• Octava Trama de Spirit Soul • Battling For The Book Of Truth •

por **Isela A. Ichinose** Jue Feb 11, 2016 12:44 am

Octava Trama de Spirit Soul

Reseña

A las manos de tempus company ha llegado un curioso escrito que tras ser analizado por expertos, se ha determinado que relata el posible origen de una fuerza superior que ha sido el pilar y ha dado origen al mundo de spirit soul como hoy lo conocemos, sin embargo, entre sus numerosas páginas, algunas ilegibles y otras difíciles de comprender, se detalla la existencia de ciertos objetos milenarios que otorgan fuerza incalculablemente desconocida a su poseedor. Esto no ha pasado desapercibido ante los oídos de los opositores al régimen, que no tardaron en relacionar ciertos hechos con el ilógico poder del monarca tan conocido como el lord…muchos solo se observaron en silencio ni bien la noticia fue disparada por tempus company, sin embargo, concordaron y tras atar cabos sueltos, tomaron la imperiosa decisión de organizarse para hacerse con aquellas escrituras.

El mundo sigue pendiendo de un hilo ante la certera amenaza implacable de una guerra civil por tantas divisiones internas, sin embargo, aquellos miembros libres de la revolución están totalmente decididos a aferrarse a la única posible esperanza de descubrir un poco más sobre su nefasto enemigo principal, el lord. he aquí una de sus principales contras, claramente los que sirven al régimen no estarán dispuestos a ceder ni a permitir que algo ponga en peligro a su máximo exponente, deberán defenderlo a costa de sus propias vidas, batallando una vez más con seres de caras ya conocidas o incluso nuevos integrantes en ambos bandos.

¿La peor parte?, bueno, la peor parte se la llevaran aquellos miembros neutrales que deberán elegir en qué lado del tablero permanecer, algunos actuaran por propia conveniencia, otros seguramente querrán apoyar a ciertos simpatizantes o personas queridas…pero la gran verdad es que la balanza continua oscilando de manera repetitiva en el laberinto de cada conciencia que, en este día, se resumirá en el “todo o nada”.

Los revolucionarios ya están en marcha bajo la protección del velo de la noche hacia prodigi city, sitio en el que se encuentra tal manuscrito en un recinto especial, avanzan dispuestos a todo pero no cuentan con un pequeño detalle…gracias a un rumor infiltrado, los miembros del gobierno están partiendo hacia el mismo punto, ocasionando que se genere una segura interceptación por parte de ambos bandos. ¿Qué esperar de esto?, quizás deberías aguardar por lo peor…ya que esto ha sido la obvia calma que precede a la tormenta, una que se desatara con furia desenfrenada.

Información

•En esta trama es medianoche y hay una fuerte tormenta electrica, de momento la lluvia no se ha presentado. El clima es templado, molesto por la carga de humedad en el ambiente.
•Únicamente miembros con ficha aceptada y registros correspondientes hechos pueden ingresar a la trama.
•No hay un orden de posteo para no frenar la continuidad, pero tampoco se permite el doble post.
•Personajes cannon como custos dei y novarum inferno tienen participación obligatoria en la trama. Lo mismo ocurre con los ministros. Se pide encarecidamente que los puestos altos del gobierno u opositores, encuentren un hueco también para participar y contribuir en la misma.
•Las batallas se decidirán mediante el sistema de dados.
•Pueden unirse también personajes que pertenezcan a rangos neutrales.
•Se contará un mínimo de tres post para no perder la posesión del personaje cannon.
•Se les recuerda respetar el reglamento militar que deben seguir tanto revolucionarios como miembros del gobierno.
•El riesgo de muerte en esta trama es inexistente. De llegar a 0 el hp de un personaje, se toma como inconciencia.
•Se pide siempre una correlatividad entre la ambientación del foro y los post de sus propios compañeros.
•De querer unirse los que no alcanzaron a inscribirse, enviar un mensaje privado al staff (Web masters, Co web masters, admins, mods)
•¡Atención con esto!, una vez iniciado el primer post de batalla, está prohibido subirse el hp o comprarse objetos. Ejemplo; si inician la batalla poseyendo dado rango 3 y equis cantidad de hp, deberán continuar con esos valores hasta que acabe la trama. Asegúrense de obtener antes sus ítems.
•Pueden entrar con cuantas cuentas deseen; manteniendo en vigencia la condición número 3.
•Para no quedarse estancados si el oponente no responde, se da por válido que tras tres páginas sin respuesta del oponente, pueden buscar a otra persona con quien batallar.
•Se entregara la suma de seis mil soullinks a cada personaje que participe, siempre y cuando cumpla con la cantidad de post requeridos que son cinco en cada cuenta/pj participante cada uno.
•Recuerden que durante las tramas, los puntos de stat que poseen sus personajes no son válidos. Unicamente se puede usar el dado que posean, las mascotas y los objetos de su inventario.
•IMPORTANTE. A partir del primer post que hagan deben adjuntar en Spoiler una captura de pantalla donde se vea HP, dado de rango e INVENTARIO. También debe figurar la hora y la fecha de la captura.
• ¿Qué debo hacer con el ítem que ya utilicé?
-Una vez que el ítem haya sido utilizado debes descartarlo en su post correspondiente (Aquí), será eliminado de tu inventario en cuanto los administradores pasen por allí.
• ¿Cuantos ítems se pueden utilizar en un turno?
-Solo se puede utilizar un ítem por turno, es decir, uno por post.
• ¿Cuántos ítems se pueden utilizar en una batalla entera?
-Tantos como post tengas, a menos que en el mercado aclare que tenga un uso limitado.
• El ítem llamado “Trébol de la suerte” te da la opción de atacar dos veces, osea dos dados. ¿La pet triplica/duplica los dos ataques o solo el principal?
-La pet duplica únicamente el primer dado de ataque, el segundo mantiene su número normal y tampoco le aplican los stats.

Participantes

Kougyoku Ren
Isela Adramelech
Gissel Gremory
Christa Hellemond
Saeko Akuma
Kanu Doragon
Akatsuki Ousawa
Arno Mireault
Frederik L. Damgaard
Elizabeth Crow
Kvothe Arliden
Mavra Romanova
Kotarou Takeshi
Morte N. Bloodlust
Matheus Odelschwanck
Serenade Báthory
Alexia Fordlux
Kabian
Kishimura Sho
Jade Bloodmoon
Meiko Kuran
Aigis
Azazel Berith
Master Angelus
Greed Gaziel
Reila Von Der Schneider
Jack t. Ripping
Shiro Ritsu
Seira
Solei
Ichinose Takumi
Tyrion Wigop
Veradun Feldaril
Finnegan Darem
Dorian v. Darem
Ryu Mizuruki
Add
Katja Duhn
Ilana Antall
Emeraude Toulbein
Velour Meudell
Mia Burton
Lucy Ducayne
Lilith Blacksoul
Ryusei Ookami
Grigorii Veimond
Sasha Xintavelonis
Aisha Blacklock
Regina Becher
Astrid Dagmar
Garnet Vermell
Kuro Usagi
Fingon Sindar
Darth Nihilus
Sei Byakko
Ventus
Marcus S. Blacklock
Natasha Lastrange
Alisa Amiella

Atte: Staff de Spirit Soul

Created by Kishimura Shō

por **Isela A. Ichinose** Jue Feb 11, 2016 1:14 am

Una orden recibida jamás sería no acatada, al menos cuando se trataba del líder al que los revolucionarios seguían fielmente a pesar de que el camino era tortuoso y por sobre todas las cosas, riesgoso. Esa noche transmitió una clara orden a los revolucionarios que tenía por debajo, dejar la vida en el intento, no quería traiciones, no quería cobardes y de ser necesario, Astartea misma les cortaría la cabeza al regresar a Revolution City. Cuanto había cambiado en todo ese transcurso de tiempo, sí, pero a fin de cuentas cierto hecho en particular la había obligado a amoldarse a las circunstancias, aunque eso no quisiera decir que no le hubiese afectado a nivel interno, más bien absolutamente todo lo contrario.

Dio la medianoche cuando surcaba el cielo cubierto de aterradoras nubes que intercambiaban rayos entre sí, iluminando tal inmensa oscuridad que parecía poder tragarse absolutamente todo a su paso. El sonido era casi ensordecedor, la misma estancia en ese terreno podía tomarse como una propia sentencia de muerte, sin embargo, ahí estaba ella, danzando al mismo filo de la irrealidad entre la vida y la muerte continuamente. Su rostro se mantenía completamente impasible, aunque de tanto en tanto se podía notar alguna que otra sonrisa ligera tan superficial como orgullosa, rompiendo los parámetros de cualquier cosa establecida…Esos orbes perdieron su tonalidad de color habitual, pasando a tornarse un rojizo intenso carmesí, tan impío como llamativo de igual manera. Desde su espalda se veían perfectamente delineadas el doble par de alas, un par blanco, otro par negro, que se batían con fuerza pero gracia a medida que avanzaba…Incluso con la dificultad que los fuertes vientos imponían, ella solo se dedicaba a hacerles frente o tal vez, evadirlas con su propio control de las corrientes convectoras.

Los truenos le parecían una completa sinfonía al mismo tiempo que surcaba los cielos, cuanta diferencia, siendo que en su estado más calmado le generaba increíble miedo…pero no, no cuando estaba siendo abducida al ciento por ciento por su faceta más densa, una que le hacía amar las descargas eléctricas de manera intensa. La mente de Isela como siempre tan inestable oscilaba de un lado a otro gracias a esa falla genética potenciada por los últimos sucesos, los que la empujaron a desarrollar nuevas habilidades que jamás creyó sin lugar a dudas obtener, sonreía victoriosa, incluso en un gesto casi inadvertido se relamió cuidadosamente el labio superior al saber precisamente lo que se avecinaba…Si, una nueva batalla contra esos bastardos, perros fieles al Lord que no dudaría en reducir a cenizas. Ellos habían creado todo un monstruo potenciado en la revolucionaria, y ahora debían lidiar con las consecuencias.

Ese cabello ondeaba hacia atrás de manera hipnótica, como una propia aberración divina Isela desprendía sensualidad pero orgullo en cada movimiento, cada gesto, pensamiento…y su mente en ese preciso instante podía estar completamente dividida en varios mundos pero a la vez, sedienta de comprobar específicamente que tan cierto era lo que se hallaba escrito en el libro. Todo era un paso más cercano a su tan ansiada victoria, anhelaba con desesperación profunda hacerle pagar al Lord, de ser posible renunciaría o aceptaría cualquier otra cosa con tal de llevárselo con ella al mismo infierno…Así era tal insana obsesión en cuanto a ese hombre o monarca respectaba. Sabía por otro lado que los opositores al gobierno estaban recibiendo directivas mentales de Astaroth, una de sus facultades más comunes para comunicarse con sus “piezas”.

Otro instante y ella volvió a sonreír…claro que también era una pieza en aquel juego llamado revolución, sabía a la perfección que en más de una ocasión podía no volver con vida, pero, ¿qué más daba?, jamás había temido a su propia muerte, por el contrario…era una constante carrera la que iniciaba con su más fiel compañera.

Alguna risita provenía de ella, muy de vez en cuando mientras esquivaba con gracia algunos rayos que se suscitaban ahí arriba, siendo cubierta por el manto de la misma oscuridad fue cuando susurró alguna que otra palabra en un perfecto dialecto infernal…Ah, vaya, digna hija del demonio Adramelech, parecida en tactos aspectos pero a su vez con marcados rasgos similares al de los ángeles…¿Qué pasaba expresamente por su mente en ese instante?, la propia ambición de la chica era como una bestia enjaulada que mantenía a raya, una que no dejaría que la dominase. Por instinto recordó el baile de máscaras en el castillo del Lord, el momento exacto en que tal bestial poder fue descargado contra su persona de manera tan veloz o certera, como en cada vivencia su corazón había sido destrozado casi de manera continua o sin piedad, aquellos recuerdos generaron que la Novarum Inferno sonriera incluso en casi éxtasis, vacía, detallando esa personalidad tan contradictoria que escapaba del entendimiento humano.

Sin más, viró con rudeza en el aire cuando estuvo en cierto punto estratégico, para así dejarse caer en picada a extrema velocidad. Quizás parecía como si estuviese a punto de estrellarse cuando la gravedad la hizo suya por completo, pero no, en el momento justo su cuerpo terminó desintegrándose en miles de pequeños murciélagos hasta que por fin ya a escasos metros de aterrizar, volvieron a agruparse para tomar forma corpórea. Otro certero movimiento con sus cuatro alas generó que cayera suavemente de pie en medio del sitio indicado al mismo tiempo que sus alas simplemente se desvanecían en la misma nada…A fin de cuentas, irónicamente, el ángel del infierno había descendido.

Constancia:

por **Arno Mireault** Jue Feb 11, 2016 8:25 am

Sin duda lo que más rápido viajaba en su reino eran las noticias malas, sobre todo si estas involucraban algún tipo de posible conflicto. La famosa aparición de ese texto en la bóveda de conocimiento que era Prodigy, solo significaba problemas, problemas que debían ser atendidos inmediatamente. No le cabía duda que los movimientos enemigos empezaron tan pronto la información se rego y era necesario actuar antes que ellos o al menos lograr estar presentes cuando estos hicieran su inevitable aparición. El ministro lo sabía y por ello había pasado varios días encerrado en su oficina, preparando un sinfín de estrategias para lograr lidiar con ellos sin provocar daños demasiado grandes a sus ciudadanos.

Desde temprano había sentido el cambio en el ambiente, podía percibir la débil calma que precedía a una caótica tormenta. No podían perder tiempo en la espera que el clima mejorara, todo minuto era importante en ese momento, cada segundo contaba para intentar detenerlos. En ese caso en particular, Arno había decidido marchar como una unidad hacia la ciudad ya que no sabía de qué manera esos revolucionarios marcharían y habiendo cruzado ya antes su camino con la mujer que los guiaba, era mejor estar prevenido ante cualquier tipo de contingencia. De todas maneras no lo guiaba el miedo sino la cautela, sabía muy bien que sus hombres podían sin problemas lidiar con los perros de esa mujer, iba con la certeza que más de uno dejaría el campo como parte de una comitiva fúnebre.

Impaciente, decidido, el ministro volaba sobre su ejército que marchaba por los caminos del reino. Sabía lo peligroso que la tormenta podía ser para ellos, dentro de sus planes no estaba el arriesgar su seguridad en el viaje por lo que planeaba envuelto en una delgada capa dorada, el poder eléctrico que obtuvo lo facultaba para absorber todos los relámpagos alrededor de ellos, alimentando su propia energía además de proveer un tránsito seguro para todos sus hombres. Aun recordaba su piel quemándose bajo las descargas que recibió de la revolucionaria, no había parado hasta conseguir una forma de contrarrestarlas y estaba preparado si el destino decidía enfrentarlos nuevamente. Quizás era uno de los pocos que no la veía como un ser invencible, uno de los pocos que no dudaría en enfrentarla mano a mano.

Podía ver en la distancia, gracias a la escasa luz de los estallidos en el cielo, el destino hacia el cual marchaban. La medianoche parecía un momento ideal para un choque de esa magnitud, solo lamentaba que una de las ciudades más hermosas de su hogar, fuera a ser el escenario donde tanta destrucción pronto empezaría.

Un pequeño movimiento fue obrado por sus alas y su cuerpo se enderezo en medio del aire, repentinamente viéndose cubierto por una ensordecedora capa eléctrica mientras descendía como un haz de luz frente a su ejército. Sus pies tocaron la suave tierra, levantando algunas rocas que cayeron luego cuando su energía se disipo. Como siempre llevaba en su mano la katana que jamás lo abandonaba, estirando el brazo marcado con ese tatuaje hacia la mujer de cabellos rosados que consideraba su segunda al mando, su otra espada incluso más peligrosa que aquella que siempre portaba.

