Re: [Evento Halloween] La pesadilla de Mekkoh

por **Shizuka Amane** Miér Oct 07, 2015 11:35 pm

Shizuka volaba por las calles de Chaos muy animada, llevando consigo una enorme bolsa repleta de dulces y chocolates; ese era uno de sus días preferidos en todo el año por la cantidad excesiva de azúcar que lograba consumir y, por supuesto, no tenía que compartir con nadie. En ese momento una extraña voz se metió en su cabeza, solo entendiendo la parte en la que decía habría muchísimos dulces para comer. Dejó la bolsa en el suelo, volando hasta el castillo que la voz mencionaba, solo pensando si entre tanta golosina encontraría chocolates rellenos de caramelo y mazapan.

Quedó encantada ante el portón que se cernía sobre ella, suspirando suavemente mientras ignoraba a la gran cantidad de gente que ahí se encontraba, fijando su vista en el espléndido castillo, oscuro y tenebroso, que hacía crecer en la vampireza unas tremendas ganas de recidir entre sus lúgubres muros. En ese momento, su interlocutor se incendió la cabeza con forma de calabaza, captando ella las feroces e hipnotizantes llamas que la sumieron en un profundo letargo.

Despertó un tanto sobresaltada, notando unas cuantas personas a su alrededor, que de igual forma despertaban como si todos se hubiesen desmayado al mismo tiempo. Sacudió sus blancos ropajes, pues al ser halloween, Shizuka había decidido vestir de una forma menos conservadora, tomando en cuenta el estilo tan abrigado que ella vestía, y sobre todo, de ángel, siendo la chica una vampireza. Era una broma para sí misma.

Su vista se posó sobre un haz de luz color amarillento, viendo como transportaba dulces de una forma tan llamativa. Se sentó frente a la luz y abrió una segunda bolsa para dulces, pues llevaba muchas consigo y en ese día tenía pensado llenar unas tres; permitiendo que los dulces cayeran dentro y así degustarlos después.

disfraz:

Caramelos:

por **Auros** Miér Oct 07, 2015 11:35 pm

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'Tirada Rango 1' : 10, 2

por **Izaak K. Arliden** Jue Oct 08, 2015 12:15 am

Era su oportunidad para entrar en la gran ciudad de Chaos, sin ser visto por quienes le buscaban, había escuchado de un evento que se daría en el centro de está gran nación y que convocaba a todos sin excepción de nacionalidad, raza u orientación, tan solo un evento en el que se regalaban dulces gratis. Sin embargo el azabache siempre se imagino que algo se ocultaba detrás del evento, así que sin darle mucho tiempo se apuntom siguiendo las pistas de aquel ser llamado Mekkoh.

En la entrada les esperaba aquel hombre, oculto tras su disfraz poco llamativo, como el de un vagabundo, observaba a quienes se encontraba a su alrededor. Mekkoh daba instrucciones, esa calabaza andante no le pegaba nada de escalofríos, pero era hasta cierto punto repugnante para él azabache y pensar que había seguido su juego le hacía sentir un poco estúpido, pero aprovechará ese momento para investigar y recolectar información acerca del paradero de los Novarum, después de asaltar aquella isla flotante.

Su mirada estaba ausente, completamente perdido en sus pensamientos que no se dió cuenta de lo que se había metido, ¿recoger dulces? le parecía absurdo, pero desde aquel lugar sin salida, parecía no quedarle más que seguirle el juego para salir de aquel lío en el que se había metido, caminó entre la gente, tratando de ver si reconocía a algún aliado pero sin llegar a percatarse de nadie, solamente aquel llamativo disfraz, tan puro, tan santificado que se movía entre las gentes. Una sonrisa se presentó en sus labios y se acercó a la chica que vestía de ángel, poniendose casi a su lado sin mirarla, más que al frente - Hermoso disfraz, ¿y bien? ¿Al final cual es el chiste de recoger dulces? - Le preguntía a la pelinegra sosteniendo en su mano dos chicles largos que se había encontrado mientras se iba acercando a ella.

Stats:

por **Auros** Jue Oct 08, 2015 12:15 am

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#1 'Tirada Divina' : 14

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#2 'Tirada Divina' : 16

por **Greed Gaziel** Jue Oct 08, 2015 1:29 am

El avaricioso pelinegro, se mantuvo en su lugar, claramente esperando porque más dulces salieran de esa fuente azul. Cuando finalmente pudo tener un poco más, presto más atención a aquel laberinto frente a él, que por alguna razón antes no le había llamado la atención. Con mirada soberbia y orgullosa, el avaricioso tomó las riendas de Diablo y comenzó a caminar junto a él hacia la entrada de aquel laberinto, bastante calmo, disfrutando del juego que Mekkoh les había preparado. – Oye, vamos con un buen record, seguro ganamos esto y nos llevamos el premio grande – Comentó de una forma macabra el demonio dentro de la cabeza de Greed, haciendo retumbar su propia risa en sus pensamientos, cosa que causaba una jaqueca en el pelinegro. – Si, pero cállate Gaziel, no tengo ganas de escucharte – Respondía Greed poco amigable ante sus inseparable compañero mental. A lo que aquella segunda conciencia, avaricioso y demoniaca solo rio, como si fuera un chiste.

El revolucionario tiraba de las riendas de su corcel mientras se adentraba en el laberinto, a paso calmado, observando con cuidado en cada esquina, dándole igual si se perdía, pues no conocía alguna forma para salir de allí que no fuese caminar confiado. – A ver… si doblamos por aquí seguro encontramos mucho oro – Susurraba el pelinegro para sí mismo, hasta dar la vuelta en la esquina, de pronto sentir como perdía las riendas de su corcel. Al girar la vista por sobre su hombro en busca de la pesadilla no puedo encontrar esta, como si la misma hubiera desaparecido. El avaricioso frunció el ceño, le desagradaba completamente la idea de que Diablo no estuviera ahí. – ¿Diablo?- Alzó su voz el revolucionario, sonando firme, como si una orden estuviera dando. Ahora comenzaba a sentirle un gusto amargo a ese juego que el tal Mekkoh había preparado. ¿Dónde estaba su mascota? ¿Por qué no aparecía cuando le llamaba? ¿A caso era parte del plan de ese espantapájaros el quitarle a Gaziel su mascota? Sin importar que fuese, el avaricioso se mostró decidido, y puso mirada al frente con el ceño fruncido, molesto ante la situación que se le presentaba, apretando su puño y continuando avanzando por el laberinto sin la compañía de su corcel en aquella pesadilla.

De pronto, en aquel recorrido, sus orbes purpuras se encontraron con una bandera clava al suelo en medio del camino, no era un dulce, pero parecía importante. El avaricioso se acercó a la misma y la desclavó, viendo el diseño de esta, claramente tendría alguna importancia, una imagen parecida a la calabaza de Mekkoh iba sobre ella así que decidió guardarla. Comenzó a caminar un poco más tras de eso, y sin darse cuenta volvió donde lo nodos, viendo que bastante gente aún estaba allí, y mientras se dirigía a uno de color rojo revisó su bolsillos para ver que ninguno de los chicles que llevaba se encontraban ahí. ¿Acaso los había perdido por él camino? ¿O era parte del juego perderlos al tomar una bandera? Pero lo más importante. ¿Dónde había quedado su corcel? No le gustaba perder sus cosas, y por unos momentos sintió al sensación de que si entraba dentro de aquel laberinto volvería a perder algo.

Spoiler:

por **Auros** Jue Oct 08, 2015 1:29 am

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'Tirada Divina' : 17, 27

por **María Sforza** Jue Oct 08, 2015 1:56 am

Sonriente entregaba dulces a los hijos de revolucionarios que se encontraban en Chaos, aquellos que no querían moverse a Revolution City por tener una familia ya establecida en aquel reino. Amable, María decidió dar unos pocos caramelos, llevando un disfraz demasiado sencillo, pues solo tenía unas orejitas y cola de gato color negro, imitando su apariencia de rakshasa. Los pequeños se amontonaron alrededor de la revolucionaria, pidiendo sus dulces antes de que alguien más llegara a comerselos, ella por su parte empezó a reír por tal insistencia, dando unos cuantos puños a cada niño.

Una pequeñita se le acercó con timidez, abriendo su costalito parchado y pidiendo con una suave vocecilla dulces de fresa. Buscó dentro del costal algunos chiclosos, así como paletas y dulcecillos varios con ese sabor, dandole gusto a la menor, quien sonrió ampliamente con su bolsita llena de caramelos. María cerró el costal, que ahora tenía menos de la mitad de dulces que había llevado.

