la mitad a dos de ellos con una táctica de media luna. Escuchó entonces la llamada de auxilio de la revolucionaria Meiko, chasqueando los dientes ante el número de bestias que aumentaba a su alrededor, por suerte, María se encontraba cerca de su posición, logrando visualizar al calamar cercano al callejón.

—¡Soy yo a quien buscas!— gritó, logrando que se alejara de donde creía Meiko se escondía, acercándolo junto a los otros monstruos, y sonrió... parecía ser más una carnada, pero si de esa forma salvaba a los suyos, entonces no le importaba ser mera carne de cañon.

por **Meiko Kuran** Jue Sep 24, 2015 6:38 am

-Estupendo ja, ja- pensó la demonio mientras salia de debajo del furgón blindado, el comunicador no había dado señal alguna por lo que decidió actuar por su cuenta.
Se asomo por la parte derecha con dos shuriken en ambas manos por si las moscas pero no vio nada sospechoso por lo que decidió salir de su escondite y ver en primera persona que demonios estaba pasando en la ciudad.

Llamo por teléfono a su amigo Flavio al que conoció en la escuela militar y le informo de lo que estaba pasando y donde estaba ella por si quería venir a divertirse un rato matando bestias mandadas por el repugnante Lord.
La respuesta era afirmativa por lo que habían quedado en la entrada de la calle principal de la ciudad, delante de un bareto de mala muerte al que a veces iban a tomar un trago, ya que ponían buena música y el precio no era excesivamente caro.

Meiko llego al lugar donde esperaría al muchacho antes que el, por lo que se puso a inspeccionar la zona, había una especie de baba gelatinosa color plomo por varios puntos de la calle. -Ostras que puto ascazo me da esto ecssss-. Dijo mientras sacaba un pañuelo del bolsillo trasero del pantalón y se limpiaba las manos.
Se escucho un ruido a la vuelta de la esquina y Meiko salio a su encuentro pensando que era Flavio, -capullo!! Pensaba que ya no venias jaja- dijo mientras se acercaba donde estaba el muchacho o eso pensaba ella.

Tres seres asquerosos aparecieron de la nada -genial, venid asquerosos, tomad de vuestra medicina-. Dijo mientras se dio la vuelta y se puso a correr en la otra dirección para ganar tiempo, de una voltereta se subió al tejado de una vivienda medio destruida y saco 3 shuriken lanzando una a cada enemigo, -que puntería!! Soy la leche!!-. Dijo con euforia y satisfacción al acertar los 3 lanzamientos.
Salto de tejado en tejado lanzando shurikens a destajo y acertando la gran mayoría. Pero aun no había acabado, uno de los bichos aun seguía con vida, se saco las 2 dagas y a toda velocidad corrió hacia la "mini" bestia la cual de un movimiento rompió la parte de abajo de la camiseta arañando así la piel de Meiko.

La demonia enfureció, sus ojos se tornaron de color rojo fuego y sus colmillos y garras aumentaron consideramente de tamaño, -maldito bicho, desearías no haber hecho eso-. Dijo sacando la katana que llevaba en la espalda de su funda, corrió hacia la bestia y salto por encima de ella sorprendiendo al animal, se volteo y corto en dos al enemigo cayendo de rodillas en el suelo con una sonrisa maliciosa en los labios.

por **Greed Gaziel** Jue Sep 24, 2015 2:06 pm

Con la cabeza concentrada en las palabras de la mujer, el avaricioso revolucionario seguía avanzando decidido sobre el lomo de su mascota. Con su sonrisa tan soberbia sobre el rostro, el pelinegro estiró la diestra para abrir su palma, y ante tal acto, una minúscula cantidad de sombras se juntó en su mano, generando una amorfa bola de oscuridad. – Tomen forma, mis pequeños – Susurró el revolucionario apenas audible para sí mismo, aunque eso bastó para que la concentración de sombras se dividiera en dos y ambas mitades comenzaran a tomar formas mientras flotaban en el aire. – Tengo un encargo para ustedes soldados – Musitó ahora Gaziel de forma más audible, alzando un poco su voz, en un tono autoritario hacia ese par de cuervos de la sombra que se habían generado de la oscuridad. – El Líder Takumi es el objetivo a encontrar, y si es posible al resto de los Novarum – Ordenó el pelinegro hacia aquel par de aves formadas por penumbras. Ambos cuervos alzaron vuelo agitando sus alas y soltando un graznido, aquel par de criaturas podían moverse por la isla sin ser presas de los calamares, además de que transmitían todo lo que veían al avaricioso debido a la conexión que llevaban.

Guardando silencio, el revolucionario continuó avanzando sobre la espalda de su Evilsnowman, dejando que el mismo se encargara de abrirse paso entre las criaturas, al menos hasta que se aproximaran más a donde la verdadera amenaza se encontraba.

Al cabo de unos momentos, cuando el revolucionario finalmente se acercaba a las murallas externas de la Isla, uno de esos cuervos regresó hasta su persona, soltando un graznido para llamar la atención del pelinegro, Gaziel alzó la mirada y vio a su soldado, por lo que simplemente estiró el brazo derecho para que el ave se posara sobre el mismo. Rápidamente, las sombras que formaban a la criatura fueron absorbidas por el revolucionario, y con ellas las energías y recuerdos visuales del cuervo. Ahora el revolucionario sabía el camino para dar con Isela, mientras su otro cuervo aún seguía en busca de Takumi.

-Black Frost, cambio de planes, vamos hacia la derecha – Afirmó el revolucionario hacia su mascota helada, el cual obedeció la orden soltando una risa malévola, para rápidamente girar hacia la derecha y seguir con su andar quitándose de en medio a cuanta criatura apareciera.

Tras andar un poco más, puedo ver a Isela enfrentarse a las criaturas, y no muy lejos de ella, Saeko, otra miembro de los Novarum. Greed se acercó a ellas y bajó de su evil snowman en un ágil salto, para desenvainar su sable al momento de llegar al suelo. – Parece que la mayor parte ya nos hemos reunido ¿Alguna noticia del Líder? – Musitó el pelinegro, mostrando una gran sonrisa, girando para dar la espalda a las muchachas y así poder cubrir aquel lateral de los monstruos que llegaran por esa dirección.

Como era de esperar, no tardaron en llegar y Gaziel decidió darle un pequeño descanso a su soldado, para encargarse ahora el de cuanto calamar pudiese. –Retrocede Black Frost- Susurró como indicación para su mascota, sin intenciones de ser oído por el resto de presentes. – Tengo a uno de mis soldados buscando al Líder por el cielo, me gustaría ir a por el más grande de estos chicos, pero me gustaría saber su opinión y su plan antes de seguir actuando por mi cuenta – Agregó el revolucionario, alzando la voz para que las dos presentes le escucharan, empuñando con fuerza su sable para cortar la cabeza de aquellas criaturas que llegaban hacia su persona.

Sin demasiada preocupación, Gaziel iba acabando con cada hombre calamar, con sus orbes bañados de ese color rojizo, y sus ropas ya manchadas por la sangre y viscosidades que esas criaturas soltaban al ser heridos, se podía decir que aquel demoniaco ser estaba disfrutando bastante la situación que se les había entregado.

por **Astrid Dagmar** Vie Sep 25, 2015 1:32 pm

El chico de pelo castaño parecía tener un sentido del humor un tanto peculiar. Cualquiera pensaría que ese preciso instante no era el mejor para hacer bromas, pero él tenía pinta de que eso no le importaba. Le molestaría a Astrid de no ser porque su buen humor conseguía relajar la tensión de un modo u otro.

Siguieron a Airin hasta el refugio, donde una horda de bestias les esperaba. Bueno, no exactamente a ellos, pero estaban en la mismísima puerta, deseosos de poder atemorizar a los que estaban bajo el techo de aquél lugar de acogida. La pelirroja entró en su interior una vez se deshicieron de los monstruos que bloqueaban el paso, mientras que Astrid y el chico se quedaban fuera protegiendo la entrada. Él había llegado incluso a destruir a ocho fieras distintas de un solo ataque, utilizando unas pequeñas esferas negras que se transformaron al entrar en contacto con la piel escamosa de sus víctimas. Ella supuso que seguramente fue eso lo que utilizó contra el calamar que le había placado. No pudo evitar sentir curiosidad ante la reacción que provocó esa pequeña arma (pero no por ello menos mortal), hasta el punto de tener ganas incluso de saber cómo funcionaba.