De aquí en adelante estén preparados para todo. No confíen en nada de lo que vean y se dejen alejar de su unidad. Recuerden quienes somos, representamos la justicia no solo en nuestro reino pero en todo este mundo también –su voz resonaba aun en la tormenta mientras deslizaba sus ojos dorados por los rostros de todos los que marcharon a su lado.- No teman a nada que intente atacarlos, cada uno de ustedes posee una fuerza incalculable y un valor que ninguno de esos hombres siquiera es capaz de imaginar. Apóyense los unos a los otros y luchen sin perder de vista nuestro verdadero objetivo. Preservar la paz sobre todas las cosas –elevo su katana hacia ellos y realizo un saludo general, virando luego hacia la capitana general.- Reila cuídalos y si algo llega a pasarme, asegúrate de que vuelvan sanos a sus hogares. No quiero mártires…no quiero héroes sin sentido –murmuro en el oído de la mujer, apretando ligeramente su hombro para finalmente voltearse y comenzar a caminar hacia la ciudad.

El dragón estaba en las calles, ávido de sangre y muerte.

Constancia:

por **Alessa Scherzer** Jue Feb 11, 2016 3:52 pm

El trayecto no le resultó complicado, sin embargo mantuvo siempre ese semblante serio que tanto la caracterizaba, no tenía miedo por ella misma pero si por el ministro e incluso sus “soldados” con los que compartía varias horas de entrenamiento, generando lazos o afecto. Sentía el gran peso que eso conllevaba, el deber de protegerlos a toda costa sin importar que ocurriese en el camino, sin embargo, sabia por otro lado que debía ser tenaz, cuidadosa en sus acciones y estar siempre alerta. La tormenta de por si ocasionaba que la semidragona se mantuviera más alerta que nunca, analizando detalladamente cada sonido que pudiese ocultar la tormenta, cada sombra sospechosa…si, ese instinto natural le indicaba a gritos que no se confiara en lo más mínimo, que estuviese preparada para afrontar cualquier posible peligro que pudiera desestabilizar las tropas.

Mantuvo la mirada entornada cuando recibió aquella sutil “orden”, por un instante siendo que esos orbes azules se tornaron ligeramente tristes, pero que a fin de cuentas prefirió ocultarlo mostrando ese ápice de orgullo o excelencia que mantenía siempre ante todos. Asintió con la misma suavidad, dando a entender que comprendía, pero que no sabía si a fin de cuentas lograría cumplirle como correspondía. –Ministro, no diga eso, porque en este día estoy dispuesta a darlo todo por cada uno de ustedes- Al menos sobre eso no dudaba, estaba más que segura que podría llegar a cuidar a sus tropas, al propio ministro, el reino. No subestimaba al enemigo, pero tampoco se menospreciaba como guerrera, siendo una mujer como ella, eso era casi imposible.

Su capa roja con bordes dorados lucía el símbolo de un dragón del mismo color en la espalda, la que en ese instante ondeaba fuertemente a causa del viento junto con esos cabellos rosáceos sujetos para más comodidad. Llevó cuidadosamente la diestra hacia el lado contrario de su cintura, tomando la espada que había pasado de generación en generación en su familia, aferrándose al mango de la misma a medida que desenvainaba lentamente pero de un modo que claramente expresaba ese ímpetu por luchar. –Ya escucharon al ministro, no se separen porque así somos más vulnerables. Traten siempre de mantenerse a mi vista y…espero que sean buenos para evadir ataques tanto del enemigo como los míos- Aquello último fue dicho en total sarcasmo, ya que realmente sería todo un desafío para más de uno tener cuidado de no dañar a algún compañero en el proceso por simple accidente.

La energía comenzó a fluir en el cuerpo de la capitana general en gran escala a medida que caminaba un par de metros lejos del grupo, los suficientes como para actuar velozmente si la situación repentinamente se salía de control…Fue entonces cuando aquella apariencia la tomó por completo, la que al menos entre los suyos se conocía como “señora de los dragones”, un cambio bastante drástico por decirlo de alguna manera, la que cubría ciertas partes de su cuerpo con tal armadura hecha de diamante, finalmente aquella capa roja se consumió en las mismas llamas que su cuerpo emanó en ese instante, en el que tal doble par de alas dignas de un dragón asomaron por su espalda al descubierto…los pliegues de su vestido rozaban cuidadosamente el suelo pero lejos de ensuciarte, todo su ser parecía que emitía una tenue luz por demás de clara, afectando a tal punto que sus largos cabellos apenas se mecían con el mismo efecto como si estuviera sumergida en el agua. Su mirada, su reflejo había cambiado por completo, lejos estaba de ser la típica mirada de una muchachita joven o más “humana”…frialdad, sabiduría, decisión, todo eso se encontraba en aquel casi rostro impasible.

constancia y etc:

por **Kougyoku Ren** Jue Feb 11, 2016 6:54 pm

Nada más llegar la noticia de lo que estaba pasando, primero sentí dos claras emociones. Una de ellas era la de felicidad de poder ayudar al ejercito, cosa que era obvia en mi al querer ser siempre útil. La segunda era miedo. ¿Miedo por qué? Porque seria la primera vez que me enfrentaría contra nuestros enemigos, de los cuales solo había escuchado habladurías sobre estos, pero que nunca había visto uno en persona o al menos no sabía si me habría topado con alguno sin saberlo. También temía que es lo que podía ocurrir, ya que justamente donde teníamos que ir, era Prodigy City. Siendo un lugar de Spatium que valoraba al ser parte del mismo reino en el que nací y no solo por eso. De igual modo recordé que tan importante era este sitio solo por ser el lugar donde me encontré por primera vez con un chico estúpido al cual no puedo quitar de mi mente aunque quisiera. ¿Qué es lo que iba a suceder? Era evidente de que estaba temblando. Pues nunca había participado en un combate donde dañara a personas. A no ser que fuese un combate amistoso el cual perdí o así. En mi mente lo bueno era el hecho de dialogar y no combatir.

Durante el trayecto. Sentí el pecho oprimido. Mi cuerpo y ni mis manos dejaban de temblar. ¿Cómo saldría todo esto? ¿Acaso volvería a fallar a alguien? ¿Sería de nuevo la primera en caer y ver como atacan a mis compañeros? Tenía los ojos llorosos al pensar en tantas cosas que podían suceder. A pesar de que tenía que demostrar valor en esos instante, no podía, no paraba de temblar, pero... Sabía que no estaba ahí para llorar, tampoco era una cobarde aunque visualmente uno podría pensar de que podría echar a correr en cualquier instante por el miedo que tenía, pero... No era así. No quería que resultaran dañados mis compañeros y mucho menos que hubieran inocentes heridos, así que más que nunca debía de esforzarme. Por algo me había exigido de forma exagerada en entrenarme como nunca, queriendo ser fuerte para poder proteger a todos los que pudiera.

Observaba a mi alrededor de reojo a todos aquellos que pertenecían a la milicia de Spatium, sintiendo cierta curiosidad de saber quienes habían venido. Muchos los conocía ya de haberme topado con ellos, recordando que había ido a una expedición al desierto por el ministro sir Arno y ahí me encontré con caras desconocidas y otras conocidas de cuando ayude en el Valle de Chocobo. Omitiendo eso. A cada trueno que caía, yo me encogía en mi lugar a pesar de que no temía los truenos, a no ser que estos me dieran de lleno obviamente. Aun tenía los ojos llorosos, aunque realmente repetía que no iba a echarme atrás. Podía observar que era medianoche si miraba hacia el cielo, además de ver al ministro de Spatium envuelto en una capa dorada, la cual parecía ser que atraía los truenos a él. Cosa que era digno de admirar.

Hubo un momento en que cuando fije mi mirada al frente. El ministro descendió hasta quedar en frente nuestro. Ahí comenzó a hablar, donde yo claramente escuche atentamente sin dejar de temblar como un flan, además de que mis ojos llorosos durante todo el recorrido se mantuvieron aun ahí, amenazando en caer de mis mejillas. Trague grueso al escuchar las palabras del ministro de Spatium y de cuando elevo su katana hacia nosotros, haciendo un saludo general. Escuche de igual modo en la tormenta las palabras de Reila sama. Que a pesar de que dijo algo que me llamo la atención de evitar tanto sus ataques. Después de eso yo solo mantuve mi mirada al suelo como si fuera este importante. En ese instante, a pesar de aparentar ser una chica frágil, apreté mis manos, formando estás en puño y clavando mis uñas en las palmas de mis manos. Cosa que no se podía ver al estar ocultas en las mangas exageradamente largas de mi vestido chino, el cual siempre llevaba puesto.

Realmente aun no se me había quitado el temor de lo que pudiera pasar, pero ya me había decidido. No les iba a dar la espalda en un momento así, eso nunca. Pues yo soy alguien fiel. De todas formas ni si quiera me traje a Pokku, temiendo de que este pudiera resultar dañado, cosa que me afectaría demasiado psicológicamente. Omitiendo ahora eso. Quizás hubiera sido mejor ponerme otro tipo de vestimenta, pero realmente el vestido que siempre portaba, no me dificultaba a la hora de combatir. Como si realmente estuviera acostumbrada a combatir con este puesto.

Levante entonces la mirada bañada en lagrimas aun, pero mostraba decisión o al menos yo creía eso al fruncir el ceño ligeramente. No me iba a rendir, yo nunca me rendía. Pues por algo era terca y iba a dar todo de mi. Por Spatium, por todos y por poder ayudar en lo que fuese por tratar de que no salieran todos heridos.

Constancia:

por **Christa HelleMond** Jue Feb 11, 2016 7:17 pm

Dicen que después de la tempestad siempre llega la calma... Y justamente la mediadora de El Dios, meditaba estas palabras observando que ni el hermoso manto marino que acariciaba el frío y perfecto material con el que estaba hecho el submarino del Almirante Kishimura, estaba en calma aquella noche. La soberana de los mares sabía que esta suave nana que mecía su transporte, solo anunciaba muerte... y destrucción. ¿Cuántas tempestades tenían que pasar para que al fin este mundo llegara a la calma?

En total silencio, con sus manos apoyadas en cada brazo del sillón que presidía en la sala de mandos principal, sillón que habitualmente suele acoger a su almirante y que hoy de modo excepcional sirve de lugar donde esperar a que comience lo inesperado, se mantenía Christa Hellemond en calma, haciendo gala de la magia de su reino, fría como tempano, hermosa como un diamante de hielo brillando sus rasgos angelicales en aquella inexpresiva tranquilidad. Y lejos de toda la fachada, la mente de la de cabellos dorados resumía uno a uno cada punto a seguir, revisando la situación sin que se cruzase por su mente el dolor innecesario de tantos. Apenas entrecerró sus ojos unos segundos antes de cerrarlos por completo y calmar su propia ira interna la cual nunca suele mostrar. Un suspiro bastó para hacer que saliera de aquel estado y tomando apoyó con sus manos donde estaban, se incorporó del asiento.
-Es hora Almirante. -Indicó sabiendo que su mano derecha estaba justo a su lado, virando el rostro para dedicarle una suave sonrisa y un asentimiento a lo que el ya sabía de antemano. Caminó unos pasos y sus ojos pasaron por todos y cada uno de los hombres y mujeres que allí dentro se encontraban, de los cuales destacó de forma leve con una sonrisa a su Vicealmirante Jack T. Ripping y al Teniente Ryu Mizuruki.

Tras esperar lo justo y necesario para que el mando de comunicaciones comunicara con los demás compañeros de Tempus, que estaban seguramente ya en sus posiciones, cogió aire soltándolo lentamente y asintió cuando una cruiser encargada de las comunicaciones le dio la vez para que comenzara a hablarle a los suyos.
-Al habla su humilde ministra... Mis queridos compañeros, se que muchos andan en incertidumbre por lo que pueda pasar hoy, yo misma les mentiría si no comparto ese sentimiento, pero lo que si se, es que confió en todos y en cada uno de ustedes en que haremos todo lo necesario para evitar desastres mayores. Ese es nuestro sino, llevar la paz de nuestro señor Lord a todos los rincones de Spirit Soul y por el mismo Dios que así lo vamos a hacer. Nuestros hermanos de Spatium son fuertes, pero aquí están sus hermanos de Tempus para apoyarlos y afrontar lo que venga sea lo que sea, con ayuda también de los hermanos del reino de Chaos. ¡Quien atenta contra Spirit, contra nuestra integridad como seres de estas tierras, contra nuestras familias, no tiene cabida en este nuestro mundo y si tenemos que echarlos a la fuerza... lo haremos... sabe el Lord que lo haremos! -Tomó nuevamente aire para relajar otra vez su tono de voz pero sin dejar de ser como tenía que ser fuerte y seguro. - Cada uno de nosotros tiene su propia tarea, yo asumo totalmente la mía y estoy dispuesta a morir pos ustedes, por Spirit Soul y por mi señor el Lord. Pase lo que pase, estoy enormemente orgullosa de cada uno de ustedes, que el mar de Spirit nos guarde a todos y nos desee la suerte a nosotros y a nuestros compañeros. ¡Por el Lord! ¡Por Spirit! ¡Y por Temus!

Cerró sus labios y con ello cerraron sus palabras, ahora tocaba dejar la palabrería para actuar como lo que era. Tras un rato de silencio se dio cuenta que había estado moviéndose mientras hablaba y delante suya estaba el propio reflejo de su rostro en un cristal blindado circular, de una de las ventanas del submarino. El ahogo leve de su pecho se iba disipando poco a poco tornando de nuevo a la calma y la mediadora del Lord se volteó ondeando aquella capa que llevaba marcado su rango en toda esta historia. Caminó directamente hacia el interior para quitarse aquel traje protocolario que la marcaba como ministra para vestirse como lo que era, una simple soldado mas del juego de su señor el Lord.
-Almirante, queda el protocolo en sus manos contacte con la vicealmirante Jade y de las órdenes que crea precisas. Avíseme cuando esté todo listo.
Ni la descendiente de dioses sabía que iba a ocurrir pero sabía que esto solo era una prueba mas de aquel juego irónico juego que era la vida.

INVENTARIO:

por **Gissel Gremory** Jue Feb 11, 2016 8:06 pm

La última vez que se involucró en un asunto bélico, fue su último “trabajo” como Guerrera Gladius, superar la realidad no fue mucho menos fácil, gran verdad, pero Gissel era precisamente la clase de mujer que en ningún momento se quedaba en el suelo a lamentarse por su pasado…No, la “reina carmesí” las había tenido un tanto difíciles en un pasado, pero de alguna forma encontró el camino como para salir a flote aunque esto fuera a la misma fuerza, si, ella era una sobreviviente en toda la regla…sus cicatrices eran internas y como si fuese una tigresa llena de rayas, tenía demasiadas historias que contar. Los rumores de algunas tabernas fueron esparciéndose, sobre todo en los bajos mundos de Rihm donde el crimen estaba a la orden del día, sitio en el que la mayoría de las veces trabajaba al reunir información sobre estos mismos criminales, cuyo precio en cabeza era parte de la paga o lo mejor a lo que podía ostentar.

El rumbo a tomar no fue complicado, en esa ciudad estuvo aproximadamente unas cuatro o cinco veces, incluso allí entrenó a sus fieles mascotas por lo que solo aguardó entre las sombras, el momento justo…Algunas personas ya se habían adelantado, eso era demasiado cierto, pero como buena rastreadora supo no hacer tan evidente su presencia allí, solo aguardaría e intervendría a favor de quien considerara oportuno, el ejército le había dado más decepciones que glorias…pero a fin de cuentas cierta idea estaba siempre presente en la mente de la Valkiria, jamás lastimar a conciencia y hacerlo con maldad. De hecho, la pelirroja era una mujer que en su corazón no poseía rencor ni tampoco malicia, muy por el contrario, enfrentarse a otros en esas circunstancias tan decisivas era un peso importante, un mal trago que esperaba ocurriese cuanto antes.

Sus cabellos eran mecidos de manera casi constante, claro que estaba nerviosa pero lejos de decirlo tan abiertamente, solo se las apañaba con su soledad en la oscuridad sepulcral de la noche…Inconscientemente elevó la mirada hacia el tormentoso cielo, en clara resignación interna, a lo mejor, dedicando una ínfima plegaria que seguramente sería escuchada. Sin más que hacer, terminó recargando la espalda contra un tronco añejo, cruzando al mismo tiempo los brazos bajo el busto mientras que esa mirada brillosa, intensa y arrasadora se mantenía en algún que otro presente ahí mismo…Notó al ministro de Spatium, algunas personas más que obviamente no reconocía con facilidad pero que de momento, no le planteaban dudas importantes. Por última vez dejó escapar un suspiro entrecortado para luego chasquear la lengua a nueva cuenta…¿vería algún conocido acaso?, ni ella lo sabía, tampoco pensaba en eso, solo deseaba corroborar que tan cierto era sobre lo que se decía sobre el Lord…Aquel gran misterioso hombre por el que la cazadora no guardaba rencor, aunque si propio recelo.

constancia:

por **Azazel Berith** Jue Feb 11, 2016 8:35 pm

Honestamente, los días de paz y tranquilidad nunca llegarían a este reino, pues un nuevo descubrimiento de su pasado amenazaba con agitar y engrandecer las llamas de la guerra nuevamente, buscando desatar otro conflicto de proporciones mundiales. Sabía, con tristeza, que este dia llegaría no por el hecho de que mi paranoia fuera en aumento desde que asumí mi cargo como ministro de un reino retrogrado y antiguo, otra de esas reliquias de una era pasada y que estaba estancado, sino mas bien porque los ánimos de los bandos participantes en la guerra contra el terrorismo y la rebelión de los que buscaban el derrocamiento del Lord y su orden actual estaban exaltados.

Y no es para mas, considerando que las historias sobre un manuscrito antiquísimo que cuenta la historia sobre como se ha formado el mundo y como un objeto que se relaciona con tal evento se encontraba oculto en Prodigy City. Honestamente... ¿En que estaban pensando los de Tempus Company al hacer esa clase de anuncios? ¿Que no se dieron cuenta de que obviamente iba a desatarse una batalla campal ahora? Natural es que todo sujeto con media neurona y deseos de poder quiera hacerse con un artefacto de poderes increíbles, lo suficientemente grandes como para dar forma a este mundo y, quien sabe, alguno que otro mas.

Había estado en contacto, desde que salió la noticia en esa condenada revista, con los otros dos ministros planificando una posible movilización de tropas con el fin de proteger algo tan valioso para evitar que cayera en las manos equivocadas, se habia llegado a un consenso general en cuanto a la estrategia a seguir a la hora de enfrentarse contra los hostiles que estarían buscándolo y, por encima de todo, se estableció una cadena de mando tripartita con un sistema basado en la ayuda mutua entre los tres reinos, todo con el fin de demostrar que podía haber hermandad si así era necesario en los momentos mas tensos de una historia en eterna construcción.

-Se que debería dar un discurso a mis fieles soldados, pero estoy seguro, señorita Bathory, que ha notado la ausencia de ellos en este navío, solo manejado por la tripulación requerida para su eficaz operación.-Expliqué a mi acompañante, la única persona de Chaos que optó por hacer viaje conmigo y causa común. Los Gladius quedarían en Chaos, bajo ordenes expresas de defender el territorio junto a los caballeros y los guardianes que fueron otorgadas en sobre a Beatrice, junto con datos de importancia sobre como operar en el posible caso de mi deceso en este combate. Ademas, soy la pieza menos importante de todo el reino pero una de las mas poderosas, por lo que es todo lo que esta coalición necesitará-Seguramente los otros dos reinos llevarán a todos sus soldados, pero nosotros demostraremos que un soldado de Chaos vale por todo un ejercito, como debe ser.

El zeppelin en el que viajábamos y la nave principal de mi flota de guerra, el Bahamut Salvaje, es la prueba viva del espíritu férreo del reino que lidero. No será un vehículo moderno como el de los otros dos reinos, pero su efecto y su propia imagen traen a la mente el terror que todos los demás pueden llegar a sentir, en especial cuando el zeppelin está atiborrado de soldados que, cuando se llega a la zona de combate, se lanzan a la misma con valor salvaje. Creo recordar que, mas de una vez, han desarmado y arrancado los motores de algunos otros zeppelins para avanzar mas rápido al caer justo en medio de las batallas activas como si se tratasen de meteoros llenos de furia.

Pero irme por las ramas no es algo que dura demasiado, pues el oficial de comunicaciones de la aeronave ha informado sobre la inminente llegada al punto de encuentro con las tropas de la coalición. Eso, sacándome de mi ensimismamiento, me llevó a caminar en silencio en dirección a la compuerta de despegue para los jinetes aéreos, porque por nada del mundo arriesgaría a mis soldados y a la nave para hacer un aterrizaje bajo condiciones desconocidas.

No, no lo haré, porque lo que tengo en mente es una inserción mas directa. Una inserción a base de saltar al vacío y llegar rápido a tierra firme.

Dado, HP e inventario:

por **Ichinose Takumi** Jue Feb 11, 2016 9:15 pm

El viento soplaba de manera recurrente aquel día gris en que el duque del averno marchaba junto a su ejército desde Revolution City hacia Prodigy. Las calles del camino se encontraban desiertas por entonces, seguramente debido al mal clima que parecía predecir una fuerte tormenta. Sin embargo, a el poco le importaba si una ínfima cantidad de lluvia se decidía a molestarle, incluso si él era capaz de evitarlo seguramente no lo haría, pues en aquel momento el revolucionario únicamente estaba enfocado en sí mismo y nada más.

Dentro de aquella maquiavélica mente, se formaban planes de todas clases, miles y miles de posibles escenarios; batallas con victorias gloriosas, derrotas aplastantes, asesinatos a fichas importantes del gobierno, tratos turbios con bandos neutrales y muchas situaciones mas. Todo aquello rondaba dentro de la mente del demonio de ojos plateados y mirada vacía que comandaba al ejercito de la revolución hacia una nueva batalla que definiría, el balance del mundo una vez mas. Sin embargo, en aquella ocasión era diferente, Astaroth se sentía intranquilo al observar el oscuro cielo devorado por las nueves negras. Lo cierto era que estaban corriendo un enorme riesgo visto desde un punto de vista estratégico, esto se debía a que con el paso de los meses se habían debilitado muchísimo en cuanto a números. La mayoría de los revolucionarios de élite habían caído a manos del gobierno. Algunos tuvieron la desgracia de caer en Arcadia, otros, prefirieron la muerte. Y tras habers conocido y vivido en carne propia al ser una de las victimas de los vejámenes que ocurren en aquella prisión, el duque infernal no podía juzgar para nada aquella decisión tomada en un acto de desesperación por sus soldados. Morir en batalla, era mucho mas honorable.

De cualquier forma, la inmensa y feroz persecución del régimen sobre quienes profesaban un cambio, había rendido frutos. ¿Habían logrado debilitar a los revolucionarios? Claramente, pero estos aún permanecían como una fuerza a respetar a nivel global. Por que para bien o para mal, habían conseguido fundar su propia ciudad, donde eran intocables ante los ojos del mundo. Claro que esto también logró que el anciano les tomara en serio, haciéndole mover a los ejércitos hacia una actitud mucho mas “ruda” a la acostumbrada; pero había valido la pena.

Era por aquella razón que los soldados de la revolución se habían quedado aquella noche resguardando la ciudad flotante de la libertad, se mantenían en alerta máxima y total ante posibles amenzas mientras “la créme dela créme” estaba fuera.

El riesgo estratégico se encontraba en el hecho de que estaban apostando por lo menos, el 90% de todo lo logrado hasta el momento en aquella misión. Dado que si en su ausencia el gobierno lograba dar con la isla y atacarla, esta incluso con todos sus soldados terminaría por ceder ante la presión y caer inevitablemente. Y los efuerzos hechos hasta el momento habrían sido en vano, volverían a empezar de cero. Por otro lado, el grupo tan reducido y selecto que encaraba aquella misión podía también ser considerado la “cabeza” de la revolución. Si ellos morían allí, el gobierno no tardaría demasiado en comenzar una caza furtiva sobre el resto de sus hombres. Para entonces, la revolución habría muerto y fracazado. “Corta la cabeza, y el cuerpo caerá por si solo” decía el antiguo dicho.

Cualquiera pensaría entonces que arriesgarse tanto por un simple libro sería algo insensato y estúpido, que solo traería desgracia sobre la rebelión. Sin embargo, el duque infernal estaba seguro de que aquel libro era la llave para destrozar a la monarquía y su sistema opresor y corrupto. Pero, en las manos equivocadas aquel libro podría también ser la llave de su propia derrota.

Todas estas cuestiones eran las que ocupaban la mente del revolucionario mientras avanzaba bajo el manto nocturno junto a aquel grupo. Isela se encargaba de sobrevolar los aires para evitar ataques sorpresa, Greed por otro lado, al ser el miembro más astuto y perspicaz de sus novarums estaba encargado de adelantarse e infiltrarse en la ciudad con el fin de averiguar que tan protegida se encontraba Prodigy. Claramente, esperaba que hubieran 10 o 15 guardias como mucho protegiéndola, más que nada para evitar que algún listillo se robara el oro de la misma. Cosa fácil, pues cada miembro de su equipo valía por mil soldados rasos.
Finalmente, a lo lejos comenzaron a verse las luces del lugar, siendo esta la señal de detenerse a esperar el regreso de Gaziel.

-Isela, desciende… -Musitó el revolucionario en un tono seco a través de su mente mienras tomaba uno de sus “Gitanes” y lo colocaba en sus labios, encendiéndolo con suma tranquilidad.

Su filosa mirada se clavó en cada miembro del grupo para entonces. –Estén atentos a cualquier movimiento extraño, si gaziel no se comunica en 43 minutos daremos por hecho que fue emboscado y crearemos un grupo de asalto. ¿Entendido? –Inquirió el líder azabache con su ímpetu dictatorial tan característico de si mismo.

–Si regresa sin novedades entonces ya conocen el plan, no asesinen civiles si no es totalmente necesario, asesinen a todo miembro del ejército que vean. No les tengan piedad, ellos no la tendrán con ustedes y no dudarán un segundo en asesinarlos o peor... enviarlos a Arcadia. – Finalizó el joven de ojos plateados dedicándose a esperar al novarum restante mientras fumaba su cugarrillo.

Spoiler:

por **Grigorii Veimond** Jue Feb 11, 2016 10:07 pm

La noche sin duda era fría y oscura, pero esta era algo más “especial” que todas las demás, mientras marchaba con rumbo hacia Prodigy City no paraba de darle vueltas a la cabeza para distinguir cual era ese elemento tan especial que tenía esta noche. A lo mejor era por la incertidumbre, incertidumbre de no saber que nos vamos a conseguir, pero lo que si sabemos era lo que sí habría y era… sangre… si… sangre… de seguro otra épica batalla estaría aguardando sus puertas para recibirnos. Sinceramente no tenía ninguna intención de venir como de costumbre, todo era lo mismo, peatones en un tablero de ajedrez donde todavía no se define quien tiene el poder. A eso hay que sumarle el clima que devora la noche, una tormenta amenazante se avisa por el horizonte, pero no es nada comparado a lo que nos espera, quizás la incertidumbre fue mi mayor motivo para venir. Esta no es una misión normal, esta marcaría un antes y un después para todo lo que conocemos…

A mi mente seguían retumbando las indicaciones de nuestro líder, a veces pienso que lo hace a propósito, creo que esa es una de las pocas formas conocidas de hacerme despertar y actuar, tal como un reloj de alarma sin botón de apagado eran esas indicaciones en mi sub consiente, retumbando de aquí para allá, varios de mis colegas ya habían partido y tengo la seguridad de que muchos de los nuestros en distintas partes del mundo también, yo me quede un tanto retrasado, me costó levantarme y ponerme en marcha, como mencioné no tenía muchos ánimos de venir, normalmente cuando estamos rodeados de un clima como este lo mejor es un buen descanso y esto era lo único que me apetecía en estos momentos. Pero como un buen soldado obedecí, tal y como siempre lo hago, o por lo menos eso pienso, con un poco de retraso pero lo que importa es que estoy marcha a nuestro destino.

Le prometí a Meiko que iríamos juntos, o mejor dicho se lo suplique, pero sin importar la forma en este momento es mi compañera, la pobre tuvo que llevarme obligado y zarandearme hasta que estuve listo, no es muy paciente como yo, supongo, pero creo que hasta ahora nos la llevamos bien.

-Mira el tiempo… no es una buena señal-Dije susurrándole en voz baja. Había usado mi magia de la poliformia para camuflarnos a ambos como simples aldeanos para no levantar sospechas de ningún tipo. Pero de todas maneras nos manteníamos al margen y en lugares donde no fuera fácil ubicarnos mientras nos acercábamos a nuestro destino. Pero lo que más me preocupaba era el clima, todo apuntaba a que se desataría una lluvia muy tempestuosa y me angustiaba que ciertas habilidades perdieran intensidad, a lo mejor exagero pero mejor es prevenir que lamentar.

-¿Conoces este lugar? Tengo mala memoria para las direcciones, además con todo esto de las indicaciones mentales creo que voy de mal en peor, no se como lo soportan ustedes…-Si, ese era yo, un Novarum muy diferente a lo que todos se puedan imaginar. A pesar de lo delicada de la situación mantenía mi misma actitud despreocupada, seria y serena de siempre. Cualquiera me puede confundir con un desinteresado y flojo, y si lo hacen que puedo hacer… no tengo control mental ni nada por el estilo, solo soy un simple efreet… ah… y acompañado de una rockera guía...

Poco a poco nos fuimos acercando a nuestro destino, claro la rockera era la que llevaba la cabeza, poco a poco fuimos divisando el punto de control, nuestros lideres y demás del equipo ya se encontraban listos. Nosotros aunque un poco retrasados también lo estábamos. Poco a poco fui desactivando la poliformia de nuestros cuerpos hasta que recuperamos nuestro aspecto normal.

-Ya las cosas se estan empezando a mover, y los del gobierno se han puesto las pilas con la seguridad. Debo admitirlo... los sujetos andan preocupados... -Dije en tono sereno a mi compañera después de escuchar las indicaciones de nuestro lider...

Con esas ultimas palabras, encendí un cigarro y me propuse a esperar nuestra siguiente orden.

HP E INVENTARIO:

por **Kishimura Sho** Jue Feb 11, 2016 11:07 pm

Me ausenté unos minutos de la sala de mandos, donde la Ministra Hellemond se encontraba en silencio preparándose mentalmente para lo que sucedería. Entré en mi camarote y tomé asiento en la cama, apoyando los codos sobre las rodillas y sujetándome el rostro con ambas manos. Cerré los ojos, tratando de concentrarme y analizar todas y cada una de las variables que podían interferir con nuestro plan, pero aunque lo intentara el solo imaginar que alguno de mis camaradas podría caer en combate me aterraba, me impedía pensar con claridad. Comenzaba a perder un poco la confianza en el plan que habíamos ideado con Christa, pero tras respirar profundamente y liberar todo el aire que había inhalado, logré calmar un poco mis nervios. Arremangé la manga derecha de mi abrigo y observé fijamente la marca que llevaba en mi brazo. - Si puedo salvar a todos mis compañeros, no dudaré en usar este poder. No importa si yo caigo en batalla o si me dejo llevar por esta maldición, ¡Ellos volverán a Tempus, sanos y salvos! - No podía perder la confianza, y menos dejar que me vean de esta manera.

Salí del cuarto y caminé por el "Surprise", el submarino en el que estábamos viajando, hasta regresar a la sala de control para colocarme a un lado de la ministra de nuestro reino. En cuanto oí la indicación de la fémina de cabellos rubios asentí con la cabeza, manteniendo una expresión seria en mi rostro, mientras ella se levantaba del asiento y caminaba por la sala observando todo y a todos a su alrededor. Aparte de los técnicos que se encargaban de pilotar el navío subacuatico también estaban presentes uno de los vicealmirante y un teniente de fragata, que formaban parte de nuestro equipo durante este día. Había llegado el momento del discurso de nuestra representante. Permanecí en mi lugar con los brazos detrás de mi espalda y con los ojos cerrados, escuchando atentamente cada palabra que sus labios pronunciaba. Fueron palabras dichas con el corazon que llegaban al alma de cada uno de los oyentes, que estaban en la nave o en otro punto estratégico.
Ni bien su discurso llegó a su fin, me acerqué a donde estaba ella. - Fue un gran discurso, mi señora. Me alegra poder servir a mi reino y estoy dispuesto a dar mi vida para salvar a Tempus o a nuestros hermanos en otros reinos. Y puedo prometerle una cosa... Usted regresará a su hogar cuando esto termine. No dejaré que nada le suceda, ni a usted ni a nadie. - Le hablé con mucha seguridad para al final regalarle una leve sonrisa. Antes de que nuestra superior abandonara la habitación, me dio la orden de que continuara con el protocolo ya establecido previamente. Asentí a sus órdenes con un saludo militar y apenas la vi marcharse tomé el radio para tratar de comunicarme con la vicealmirante Bloodmoon. - Jade, ¿Me oyes? Soy Kishimura solicitando un reporte de la situación. ¿Cómo está todo por allí? - Escuché el informe por parte de la lider del primer equipo y una vez que esta terminó permanecí en silencio unos segundos. Tras idear un plan en cuestion de segundos se lo comuniqué, y luego finalizando la comunicación con un "Tengan mucho cuidado".

Debía comentarle todo a la ministra acerca del informe que había recibido, pero antes de hacer eso me acerqué a los dos tripulantes que nos acompañarían en el campo de batalla. Nuestro vicealmirante Ripping y el teniente Mizuruki. - ¿Están preparados para lo que ocurrirá? Permanezcamos juntos todo el tiempo, si nos separamos seremos preza fácil para el enemigo. Aunque si ven que la situación se pone dificil y nuestras posibilidades de vencer son bajas, les pido que corran. Evitemos la mayor cantidad de bajas posibles... Ahora, si me disculpan. - Solté una amplia sonrisa, para tratar de aliviar un poco el momento. Acto seguido me dirigí hacia el camarote de Christa para hablar con ella y decirle que ya me comuniqué con Bloodmoon y contarle acerca de la situación. - En otras palabras, tenemos luz verde para avanzar, mi señora. Antes de proseguir lo mejor será informarle al segundo equipo para que estén enterados y se preparen para actuar. - La miré fijamente a los ojos unos segundos antes de marcharme para tratar de comunicarme con el androide, mi viejo amigo.

Spoiler:

por **Saeko Akuma** Vie Feb 12, 2016 2:52 am

"La serenidad no es estar a salvo de la tormenta, sino encontrar la paz en medio de ella." (Tomás de Kempis)

Lunas habían transcurrido desde que la demonio desapareciera un tiempo de aquella vida que le estaba llevando absolutamente a la nada. Presa de un dolor humano, con la breve ausencia de su única razón por la que estaba en este mundo, decidió romper con todo para regresar a las entrañas de su nacimiento y volver a sentir el calor de la magia negra en su interior para disipar cualquier signo de calidez dentro de la violácea. ¿Para qué tener sentimientos si solo dañan y te hacen ser débil? El único sentimiento que necesitaba era la fe ciega en un dios único y que por suerte y dicha para ella llevaba parte de su sangre recorriendo todo su ser. Ya daban igual las noches pensando que su vida de antaño podía disiparse y hacer de Saeko Akuma lo que se suponía debía haber sido alguien normal. Pero para la dama de las sombras, la bloody doll como así la llamaban, esa oportunidad se esfumo cuando rompieron lo único humano que le quedaba quizás de otra vida. Por suerte o desgracia para la fémina, el ser de ahora estaba conformado con los restos de las que fueron antaño y la mezcla de frialdad con la mezcla de cosas sentidas hacían aun más peligrosa a la demonio ya que su serenidad se veía amenazada con una inestabilidad emocional que la magia negra de su madre ya no podía controlar. Por eso era mejor romper con todo y regresar cuando él la necesitara de algún modo.

Hasta sus propias necesidades eran secundarias con las del azabache, por eso nunca estuvo ajena del mundo que envolvía a la revolución, porque él era la revolución y así lo entendía ella sin importarle siquiera los motivos por los que otros estaban o no en un bando u otro. Aunque ya no ostentaba el titulo que un día se le puso, la disciplina de la fémina le guardaba fieles que seguían viéndola como tal y la mantenían informada aunque ella no preguntara en absoluto y para la que se mueve entre las sombras cualquier secreto era un canto a voces.
Ya había estado rondando por la ciudad nombrada por otros como prodigiosa pero que para ella era simplemente una ciudad mas que guardaba algo que quería su hermano y eso la hacía un tanto "especial". Su perfecto cuerpo femenino había estado oculto como felino de un lado a otro, esperando, paciente a sentir aquello que hacía vibrar realmente su sangre y todo su ser y cuando así se necesitó, cuando sintió que lo mas grande inundaba con su esencia el lugar, al amparo de la noche en una de esas que tanto le gustaban, fundió su pequeño cuerpo felino de pelaje negro con las sombras y camino hasta hacerse mujer detrás de su hermano, surgiendo de la misma sombra que este formaba con tal gracia que hacia celar hasta los rayos mas hermosos que surcaban adornando los cielos.

A pasos detrás del líder permanecía en silencio recta con simplemente su mano cómodamente sobre la empuñadura de su katana, con el rostro serio, inexpresivo hasta que un ápice de sentimiento dejó que sus labios pronunciaran una efímera sonrisa lateral que relajó todo su cuerpo que aun estaba volviéndose totalmente tangible. No necesitaba hablar él sabía que estaba ahí y que haría justo lo que el le indicara sin importar el cómo, el por qué y las consecuencias que acarreasen. En su mente solo había un objetivo desde la información descubierta y tras lo escuchado en la ciudad solo había un cometido, si existía algo de aquella magnitud ese algo tenía ya dueño para ella. La bloody doll había regresado y sin duda alguna si no se debe uno fiar ni de su propia sombra, mucho menos de la de Takumi ichinose líder de la revolución.

Inventario completo:

por Invitado Vie Feb 12, 2016 6:39 am

Mis días como Cuarto Dei habían llegado a su fin, nunca podría compaginar el ayudar a mi mejor amiga con la exigencia que requiere dicho cargo, y aunque no lo añoraba en absoluto, me sentía en deuda con todos y cada uno de los ciudadanos y altos cargos que dejaba sin mi humilde protección ante la nueva amenaza que nos acechaba.

Desde que Alba me confirmo que una gran batalla se avecinaba, he estado día y noche meditando sobre como podía ayudar y actuar ante la misma, por lo que sin más dilación contacte con su tía Christa Hellemond, ministra de Tempus, para que me presentara al ministro de Chaos del cual soy ahora una colaboradora activa por así llamarlo y planear juntos una estrategia una vez el me indicara los pasos a seguir.
Desde el primer momento comprobé que Azazel era una persona que se preocupaba por su gente, aunque no sabia si sus palabras denotaban algún signo de melancolía por algún tema relacionado con Chaos, si que notaba que quería realizar cambios para mejorar el reino y eso me estimulo más aún si cabía para ayudarle.

Sobra decir que después de ser una de las manos derechas del Lord, mi preparación tanto física como mental estaba más que preparada para esta prueba que se nos ponía por delante.
Aunque mi idea principal era sobrevolar el parámetro de Prodigy City por mi cuenta e informar a mis aliados de la situación, las indicaciones eran muy distintas así que allí estaba yo, en un navío con aspecto anticuado pero muy propicio para la ocasión, su estilo bélico me hacia sentirme segura y desafiante ante cualquier adversidad.

-Querido Azazel, todo como esta planificado me parece perfecto, como usted ha dicho, un solo soldado de Chaos vale por todo un ejercito y justamente nosotros dos no somos simples soldados-. Le conteste con un tono más que seguro al ministro, aunque no tenia miedo si sentía una especie de angustia al pensar que podían hacer daño a alguno de mis seres queridos, prefería mil veces que mi vida acabará antes que hirieran o algo aún peor a mis padres o a mi hermano.

Aquella tormenta retumbaba por todos los rincones del zeppeling, y mi sed de sangre aumentaba a medida que transcurrían los minutos, deseaba con ansias poder por fin cambiar de forma física y acabar con la vida de todo aquel que fuera una amenaza para el gobierno.
-Señor ministro, cuando usted de la orden para salir, estoy preparada-. Le dije mientras terminaba de colocarme en los muslos un par de dagas que había cogido prestadas de el hogar de mi padre para la ocasión.

inventario y hp:

por **Frederik L. Damgaard** Vie Feb 12, 2016 10:21 am

La información se había filtrado rápidamente, no era sorpresa tomando en cuenta la importancia del objeto que fue encontrado. Era más que seguro que no solo los bandos importantes se estaban movilizando pero también miembros de os grupos neutrales, quienes buscaban sin duda obtener su propio beneficio de ese conflicto. Sino todos, la gran mayoría al menos peleaban para ellos mismos pero existían unos pocos que se decantaban por un bando. La mayoría apoyaba a los soldados fieles a ese gobierno pero unos pocos consideraban apropiado ser de ayuda para los “infames” revolucionarios como era el caso del exnovarum, ahora convertido en un sencillo caza recompensas.

Esa noche, plagada de corrientes y tensión, servía como cobijo mientras el hombre viajaba a través de los bosques del reino en su motocicleta negra. Desde que había dejado su anterior rango, no debía ninguna clase de lealtad a la revolución pero aun existían personas dentro de la misma a las cuales el pelirrojo consideraba importantes y a pesar de no ser “Pruslas” su poder seguía siendo equiparable a la de esos 5 líderes, suficiente para presentarse en ese campo de pelea y combatir contra todo lo que apareciera. Llevaba muy claro en su mente que tal vez uno de sus mayores peligros no serían los soldados sino los mismos revolucionarios que abandono, posiblemente arriesgándose a ser blanco de su venganza.

Había previsto que la llegada a esa ciudad se vería acompañada de los dos bandos seguramente apareciendo sin saber que sus enemigos ya se encontraban muy cerca. Deslizándose por el linde de los bosques, observaba silencioso la llegada por tierra de un grupo numerosos de hombres como también pudo ver en el cielo uno de los famosos dirigibles de Chaos, acercándose a la ciudad. No lo creía muy posible pero tal vez en ese conflicto estarían presentes los tres ministros del reino, tres de los pilares de poder de ese gobierno. Sin duda alguna, el resultado de esa “guerra” seria devastador, no solo para los bandos que chocarían pero también para todos los civiles que seguramente quedaran atrapados en el fuego cruzado.

Su principal objetivo era permanecer oculto hasta que el conflicto empezara, primero quería analizar las fuerzas que arribarían a Prodigy para formular una estrategia necesaria contra ellas. Por su tiempo en los altos mandos, tenía conocimiento del poder de sus antiguos compañeros como también de muchos soldados debido a sus viejas alianzas cuando aún era un común ciudadano. Sin embargo la balanza seguramente había cambiado y los pesos en ambos lados se diferenciaban, el problema era saber a qué lado esa balanza se inclinaría.

Demoro más tiempo del que había pensado, tal vez por su decisión de observar por algunos minutos el arribo de los miembros del gobierno, pero finalmente se detuvo en una de las entradas de la ciudad. Allí desmoto su moto y la redujo de tamaño con su poder sobre el metal, escondiéndola en la gabardina negra que llevaba. En silencio se deslizo por los callejones hasta encontrar un edificio al cual trepo y se instaló en el techo del mismo. Desde ese sitio podría observarlo todo, aún no había decidido en que momento actuaria así que por ahora solo esperaría.

Constancia:

por **Greed Gaziel** Vie Feb 12, 2016 1:06 pm

La noche era adornada por aquella eléctrica tormenta que parecía épicamente azotar el reino de Spatium. Las nubes negras cubrían ferozmente el cielo, evitando que los astros den la mínima señal en el oscuro firmamento de la noche. A penas era visible la Luna como una luz tras aquellas oscuras masas de gas cargas eléctricamente. Los estruendos entre las cargas de aquellas masas de gas resonaban repetitivamente, como si supieran todo lo que estaba pronto a ocurrir. El joven hombre pelinegro, miembro de los líderes de la revolución, cabalgaba lenta y calmadamente acercándose hacia aquella ciudad. Prodigy City, la ciudad de la gran biblioteca en el reino de los guerreros. Gaziel ya había recibido órdenes claras por parte del temible líder de la revolución, Astaroth. El derramamiento de sangre era eviten e inevitable, en algún momento tenía que suceder, todo apuntaba a que aquel momento sería hoy.

Finalmente, tras tanto tiempo de espera, paz, y calma, todo apuntaba a que nuevamente se desataría una batalla colosal. Aunque el plan de la revolución podía ser hacerse con el manuscrito de la forma más impecable posible, todos y cada uno de los armados guerreros de la oposición estaban dispuestos a eliminar cada ser que se interpusiera en los objetivos de su líder. Más allá de eso, la avaricia que reinaba el corazón y la mente de Gaziel le ordenaba hacerse con las mil y una reliquias que aquel escrito redactaba. Obviamente, este joven no iba a dejar escapar una oportunidad si veía que le era posible adueñarse de alguna de estas increíbles leyendas, después de todo, su avaro deseo por conseguir todo en este mundo era lo que lo había puesto en su merecido lugar.

La orden entregada por el líder de la revolución era clara y simple, un nada complicado juego de niños para aquel Novarum Inferno. Solo un par de metros más y su tenebrosa pesadilla habría llegado al punto perfecto. Gaziel desmontó aquella criatura de las sombras, en un punto cercano a la ciudad, pero aun estando fuera de la misma. Se agachó junto a un árbol, aprovechando las penumbras de la noche que con sus oscuras ropas se mesclaban, e hizo un esfuerzo para ocultar su presencia. Estiró levemente su mano derecha, abriendo su palma en dirección al firmamento. Sumisas ante la orden del revolucionario un conjunto de sombras se juntó sobre su mano, estas comenzaron a tomar forma, y en solo unos instantes un par de cuervos negros revoloteaban sobre la cabeza de Gaziel. Aquellas aves de sombras compuestas por las energías del revolucionario alzaron el vuelo, sin necesidad de que Greed diera la orden en voz alta.

Para aquellos momentos, la demoniaca y errática segunda conciencia del joven guardaba silencio, comprendiendo la seriedad de la situación, sabiendo que todo aquello era impulso avaro por parte del joven pelinegro. Solo unos minutos pasaron, y aquel par de cuervos oscuros volvieron a la posición del avaro joven, se posaron sobre los hombros de él y sin problemas se esfumaron entre las penumbras del lugar. El objetivo de aquellos seres de las sombras había sido cumplido, un viaje de reconocimiento, que dio a Gaziel la información que necesitaba transmitir a su líder. No lo dudo aquel hombre tan fiel a la revolución, montó en su pesadilla y comenzó a galopar hacia donde el resto del ejército revolucionario esperaba por su señal.

Solo una pequeña preocupación se hacía en la mente del Novarum Inferno, conocía las capacidades de la revolución, y estaba bien enterado de cuando sus fuerzas se habían reducido progresivamente. Sin embargo, parecía que no sería un asunto tan fácil dar con aquel libro. Lejos de lo que el pelinegro creía, el ejército mismo de Spatium parecía haberse dado la libertad de hacer guardia para proteger aquel manuscrito. Después de todo, eso confirmaba los rumores, y solo provocaba que la sed de avaricia creciera en el pelinegro, aumentando sus deseos de hacerse con esas escrituras, y las miles de reliquias que en sus páginas se relatan.

Spoiler:

por Contenido patrocinado

Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
Atreyu NarradorMensaje Privado	Fingon Sindar NarradorMensaje Privado
Ithel Ibner NarradorMensaje Privado	Kvothe Arliden NarradorMensaje Privado
No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
Kuro Usagi	Orion Ärud	Aldara Sashenka	Quintus Dei (Libre)

Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

• Octava Trama de Spirit Soul • Battling For The Book Of Truth •

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater