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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
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Categorías | Chaos | Spatium | Tempus | Revolucionarios & Anti gobierno | |
Territorio | 225 | 240 | 110 | 80 | |
Infraestructura | 170 | 320 | 330 | 60 | |
Vehiculos | 150 | 150 | 195 | 250 | |
Armamento | 90 | 21 | 21 | 45 | |
Soldados | 80 | 70 | 70 | 110 | |
Prestigio | 80 | 50 | 120 | 120 | |
Total: | 1435 | 3747 | 1531 | 2085 |
MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
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Categorías | Chaos | Spatium | Tempus | Revolucionarios & Anti gobierno | |
Vehiculos | Lvl 0 | Lvl 0 | Lvl 0 | Lvl 0 | |
Infraestructura | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | |
Armamento | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | Lvl 1 | |
Links Necesarios: | Info del sistema | Ramas de mejoras | Tierras dominadas | Contador de puntos |
MEJORAS DE CHAOS
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión) | 21/8/2016 |
MEJORAS DE SPATIUM
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión ) | 24/8/2016 |
MEJORAS DE TEMPUS
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Armamento | 1 | Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado) | 21/8/2016 |
MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
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Tipo | Nivel | Mejora | Adquirida el día | ||
Mejora de Armamento | 1 | Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado) | 26/5/2016 | ||
Mejora de Infraestructura | 1 | Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión) | 21/8/2016 |
¿Un brindis? [Kishimura Sho]
¿Un brindis? [Kishimura Sho]
Pasado el medio día, en la entrada Este de la ciudad
Acababa de entregar al criminal que le había sido encomendado, capturado y muy golpeado, lo presentó ante quienes la habían contratado y cobró su dinero, un buen monto por las molestias y por la rapidez de la realización del trabajo, satisfecha, Alexia con un seco asentimiento se alejó del grupo y una pequeña sonrisa tiró de la comisura de sus labios mientras recordaba la paliza que le dio a aquel sujeto cuando lo había encontrado, emprendiendo luego su camino hacia el centro de la ciudad. Disponía del fondo financiero para hacer su pequeña celebración de trabajo realizado y no desaprovecharía el viaje a Tempus.
Caminó por las calles de aquella moderna ciudad con cuidado de no resbalar a causa de la capa de nieve que cubría el suelo, arropada con su inseparable capa y con la capucha puesta miraba enfocándose en encontrar un buen lugar en el cual pasar el rato, hoy quería divertirse y un bar era la mejor opción, aunque antes pasearía por los alrededores para curiosear ya que eran muy pocas las veces que eran requeridos sus servicios por estos lares.
Centro de Ciudad Fedder
Al anochecer
Luego de recorrer varios sitios a cada cual más novedoso, llegó a uno en particular, que destacaba más por las luces que adornaban la entrada, y un ingenioso nombre al que Alexia ni siquiera miró, sólo entró y se encontró con que allí sonaba buena música electrónica, luces de todos los colores recorría toda la extensión del lugar, la barra atendida por muchos hombres y mujeres, mesas distribuidas de forma estratégica y varias salas que según pudo adivinar, serían los VIP, una pista de baile bastante amplia en donde ya se encontraban algunos bailando al son de la música que era mezclada por un talentoso DJ. No perdió tiempo y se sentó en la barra, casi ni se dio cuenta cuando uno de los que atendían se acercó para tomar su pedido
- Déjame ver lo que ofrecen y ya te llamo luego- le dijo al muchacho, a lo cual le entregó la carta de los tragos que allí se servían
Con paciencia, Alexia miró cuidadosamente todos y cada uno de los nombres e imagenes de los tragos que aparecían allí, e irónicamente se inspiraban (al menos en los nombres) de algunas razas de seres, y hubo uno que llamó su atención en particular, consistía en un cóctel de color azul cielo, inspirado en las sirenas, llamado Qidí seguramente escrito en algún otro idioma.
-Quiero un Qidí- le dijo mientras entregaba la carta de tragos, sin siquiera mirar lo que contenía- acompañado de algo para comer... una hamburguesa- el chico apuntó todo y se retiró
Luego de unos momentos, el joven regresó con su pedido y antes de beber nada, Alexia se devoró la hamburguesa, no había comido mucho durante su recorrido y ahora su estómago lo estaba reclamando, tomó una bonita servilleta desechable del dispensador que tenía cerca y limpió su boca, y ya con algo en el estómago, dio su primer sorbo a su vaso y éste le supo a gloria, un poco fuerte, pero ideal para el clima demasiado fresco que hacía fuera, no supo adivinar qué contenía, pero tampoco le importó demasiado ya que le pareció buenísimo.
-Por los trabajos divertidos y bien pagados- brindó a la nada
Pasado un rato, observó que en la entrada se armaba un pequeño alboroto, ya que la gente se amontonó allí y murmuraban, Alexia miró y vio que en ese momento ingresó un grupo de personas, cabe destacar que lo que le pareció fuera de lo común es que la gente se separaba al paso de quienes llegaban. No le dio más importancia y siguió a lo suyo mirando alrededor, miraba hacia la pista y veía a la gente bailar, la música era pegajosa, mas ella se quedó sentada pero aún asi no se volteaba, en un momento alguien fue a la barra a pedir tragos, momento en el que ella iró hacia las mesas y se fijó en unos bonitos ojos que estaban a la distancia, aguardó hasta hacer contacto visual, le sonrió y elevó su copa a modo de brindis, Tempus parecía tener mucho tipo de gente
Re: ¿Un brindis? [Kishimura Sho]
Nuevamente me encontraba en la oficina de mi superiora, la almirante Doragon. La última vez que estuve en aquella sala de manera urgente fue durante mi día libre, puesto que había recibido una citación por parte de la Ministra Hellmond para que Kanu me informara acerca de la vacante del cargo de vicealmirante y que yo sería quien ocuparía ese nuevo puesto vacío. Ya llevaba más de una semana con mi nuevo rango y un nuevo navío de última generación. Aún no tuve la oportunidad para estrenar mi nuevo "tesoro", ya que le estaban dando los último detalles a éste, pero la oportunidad ya llegaría.
A lo que iba... Ésta vez la almirante me había llamado a su oficina para encargarme una misión junto a un pequeño grupo de cruisers. El encargo era nada más dirigirnos hacia Fedder para investigar la situación en aquella área del reino. Reuní a mis subordinados, les expliqué lo que haríamos y les di un par de horas para que descansen y se prepararan bien, en caso de que algo llegara a suceder. Luego de que el plazo se cumpliera el pequeño grupo de marinos y yo nos encontrábamos en el teletransportador de la base para dirigirnos a nuestro destino. Era la única manera de llegar allí sin tener que realizar una larga caminata, porque si realizábamos el viaje en barco deberíamos embarcar en la costa y caminar unos cuantos kilómetros, pero sería demasiado para los nuevos reclutas, así que opté por utilizar un modo de viaje más rápido y efectivo para éste misión.
Nuestra estadía en Fedder sería de dos días como mínimo, más en caso de que ocurrieran sucesos inesperados. Nos dividimos en tres pequeños grupos y organizamos bien cómo comenzaría la vigilancia en la ciudad. - Si algo llegara a suceder, no duden en contactarme. Confío en que podrán encargarse de todo, pero por si acaso mantenganme informado. - Dándoles un pequeño aviso a mis subordinados les di la espalda en dirección al sector que había designado para mi grupo. - ¡Ah! Luego de ésto los llevaré a un bar que conozco por aquí, pero no le digan nada a la almirante Doragon o si no me matará jaja~ - Dije con un tono alegre y a modo de broma para calmar un poco a los cruisers que estaban bajo mis órdenes.
Las horas pasaron volando porque, para cuando nos dimos cuenta, ya habíamos terminado de recorrer las áreas marcadas para ese día. Todos nos encontrábamos en el punto de reunión para compartir los informes acerca de la ciudad. Tomé nota de cada una de las palabras y de los hechos que sucedieron. - ¡Bueno! Creo que por hoy es todo. Mañana continuaremos con los sectores restantes, ¿Si? - Decía yo mientras me desperezaba un poco. Trabajos como estos no eran mis favoritos, pero si Kanu me lo ordenaba en persona no podía decirle que no.
