• OCTAVA TRAMA DE SPIRIT SOUL • BATTLING FOR THE BOOK OF TRUTH • [Parte 2]

Junto con mi clon de hielo nos preparamos unos segundos antes de lanzarnos nuevamente al ataque. Esquivando a los demás presentes, quienes atacaban al coloso, pudimos llegar a este sin mucha dificultad. Nuestro nuevo objetivo personal habían sido sus tobillos para ver si este lograba caer y así tener una ventaja momentánea sobre el gigantesco guardián. No iba a ser nada fácil ya que este tenía una armadura sumamente resistente, pero si el ser divino se concentraba en los ataques de los demás tendríamos una posibilidad de causarle algo de daño.
Me percaté que los ataques que mayor daño podrían provocarle eran defendidos por una barrera que cubría su cuerpo. Esto sería un grave problema, pero si era afortunado entonces podría atacarlo sin que aquel escudo me impidiera asestar un buen corte con mi espada de hielo. Al darle la orden a mi otro yo, ambos avanzamos hasta nuestro blanco, esa barrera de energía que cubrió al gigante se hizo presente absorbiendo nuestros golpes para luego devolvernoslo. Mi clon no pudo soportar mucho y este se destruyó en varios pedazos, como el escudo que había usado previamente para bloquear su primer ataque. En cambio yo seguía tratando de pasar esa defensa superior, pero mi espada no resistió y se quebró en dos partes, haciendo que el filo de la misma volara en dirección hacia mi y me produjera un corte no tan profundo en el hombro. - No eres digno. - La gruesa voz del gigante retumbó en mi cabeza antes de que, de alguna manera, este me lanzara por los aires para volver al grupo que se encontraba alejado para atacar a distancia. Caí al suelo golpeando la cabeza contra este repetidas veces. Mi cuerpo al impactar contra la superficie se desplazó varios metros más sufriendo raspaduras y cortes, algunos profundos, además de dislocar me un hombro a la hora de la caída. Sin pensarlo dos veces me puse de pie, a pesar del dolor y las heridas que tenía, pero los constantes golpes en la cabeza habían hecho que me mareara y mi cuerpo cayera inconsciente al suelo.

Pensé que todo había sido una horrible pesadilla, nada de eso parecía real, pero al abrir los ojos podía ver la escena donde todos combatían contra un enemigo en común. Mi visión seguía algo nublada, pero eso no me impediría levantarme nuevamente. Sabía que en esas condiciones no serviría de nada combatir puesto que solo sería una carga para los demás, así que decidí permanecer dentro de la formación para asistir a alguien que lo necesitara, al menos eso podría hacer hasta recuperarme un poco más. Por un momento pensé en atender mis heridas, pero seguramente otras personas estarían en peores condiciones que yo. - En estos momentos me vendría bien algo de hielo... - Pensaba en voz alta. Si hubiese hielo en este espacio en el que nos encontrábamos podría absorberlo para así recuperar un poco de energía mágica. Mi abrigo tras los dos aterrizajes que tuve previamente ya se encontraba destrozado y no valía la pena seguir usándolo. Llevé la mano derecha hacia el cuello de la bata blanca y con un leve tirón este terminó de romperse haciendo que me lo sacara aún más rápido. Acto seguido enfrié mi mano mano derecha y la coloqué sobre el hombro izquierdo, el cual me había dislocado, hasta que desapareciera la inflamación. Caminé por el campo de batalla, dejando mi vestimenta en el suelo, en busca de combatientes quienes necesitaran asistencia médica después del ataque proveniente del ser de gran tamaño. Desde mi posición pude observar como una muchacha de cabellos rosados se colocó delante de otra para protegerla de un potente ataque. La que recibió el daño cayó al suelo de rodillas y yo me acerqué a toda velocidad hacia ellas. - ¿Se encuentran bien? Vengo a curar sus heridas. - Observé a ambas muchachas y en una rápida decisión caminé hasta donde estaba la muchacha que había sido protegido por la otra y la examiné ver su estado actual. Supuse que habría sido la mejor decisión puesto que sino no la habrían protegido. Bastantes cortes y hematomas podía observar a simple vista sobre el cuerpo de la pelinegra. Una vez hecho esto me preparé para comenzar con la crioterapia, aunque antes debía componer mi hombro dislocado. - Si son de sorprenderse fácil, les pido que no miren esto, ¿Sí? - Con una leve sonrisa algo forzada les comenté. El brazo afectado colgaba más abajo de lo que debería estar. Cerré los ojos, respirando varias veces hasta lograr calmarme antes de lo que iba a hacer. La colocación del húmero donde correspondía fue un breve tratamiento aunque muy doloroso y los que estaban a mi alrededor podían oírme gruñir del dolor. Con el hueso en su lugar realicé lentos y cautelosos movimientos circulares para confirmar que ya estaba mejor. - Listo... Ahora veamos como tratar esas heridas tuyas. Sentirás bastante frío al comienzo, pero el dolor irá disminuyendo de a poco, al igual que la inflamación. - Posé ambas manos sobre algunas heridas de la joven y recubrí las áreas más graves con una fina capa de hielo a muy baja temperatura. Los efectos de mi Cryotherapy eran los de cerrar heridas, detener hemorragias, además de tener propiedades de ser analgésico, anti-inflamatorio y también puede relajar los músculos afectados. - Deberás quedarte quieta unos momentos hasta que el hielo comience a actuar. - Sonreí al saber que podía ayudar a alguien con mi poder. Sentí que mis reservas de magia en aquel momento eran lo suficientes como para aplicar una segunda sesión sanadora, pero debía esperar a que la primera surtiese efecto. Observé a la muchacha que la había defendido y le pregunté si se encontraba bien y en condiciones para continuar, pero sus acciones respondían por ella. A pesar de todo ella logró ponerse de pie y preparase para un nuevo ataque.

Me aparté un poco y volteé en dirección al gigante que seguía siendo atacado por los demás integrantes del nuevo grupo conformado por ambos bandos y neutrales que se encontraban en el lugar. - Puedo sentir como su poder disminuye a cada momento, pero nosotros estamos en condiciones similares. - Me decía a mi mismo tratnaod de analizar la situación. Mi cabeza aún daba vueltas, pero parecía estar en mejores condiciones que hace momentos. Aunque opté por permanecer detrás de la formación de ataque un momento más. - ¡Sho! - Oí que alguien me llamaba por mi nombre, pero esa voz no podía reconocerla. Volteé en la dirección en la cuál aquella voz provenía y la vi. Mi cara no reflejaba felicidad, ni tranquilidad, sino todo lo contrario: Preocupación y hasta algo de enojo. - ¿Alexia? ... ¡¿Se puede saber qué mierda haces aquí?! - Tal vez no haya sido la mejor manera de saludar a una persona la cual no veía hace meses, pero la situación no me permitía actuar de otra manera. - Tsk... Lo lamento. ¿Te encuentras bien? ¿Estás herida? - No era ni el momento ni el lugar para preguntar como ha estado en todo este tiempo.
Regresé a donde la joven herida para aplicar una segunda capa de hielo en sus heridas. - ¿Cómo te sientes ahora? Lamento el frío, pero al final verás que es muy útil jaja. - Veía el estado de su cuerpo antes de re-utilizar la habilidad sanadora que tenía. Le comenté que debía esperar nuevamente hasta que el hielo se derritiera solo y solo así podría moverse para volver al combate si lo deseaba. Luego volteé para verla a Alexia y con una sonrisa decirle: - Me alegra volver a verte. - No importaba el bando, el cargo, ni su objetivo. Si queríamos terminar con este gran problema debíamos ayudarnos entre todos.

Esta vez Ilana no quería fallar su ataque, no quería desconcentrarse y volver a herirse a si misma. Atacó a la colosal figura antes de que esta pudiera atacarle otra vez o al menos era lo que ella pensaba pues pese a que logró asestarle un buen golpe esta vez, el Coloso igual atacó a todos los presentes e Ilana recibió uno de los golpes más fuerte esta vez.

Fue lanzada por los aires y su mascota no se hizo esperar lanzándose hacia la colosal figura y golpeándolo, un golpe débil pero que significaba algo para la mascota que había pasado mucho tiempo junto a Ilana.

Ilana estaba aún en el suelo cuando su mascota volvió a su lado e intentó ayudarla a levantarse. Ilana estaba muy herida a pesar de que había logrado defenderse un poco del ataque pero estaba muy golpeada y tenía algunos cortes. Esperaba poder resistir el resto de la batalla y de necesitarlo tenía algunos objetos que podrían ayudarla.