Los unicornios solo existen en los poemas de amor~[Priv. Gissel]

por **Juliet Irina** Dom Ago 03, 2014 8:16 pm

Había llegado a aquel lugar, demasiado emocionada con la idea de... No sabía en qué estaba pensando, no tenía ni idea de lo que... Oh, divagaba tanto en sus pensamientos. Tenía solo unas horas en que había decidido regalarle su corazón y su tiempo a un pequeño animal sin hogar.

Durante la mañana, se encontraba paseando por el mercado local y fue ahí que lo vio. Se acercó, pensando que sería un pequeño caballo en vez de... no quiso pensar ni en la palabra. Una vez que el dueño insistió en que era realmente un ejemplar original, recibió un gran regaño por parte de la pelirroja. ¿Comerciar con un animal mitológico? ¡Eso no tenía ni pies ni cabeza! Sacó al pequeño animal de la jaula y, al verlo tan decaído y pequeño, el corazón se le partió en mil pedazos. Sabía que aquello era una práctica común, pero seguía sin encontrarle sentido a aquello. Finalmente, lo tomó entre sus brazos y lo cubrió con su capa. Aquel comerciante fue cateado de inmediato por las personas que seguían a la General de Orden de Spatium. No permitiría que se cometieran injusticias en su contra, pero se aseguraría de que ningún otro animal estuviera en la posición de ese pequeño de blanca piel. Entre sus brazos, sintió como se acurrucaba junto a su corazón, quizás feliz de estar a salvo de las torturas que, seguramente, sufría de un hombre que simplemente no sabía como cuidarle. Seguramente habría sido arrancado de su madre apenas unos días de nacido y le habían puesto en la jaula sin saber que, en ese lugar, moriría de pena inevitablemente.

Aún entre sus brazos, llegó con él a casa. Le dio rapidamente un baño y le secó con rapidez para que no se resfriara.Sus cabellos eran de un hermoso color blanco, que con la luz parecía dorado o incluso plateado. Sus ojos eran de un profundo color azul, que denotaba un pequeño miedo en su interior, pero que guardaban dentro una hermosa sensación de paz y majestuosidad. Una hermosa aura de inocencia de rodeaba, desconocedor de la maldad y los pecados del mundo.

Tomó una pequeña mochila, algunos víveres y enfundó su caballo. Metió al pequeño en ella y, al verle tan inquieto, no se puso aquello en la espalda, sino en el pecho, para que al ver su rostro se quedara un poco más tranquilo. A paso lento, llegó hasta el bosque del cosmos cerca del atardecer. Seguramente aquel lugar sería uno conocido por el pequeño. Aunque cabía aclarar que el pequeño equino místico aún parecía un poco desnutrido y pálido, seguramente se pondría bien con los cuidados y el cariño necesarios. Al llegar al bosque, buscó un árbol alto, de raices grandes y se sentó a su sombra. Dejó a Tigre, su caballo, pastando cerca y se acurrucó con el pequeño unicornio, dándole un pequeño biberón con leche y se lo quitó un poco antes de que terminara con la mitad.-No puedes comer tanto si no haz comido en algún tiempo.-Suspiró, acariciando el espacio entre la nariz y el cuerno del pequeño con ternura. Besó su pequeña trompa y luego le acarició por detrás de las orejas, dejándolo por unos minutos en el suelo. Sus débiles patitas no le permitían ponerse de pie, y mientras la pelirroja le animaba, él seguía, hasta que logró por fin su cometido. Su cabello era mucho más largo que sus patas y lo arrastraba un poco, pero se veía adorable en él. Soltó un suspiro desde el fondo de su corazón y le acercó la botella de leche para que siguiera bebiendo. Quería verlo fuerte y feliz, antes de poder liberarlo para que fuera un hermoso corcel.

Mi hermoso pequeño unicornio:

por **Gissel Gremory** Dom Ago 03, 2014 9:01 pm

Después de unos arduos días de trabajo y con muchos líos en la cabeza, la valkiria se había ido a tomar unos días a Spatium, extrañaba tanto el reino como su hogar, por lo que en verdad estaba feliz de poder volver. Aquella mañana, cuando se levantó temprano y abrió la ventana de par en par observó el hermoso día que iniciaba, quizás un poco frío, pero aquella brisa que movía sus cabellos carmesí le agradaba demasiado, le daba una extrañaba sensación de libertad, así como también sentir los rayos del sol acariciar su piel. Desayunó rápido, no quería perderse el resto del día, por lo que metió algunas cositas dentro de su mochila negra, para así tomar rumbo directo al bosque, lugar que amaba con todo su corazón.

No demoró mucho en llegar, quizás un par de horas caminando, pero ¿qué más daba? Era joven, y por suerte sus piernas resistentes, además, le gustaba caminar, si fuera por ella lo haría durante horas, pero quizás sus responsabilidades no se lo permitían tanto. Su mirada, tranquila, pacifica, recorría cuanto rincón del mismo podía haber, con notable curiosidad al respecto. Tenía tanto tiempo de no caminar por tal frondoso lugar que hasta se sentía ajena por momentos, situación que le generaba bastante risa por así decirlo, aunque en el fondo, sabía que su corazón siempre pertenecería a Spatium, pues amaba con locura los majestuosos lugares naturales que el reino poseía. De tanto en tanto, se subía a las grandes raíces de tan añejos árboles, simplemente por jugar un poco, porque no tenía nada más interesante que hacer.

Estuvo algunas horas caminando, cuando se cansó, respiró profundamente sin perder su típica sonrisa tranquila y pasó a sentarse debajo de un gran árbol cuyas hojas de color esmeralda se mecían por la suave brisa del lugar. Llevó la mochila hasta su regazo, abriéndola con un ligero movimiento de manos para disponerse a comer algo antes de seguir recorriendo el bosque, sin embargo, unos pequeños chillidos acapararon la atención de la valkiria. Observó en todas direcciones, pero no podía dar con la criatura que emitía tales sonidos un tanto lastimosos.

La curiosidad la pudo más, por lo que colocó a nueva cuenta la mochila colgando de su espalda, se puso de pie no sin antes palmear un poco sus ropas para quitar los restos de césped que podrían haber quedado y como buena rastreadora que era comenzó a seguir tal sonido, aunque por momentos parecía cesar, para después ser retomado con más insistencia o pena. Se decidió por completo, quería dar con la causa de su curiosidad, así que continuó caminando unos cuantos metros, internándose todavía más en lo que parecía una pendiente del mismo. Bajó sin mucha dificultad hasta dar con lo que parecía ser una imponente criatura de forma lobuna con cuernos, los ojos celestes de la chica se abrieron como platos, no podía creer lo que veía.

Aquella criatura era inmensa, parecía ser un lobo pero con…cuernos. Hubiese retrocedido sin lugar a dudas si no hubiese notado que estaba sin vida y el gran charco de sangre que yacía debajo del animal. La rodeó con cuidado, captando apenas un pequeño movimiento, el cual le genero un tanto de susto o sorpresa, haciéndola retroceder dos pasos. Bajó la mirada, descubriendo aun más sorprendida una pequeña bolita de pelos que se movía incesantemente, llorando del mismo modo que los perritos pequeños.

-Pequeño….- Murmuró apenas, con cierta tristeza, para después acercarse algo reacia mientras extendía sus manos, tomando aquel cachorrito tan pequeño entre ellas con mucho cuidado. Por puro instinto, al sentirlo llorar, simplemente lo rodeó cálidamente entre sus brazos, apegándolo contra su pecho, acariciándolo de tanto en tanto. –No llores….- Susurró, como si acaso aquel cachorro pudiese entenderle.

Se sintió en duda, era una cría salvaje, no sabía qué hacer, pero entendía que si lo dejaba abandonado a su suerte, sería presa fácil de cualquiera, tanto de otras bestias como de la mano humana, además, siendo tan pequeño no tendría oportunidad de alimentarse. Suspiró profundamente, comenzando a alejarse para retomar el camino, pero esta vez con el pequeño lobo entre sus brazos.

Mi Lobo alfa asesino:

por **Juliet Irina** Dom Ago 03, 2014 9:37 pm

Por un buen rato, el pequeño animalillo le causó ternura y admiración. Ternura al ver como intentaba ingenuamente levantarse después de caerse, pues sus pequeñas patitas aún eran demasiado delgadas, débiles y torpes para sostener su peso. Admiración, porque cada que que caía, volvía a intentar levantarse y lo intentaba cada vez con más ganas.

-Se está haciendo tarde, pequeño...-Suspiró. La chica sabía como el bosque podía ser peligroso, pero también sabía defenderse. El pequeño parecía estar bien en aquel lugar. Se veía libre y feliz, por lo que no dudó en ningún momento en pasar la noche debajo de aquel árbol, descansando con el pequeño cachorro de unicornio.-Necesitas un nombre... Un nombre fuerte y cálido que le dé fuerza a tu espíritu.-Susurró. Si bien, los unicornios salvajes no necesitaban de aquello, un nombre era más propio que llamarle 'pequeño' cada vez que se refiriera a él.

Se acomodó en las ramas del árbol, recostada en ellas mientras el pequeño equino buscaba la manera de estabilizar sus pequeñas patas. Al final, el pequeño biberón le hizo cambiar de parecer y prefirió beber del mismo antes que seguir intentando. Eso lo entretuvo por algunos minutos, siguiendo con su travesía antes de lo que cantaba un gallo.- Sabes... Recuerdo una historia de un unicornio... Su nombre era Lunnaris... Fue el último unicornio en la era de los dragones... Y yo soy casi un dragón.-Sonrió suavemente, pues el pequeño la miraba con atención, aunque ella no sabía si le comprendía.- Me gustaría saber que piensas... Me gustaría mucho saber si te gusta ese nombre para ti...Lunnaris.-Susurró con suavidad y acarició un poco los cabellos del pequeño. Un pequeño y suave sonido salió del pequeño y sonrió.- Parece que te agrada...-Tras esto, lo atrajo a sus brazos y le cantó suavemente hasta que el pequeño terminó dormido entre sus brazos.

por **Gissel Gremory** Lun Ago 04, 2014 12:29 pm

En lo que retomaba su camino, la chica no podía dejar de pensar en qué hacer con el pequeño lobo que tenía entre sus manos, el cual de tanto en tanto lloriqueaba un poco o hasta pataleaba en un intento por bajarse, sin embargo, la pelirroja no lo bajó en ningún momento, creyendo que seguramente se iría corriendo a internarse nuevamente por aquella zona del bosque. Sus pensamientos la mantenían un tanto absorta, casi sin notar como el cachorro con sus pequeños dientes comenzaba a mordisquearle parte de la manga izquierda de su camisa, incluyendo el brazo.

-Auch!...hey…eso duele!- Protestó observándole con una leve sonrisa, mientras aquel pequeño continuaba mordiéndole insistentemente clavando sus pequeños ojitos negros expresivos en los azules de la valkiria. Aquello le generaba demasiada ternura, por no decir que hasta se estaba muriendo de amor, pero tampoco quería encariñarse demasiado con él, si ni siquiera sabía que podría ocurrir más adelante, quizás hasta tuviera que dejarlo a merced de las leyes de la naturaleza, cosa que tampoco le agradaba en lo más mínimo.

Unos metros más adelante divisó una figura un tanto familiar, la de una chica, que parecía estar reposando tranquilamente debajo de un árbol, parpadeó curiosa, pero cuando estaba por llamarle, desvió su atención al pequeño unicornio que se encontraba junto a ella. Lo examinó desde aquella distancia sin dejar de aproximarse hasta la menor, a quién ya había reconocido como la hermana menor de Jhonatan.

-Juliet….- Musitó tranquilamente, quedando a un lado de ella, para después arrodillarse y observarle de ese modo, aun con el pequeño lobito entre sus brazos que parecía muy entretenido mordisqueando parte de su mano izquierda ahora. Como toda guerrera que se respeta, la valkiria evitaba quejarse, a pesar de que aquellos pequeños dientitos eran como agujas que una y otra vez se aprisionaban contra su mano. Finalmente se sentó a su lado, dejando a la cría en medio de sus piernas , sin poder evitar el cuestionar con curiosidad a la chica.

-¿Dónde lo encontraste?- Susurró por lo bajo, pues era la primera vez que veía un unicornio por estos bosques.

por **Juliet Irina** Lun Ago 04, 2014 1:07 pm

Tras terminar de cantarle al pequeño unicornio, lo arrulló en brazos y dejó que terminara su biberón para dejarlo descansar. Había sido, de seguro, un día agotador y estresante para él. Le retiró la pequeña mamila del hocico y la dejó de lado, permitiendo que el pequeño durmiera sobre su regazo mientras ella vigilaba los alrededores. Por un momento, le vino a la mente dejar ahí a aquel pequeño. Quizás si lo dejaba ahí y comenzaba a llorar, alguna adorable unicornio vendría y lo adoptaría... pero si no pasaba, lo estaba enviando directamente al matadero. Descartó la posibilidad de inmediato. Unos segundos después, escuchó como alguien se quejaba cerca de ellos. Tigre era visible, pero estaba alejado de ellos, por lo que si alguien se acercaba a él, sería el momento perfecto para atacar. Lo había pensado todo. Pero sus pequeños juegos mentales cayeron al piso cuando a la que vio fue a la pelirroja, compañera de 'trabajo' de su hermano, Jhon. La voz de la chica resonó cuando le llamo.

Hola, Grissel.-Susurró con suavidad y una sonrisa, sin moverse de aquel lugar. Cuando la chica se acercó, pudo identificar la pequeña bolita de pelos que traía entre las manos. Le permitió sentarse mientras ella permanecía semi-acostada, no quería que el pequeño unicornio despertara y comenzara a llorar o a quererse levantar de nuevo. Realmente tenía que descansar. Observó al pequeño lobito que la chica traía y le tendió la mano para acariciar suavemente su frente y orejitas. Escuchar a la chica le sacó un suspiro lastimero.

-Lo estaban vendiendo en el mercado... Lo decomisé y mandé que catearan las propiedades del mercader para evitar que tuviera más... Lo tenía encerrado en una jaula, Grissel... Tenía que hacer algo por él o terminaría muerto de tristeza.-Susurró, apariciando la crín del pequeño caballo con ternura.- ¿Y tú? ¿Qué hacías por acá? ¿Ahora tienes un... lobo?- Inquirió, acariciando y sonriendole al pequeño, mientras le jalaba suavemente las orejitas para su deleite.-Es una monada.

por **Gissel Gremory** Lun Ago 04, 2014 1:42 pm

Aquella forma que tenía la general de llamarla ya se le había hecho costumbre, tampoco era como si le molestase en demasía el que lo hiciera. Le dedicó a la chica una leve sonrisa en lo que volvía a dirigir una mirada un tanto curiosa sobre el pequeño unicornio que allí estaba descansando lo más tranquilito de la vida. –Pobrecito…no entiendo cómo puede haber gente así, seguramente lo separaron recientemente de su mamá, que chiquito que está…- Susurró por lo bajo, pues no quería despertarlo. –Mira sus crines, que bonito…- Aseguró, mordiéndose el labio inferior, admirándolo por unos momentos enternecida. Luego bajó la mirada hacia el pequeñito que por su parte ella había conseguido.

-Lo encontré hace nada, lloriqueando sobre el cadáver de su madre…Busqué otros cachorros pero…sólo estaba este, allí solito…Sé que debería dejarlo libre pero…es que no sé, me da pena, míralo, esta cosita no puede por sí sola mantenerse… Pero…¿y tú?...¿qué harás con el pequeño unicornio? Me imagino que no lo vas a dejar, no sólo se lo van a comer, hay cazadores, brujos o nigromantes que los matan para obtener sus cuernos…-

Recargó la espalda contra el tronco del árbol, cruzando la pierna izquierda por encima de la derecha, al mismo tiempo que acomodaba al pequeño en su regazo, acariciándole muy despacio la barriguita rosada que le mismo poseía.

por **Juliet Irina** Lun Ago 04, 2014 2:05 pm

Le sonrió de vuelta al ver que el unicornio le agradaba y escuchó atenta a sus palabras mientras una profunda pena se apoderaba de su joven alma.-Eso imagino... Tengo miedo de que hayan matado a su madre con tal de tener al pequeño...- Susurró en su mismo tono, no porque no quisiera despertarlo sino porque le agradaban los sonidos de la naturaleza, y entre más calladas estuvieran, mejor se podían apreciar los cantos de las aves y el sonido del bosque en todo su esplendor.-Es hermoso... No quiero tocar su cuerno, eso se lo reservan para sí mismos o... o algo así recuerdo. Es algo especial.-Susurró. Calló durante unos momentos, escuchando con atención a la chica mientras el pequeño hacía de las suyas en su regazo.

¿Estás segura de que no había más?- La idea de volver y revisar no se le hizo tan loca después de todo. Si había encontrado uno y había más por ahí... le partía el corazón pensar que podían estar solos y asustados en aquel lugar.- ¡No, dejarlo libre no! - Tenía, del pequeño, la misma preocupación que la mayor por el unicornio.- No quiero pensar en eso... Quería esperar a que fuera un poco mayor para dejarlo en libertad... También tenía la esperanza de que, si venía acá, su madre aparecería y lo llevaría consigo.-Suspiró suavemente.- Pero creo que esos deseos solo sirven en un mundo perfecto... Me gustaría verlo en libertad, pero por ahora, creo que lo mejor es que reciba cuidados, solo que no sé quien pueda hacerse cargo de él... No puedo permitir que le hagan daño.- Susurró y observó al pequeño, para después posar su vista en el lobito.-Debes quedártelo. Tu serás una adorable amiga para él... Quizás cuando crezca puedan ser compañeros de aventuras.-Rió con suavidad y acarició una de las patitas del pequeño, quitando la mano apenas a tiempo para evitar una mordida. Posó su mirada en la manga izquierda de la chica, viendo como el pequeño había abierto pequeños agujeritos en la misma.- Esto puedo coserlo en casa... Es un pequeño travieso. Es... totalmente adorable. Imagínate si se queda solo en el bosque... No, Grissel, debes quedártelo. No puedes dejarlo solo, morirá de hambre si no es que lo coja alguien y termine con el mismo destino que este pequeño unicornio.-Suspiró.

Sin lugar a dudas, despreciaba en su totalidad a los que se atrevieron a separar aquellos cachorros de sus madres. Impotente en su propio reino de proteger a los animales del bosque de las garras de mercaderes y cazadores deseosos de dinero.

por **Gissel Gremory** Lun Ago 04, 2014 2:39 pm

-Sí, mordió bastante, supongo que es porque estará nervioso…bueno…o nerviosa, realmente no reparé aún si es niña o niño. Pero no, busqué bien y estaba solito nada más, o se habrán llevado los cachorros o quizás sólo estaba este…pero bueno, supongo que lo único que puedo hacer es quedármelo un tiempo…ya más adelante veré que hacer…- Murmuró, cerrando los ojos unos momentos, disfrutando de aquella paz tan característica del bosque, la brisa movía suavemente las hojas de los árboles, provocando en esos momentos un suave sonido, como si fuera el mismo arrullo de la madre naturaleza.

-Lo mejor que puedes hacer es cuidarlo tú misma, su madre ya no vendrá, lo más probable es que esté muerta…- Sentenció con un tono suave de voz mientras mantenía entre sus piernas al pequeño cachorrito que se había hecho bolita, observando de tanto en tanto a ambas con sus profundos ojitos negros. –Si los abandonamos, estarán librados a las leyes de la selva, por así decirlo…dudo que puedan sobrevivir solos…más porque en esta edad dependen de sus madres para casi todo. Así que…lo más probable es que me quede con esta cría…al menos hasta que pueda defenderse por sí misma…-

Abrió lentamente los ojos, dedicándole una apacible mirada al cielo, quizás porque se sentía identificada con el cachorro, ella había sido abandonada al nacer, y aunque fuera un pequeño animalito, la valkiria sería incapaz de hacer lo mismo, aunque bueno, esa cualidad la veía en cualquier mujer con un mínimo de instinto maternal. Esa sensación de querer proteger aquello que se ve indefenso, a costa de lo que sea. Suspiró profundamente, volviendo a ver a la chica con aquella misma tranquilidad. –Lo tuyo es un poco más complicado, aunque por ahora creo que puedes manejarlo, pero tengo entendido que los unicornios crecen demasiado…-

por **Juliet Irina** Lun Ago 04, 2014 2:59 pm

Es realmente una pena... -Suspiró con suavidad. Tanto si se habían llevado a los cachorros como si ese era el único, le parecía realmente horrible el destino que le habían preparado a ese pequeño.- Dijiste que estaba ahí la madre... Si no se la llevaron, es probable que la mataran por los cachorros y no por su carne.-Suspiró.- Es demasiado adorable.- Murmuraba mientras le observaba jugar con los dedos de la mayor.

Las palabras de la chica surtieron un efecto fuerte en la chica. La sacudieron de pies a cabeza y la sumergieron en una silenciosa melancolía, pero sabía que aquello era verdad. Era cierto. Lo más probable que es estuviera muerta.- Quizás otra mamá unicornio...-Murmuraba solo para no perder las esperanzas, pero sabía que eran completamente en vano. Saber que ella se quedaría con el pequeño lobo le dio fuerzas suficientes para sonreír. Al menos, uno de los dos pequeños sería bien cuidado, pues no estaba segura de que tanto necesitaría un pequeño bebé unicornio para sobrevivir.-Es lo mejor, Grissel. Sé que te tomará cariño. Y tu pareces habérselo tomado también.-Susurró y le sonrió don dulzura.

Según yo... crecen poco más que un caballo... Pero creo que esta es hembra, así que terminará siendo del tamaño de Tigre...-Murmuró, señalando a su hermoso corcel blanco pastando unos metros más adelante. Acarició suavemente los cabellos del pony y, en un pequeño descuido, el equino terminó por despertarse y comenzar a relinchar. Su voz era tan pequeña y aguda que le daba ternura y rió un poco de él.- Hola, ¿tuviste una buena siesta? - Preguntó al pequeño, dejándole en el espacio que quedaba entre ella y Gissel. El pequeño comenzó a tratar de levantarse y una vez que lo logró,se echó al suelo para descansar de nueva cuenta, observando con sus hermosos ojos azules al pequeño lobito y a Gissel. El pequeño se quedó mirando a la pelirroja, como si tratara de adentrarse en su alma y ver en su interior. Aquella potente mirada le llamaba la atención a la menor, pues aunque aún era un pequeño cachorro, tenía ya aquel lazo espiritual propio de los de su especie.

por **Gissel Gremory** Lun Ago 04, 2014 3:30 pm

-Ya le tomé mucho cariño, es imposible no hacerlo con una criaturita tan hermosa…y por lo que veo, tú también le has tomado gran cariño al unicornio…- Tras esto, esbozó una sonrisa más amplia al notar como el pequeño despertaba y relinchaba anunciando que estaba lo más despierto, en medio de la charla, como si participase de algún modo. –Chiquito…o chiquita….despertaste…- Murmuró tranquilamente la pelirroja mientras extendía con cuidado la mano derecha para ofrecerle suaves caricias en el hocico, notando la sedosidad que poseía tanto en su pelaje como en sus crines.

El cachorro que poseía la pelirroja intentó bajarse de su regazo, pero sólo terminó tropezando con cierta torpeza para así quedar boca arriba unos instantes. La valkiria bajó la mirada en ese preciso momento, descubriendo con sorpresa que era una hembra, pues a fin de cuentas ella ya se había hecho la idea de que era un macho, vaya a saber por qué. -¿Eres niña?...- Cuestionó a la lobita como si esta pudiese comprenderle, parpadeó curiosamente, y en nada estuvo a nueva cuenta de pie, observando profundamente al pequeño unicornio que estaba allí. Con sus cuatro patitas y andar un poco torpe se acercó lo más que pudo hasta el otro cachorro, extendiéndole la pata derecha delantera para querer tocar su hocico, pero sólo terminó errando en el movimiento para así volver a caer pancita al suelo otra vez.

Rió por lo bajo ante aquella acción de ambos pequeños interactuando y volvió a observar a la muchacha. –Deberías quedártelo y cuidarlo, Juliett, dudo que tengas problemas…criaste muy bien a tu otro corcel, quizás esto sea un poco diferente, pero a fin de cuentas…si le pones empeño sé que podrías lograrlo…Imagínatelo crecido, se debe ver tan elegante…tan majestuoso…Toda una belleza- Aseguró, asintiendo a la vez.

-Yo no tengo idea que clase de …lobo es…su madre era inmensa y poseía cuernos…además si te fijas bien…tiene símbolos tanto en su frente como en las patas, de color rojizo…pero es parte de su cabello…es…de extraño, jamás vi uno como estos…- Explicó llena de dudas al respecto.

por **Juliet Irina** Lun Ago 04, 2014 3:56 pm

Es realmente hermoso. Y único. No creo haber visto ninguno de esos antes.-Susurró, un tanto sonrojada, levantándose y sentándose al ver que ya podía hacerlo sin el miedo de despertar al pequeño unicornio. Merecía descansar.- Creo que es... chiquita... No sé por que, solo siento que es un poco más... femenina... ¿Entiendes?-Aquello le sacó una sonrisa, de seguro sonaba como una loca por aquellas comparaciones, pero así se lo parecía. Tenía más la apariencia y porte de una dama que el de un caballero. O algo así...

Observó como la torpeza del pequeño lobo le cobraba una caída el suelo, tratando de levantarse. Rió por la ternura que le causaba aquella escena y rió una vez más por la reacción de Gissel ante aquel descubrimiento. Eran tan adorables juntos que le llenaban de emoción. Observó con cuidado lo que los pequeños hacían juntos, que no era otra cosa que andar de traviesos conociéndose. Ante el intento de contacto del pequeño lobo, el unicornio permaneció inmóvil, esperándole, hasta que el pequeño cayó. Se acercó un poco a él y con el hocico le atinó a que se levantara así como él había hecho. Pero aquel intento hizo que el pequeño unicornio perdiera el equilibrio y cayera de lado suavemente en el pasto. Aquello hizo a la pequeña pelirroja reir de nueva cuenta.

Escuchó atentamente a la valkiria. Tenía miedo de no poder cuidarlo o de encariñarse con él y que este muriera de tristeza por estar con ella. Los unicornios eran criaturas especiales y difíciles de criar por el ser humano.- ¿Qué tal si no me quiere? En los cuentos que sé de unicornios, son criaturas muy complejas y son como... tienen sentimientos de humanos sabios. Si no soy pura de corazón, no va a aceptarme y se irá... Aunque debe ser hermoso.- Suspiró suavemente y le miró mientras hablaba, para luego fijar el rostro en el pequeño lobo.- Es verdad. Yo tampoco he visto uno parecido y realmente tiene un extraño y hermoso pelaje. Quizás deberías investigar un poco de él. En libros o... algún... veterinario.-Susurró suavemente y observó de nuevo a los dos pequeños.

por **Gissel Gremory** Lun Ago 04, 2014 4:16 pm

Rió nuevamente por las acciones de ambos cachorros, pero también por las inseguridades que parecía tener la general para con ella misma. Era cierto, los unicornios elegían personas puras, de corazón totalmente noble al respecto, pero bueno, parecía que es lo que el unicornio había visto en la chica de rojizos cabellos, ya que, después de todo, parecía agradarle demasiado su compañía. Suspiró tranquilamente con aquella típica sonrisa maternal, o quizás tierna, para después volver a observar a la muchacha. –Si no fueras de corazón noble, el unicornio no querría estar a tu lado, y por lo que veo, está muy a gusto contigo…- Aseguró, apoyando la mano sobre el hombro izquierdo de la menor.

-Además, tu casa es grande y trabajas en Spatium, eso no será problema, yo por el contrario, deberé acarrear con ella a Chaos, y ni siquiera sé si el ministro me va a dejar tenerla en el castillo…Podría hacer el intento, igual ahora está pequeña, pero supongo que crecerá enorme y Tokiya como mínimo querrá correrme- Bromeó como siempre, sacando apenas la lengua mientras se imaginaba tal escena un tanto graciosa.

Estiró sus brazos hacia arriba, para tratar de descontracturarse un poco, finalmente se recostó en la hierba fresca, observando fijamente el cielo profundo y azul. –Calculo que esto no debe ser casual, en la vida todo ocurre por algo, si no hubiéramos encontrado a estos pequeños, probablemente hubiesen tenido un destino bastante feo…- Contestó tranquilamente, apoyando una mano sobre su vientre, mientras la otra reposaba sobre el costado.

por **Juliet Irina** Lun Ago 04, 2014 4:31 pm

-Las palabras de la pelirroja realmente llegaron al corazón de la menor, llenándolo con un poco de paz y armonía.- Oh, espero que tengas razón, Grissel, que no sé que haré si después se da cuenta de que no soy tan pura... O si cambio... O si después pasa algo... ¿Y cuando me case? Tu sabes lo que pasa en el matrimonio, ahí ya no seré pura.

El pensamiento del matrimonio, más que asustarla, le dio risa. No se veía casada en mucho, mucho tiempo, pero conocía las costumbres de su padre y le parecía bastante extraño que no hubiese querido comprometerla aún. Aunque apenas tenía 16 años, ya podía ser considerada como una prospecta a casarse. Esperaba que no se atrevieran a ponerle un marido en puerta. Dejó de pensar en aquello por un momento, pues no tenía ganas de amargarse el día con pensamientos tristes y desatinados.-Quizás me tiene solo gratitud por haberle salvado.-Susurró y le observó por unos momentos, los profundos ojos azules del equino le mostraban algo más, pero no sabía el qué.

Si Tokiya te corre puedes decirle que yo te lo obsequié.-Rió suavemente de pensar aquello.- No será una excusa y quizás siga sin dejarte tenerlo, pero ya iré yo a suplicarte que te lo permita quedar.-Sonrió por la complicidad de aquel plan y observó a los pequeños de nueva cuenta, jugueteando mientras trataban de ponerse de pie ambos. Escuchó con suavidad las palabras de la chica y asintió.- Estoy segura de que todo estará bien. Tenemos que protegerlos de todo, Grissel. Al menos hasta que ellos mismos puedan hacerlo.

por **Gissel Gremory** Lun Ago 04, 2014 4:49 pm

-Sabes, creo que…el que estés casada, con todo lo que aquello conlleva no tiene mucho que ver la inocencia, es decir, la inocencia puede llevarse aunque estés con un hombre en el sentido que…ambas sabemos. Es algo que simplemente se mantiene, y si el unicornio te escogió por eso pues..Debes aceptarlo, ya que son criaturas demasiado sabias. Ven más allá siempre…a través de lo que tú y yo podremos llegar a ver alguna vez…- Aseguró, girando el rostro para observarle fijamente a los ojos con la certeza fija tanto en sus palabras como en sus pensamientos.

-Ahora sólo debemos cuidarlos, lograr que se fortalezcan y quizás algún día puedan ser tan libres que conquisten el mismo mundo, regresar a la naturaleza y convertirse en…verdaderas reinas de lo trascendente, de lo sutil…En lo particular, quiero llegar a sacar todo el poder de esta lobita, para que un día sea en verdad fuerte, amable, gentil, noble, una verdadera líder, o quizás hasta pueda tener su manada…guiarla de la mejor manera posible hasta que ya no me necesite…- Expresó aquellas palabras porque en verdad lo sentía en el fondo de su corazón, hasta podía sentirlo fluir en cada rincón de su propio cuerpo.

-Sin dudas, debe ser hermoso, ser libre, estos seres nacieron para conquistar, Juliet, para ser libres, no para estar bajo el subyugo humano, por eso…algún día, aunque tengamos que decirles adiós, podremos estar conformes de que fuimos nosotras las que ayudamos en sus cimientos para que tal situación se diera…Disculpa…hablo demasiado…- Suspiró profundamente, cerrando los ojos unos instantes, pensando en el transcurso del tiempo inquebrantable.

por **Juliet Irina** Lun Ago 04, 2014 5:27 pm

Le escuchó atentamente, a todo, tomando en consideración cada una de las palabras que la chica decía. Era mayor y seguramente habría tenido más tiempo para recapacitar acerca de aquellas cuestiones. Asintió suavemente y le observó, queriendo creer firmemente en sus palabras. Observó al pequeño potrillo y le sonrió también, confiada de que sería una buena cuidadora para él o ella, y que si después necesitaba irse de su lado, lo aceptaría con dolor pero con la sensatez de que hizo por él todo lo que pudo.

Se recostó suavemente contra las ramas del árbol y descansó mientras cuidaba a los pequeños.- ¿Ella no tendrá hambre? -Preguntó, pues había visto las mordidas que le daba a la chica en el brazo y las mangas de la blusa. Quizás, lo que hacía junto a su madre era buscar algo de alimento y chilló al no encontrarlo, ahí sería donde Gissel lo habría encontrado.

Por cierto, ¿qué haces en Spatium? ¿Quien está cuidando a mi Tokiya? - Comenzó a rebuscar entre su bolsa, cuando se dio cuenta de como había llamado al peliazul... 'Mi'... No era algo que la chica debía saber... Se sonrojó e hizo como si nada mientras seguía buscando en su bolsa, esperando que no se diera cuenta de aquel pequeño desliz de su parte. Tras unos momentos más, sacó un poco de agua y lo mezcló con algo de leche en polvo para hacerle un biberón al pequeño lobito.-A Lunnaris le ha gustado, veamos si le apetece también a la pequeña loba.-Sonrió dulcemente y se lo tendió a la contraria para que fuera ella quien le diera de comer. Era una experiencia realmente hermosa, que esperaba no se perdiera, al menos no en aquella ocasión.

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
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Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

Los unicornios solo existen en los poemas de amor~[Priv. Gissel]

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater