El frío que sigue a la soledad [Priv. Dorian]

*Hacía frío. Mucho frío. O al menos era eso lo que al joven Ventus le parecía. Desde el primer instante en el que el chico puso un pie en aquel continente, su cuerpo comenzó a congelarse, y con lo que aborrecía el frío, comenzó a cuestionarse la decisión de estudiar en Tempus. Pero, de todas formas no tenía otro futuro más que aquel, debía aferrarse a la vida de huérfano que llevaba como pudiese. En algunas ocasiones, mientras caminaba por ciudades en su viaje a la Tempus Urbanis, pensaba sobre su padre, seguramente aún con vida, y sobre cómo dar con él para resolver unas cuantas dudas que tenía sobre sí mismo. Sin embargo, tal y como estaba la situación, debía de encontrar un lugar en el que cobijarse una vez haya ingresado en la academia de Tempus, a no ser que fuera para internos, y además buscar un trabajo a tiempo parcial en las zonas circundantes para ir reuniendo dinero. Y con lo poco que salió en su pasado del bosque, apenas conocía mundo y casi no sabía hacer nada de utilidad para los trabajos que pudiera hacer. No podía atender una barra, hacer pasteles, cuidar y plantar ramos de flores, cuidar de niños... Pero tenía que intentarlo, no podía conformarse con mendigar por las calles como hacía en Spatium. Se encontraba en aquel mismo lugar justamente para eso, para no verse obligado a vivir en la calle nunca más. Pero, durante su viaje hacia Tempus Urbanis, escuchó muchas historias sobre la gran ciudad tecnológica Fedder, llena de invenciones jamás vistas, y claro, dichos relatos supieron captar la atención de Ventus, por lo que se tomó la molestia de desviar un poco su trayectoria hacia la capital para dar un paseo por Fedder, ver si de verdad las historias eran ciertas y cada rincón suyo era altamente tecnológico, y además observar qué tipo de personas podrían llegar a residir en tal ciudad. Pero el frío seguía azotando su cara y su garganta a su vez, puede que para los residentes no fuera para tanto, pero el joven sintió suficiente frío aquella helada noche en la que perdió a su madre, y sentirlo otra vez no hacía más que traerle de vuelta horribles recuerdos. "¡¿A-Acaso hay a-algún... lugar en e-este maldito continente que n-no esté... helado?!"*

*Las calles eran realmente curiosas, parecía que los edificios en sí poseían dispositivos de alta tecnología incrustados en sus paredes, los coches, simplemente ni llegaban a tocar el suelo, las personas iban vestidas algunas con unas túnicas de lo más extrañas y extravagantes, los establecimientos estaba llenos de luces por aquí y por allá en sus entradas para llamar la atención de los transeúntes y que entraran en ellos. Bares, farmacias, restaurantes... Todos y cada uno de ellos se encontraban a la última respecto a tecnología. El joven Ventus recorría sinuosamente las calles tan sólo abrigado con su vestimenta habitual, y con tan sólo, de abrigo extra, una bufanda que le regalaron los habitantes de Spatium, éstos conociendo las frías condiciones de las cuales era típica Tempus. Pero ni siquiera le informaron al joven sobre aquello, tan sólo lo despidieron con una sonrisa de oreja a oreja mientras con la mano despedían al joven ante su partida hacia el continente más frío seguramente que jamás visitará. Y, al menos para Ventus, aquel hecho significaba una tortura continua, con lo que aborrecía las bajas temperaturas. Pero no podía dejar que aquellos pensamientos pesimistas le robasen su tiempo en aquella ciudad, tan famosa por su tecnología, por lo que, mientras recorría encogido y con las manos raspando sus antebrazos para hacer calor, observaba ensimismado las altas estructuras, los coches voladores... E incluso, con disimulo, las extravagantes personas que habitaban dicha ciudad. Aquel era un extraño espectáculo para la vista, sin duda. Pero un escalofrío, de pronto, recorrió el cuerpo del joven, haciendo que inconscientemente se parase en seco y, sin siquiera ordenárselo a sí mismo, mirar a su alrededor. "¿Qué demonios está pasando...? ¿Y por qué justo ahora, que por fin ignoro el maldito frío?"*

Ciudad Fedder...Que hacía ahora mismo en su lugar de nacimiento? No estaba cerca de aquella vieja casa de sus padres, pero el estar caminando tranquilamente por el lugar, con su manto negro de detalles dorado cubriéndole tanto la boca como la cara gracias a la capucha de este, no le traía unos sentimientos muy felices.Sin duda habían sido unos largos 19 años en los que nada había cambiado...Las calles todavía estaban cubiertas de nieve a esta altura del año, el frío del lugar y aquel clima nublado y gris seguía siendo el mismo desde que se largó para ir a la Marina...De su espada colgaba muy poco disimuladamente aquella espada contundente de color azabache y roja, midiendo casi unos 60 centímetros más que el, por lo que claramente resaltar entre la multitud no demostraba ser de mucha importancia para Dorian...Había vuelto con un objetivo, y ese era interrogar al jefe de la Gendarmería de Tempus sobre aquellas acciones realizadas en conjunto de ese departamento con la Marina...De lo poco que recordaba, parecía que andaba formando lazos con la mafia y permitiendo el narcotráfico de una cierta droga intravenosa llamada "Joy", haciendo la vista gorda ante esas operaciones.La hipocresía de aquellos a quienes solía servirle siempre le parecía un tanto graciosa, como a la vez enfurecedora.Atravesando los callejones, se encontró a unos pocos metros del edificio principal...Ahora, como haría el para entrar sin causar mucho barullo? Carecía de recursos para subir al techo rápidamente...Necesitaba entrar derecho desde la entrada.Si tan solo hubiera averiguado más podría evitarse tener que ocuparse de algunos cuantos subordinados...Tronó su cuello mientras escupía hacia el suelo en frente de el.Si no había de otra, entonces...

Eran aproximadamente las 6 de la tarde.No una hora pico por la cual mucha gente suele pasar por la calle de la Gendarmería, así que, pegado a las paredes para evitar ser visto, se paró ante una puerta automática de cristal que se abrió ni bien lo sintió en frente.Se preguntaba si el pez gordo lo estaría viendo desde las cámaras o no.Despues de todo...A el ya lo habían dado por muerto, con esto se desmentiría esto y definitivamente sería buscado otra vez por aquellos que no pudieron terminar con el...Cierto sentimiento de emoción le corrió a través de la espina dorsal, pero se calmó velozmente al respirar profundamente antes de dar el siguiente paso.El interior estaba decorado con finos pisos de marmol, y a apenas unos cuantos pasos de la entrada, en un escritorio de madera fina se sentaba una joven y bonita chica de pelo negro y corto, que debía de ser la recepcionista a pesar de estar usando el uniforme azul marino y dorado de la Gendarmería.Lentamente se acercó a ella, divisando de reojo cuantos guardias habían cerca...A un costado de el escritorio, se notaba un pasillo que terminaba en un ascensor custodiado por dos guardias con el mismo uniforme.Tipos robustos, con pinta de guardaespaldas.Nada que el no pudiese manejar.Cuando estaba en frente del escritorio, apoyó vulgarmente un codo sobre este mientras se inclinaba para adelante.La recepcionista lo notó y un poco nerviosa ante la repentina actitud del visitante, preguntó:

E-Em...Se le ofrece algo, señor?

Dorian evitó mirarla a los ojos.Tenía una linda y suave voz, lástima que sea del bando contrario...Decidió jugarla casual y con una falsa voz ronca responderle: Vengo a visitar a el Sr. Miles Barrett...De parte de Gale Mahaken.

La otra entonces decidió girar su vista hacia la computadora a su izquierda para fijarse las citas disponibles de su jefe.Sin girar a verlo, negó suavemente con su cabeza y antes de que pudiera decir algo, Dorian extendió su mano derecha hacia la nuca de la joven y con un movimiento rápido y conciso, estrelló la cara de la recepcionista contra el mármol de la mesada del escritorio, noqueandola al instante y haciendo que caiga de bruces al suelo, inconsciente.Era una lastima...Probablemente la hubiera invitado a tomar un café o a cenar si no fuera porque la necesitaba lejos de sus asuntos.Obviamente los guardias del pasillo se percataron de ello y le apuntaron con sus rifles de asalto, viendo como casi al instante el revolucionario estaba corriendo hacia ellos.Sin pensarlo dos veces, dispararon contra el buscando darle en el pecho, pero sin mucho efecto ya que sutilmente retiró su espada de su espalda y aprovechando tanto el grosor gigantesco y la dureza del material de esta para bloquear las balas que llegaban a el.Antes de que llegaran a terminarse el cartucho, Dorian ya había sometido a los dos contra la puerta del metálico ascensor, con tal fuerza que ellos no podían librarse de la presión entre su arma y la pared.Riendose un poco por lo bajo, espetó burlonamente: -Parece que están entre la espada y la pared...Nunca más literal. Dicho esto, soltó su espada para que cayera con todo su peso en los pies de los uniformados, así el pelinegro los agarraba con firmeza de su cara, apoyando la palma sobre esta y con una exagerada preparación, estrolar sus nucas contra las paredes de concreto, adormeciéndolos al instante.Chasqueó su lengua decepcionado y levantó la espada del suelo, entrando al ascensor que se abrió probablemente gracias al golpe que este dió.De forma inmediata, apretó el botón del piso 10, el último piso...Los grandes peces se encontraban ahí, y este no sería excepción.

Luego de un corto viaje, la puerta se abrió con un sonido de campana mostrando un pasillo pequeño que llevaba a una puerta de caoba con una placa que leía "Miles W. Barrett - Jefe de Gendarmería", era obvio que llegó a donde quería.Con una patada bien dada con la suela, esta bonita puerta se había tumbado en la verde alfombra que se expandía en el suelo de la lujosa oficina.Escritorio gigante de secuoya y mármol, una alfombra de terciopelo verde oscuro, bibliotecas de abedul repletas de diferentes carpetas y libros con tapa de cuero, junto a una vista espectacular de la ciudad tras el escritorio en aquellas ventanas cristalinas que servían de pared.No podía faltar aquella persona...Complexión morena, un cuerpo considerablemente grande y musculoso, junto con un bigote de cepillo negro y una calva limpia...La expresión de sorpresa en su rostro era de considerarse, no siempre alguien entra a tu oficina derribando la puerta y acercándose a pasos fuertes a tu escritorio.Antes de que el brazo de esta persona llegara a tocar el botón llamando a seguridad de abajo de su escritorio, Dorian se abalanzó sobre el y le agarró del cuello de la camisa, levantándolo en el aire casi sin esfuerzo mientras que con la otra mano se quitaba la capucha y mostraba su rostro...Ojos violetas penetrantes, un pelo negro y mediano, pero definido a su estilo y esa expresión determinada en su joven pero a la vez experimentado rostro...Claramente era una imagen que en su tiempo, muchos de la Marina llegaron a admirar.Espetó entonces, sin dejarle hablar al que tenía levantado:

Tanto tiempo, Barrett...Me recuerdas bien? Soy Dorian V. Darem! Aquel a quien creíste que podías quitar de tu camino! Se notaba que se estaba dejando consumir un poco por la rabia que tenía por dentro ante este oficial corrupto...Era inevitable, tanto tiempo perdido, ocultando su rostro ante la humanidad ya que se metió de más en asuntos ilegales de los oficiales de Tempus.El fue el primero en aportar evidencias...No solo su sospechosa actitud ya de por sí, sino aquellas veces que lo espiaba dado a un mal presentimiento de su parte.Tenía reuniones clandestinas abajo de un puente en Fedder con una especie de maquina en forma de bola y con 4 brazos que usaba de piernas...Que negociante más raro, pero de lo poco que podía distinguir de los audios que capturó, eran condiciones otorgadas por una grave y robótica voz, que a la vez imponía masiva autoridad...Barrett parecía un pelele si se comparaba con aquel narcotraficante en su imaginación...Luego de una pausa continuó, con el mismo indignado y furioso tono. Creiste que podías mandarme a matar junto con aquellos...Estupidos...PERROS DEL GOBIERNO! 12 AÑOS! 12 AÑOS ESPERANDO PARA QUE AHORA ME DES LAS RESPUESTAS QUE NECESITO, Y NO PIENSES QUE TE LO HARÉ FACIL! Te vas a venir conmigo...Seguro creías que era un fantasma a este punto, que no había manera en la que volviera... Apretó mas fuerte la ropa del otro, con su puño temblando de la ira para continuar Pues el karma es una perra...

Para sorpresa de Dorian, sin embargo...Barrett comenzó a reírse por lo bajo, negando con la cabeza una vez que el había terminado de hablar.De forma irónica, dijo: Como me olvidaría de ti!? Ese joven idealista de ojos justicieros y una curiosidad irritante...Te hubieras metido en tus propios asuntos, Dorian! Te entrometiste de más y eso fue lo que recibiste...No entenderías el porque hacemos lo que hacemos, verdad!? No comprendes lo que es ejercer el control sobre los demás, tenerlos como marionetas mientras llenas tus bolsillos de dinero...No te daré información ni muerto...Pues aquí el primero en morir seras tu! Y así, con una repentina patada al estomago del revolucionario que hizo que por un momento perdiera el aire y se encorvara para adelante, se soltó de su agarre y apretó con furia el botón de abajo de su escritorio.Desde allí arriba se escuchaba con claridad la alarma que parecía haberse activado en todos los pisos del edificio.Era de esperarse que pronto toda la fuerza policíaca de la zona estuviera sobre sus narices, intentando capturarlo para asegurarse de terminar con lo que habían empezado hace 12 años...Barrett rió arrogantemente mientras miraba el rostro sorprendido de Dorian ante esta situación.En la cabeza de este, otra vez se había quedado sin mucha más opción que volver a recurrir a planes de ultimo minuto.Viendo como aquel hombre tronaba sus nudillos con una resonante fuerza, mientras sonreía de oreja a oreja con una expresión victoriosa adornando su viejo rostro, el revolucionario dió unos pasos para atrás y con fiereza, exclamó:

Pues eso esta por verse!

Con la carrera que había tomado, se lanzó sobre el cuerpo masivo del Gendarme, tacleandolo desde la boca del estómago y llevándoselo puesto contra aquella pared de vidrio, atravesándola como si estuviese hecha de papel mojado...No había pensado para nada el aterrizaje, pero era eso o enfrentarse con 100 hombres a la vez rodeándolo armados con todo tipo de artillería...Sentía como el robusto oficial corrupto le golpeaba su espalda para que lo soltase, pero resistió estos mientras cerraba sus ojos con fuerza.El sonoro impacto contra un auto volador que pasó en un momento desafortunado hizo que abriera los ojos y notara como estaban a punto de estrellarse contra uno de los altos edificios que decoraban la Ciudad.El choque fue inevitable, y por dentro se lamentaba de estar dañando inocentes en el proceso, pero era algo necesario para en un futuro crear un mundo de paz...Cayó varios metros en caída libre junto con Barrett hasta darse contra el suelo de bruces.Se levantó algo lastimado por semejante accidente...Pero abrió los botones de su manto, haciendo que este se moviera el dirección contraria al viento como una heroica capa...Escombros caían en grandes pedazos a su alrededor, provenientes de la estructura contra la que impactaron con gran fuerza.Su oponente se encontraba a unos cuantos metros de distancia, al parecer tambíen preparandose para una pelea...Quitándose su rosada camisa y desatando su corbata, dejó ver en completo esplendor su enorme y esculpido torso y cuello...Según calculó mentalmente, este choque habría ocurrido a unos 2 Km desde la Gendarmería.Tenía poco tiempo para incapacitar a Barrett y llevárselo con el...La calle entera estaba completamente rodeada de restos de edificio y aún así ya se sentía la grán multitud de gente que se había reunido a ver lo que ocurría, como tambíen el sonido de las autoridades policíacas y los bomberos y ambulancias acercándose a atender a los heridos...Había sido muy descuidado al planear todo esto, y le había salido por la culata.Ya era objeto de atención publica y su anonimato se había acabado rápidamente...Solo tenía que hacer que todas las vidas inocentes que estaba poniendo en riesgo ahora valieran la pena...Alistó su arma, girándola pesadamente un par de veces a cada lado de su cuerpo y mirando fijamente con esos intimidantes ojos a Barrett, esperando que este hiciera el primer movimiento.

Lo siento si es largo:

-¡Dios mío, miren eso!-

*Vociferó una mujer al mismo tiempo que un estruendo sacudía el cielo, señalando hacia éste con un rostro horrorizado, como si un meteorito llegara a impactar sobre la misma ciudad. Aunque, al parecer, no era un meteorito, pero algo semejante estaba cayendo en picado... Justo sobre el joven Ventus. El chico, al escuchar a la mujer y ver los demás rostros de la multitud que lo rodeaba y observar hacia qué lugar observaban, aterrorizados, se dio cuenta en cuestión de un segundo de que se encontraba él en peligro, aun desconociendo el por qué. "¡D-Debo salir de aquí!" fue lo primero que pensó el joven, y sin intimidarse por todas las personas presentes en el lugar, Pestañeó hacia un lado, apartándose bastante del lugar en el que se encontraba, y en el cual justamente dos sujetos se estrellarían contra el suelo. ¿Dos personas acaban de caer del cielo, como si nada? La estela celeste que dejó Ventus tras de sí al quitarse de en medio desapareció a los pocos segundos, dejando ver con más claridad las figuras misteriosas que trataban de aplastarlo. Se trataban de un par de hombres, uno de complexión corpulenta y fuerte, de piel morena, calvo, y con aspecto ejecutivo. El otro individuo tenía una pinta bastante anticuada para los ojos del joven, incluso su presencia le hacía recordar las viejas historias de espadachines que se batían en duelos épicos que le solía contar su madre de pequeño. En aquella época lo único que quería entonces era ser uno de esos valientes espadachines, pero la adolescencia trajo consigo la cruda realidad, aclarándole que lo mejor sería dejar de fantasear más y centrarse en... ser alguien de "provecho" en el futuro. Pero, se dio cuenta de que empezaba a entrar en un trance sobre su pasado en medio de una situación realmente extraña y peligrosa, por lo que se dio un golpe a si mismo en la cara para mantenerse centrado en la vida real, y descubrir de qué se trataba toda aquella escena. Lo más seguro no sería acercarse a comprobarlo él mismo, ya que aquellos dos sujetos no tenían pinta de ser muy amigables, y menos con aquellas miradas hostiles que se mostraban el uno al otro, lo que daba a entender que realmente no eran compañeros, sino más bien lo contrario*

*Ambos sujetos se observaban con una mirada tensa y hostil, a la espera de que alguno de los dos hiciera el primer movimiento, y al parecer, el hombre corpulento fue el más impaciente de los dos. Cargó hacia delante, acortando con grandes zancadas la distancia que los separaba, que aun siendo poca, era suficiente para que la fuerza de embestida que llegase a reunir aplaste a su adversario, quien se mostraba tranquilo, armado con su espada y con su capa contra el viento, dándole un aire del típico héroe de cuentos. Algo en Ventus le hacía pensar que el "héroe" de la espada era quien mejor intenciones tenía de los dos, por lo que pensó que podría "divertirse" un poco e intervenir en la pelea. No le gustaba meterse en los asuntos ajenos, pero tampoco iba a dejar que el frío lo congelara, quería mantenerse en calor, ¿y qué mejor momento que en medio de un conflicto como aquel? Aprovechó su movilidad para poder interferir en la carga del hombre, no sin antes adueñarse de un buen peñasco que surgió del impacto anterior de aquel par. Entonces, Pestañeó otra vez, en aquel entonces para adentrarse en el peligro inminente en vez de huir de él. Con el peñasco, tuvo la idea de golpear con él fuertemente el tobillo de aquel enorme sujeto, para así provocar su tropiezo y que comiese un poco de asfalto. Mientras dejaba tras de sí su característica senda celeste, se dirigió veloz como un rayo hacia aquel hombre y le golpeó con todas sus fuerzas el pie con el que iba a dar la próxima zancada para que, del dolor inesperado, pierda la concentración y, con suerte, se derrumbara. Pero no todo ocurrió a lo esperado*

*Lo hizo bien. Ventus le dio un golpe certero justo en el hueso del tobillo, pero... Cuando volvió a esconderse entre la multitud para ocultar su presencia tras pestañear, observó que la roca que tomó del suelo se encontraba dividida en diminutos fragmentos esparcidos por la palma de su mano. Con una mirada atónita, volteó con cuidado de que no le viesen aquellos dos individuos la vista para observar qué demonios ocurrió, y si de verdad su estrategia tuvo éxito. Por desgracia, no fue más que un fracaso. Sus esfuerzos fueron en vano, ya que el hombre ni se tropezó, pero consiguió distraer su atención ante el trazado celeste que dejó el chico y el "diminuto" punzón de dolor que sentía en el tobillo derecho. Apenas sintió agonía, pero se podía ver en su rostro lo confuso que se encontraba. Empezó a mirar a todos los lados, desesperado por identificar al autor de aquel factor sorpresa. Entonces, al joven se le ocurrió otra forma de ayudar al individuo de la espada. No podía hacerle daño, pero sí podía jugar con él. Podía atraer torpemente su atención mientras le volvía loco pestañeando de un tramo a otro, brindándole al "héroe" la oportunidad de comenzar con iniciativa el duelo. Y entonces, tras idear dicho nuevo plan y reunir coraje, volvió a Pestañear en dirección hacia el enorme sujeto y, con un movimiento infantil, le dio cuatro vueltas en cuestión de un segundo, y volvió a camuflarse entre la multitud que miraba atónita la escena*

*"Espero que sepas aprovechar esto, espadachín..." pensaba el chico mientras recobraba aliento tras un tumulto de personas, "... ¡porque hace mucho frío como para Pestañear tanto...!"*

Off-Rol:

Blandió su arma de la misma forma inusual que siempre.Encorvandose un poco para adelante, doblando su muñeca para que esta sostuviese la espada del mango apuntando hacia arriba, apenas apoyándose la gigantesca hoja azabache con rojo en su espalda.Todavía respiraba pesadamente por aquella caída que sufrió a manos de su propio descuido, pero seguía lo suficientemente estable como para seguir peleando...Era solo cuestión de segundos para que Barrett se lanzara hacia el gritando cual animal salvaje con sus manos extendidas.Tan bruto para pelear como lo era su verdadera persona...Increíble a lo que se puede reducir la gente en su estado más primitivo.Sin decir ni una sola palabra, ya estaba preparándose para contraatacar hasta que...Una estela celeste que apareció de la nada misma cautivó su atención, apareciendo detrás de su masivo adversario.Juzgando por la expresión que Miles tuvo, deteniendo su ataque, esto también le tomo de sorpresa a el más que nada, girándose desesperadamente a ver quién había sido...Esto mismo ocurrió pocos segundos después cuando esta misma estela apareció rodeando a Miles, como si algo hubiera estado dando vueltas alrededor suyo...Que ofensa! Que no sabía que no era honorable en un combate distraerse ante trivialidades!? Con un grito furioso pero a la vez determinado, exclamó ante el hombre:

Que pasó con esas ganas de matarme que tienes!? Tu verdadero oponente aquí soy YO!!

Dicho esto, sostuvo con firmeza el mango vendado de su espada y con un movimiento oscilante desde abajo para arriba, la espada dado su tamaño, quedo clavada en el suelo por un instante, pero con fuerza, y cerrando los ojos para canalizar su Ki en esta, logró que la espada destruyera el cemento que la bloqueaba de terminar con su ataque.Esto era parte del plan, ya que al hacer esto la explosión de un fuego de color negro con tintes violetas saldría más violentamente desde las grietas que dejaba a su paso Yggdrassil.Como se encontraba a suficiente distancia, y Barrett se encontraba lo suficientemente distraído, las llamas dieron de lleno en el pecho del moreno, mandándolo a volar unos metros para atrás, pero este se mantuvo con los pies en la tierra...El ataque lo había empujado nada más, parece que los rumores de la colosal fuerza de el Jefe de Gendarmería no eran mentira en absoluto...Viendo lo relativamente poco que su ataque había afectado al oponente, Dorian saltó hacia adelante, llegando a una altura impresionante para un ser humano normal.Luego de dar una voltereta en el aire, cayó de forma descendiente con su espada mientras esta era rodeada del mismo fuego negro de hace poco, apuntando a la cabeza del enemigo.Cuando se acercó a el, Miles reaccionó de forma rápida moviéndose unos pocos centímetros del camino, agarrándole del pie en medio del aire mientras que el ataque del revolucionario le rozaba los pocos pelos que tenía.Con una moción exagerada, lanzó a Dorian contra la pared más cercana, haciendo que este se golpeara la espalda bruscamente.El dolor de este ataque hizo que por un momento el espadachín tosiera sangre...Riéndose cruelmente mientras el joven se recuperaba de ese brutal ataque, el masivo Gendarme comenzó a correr como un cavernario de nuevo, esta vez con el hombro por delante, intentando otra vez retenerlo contra el muro de concreto que estaba alzado a uno de los costados del cráter que crearon con ese choque.

Dorian no podía perder, no ahora mismo, ni tan pronto.Era un oponente muy fuerte, sin duda alguna, pero el estaba lo suficientemente determinado como para no dejarse llevar por cosas como el dolor en estos momentos...Se limpió con las vendas de su antebrazo la sangre que brotaba de su boca una vez que volvió a pararse en el suelo, esperando pacientemente el ataque del perro del gobierno.Cuando este comenzó a cargar hacia el como un rinoceronte enfurecido, el guerrero hizo lo mismo, empuñando la espada de una forma mas común, con la hoja para el lado enfrente del cuerpo.Estaban a tan solo unos pocos metros uno de otro, Miles acercó más su hombro para fortalecer el choque, y el hombre de pelo oscuro respondió dando un brinco pequeño para impulsarse en su siguiente ataque.Apuntando la enorme hoja de Yggdrassil hacia el enemigo, esas extravagantes llamas que rodeaban el arma tomaron la abstracta forma de una temible cabeza de dragón rugiendo.El impacto entre ambos creó otra pequeña explosión de energía, de la cual surgió una cortina de humo que impedía ver claramente la escena.Cuando esta subsidió, Dorian parecía haber ganado el choque de ataques, ya que se quedó parado en el lugar mientras jadeaba pesadamente.El cuerpo de Barrett había salido despedido varios metros hacia atrás, esta vez logrando hacerlo caer con fuerza en el suelo.Se levantó furioso, con el cuerpo magullado por ese poderoso ataque reciente...No había espacio para las palabras, el intercambio de miradas hostiles a la vez se analizaba que era lo siguiente por hacer era lo que ocupada el ambiente ahora...Claro, hasta que empezaron a sonar alarmas de varios lugares a la vez...Era de esperarse, la policía tenía que llegar tarde o temprano.Pero no solo la policía...Alrededor de la escena se estaba acercando algo similar al cuerpo de Gendarmería entero de Ciudad Fedder.El rugir de las motocicletas de alta tecnología junto el bramido continuo de las hélices de los helicópteros que se acercaban a escena.Claro que al notar esto también, su enemigo había visto el momento perfecto para desmoralizar al revolucionario de una manera arrogante mientras inflaba su pecho.

Je! Estas acabado, basura...Ya te dije que los jóvenes idealistas como tú no duran mucho en este mundo.Que vas a hacer ahora contra todo el cuerpo policial de Fedder!? Tu estatus de héroe fue reconocido en todas partes pero ahora mismo, no eres más que un fantasma...Un don nadie! Y estas a punto de volver a desaparecer de la faz de la tierra, gusano!!

La rabia ocasionada por las palabras socarronas del ejecutivo iba aumentando poco a poco...De aquí podía salir de dos formas: Peleando hasta dejar inconsciente a Barrett, escapando con el, como en su plan original; O por el otro lado, escapar de allí con vida y volver a intentarlo en otro momento...Claro que estaba iba a ser la opción que más detestara, pero la más racional.No iba a dejar que nadie se interpusiera en el camino de la verdadera justicia...Se abalanzó sobre este una vez más, con un oscilamiento horizontal de su espada prendida fuego otra vez con tal fuerza que parecía que la tierra vibraba levemente al dar el firme paso necesario para que este ataque avanzara.Los sonidos de las autoridades se acercaban cada vez más, debía de terminar esto rápido...Si este ataque fallaba, debía de recurrir a su ultimo recurso, y arriesgarse a quedar inconsciente el de la exhaustión.En caso de que eso pasara...Era el peor escenario posible, ya que esta vez no iban a perder el tiempo y volver a matarlo de una forma más "Directa", llamándolo un terrorista y haciendo que el público lo odie, difamándolo para que nadie lamentase su muerte.Ese ataque hacia los costados de Barrett...Portaba toda la pasión detrás de su causa, una fuerza de la naturaleza inconmesurable para cualquier persona...