Al despedirse de los revolucionarios, una extraña voz se metió en su cabeza, indicándole el lugar al que debía asistir. No supo qué pasó consigo misma, pero al percatarse de su entorno, la joven morena ya se encontraba pasando la lúgubre entrada del lugar, topándose así con lo que parecía ser el escenario de una fiesta de disfraces. María enrojeció visiblemente por tan simple traje, muchos llevaban cosas más elaboradas y ella simplente tenía unas orejas y colita, la última un tanto torcida.

En su momento derrotista fue cuando sintió el calor emanar de la cabeza de su anfitrión, retrocediendo unos cuantos pasos, y siendo víctima de un extraño vértigo que la hizo desmayarse. Antes de desvanecerse por completo, María se percató que los demás invitados tenían reacciones parecidas a las propias.

Una paleta de fresa fue lo que la hizo despertar, cayendo fuertemente sobre su frente y es que el caramelo macizo era realmente duro. Se puso de pie con cierta lentitud, no dejando de sobar su adolorida frente, observando de un lado a otro sin encontrar alguna otra persona cercana a ella. Fue entonces que notó a una pequeña silueta alejándose del lugar, no entendiendo por qué no la miró antes, decidida a perseguirla para evitar sentirse sola.

María corrió tras la menor, perdiéndose en lo que parecía ser un laberinto, captar su aroma era el principal problema pues la niña no desprendía olor alguno. Se detuvo, pensando que quizás aquello que perseguía no era físico, permitiendo que un escalofrío recorriera su columna ante la idea de perseguir a un fantasma. Temblorosa, siguió caminando por el laberinto, pero una escena frente a ella la dejó paralizada, abrazándose a sí misma por lo que sus ojos captaban.

—Me duele, mamá, me duele— susurró una pelinegra un poco más joven que ella, estirando su brazo hacia la hermosa mujer morena que la observaba con frialdad, mientras un hombre mayor tomaba su virginal cuerpo —por favor, por favor, ayúdame— volvió a suplicar en voz baja.

—Esto es por la revolución, María— dijo severa, dándole la espalda a la pequeña —y por la revolución, no me importa sacrificar a mi propia hija— la mujer fue desapareciendo ante los gritos desesperados de la joven, queriendo retirar al hombre que seguía sobre ella.

María sostuvo su cabeza con ambas manos, cayendo de rodillas al suelo, temblando asustada por lo que acababa de presenciar. El miedo recorrió cada poro de su piel, no logrando ponerse de pie. Esos recuerdos dolorosos que creía olvidados, se hacían presentes en ese lugar y no podía hacer nada para evitarlo.

—Quiero irme de aquí

caramelos:

por **Auros** Jue Oct 08, 2015 1:56 am

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'Tirada Rango 3' : 4, 3

por **Toru** Jue Oct 08, 2015 2:43 am

-¡Queremos dulces de Halloween, si no nos dan, son unos codos, y si nos dan... se quedaran, para la fiesta de Halloween. Halloween! - El pequeño cantaba emocionado, imaginándose el montonal de dulces y golosinas que recibiría, sin saber lo que en realidad le esperaba. No sabía como, pero habida llegado a un castillo de un lugar que nunca había visitado antes... ¿Que importaba? Habría cosas gratis. Sentía una extraña tranquilidad y una confianza a su alrededor inexplicable, pero ignoraba cualquier tipo de advertencia que su subconsciente le mandara, pues otra parte de su cabeza decía a gritos ¡Diversión por todas partes!

Pasaba despreocupado, recorriendo la mansión contento. Conocería a mucha gente, comería muchos dulces, podría hacer lo que quisiera y nadie le reprocharía ¿Qué podía ser mejor?.
Iba él solo, pues no había ningún guardián que lo acompañase, pues parecía que el mundo quería que permaneciera solitario, teniendo tan corta edad. Toru le restaba importancia, y trataba de encontrarle el lado positivo a su triste situación. Era libre de dormir hasta tarde, podía comer cosas deliciosas cuando quisiera sin tener que pagar (ni ser descubierto) y jugaba todo el tiempo que el deseara.

Una vez empezada la fiesta, caminaba entre la multitud que se reunía en el patio del castillo. Miraba los disfraces intrigado, curioso por descubrir de qué se trataban y quien se podría encontrar debajo de ellos. Creía que su disfraz era el mejor de todos, pues él lo tenía guardado solo para ocasiones especiales, ósea: La noche de Halloween. Al fondo pudo notar un disfraz más llamativo, uno que incluso tenia efectos especiales. Miro al anfitrión sorprendido, pero no tenía idea de que estaba hablando, pues el solo notaba la cabeza de baya que se movía de un lado a otro. -Je je... ¡una calabaza no asusta a nadie!- El pelirrojo se atascaba de dulces, su energía saldría disparada en cualquier momento, eso era seguro, pero no le importaba, el solo quería disfrutar y divertirse.
Estaba bastante concentrado en el azúcar que llevaba a su boca, pero segundos después alcanzo a ver un nodo - ¡Caramelos especiales! - Dejo caer lo que tenía en las manos al suelo, sin importarle el desastre que causaba, y corrió al nodo, con unas ganas tremendas de lanzarse un clavado para poder sumergirse entre tanto dulce, lo que no sabía era que su felicidad y emoción no durarían mucho tiempo después de eso...

Disfraz de Toru:

Spoiler:

por **Auros** Jue Oct 08, 2015 2:43 am

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#1 'Tirada Rango 1' : 8

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#2 'Tirada Rango 1' : 10

por **Morte N. Bloodlust** Jue Oct 08, 2015 3:11 am

Se sentía emocionada ante la idea de asistir a una fiesta de disfraces, una idea que fue plantada en su mente sin percatarse. Sonrió ligeramente ante el disfraz que llevaba puesto, aunque tratándose de su apariencia, no era necesario llevar tal cosa, Morte tenía alas y cuernos, un vestido simple era suficiente para verse bien, pero ella igual quería divertirse, deseaba experimentar lo que era usar uno de esos trajes... aunque de colegiala no parecía ser muy aceptable. Las miradas masculinas se posaban pervertidas sobre ella, a lo que la mujer solo supo sonreír y saludar.

Llegó al castillo donde la fiesta se llevaba a cabo, quizás un poco tarde pues al pasar el gran portón, una cabeza de calabaza empezaba a incendiarse, no sabiendo si tomarlo como el inicio de la fiesta o un accidente, pero un extraño sopor comenzó a inundar sus ojos, como si el sueño fuese más fuerte que ella y la llevara a dormir. Pero Morte no cayó, en lugar de eso fue como un parpadeo muy lento, pues a pesar de tener sueño se quedó de pie, terminando por notar que el lugar parecía un tanto diferente al usual, quizás por esas extrañas luces que salían del suelo.

Buscó algún conocido antes de tan siquiera darse cuenta del montón de dulces que salían de aquellas columnas de luz, encontrándo a quien parecía ser el primo dei molestando a una jovencita. Ella sonrió, acercándose un poco más para situarse a su lado, codeandole como si fuesen amigos de toda la vida, pero ella no tenía problema de hablarle de manera informal.

—Al primo dei le gusta recolectar dulces— dijo sonriente, encontrando en los bolsillos de su sudadera un par de dulces —incluso aparecen por arte de magia, que cosa tan curiosa— Morte se dedicó a observar a la hermosa joven con traje de ángel, bajando un poco la mirada al notar como el mayor parecía ponerle un poco más de atención a ella. Un pesado suspiro escapó de sus labios, retirándose del lugar poco a poco.

Su alrededor se volvió negro, mientras que la gente empezó a desaparecer, Morte no entendía lo que estaba pasando, pero empezaba a temer, la luz se fue apagando y el bullicio de la gente ahí amontonada se fue con ella... y quedó sola. Fue en ese momento que su sereno rostro se mostró aterrado, dando un fuerte paso hacia atrás y un fuerte grito que se hizo escuchar en toda esa oscuridad.

—No quiero estar sola— susurró la dama, no sabiendo como escapar de aquella ilusión que la comía por dentro.

Disfraz:

caramelos:

por **Auros** Jue Oct 08, 2015 3:11 am

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'Tirada Divina' : 13, 14

por **Airin Apple** Jue Oct 08, 2015 8:52 am

Todo estaba resultando realmente extraño. No solo porque de repente había aparecido ese noble en ese lugar para querer llevarla con él. Las demás personas que estaban con ella comenzaron a hacer cosas realmente extrañas. Era tanto extraño como sorprendente ver a otras personas hablar se supone que a alguien invisible o al menos Airin no lo veía, o tal vez hablaba consigo mismo.

El noble empezaba a insistir en el asunto de llevarla con él a Tempus y así al fin casarse, pero desde luego Airin después de lo que había luchado no iba a dar su brazo a torcer, tenía que hacer algo. No debía huir, ya había huído yendo al reino de Spatium, debía enfrentarse a ello.

Eso era, ahora se daba cuenta la pelirroja, en ese lugar lo que pasaba es que sus miedos se iban manifestando y no debía huir de ellos. Tenía que combatirlos y uno de sus mayores miedos en ese momento era ese.

—Mira, me da igual lo que me digas. Yo decido a mi misma lo que quiera hacer. Si yo no deseo casarme con vos, no voy a hacerlo por mucho me lo ordenes. No eres quien ante mí para mandarme además, no eres mi padre. Solo un simple noble que le dio el capricho de casarse conmigo solo por mi color de pelo.

El noble se quedó anonadado ante las palabras de Airin, al fin lo había logrado y se había enfrentado a él. Lo que nunca pudo decirle antes lo estaba haciendo ahora. En ese momento el chico dejó de hablar y se quedó apartado de ella, sin intención de seguirla.

La joven tranquilamente, se acercó a un nodo, este era de color amarillo y agarró dos caramelos más, a la vez que se encontraba al lado de una cara conocida. Una joven peli azul que ya había visto sobre todo en el reino de Spatium en varias ocasiones.

—Vaya Astrid, parece que os atrajo también el venir aquí a por dulces.

Spoiler:

por **Auros** Jue Oct 08, 2015 8:52 am

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'Tirada Rango 1' : 7, 1

por **Izaak K. Arliden** Jue Oct 08, 2015 8:58 am

Sin duda le llamama mucho más la atención aquel disfraz de ángel, es muy elaborado además de que al no encajar en la fiesta lo hacía perfecto, si hubiera un concurso, sin duda votaría por ese hasta el final. Su plática se vio interrumpida por un codazo y su plan de infiltración en busca de información se había hecho mierda al momento que la femina delató al azabache, su posición significaba un completo secreto, pero ahora, se sentía como las banderas de Mekkoh, todos desesperados por alcanzarle o matarle. La miró de reojo, con cierta irritación, pero al poco rato todos se fueron introduciendo más, pero el azabache fue a paso lento, revisando poco a poco el lugar hasta que volvió a encontrar otros dos caramelos.

Sin mucho que decir miro una de las banderas, tenía los puntos para obtenerla, sin embargo dudaba que por su buena suerte cogiera una, así que su meta era reunir más caramelos para tener más chance de robar banderas. Todo parecía ir viento en popa cuando un sonido agudo le hizo tapar sus oídos, Morte gritaba a los mil vientos, con una fuerza devastadora, enojado, se acercó a ella y le golpeó - ¡Detende! ¿nos quieres matar a todos? - Le espetó, pero ella parecía no reaccionar ante el golpe del azabache y no parecíera querer dejara de hacerlo.

Su resonante y aguda voz comenzaba a irritarle, entonces comprendió que había sido víctima de las pesadillas de Mekkoh, soltó un bufido, la abrazó por la espalda y le tapó la boca, mientras acariciaba su cabello para tratar de tranquilizarla - Ya, ya, no estás sola, yo estoy aquí - le dijo con voz dulce al oído, para intentar calmarla, parecía surtir efecto y el tenso cuerpo de la Custos se hacía más blando y esponjoso, se alejó enseguida, frunciendo el ceño, sus mejillas estaban hasta cierto punto teñidas de un suave color carmesí, llevaba mucho sin abrazar a una dama, tampoco había pensado que Morte destilara un aroma tan suave y acojedor. Se tranquilizó y la miró afilando la mirada - que caigas en un truco tan bajo es realmente estúpido, creí que eras más fuerte - dijo el Primo, encogiendose de hombros y soltando un pesado suspiro.

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Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
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Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater