Pensamientos Disparejos [Priv. Astrid Dagmar]

por **Kiss Shot** Dom Mar 20, 2016 11:46 pm

La moral era algo tan complejo de entender que era mejor no hablar sobre esa palabra tan confusa, pero lo cierto era que cuando los momentos íntimos en los cuales la razón domina sobre el instinto es imposible evitar aquel gran peso que invade a todo el mundo cuando se cometen grandes actos maliciosos, un gran peso que era dificil de ignorar pues el susurro diario de las personas que terminaron sin vida por merito propio se convertía en un grito ensordecedor que no se podía ignorar, que siempre llega a mitad de la noche entre los pensamientos más simples, todo era tan dificil de comprender... la voz de los niños, hombres y mujeres eran algo de lo que no se podía escapar y hacían que el sueño de aquella Súcubo desapareciera por varios días seguidos.

Su desespero se acumulaba con los días, realmente sentía un puñal atravesar su pecho cada vez que escuchaba pasar del otro lado de la puerta a niños correr con felicidad por todo el edificio en donde ella se alojaba temporalmente, el sonido alegre de risas... risas que le recordaban constantemente los actos crudos que cometió solo por placer, respeto y dinero, fue tal su desesperación que le fue imposible continuar en aquel hotel. Dejó la paga y se fue, no tenía un lugar concreto a donde ir o un sitio en el cual hospedarse sin tener que recordar aquel sentimiento de culpa. Tenía dinero, y de cierta manera reconocimiento, pero nada de eso era suficiente en aquel momento como para llenar ese hueco en su corazón, ¿Un demonio que se arrepiente de su naturaleza?... vaya estupidez, simplemente era imperdonable que todo aquello de lo que su cabeza le torturaba tuviera algún sentido.. ¿Por qué le invade la culpa? ¿Acaso dentro de su ser no hay solo lujuria y orgullo?... no tenía con quien discutir, no tenía familia, amigos o conocidos a los que considerara seguros para charlar, jamás los tuvo.

Era de noche cuando desalojó el hotel y no llevaba muchas cosas consigo, iba vestida con un pantalón corto, una chaqueta con una capucha de una tonalidad oscura de color violeta y unas botas que llegaban hasta sus canillas de color negro, y por ultimo una mochila en la cual guardaba agua y dinero. Al salir no había demasiada gente ya que estaba algo tarde, pero habían varias tiendas de comida e incluso un centro comercial muy cerca que aún iluminaba las calles, era un lindo lugar después de todo. Así empezó su caminata, era la primera vez que aquella pelirrosada caminaba entre las personas como un civil normal.. un vagabundo que no busca problemas,que no busca llamar la atención... tenía su cabeza cubierta por la capucha y parte de su cabello salía por los bordes de la misma así que su rostro no era tan visible como normalmente le gustaba lucir, el único detalle que era particularmente llamativo era su cola negra que sobresalía por encima de su falda, un Súcubo que no tenía interés por sobresalir... extraño a decir verdad.

Pero una gran luz se notó en el cielo oscuro que no dejaba ver las estrellas, y casi inmediatamente después un rugido estremeció las calles, un relámpago que dio inicio a la lluvia, al inicio era muy suave, así que la gente solo se apresuró para volver a sus hogares antes de que empeorara, pero la joven demonio simplemente caminaba sin un rumbo fijo tratando de desviar su pensamiento constante de culpa ignorando totalmente la lluvia. Transcurrieron casi 15 minutos hasta que el clima empeoró, más relámpagos creaban un ambiente hostil entre las personas hasta que prácticamente la ciudad se resguardó en casa y no solo eso, la lluvia comenzó a caer con más ira hasta convertirse en una gran tormenta. Ella simplemente caminaba por la cera que se dirigía a una zona menos comercial, un gran vecindario local, estaba empapada totalmente, con frío e inclusive temblaba y su aliento se notaba al respirar, pero a pesar de esto ella jamás dejó de caminar.

Fue así hasta que un grupo de personas intervino con su caminata, tres tipos que iban en camino contrario se cruzaron en su camino y le impidieron caminar solo para preguntarle de donde venía, para donde iba, su compañía... todos esos datos que simplemente ella respondió sin mucho entusiasmo, la maldad de los hombres y sus actos era obvios y ella intuyó eso desde el inicio.. iban a robarle, le rodearon y estos comenzaron a forcejear con la pelirrosada pero ella apenas y reaccionaba, se dejaba empujar, se dejaba tocar y permitía que los diversos insultos llegaran a su persona mientras que el sonido de la lluvia ocultaba fácilmente la escena. No saben.. con quien se meten.. dijo por lo bajo mientras que le empujaban en un intento patético por intimidarlos, cerró sus puños levemente, para intentar defenderse... pero su cuerpo no le permitía moverse.. ¿Por qué?... Le arrebataron su mochila con agua y dinero y comprobaron en ella que tenía bastante, acto seguido uno de los tipos le tomó de la parte delantera de su abrigo y levantó del mismo hasta que ella no pudiera tocar el piso y allí susurró algo que ella no comprendió.. tal vez por el hecho de que la lluvia interrumpía su voz.

Recibió un golpe, justo en la cara solo para terminar en el suelo, cayó en un charco y los hombres se fueron sin hacer más, jamás se defendió a pesar de poseer más fuerza y entrenamiento que unos simples humanos.. no podía hacerles frente, no podía ver a la cara a ningún humano sin sentirse culpable.. tal vez.. era un castigo que merecía después de todo. Un.. castigo....

por **Astrid Dagmar** Lun Mar 21, 2016 12:54 am

Durante los últimos meses había acudido con más frecuencia de lo normal a la ciudad de Mills. Esto le permitió conocer cada una de sus calles como si hubiese vivido toda la vida allí, pero debido al tamaño de la localidad, siempre había algo que se le escapaba, algún recoveco nuevo que se le había pasado por alto. Y aquella vez no iba a ser menos: de manera accidental, de camino a donde solía alojarse, encontró un establecimiento mucho más barato (y acogedor, por suerte) donde poder descansar. Se había trasladado a Mills para realizar una misión cuya duración no sería muy prolongada, pero le convenía no gastarse demasiado dinero si iba a pasar unos días allí.

Por suerte, dicho encargo no duró más allá de dos días. Ya no tenía más motivos para quedarse por la ciudad, por lo que decidió marcharse cuanto antes. No le gustaba permanecer en un mismo sitio si no tenía motivos para ello. Y aun así, cuando estaba a medio camino para llegar a las puertas de la ciudad, se dio cuenta de que el clima no estaba de acuerdo con su partida. Iba a ponerse a llover en cualquier momento y no es que le resultase una molestia precisamente, pero temía que arreciara una tormenta. A esas horas de la noche quizás no encontraría un transporte apropiado donde pudiera refugiarse en caso de que el tiempo empeorase, por lo que se limitó a girar sobre sí misma y volver sobre sus pasos para dirigirse de nuevo a la posada donde había estado descansando. No aumentó la velocidad de sus andares cuando comenzaron a caer las primeras gotas – la lluvia era muy suave y casi ni se inmutaba.

Pero antes de que se diera cuenta, la tormenta intensificó su ferocidad, provocando que comenzara a darse prisa por regresar, mascullando maldiciones aquí y allá en voz baja. La lluvia podía ser todo lo agradable que quisiese, pero no era muy sensato disfrutar de la misma si podía llegar a enfermarse. Conforme iba andando, su cuerpo parecía irse haciendo cada vez menos resistente al frío. Había estornudado un par de veces, y un escalofrío que había recorrido toda su columna vertebral le hizo ajustarse la capa de tal manera que pudiera protegerse un poco mejor de la temperatura.

Si mal no recordaba, podría atajar hacia la posada atravesando callejuelas distintas al camino que había tomado previamente. Lo malo de hacer eso es que dichos callejones eran muy parecidos entre sí y podía llegar a confundirse, sobre todo porque al caer la noche apenas había buena visibilidad.

Cuando creía que quizás se había perdido (¿cómo era posible?), vio a apenas unos metros de ella cómo una chica sufría un atraco a manos de tres hombres. Por desgracia, no había podido defenderse, y a Astrid le resultaba físicamente imposible teletransportarse hacia allí para el momento en el que la muchacha era golpeada por uno de los ladrones. Y todo por una triste mochila.

Los tipejos parecían alejarse de la chica yendo en la misma dirección por la que venía Astrid, una casualidad que tornaba la situación en el momento perfecto para que la morena pudiese realizar la buena acción del día. Qué demonios, estaban en su camino, tampoco es que pudiese ignorarlos sin más. Al acercarse lo suficiente, los hombres la miraron con expresiones de burla, como si creyesen que aquél era su día de suerte. Quizás estaban en lo cierto, o quizás no.

Ignorando los comentarios que pudieran hacer, llevó disimuladamente su mano derecha a la empuñadura de su arma, señalando con su mano libre a la mochila que portaba uno de ellos. – Bien, esto es muy sencillo. Podéis darme esa mochila como chicos buenos y a cambio os dejaré en paz. ¿Os parece bien? – preguntó, con aire despreocupado. Sabía que se iba a ganar unas risas con ese comentario, por lo que afianzó el agarre de su cimitarra para desenvainarla en cualquier momento. Evidentemente, no se equivocó. Quizás no podría con los tres a la vez, pero trataría de darles algún escarmiento. No parecían estar armados, así que si el truco de dame eso o te rajo no funcionaba, no tendría más remedio que usar la fuerza.

Antes de que pudieran rodearla, desenvainó rápidamente su espada y apuntó al rostro del que tenía delante, cambiando el semblante a uno mucho más serio. – No tengo ningún problema en decorarte la cara con esto. Y tengo la suficiente destreza como para hacer lo mismo con vosotros dos antes de que me pongáis un dedo encima, así que vosotros veréis lo que hacéis. – Ni siquiera estaba segura de eso, pero quizás lograría meterles un poco de miedo. Miró a la chica, unos metros más atrás, tirada en un charco. Aquello hizo que comenzase a enfadarse por la situación, por lo que su mirada se volvió aún más severa hacia sus oponentes. – ¿Qué? ¿Hay trato o no? – espetó, presionando la frente del contrario con la punta de la cimitarra.

por **Kiss Shot** Lun Mar 21, 2016 2:25 am

El destino era confuso en verdad, no entendía nada de lo que sucedía alrededor, sentía adolorida la cara, el golpe que le dieron fue justo en su mejilla creando un pequeño moretón y además de eso desgarraron parte de su chaqueta, y lo peor es que la lluvia no se detenía para nada, La pelirrosada mantenía la vista perdida hacia arriba viendo las gotas de lluvia caer hacia todos lados mientras escasamente movía su cuerpo involuntariamente, sabía que no tenía caso caminar.. esa sensación asquerosa no se iría jamás mientras estuviera sola, cerró los ojos por un segundo para intentar calmarse.. de cierta manera sentía como la lluvia tal vez podía limpiar su alma.. un pensamiento muy lindo e infantil por su parte a decir verdad... una idea bonita.. ella era capaz de sentir algo así después de todo.

La lluvia le impedía escuchar muy bien lo que sucedía a su alrededor, pero pudo distinguir una voz femenina un poco cerca de donde estaba.. no le prestó mucha atención hasta que al mismo tiempo escuchó las risas de los mismos sujetos que se burlaron de ella, haciendo que abriera sus ojos para ver que era lo que sucedía, giró su cabeza y desde ahí observó todo muy bien, la mochila y los tres hombres que rodearon de la misma manera a una figura que no reconocía... una chica, de ojos tan vivos como la tormenta que les empapaba.. ¿qué estaba haciendo?... pedía que le regresaran la mochila.. ¿¡A-alguien le estaba defendiendo?!.. no solo eso.. una mujer se atrevió a dar la cara por ella, tan patetica lucía que alguien decidió darle frente a esos humanos sin moral... se debía ver patetica para que alguien hiciera algo por la pelirrosada.

Los hombres no se tomaban la situación muy enserio que digamos, de hecho infravaloraban a la valiente pelinegra que se encontraba a la defensiva y entre burlas uno de ellos decidió responder ante su orden. ¡Oh! ¿Pero qué tenemos aquí? ¡Una gatita enojada! ¿¡No tenemos suerte?! Primero una debilucha nos da su dinero y ahora tu, ¿qué será lo que tienes encima?- se acercaron a la mujer pelinegra pero esta respondió de manera agresiva desenvainando un arma muy particular, logrando mantener a raya a los sujetos, sin embargo nuevamente no la tomaron muy enserio, pues se burlaron de ella a pesar de que logró hacerlos retroceder. ¡Guau! ¡La gatita tiene garras! Tengan cuidado chicos, al parecer está enojada... fue ahí cuando el primer sujeto tomó del hombro a la pelinegra, el que sostenía la mochila. Es más sencillo si simplemente nos entregas tus cosas, muñeca.~

Mientras tanto, la pelirrosada veía aquel teatro que formaban esos sujetos referente a la mujer que le defendía... ¿Por qué no le ayuda?.. está arriesgando su vida solo por una estúpida mochila.. debería levantarse para intentar ayudarla.. ¡P-pero nadie le pidió que se metiera! ¿¡A quien le gustaría ayudar a una asesina de sangre fría?! S-sería tan hipócrita de su parte ayudarla.. era mejor si simplemente dejaba que le apalearan tantas veces como quisieran.. S-sin embargo... A-alguien.. alguien se tomó la molestia de velar por la pelirrosa.. ¿qué debería hacer?, seguía tan confundida en su cabeza que no podía mover un solo musculo de su cuerpo, lo único que hacía era mover su cabeza para ver a la mujer de facciones perfectas arriesgar el pellejo por una inútil que se encontraba tirada en un charco..

¿P-por.. qué..?

por **Astrid Dagmar** Lun Mar 21, 2016 8:01 am

Uy, no. Mal hecho. Al poner la mano encima del hombro de Astrid, el bandido se estaba exponiendo a que pudiera salir bastante lesionado. Apretó los labios ante la negativa de los ladrones. – Como queráis. – Rápidamente, agarró la mano del sujeto que le había tocado y le obligó a retorcer el brazo de modo que estuviese inmovilizado, en un punto en el que éste temiese que se lo rompiera. – Te puedo partir el brazo también, si quieres. – Obviamente, los compañeros del individuo no se quedaron de brazos cruzados. Ella no tuvo reparo alguno en cumplir con su amenaza, pese a que sabía que eso no detendría por completo al bandido. Tras oír el alarido del hombre, que seguía al crack del hueso, lo empujó al suelo y se apartó rápidamente para evitar que cualquiera de los otros dos le agarrara. Quería evitar utilizar contra ellos la mano que tenía vendada en la medida de lo posible, teniendo en cuenta que quizás se fatigaría más de lo debido innecesariamente.

Al parecer, sólo uno de ellos iba armado, pero Astrid no lo había averiguado hasta que sacó su daga. El primero en dirigirse hacia ella iba a puño limpio, así que no sería difícil deshacerse de él. Logró esquivar el gancho que iba a propinarle con prestreza, pudiendo contraatacar dando un golpe en cierto punto débil del cuello con el canto de la mano, provocando que cayese al suelo inconsciente. El otro pretendía apuñalar a la morena, que, con suerte, conseguía bloquear sus movimientos. En un momento en el que él se desprotegió, ella pudo quitarle el arma y utilizarla a su favor, enterrando la hoja en el torso de su oponente, que cayó desplomado al suelo.

El del brazo roto se había levantado y ahora corría hacia ella, dispuesto a atacarle con el otro. Debido a que estaba herido, sus movimientos eran aún más erráticos, por lo que no fue difícil para Astrid defenderse de él. – Y aquí tienes lo prometido, – masculló, realizando un tajo superficial en el rostro del enemigo. No lo inmovilizaría ni mucho menos lo mataría, pero le haría perder el tiempo de manera que ella pudiera tener aún más ventaja. Y eso le permitió clavarle la daga que había conseguido.

Si morían o no, no le preocupaba. Perderían mucha sangre, desde luego. No sabía cuánto tardaría el que estaba inconsciente en recuperar el conocimiento y ver aquella escena, pero igual podría salvarles a tiempo. Poco le importaba – al menos tenía la certeza de que tenía el tiempo suficiente para poder sacar a la muchacha de allí y perderles de vista.

Suspiró, fatigada, y se acercó a la chica tras agarrar su mochila. – Se acabó, ya no tienes nada que temer. – Le tendió una mano, pero se dio cuenta de que quizás estaba demasiado dolorida como para poder moverse en condiciones, así que se agachó por detrás de ella y colocó las manos en sus axilas, para así elevarla con cuidado y arrastrarla fuera del charco. Si iba a hacerle preguntas sería mejor que estuviese algo resguardada. Se desplazó debajo de un soportal que estaba a unos pasos de ahí, llevando a la joven consigo y dejándola en el suelo con delicadeza, apoyada contra una pared.

– ¿Cómo estás, estás herida? – preguntó, observando el hematoma que tenía en la mejilla. – Puedo curarte, pero aquí fuera puede que acabes con una pulmonía. – Frunció el ceño y se quitó la capa, ofreciéndosela. Miró a su alrededor para ver si reconocía la zona y, por suerte, el establecimiento que había estado buscando no andaba muy lejos. – Hay una posada muy cerca de aquí. Si no tienes algún sitio al que ir, podemos ir para resguardarnos del frío. – Hizo una pausa, dándose cuenta de que quizás estaba hablando demasiado. – ¿Cómo te llamas?

por **Kiss Shot** Lun Mar 21, 2016 1:03 pm

Una mujer fuerte y con porte.. pocas eran las que se atrevían a hacer tales actos de valentía solo para ayudar a alguien, sin importar su pasado, al fin y al cabo la apariencia de la Súcubo era la de una chica común y corriente, nadie le ayudaría si supiera toda la sangre sucia que manchaba su cuerpo... temida por muchos, amada por pocos y era peligroso para la pelirrosa caminar como un civil cualquiera cuando ella pertenecía al bando de los revolucionarios, pero el mundo es tan amplio que su nombre no era tan famoso como para que todo el mundo le conociera, ella era apenas y una gota de agua en un mar de problemas, sin embargo no tenía planeado hacer nada con su vida en ese momento, si dependiera de ella se quedaría en aquel charco hasta que alguien le sacara por las malas... y eso fue exactamente lo que pensaba hacer, tal vez esa mujer solo le entregaría su mochila y se iría.

Destreza y fuerza al pelear, cualidades contrarias que las diferenciaban mucho al combatir, vio en ella un gran potencial al luchar, movimientos nuevos y maneras sutiles de inmovilizar al enemigo... pero al mismo tiempo, una pizca de piedad que impidió que acabara con la vida de los asaltantes, ¿por qué no los mató?... nuevamente el dilema moral volvía a su cabeza, si la pelirrosa hubiera estado en su lugar de seguro los habría matado de una forma tan cruel que a cualquiera le causaría repulsión, pero... no se atrevía a mirar a la cara a ningún humano, no después de los actos que le acompañaban tras sus inicios que ahora cargaba con gran esfuerzo en su espalda. Vio como la mujer simplemente los dejó tirados, mal heridos, pero con vida,seguro que podría aprender de ella algún día, pero esta se acercó junto con su mochila hasta su patético existir solo para ver en ella signos de vitalidad.. le hizo una pregunta, a lo cual no respondió, luego ofrecieron su mano.. pero tampoco la tomó.

A pesar de lo apática que fue la joven mujer le ayudó a levantarse, así que ella reaccionó levantándose por cuenta propia tras recibir ayuda, se levantó después de que la arrastraron hasta un lugar en donde la lluvia no caía tan fuerte. Estaba fría, como un difunto y su piel blanquecina no tenía un solo signo de calor corporal, soportaba tanto frío que ni siquiera sus mejillas tenían ese rubor característico de su rostro, además de eso su ropa estaba asquerosamente sucia de barro y empapada hasta el punto de que el agua escurría por su cuerpo como si directamente se hubiera metido a un río con la prendas puestas. Tenía la vista desviada hacia abajo y escasamente volteaba a verle, siempre que cruzaban miradas terminaba por esquivar su mirar hacia otra dirección, tampoco es que se destacara mucho tratando con otras mujeres, no estaba en su naturaleza después de todo.

Una nueva pregunta salió de aquella chica que decidió a ayudarla desde un inicio, sería estúpido ignorarla simplemente sin mencionar ninguna palabra, así que se animó un poco para responder. Estoy bien.. no te preocupes por mi, es solo.. que no soy muy resistente que digamos.. Jaja.. seguía sin atreverse a mirarla directamente a la cara, de cierta manera no quería que la reconociera por su historial pasado, sin embargo.. era algo obvio que tal vez no le conocía, cualquier persona del gobierno ya se hubiera enterado de quien se trataba. Lo que afirmaba no era mentira, tiene grandes dotes para combatir, pero físicamente es como una chica promedio, hasta un simple humano podría lastimarla si es que ella no se defendía y eso se dejó en claro cuando un hombre promedio logró hacerle un moretón en la cara, ella no se dio cuenta, aunque el dolor si que estaba presente.

S-solo es un moretón, n-no es la gran cosa, p-pero.. se quedó pensando un poco las cosas, la soledad le estaba matando poco a poco.. y terminaría igual metida en otro lío similar si simplemente se retiraba a caminar de nuevo... ¡A-además no era un buitre a los que atraía con naturaleza!... una posada... lo pensó por un momento, si.. tal vez era lo mejor. Trataré de no ser una molestia.. solo.. me quedaré esta noche.. y puedo pagar por mis gastos.. así que trataré de no ser un problema. además, tampoco era muy agradable que el barro recubriera su cuerpo, así que debía limpiarse también. Tomó la capa, se estaba congelando y no podía negarse a utilizarla, titiritaba un poco y le era dificil moverse pues sus extremidades estaban algo entumecidas por el frío, además su fina cola era muy sensible y no estaba cubierta y eso podría ser un problema a futuro.

comenzaron a caminar justo después de que ella aceptara su compañía, pero una pregunta salió de la nada. ¿M-mi nombre?.. se quedó callada por unos segundos, no podía decir de buenas a primeras su nombre... ¿y si le reconoce?... R-realmente no tengo nombre, F-fui abandonada hace mucho en Chaos, S-soy una viajera, vagabunda.. J-Ja-ja.. Así que me llaman de muchas maneras, N-normalmente me llaman K-kuroi por mi cola negra... Invento para salir de paso rápidamente, aunque era cierto que en el instituto a donde iba siempre le llamaron así. P-pero puedes decirme como quieras...

por **Astrid Dagmar** Lun Mar 21, 2016 10:27 pm

La chica apenas le miraba, como si tuviese miedo. Se mostraba además muy apática. Estaba claro que desconfiaba de Astrid, o al menos, esa era la sensación que tenía la morena al respecto. O simplemente era increíblemente tímida. En cualquier caso, tampoco iba a forzarle a hablar si no pronunciaba palabra alguna, pero al menos trataría de convencerle para dejarle en algún sitio seguro. En aquel estado lo que menos necesitaba era vagar sola por Mills, así que como mínimo debía intentar eso.

No tardó en comenzar a responderle. Astrid sacudió la cabeza ante lo que decía, haciendo un gesto con la mano para indicar que no debía preocuparse. – No creo que causes problema alguno. – Volvió a echarle un vistazo al moretón, para después enarcar una ceja y dirigir la mirada a los ojos de la muchacha de pelo rosa. – Puede que sea una minucia, pero estoy segura de que preferirías no tener esa molestia. No me cuesta nada calmarlo, al menos para que no amanezcas mañana con la cara hinchada. – No tenía mucha experiencia en curación, pero desde luego que no le resultaba difícil aliviar ese tipo de rasguños. Quizás si tuviese algún hueso roto o una herida profunda le llevaría más tiempo regenerar los tejidos, pero aquel no era el caso, ni mucho menos.

Ahora que no tenía la capa quizás acabaría soltando algún que otro estornudo, pero no se paró a pensar mucho en ello. La posada estaba a un par de calles más, las cuales empezaron a recorrer mientras entablaban una conversación. Al parecer, había sido abandonada en Chaos hacía tiempo y no parecía tener una identidad real. La chica se había referido a sí misma como Kuroi, pero aseguró no tener un nombre verdadero. Astrid frunció el ceño, mostrando cierta extrañeza, en especial tras oír que tenía una cola. Se le había pasado completamente por alto a pesar de que juraría haber visto algo por el rabillo del ojo. De todas maneras, no era algo a lo que debía darle importancia. Le tendió la mano de nuevo, con intención de estrecharla, aunque esperaba no recibir respuesta. – Encantada. Yo soy Astrid. Y no soy quién para bautizarte de ningún modo, Kuroi. Si es así como te identifican normalmente, te llamaré así. Siempre y cuando no te moleste, claro. – Caminaba con los brazos cruzados sobre el pecho, tratando de protegerse del frío. – Al parecer el clima de hoy no quiere que nadie viaje fuera de la ciudad. – Soltó una pequeña risa forzada. – ¿Planeabas salir de viaje ahora? Yo iba a hacer lo mismo, pero he tenido que volverme al ver… esto. – Señaló hacia los nubarrones negros que cubrían el cielo, haciendo una mueca.

Pronto llegaron al establecimiento. Aunque el local era bastante acogedor, el personal parecía estar centrado en atender a los clientes sin mostrar expresión alguna, como si no quisieran involucrarse demasiado con los viajeros que iban y venían y prefiriesen mantenerse al margen. Eso no impidió que Astrid, al llegar, realizase un comentario sobre la imposibilidad de viajar en aquellas condiciones. Eso sí, no sin antes de indicarle a Kuroi que esperase cerca de las escaleras que conducían a las habitaciones. Una vez en el mostrador, pidió al recepcionista las llaves de un par de habitaciones y deslizó sobre la mesa la cantidad de Soul Links correspondientes. Si la situación fuese distinta y el lugar fuese más caro, quizás se lo hubiese pensado dos veces antes de hacer el favor – tampoco podía gastar demasiado. ¡Pero los servicios de aquella posada eran una auténtica ganga!

Volvió con la pelirrosa tras recoger las llaves, entregándole la que le correspondía. – Esta es la llave de tu habitación. – Miró su ropa, que estaba cubierta de barro. – ¿Tienes alguna muda para cambiarte en la mochila? – preguntó, aunque ella tampoco es que dispusiese de algún recambio en condiciones para prestarle.

– Antes de que vayas a descansar, déjame curarte ese moretón. Quizás te incomode, pero no tardaré más de un minuto. – La verdad es que entendía que se rehusase a que alguien desconocido le acercase la mano al rostro, de todas maneras.

por **Kiss Shot** Mar Mar 22, 2016 2:13 pm

No tenía rumbo alguno a donde viajar.. aunque últimamente estaba pensando en ir a cierto lugar lejano en otro reino distante, quería ver como habían cambiado las cosas desde que partió de su pueblo en Chaos, aunque no conocía demasiado del mismo a decir verdad, la lluvia solo empeoraba las cosas pero no le incomodaba del todo, era muy resistente a las bacterias y esas cosas así que escasamente se resfriaba, volteó a ver de reojo a la mujer morena mientras caminaba con algo de prisa hacia donde le llevaban, era curioso ver a alguien vestido de esa manera por estos lugares de Spatium, sobre todo por el frío que hacía últimamente, ese tipo de ropa se veía más frecuentemente en Rihm, a donde el calor era el pan de cada día, sin embargo.. no se atrevió a hacer comentarios al respecto. Tenía pensado.. en ir a un viejo lugar a resolver un asunto importante... algo malo, supongo.. dijo por lo bajo mientras nuevamente desviaba la vista hacia otro lado. Supongo que eso me haría sentir mejor...

Llegaron al lugar que según ella era bastante accesible y cómodo, tal vez podría pasar ahí la tormenta para luego irse de Spatium rápidamente, pero el problema que realmente tenía es que pensar a solas constantemente era lo que le mantenía torturando... ¿Qué podría hacer?... pensó las cosas nuevamente.. ella no era un copo de nieve como aparentaba su apariencia.. pero podía fingir serlo con tal de no permanecer sola por almenos una noche, Pero.. ¿Realmente podría engañar a una mujer? Con un hombre era un trabajo realmente simple, sin embargo una chica jamás caería en sus encantos como Súcubo solo para un capricho propio.. pero lo intentaría recurriendo a otras cosas de las cuales geneticamente carecía . La recepción era bonita, con más lujos a los que ella misma se daba para descansar, miró con detalle a su alrededor, un candelabro que iluminaba todo, un piso reluciente que ella estaba empapando y embarrando por completo y sillas que lucían bastante cómodas, sin embargo el servicio de las personas era totalmente lo contrario, fríos y rápidos les atendieron en un dos por tres y cada una tenía su propia habitación.

Ella tomó su llave sin rechistar al respecto, así que después ellas subieron por el elevador, su habitación estaba en el cuarto piso, "406" y no vio la de su acompañante, tal vez le tocaba en una planta diferente, pero eso era el menor de los problemas, esperando en el elevador fue cuando surgió una nueva charla Oh.. no no, en esta mochila solo tengo un par de cosas.. mira. abrió su mochila y realmente no llevaba demasiadas cosas, dos botellas de agua, varios paquetes de dulces, chocolates (que no se veían muy deliciosos a causa de que el agua entró) y una bolsa con un nudo bastante grande, al parecer contenía Soul Links, pero nada más que eso, no llevaba ni ropa, ni armas, nada por el estilo. No tengo nada para cambio... así que supongo que tendré que darme un baño y pasar la noche con la bata del hotel mientras que se seca mi ropa.. luego buscaré un lugar a donde comprarme mejores prendas. Dijo mientras que el elevador avanzaba lentamente hacia arriba.

¿A-ayudarme?.. B-bueno.. S-si realmente quieres.. S-supongo que no habrá problema. Un leve rubor se asomó por sus pálidas mejillas, eso era buena señal, eso significaba que estaba entrando en calor, pero entonces, un sonido desgarrador rugió en todo el lugar, Un enorme rayo cayó e hizo titilar las luces del elevador, realmente fue inesperado, pues incluso interrumpió las nerviosas palabras de la pelirrosada, pero una idea surgió de su cabeza en ese instante.. Tal vez.. tal vez era su oportunidad de intentar actuar como una chica tímida e indefensa... Dejó salir un pequeño grito y se agachó cubriéndose los oídos, cerró los ojos y se mantuvo ahí hasta que dejaron de titilar las luces, como una chica asustada por los truenos, hubo silencio... y después las puertas se abrieron indicando que ya estaban en el piso correcto.

D-disculpa.. yo.. se levantó con cuidado, viendo muy de reojo a la chica que le acompañaba.. salió primero con la llave en la mano. E-está bien si me ayudas, no podría hacerlo yo sola.. pero hace algo de frío y me siento incomoda con todo este barro y la ropa tan pegada al cuerpo... ¿T-te parece bien si nos vemos en unos 15 minutos? me daré un baño y me pondré la bata...

por **Astrid Dagmar** Mar Mar 22, 2016 4:34 pm

A primera vista, Kuroi no parecía la típica persona que se metiese en líos por voluntad propia, ni mucho menos alguien que tuviese asuntos pendientes. Podría estar equivocada, ya que no le conocía de nada, pero tampoco tenía mucho interés en meterse donde no le llamaban. Dio por hecho que se tratarían de detalles personales, así que evitó realizar cualquier tipo de pregunta. – Cerrar asuntos sin resolver te hace sentir mucho mejor, desde luego. Sea lo que sea, cuenta con ello. – Tenía la creencia de que era mucho peor dejar las cosas a medias que terminar con ellas y que éstas no acaben como uno se propone, pues pensaba que tener la incertidumbre sobre qué podría pasar podía llegar a convertirse en un pensamiento tormentoso.

Las bajas temperaturas podían sentirse incluso dentro de la posada, pero Astrid lo achacó a que estaba empapada. Tiritó de repente tras sentir un escalofrío. Normalmente no hacía mal tiempo por la zona de Mills, pero los aguaceros de ese tipo ocurrían ocasionalmente y todavía no había aprendido la lección. Siempre que le pillaba uno de lleno, se repetía a sí misma que trataría de ser más precavida la próxima vez (y aquel momento no iba a ser menos) pero por alguna razón, nunca se acordaba de su promesa y volvía a lo mismo.

La muchacha decía no tener ropa para cambiarse, enseñándole el contenido de la mochila. Apenas miró, puesto que no quería dárselas de cotilla, pero era evidente que no había ni una sola prenda. Y, de estarlo, también se habría empapado. – Bueno, hay un radiador en cada habitación, así que eso ayudará a que se seque más rápido. – Estornudó, interrumpiéndose a sí misma. Tenía claro que en cuanto llegase a su destino pensaba pegarse a la estufa como si fuese una lapa. Aunque también le convendría una buena ducha templada.

Le dedicó una pequeña sonrisa de amabilidad a Kuroi cuando ésta aceptó su ayuda. Antes de poder decir nada más, tronó tan violentamente que las luces del ascensor parecían cobrar vida propia, asustando a la joven pelirrosa. Astrid también se sobresaltó un poco, pero trató de mantener la compostura. – Tranquila. – Se agachó a su lado, pero no realizó contacto alguno. – Las luces de este ascensor no funcionan demasiado bien, así que no me extraña que se estropeen aún más si hay tormenta. No tienes nada que temer. – A decir verdad, no tenía ni idea. Lo mismo se quedaban encerradas y todo.

Una vez se abrieron las puertas, ambas salieron al pasillo. Entendía perfectamente que Kuroi prefiriese cambiarse cuanto antes, así que asintió al terminar de escuchar su propuesta. – Claro que no, adelante. Incluso si prefieres que te cure mañana, tampoco hay problema. – Se encogió de hombros. – Ya sé que te dije hace apenas unos minutos de hacerlo antes de que te fueras a descansar, pero realmente no es algo que corra prisa. – Le enseñó su llave, señalando el número de su habitación. – Decidas lo que decidas, estaré en la cuatrocientos once. Si al final quieres que nos veamos en un rato, seguramente tarde en dormir así que no será ninguna molestia. Tómate tu tiempo y piénsatelo mientras te relajas. – Se despidió con la mano. – Nos vemos.

Se alejó hasta su habitación. La puerta estaba un poco trancada, pero con un poco de fuerza logró abrirla sin problemas. Sin pararse a mirar mucho lo que había en el interior, dejó sus posesiones en el suelo, al lado de la cama, y acudió rápidamente a la ducha. Sí, seguro que le sentaría bien. Una vez terminó, se colocó un albornoz y se tumbó boca arriba en la cama, cerrando los ojos. Aunque hubiese preferido salir de Mills y no le importaba en absoluto pasar la noche viajando, sin duda agradecía poder pasar la tormenta bajo un techo y en un colchón que, si bien no era muy cómodo, le garantizaba un buen descanso.

por **Kiss Shot** Mar Mar 22, 2016 7:49 pm

Sonrió muy levemente al verle, era una mujer amable después de todo, tal vez si charlaba mejor con ella podría ayudarla un poco más adelante con su asunto, pero por ahora simplemente mantendría cierto margen para que la morena tuviera una buena impresión sobre ella. Vale.. tocaré a tu puerta en un rato, no creo que me tarde mucho. dijo con algo más de ánimo mientras cerraba su mochila empapada con agua, estaba ensuciando bastante el suelo... pero a la gente no parecía importarle demasiado, después de todo habían personas que se encargaban de ese tipo de problemas. Habitación 411.. ¡no lo olvidaré! Ambas se separaron por el momento para asearse.

Ella entró a su habitación un poco antes, pues quedaba más cerca y no tuvo problemas al abrir la puerta, al entrar se encontró con un cuarto bastante bonito, una ventana amplia que cerró para evitar mirones, una cama perfectamente tendida, un baño, un televisor e inclusive un telefono para el servicio al cliente, y como afirmaba su contraria, un radiador que mantenía una agradable temperatura en el lugar, lo primero en hacer fue quitarse sus empapadas botas y dejarlas a un lado junto con sus calcetines, que dejó sobre el radiador, luego su chaqueta sucia, camisa, y pantalón corto... sin embargo lo que iba más alla también estaba mojado así que terminó por dejar inclusive su ropa interior sobre el radiador para que se secara, de todas formas iba a tomar un baño pero cerró la puerta con llave para evitar que alguien entrara inesperadamente.

Al entrar al baño se encontró con otra sorpresa, había una bañera, un sobre de jabón, una toalla y una bata, todo era bastante lujoso a decir verdad, ella solía dormir en lugares con escasamente un retrete, así que aprovechó para tomarse un buen rato en la bañera, abrió la llave con agua caliente y esperó un segundo mientras retiraba de su pecho barro que estaba comenzando a secarse sobre su piel y rápidamente la habitación se llenó de vapor, cuando todo estaba listo ella simplemente metió lentamente su cuerpo hasta que el agua le cubrió por completo solo dejando parte de sus hombros descubiertos.. Ah... que sensación más agradable, el entrar en calor después de haber pasado por eso... cerró los ojos y se sumergió para limpiar su cabello, luego se mantuvo allí.. descansando por un rato, sin ver nada, sin hablar con nadie.. ¿realmente estaba haciendo lo correcto?... tal vez no se sentiría tan culpable si almenos le contaba a que raza pertenecía...

Su cola entró en calor también, así que probablemente tendría una temperatura saludable en poco tiempo, pero el agotamiento le estaba ganando, poco a poco iba quedandose dormida, pues se encontraba en ese momento sin dormir casi por tres días.. fue así hasta que ¡Bum! otro enorme rayo cayó e hizo parpadear las luces nuevamente levantandola casi de inmediato, ¡Vaya susto que le dio! pero ya había sido suficiente.. el dolor de su cara empezaba a sobresalir.. y no quería terminar con el rostro hinchado... tocó la zona de la herida y miró su reflejo en el agua. Tal vez.. sea buena idea que converse con ella un rato.. tal vez.. pueda convencerla de que me ayude sin que llegue a conocerme.. dijo en voz baja.. como si su reflejo tuviera conciencia alguna.

Había pasado casi media hora, lo meditó bastante bien al parecer, pero almenos físicamente se veía más renovada, salió de la bañera con lentitud y tras vaciarla se secó con cuidado utilizando la toalla del hotel... luego se cubrió su fino y bien moldeado cuerpo con la toalla y la abrochó bien de la cintura para que no tuviera un accidente.. se golpeo el rostro levemente y suspiró profundo. Tu puedes Hikari... dijo nuevamente en voz baja y tomó las llaves de su cuarto para retirarse e ir a la habitación 411. estaba descalza pero sus pies estaban secos, lo único mojado era su cabello y como no había mucha gente no fue problema ir vestida de esa forma a la habitación de aquella amable mujer. Golpeo la puerta al ubicarla y esperó a que ella le abriera. ¡A-astrid! ¡Soy yo!... movió su cola en el suelo lentamente y espero a que abrieran... ¿Se habría quedado dormida?.

por **Astrid Dagmar** Mar Mar 29, 2016 5:22 pm

Astrid no sabría decir cuándo se quedó dormida. Juraría no tener nada de sueño cuando entró en la habitación, ni siquiera tras la ducha ni tras tumbarse en la cama. Quizás el bienestar que le proporcionaba el calor de la habitación fue lo que consiguió que se dejara caer sobre los brazos de Morfeo sin quererlo. Cayó en la cuenta de ello cuando se sobresaltó al oír un trueno que le despertó de inmediato.

Por lo que podía notar, había dormido profundamente, aunque no había llegado a pasar más de media hora. Tenía la boca seca y se encontraba sumamente relajada, a excepción de la pequeña sorpresa que le hizo dejar de dormir. Y además, mantenía los ojos entrecerrados, como si se esforzasen por mantenerse abiertos. Se incorporó de golpe, y tan sólo se dedicó a mantener la vista fija en una de sus botas (que habían acabado desperdigadas por la habitación), con la mente totalmente en blanco.

Salió de su ensimismamiento cuando notó que su estómago rugía. Suspiró con fastidio y se levantó lentamente, aún aturdida y adormilada. Sin duda alguna, las pequeñas cabezadas no le sentaban nada bien, por mucho que algunos dijeran que una siesta podría ser aún más reparadora que el sueño nocturno.

Agarró el morral que tenía con sus provisiones. Sabía que tenía que reservarlas para viajar, pero tampoco estaría de más comerse alguna tontería y después reemplazarla por algo que pudiera comprar por el camino, o antes de salir de la ciudad. Metió la mano torpemente y agarró una manzana, para después volver a sentarse en la cama bruscamente sin cerrar el zurrón y pegarle un buen mordisco a la fruta.

Cuando apenas iba a acabar de comer, escuchó que alguien le llamaba desde el pasillo. Por un momento casi se olvida que no había vuelto sola a la posada si no llega a ser por la voz que oyó al otro lado de la puerta. Se trataba de aquella chica a la que unos maleantes habían golpeado y robado un rato antes, Kuroi. – Voy, – contestó tras levantarse de nuevo y aclararse la voz.

Dejó lo poco que quedaba de manzana sobre la mesilla de noche y abrió la puerta, invitando a la chica a pasar, haciéndose a un lado. Tampoco iba a tardar mucho en curarle aquel morado que tenía en la cara, pero era mejor tener un poco de cortesía, aunque tenía la habitación hecha un desastre (a pesar del poco tiempo que había estado en ella). Aun así, ni se molestó en cerrar la puerta, y estaba aún tan dormida que ni se fijó en si Kuroi lo había hecho. – Disculpa el desorden. ¿Estás mejor? – Bueno, su herida no, pero quizás ella se encontraba menos alterada que antes y ya no tendría tanto miedo. O eso esperaba.

Subió la manga derecha del albornoz para que ésta no le molestase durante la curación, aunque tampoco sería para tanto. – Allá voy. Disculpa si te es incómodo, pero no me llevará más de un minuto. – Acercó la mano al hematoma que tenía Kuroi en la cara, pero sin llegar a tocarlo. Tras concentrarse durante unos segundos, un leve calorcillo comenzó a emanar de sus dedos, y poco a poco, la contusión iba haciéndose cada vez menos visible hasta que finalmente desapareció por completo.

– ¡Listo! ¿Cómo te sientes? – Estiró un brazo para agarrar la bolsa con provisiones y sacó otra manzana. – Toma, te vendrá bien comer algo.

por **Kiss Shot** Miér Mar 30, 2016 1:28 pm

Ella se tardó un poco más de lo esperado en abrir la puerta, suspiró un poco pues realmente era una chica muy poco paciente, era uno de sus defectos a decir verdad, pero al final solo escuchó la puerta abrirse y en el otro lado estaba aquella chica, un poco dormida, la notó cansada en aquel momento... como cualquier ser vivo con sueño, supuso vagamente mientras arqueaba una pequeña sonrisa de cortesía.Oh.. espero no haber interrumpido su sueño, señorita Astrid. Dijo al mismo en el que ella se disculpaba por el desorden, fue entonces cuando dio el primer paso para seguir a su habitación.

Al entrar cerró la puerta de inmediato, su contraria parecía agotada tan solo con verla tambalear por el sueño, por suerte Hikari tuvo la oportunidad de descansar con anterioridad así que no tenía problemas con ello. Con sus orbes violetas examinó el lugar, ¡Vaya! Si que estaba desorganizado, pero lo cierto es que no era quien para juzgarlo ya que ella por su parte era muy similar en ese aspecto, era tan nómada que pocas veces se preocupaba por como dejaba los lugares a los que iba, principalmente porque terminaban manchados de rojo. Buscó donde sentarse.. pero no había muchos lugares, sin embargo en un borde de la cama pudo acomodarse mientras que Astrid se preparaba. Oh... ¿Tu siempre estás así de sola? realmente.. estoy acostumbrada al ruido.. la calma no es lo mio. Dijo con curiosidad, pues a decir verdad en estos tiempos la soledad ya no era tan común como antes, con los revolucionarios y Gobernantes, el estar sin compañía era peligroso.

Entonces fue ahí cuando la pelinegra acercó su mano justo en el rostro de la pelirrosada, ella, ignorante ante la situación solo parpadeo dos veces mientras observaba la palma de su mano, no dijo nada y tampoco sintió algo por un par de segundos... pero entonces, un pequeño calor sobre su adolorido rostro comenzó a tranquilizar el mismo.. poco a poco.. hasta que no sentía absolutamente nada.. nunca había visto una habilidad así, por lo que se sobresaltó un poco al percibirla. I-increible.. exclamó mientras su rostro de asombro solo daba a conocer lo fascinada que estaba. Eres.. fuerte. dijo para si misma, tocó la zona de su ya inexistente herida y realmente.. como magia, había desaparecido.

Escuchó la pregunta de Astrid, la cual no contestó.. se quedó mirando a la nada por un par de segundos, sin decir algo, luego volteo a ver directamente a los ojos de la fémina y frunció el ceño involuntariamente acercándose un poco hacia ella. ¡T-tu puedes ayudarme! ¡Y-yo no puedo hacerlo sola! ¡Siento tu aura! ¡N-no eres una mujer común! cerró los puños de sus manos, mientras que su cabello mojado le tapaba parte del rostro dejando salir un leve aroma a cerezas.. curioso, a decir verdad. Si tan solo pudieras encargarte de la barrera.. ¡Y-yo me encargaría del resto!

por **Astrid Dagmar** Miér Mar 30, 2016 6:56 pm

A Astrid no solía molestarle la soledad. No era algo que temía, si no más bien algo que había aprendido a disfrutar con el paso de los años. Por supuesto, no rechazaba estar acompañada, pero tenía la opinión de que en ocasiones era necesario poder pasar tiempo a solas. A veces, incluso, lo anhelaba incluso más que la compañía. Pero tampoco podría considerársele un lobo solitario, más bien una persona acostumbrada a ello. Dejó escapar un pequeño bufido por la nariz mientras miraba con el ceño fruncido a Kuroi, a la vez que sonreía un poco. – Lo dices como si fuera algo malo. – Relajó la expresión, pues sabía que quizás podría ser malinterpretable. – No siempre estoy sola. Pero no me da miedo estarlo. – Quizás se había obligado a no temerla desde que decidió seguir a la revolución por su propia cuenta, debido a que por ciertos eventos que le hicieron tomar esa elección, no tuvo más remedio que apañárselas sin nadie más. Y ahora ni siquiera estaba del lado de ningún bando.

Tampoco estaba acostumbrada a recibir halagos muy a menudo. La expresión de fascinación de la joven le hizo acordarse de la primera vez que vio un poder similar – tiempo atrás, cuando conoció al capitán Saito Hajime. Recordó que quiso aprender a hacer lo mismo, pero no por conveniencia propia, si no con el fin de ayudar a otras personas. Probablemente fue uno de los primeros sentimientos verdaderamente altruistas que más tarde irían empujándola a la neutralidad en la que se encontraba actualmente. – Puse la misma cara que tú cuando me curaron del mismo modo hace tiempo, – contestó, con una leve risa. – Pero yo estaba bastante peor. En realidad, lo que yo he hecho no es nada. – No lo veía como un logro mayor. Durante la batalla contra el coloso había tratado de curar numerosas heridas, estuviesen en el cuerpo de alguien que estuviese a su lado o en el suyo, pero apenas había conseguido hacer alguna proeza. – Tengo que practicar más.

La chica pareció entrar en trance, como si estuviese ensimismada en sus pensamientos. Astrid ladeó la cabeza y movió la mano que tenía libre cerca de su rostro, en un movimiento de saludo. – Spirit Soul llamando a Kuroi… – murmuró, tratando de hacer que la situación fuese un poco menos seria. Se echó un poco hacia atrás cuando la muchacha se acercó a ella, diciendo que podría ayudarle. – ¿Mi aura? ¿De qué hablas? – Lo que más le extrañaba era que decía que no era una mujer común. ¡Pero si no era más que una humana! Y lo que vino después lo entendió aún menos. – ¿Barrera? Kuroi, espera… Cálmate un momento y explícamelo mejor. No sé de qué estás hablando, – le pidió, confusa.

por **Kiss Shot** Miér Mar 30, 2016 10:54 pm

El sobresalto fue demasiado, mantenía aquella mirada directo hacia los ojos de la mujer que le acompañaba, su ayuda le resultaría muy útil después de todo, así que un pequeño empujón no le haría daño, se dio cuenta que no era alguien del común, con sus habilidades y su determinación... tal vez podría hacer algo al respecto, y solo tal vez podría convencerla de irse con ella, tal vez.. tal vez si le hablaba de la condición por la cual pasó... movió su cabeza hacia los lados para concentrarse, entonces se alejó para mantener una distancia prudente y así explicarle mejor las cosas. S-si.. lo siento.. me sobresalté un poco suspiró para calmarse, se acomodó la bata para que esta no se cayera y acomodó su cabello con cuidado.

En Chaos.. hay un instituto creado por el gobierno... en donde los niños sin familia y sin hogar permanecen ahí para ser controlados evitando el vandalismo, una táctica efectiva a decir verdad... Sin embargo.. a ciertas razas.. a ciertas razas las aíslan ya que supuestamente serían un futuro peligro.. Desde que son niños, demonios, Licantropos y demás son victimas del aislamiento y la tortura psicológica. Esto no era mentira, era de las pocas veces en las que ella no mentía respecto a su vida. Es horrible.. durante años te hacen repetir la misma frase una y otra vez para obligarte olvidar quien eres o que eres.. tres sesiones de audio a la semana.. colocando una música espantosa durante 6 horas continuas.. ojos vendados.. sin comida.. te mantienen preso y controlado.. es horroroso... Todo lo hacen para evitar el excesivo incremento del caos..

Esa fue su explicación, realmente eran muy pocas las veces que hablaba sobre ese tema, pero tras meditarlo por un largo tiempo supuso que era hora de acabar con todo eso. Por eso necesito tu ayuda.. Hay glifos que evitan la entrada o la salida por medio de un escudo que bloquea el aura negra.. como la mía, Yo.. soy un Sucubo, por esa razón.. yo.. no puedo ni siquiera acercarme. bajó el tono de voz ya que nuevamente se estaba exaltado más de la cuenta. P-pero si tu logras entrar y arrancar las marcas que están alrededor de ese manicomio.. yo podría encargarme del resto.. y terminar con esa excusa patética del gobierno para acabar con nosotros...

por **Astrid Dagmar** Jue Mar 31, 2016 12:52 pm

Astrid se sentó al lado de Kuroi, pero guardando la distancia suficiente entre ambas para que ninguna se incomodase por cierta falta de espacio vital. – No te disculpes por eso. Dime, ¿qué pasa? – preguntó, arrugando el ceño.

A pesar de que había escuchado atentamente cada palabra pronunciada por la muchacha, sentía que su cerebro aún necesitaba procesar la información. Agachó la cabeza y desvió la vista, tratando de centrarse. Por un lado no supo si confiar en lo que decía, pero por otro no le resultaba raro que el gobierno llegase a tales extremos, sobre todo en Chaos. Al mismo tiempo, le parecía extraño que se hubiese aprobado la existencia de una entidad tan radical. A no ser que el personal de dicho instituto mantuviese ocultas dichas prácticas tan espeluznantes.

Por la expresión de Kuroi y por su tono de voz al contar tan terribles hechos, Astrid sentía que ella estaba siendo sincera. – Kuroi, lo que dices es… – Le costaba elegir las palabras que debía decir a continuación. ¿Quizás podría contactar con alguien del gobierno a quien conociera? Tampoco tenía mucha confianza con ellos, por no decir que eran tan sólo militares… y de Spatium. Poco podrían hacer.

Se frotó los ojos, tratando de pensar en algo coherente. Después simplemente reposó la mano en el puente de la nariz, manteniendo los ojos cerrados. – ¿Cómo sabes eso? Tú… – Se mordió la lengua al darse cuenta de que iba a formular una pregunta demasiado indiscreta. Era probable que ella hubiese pasado por ello.

De ser cierto lo que ella contaba… tenían que hacer algo, como fuese. No tenía intenciones de volver a meter sus narices en asuntos del gobierno que pudiesen poner en duda la legalidad de sus actos, pero estaba recibiendo una petición directa. ¿Cómo podría ayudarle ella sola? Tal vez con más aliados podrían lograr lo que Kuroi proponía. Se sorprendió ligeramente de que fuese un súcubo, aunque había deducido que era un demonio o alguna criatura de ese tipo tras ver su cola. Sin embargo, no mostró expresión alguna al escucharlo. Aquel dato era bastante irrelevante teniendo en cuenta el tema de conversación.

Se cruzó de brazos y volvió a dirigir la mirada hacia la chica. – No sé qué pretendes hacer allí dentro tú sola, Kuroi. Ni tampoco sé si seré capaz de hacer lo que me pides. – Tenía que ser sincera en estos casos. Exhaló un suspiro y colocó una mano en su hombro cuando notó que comenzaba a alterarse de nuevo, a pesar de que quizás no le gustaría el exceso de confianza. – Si es cierto lo que dices… no puedo quedarme de brazos cruzados. Pero tampoco puedo prometer que las cosas salgan bien. Si quieres mi ayuda, tendremos que ver qué podemos hacer. – Retiró la mano de su hombro y siguió hablando. – No suena como que entrar ahí sea una tarea fácil, por no decir que no sé qué te propones exactamente. Pero te aconsejo mantener la cabeza fría.

por **Kiss Shot** Sáb Abr 02, 2016 8:59 pm

Sus recuerdos eran muy frescos ya que sucedieron tan solo hace 3 años atrás, pero no era mentira lo que decía, cada sesión, cada grito, cada palabra y cada melodía la recordaba como si hubiese escapado ayer.. guardó silencio tras explicarle la situación y mantenía aquella mirada de cierto desagrado en su rostro, tal vez no lograría convencerla del todo.. en ese caso iría por su cuenta aunque resultara inútil de cierta manera ya que los glifos y sellos para evitar que fuerzas demoníacas externas entraran estaban estrictamente resguardadas y muy bien colocadas alrededor de todo el institutoSuena como una locura... lo se.. pero probablemente ese instituto.. guarde ese secreto para mantener el anonimato y no llamar la atención frente a agentes más grandes.. P-pero... lo cierto es.. que existe.. desde hace más de 15 años...

Giró hacia la ventana, la lluvia continuaba cayendo con fuerza... pero.. ahora que tenía un objetivo claro.. realmente estaba decidida a continuar con su camino.. hacia un lugar en Chaos. Así es.. fui una estudiante desde que tenía 6 años.. hubo un tiempo a donde me hacían repetir la misma frase una y otra vez.. "La semilla del castigo es la que se llevará esta alma negra"Me hacían pensar a Diario.. que yo no debí haber nacido.. que soy.. mala.. Se tocó parte de su cuello mientras le explicaba, con cierto desagrado.Y esa música... una música horrible que me obligaban a escucharla a diario durante mucho tiempo.. así.. durante toda mi infancia. Se levantó de su asiento y esperó una respuesta por su parte.

No puedo sentir tu aroma.. pero estoy segura de que puedes entrar ahí... no tienes el aura de un demonio, esa barrera no tiene efecto en criatura como tu.. si tan solo pudieras encontrar uno de los sellos y removerlo.. todo el escudo colapsaría y yo podría entrar.. desde entonces me encargaré de todo.. no tendrás porque hacer más si no quieres. Fue entonces cuando le tomaron del hombro, cosa que no se esperó.. era cálida.. miró entonces su fina mano y tras escuchar sus palabras.. sonrió y le tomó de las manos mientras le agradecía, ella había aceptado a su petición. ¡Eres increíble señorita Astrid! ¡Yo me encargaré de pagar el viaje y todo lo necesario! Su actitud cambió radicalmente, pero al fin, alguien había accedido a ayudarla.

Notó que tal vez se había pasado un poco y le soltó de las manos, mientras que el suave movimiento de su cola levantaba un poco la bata que llevaba puesta en aquel momento, pero era necesario ir preparado para aquella travesía y no podía ir con esa ropa húmeda y sucia que estaba en la otra habitación. Bien.. saldré en este momento a comprar ropa y provisiones para el viaje.. una mochila más grande.. ropa y un par de paraguas.. ¿Quieres que traiga algo para ti en particular?.. Lo que sea, te lo daré.. ropa, comida.. tu dilo, tengo un vehiculo que nos llevará hasta allá en un par de horas.. pero está algo lejos, mientras tanto puedes dormir.. o puedes acompañarme.

por Contenido patrocinado

Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
Atreyu NarradorMensaje Privado	Fingon Sindar NarradorMensaje Privado
Ithel Ibner NarradorMensaje Privado	Kvothe Arliden NarradorMensaje Privado
No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
Kuro Usagi	Orion Ärud	Aldara Sashenka	Quintus Dei (Libre)

Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

Pensamientos Disparejos [Priv. Astrid Dagmar]

Pensamientos Disparejos [Priv. Astrid Dagmar]

Re: Pensamientos Disparejos [Priv. Astrid Dagmar]

Re: Pensamientos Disparejos [Priv. Astrid Dagmar]

Re: Pensamientos Disparejos [Priv. Astrid Dagmar]

Re: Pensamientos Disparejos [Priv. Astrid Dagmar]

Re: Pensamientos Disparejos [Priv. Astrid Dagmar]

Re: Pensamientos Disparejos [Priv. Astrid Dagmar]

Re: Pensamientos Disparejos [Priv. Astrid Dagmar]

Re: Pensamientos Disparejos [Priv. Astrid Dagmar]

Re: Pensamientos Disparejos [Priv. Astrid Dagmar]

Re: Pensamientos Disparejos [Priv. Astrid Dagmar]

Re: Pensamientos Disparejos [Priv. Astrid Dagmar]

Re: Pensamientos Disparejos [Priv. Astrid Dagmar]

Re: Pensamientos Disparejos [Priv. Astrid Dagmar]

Re: Pensamientos Disparejos [Priv. Astrid Dagmar]

Re: Pensamientos Disparejos [Priv. Astrid Dagmar]

MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater