El rencor y el odio son libres. [Privado con Ilaira Davish]

El tiempo en Arcadia realmente avanzaba muy lentamente, más cuando el tiempo de la vida de las personas es totalmente monotono y aburrido de por sí, algunos presos tenían derecho a tener una cama, una celda compartida y comida como cualquier otra persona mal encaminada, sin embargo en aquella prisión de máxima seguridad habían excepciones especiales para presos con capacidades físicas únicas, como el caso de la joven mujer de 25 años que permanecía en un descanso en una prisión que directamente no le dejaba mover un solo dedo. ¿Por qué razón? las tendencias violentas ganadas directamente desde su corta edad fueron un problema que de por sí selló su destino. Debían tomar tales medidas debido a que ella tiene una capacidad anormal de matar a las personas, es como si un campo de fuerza directamente bloqueara cualquier intento de ataque ajeno, otros dicen que ella es defendida por una especie de demonio, pero lo cierto es que aún investigan su increible don.

¿Qué clase de medidas se tenían en cuenta para garantizar la seguridad de los guardias? En primera instancia era obligatorio que los guardias no llevaran ningún elemento consigo aparte de su ropa, y llaves de la celda, pues se informaron anteriores casos en donde un simple boligrafo era suficiente para ella, pues mató a un guardia atravesando su  corazón con uno, anteriormente, el segundo implemento era no dejar que el preso llevara ni siquiera una prenda de ropa, pues también las utilizaba para ahorcar a las personas, le mantuvieron encerrada en una especie de sarcofago en donde mantenían las condiciones correctas para evitar que Kanae tuviera daños musculares debido al escaso movimiento que ejercía durante un tiempo tan longevo, sin embargo estaba totalmente inmovilizada por cuerdas especiales reforzadas con acero, manos, pies y torso estaban cubiertas por ello, en su cabeza tenía puesto un casco que le impedía la visión y percepción de los sucesos, ella no podía ver ni oir lo que sucedía alrededor, pero lo más importante era un campo electromagnetico que rodeaba su Ataud de hierro, esto le impedía utilizar de cualquier manera lo que fuera que hacía para matar sin siquiera mover un músculo.

Pero fue entonces cuando la treta revolucionaria inició, la gente del exterior enloqueció exigiendo libertad y un motín por parte de la revolución había comenzado y el primer fallo que se notó fue el corte de electricidad momentaneo que hubo, Kanae notó de inmediato este problema, pues pudo utilizar su don especial en un fragmento de segundo, rompió de esta manera las cadenas internas que le ataban, y acto seguido de un enorme golpe quebrantó lo que parecía ser el generador de ondas electomagneticas, los guardias obviamente estaban al tanto, la alarma se disparó y los primeros dos hombres prepararon sus armas de fuego para proceder a eliminar a la amenaza... fue una lastima que terminaran sin cabeza cuando apenas tocaron sus armas. La alerta sonó pero los refuerzos tardarían en llegar gracias a la retención de la revolución, ella aprovechó  para sacar ese horrible ataúd que le impedía el movimiento, rompió los puntos claves, tuercas y tornillos pequeños y luego bastó con un simple empujón quitar la tapa superior... se sentó por un segundo y abrazó su propio cuerpo... estaba bien.. al intentar sacar el casco que le impedía ver y oir pero le fue imposible por el momento.. estaba ciega y sorda, pero almenos podía percibir por medio del tacto la situación actual, instantaneamente al levantarse recibió un fuerte impacto lateral izquierdo en su cabeza, fue tan fuerte que fue lanzada directamente hacia un lado saliendo disparada hacia la pared... el casco se había roto y la razón fue un disparo de Calibre 50 que fue disparada por un arma automatizada que apuntaba directo al Ataud metalico, hubiera muerto de no ser por aquella cosa que le cubría la cabeza, ahora era totalmente libre.

Los refuerzos comenzaron a llegar para intentar detener a los revolucionarios, pero la armada de Tempus no era suficiente, así que se vieron forzados a pedir ayuda a Spatium para su pronta ayuda, dejaron un mensaje Aereo pidiendo refuerzos, fue así como un grupo de Élite llegaría inmediatamente para controlarlo todo.

Las hermanas Davish eran un ser peculiar, un hibrido entre Fénix y Hada, una combinación algo extraña tomando en cuenta la naturaleza y la procedencia de las dos razas, sin embargo, aparte de ese único hecho, existía una historia un tanto peculiar, ya que las hermanas compartían cuerpo. Un cuerpo para dos personas no era fácil de llevar, aunque no tan literal como suenan las palabras ya que no se trataba de siameses, para nada, no era algo físico lo que pasaba con ellas, más bien algo mental, una situación en la que, la conciencia (y el cuerpo) de la hermana menor, vivian en el cuerpo de la hermana mayor, haciendo así bastante difícil la convivencia de las dos mujeres ya que incluso sus personalidades eran totalmente diferentes, mientras que una era calmada, racional, la otra era desesperada y se entregaba fácilmente a las emociones. Tanto de ese modo, que varias veces luchando por quedar ella en el mando y subyugada por el físico de su hermana y su limitada capacidad para tomar su lugar, fue reprimida por la misma Ilaira, quien, sabiendo de la presencia de su hermana, se obligó a depender de Janise y de sus pensamientos, “Una no puede vivir sin la otra” le dijo un día.
Aunque, a decir verdad, Janise no había abandonado los deseos de hacerse con el control del cuerpo de su hermana mayor.


La última misión juntas casi había sido un fracaso, habían tenido que proteger a una pareja de mercaderes que esperaba a un bebé y que además llevaba un gran cargamento, aquello fue tedioso, sobre todo para Janise, quien por su temperamento era poco tolerante en épocas calmadas “Si no hay acción no me llames” decía siempre y así planteaba las cosas, pero aunque no lo admitiera se preocupaba tanto por Ilaira que en cuanto veía que su cuerpo estaba en peligro, tomaba cartas en el asunto, era ahí donde estaba su “acción”.
Aquella tarde fue horrible, llegaron las dos exhaustas al cuartel; el hombre de la cicatriz de la recepción seguía anotando cosas como siempre de modo que Ilaira pasó de él como un millar de veces anteriores a esa, incluso como en su primer día allí, siguió por el pasillo y a la segunda puerta a la derecha se encontraba la única persona a la que le hablaba, aunque no particularmente. — Vaya querida, estás hecha polvo…— le dijo la doctora a Ilaira en cuanto la sintió entrar con paso cansado a la enfermería —Aunque bueno, tu cara no lo denota mucho…— dijo de nuevo mientras que le dedicaba una sonrisa complaciente, después de todo así era Ila, una chica casi sin emociones. Después de revisarla y de poner curitas en los lugares donde había raspones, Ilaira simplemente dio las gracias y se dispuso a marcharse, aunque la voz de la doctora la detuvo en seco —¿Janise no está herida también? — le preguntó con tono serio, Ilaira no esperaba aquel comentario, sobre todo porque ella no debería saber ni siquiera el nombre de su hermana “Nos descubrió…” se quejó por dentro Janis “ Deja que te eche un vistazo, Janise, no quiero saber que puede pasar si tu mueres dentro de mi… ” le dijo Ilaira en tono serio, después preguntaría a la doctora lo obvio…

Janise tomó control sobre Ilaira y su cuerpo se transformó al de la albina de ojos color carmesí con aquellas curvas tan ppotentes, sin embargo, se veía bastante más lastimada que Ilaira, tenía sangre seca de una pequeña cortada en la frente, brazos con moretones y raspones y piernas en el mismo estado, la doctora no pudo evitar reprimir una sonrisa y Janise la miró con irritación. —Ven, siéntate de este lado— le dijo, y a Janise no le quedó más remedio que sentarse donde le habían indicado, la doctora lavó sus heridas muy superficialmente y puso vendajes en sus brazos y piernas, auqneu la verdad era a Janise nada de esto le importaba, pero entonces digo algo que casi la deja helada —La amas ¿no es cierto? —
Janis la miró fijamente mientras que ella terminaba de enrollarle el último vendaje, y en cuanto se decidió a abrir la boca para reclamar, alguien abrió la puerta de la enfermería; entró a ella el recepcionista con la cicatriz en la cara haciéndole una señal a Janise para que la siguiera, y en cuento el hombre estuvo fuera del cuarto, Janise le dedicó una última mirada de sospecha a la doctora y siguió al hombre, aunque Ilaira volvió a tomar de nuevo el control y su cuerpo regresó a la normalidad. “Esa mujer no me gusta Ila… sabe demasiadas cosas” dijo Janise desde adentro para su hermana, pero para ese momento ya habían llegado frente a la recepción una vez más, de modo que Ila puso más atención al hombre que a su hermana, a pesar de saber que era cierto, había algo que también le extrañaba de aquella mujer.

—Acaba de llegarnos una misión de urgencia, debes ir a Tempus lo más rápido que puedas, hay ordenes de apoyo en Arcadia debido a treta revolucionaria, las ordenes son obligatorias, debes partir ahora mismo— le dijo aquel hombre, aunque Ilairs no entendía muy bien fe que se trataba la noticia repentina, además de que jamás en su vida había estado en Tempus y peto por más que Janise o ella (sobre todo Janise) se quejaran internamente, ordenes eran ordenes —Ah, una cosa más, Calypse y Fenrir fueron enviados hace poco, la situación  no está nada bien...— le dijo en el mismo minuto en el que Ilaira abría los ojos de par en par, tenia un mal presentimiento sobre todo aquello, de modo que sin escuchar nada más hizo el gesto militar y salió corriendo a por un cambio de ropa y sus armas.

Tomó todo en cuanto pudo, cambió su ropa por el uniforme de la brigada y salió de la ciudad hacía Tempus...

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La prisión era más grande de lo que había imaginado —Esto estará pesado Ila...— le dijo Janise en cuanto estuvieron frente a la gran muralla, el sonido que venia de dentro era altamente contaminante para los odios de las hermanas, transmitía una inseguridad que jamas habían sentido y su sentidos comenzaban a atrofiarse a causa de la inseguridad ¿Una revolución es lo bastante potente como para causar una alarma así? Se preguntaba y se preguntaba, ya que en sus ciento dos años de vida jamas había escuchado algo así. —Cálmate...— sonó dentro de su cabeza la voz de su hermana menor, era como si ella le pusiera una mano en el hombro y le dijera que todo iba a estar bien. No era la primera vez que lo hacia.

Una vez dentro se dio cuenta de por qué la alarma, todo era confuso, brigadistas y soldados de la prisión contra rebeldes, de hecho, Ilaira no tardó en unirse a la pelea, ya que en cuanto puso un pie dentro del edificio la atacó uno de los rebeldes, sin dudar, Ilaira tuvo que moverse rápidamente a un lado para no recibir una estocada.

Toda la multitud enfurecida de revolucionarios estaba causando un enorme desastre, habían improvisado armas con medicinas, cucharas, e inclusive pedazos de ceramica que reunieron con el pasar del tiempo, poco a poco el caos fue tan grande que las autoridades locales no podían hacer demasiado para detener todo este enorme problema, arrebataron parte del armamento y ahora no se encontraba demasiado a favor del gobierno de tempus que debió impedir eso en primer lugar. Cuando la señorita Davish llegó, una explosión enorme se escuchó en dirección sur a Arcadia, aprovecharon un almacen con quimicos de limpieza para crear una bomba casera enorme y así hacer estallar un muro entero logrando que varios revolucionarios salieran sin problemas del lugar, ahí es donde deberían actuar los refuerzos.

Como el gobierno planeo, la artillería había llegado, soldados de una gama muy alta estaban totalmente listos para defender, ¿Quien fue el primer pelotón en llegar al rescate?  La pareja estratega de la cual confiaban ciegamente por su habilidad en tactica y combate, lideraban un escuadrón completo que poco a poco fue calmando la situación; preso tras preso fue siendo arrinconado para su proxima captura, sin embargo el alboroto era tal que el grupo tuvo que dividirse para controlar lo incontrolable, muchos revolucionarios dieron su vida con tal de tocar la libertad nuevamente, y de la misma manera varios hombres del gobierno dieron sus vidas por la nación que amaban, era algo muy triste de ver sin duda alguna, era duro pensar en las familias de los afectados, hijos que esperan orgullosos ante la valentía y fuerza de sus seres queridos, pero tras el paso de unos días lleguen un par de soldados con una bandera para decir "Lo siento".

En el piso de cuidados intensivos la actitud estaba mucho más calma, gracias a la enorme seguridad de Arcadia para mantener a los objetivos más peligrosos y al parecer la única celda afectaba fue la de Kanae, que permaneció inmovil en el piso gracias al disparo que pudo acabar con su vida, sin embargo tras unos 5 minutos ella volvió en sí nuevamente, lo primero que hizo antes de levantarse era destruir el arma que pudo matarla, que por arte de magia explotó una vez que Kanae logró identificarla. Obviamente había un sistema de seguridad, pero no se activarían hasta que la presa tocara un pie fuera de su celda. Caminó a su alrededor, las paredes blancas estaban manchadas de un rojo intenso, esparcidas como si fueran pintura, Kanae solo se acercó a un cadaver para comenzar a buscar algo. Encontró una llave y fue así como abrió el primer cerrojo.. el segundo código era una clave de seguridad que desconocía, pero tras oprimir aleatoriamente varios números al azar, ella optó por destruír por la fuerza el cerrojo, cosa que le tardó aproximados tres minutos. El último candado era una identificación de Iris,esta ultíma fue muy sencilla de persuadir.

La camara lo grababa todo, así que cualquiera que estuviera en el cuarto de seguridad podía verla; Un cadaver levitó cerca de ella, y fue así que utilizó el iris ajeno para salir, las puertas se abrieron tras unos segundos, y su pie desnudo salió por primera vez en 7 años... La alarma se disparó, y un guardia de seguridad alertó a toda la instalación por medio de las bocinas. - ¡E-el preso número 671 de la sección [6A] está libre! ¡R-repito! ¡E-el preso número 671 de la sección [6A] está libre! ¡Necesitamos unidades inmediatamente en el 3er piso de cuidados intensivos de la sección [6A]- La alarma  comenzó a sonar con más fuerza, y absolutamente todas las pantallas de Arcadia cambiaron para vigilar a la presa que se encontraba en este momento caminando por el pasillo ya que la situación estaba relativamente calmada con el resto de los presos, estaba totalmente monitoreada. Afortunadamente la situación con los presos estaba siendo controlada, pero la mayoría del personal se encontraba herido gracias a la batalla con la revolución.

El mayor que se encontraba guiando la operación llamó a la Brigadista Ilaira una vez que esta capturó un par de revolucionarios. -Señorita Davish. Hizo un gesto con su mano presentandose como era debido. -El perimetro fue peinado y algunos presos lograron escapar, así que enviaremos a un pelotón para que revisen nuevamente la zona- Este tomó un cigarrillo para comenzar a fumar. -Iré con ellos en este momento, así que te dejaré a cargo para que controles la situación interna.- Tras encender el cigarro, apuntó con su mano hacia una pantalla que enfocaba la situación actual del sector [6A]. -¿Ves a esa mujer?, Es la prisionera que mencionaron anteriormente, su nombre es 671, una prisionera de prioridad máxima, así que es sumamente peligrosa. Caló un poco de su cigarro y exhaló el aire mientras se cruzaba de brazos. -La información que tenemos de ella por ahora es nula ya que los revolucionarios quemaron gran parte del historial de criminales, por esta razón los novatos no entraran al sector para su captura, enviamos a un pelotón de 6 soldados razos y dos brigadistas más para encerrarla, son tus padres, Ilaira.- Mencionó mientras le daba un arma de fuego de un calibre alto.

-Serás el apoyo, cuatro hombres capacitados más irán contigo para apoyarles en este momento, todas las camaras están puestas sobre ella ahora, así que todas las pantallas están monitoreandola, mira- El hombre realmente se notaba bastante tenso, sabía que los encerrados en ese sector no eran prisioneros comunes... pero al ver la pantalla tan solo se veía a una mujer desnuda con el cabello rojo caminar por el pasillo.. por un largo, largo tiempo, hasta que un radio se escuchó. "Aquí pelotón Alfa.. capitán, la tenemos en frente, abriremos la puerta en cuanto ella se acerque.- El hombre tomó la radio para contestar. -Aquí Aguila blanca.. procedan con la operación, si la presa se torna hostil no duden en disparar...- Inmediatamente las puertas se abrieron y un grupo de tan solo 4 hombres apuntaron directamente hacia la presa. -¡Quieta! ¡Se encuentra rodeada en este momento, levante las manos y recuestese en el suelo ahora mismo!- La prisionera no hizo caso a las indicaciones, sin embargo se mantuvo quieta. -¡A-arriba las manos he dicho!- Gritó el hombre... ella avanzó un paso, otro, y otro más, fue entonces cuando decidieron abrir fuego. -¡Ahora, Ahora! ¿Qué estaba sucediendo exactamente? se veían los disparos, pero ninguno llegaba a tan siquiera tocar a la mujer de cabello rojo, las balas frenaban justo antes de tocarla, y luego caían al suelo como si nada.

Lo que sucedió en aquel momento no fue para nada agradable, el soldado más cercano a ella simplemente dejó de disparar ¿Qué había pasado? la sangre en el cuello ajeno comenzó a brotar como si de una fuente se tratara y su cabeza cayó con su casco puesto solo para comenzar a rodar, y justo en ese momento el cuerpo inerte del mismo terminó en el suelo, y este salió volando un instante después rompiendo la cámara que le grababa el desafortunado accidente... No hubo respuesta después de eso. ¡Alpha! ¡Alpha! ¡Responda Alpha! El sujeto tiró la radio al suelo y alertó de inmediato a Ilaira. -¡Ve en este momento! ¡Es una orden! ¡Traeré refuerzos de inmediato! ¡Ustedes cuatro! ¡Vayan con ella y sigan sus ordenes directas! Habló el capitán que comenzó a correr en busca de un transporte, vendría con más apoyo.

-¡Señor si señor! El grupo de hombres se alineo en frente de Ilaira, ella debía decirles que hacer.

Después de aquél primer ataque, Ilaira se sintió casi controlada por su instinto, aquello que había hecho no había sido racional, el ataque que había efectuado contra su primer enemigo en aquella batalla había sido brutal; sin pensarlo, y en medio de la conmoción después de esquivar aquel ataque, había sacado su pistola y disparado justo en la cabeza de aquel revolucionario, aquella pistola que no había utilizado por mucho tiempo había vuelto a demandar su atención. —Vaya hermanita, ahora si te pareces un poco a mi— le dijo Janise excitada, quien era la que se notaba más emocionada y con sed de sangre de toda aquella situación, al contrario de Ilaira, a quien si bien no le sorprendía, estaba teniendo una mezcla de emociones encontradas entre indiferencia y excitación, sin embargo, no era la primera vez que mataba...

Después de ello y casi al segundo, se escuchó una enorme explosión que hizo retumbar el edificio como un terremoto de bajo impacto —¡Wow! Las cosas se están poniendo calientes— dijo Janis emocionada dentro de ella, se notaba tan exitada que comonenzaba a hacer que Ilaira se sintiera irritada. —Calmate...— le dijo Ila simplemente con tono aburrido, aunque aquel "calmate" a Janise le había sonado más como un "callate" por lo que la emocionada muchacha simplemente compuso un puchero en sus labios. Ilaira comenzó a esquivar y a acorralar revolucionarios uno por uno, imitando a los demás brigadistas y soldados a su al rededor por el bien común, simplemente luchó sin involucrar sentimientos en ello, como si lo hiciera por hacerlo, con una expresión y ojos fríos que no denotaban la más mínima emoción cuando disparaba aquella pistola o cuando utilizaba sus habilidades para el bien establecido, era como una maquina programada para ello; por otro lado a Janise le molestaba este método de su hermana, pues según decía, le quitaba la emoción al combate.

De un momento a otro, y tal como la explosión, se escuchó por todos los pasillos y en los alta voces algo alarmante, un prisionero más había escapado de su celda, sin embargo, Ilaira pensó que para que lo anunciaran por los alta voces tendría que ser bastante especial aquel convicto, y no fue para menos pues en las pantallas que aún servían se vio al convicto en cuestión, una mujer completamente desnuda caminando por los pasillos como si fuera una persona limpia de pecados, campante por la vida, pero entonces pasó algo que no esperaba; el pecho de Ilaira comenzó a agitarse mientras veía aquello, ya que compartía emociones con su hermana, ella reflejaba todo lo que Janise sentía con su propio cuerpo —Calmate Jani...— trató de hablarle a su hermana sin sonar alarmada y sin quitar la vista del monitor —No puedo evitarlo hermana... es... Algo que no había sentido antes— le explicó la menor, a Ilaira aquel comportamiento de parte de su hermana le extrañaba, pues no era miedo, era una excitación que le revolvía el estomago, que le hacia revolver el estomago, que le ponía los bellos de la piel chinitos y que le hacia pensar en que si ella se sentía así, como se habría de sentir su hermana Janise; fue entonces que muy dentro de ella, Ilaira sintió como su hermana se carcajeaba del nerviosismo al ver a la mujer siplemente caminar por el monitor, aquello hizo que le callera una gota de sudor frío.

En medio de la conmoción escuchó una voz familiar que la llamaba de cerca y en cuanto se giró para escucharlo, vio al mayor a cargo y al mismo tiempo en el que la saludaba con la seña característica, Ilaira hizo lo mismo —Mayor...— dijo con respeto, Ilaira escuchó atentamente las instrucciones de su superior y sin chistar aceptó la orden de tomar el control de la situación interna —¡Si mi capitán!— dijo haciendo nuevamente la seña y mirándolo fijamente, Ilaira escuchó toda la información que le dio el mayor, sin embargo, en cuanto mencionó a sus padres se le erizaron los cabellos de la nuca y sintió un escalofrío por parte de Janise —Eso no me gusta...— le dijo desde dentro Janise, con tono preocupado aunque la excitación de hacia apenas unos momentos no se había esfumado del todo "A mi tampoco me gusta" pensó Ilaira en respuesta para su hermana, aunque Ilaira seguía manteniendo aquella expresión sin emociones por fuera, por dentro era una masa de malos presentimientos.

El mayor señaló los monitores y en seguida Ilaira y su hermana volvieron a centrar la vista en la mujer desnuda, pero lo que vieron pasó tan rápido que incluso se olvidaron de respirar mientras observaban aquello, sangre por todos lados y lo peor era que, aquellos cuatro hombres que había asesinado sin siquiera tocarlos, eran del escuadrón de alguno de sus dos padres, a Ilaira le dio un vuelco al corazón mientras que Janise aumentaba la tensión del cuerpo —Ila, pellizcame— le suplicó Janise a su hermana mayor con un tono de impotencia en la voz; Ilaira no consideró esto del todo innecesario así que lo hizo, disimuladamente pero lo hizo, obligándose a poder estar sobre la faz de la tierra de nuevo y escuchando como su superior le gritaba a la radio y lo soltaba de un tirón, dándole ordenes concisas; ir a apoyar.
—¡Si señor!— dijo a coro con los otros y en cuanto se fue el superior, Ilaira cambio totalmente el tono de su voz, aunque su mirada y expresión seguían siendo las mismas.

—¡Muy bien margaritas, quiero que tomen una posición de defensa ofensiva, se colocarán en hileras de dos con uno de ustedes en el centro, los dos que se pongan en la retaguardia cubrirán al de en medio y enfrente, no se separen nunca y no rompan formación hasta que yo les diga, pueden disparar libremente! ¿preguntas? Espero que no ¡muevanse! — les dijo con un tono firme y potente, y en cuanto terminó de hablar se acomodó como participante en la formación y avanzaron por los pasillos dirigiéndose al apoyo del pelotón caído.
Mientras que avanzaban a paso seguro por estos, Ilaira aprovechó para cambiar las municiones de su pistola y desenvainar la espada de su hermana ya que seguramente esta saldría en cualquier momento. Se notaba en su pecho que a cada paso que daba Ilaira, Janise se emocionaba cada vez más.

Los preparativos para encarcelar nuevamente a la prisionera estaban preparados, gracias a la eficacia del gobierno ellos pudieron retener el caos generado por la revolución, era una lástima ver a hombres caidos por el combate, algunos heridos, otros mucho peor que solo eso, pero esa era la consecuencia de la actual y fría guerra que se efectuaba. ¿Por qué no terminar ya con este caos formando la paz de una vez por todas? Probablemente eso sería totalmente imposible por los cambios tan bruscos que ha tenido el pensamiento radical de todos con el pasar del tiempo. ¿Como deberían actuar frente a una amenaza de la cual desconocían absolutamente todos los datos de combate? ¿Realmente era buena idea que un grupo de tan pocas personas se encontraran batallando contra un ser que ni siquiera movía un dedo para defenderse? la masacre y el rastro de sangre que dejó fue inmediato, tanto que era dificil no alejar la vista hacia otro lado por el rastro de sangre que dejó por  el pasillo.

¿Cómo era posible que causara tal desastre sin tener ni siquiera una prenda puesta? era obvio que no tenía nada sobre sus manos, los soldados lo confirmaron cuando la vieron caminar, puesto además de que no tenía absolutamente nada que le cubriera además era cierto que la falta de armas en su poder era lo más preocupante. Los dos Brigadistas al mando estaban desesperados buscando una alternativa para combatirla, pues era obvio que hacerlo directamente no era una solución, ya habían perdidos a 4 hombres por una estúpida decisión. -...- No mencionó ninguna palabra en el momento de asesinar a cada uno, pero una pizca de decepción se notó en su expresión facial. Notó la cobertura de los dos miembros al mando que desesperadamente indicaron que retrocedieran para evitar más bajas, entonces de su boca salieron las primeras palabras que mencionaría en más de 7 años. -¿Eso es todo?... ¿Más de 7 años de avance solo para enfrentarme a lo mismo?... Su cuerpo desnudo se manchó de sangre en su vientre y senos por el simple hecho de decapitar al primer sujeto que tuvo la valentía de retenere.

El pasillo era supremamente extenso, y ella se movía realmente lento, por esta razón fue bastante sencillo para la pareja retroceder hasta la puerta principal del elevador que allí se encontraba, era la única entrada y salida por motivos de seguridad... ¿Pero por qué el elevador se encontraba cerrado? Al parecer ya lo habían llamado anteriormente y ahora estaba subiendo... era obvio que el equipo de Ilaira estaba utilizandolo en este momento para llegar con el apoyo, pero si se quedaban obviamente estos terminarían muriendo en cuanto aquella mujer peliroja terminara de caminar... estaba a unos 40 metros de distancia. ¿Cuanto tiempo se tardaría en bajar la caballería?... debían darse prisa, por lo que alertaron por la radio.  -¿¡Ilaira?! ¡Ilaira estamos en la puerta del elevador! ¡Debes darte prisa, estamos arrinconados y no sabemos como defendernos contra esa cosa!- Habló quien parecía ser el hombre a cargo, Fenrir, quien con una voz imponente le ordenó a su Hija que se diera prisa.

El dulce olor a desesperación era algo que adoraba, sentía el nerviosismo ajeno cada vez que daba un paso y se acercaba lentamente hacia ellos... había algo muy particular en todo, y la mujer de cabello rosado con plata se enteró de ello, observó el patrón de ataque de la Ginoide en cuestión, y que deduciendo sacó la conclusión que al parecer poseía una especie de extremidades extras que eran dificiles de ver. -Fenrir... ¿Vez como la sangre flota a su alrededor?...- Indicó la mujer, era totalmente cierto, era sumamente tétrico como las paredes blancas se manchaban de rojo al mismo tiempo en que la mujer avanzaba, como si alguien las pintara con las manos, pues quedaban huellas como si de una mano más se trataba, pintadas con sangre en las paredes, ¿Qué se supone que eran estas extremidades? Apenas y eran visibles, si no fuera por la sangre, practicamente no se verían.

Todo lo acontecido estaba siendo grabado por una cámara de seguridad pegada a la puerta del elevador, mientras que en el elevador por donde debería estar bajando Ilaira junto con su escuadrón podían observarlo todo desde una pantalla que allí se encontraba, en donde se veía como la fémina estaba a tan solo un par de metros de llegar con sus padres, entonces la voz de  Calypse, fue quien sonó esta vez en la radio. -¡Ilaira! ¡E-es como si tuviera 4 brazos pegados a su espalda! ¡S-son invisibles! ¡A-Así es como ataca sin moverse! ¡Pero al mancharse de sangre pueden verse, ¿V-vez como pinta las paredes con esas cosas? Le indicó su madre. Era cierto, se veían las palmas de unas manos manchar las paredes justo ahí, una.. dos.. tres.. cuatro extremidades que por ahora no parecían tener longitud alguna. Los acompañantes de Ilaira comenzaron a temer un poco, ¿Como se supone que se enfrentarían a algo como eso? Murmuraban entre ellos, pero por supuesto, era Ilaira quien debía organizarlos para atacar en cuanto el elevador bajara. ¡Estamos esperando su orden de alineamiento, señor!- Dijeron los hombres refiriendose a su mayor, Ilaira.

Mientras que los soldados y ella mantenían la fila, solo podrían ir viendo como la mujer seguía caminando, matando a todos lo que se atrevían a tratar de detenerla, Ilaira estaba sudando frio, mientras que podía notar con presión como Janise respiraba ya con dificultad, todo aquello estaba haciendo que le doliera el estómago horriblemente, pero no podía hacer nada para calmar el deseo de Janise, su hermana ahora era casi como un toro enjaulado que solo estaba esperando a que se le abriera el corral para poder soltar todas sus ganas contra lo primero que se le pusiera enfrente, pero Ilaira estaba preocupada, pues temía por la seguridad de las dos y más por la de Janise “Ila, no veas esas cámaras… no las veas” le dijo entre jadeo y jadeo Janise, su voz sonaba distinta a la usual, tenía un tono que jamás había escuchado antes, un tono entre esquizofrénico y su normal deseo. Ilaira hizo caso a los consejos de su hermana.
— ¡Muévanse! — gritó entonces Ilaira sobre todo el ruido de los gritos de soldados siendo descuartizados que salían por las bocinas de todo el pasillo. Ilaira comenzaba a notar como sus hombres se aterrorizaban.

En cuanto entraron por el elevador sonó la radio que se le había dado, era la voz de su padre diciéndoles que se apuraran, si las cosas seguían así, aquello no duraría mucho — ¡Resistan padre! El apoyo va en camino— dijo de manera exaltada, era raro verla de aquella manera, estaba comenzando a sentir la presión y el nerviosismo ella también, por influencia de la situación, del deseo de su hermana y por el hecho de que sus padres estuvieran frente a aquella mujer… cosa… que aunque avanzaba lento estaba amenazando la vida de todos en aquel lugar —¡Ilaira!— le gritó Janise, y volvió a la realidad, su hermana tenía razón, ahora lo primordial era apoyar a sus padres, derrotar y encerrar nuevamente a aquella mujer, no debía ponerse nerviosa, inhalo y exhalo mientras que el elevador seguía bajando.

Las escenas en la pantalla del elevador eran terroríficas, se veía como la mujer seguía avanzando, sin tocar a los guardias, era como si tuviera un campo de fuerza alrededor de su cuerpo, apenas intentaban tocarla o agarrarla y extremidades salían volando, acompañadas de muchísima sangre, sangre que hacía que a Ilaira se le revolviera el estómago y sintiera repugnancia, ella misma había matado antes, pero jamás tan sanguinariamente, era de los que mataban de manera rápida e indolora, pero aquello era una barbarie, jamás había visto nada así.
En seguida se escuchó la voz de su madre por la radio, era la primera vez que la escuchaba tan nerviosa, en su voz resonaba el miedo, incluso jamás la había escuchado tartamudear antes, ella describía la escena que veía por acto reflejo para calmar sus ansias — ¡Madre, ya vamos! — dijo con un tono entre firme y tembloroso, pues quería transmitirle, aunque fuera un poco de seguridad, pero le fue imposible, estaban por llegar abajo.
Ilaira vio como lo que decía su madre era verdad, era como si tuviera cuatro brazos invisibles y que al pintarlos podrías ver su silueta, las paredes tenían huellas con la forma de aquellas manos, aunque las dos principales estuvieran junto al cuerpo de la mujer.

Los murmullos de los cuatro hombres que estaban con ella comenzaron a florecer, uno incluso estaba temblando, Ilaira debía deshacerse de aquella presión fuera como fuere, por lo que inspiró hondo, levantó el brazo con el que estaba sosteniendo la pistola y disparó una sola vez hacía arriba, con esto los hombres dejaron de hablar y voltearon a verla. Ilaira los miró con ferocidad en los ojos, no podría decir que toda la duda había desaparecido, pero por lo menos si la mayor parte de ella.
— ¡Ni una sola duda quiero ver en sus rostros, si mueren no será en vano, tengan el coraje de salir con vida de esta misión esforzándose al máximo a mi cargo! ¿Entendido? — dijo con voz firme y mirándolos a todos por igual, los hombres con eso tomaron valor, exclamaron un “Si, señora” y preguntaron por la siguiente posición.
—Mantendremos la misma posición, sin embargo…— dijo entonces mirando a uno de los hombres que estaba frente a ella —Tú, cambia lugar conmigo— le dijo mientras que cambiaba lugar con el hombre —Mientras estén a mi mando, no dejaré que mueran— dijo Ilaira reafirmando su posición y carácter antes de llegar abajo.


El elevador recorrió el pequeño tramo final, se prendió la última luz al piso asignado y se abrieron las puertas, frente a ella vio las espaldas de su padre y su madre Calype y Fenrir ,entonces voltearon a verla con una expresión que jamás olvidaría, había miedo en ellos, más del que jamás pudo haber sentido.

¿Por qué razón se tardaba tanto en matarlos? Pudo haberlo hecho antes si se lo planteaba, pero lo cierto es que necesitaba ayuda para poder utilizar ese elevador, puesto que solo las personas del gobierno tenían paso por ellas, necesitaba cuerpos autorizados que pasaran por el sistema de seguridad, cuerpos cuyo corazón latiera... grata fue su sorpresa cuando al caminar el elevador se abrió nuevamente, junto con un nuevo pelotón y una cara similar a la de la mujer de cabello rosa y plata. -...- Ella dejó de caminar en cuanto escasos 3 metros le separaban y con aquella fribola mirada observó a todos los presentes. -... ¿Refuerzos?- Preguntó mientras apretaba levemente los puños, las manos invisibles permanecieron quietas, simplemente levitando de una forma amenazante alrededor de ella, las cuatro extremidades cubrían su cuerpo, por si un nuevo tiroteo llegase a comenzar.

Veía las manos temblorosas de algunos miembros tanto fuera como dentro del elevador, como si esperaran a ver quien era el primero en apuntar y disparar, era realmente una pena... parecían novatos en su primera misión, inclusive daba lastima matarlos. Dió un paso al frente.. y otro más, fue entonces cuando la orden directa de aquel hombre hizo que esta se detuviera. -¡QUIETA!- Dijo con un temple de hierro, entonces ella frenó sus pasos. -¿...?- Miró  con una enorme cara inexpresiva al mayor, quien tenía consigo un arma de fuego de calibre medio. No tenía porque obedecerle, ya lo hizo durante demasiado tiempo. Una de sus extremidades se movió violentamente hacia delante y fue así como tomó del cuello al lider masculino del primer pelotón, este comenzó a "levitar", pero en realidad estaba siendo ahogado del cuello mientras que sus otras manos actuaban como escudo. -¡M-mayor!- Gritaron algunos soldados, que comenzaron a disparar a Kanae, mientras que los tiros simplemente rebotaban antes de que llegaran a su piel. -¡Fenrir!- la mujer hizo lo mismo, mientras intentaba analizar como acercarse a ella... lo cierto es que poco podían hacer ante tal amenaza.

-¿Se supone que los soldados deban tener miedo?...- Preguntó con cierto aire de inocencia, mientras Fenrir era extrangulado en frente de Ilaira y Calypse... pero entonces el contorno sangriento de un segundo brazo tomó directamente el brazo izquierdo ajeno, que sostenía actualmente el arma.. y en un dos por tres, este fue arrancado sin mucho esfuerzo del torso del mismo, haciendo que este diera un grito desgarrador mientras que la sangre comenzaba a decorar nuevamente el piso. ¡AAAAAAAAAAAGHHHHHHHH! Y el brazo fue lanzado violentamente directo hacia Ilaira. Fenrir en un intento por liberarse comenzó a patalear mientras perdía el aire por el estrangulamiento... entonces varios hombres decidieron entablar un cuerpo a cuerpo en contra de la mujer para inmovilizarla, pero el primero en acercarse cayó directamente al suelo, luego de que su corazón saliera volando, muerto de la misma manera.

El padre de Ilaira volteó a ver a su hija, y con una leve sonrisa dijo una pequeña palabra. -Hu...huyan.- y fue así como su traquea sonó, pues le rompió el cuello, luego, el cuerpo sin vida del mismo cayó al piso.. y fue entonces cuando comenzó el verdadero horror. Varios soldados entraron inmediatamente al elevador, incluyendo a la madre de Davish, quien le tomó de los hombros en ese mismo momento. -¡Ilaira! ¡ILAIRA! ¡Debemos retirarnos ahora!- Un soldado se encargó de oprimir el botón para que las puertas del elevador se cerraran... habían tan solo 6 personas vivas en total, 4 Soldados, dos brigadistas. Kanae entonces comenzó a avanzar más rápido hacia la puerta.. no podía correr mucho, sentía sus brazos y piernas debiles en verdad, ¿Qué es lo que haría aquella mujer al mando de la operación? ¿Huír? ¿Luchar? Estaba totalmente en sus manos, si la dejaban ahí era obvio que buscaría la manera de salir.

Aquella mujer casi literalmente le había soltado un golpazo en la cara a Ilaira y a su hermana, aquella acción por parte de la prófuga, era la que había desbordado el vaso de la paciencia en la hiper activa deseosa del combate, pues dicho deseo había sido reemplazado con furia. Durante el suceso lo único que habían estado pudiendo hacer era observar la situación con estupefacción, horrorizadas ante los gritos de los soldados y posteriormente de su madre, pero ella simplemente estaba ahí parada con lágrimas saliéndome de los ojos como un río interminable, pues ni siquiera podía articular palabra, y el dolor en su pecho fue bastante intenso en ese momento, además de que se multiplicaba debido a su hermana, el pecho le ardía, sentía que se desmayaría y como si no fuera poco, las piernas le temblaban. Simplemente no podía creer lo que estaba pasando y al ver la expresión de su padre en su rostro simplemente se le derrumbó el mundo a las dos. En cuanto su madre gritó el nombre de su padre supo que se había perdido todo, la sangre de su padre decoró el piso frente a ella y no había hecho nada para evitarlo, fue ahí cuando la ola de temblores entró en escena, ya ni siquiera podía moverse.

Sin embargo, las palabras de su madre la volvieron a la realidad, cobrando conciencia y viendo que la mujer avanzaba más rápido simplemente agarro los brazos de su madre y la empujó dentro del elevador momentos antes de que se cerrara la puerta, sin embargo, en el momento del empuje Ilaira pasó a segundo plano. Era Janise quien estaba de espaldas a la prófuga sonriendole a su madre con lágrimas en los ojos —Lo siento, no podemos arriesgarnos a perderte también— dijo simplemente antes de que las puertas del elevador se cerraran, y en ese preciso momento volteó a ver a la mujer que había estado matado y al cuerpo de su padre frente a ella tirado en el piso, Janise sacó la espada de su funda y agachó un poco la cabeza, viendo con repulsión y furia a la mujer aquella, ahora aquel problema era personal.

"Necesito de tu ayuda Ila" pensó Janise para Ialira quien todavía estaba en estado de shock por todo aquello y no sabía las intenciones de su hermana "Necesito que cuando te diga, cambies de cuerpo conmigo y así sucesivamente, debemos atacarla por todos lados a la vez..." dijo Janise con tono cauteloso, pues debían ser cuidadosas con aquella mujer, sin embargo Ilaira no veía todas las posibilidades que Janise "Pero ¿y si no funciona?" le dijo en tono nervioso y Janise pudo sentir que su hermana estaba temblando dentro de ella, la invadía el miedo pero también la ira, justo como a ella misma. "Todo saldrá bien" le dijo la hermana de ojos rojos mientras que esbozaba una sonrisa de oreja a oreja que al sentir la aprobación por parte de su hermana mayor, la ensanchó aún más; estaba enojada, si, pero también deseosa de acabar con aquella cosa...

Janise desplegó las alas de fuego fatuo, las cuales le darían más impuso al abalanzarse sobre ella en dicho momento, las batió un poco para despegarlas y apunto la espada contra aquella mujer de manera amenazante, a Janise la cubría un aura de enojo tan grande, que sus ojos brillaban de furia, pero no solo por ella, si no también por Ialira.—Que comience la fiesta...— exclamó Janise.
Rápidamente volteó el mango de la espada y dio un tajo horizontal hacia la mujer produciendo uno de sus ataques de aire más potentes en dirección a la prófuga con el claro objetivo de partirla en dos, y después de eso, con un batir de alas, una zancada y un grito de guerra, se abalanzó rápidamente sobre la mujer, intentando acestar el primer ataque.

No podía dejar que el elevador se fuera sin ella, solo las personas autorizadas tenían el permiso para entrar y esta era tan avanzada que al notar que ella se suba sola (O con cuerpos sin vida) solo terminaría funcionando como otra celda, cuando la jovencita allí presente observó con detalle como el cadaver de su padre se encontraba en el suelo se tardó en reaccionar, dandole tiempo a Kanae para avanzar un par de pasos más. Su inexpresión era realmente lo más intimidante, era tan carente de emoción alguna que ni siquiera parecía que disfrutara matar personas, como si no lo hicera por gusto, pero tampoco le disgustara, ni siquiera un pequeño brillo en sus ojos carmesí mostraban tan solo un sentimiento en ella. Fue en ese mismo momento cuando Ilaira reaccionó de manera brusca antes de que las puertas del elevador se cerraran, empujando a su madre dentro, este comenzó a subir dejando sola a ilaira, junto con un montón de sangre y cadaveres.

Quiso impedir que el elevador se fuera, dió un paso adelantado pero fue brutalmente golpeada por una rafaga de viento, y cuando su vista pudo observar a la fémina enfurecida unas enormes alas de fuego le hicieron desviar la mirada hacia ellas, mientras que la brigadista le apuntaba directamente con una espada. ¿Realmente sería tan tonta como para pegarse a ella?... su cuerpo le dolía ya que por 7 años permaneció totalmente inmovil en una celda en la cual era alimentaba por un tubo, aunque su masa muscular estaba en buen estado gracias al cuidado de la misma, le era complicado hacer movimientos bruscos, así que ahora era dependiente de sus brazos telequineticos, no poseía la capacidad motora por ahora para utilizar su cuerpo en un combate mano a mano.

Una enorme rafaga de viento le llegó causando un impacto directo, sus brazos parcialmente invisibles actuaron como un escudo, pero fue tal el impacto que le hizo retroceder casi un metro hacia atrás, topandose conuno de los cadaveres que allí reposaban.-Hum...- Fue el sonido que salió de su boca, entonces vió a Ilaira acercarse a toda velocidad, pero a pesar de que sus movimientos eran lento sus reflejos eran perfectos. La espada de Ilaira definitivamente atravezó carne, sin embargo no fue la de Kanae precisamente, un cadaver "Flotante" se interpuso entre la espada y su fino cuerpo, utilizó este cuerpo como un escudo. -...- Un silencio permaneció mientras que sus fríos ojos miraban la furiosa mirada de Ilaira. -No puedo matarte- Dijo con un tono frío de voz. Sus palabras eran precisas, la única persona autorizada al ingreso que se encontraba viva era Ilaira, necesitaba de ella para subir aquel elevador y pasar el control de seguridad.

Su brazo telequinetico superior izquierdo se encargó de empujar violentamente a Ilaira para mantener distancia, y el cuerpo flotante salió disparado directamente hacia la mujer de fuego. tras agacharse, había un arma de fuego utilizada por uno de los miembros... sabía como funcionaba, así que apuntó directamente hacia la brigadista. -Veo el miedo en tus ojos... no eres rival para mi ahora- Comenzó a avanzar un par de pasos. -... Colabora y no te arrebataré tu miserable vida.- La propuesta era muy simple, Ilaira solo debia caminar hacia el elevador y pasar por el Scaner para que pudiera subir. -O la segunda opción es romperte las piernas. Continuó avanzando mientras le apuntaba con lo que parecía ser un Rifle de Asalto, esperando la respuesta de Ilaira.-

La estocada se vio interrumpida casi inmediatamente, pues aunque había penetrado en en un cuerpo, no era el objetivo al que había apuntado, había matado por segunda vez a un oficial que había arriesgado su vida para detener a la mujer, esto y más todavía el hecho de que no había acertado en el ataque, recibio entonces un golpe por parte de una de las manos invisibles de la chica haciendo que retrocediera varios pasos y al mismo tiempo que sacara violentamente la espada de aquel cuerpo inerte, una vez que recuperó la estabilidad de su cuerpo, pues el piso estaba cubierto de sangre que la hacia resbalarse, dio un tajo al aire para limpiar la espada, manchando así una parte que aun estaba intacta de la pared blanquesina. Janise apretó la quijada, estaba ardiendo en furia y la cólera iba creciendo, se veía como sus alas aumentaban la velocidad al desprender fuego. En cuanto la mujer le dijo que no podía matarla, Janise soltó una carcajada rontundente que se escuchó en todo los rincones del pasillo. Sin embargo, no se reía por que le hubiera hecho gracia, era una de esas risas histéricas y nerviosas que revelaban miedo sobre todo lo demás.

Sin embargo, su risa cesó una vez que la convicta le apuntó con un rifle de asalto, y la mirada de Janise se volvió a dirigir hacia ella, en ese mismo momento a Ilaira le estaba preocupando toda la situación, ya que después de el ataque de su hermana, tuvo tiempo para enfriar su cabeza, no era que ya no le importara la muerte de su padre, en lo absoluto, pero si se daba cuenta de que aquella mujer, a pesar de su debilidad corporal, estaba en un rango superior al de las dos, pero Janise era demasiado impulsiva —Ya veremos si soy capaz o no de ser tu rival— dijo Janise, segada por la ira, tan segada que en esos momentos no fue capaz de escuchar que su hermana le hablaba dentro de ella, y eso jamás había pasado, jamás habían perdido comunicación "Ella tiene razón Janise, por mucho que nos cueste admitirlo" le decía Ilaira, no por que se hubiera rendido ante aquello, si no por que era notable, pero por ello mismo no sabía que hacer.

—¿Colaborar?... Yo creo que eso no será posible— término diciendo con una risita, pues había puesto en marcha otro de sus movimientos, mientras que bajaba la espada, al rededor de pelirroja Janise creaba silenciosamente un flujo de aire, que comenzaba poco a poco a absorber el oxigeno al rededor de la mujer, Janise sonreía al efectuar esto, pero otro problema era que mientras provocaba aquello poco a poco, no podría efectuar ningún otro movimiento. Una espantada Ilaira estaba comenzando a sentirse sofocada por no poder comunicarse con su hermana, pues sabia que no podía oirla, y Janise no se daba cuenta de que ya no sentía a su hermana.

Creyó ser bastante clara respecto a lo que necesitaba de Ilaira, no quería permanecer encerrada por más tiempo en un lugar como ese, era consiente de que necesitaba del cuerpo con vida de almenos un miembro para que al pasar por la seguridad este le reconociera como un miembro autorizado para seguir con normalidad... pero en cuanto informó que no le mataría la jovencita que se encontraba en ese lugar solo comenzó a reir... ¿Qué le causaba tanta gracia exactamente? le tenía arrinconada, absolutamente todo su persdonal estaba muerto y las pocas personas que quedaban con vida había subido po el ascensor. Su mirada no reflejaba algún sentimiento en particular, ni odio, ni desprecio, ni ira, era tan vacía que parecía más un ente metalico que un propio humano. La curiosidad realmente le picaba, ¿Por qué la jovencita se reía tanto?.¿Te diviertes?- preguntó mientras mantenía apuntandole con el arma a una distancia prudente.

Un pequeño suspiro se le escapó en cuanto la terquedad de la mujer se hizo aparente, y una actitud arrogante en su ser solo hacía perder la poca paciencia que tenía aquella peliroja, ¿Quería hacer las cosas por las malas?... bien, lo haría por las malas. Si quería pelear no tendría problema alguno en partirle las piernas para luego jalar de ellas hasta el elevador. Entonces.. ¿Se quedaría quieta y no haría nada más?... todo sería más fácil para ella si así era. -Veo que sigues con el ciego pensamiento de que podrás detenerme. E inmediatamente dió un paso hacia el frente solo para intimidarle. Avanzó quizas hasta guardar dos metros de distancia.. a esta distancia bien podría tomarle con sus 4 extremidades, pero como había indicado antes, su objetivo no era asesinarla.-Supongo que podemos hacer esto por las malas...-

Su cuerpo desnudo sentía frío, el clima de tempus no era realmente el indicado para andar de esa manera, pero debido a todo lo que ella puede hacer con los objetos a su alrededor era una medida extra que debían tomar, Kanae a pesar de tener un rostro tan seco de expresiones era bastante atractiva, poseía senos de tamaño promedio y una figura excelente a pesar de su vida tan sedentaria, gracias a la tecnología de tempus... cuerpo que era totalmente visible por cualquiera de la sala, y no parecía causarle la más minima vergüenza a la humanoide presente... más aún, no se interesaba en lo más minimo si le observaban o no, solo quería conocer el mundo del cual fue privada. No perdió más tiempo, aprovechó que la Brigadista simplemente permanecía interte delante de ella, jaló del gatillo y disparó directo en su pierna, sin notar exactamente lo que hacía la mujer.

En definitiva, aquella situación no era nada divertida, Ilaira sentía la presión de su hermana pequeña en el pecho, pero seguía sin poder comunicarse con ella, si las cosas continuaban así, solo los dioses sabrían que pasaría a continuación. Pero ese hecho la perturbaba, estaba tratando de llamarla, de comunicarse con ella, pero Janise estaba tan segada que seguramente si pasaba algo que la hiriera ni siquiera lo sentiría hasta estar en el suelo, Ilaira podía sentir la adrenalina mezclada con el miedo dentro de ella y ese sentimiento la invadía hasta lo profundo, como si no hubiera un mañana, las manos estaban comenzando a temblarle nuevamente y una inquietud la invadía, si no hacía algo rápido simplemente podría perder a su hermana sin darse cuenta si quiera de ello, aunque su visión de lo que pasaba al exterior aún no se había extinguido del todo.

Mientras todo aquello pasaba, el elevador en el que su madre había subido ya había llegado a la superficie, y los soldados detenían a la madre de Ilaira, quien quería regresar abajo para ayudar a su hija aunque tuviera que morir en el intento, los soldados que quedaban la retenían agarrándola de los hombros y los brazos, obligándola a calmarse, pero los monitores en las paredes no ayudaban para nada, el panorama que se expandía ante ella tampoco y la muerte de su marido hacía unos pocos minutos mucho menos, aún lo recordaba, sonriéndole en su último momento, cada vez que aquello pasaba por su mente un nudo se le hacía en la garganta y las lágrimas no dejaban de salir junto con un berrido, además de que las piernas le temblaban, amenazándola con derrumbarse en cualquier momento. Pero entonces otra cosa pasó, haciendo que no pudiera sostenerse más de pie, su preciada hija había recibido un disparo en una pierna. El sonido retumbó por los altavoces y luego, el silencio.

—¡Aaaahhhhhh!— aquel impacto en el muslo de Janise fue bien sentido por Ilaira, quien soltó un alarido de dolor en cuento la bala penetró en el musculo de la fénix —¡JANISE, DESPIERTA!— le gritó desde dentro Ilaira, pero la menor no la escuchaba, a pesar de haber sentido el disparo y escuchado aquello, simplemente lo sintió como un rasguño en su momento, bajó la mirada a su pierna y se encontró con un rio de sangre que bajaba por su pierna, al ver esto la sonrisa se desvaneció por completo de su cara, y su mirada se perdió en la sangre solo por unos segundos, durante esos segundos fue capaz de escuchar los gritos de su hermana desde adentro, que la llamaban con desesperación, fue entonces cuando recobró la capacidad de pensar por un momento, aunque para ella todo se había vuelto oscuro, y la adrenalina seguía corriendo por sus venas — Si me detengo ahora va a matar a todos— dijo simplemente recobrando la mirada de fuego y prendiendo de nuevo las alas, que seguían ardiendo más fervientemente que antes, Ilaira simplemente no podría creer que su hermana estuviera tan mal como para dejar de lado la prioridad allí, si ella seguía atacando a la mujer desnuda, posiblemente moriría, al igual que todos allí. Pero no quizo decir nada en aquel momento y en lugar de eso se concentró para ayudar a su hermana en todo lo posible, pues después de aquello ya había podido recuperar la comunicación, y ahora sabía que, si pasaba algo, podría salir a la defensa en cualquier momento.

Janise ya había dejando de intentar el bucle de vacío, pues ya no tenía caso, no había funcionado; el olor a cobre de toda la sangre le seguía inundando los poros, levantó la vista de nuevo para ver a la mujer con unos ojos que reclamaban sangre, con la mandíbula apretada y las facciones serias, volvió a levantar la espada contra la mujer y esta vez, sin decir nada atacó nuevamente; con la espada produjo dos fuertes tajos en el aire, haciendo dos ráfagas cortas, una sin duda se dirigía a la mujer como distracción, sin embargo la segunda era la que definitivamente estaba destinada a impactar de verdad, pues la lanzó de tal mera que rebotó en una de las paredes para intentar golpearla en la zona de los omóplatos ¿de quién había sido esta idea?, de Ilaira claramente, a pesar de su estado, las hermanas seguían comunicándose internamente, ninguna de las dos distrayéndose de su objetivo en común. Después de esas dos ráfagas y sin dejar ni un segundo, con un batir de alas y toda la velocidad que pudo poner en el vuelo, se le acercó rápidamente con toda la intención de pasar sus barreras (si era que el anterior ataque había funcionado) e intentar darle un puñetazo directo para poder tumbarla por vez primera, era tanta la impotencia de la albina de ojos rojos que simplemente ya no sabía con qué atacarla y sentía la necesidad de acabar todo aquello con sus propias manos.

Su pequeño grito adolorido no generó ninguna expresión en su ser, Kanae solo quería salir de ahí como fuera debido a su ya de por si desperdiciada vida, ¿cómo era posible que tras su injusta vida en el encierro total aún tuviera que luchar de esa manera? ¿Es que estaría encerrada hasta el día de su probablemente cercana muerte?, un suspiro pesado salió de los delicados labios de aquella mujer luego de que la sonrisa de la brigadier desapareciera poco a poco, sin embargo pudo observar en ella sintomas de temos que eran muy fáciles de identificar, el temblor de novato era sin duda alguna uno de ellos. -Te estoy dando una enorme oportunidad para que cooperes, ¿Aún así prefieres cometer tal acto de suicidio?- Volvió a caminar frente a ella pero se detuvo en cuando el cálido fuego comenzó a inundar lentamente la habitación, cosa que era agradable, pues se notaba en ella el enorme frío que tenía con tan solo observar detenidamente su cuerpo.

Sus ojos carmesí vieron desde lo alto a los ojos de aquella aparente Fenix, mientras que el rojo denso seguía decorando la habitación en cuestión, ¿es qué aún se negaba a cooperar? Guardó silencio esperando un movimiento de sumisión u hostilidad, a cualquiera de ellos respondería sin demora.  Poco a poco aquellas extremidades comenzaron a rodear a la Fenix con el objetivo de inmovilizarla rápidamente una vez que esta respondiera, pero la estúpidez ajena solo logró que una gran subestimación surgiera en el interior de Kanae...  -Supongo... que es inutil dialogar con alguien como tu.- soltó esa frase como si se tratara de un suspiro. Pero Ilaria jugó sucio, pues atacó sin que ella se lo esperara, pues tenía la guardia baja en aquel momento, sus levitantes extremidades rodearon su cuerpo en la zona delantera para cubrirse, lograndolo efectivamente. -Hum...- Nuevamente iba a tomar la palabra, pero en ese instante fue impactada con bastante fuerza en su espalda, ¿Qué había sido eso?... no importaba ahora.

Cayó contra el suelo boca abajo inmediatamente y la sangre que antes daba forma a aquellos brazos peligrosos simplemente se estampó  en el piso encharcando aún más el lugar. Era extraño como su cuerpo reaccionó ante el golpe, como si de una muñequita de trapo se tratara... eso era debido a que su cuerpo aún no asimilaba el movimiento correctament, su sistema motor no estaba en la mejor de las condiciones y por esto se tardó un poco en levantarse. Su torso se empapó con la densa sangre, sus senos quedaron cubiertos de rojo junto con parte de su vientre y manos, pero lentamente fue recobrandose tras su caída.. pero entonces recibió un golpe en la cara que solo la hizo caer de espaldas, esta vez alejandose de espaldas. -...-

No podía.. no podía mover sus brazos, no los dos que estaban pegados a su cuerpo.. no, las cuatro extremidades extra con que nació... simplemente habían desaparecido... ¿Tal vez por el fuerte golpe en esa zona de su espalda?... desconocía el motivo, lo pensó brevemente en el suelo, pero no era tiempo de pensar en eso ahora. El arma que tenía aún estaba cargada, apuntó desde el suelo directo hacia Ilaira, esta vez en una zona más peligrosa. Apretó el gatillo, y una bala se dirigió directamente a su brazo derecho, el que sostenía esa molesta espada. Fue entonces cuando aprovechó para levantarse nuevamente. -....- No estaba en condiciones para un mano a mano, dependía de su arma de fuego hasta que sus extremidades volvieran... frunció el ceño, retrocedió dos pasos y simplemente se mantuvo a la espera, no sabía cuanta munición tenía aquella arma.

“ No te confíes Janise, que hayamos acertado estos golpes no significa que tengamos nada ganado” le dijo Ilaira a Janise desde adentro con un tono que reflejaba cautela y seriedad, después de todo, debían tomarse las cosas con calma y de la manera más meticulosa posible, Janise solamente asintió mientras que recobrara su compostura sin perderla de vista, jadeaba, pero no podía rendirse en ese mismo momento, de modo que respiró hondo analizando la situación, sin embargo no podía calmarse precisamente en aquel momento “ Parece que hemos deshabilitado los brazos extra…” le dijo Ilaira a su hermana mientras que esta comenzaba a caminar de nuevo hacía aquella mujer, quien ahora se encontraba corrupta por el color de la sangre en su cuerpo palido.

Pero aquello no duró mucho, Janise vio perfectamente cuando la mujer levantaba el arma para dispararle, pero no reaccionó lo suficientemente rápido y el disparo acertó directamente en el antebrazo de la albina, Janise dejó salir un grito de dolor profundo, junto con una respiración bastante entrecortada, pues junto con ello volvió a sentir el disparo que tenía todavía en la pierna, le estaba costando hacer todo. Janise cayó de rodillas al piso encharcado de sangre manchándose las rodillas y pegando la frente al piso con desesperación, Ilaira al ver esto abrió los ojos como platos, pues una punzada de dolor le asaltó el pecho y los ojos comenzaron a llenársele de lágrimas, le ardían, pero al mismo tiempo la ira florecía dentro de ella, sin embargo no podían perder tiempo, de modo que salió a la superficie dejando a su hermana menor dentro de ella y empujándose con ayuda del viento desde sus alas, llegó como una bala hasta la convicta, abalanzándose sobre esta hasta quedar sobre su estómago, e intentando hacer que la mujer soltara el arma de un tajo a la mano antes de que disparara y al mismo tiempo con el otro puño cerrado intentar golpear su cara una y otra vez. Su rostro era una mezcla se ira y tristeza, ya que desde que salió de dentro de Janise y corrió a ella, las lágrimas se le salieron como cascadas, y el hielo que parecía haber siempre en su mirada ahora parecía que era como el mismísimo fuego de sus alas, frio y violento, a pesar de estar llenos de lágrimas.

El olor del pasillo ahora invadía su nariz, en esos momentos supo cómo era sentir que se llenaba de adrenalina, ya que al igual que a su hermana, aquel olor a cobre la afectaba a igual medida, sin embargo, todo aquello seguía causando un efecto no deseado, pues ahora a parte de las lágrimas habían respiraciones entrecortadas junto con impotencia sentida desde sus brazos, ya que después de intentar hacerla soltar el arma, con sus dos puños intentaba darle a la cara de la mujer con todas sus fuerzas. “Ilaira... “pensó Janise desde adentro, jamás había viso a su hermana de esa manera, mientras más la veía más sentía en el pecho un dolor punzante y en la garganta un nudo, se estaba llenando además de preocupación, pues su bien su hermana no estaba lastimada físicamente como ella, el haber perdido a su padre le afectó más que a ella misma, aunque a diferencia de ella, seguía teniendo la cólera a punto de estallar.