La luna hizo su aparición, decorando el hermoso y helado cielo del reino. El equipo y yo nos dirigimos a uno de los hoteles de la ciudad. Debido a mis constantes viajes a aquella ciudad ya conocía al dueño de aquél lugar ya que siempre me hospedaba en el mismo lugar. - ¡Jo! Teniente Kishimura, ¿O debería llamarlo "vicealmirante Kishimura? Me alegra recibirlo nuevamente. ¿Qué lo trae por estos lares? - Preguntaba con una amable sonrisa. - ¿Cómo te has enterado del ascenso? Jaja. Me alegra ver que te encuentras bien, Dan. Y como podrás ver, vengo con varios marinos. Estámos en una misión hasta mañana, o eso espero. - Le respondí haciéndome a un lado para que él pudiera ver al pequeño grupo que me acompañaba. - ¡En fin! Necesitamos unos... dos... cuatro... unos 10 cuartos. Cárgalo todo a mi cuenta, sabes que te pagaré después. - El dueño del establecimiento sonrió nuevamente diciendo que no era necesario el pago, puesto que era por cuestiones laborales de la marina, además de que él ya me debía unos favores por ciertos acontecimientos que tuvieron lugar meses antes. Cada cruise tenía la llave de su propio cuarto, incluyéndome, pero antes de que cada uno se marchara les recordé acerca de la salida al bar que les comenté antes. Todos me miraron extrañados, puesto que pensaban que se trataba de una broma.
Vestidos para la ocasión, sin necesidad de vestir con nuestros uniformes, nos dirigimos a la zona céntrica de la ciudad en busca del bar al que yo solía ir de vez en cuando. Yo vestía con una camisa blanca, con los últimos botones desabotonados, y mi fiel abrigo del mismo color con detalles de color negro. Al llegar a la puerta del establecimiento podíamos oír la música electrónica que estaba pasando el DJ. Les pregunté a mis ex subordinados, temporales, si les gustaba ese tipo de música y todos asintieron, incluso un par de ellos ya estaban bailando en la entrada y ni siquiera habíamos entrado aún.
Uno de los miembros de seguridad del lugar nos prohibió la entrada, pero no nos daba una clara explicación del porqué. Yo mismo, antes de llegar, le había dicho al grupo que, por lo que quedaba de la noche, no éramos miembros de la marina porque podríamos llegar a conseguir algún problema con revolucionarios que solían visitar el lugar. Organicé esa salida para que se divirtieran y nos conocieramos más fuera del área de trabajo, no para conseguir peleas innecesarias. - Hmm... Si no nos das una clara explicación del porqué nos prohibes la entrada, entonces tendré que entrar por la fuerza. No me obligues, no te conviene. ¡Vamos, entremos! - Sin más que decir seguí avanzando, a pesar de que el de seguridad se encontraba enfrente mío. Era más grande y musculoso que yo, pero eso no significaba que era más fuerte que yo. Sin ningún esfuerzo lo aparté del camino y con mi grupo logramos entrar.
Varios de los clientes que estaban cerca de la puerta voltearon al escuchar la pequeña discusión que había tenido con el guardia segundos antes, para luego seguir con sus actividades. Sin muchos problemas logramos encontrar una de las mesas más grandes, donde pudimos sentarnos todos. Ni bién tomamos asiento y nos acomodamos, se nos acercó una bella camarera de ojos celestes y cabello rubio quién tomó nuestros pedidos. Yo fui el último en decidir que beber. - Yo quisiera, además de la comida que ya pidieron, un "Mage on the rocks", si no es mucho problema. Aunque también me gustaría tu número~ - Le dije guiñando un ojo a la camarera quién inmediatamente rió algo nerviosa y se alejó rápido de la mesa. Mis camaradas comenzaron a reír por lo sucedido. - ¡¿Qué?! ¿Dije algo malo? - Pregunté tratando de mantener esa actitud seria, pero el momento me había ganado y me uní a las carcajadas. Cuando la joven regresó con todo lo que pedimos, se acercó a mi para entregarme una servilleta escrita con un número de teléfono y se marchó sin decir nada. - ¡¡Ese es nuestro superior!! - Dijo uno de los muchachos mientras levantaba su jarra en señal de brindis. - ¡Oigan! No estamos trabajando ahora. Pueden decirme Sho si quieren, no me enfadaré, ¿Si? - Tomé mi bebida de nombre gracioso y le di el primer sorbo uniéndome al brindis.
La noche recién había comenzado para nosotros, y con el paso de los minutos cada uno se separaba del resto para disfrutar del momento. Algunos fueron a bailar, mientras que otros permanecieron sentados conmigo para conversar acerca de la marina. Los tragos se habían acabado, así que uno de mis acompañantes se ofreció para buscar más. Nosotros, quienes permanecíamos sentados lo seguimos con la mirada, pero mis ojos se desviaron hacía una mujer de largos cabellos oscuros. Ni bien posé la mirada sobre la fémina, ella volteó para donde estábamos nosotros e hicimos contacto visual. Me saluda con una bella sonrisa mientras levantaba su copa para hacer un brindis. Le respondí de la misma manera, con una sonrisa y alzando mi vaso vacio. - No es justo. Sho se quedará con todas las bellas mujeres del lugar, así que si no le importa yo iré a hablar con ella... - Dijo uno al mismo tiempo que se ponía de pie, pero apoyé mi mano sobre su hombro para ayudar a levantarme, provocando que éste sujeto regresara a la posición de sentado. - Ten. Siéntate, Marco... - Le entregué la servilleta con el número de la camarera antes de acercarme a la fémina que estaba en la barra. Tomé asiento a su lado, y volteé para verla a los ojos y sonreírle nuevamente. - ¿Por qué brindamos hoy? - Fue lo primero que le dije a la mujer, quién se veía aún más bella a corta distancia. Le hice una seña con la mano al barman para que me sirviera lo mismo que ella estaba bebiendo.
Re: ¿Un brindis? [Kishimura Sho]
La música que sonaba era pegajosa, y el ritmo se colaba en la piel de la joven caza-recompensas haciendo que moviera casi imperceptiblemente los hombros al ritmo de la cambiante música, mucha gente pasaba a su lado, miraban el trago que tenía en la mano y luego a ella, cosa que en cierto punto la molestó, ¿cual era el problema de ellos con su bebida?. En ese momento escuchó al chico hablar a lo que ella le respondió volviéndose un poco hacia él, ya que por la música fuerte no lograba escucharlo bien, y para no hablar a gritos.
-Pues... para comenzar- dijo mirando directamente a sus ojos - ¿Por el destino?- sonriendo miró cuando el camarero le traía el vaso al joven, un Qidí, como el de ella, eso sorprendió un poco a Alexia, aunque lo disimulo bastante bien.
Chocó su vaso suavemente con el del joven mientras la sonrisa no dejaba su rostro, le había gustado el color de los ojos del chico y no se molestaba en ocultarlo. Sintió un escalofrío en su nuca, disimuladamente apoyó la espalda en la barra y miró hacia la derecha, allí pudo percibir la molesta mirada de una camarera que allí trabajaba, bastante linda, pero todo se le iba al traste con el mohín que formaba y la cara de enfado que tenía, Alexia levantó una ceja de forma inquisidora, no tenía ni la más remota idea de cual era el problema de la joven, ni siquiera recordaba haberla visto antes en ningún lugar. Su atención fue cambiada luego de unos segundos, volteando rápidamente para que el joven con quien ahora estaba no pensara que lo estaba ignorando
- Por cierto, soy Alexia ¿y tu eres?- le preguntó justo en el momento en el que "sin querer" la camarera pasaba por ahí, miró de mala forma a la fénix y haciendo caso omiso de la chica, se pegó al brazo del muchacho, dejándole una bebida
- Cortesía de la casa- Ronroneó la camarera quien sin querer, se le escapó una risita nerviosa, haciendo que Alexia riera disimuladamente ante la situación, luego alzó las cejas de manera confundida, mirando al joven preguntándole con la mirada si acaso el sabía algo de lo que pasaba allí. A su parecer, esa actitud era algo bastante... invasiva. La camarera volteó con una mirada de superioridad, a lo que ella simplemente sonrió de lado de forma desafiante, miró de reojo y vio a un sujeto que en ese momento pasaba cerca de ellos al otro lado de la barra, lo que lo hacía destacar era que parecía ser algún jefe importante ya que todos intentaban mostrarse trabajadores, excepto la chica, quien tenía su atención en el joven.
-Hey, ¿podrías traerme de nuevo la carta de tragos?- le pidió, en respuesta la chica la miró de mala forma- mi vaso está vacío y quiero otro- explicó mientras le daba el último sorbo a su vaso, cerciorándose que el jefe las escuchara
-estoy ocupada- respondió de mala forma, haciendo que Alexia la mirara con las cejas alzadas y divertida, de pronto la camarera se puso pálida como una hoja al ver a su jefe con cara de pocos amigos en la barra tras la muchacha que le había pedido la carta de tragos, no estaba muy contento con la actitud de su empleada, la llamó a las cocinas y pidió disculpas en nombre de la chica, luego ambos se fueron a la cocina.
Una vez se fueron, reinó el silencio por un instante, aunque la fénix no pudo aguantar más la risa y soltó una carcajada, divertida por la situación que había ocurrido recién ya que nunca había pasado por eso, no de esa forma claro está.
- Lo siento, lo siento- se disculpó con el chico, pensando que quizás le había molestado, pero de arrepentimiento no mostraba nada por culpa de la risa, mientras se limpiaba una lagrimita producto de la misma- No pude evitarlo realmente
Re: ¿Un brindis? [Kishimura Sho]
La clientela estaba en movimiento constante, caminando de un lado para otro, algunos se dirigían a la pista de baile mientras que otros regresaban a sus asientos luego de bailar un poco. Volteé un instante hacia la mesa donde se encontraban mis compañeros para ver como se encontraban. Al cruzar miradas con Marco, levanté mi vaso en señal de brindis y luego regresé la mirada a la fémina quien estaba al lado mío, pero ella parecía estar concentrada viendo algo, o a alguien. A los pocos segundos regresó su atención hacia mi persona y se presentó. - Encantado, Alexia. Yo soy Kish... - Cortesía de la casa~ - De pronto, alguien me tomó del brazo mientras dejaba sobre la barra un nuevo vaso de "Mage on the rocks". Sorprendido por lo sucedido giré la cabeza para ver de quién se trataba, para darme cuenta de que la responsable era la camarera que nos había atendido a mis subordinados y a mi. La camarera a la que le había pedido su número. Miré nuevamente a Alexia, quién con la mirada me preguntaba si yo entendía algo de lo que sucedía, y con algunos gestos traté de decirle que tal vez sabía porque sucedía esto.
La mujer de cabello castaño, con un tono elevado en su voz para que los demás oyeran, le preguntó a la camarera, quien no dejaba de soltarme, si le podía traer de nuevo la carta de tragos ya que su vaso estaba vacío y querías ordenar algo más. La rubia, sin quitarme la vista de encima le respondió de mala manera diciendo que estaba ocupada en ese momento, pero al sentir la presencia de una persona que estaba detrás de la barra, me soltó y su expresión pasó a demostrar algo de miedo por ver a su jefe quien la escuchó. El sujeto alto, antes de marcharse con la joven, nos pidió disculpas por lo sucedido y aseguró que no volvería a suceder.
A pesar de la música a todo volumen, entre nosotros se había producido un silencio algo incómodo, pero no duró mucho porque la mujer de ojos café comenzó a reírse y yo la acompañé. Había sido algo incómodo el momento, pero a la vez bastante cómico. Ella se disculpó conmigo. - No tienes porqué disculparte. Creo que ha sido culpa mía todo ésto. Verás, uno de mis compañeros quería el número de la camarera, pero no se atrevía a pedírselo así que le hice el favor y se lo pedí yo... Aunque supongo que en ningún momento le comenté que yo no quería el número para mi. Tal vez por eso se produjo este malentendido. - Le expliqué a la joven. Entre la música, los gritos de mis compañeros y la comida me habré olvidado de ese pequeño detalle, pero al no hacerlo disfruté de una escena bastante cómica.
Con la espalda apoyada sobre la barra, miré sobre mi hombro y vi el vaso que me había traído la rubia, que ahora se encontraba con su jefe. Giré un poco para poder agarrarlo y antes de darle el primer sorbo me detuve al recordar que ella no tenía ninguna bebida. - Ten, de parte de la camarera ja ja. - Acompañado con una leve risa le entregué mi trago. - Ahora recuerdo que no logré presentarme. Me llamo Kishimura Sho. Encantado de conocerte, Alexia. - Dije mirándola fijamente a sus ojos. - ¡Y yo soy Marco! - La figura de mi compañero apareció frente a nosotros. - ¿Se te ofrece algo, Marco? - Arqueé una ceja en espera de una respuesta. - ¿Así que Alexia, eh? Qué hermoso nombre para una hermosa mujer... - Había sido totalmente ignorado. Antes de que pudiera decir algo más, el cruiser me miró desafiante. - ¿Quieres quedarte con todas la mujeres del lugar, ¿No es así? Pues, pelearé por ella... - En ese momento cuatro subordinados más aparecieron para tratar de detenerlo. - Ve a descansar, Marco. Estás ebrio. Muchachos, si ya se van llévenlo con ustedes, por favor. - - ¡Usted no puede darme órdenes, Sho! No estamos en horario de trabajo. - Me puse de pie frente al sujeto, quien era mayor que yo en edad, pero no en rango. - Mañana a las ocho y media de la mañana te quiero en condiciones para el trabajo. Ve a descansar. - En mi equipo no necesitaba muchas formalidades, siempre y cuando haya respeto por el otro y compañerismo, cosa que él no respetaba en ese momento, por eso fue que me enfrenté a él con una mirada fría como el hielo mismo. Con un gesto le ordené a los demás que se lo llevaran y lo vigilaran, mientras que los presentes en el lugar observaban la situación.
Volteé para quedar frente a frente con Alexia. - Tsk... Siento mucho eso. Al parecer se ha pasado de copas, pero no es un mal sujeto. - Bajé la cabeza algo avergonzado por lo sucedido. ¿Qué otra cosa podría suceder durante esa noche? Saqué el celular del bolsillo de mi abrigo para ver la hora. El reloj marcaba más de la medianoche. No era muy tarde, pero aún así debía trabajar, aunque opté por permanecer un rato más en aquél lugar para conversar con la muchacha que acababa de conocer. La música seguía sonando a todo lo que daban los parlantes del establecimiento. Levanté la cabeza para mirarla y extendía el brazo hacia ella, ofreciéndole mi mano para invitarla a bailar. - ¿Sabes bailar, Alexia? -
Re: ¿Un brindis? [Kishimura Sho]
Abrió un poco los ojos al escuchar que le ofrecía el trago que la camarera le había traído, con una radiante sonrisa lo aceptó y le respondió- A cuenta de la casa- y se unió a la risa del chico
Kishimura Sho... le había dicho que se llamaba, (lindo nombre) pensó mientras sonreía de lado, el tiempo pasaba y su compañía le agradaba cada vez más, el tiempo que hasta ahora llevaba de compañía con el chico era divertido, nada forzado ni nada como usualmente le ocurría, los típicos clichés de (¿Qué hace una hermosura por estos lares y además sola?) o la que más la irritaba, (eres tan hermosa como tu nombre) se acercó un poco a Kishimura, y con un tono suave, le dijo
- ¿Prefieres los formalismos o te llamo solamente Sho?- sabía que había ido un poco lejos con ese actuar, pero quería divertirse y jugar un poco con fuego no la intimidaba, aunque fue interrumpida casi al instante por otro hombre, haciendo que se rompiera el contacto visual entre ellos, reconoció al sujeto que había intentado ponerse de pie y que estaba con él en la mesa y que por lo que escuchaba se llamaba Marco, se notaba en su torpe caminar que estaba algo pasado de copas, y claro, en sus ojos que estaban brillantes.
Kishimura le preguntó si se le ofrecía algo, y el tipo ignorándolo, saltó con uno de esos piropos que a Alexia le disgustaban, haciendo que arrugara el entrecejo molesta, hasta claro, que le ofreció pelea al chico, ella estuvo a punto de mandarlo a freír espárragos al volcán Ragnarok con una mano, pero antes de eso, llegaron más sujetos y detuvieron a Marco, luego observó que el pelinegro les pedía que se lo llevaran con ellos, mientras seguía discutiendo, el sujeto Marco volvió a replicar, era un pesado. Finalmente, el guapo pelinegro lo despachó junto a los hombres, quienes al parecer trabajaban para él.
Parecía incómodo con lo que acababa de pasar, pero Alexia sabía que no era culpa suya lo ocurrido, era simplemente que el sujeto no había sabido controlar el cuándo dejar de subir el codo, nadie más que uno mismo sabía cuando debía parar de beber, y aquel tipo, al parecer no lo supo. Atreviéndose un poco, extendió suavemente su mano hasta apoyarla en su hombro
-No te preocupes- murmuró mientras apretaba suavemente- no puedes comportarte como su niñera, cada uno sabe cuál es su limite, y ¿Marco? al parecer no lo supo, supiste cómo sacarlo de aquí, así que para mí eso es suficiente, además, de haberme encargado yo, no habría estado en condiciones de trabajar mañana- le dijo con una sonrisa mientras retiraba la mano guiñándole un ojo.
Había comenzado a sonar música cada vez más agradable para los oídos de Alexia, y en un momento observó que le extendía la mano, mientras le preguntaba si sabía bailar, a lo que ella, sonriendo de lado de manera desafiante le respondió
- Señor Kishimura, ha usted hecho la pregunta del millón, como se diría- dijo mientras tomaba su mano y se ponía en pie- Hasta la duda ofende- bromeó mientras juntos iban a la pista de baile- Vamos!- dijo por lo alto para que la escuchara, antes si, dejando sus cosas encargadas en la barra a un camarero que pasaba por ahí, yendo por delante mientras era seguida por el muchacho, con una sonrisa aniñada abriéndose paso a través de la gente
Una vez quedó conforme con el lugar se puso a bailar, comenzó a mover las caderas al son la música, dejándose envolver por los acordes que variaban por tiempos, se acercaba al joven y luego se separaba, le sonreía coquetamente y lo miraba a los ojos de vez en cuando, lo empujaba suavemente con la cadera y reía, se tomaba de sus hombros y se movía en sintonía con él, se divertía a lo grande y su acompañante le seguía bastante bien, a su parecer
-Me gusta como baila, señor- dijo sonriendo, mientras le hablada de cerca para no gritar- ¿visitas muy a menudo sitios así?- le preguntó solo para entablar charla mientras bailaban, la gente se empujaba entre ella y en más de una ocación alguien la empujaba por la espalda haciendo que se tambaleara un poco hacia delante, en una oportunidad la empujaron de sorpresa, haciendo que cayera en el pecho del joven, miró hacia arriba y se sonrojó un poco, puso una mano en su pecho y echandose para atrás, siguió bailando, eso sí, con un tierno sonrojo adornando sus mejillas
Re: ¿Un brindis? [Kishimura Sho]
Antes de alejarnos de la barra, ella le dejó sus pertenencias a uno de los empleados para que las protegiera. Avanzamos entre la multitud para adentrarnos más y más en la pista de baile, donde nos colocamos juntos en el centro de la misma. Dejándonos llevar por la música que el DJ pasaba, comenzamos a bailar tanto cada uno por su cuenta, sin alejarnos del otro, como juntos. Los movimientos de la fémina, su energía, su pasión en el baile me atraían más a ella, más allá de aquellos ojos cafés y esa mirada hipnotizante que tenía. De vez en cuando la observaba a los ojos para sonreír le, a lo cual me respondía de la misma manera o con un guiño de ojo. Tampoco faltaban las ocasiones en las que uno se acercaba al otro, como en el caso de ella que bailaba en mi dirección para luego empujarme suavemente con la cadera, o cuando me sujetaba de los hombros y yo la sujetaba suavemente por las caderas para bailar en sintonía el uno con el otro. Podía sentirse como una especie de conexión, debido a la manera en que nos observábamos, jugábamos con el otro y sonreíamos. En ese momento la fémina quien estaba cerca mío se acercó a mi oído y habló para evitar gritar, ya que con el alto volumen podría no oírla. Primero me elogió por mis pasos de baile, para después preguntarme si yo solía visitar ese bar de manera regular. Hice lo mismo que Alexia a la hora de responderle, me acerqué a su oído y le hablé. - Puedes llamarse simplemente Sho jajaja. Y si, cada vez que vengo de visita a esta ciudad paso una noche en este lugar para despejarme un poco del trabajo. - Me alejé un poco y terminé con una amplia sonrisa.
Por alguna razón la gran mayoría de los presentes se habían agrupado en el centro de la pista, donde nosotros estábamos, haciendo que nuestros pasos dejaran de ser tan fluidos por tener que estar evitando a los demás quienes nos chocaban durante sus danzas frenéticas, aunque en ciertas ocasiones resultaba imposible y me pegaban o me pisaban con fuerza. A Alexia en un momento la empujaron con fuerza hacia adelante, por suerte yo logré reaccionar a tiempo y la atrapé para que no cayera al suelo. Colocó sus manos sobre mi pecho para amortiguar el impacto y permanecimos en aquella posición durante unos segundos sin quitarle los ojos de encima al otro. Luego de su pequeño tropiezo y el intercambio de miradas, se apartó un poco para proseguir con su baile, aunque con un mínimo cambio en su aspecto que noté: Se había sonrojado, tal vez por lo sucedido y por estar tan cerca el uno del otro.
El tema había llegado a su final, y teníamos unos pocos segundos antes de que el encargado de la música seleccionara otra canción. - Hmm... Parece que si sabes bailar al final, Alexia ja ja ja. - Comentando en tono burlón se lo decía mientras le guiñaba el ojo derecho. Nuestra breve charla del intermedio se vio suspendida de repente por el inicio de una nueva canción. El público bailaba, gritaba, saltaba al ritmo de la música, y nosotros actuábamos de igual manera que los demás. Todo parecía bien, a pesar de que la gente aún seguía amontonada en el centro del salón, hasta que mi compañera fue empujada nuevamente de manera tan brusca que si no la hubiese interceptado, estaría en el suelo del bar. Me arrodillé a su lado, apartando a todos los que se acercaban bailando y no se percataron del accidente. - ¡Hey! ¿Te encuentras bien? - La ayudé a ponerse de pie nuevamente y cuando por fin pudo levantarse, le di la espalda. Iba a buscar al responsable. Se trataba de un sujeto más alto y de mayor tamaño que yo. - ¿No te has dado cuenta de que casi lastimas a esa mujer con tus torpes pasos sin estilo? - Le pregunté con un nivel alto en mi voz para que me pudiera escuchar con claridad. El pelirrojo volteó y me observó desde arriba, con un aire de superioridad. - ¡No estorbes, enano! - Su intento por hacerse el fuerte, frente a sus amigos y a las chicas que trataba de impresionar, se vio interrumpido por un "enano" que logró detener, sin problema alguno, el puño que él le había lanzado. - No creo que hayas entendido a pesar de que usé palabras simples, así que lo diré así: Irás a disculparte con la joven que está allí. Ahora. - Ahora era yo quién lo veía con superioridad. Una persona como esa no acepta una derrota tan fácilmente. Prosiguió a atacarme nuevamente, aunque sin resultados positivos. Sin previo aviso me dio un cabezazo que me dejó atontado el tiempo suficiente para que comenzara un nuevo ataque que no podía esquivar. La música se cortó y todos los que estaban bailando voltearon para ver lo sucedido, mientras que algunos se alejaron de la pista para evitar estar en el medio. Cuando logré reincorporarme lo observé fijamente y me acerqué a paso lento, esquivando los lentos golpes que lanzaba hacia mí. Al estar a un distancia considerable lo sujeté del cuello, recubriendo mi mano con una fina, pero helada capa de hielo. El combate había finalizado y yo no había atacado ni una sola vez. Un grito que provenía de mi derecha hizo que girara para poder observar como la novia de turno del torpe gigante se acercaba a mi con una navaja, o algo similar, para que soltara al sujeto. Antes de que pudiese detener a mi nueva agresora, una figura apareció y la interceptó, evitandome así las molestias.
Los guardias del establecimiento tardaron en hacer su aparición. "Si no supiera defenderme, claro que confiaría mi vida en ellos" pensé a modo sarcástico al verlos. - Bien, caballeros. Se los encargo, ellos han causado problemas y comenzaron una pelea que ni siquiera ganaron. - Solté al pelirrojo quien parecía haberse calmado y lo empujé a donde los miembros de seguridad estaban. Uno de ellos avanzó, pero siguió de largo hasta llegar a mi y me sujetó con fuerza. - ¡Yo te recuerdo! Eres el guardia que no nos quería dejar pasar... ¿Ahora qué razón no tienes para echarme del establecimiento? - El sujeto permaneció en silencio mientras me alejaba de la pista en dirección a la salida. Al tener mi abrigo puesto, no bastó con más de un movimiento para liberarme de su agarre, haciendo que mi capa cayera el suelo, y de esta salieran mis pertenencias. Mi placa de la marina cayó a los pies de uno de los guardias, al igual que el diario de mi padre. ¿Qué hacía algo tan importante en ese lugar? Podría jurar que lo había dejado en mi cuarto del hotel antes de salir para el bar.
Dos de seguridad se agacharon para recoger ambas posesiones, pero corrí rápido para sujetar el diario antes que otro lo haga. Si me daban a elegir entre mi rango o uno de los pocos recuerdos que me quedaban de Silver, jamás lo pensaría e iría directamente a por el cuaderno de mi padre. Los miré desafiantes como si les dijera "no se atrevan a tocar esto". El sujeto que levantó mi insignia de vicealmirante no podía creer lo que estaba viendo. Sorprendido, soltó sin querer el objeto que terminó en los pies de Alexia. - L-le pido m-mil disculpas por todo. De-debo suponer que sus acciones fueron las correctas antes esta situación. Lamento haber dudado de usted. - Dijo el guardia que había soltado la placa. Sus camaradas no comprendían el cambio de actitud repentina y cuando se acercaron para preguntarle, él les respondió susurrando para que nadie más escuchara. La reacción de los demás fue idéntica a la del primero. - Tsk... Está bien. Aunque sugiero que vean las grabaciones de seguridad para que sepan lo que sucedió. - Dije mientras levantaba mi abrigo del suelo para colocármelo y así guardar mi cuaderno una vez más dentro de su bolsillo interno.
Re: ¿Un brindis? [Kishimura Sho]
Pasaban las canciones y luego de un rato, sintió un fuerte empujón por la espalda, por las costillas, que la hizo caer hacia delante, suerte para ella que Sho la interceptó antes de caer de manera ridícula, eso le recordó la vez en la que se había caído en el mercado, hace un tiempo, cuando la había ayudado aquel hombre que para ser más irónico, era de Tempus. Quedó de cuclillas en el suelo, regulando su respiración, debía calmarse ya que su temperamento le gritaba pelea, pero la estaba pasando tan bien sin hacer desmanes...
Sho se arrodilló a su lado y apartaba a quien se acercaba, intentando controlarse escuchó que le hablaba, entre tanto alboroto, alcanzó a distinguir el tono de pregunta, así que supuso que le preguntaba si estaba bien o algo por el estilo, sus costillas dolían, pero asintió para que él estuviera tranquilo, pero antes de siquiera responderle, éste se volvió a encarar a quien la había empujado (Ese empujón no fue casualidad) se dijo mientras intentaba enfocar al sujeto que había sido, cabreada a niveles de querer pleito, identificó a quien el pelinegro estaba increpando, Alexia intentó acercarse para que lo dejara pasar, que ya luego ella se encargaría, pero antes de siquiera acercarse, el pelirrojo lanzó un puñetazo que el chico detuvo limpiamente, y luego le pidió que se disculpara con ella, pero el tipo no tenía esa intención, se inició una pequeña "riña" en la que su acompañante recibió un fuerte cabezazo seguido de golpes hasta que pareció recuperarse.
- Hey que eso es pelear sucio, imbécil- protestó Alexia mientras intentó meterse entremedio, su pulso estaba a mil... metafóricamente hablando, y su cuerpo pedía pelea, pero fue interceptada por dos de los amigos del hombre- Es un chiste verdad- dijo medio divertida, medio amenazante, sus ojos se volvieron dos gemas negras cual ónix y sus dedos comenzaron a irradiar calor, señal de que involuntariamente se estaban poniendo en llamas, en ese instante, Sho tomó del cuello al pelirrojo buscapleitos, y a su lado se escuchó un grito, la chica que acompañaba a dicho sujeto se acercaba con un arma cortopunzante- Esta es la mía- murmuró con una media sonrisa, haciendo referencia a que ésa era su oportunidad de propinarle un golpe a alguien, empujó con fuerza a los sujetos que se interponían en su camino y le pisó fuerte el pie a la chica cuando iba corriendo, lo que hizo que se tropezara, antes de caer, le tomó la muñeca y le arrebató el arma que llevaba, una vez en el suelo, le pisó la mano en la que llevaba el arma, hasta que ésta gritó de dolor- Quieta- murmuró con una peligrosa sonrisa.
Cuando llegaron los guardias, Sho les entregó al sujeto, y pensó que ahí había acabado, pero grande fue su sorpresa al ver que también intentaron llevárselo, quiso protestar pero un guardia la mandó a callar, y cuando iba a cantarle cuatro verdades, notó que el chico se había librado fácilmente del agarre del guardia, no sin provocar que cayeran algunas de sus posesiones que llevaba en su abrigo, entre las que notó Alexia, unos pequeños objetos más un cuadernillo, quizás un diario. El guardia recogió uno de los objetos que yacían en el suelo, puesto que Sho había tomado rápidamente el cuadernillo, debía de ser muy importante para él, una vez vieron de lo que se trataba el pequeño objeto, la cara de los guardias demostraban desconcierto y sorpresa y... ¿eso era miedo? pensó la caza-recompensas cuando él mismo cayó a sus pies, que se le había caído por la sorpresa, seguramente. Lo recogió y su curiosidad pudo más que la educación, y con un vistazo fugaz, alcanzó a identificar una placa de la marina, identificandolo como vicealmirante, levantó una ceja a forma de impresión, y una vez los guardias se retiraron deshaciéndose en disculpas, Alexia se acercó a Sho
- Muchas gracias de todos modos, señor Sho- le dijo a modo de broma, entregándole la insignia y haciéndole un saludo militar, con una sonrisa- y por cierto, no te preocupes, seguiré tratándote igual, me agradas- le cerró un ojo a modo cómplice- vayamos a beber, creo que hace falta- murmuró
Ya estaba consciente de que era ya muy tarde, debía emprender el viaje a Spatium cuanto antes, pero no sin antes compartir un último vaso con Sho
- Creo que ya va siendo hora de que emprenda mi viaje a casa- le mencionó- espero verte algún día de visita por Spatium y que podamos coincidir nuevamente, me agradó mucho tu compañía- agregó mientras se volteaba en dirección a la barra- pero antes de irme, quiero beber el último trago de la noche contigo- le cerró un ojo, esperando volver a tener el mismo trato que habían llevado hasta ahora- Que noche más loca he pasado contigo, espero vuelva a repetirse
Re: ¿Un brindis? [Kishimura Sho]
Luego del malentendido con los guardias del lugar, estos se marcharon a sus respectivos puestos de trabajo, sin antes disculparse nuevamente conmigo por su comportamiento. En eso, la joven pelinegra que me acompañaba se paró frente a mi para hacer un saludo militar y darme las gracias por haberla defendido. - Ja ja ja, que graciosa. - Le dije tratando de mantenerme serio, pero me resultó imposible. Tomé la insignia que ella me entregó y la guardé en el bolsillo de mi capa. - ...y por cierto, no te preocupes, seguiré tratándote igual, me agradas. - Agregó junto con un guiño. Acto seguido, ella propuso ir a beber un poco después de lo ocurrido, y yo ácepté asintiendo con la cabeza.
Mientras nos encaminábamos hacia la barra del bar, ella mencionó que dentro de poco debía partir para su casa, la cuál se encontraba en Spatium, pero que esperaba que nuestros caminos se cruzaran otra vez, que mi compañía le agradaba. Ella iba delante mío, por eso no pudo ver en mi rostro una leve expresión de tristeza. Su presencia me había alegrado la noche ya que no creía conocer a nadie tan simpática y divertida como ella en un lugar como ese. Llegamos a nuestro destino, donde nuestra última copa nos esperaría antes de alejarnos. - Que noche más loca he pasado contigo, espero vuelva a repetirse. - Sonreí al escucharla decir eso. Tomé asiento a su lado en la barra y la miré fijamente a los ojos. - Sí, no ha sido una noche tranquila como esperaba que lo fuera, pero fue divertido haber pasado por todo esto contigo. - Le guiñé un ojo y luego llamé al barman para que nos sirviera algo, lo más caro de la carta. Si íbamos a terminar la noche, ¿Qué mejor manera que terminarla a lo grande?
En espera de nuestros tragos dirigi mi mirada hacía la bella fémina quién me hacía compañía. - Trataré de ir a Spatium para que volvamos a vernos ja ja, aunque si llegas a regresar a Tempus no dudes en buscarme. - Le regalé un cálida y simpatica sonrisa. Realmente me había gustado esa joven y quería volver a verla en otra ocasión para poder conocerla mejor. Una camarera se nos acercó con nuestras copas y luego se marchó. Solté un profundo y largo suspiro ya que el momento que no quería que llegase ya había llegado. El fin de la noche. - ¡Bueno! Ha llegado la hora de un último brindis, linda. Brindemos por el futuro. ¡Por el futuro! - Alcé mi copa lo más alto posible y aquellos que estaban bebiendo algo me acompañaron en el brindis, levantando sus vasos y gritando "por el futuro", como yo lo había hecho.
Mi telefono comenzó a vibrar sobre la barra del lugar. Lo tomé y lo coloqué en mi oreja derecha. - Kishimura al habla, ¿Qué sucede? ... De acuerdo, gracias por avisar, Dan. Yo iré para allá en un rato. Sí, adiós. - Finalicé la llamada y coloqué el móvil donde estaba. Miré a mi compañera y le comenté que se trataba del dueño del hotel donde me hospedaba que solo llamaba para avisarme que mis compañeros habían regresado al lugar y ya estaban en sus respectivos cuartos. - Supongo que yo también debería irme. Es algo tarde ya... Aunque si quieres puedo acompañarte hasta donde tengas que ir. No es que crea que algo malo pueda pasarte, solo que me gustaría estar un poco más contigo. - A pesar de la poca iluminación del establecimiento en mi rostro podía notarse un leve color rojizo en señal de verguenza. Tal vez me sobrepasé un poco con mi atrevimiento, pero era ella quién decidiría si la acompañaba o no.
Re: ¿Un brindis? [Kishimura Sho]
Una vez llegaron a su destino, Sho llamó a un camarero para que les sirviera el último trago que compartirían esa noche, pidieron lo más caro de la carta, Alexia por su parte se pidió uno que irónicamente le rendía homenaje a su raza... Los fénix. De color rojo con toques dorados, a simple vista, pintoresco e ingenioso, fueron las palabras que se le vinieron a la cabeza una vez llegó a sus manos. Su último brindis fue cerrado con broche de oro, ya que al alzar la copa en honor al futuro, varios más que estaban por allí alrededor brindaron con ellos, haciendo que todos rieran y chocaran los vasos con todo aquel que estuviera cerca, provocando que el ambiente se animara un poco ante lo inevitable, la despedida.
Un sonido de vibración la alertó, y su mirada se dirigió a un pequeño teléfono que sonaba encima de la barra, el cual pronto averiguó que pertenecía a Sho, durante un rato lo observó hablar por él, sin querer se fijó en sus gestos a medida que iba hablando, en su cabello negro del que se dió cuenta, que le gustaba mucho y le causaba curiosidad, se preguntó cómo sería tocarlo, pero abruptamente salió de sus pensamientos una vez Sho cortó la llamada, quien le había estado explicando que el dueño del hotel donde se estaba alojando lo había llamado para avisarle que sus compañeros ya habían llegado allí.
Cuando mencionó que él también debería partir, Alexia recordó que había mencionado antes a Marcus, su compañero ebrio, que el día siguiente tendrían que trabajar, cosa que increíblemente removió un poco la conciencia de la joven, Sho estaba aún con ella en ese lugar, siendo que debería estar descansando para un día laboral , era un lindo gesto sin duda. Pero cuando se ofreció a acompañarla hasta donde tuviera que ir, obviamente no le dejaría que la acompañase hasta el final de su camino, ya que no pensaba parar hasta llegar por lo menos a Spatium, así que le permitiría acompañarla hasta la entrada de la ciudad, de todos modos, en unas cuantas horas tendría que trabajar.
-Eres muy amable Sho- dijo con una radiante sonrisa, ya que la había sorprendido con su petición, sus ojos relucían aún con la poca iluminación debido a su estado de ánimo que había subido aún más al escucharlo hablar, era un buen chico- Aunque no creo que me puedas acompañar hasta mi destino, puedes acompañarme hasta la salida Este de la ciudad, mañana debes trabajar así que no quiero ser más mala influencia de lo que lo estoy siendo ahora al entretenerte aquí cuando deberías descansar- bromeó con él, había notado el pequeño sonrojo del muchacho.
Unos momentos después, ambos habían acabado sus bebidas, así que Alexia pagó lo propio, pidió sus cosas que las tenían en la barra y una vez lista, ambos salieron del local. Cuando salió de allí, lo primero que hizo fue sacar un cigarro, el cual murmurando un "con permiso" bastante juguetón, lo encendió mientra caminaban por las heladas calles de ciudad Fedder.
-Eres bastante alto- Murmuró mientras caminaban, lo había estado mirando de reojo, observando que casi le pasaba por una cabeza y no pudo evitar hacércelo notar- Por cierto ¿qué edad tienes? yo tengo 22- dijo distraídamente, aunque no sentía frío, se acercó un poco al cuerpo de Sho, apoyando su cabeza en su hombro, se encontraba alegre, ya que había perdido la cuenta de más o menos cuanto había bebido, no había sido lo suficiente para estar ebria, pero sí para reconocer que estaba bastante animada, y el frío que le llegaba al rostro así se lo hacía sentir, pero aún así estaba en sus cinco sentidos- tu aroma es agradable- cerró los ojos un momento, luego soltó una risa leve- estoy divagando, lo siento- abrió los ojos nuevamente- !Oh!- gritó separándose de Sho y dirigiéndose rápidamente hacia un callejón- !mira¡- exclamó mientras apuntaba con el dedo hacia un lado- Un perro- aplaudió mientras lo veía dormir en una casita acogedora, de seguro era de la calle, pero aún así la gente lo cuidaba, el perezoso animal se dignó a abrir sólo un ojo mientras Alexia desde cerca lo miraba fascinada, era un perro enorme, según ella. -Amo a los animales grandes- le comento mientras con una radiante sonrisa se alejaba sonriente del animal y volvía a acercarse a Sho, esta vez, tomándolo suavemente del brazo para continuar caminando.
Aun faltaba un buen trecho para llegar a la entrada este de Fedder, que era donde se dirigían, y la chica tenía ganas de charlar, esperaba no aburrir a Sho en el camino, pero no lo podía evitar, era común ese tipo de actitud en ella cuando conocía a alguien que le había caído bien
Re: ¿Un brindis? [Kishimura Sho]
Un grito, que provenía de mi acompañante, me puso en estado de alerta. En ese momento Alexia se alejó corriendo hacia un callejón y la seguí para ver qué sucedía. Dirigí la mirada en dirección en la que su dedo apuntaba. Fue ahí cuando pude ver a un perro callejero durmiendo plácidamente en un pequeña casa de cartón. El gran animal abrió un ojo en señal de que los gritos de la joven lo habían despertado. Miré al cielo por unos segundos y pensé. - Hmm... Pronto comenzará a nevar y esa casa no soportará la tormenta. Tengo una idea. - Me acerqué al perro y lo acaricié antes de actuar. Junté mis manos, y cerrando los ojos, concentré mi magia de manera tal en que podría hacer una creación de hielo, la que resultaría ser una nueva y resistente casa para el animal, quién parecía estar agradecido, además de sorprendido, por lo que había hecho por él. - Espero que ahora estés mejor. Buenas noches. Mañana pasaré por aquí, ¿Sí? - Unas últimas caricias marcaron la despedida y volví con Alexia quien comentó que le encantaban los animales de gran tamaño, a lo cual yo respondí que me gustaban toda clase de animales, no importaba el tamaño, que Silver me había enseñado a cuidar a todos los animales que lo necesitaran.
Debíamos seguir nuestro camino, así que abandonamos el callejón y nos pusimos en marcha, aunque antes de continuar, mi acompañante se acercó nuevamente a mi y me tomó suavemente del brazo. Durante unos minutos el silencio nos hizo compañía. Ninguno parecía saber exactamente de qué hablar, pero entonces recordé lo sucedido en el bar. - ¿Tú a qué te dedicas, enana? ja ja ja. Tu sabes que soy vicealmirante porque viste mi placa de la marina allá en el bar. - Mi ojos se posaron en ella durante la pregunta. El viento comenzaba a soplar con fuerza y su largo cabello bailaba junto al helado viento nocturno de Fedder. Las noches podían ser bastante frías para muchas personas y ella no parecía ser la excepción, así que me aparté unos segundos para poder quitarme mi abrigo y entregárselo, además de rodearla con mi brazo para que no tuviese más frío. - Espero que así dejes de temblar un poco, querida. Si tienes frío, dímelo ja ja. - Otra sonrisa se dibujó en mi rostro mientras la miraba fijamente a los ojos, los cuales brillaban aún más por la luz que nos iluminaba aquella noche.
Re: ¿Un brindis? [Kishimura Sho]
Seguía tomada a su brazo caminando hacia la entrada de la ciudad cuando de pronto se sorprendió en el momento en el que sintió movimiento de parte del muchacho que la acompañaba, pensó que quizás le molestaba el que estuviera apoyada y sujetada en su brazo, pero antes de que siquiera se apartara, se dio cuenta de que él le estaba entregando su abrigo, no estaba acostumbrada a ese tipo de tratos de un hombre, de hecho de nadie en mucho tiempo, así que lo aceptó, pese a que ella soportaba temperaturas frías, por su elemento y raza, en esa ocasión no sabía que ocurría ya que sentía escalofríos. Su sorpresa creció mucho más cuando sintió su brazo a su alrededor, sin quererlo, sus mejillas adquirieron un leve tono rojizo que delataba la timidez que la embargaba en ese momento, cosa rara que pasara en ella (realmente)
Hubo un momento en el que sus ojos hicieron contacto nuevamente, en esta oportunidad pudo notar que sus ojos eran azul oscuro y no negros como ella creyó en un principio
- Tus ojos… ¿Soy yo o ese color es algo extraño?- preguntó frunciendo el ceño un poco de manera confundida- digo, no es que sea malo pero nunca había visto esa tonalidad, yo los conocía o azules o negros, pero en estos momentos los veo más oscuros
Si había algo que Alexia sabía hacer bien era sonreír con los ojos, y desde que había llegado Sho, no dejaba de hacerlo en ningún momento, según conocidos de ella, no era tan común que una persona pudiera hacerlo, aunque tampoco era imposible… era algo así como una sonrisa auténtica
- Uhm… ¿Sho? No sé si seré yo o… no te sientes algo extraño luego de ese último trago que nos servimos en el bar hace unos momentos?- preguntó un poco confundida
Un ruido la sacó de su letargo ya que el inconfundible sonido de pasos intentando ser sigilosos comenzó a escucharse no muy lejos de donde se encontraban ellos, su mente estaba aún un poco desenfocada pero se detuvo abruptamente, miró de reojo para todas las esquinas y no divisó a nadie aún, su cerebro estaba un poco adormecido, no había bebido a tal punto para que se sintiera de esa manera, sentía los oídos como si hormiguearan y eso de por si ya era bastante extraño, se sacó el abrigo y rápidamente se lo devolvió a Sho
-Si debo moverme, prefiero que sea con ropa ligera- explicó mientras le guiñaba un ojo- estoy casi un ochenta por ciento que esos últimos vasos traían algo extraño, un noventa de que en la esquina de allí- señaló la calle de donde venían- vienen problemas- terminó con una juguetona sonrisa, sus movimientos eran algo torpes, pero creía que aún podía encender sus puños, lo que sí no podría hacer sería manipular el humo, pero con eso le bastaba por ahora
Chocó las paltas al frente y de entre ellas saltó una chispa que rápidamente se expandió entre ellas hasta envolver completamente los puños, sus ojos se pusieron de color negro ya que si no estaba equivocada, habían intentado drogarlos, si es que no lo habían hecho ya con quien sabía que cosa, se había cabreado y mucho… y quería patear traseros
Re: ¿Un brindis? [Kishimura Sho]
Continuamos caminando en silencio por las oscuras y frías calles de la ciudad. Ella llevaba mi abrigo para no sufrir tanto por las bajas temperaturas y mi brazo la rodeaba. Yo por lo general no haría cosas como esas, y mucho menos con alguien a quien no conocía en lo más mínimo, pero siempre hay una primera vez para todo. En una ocación nos vimos a los ojos y allí se rompió el silencio cuando ella dijo que el color de mis ojos era algo extraño. - ¿En serio? Sé que son azul oscuro, pero jamás me percaté de que fuera una tonalidad poco común. A decir verdad, soy de ver a las personas a los ojos cuando hablo, pero nunca me pongo a pensar en el color de sus ojos. - Ese momento se vió interrumpido de manera tan repentina. A pesar de tener mis sentidos algo alterados, aún podía sentir el poder de la gente a mi alrededor, aunque no con la presición que solía tener siempre. Algo o alguien, además de nosotros, estaba cerca nuestro y nos venía siguiendo hacía varios minutos. Alexia me entregó el abrigo que le había dado diciendo que si debía moverse prefería que sea con ropa más ligera. - Supongo que tienes razón, tanto con lo de los tragos y con la presencia extraña que nos viene persiguiendo. Tratarán de aprovecharse de la situación... Dos personas drogadas son más fáciles de vencer. - El abrigo que tenía en mi mano cayó al suelo cubierto de nieve. Llevé ambas manos hasta mi camiseta y con un rápido movimiento me la quité para dejarla donde mi abrigo. - Ahora sí estoy listo para el combate. - Exclamé con una gran sonrisa dibujada en mi rostro. Volteé a ver a mi compañera en el momento justo en el que sus puños se envolvieron en llamas y sus ojos habían cambiado de color a negro. - O eres tú la que acaba de hacer eso, o esta droga me hace ver cosas... - Dije con un tono un tanto bromista. Me sorprendía el hecho de que alguien con habilidades de fuego me cayera bien, por el simple hecho de que creía que los magos de hielo no eramos compatibles con este tipo de sujetos.
La cabeza aún me daba vueltas y no me encontraba en óptimas condiciones ni físicas ni mentales como para permanecer mucho tiempo en combate, así que debíamos terminar esto rápido antes de que los efectos de la droga me afectaran por completo. Cerré los ojos tratando de calmar el mar de pensamientos que había en mi mente y así lograr reunir el suficiente poder mágico para materializar una espada de hielo en mi mano derecha. - No bajes la guardia y no te alejes. Si nos separamos vamos a ser presas fáciles. - Le dije a la muchacha de con poderes de fuego. Mis párpados pesaban y podía sentir como si cientos de agujas se insertaran en mi cráneo. Mis movimientos también se habían entorpecido considerablemente, por no decir que mis reflejos no iban a ser los mejores. De una de las calles por la que veníamos, la figura de dos sujetos se hacía cada vez más notable gracias a la iluminación. Uno de ellos tenía un arma blanca, mientras que el otro tenía en su poder un arma de fuego. Este último era el que más problemas podría darme en estos momentos. - Yo me encargaré del alto, Alexia. - Avancé torpemente mientras hablaba. Parecía que con cada paso que daba, más débil me sentía. Apoyé mi mano izquierda sobre mi cabeza y utilicé mis poderes para poder enfriarla un poco. Aquello me mantendría alerta unos momentos más, con suerte lo suficiente para terminar la pelea, pero eso no ayudaría en nada con el tema de mi resistencia y fuerza. - Si lo que buscan es dinero, no tenemos mucho... Pero podemos hacerlos sufrir bastante por lo que hicieron, ¿Les parece bien? - Comencé a reirme solo por eso. No había sido gracioso en lo más mínimo. Realmente las drogas me hacían mal, o al menos eso pensaba en ese momento ya que jamás había consumido nada de eso.
El hombre alto, de cabellos rubios y rizados levantó el brazo en el cual tenía su arma para apuntarme al pecho. Cerré los ojos y continué avanzando a paso lento, poniendo total atención en el ruido de la pistola de mi asaltante. En cuanto su dedo se posó en el gatillo y jaló de este, amagué hacia la izquierda para que el sujeto disparara a ese lado mientras lo esquivaría rápidamente hacia el otro lado, pero no salió como lo planeaba. La bala del arma penetró en mi hombro izquierdo por mis lentos movimientos evasivos, aunque estar bajo los efectos de la droga tenía su lado positivo puesto que había perdido la sensibilidad en mis extremidades. Antes de que el asaltante pudiese apuntar nuevamente para disparar, utilicé la espada que tenía en mi mano para realizar un corte no muy profundo en su brazo para que este soltara el arma. - Tsk... ¿Con qué nos drogaron? ¡¿Y quién los mandó a hacer esto?! - El filo de la espada helado estaba en su cuello, y con un simple movimiento podría acabar con su vida, pero no era algo que yo haría. Necesitaba respuestas y si era necesario lo torturaría hasta que respondiese.
Re: ¿Un brindis? [Kishimura Sho]
Se podría decir que la balanza estaba inclinada hacia el lado contrario en esos momentos, ni ella ni Sho al parecer se encontraban en las mejores circunstancias para pelear con todo su potencial, Alexia sentía escalofríos y le zumbaban los oídos, era una sensación bastante extraña, agregando también los escalofríos que recorrían su espalda cada cierto tiempo, mientras se encontraban en el momento de tensión antes del encuentro con quienes los estaban siguiendo, la morena intentaba trazar algún tipo de plan improvisado, pero gracias al constante malestar en su cabeza le era difícil concentrarse y decidió al final por lo de siempre… improvisar.
-Así que hielo… - dijo sonriendo de medio lado, a la vez que admiraba la espada que había materializado, ese chico guardaba más de una sorpresa, cosa que a Alexia le gustaba en las personas que la rodeaban- es un arma bastante linda, por cierto- la sonrisa aún no abandonaba su rostro, pero por dentro la ira estaba ya haciendo mella en cuanto a su autocontrol, hubo un momento en el que sentía sus latidos tan fuerte, que se asustó al pensar que quizás Sho los podría haber escuchado, una sensación ya bastante conocida para ella previa a la pelea se hizo presente con un agradable cosquilleo en su piel, su corazón se aceleró aún más y su piel se erizó, la expectación junto a la pelea en sí era algo que Alexia disfrutaba de principio a fin, sacudió la cabeza lentamente mientras miraba atentamente hacia las esquinas, fue cuando procesó lo que Sho le había dicho acerca de no separarse y mantenerse alerta, simplemente asintió con la cabeza y continuó mirando hacia todos los posibles lugares en los que podrían aparecer.
Fue entonces cuando dos siluetas de hombres, al parecer, se pudieron identificar llegando por el mismo camino que habían tomado los jóvenes, Sho se adelantó y fue a por uno, dejándole el otro a Alexia, lentamente se fue acercando, al mismo tiempo que el enemigo también lo hacía, con cuidado inspeccionaba todos y cada uno de sus movimientos, así también como su contrincante lo hacía con ella, claro que al parecer el sujeto tenía más prisa que la fénix, lanzando una estocada con un cuchillo de 20 cm aproximadamente de hoja, por los pelos logró esquivarlo- !Pagarás por eso infeliz!- le gritó furiosa, había ido directamente a su estómago, el tipo no se iba con cuentos al parecer, no perdió tiempo y antes de alcanzar a bloquear la segunda estocada, con la mano en llamas, sujetó con fuerza la muñeca de su contrincante, el movimiento fue rápido, pero no lo suficiente como para evitar que la punta del arma llegara a provocar un leve corte en la zona del flanco derecho, provocando que la sangre comenzara a salir, fue cuando entre el forcejeo escuchó un disparo, habían herido a Sho- ¡Sho!- le gritó cuando vio que caían pequeñas gotas rojas desde donde estaba él, grave error, fue en ese segundo de distracción cuando sintió un jalón hacia adelante, el que hizo que perdiera el equilibrio y un rodillazo en el estómago que la dejó de cuclillas en el piso, no había alcanzado a endurecer esa zona, por lo que había recibido gran parte del daño, aunque afortunadamente para ella, no tenía demasiada fuerza aquel hombre. Como pudo, se puso en pie, sacando sus alas por error en todo su esplendor, quemando partes de su camiseta en la espalda, se sorprendió cuando éstas salieron, pero aprovechó la distracción de las llamas que la cubrían para impulsarse sobre su atacante, tomando su muñeca izquierda entre el forcejeo y dando unas vueltas sobre el cuerpo del sujeto, enredándose entre sus piernas hasta logar botarlo y ambos cayendo al suelo, él de espaldas y ella encima sujetando firmemente la muñeca, cuando se aseguró que tenía la mano bien agarrada, comenzó a apretar, de primera, el sujeto soltó como por acto reflejo el cuchillo, no se veía muy inteligente a decir verdad, lo más probable era que había sido mandado por alguien, ¿Algún sujeto tras el vicealmirante?-Cuéntame, bonito- preguntó mientras comenzaba a apretar cada vez más fuerte, inmovilizando la otra mano del sujeto colocando a suya envuelta en fuego para que no se moviera, o se quemaría- Quién te ha enviado, o ¿quieres quedarte sin mano?- amenazó, el hombre sudaba pero no abría la boca, Alexia se sorprendió ya que al parecer aguantaba el dolor, decidió entonces aplicar más fuerza aún, no era su intención, aún, romperle la muñeca, pero sí haría que le doliera, si había alguien quien podía jugar con la intensidad del dolor provocado por la fuerza, era ella. Comenzó a apretar, notando que cada segundo que pasaba, el hombre adoptaba un leve color rojizo en el rostro, dejando en claro que ya comenzaba a sentir dolor- Dime quien te envió y salvarás tu mano- dijo como si se refriera a un niño pequeño, aburrida ante la contante negativa a responder, soltó su mano y se puso en pie, agarrando las solapas del traje que portaba el hombre, lo levantó como si fuera un trapo, alzándolo unos cuantos centímetros del suelo, acomodó su mano para que quedara en su cuello, sin duda la falta de aire ayudaría- Te lo diré una vez más, quién alteró nuestras bebidas en aquel bar- pese a los forcejeos, había aguantado las patadas que le propinaba, era un simple humano, así que no soportaría mucho más y comenzaría a hablar, su paciencia se estaba agotando, por lo que sin más preámbulos le soltó un puñetazo en el rostro, dejando que del impacto cayera un metro más adelante con un hilo de sangre recorriendo la comisura de su labio, ella también lo tenía, y no tenía idea del por qué.
Aquel hombre no quería cooperar, y la paciencia de la fénix no era muy extensa, por lo que en cualquier momento se saldría de control, aún consciente, el hombre se hallaba sentado en la nieve con el rostro hinchado, producto del puñetazo de Alexia, y no podía moverse ya, tanto por el dolor de la muñeca como del mareo que sentía luego del puñetazo que había recibido de parte de la mujer, La chica, harta ya de aquella situación, se dirigió a donde había caído aquel, y tomándolo del cabello lo arrastró hacia donde estaban Sho y su compañero
-¿Qué es lo que tu sugieres, Sho?- le preguntó mientras lo dejaba en el suelo, junto a sus pies
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