El joven señaló al coloso como origen del problema. Seguramente también de la plaga de moluscos que atestaba las calles. Astrid hizo una mueca, como si quisiese ocultar que estaba segura de que no podría tocarle ni una escama a ese bicharraco ni aunque pasasen varios años. – Dudo mucho que los de Novarum estén quietos. Confío en que estén dándole guerra a esa cosa. Me gustaría ir para apoyarles, pero hay gente que no sabe combatir y necesita que le echemos una mano. – Cada vez más tenía la certeza de que aquel engendro gigante era la creadora de los bichos más pequeños, por ende, su reproducción se detendría quizás con la destrucción. Por supuesto ella no era la única que lo pensaba.

Sin duda alguna le apetecía acabar con ese enorme bicharraco, sabía que sus ataques serían una inmundicia en comparación con los de los Novarum, pero sentía que quería colaborar de un modo u otro. Sin embargo, no quería tener que dejar de lado a los civiles que no podían defenderse, porque conociéndose, acabaría arrepintiéndose incluso aunque lograsen resultar todos sanos y salvos. A veces las cuestiones morales provocaban que no se entendiese ni consigo misma.

El chico le hizo parar de irse por las ramas mentalmente cuando le preguntó tanto a Airin como a ella por su nombre. Él se daba a conocer como Ryusei. – Soy Astrid, - contestó, sin más, también alzando la voz. Cada vez había más ruido y griterío, o al menos, esa era la sensación que tenía.

De repente, se le ocurrió que quizás no estarían vigilando el refugio del todo bien. Al fin y al cabo, ese tipo de edificios tenían que tener una salida aparte de la puerta principal. - ¿Alguno de vosotros sabe si este sitio tiene puerta trasera? Porque como no esté cubierta, puede que tengamos un buen problema – preguntó, de manera que tanto Ryusei como Airin pudieran escuchar lo que decía. Puede que más que puerta trasera se tratase de algún pasadizo que diese a otro lugar de la ciudad, a saber qué podría ser.

por **Katarina Volkova** Sáb Sep 26, 2015 8:52 pm

El aire ya estaba bastante pesado con el olor a pescado podrido que desprendían aquellas asquerosas criaturas. El lobo alfa hacia su trabajo mientras que yo solamente me tomaba aquel vodka. Un sorbo mas a ojos cerrados disfrutando como aquel licor pasaba raudo por mi garganta y un estruendo proveniente de mi izquierda que hizo que abriera mis verdes ojos y mirara de reojo hacia dicho sitio arqueando una ceja.
-Eso si que no le hará gracia al dueño del bar. -Dije mientras veía una nube de polvo provocada por los escombros que cayeron del derrumbamiento de una de las paredes del bar. Por suerte yo estaba fuera en la puerta.

A saber que diablos estaba pasando en aquel sitio, aquella especie de guerra no me pertenecía, realmente yo no pertenecía a ningún bando, era un ser libre en todos los sentidos de la palabra pero lo que tenía lo suficientemente claro, es que para nada iba a dejar que ninguno de esos bichos tocara mi cuerpo de fénix. me apoyé en la pared del bar, de forma serena incluso podía decirse que cómoda, mientras mi maleta de utensilios del gremio estaba en mis pies. Saqué uno de mis cigarrillos y lo coloqué entre mis labios prendiéndole fuego con una llama que hice aparecer en mi dedo. Me dispuse a presencia aquello como una mera espectadora que observaba una película de psicosis, pero aquellos bichos no pensaban dejar mucha tranquilidad y aunque el lobito y algunos seres que allí estaban se encargaban de alejar a los viscosos engendros fuera de rango, cuantos mas mataban mas venían.
-Vaya coñazo de bichos, que plaga mas rara tiene esta ciudad ¿No puede ser normal como otras y tener plaga de cucarachas o ratas?

Separé la espalda de la pared y camine un tramo hacia delante, el justo y suficiente como para tener que coger una de las dagas que tenía atadas al muslo y lanzarla directa hacia el entrecejo...por decir algo, de esos cosos. Agité la melena roja e hice aparecer mis peculiares alas de fenix de plumaje rojo y dorado, en cuestión de segundos mi cuerpo estaba suspendido en altura, la justa como para poder sobrevolar la zona en donde estaba mientras mis manos llenas de fuego dibujaba en el suelo del perimetro, una especie de muro de fuego que cubría la entrada de esos bichos al bar y establecimientos colindantes.
Tras realizar aquello certeramente descendí haciendo desaparecer mis alas una vez que mis tacones tocaron suelo firme y volví a caminar directamente hacia el bar pare regresar a apoyarme en la pared y fumarme el cigarro que no pude fumarme tranquila antes. Mi figura marcada en aquel suave movimiento que hacian mis caderas al caminar, no se vió afectada ni por asomo al cruzar el muro de fuego que yo misma había creado y como tenía pensado, me volví a apoyar en la pared y saque nuevamente un cigarro.
-¿Qué? -Dije mirando de reojo al lobo. -No me mires así al menos estaremos un rato sin bichos.

por **Isela A. Ichinose** Sáb Sep 26, 2015 8:54 pm

Aquella joven no dejaba de moverse con soltura entre las numerosas criaturas mientras combinaba dos de sus potenciales armas, el fuego y la electricidad para generar explosiones menores que los hacían estallar en pedazos…Una sutil sonrisa se dibujaba en ese rostro tan impasible que incordiaba con el momento de terror que muchos estaban viviendo, y no era para menos, a Isela ya nada podía aterrorizarla…tal situación para ella era tan propia o normal como un simple vals, como el hecho de despertarse día a día y desayunar. Entre cada golpe que ejecutaba podía notarse la misma delicadeza de la muerte, tal estilo para defender lo que consideraba suyo en todo el amplio sentido de la palabra.

Notó la presencia de los Novarums con solo observarles de reojo, e incluso en medio de la confusión pudo ver otras caras conocidas…pero obviamente desestimó el decir algo, aquello no era una simple reunión de revolucionarios donde se discutirían los próximos pasos a seguir como en más de una ocasión se había presentado la oportunidad. –Hades, devóralos- Aquella orden parecía ser tan simple cuando ese tono de voz entre dulce o sensual pero a la vez imperativo llegaba a los oídos de su fiel mascota que no tardaba en responder demasiado a las caprichosas peticiones de su ama. Aquel felino del averno que Takumi le obsequió al cumplir el primer mes de casados cumplía de forma maravillosa su función como aniquilador…pero claro…para satisfacer el oscuro corazón manchado de Isela faltaba mucho trecho.

-Es Astaroth, esté donde esté seguramente aparecerá ileso- Murmuró para los demás Novarums sin expresar ningún tipo de emoción en el tono de voz más que despreocupación, eso no era falta de interés, simplemente era conocer el verdadero poder de aquel duque infernal. Suspiró unos instantes breves antes de voltearse a ver la criatura mayor con cierto ínfimo recelo…humedeció sus labios a nueva cuenta por simple maña al mismo tiempo que extendía sus brazos hacia adelante, entrelazando los dedos e incluso emitiendo aquel sonido óseo en clara señal de que acababa de “estirarse” un poco. -¿En dónde se supone que están los demás revolucionarios?, que los simples soldados se encarguen de esas inmundicias…los de élite y algún que otro independiente deberían estar aquí mismo a la espera de órdenes- Musitó en mala gana por lo bajo, sin quitar aquella mirada completamente carmesí del frente…Lo cierto era que estaba bastante disconforme con el ataque a una ciudad que habían tomado como propia, una que sería el ápice de la misma revolución y que a fin de cuentas…era la clara muestra de una pequeña batalla ganada en contra del monarca.

por **Ichinose Takumi** Sáb Sep 26, 2015 9:48 pm

Desde el otro extremo de revolution city el joven revolucionario de cabellos azabaches y ojos plateados tan brillantes como la luna, avanzaba entre las calles de aquella ciudad deslizándose sobre el asfalto. De cuando en cuando zigzagueaba entre aquellas criaturas menores que poco le interesaban, pues su vista estaba fija en aquel inmenso ser que se presentaba sobre aquella ciudad que pertenecía a todos y cada uno de los hombres libres del mundo. Y aunque quizás muchos pudieran decir que aquel hombre era cruel, extremista y autoritario había una cosa que no se podía negar jamas. Pues si había algo que Astaroth, el duque del oscuro y tenebroso averno amaba con todo su corazón era su revolución, su constante lucha contra el poder establecido y la libertad de saber que se gobernaba a sí mismo. Había algo esencial en los revolucionarios, que les hacían mantenerse superiores ante el ejército incluso al ser superados en número. Y aquello no se trataba de estrategias, ni de fuerza bruta, ni siquiera de algún tipo de poder sobrenatural. No, lo que hacía ampliamente superiores a los revolucionarios era el respeto mutuo. Pues si bien Astaroth era incapaz de amar o de sentir algún tipo de afecto, el respetaba y valoraba a cada uno de sus soldados y estos lo respetaban a él. Algunos incluso le idolatraban, pues el carisma natural de aquel demonio le volvía un líder nato, por el que algunos hasta arriesgarían su vida. Claro que todo esto, no quitaba el hecho de que aquel demonio de corazón oscuro era capaz de las peores crueldades ante sus enemigos, ni tampoco borraba el hecho de que solo consideraba importantes ante su vista a aquellos hombres y mujeres que se consideraban a sí mismos como personas libres. Es decir, sus revolucionarios. De cualquier manera, el se sentía totalmente conforme con sus actos pues jamas se había pintado a sí mismo como un gran libertador o como una persona de bien ni mucho menos, él era simple y llanamente un hombre que luchaba por la libertad y ninguna otra definición le encajaba a si mismo mejor que aquella.

Entre toda aquella cháchara de pensamientos, el joven de cabello oscuro como la noche más fría finalmente había recorrido la mitad de la ciudad. Logrando ahora, captar con su mente la presencia de sus revolucionarios en el campo de batalla. Por lo que ágilmente estableció una conexión mental con las personas que se encontraban en el campo de batalla, mientras el avanzaba a toda velocidad arribando finalmente al lugar con aquella motocicleta negra que utilizó para tomar una rampa de forma astuta haciendo que el vehículo volara por los aires en dirección a la criatura. El por su parte aprovechó el último instante para saltar de la misma y caer ágilmente sobre uno de los edificios de aquella ciudad.

-Es interesante… Parece ser que nuestro astuto contrincante no ha decidido utilizar a sus perros esta vez y ha soltado a la bestia. Solo es una suposición pero… Diría que ha dejado de subestimarnos. Quizás, hasta nos respete. –musitó el azabache para si mismo mientras extendía su mano izquierda y en esta aparecía su espada demoniaca.

-A todos los revolucionarios y habitantes de esta isla. Es el momento de levantarse y luchar, de demostrar que son libres de verdad y que no podrán ser apresados ni siquiera por el miedo. Luchen por sus hogares, luchen por sus familias, luchen.. Por su libertad. –Pensó el revolucionario introduciendo aquel pensamiento dentro de la mente de las personas de la ciudad para finalmente enfocarse únicamente en revolucionarios y novarums.

-Este es el plan, Quiero a los novarums de tanque. Atacarán de frente con todas sus fuerzas a la cabeza de la bestia, buscando únicamente golpes letales. Los revolucionarios de élite tomarán los flancos y se ocuparán de las extremidades buscando inmovilizarlas total o parcialmente, en cuanto a los soldados quiero que se ocupen de mantener a las criaturas más pequeñas a raya para que el escuadrón de elite pueda acabar con la amenaza más inminente. Cuiden las espaldas de sus colegas y traten de no morir. Eso es todo. –El pelinegro finalizó aquella conferencia mental mientras daba un salto desde aquel edificio y con una agilidad felina descendía en medio de todos los novarums y observaba aquella criatura que parecía haberse recuperado del aturdimiento de su último golpe.

Sin siquiera girarse para observar a sus novarums el líder de los hombres libres alzó su puño en alto en señal de rebelión, dejando en claro que daba la orden de comenzar a luchar hasta la muerte si era necesario. Tras aquello, sacó de entre sus ropas una pequeña esfera de nieve que estrelló contra el suelo liberando a una inmensa y poderosa criatura helada. Sin que fuese necesario que ichinose dijera algo aquella bestia se preparó y lanzó una poderosa cadena de hielo que se clavó sobre los hombros de la criatura. Este fue el sendero que el revolucionario utilizó para acercarse a la misma, dando un gran salto y utilizando su espada para dar un zarpazo sobre el rostro de la misma, logrando que esta se retorciera mientras el retrocedía nuevamente hacia el punto de partida.

por **Airin Apple** Dom Sep 27, 2015 8:13 am

Airin notó en el comentario del chico castaño, un signo de burla hacia ella, pero no era algo para ofenderse, es más, rió ante su comentario. Lo mejor en ese momento era mantener la calma, tal como estaba la situación.

En el refugio, poco a poco los ciudadanos iban manteniendo la calma. Airin se encargaba de ir tranquilizando a cada uno, dando palabras de ánimo como solía hacer con sus pacientes cuando estaban con una enfermedad grave. Sobre todo a los niños, que se les veía más asustados.

El chico, se presentó como Ryusei. A lo que Airin al oírle se presentó también al joven.

—Yo soy Airin. La verdad es que hubiera preferido conoceros en una ocasión mejor, pero sí. No está de más, el presentarse.

Astrid preguntó sobre una puerta trasera a lo que la pelirroja, miró a su alrededor, pero parecía no haber nada, solo era una pequeña casa sin ventanas si quiera, que solo tenía una puerta para salir y nada más.

—Parece que no, así que mientras no haya otra puerta o ventanas incluso, les será imposible colarse. Aquí estamos a salvo.

Los novarum y demás revolucionarios como Astrid deben estar acabando con el colosal, eso es lo que esperaba la pelirroja que estuvieran haciendo. Airin como curandera que era, no tenía que participar en ello, daría su apoyo en ese lugar como estaba haciendo y si tenía que tratar alguna herida de algún revolucionario tras la batalla, allí la tendrían.

por **Frederik L. Damgaard** Dom Sep 27, 2015 3:08 pm

La cantidad de criaturas que seguian apareciendo frente al bar era incontable y empezaban a cansar al pelirrojo, que ya habia derribado una buena porcion de la pared para intentar frenarlos pero no importaba cuantos matara, varios aparecian nuevamente para tomar el lugar de los caidos. Fred comenzaba a ver que era una batalla sin mayor sentido y que quizas la unica manera de terminar con todo eso era atacando a la version agrandada de esos pulpos mutantes. Ahora el problema era pasar por encima de todo el pequeño ejercito de criaturas para llegar al padre de estas.

Realmente me agota incluso verlos -murmuro disparando un par de rafagas mas de balas cubiertas de plasma, perforando la cabeza de otros cuatro pulpos.- Tenebris ven, tenemos que movernos. Si seguimos demoliendo este bar, todo el licor se perdera -dijo mirando de reojo a su snowman, que no solo le hacia caso pero venia llevando un pedazo del cartel del bar entre sus garras de madera.- Bueno recuperaste algo..ahora vamos -riendo formo una espada de cristal en su mano y comenzo a correr, abriendose paso mientras cortaba a los pulpos que se cruzaban en su camino.

Corriendo por las calles pudo observar a muchos otros reclutas nuevos tratando de frenar a las pequeñas copias y aunque de momento iban en ventaja, la cantidad de animales terminaria por superar las fuerzas de todos ellos. Quizas el plan habia sido ese, agotarlos y luego matarlos con la version grande pero por algo estaban en la isla los 5 novarum, solo ellos tenian una posibilidad de derribar a esa criatura. De echo Frederik iba en direccion hacia sus compañeros, siguiendo la energia de Sae cuando recibio en su cabeza aquel mensaje enviado por Takumi. Con la orden del demonio, el pelirrojo cambio su camino y empezo a correr hacia el borde de la isla mientras dejaba que su energia fluyera, cambiando su aspecto al de su forma divina. No conocia el nivel de poder que poseia esa bestia pero preferia golpear con toda su fuerza antes que darle la oportunidad de defenderse.

Tenebris quedate aqui -indicio el pelirrojo, viendo como su snowman lo ignoraba y lanzaba el cartel del bar hacia la cabeza del animal, corriendo luego hacia uno de los edificios derrumbados.- O ya sabes...haz todo lo contrario -suspirando activo su magentismo, elevandose con rapidez hacia el rostro de la criatura, viendo como ya Takumi habia empezado el ataque.- ¡Perfecto, soy el segundo en llegar! -exclamo invocando su lanza metalica, dejando correr por esta su poderoso plasma azul. Sonriendo de lado dejo a Takumi encargandose de la cabeza del monstruo y se impulso hacia el enorme torso escamoso del pulpo, atacando la zona donde suponia estaba el corazon, comenzando a abrir y carbonizar su piel.

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Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
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Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
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No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
Kuro Usagi	Orion Ärud	Aldara Sashenka	Quintus Dei (Libre)

Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater