Rojo como la Lujuria [Priv. Phoros]

por Invitado Miér Jun 24, 2015 11:33 pm

La noche estaba hermosa, despejada, con esa enorme luna roja, ya sabes, esa que hay de vez en cuando que al mirarla te causa toda clase de sensaciones, desde una incógnita enorme de saber la razón por la que la luna esta así, hasta una sentimiento de desespero al ver esa noche bañada de sangre, una sensación inexplicable que recorre todo tu cuerpo. Esa noche las cirrus viajaban hacia el norte, símbolo de lo despejado que estaba todo, un suave viento bajaba por el cielo, bajando poco a poco hasta llegar a la piel de las personas, esta misma brisa arrastraba con ella un profundo olor a comida, producido por los numerosos puestos callejeros con brochetas, algunos caldos llenos de especias, personas comiendo toda clase de cosas, el curri como olor principal, pero detrás del cálido aroma a comida yacía un suave pero inconfundible aroma a licor, a vomito entre los callejones a lo lejos. Numerosos bares abiertos, también algunos prostíbulos con mujeres fuera de ellos, vestidas con trajes típicos llamando a los hombres que pasaban, después de todo o consigues clientes o te mueres de hambre.

Entre esos numerosos bares, personas en sus vidas caminando, prostitutas callejeras bien vestidas, puestos pequeños de comida ambulante, restaurantes abiertos, prostíbulos enormes y casinos donde los enormes guardias musculosos sacan a algún hombre a la calle para caer en un charco, caminaban tres borrachos, algo delgados, vestidos de la misma forma, con franelas sin mangas blancas, con unas toallas en sus hombros, obreros se ve de lejos, trabajadores, quienes abrazados van cantando al cielo, con unas botellas a medias en sus manos, derramando un poco y celebrando, es fácil identificarse con alguno de ellos, puesto nosotros mismos siempre soñamos estar en su posición... De pronto frente a ellos, lejano en la misma calle andaba un hombre de aspecto extraño, vestido como si de una deidad se tratara, pulcro, como si la mugre tuviese miedo de acercarse. Este ser se dirigía a ellos, sus pies descalzos daban pasos suaves, cortos, conforme se acercaba la lujuria lo precedía, un cierto perfume baño toda la calle, haciendo difícil percibir el aroma de comida que había previamente, era remplazado por un olor frutal delicioso, mientras el hombre con cabello rojo, vestido con rubíes y de ojos profundos como la sangre misma, se acercaba rodeado de plumas de pavo real rojas...

Conforme este hombre se acercaba las personas actuaban cada vez mas extraño, primero las prostitutas, las cuales comenzaban a pensar poco en el dinero y saltaban sobre todos los hombres que tuviesen delante, algunas prendas de ropa volaban, conforme iniciaban orgías bastante explicitas, algunas bastante pervertidas, donde muchas de las categorías del porno: Bukakke, Gokkun y otras que mi pervertida mente no conoce aun, eran lo que sucedía en las calles, las personas parecían mas unas masas gimientes de varios brazos, piernas, cabezas, que intentaban saciar una sed de lascivia casi monstruosa. Las personas abandonaban sus negocios, todo lo que fuera falico era introducido y miles de falos se veían y tras unos segundos ya no, pero cuando la deidad ya había pasado, todas las personas volvían en si mismos a los minutos, dándose cuenta de lo que estaban haciendo y de como una vida entera de moralidad era enviada a la mierda en tan solo una escena. ¿Que pasaba entonces con los guardias?, ¿por que no hacían algo?... La razón es bastante simple, ellos eran los principales pervertidos de la orgía, muchas veces dejándose llevar por la tensión sexual con los compañeros. La deidad se detuvo para mirar a una joven guardia quien en tan pervertido acto lo miraba a los ojos, mientras callejeros y compañeros hacían lo suyo, su lengua de fuera, sus ojos lascivos... Eros no pudo evitar sonreír, pero se dio cuenta de algo....

Debía bajar el efecto de su esencia o jamas podría hablar con alguien para saber donde estaba, por lo que simplemente la redujo lo mas que podia, siendo aun intensa y permaneciendo como pervertidos pensamientos, nada mas... Entonces dejo a los guardias en lo suyo y siguio su camino de perversión impune.

por **Phoros Matsuoka** Jue Jun 25, 2015 10:19 am

Mi encargo era simple: Mantener el orden con un perfil bajo. No iba a ser muy difícil en una ciudad así, generalmente no habían problemas. La mayoría del tiempo habían bastante borrachos siendo echados de los bares, algunos festejando con sus amigos y otros con las prostitutas del lugar. Obviamente, el alcohol nunca faltaba. Lo he probado una sola vez y realmente no me ha gustado, sólo sirve para dar náuseas, realmente no entiendo a la gente que bebe tanto.
El problema ante todo era el perfil bajo. Me negué a utilizar un kimono, por lo cual me costó bastante poder entrar. En cuanto supieron el porqué de mi visita, hicieron una excepción y me dejaron entrar. De todas maneras, si no me dejaban entrar, iba a tener que entrar por la fuerza. No me gustan los kimonos y no pensaba usar uno esa noche.

Me dirigí a un espacio abierto de la ciudad, desplegué mis alas y sin más subí a la terraza de un edificio bastante alto. Desde allí podía observar casi toda la ciudad, exceptuando algunos callejones sin importancia. No hice más que observar a la población sin mover nada más que mi cabeza. Pude ver a algunos obreros celebrando en las calles, cantando con alegría. Se notaba que estaban ebrios, pero era bueno ver que la mano de obra no tenía dificultades emocionales, por así decirlo.
Luego de continuar observando durante unos minutos, desplegué mis alas nuevamente y bajé a las calles. Comencé a caminar entre la gente, la cual me miraba con mala cara debido a mi vestimenta. Adoraba este uniforme. No pensaba cambiarme aunque me condenaran a muerte por ello. Sé que era algo exagerada, pero era la verdad.

Mientras caminaba, noté que había un callejón con un grupo de sujetos a mi derecha. Parecía ser una pandilla cobrando cuentas, ya que eran tres personas golpeando a una, la cual estaba en el suelo. Obviamente me dirigí hacia ellos con tranquilidad. Cuando notaron que me estaba acercando, dejaron de golpear al hombre y comenzaron a caminar hacia mi. Tres hombres, los cuales parecían ser bastante fuertes debido a su contextura, iban a golpear a lo que parecía ser una niña de unos quince o dieciséis años. Por suerte, esa no era su edad verdadera, y la niña sabía defenderse bastante bien.
Al llegar lo suficientemente cerca, detuve mi paso y observé con atención a los hombres. Parecían ese tipo de gente que cree poder hacer lo que quiere, y luego llora cuando se le da un castigo adecuado. El estilo de gente que odio.
-Handsonic, nivel 1.- Materialicé la espada de mi brazo. La expresión de los hombres cambió al ver la misma. Sin siquiera decir una palabra, comenzaron a correr en dirección a la calle. Sonreí con orgullo, oculté la espada y continué mi camino hacia la calle principal, ya quería abandonar ese apestoso callejón.

En cuanto salí del apestoso lugar, miré hacia mi derecha y pude ver algo sorprendente... de la mala manera. La gente estaba bien hace un momento, pero de repente comenzaron a saltar unos sobre otros y realizar actos sexuales indescriptibles. Tales acciones eran una falta de respeto, debía hacer algo al respecto, pero ¿Cómo iba a lidiar con tantas personas con deseos sexuales tan fuertes? Podía hacerlo en realidad, pero iba a ser bastante difícil controlar a tanta gente al mismo tiempo. Era repugnante para mi, sabía que Chaos era... caótico, claro, pero no de esta manera. Nunca vi algo así.
Pude notar, finalmente, de donde provenía tal aura. Un hombre de aspecto extraño, muy pulcro al parecer. Parecía una deidad, si es que no lo era. Su cabello rojo y las joyas que llevaba puestas comprobaban esa afirmación. Caminaba con tranquilidad, dando pasos suaves y cortos. Su aroma parecía eliminar todo rastro de aroma a alcohol. Pude ver que él era la causa del desorden, debido a que las personas volvían en sí en cuanto él se alejaba. Por dentro, las reacciones de la gente me hacían reír, aunque también me repugnaba el hecho de que tuvieran tan poca decencia. Tal vez era una especie de hechizo el cual los controlaba, eso parecía probable. Nadie cuerdo tiraría a la basura su vergüenza sólo para follar con alguien en la calle.

La deidad se acercaba a mi posición. Con suerte, ese "hechizo" no me afectaría. Si me afectaba, podía tirar mi reputación a la basura.
En cuanto se acercó lo suficiente, lo miré a los ojos con atención. Noté que los otros guardias estaban afectados por el hechizo, lo cual me dejó sin esperanzas. Era la única guardia cuerda, al parecer.
El hombre se acercó lo suficiente como para que el hechizo me afectara, pero para mi sorpresa, no había funcionado muy bien. Tal vez él había disminuido su poder o sólo era mi fuerza de voluntad. Cualquiera de las dos opciones era válida. Aún así, debía aceptar que comenzaba a sentir calor... sentía una necesidad bastante fuerte de... no. No. Debía resistir, no iba a caer tan fácil. Comencé a sudar, mientras mis manos comenzaban a bajar hacia mis piernas. Intentaba aguantar, pero la necesidad era demasiada. No se me ocurrió otra cosa más que desplegar las alas y alejarme del suelo. Me dirigí al techo en el cual había subido antes y me concentré. Suspiré profundamente, mientras sostenía mi pecho. Había estado cerca.

por Invitado Vie Jun 26, 2015 3:48 am

Los pasos de Eros eran como sentencias de muerte, despacio, pero seguros, esos que saben llegaran, que nada se interpondrá ante ellos y por ende son confiados, dándose su tiempo para cada que cada movimiento de esos músculos hechos de placer lleguen al su destino, un destino por demás certero. Conforme se obnubilaba observando cada uno de los actos pervertidos que estaban cercanos a el, pudo cambiar sus ojos, esos orbes rojos como la sangre, como las llamas de la lujuria contenida en cada ser humano, a observar una nueva figura, la cual le llamo enormemente su atención, una chica en frente de el, joven, con aspecto infantil, portando en su cabeza unas hebras de las mas fina plata como cabello, que solo contrastaban con el oro en sus ojos... Esta piel de porcelana atrajo un poco al señor de la lujuria, pero no por lo que muchos pueden pensar, sino por las sensaciones que ella le producía.

Se acerco a ella con duda, sabia no era una mera humana mas, había una iré que le recordaba aquellos mensajeros celestiales y seamos honestos.... ¿Quien puede conocer mejor a un ángel que una deidad?, sus pasos se hicieron mas decididos hacia ella, la expresión en la cara del inmortal era de soberbia, con una leve sonrisa amigable, una sonrisa que casi hipnotizaba, pero su sorpresa fue infinita al ver que la chica saco unas alas de su cuerpo, elevándose por entre los tejados, era claro entonces estaba en presencia de un ángel, esos mensajeros celestiales. Pero pese a esto aun podia percibir un aire diferente en ella, lo que lo hizo solo soltar una leve risa, mínima... Tanto que las manecillas de un reloj a penas podrían medirla en su mas corta magnitud. Tras ese punto se detuvo, sus pasos cesaron y su mirada subió a los cielos siguiendo a la chica... Entonces le clavo la mirada, de la forma mas penetrante posible.

Fue evidente segundos antes para el Dios la lujuria que estaba recorriendo el cuerpo de la chica, tal vez por eso se marcho del radio de acción de la esencia de Eros, lo cierto es que reacciones corporales a veces húmedas, son obvias para un ser que conoce el olor de las feromonas a millas de distancia... Sabia que la chica estaba a punto de caer en sus garras, solo quedaba elegir si deseaba ver a ese tan raro ejemplar en actos lascivos o prefería por otro lado charlar, pedir indicaciones y quizá alguna otra cosa que la oscura voluntad de la lascivia prefiriese. Mientras aun se debatía por el trasfondo de sus acciones, sus labios seductores se abrían lentamente y sus cuerdas vocales comenzaban a pronunciar sonidos, que viajaban hasta el oido de la chica a pesar de la distancia para entregar el mensaje...

-Se llama lujuria... Y es mi máxima bendición...

Breves palabras para entonces dirigirse a un asiento cercano, rodeado de personas dejándose llevar por sus mas bajos instintos y dijo, aun mirando hacia donde se encontraba la chica...

-Ángel... Acércate... Tienes que hablar con una deidad...

Dijo en una pose algo engreída, sonriendo de una forma cordial, agradable, quizá demasiado agradable, con sus profundos y rojos ojos dirigidos hacia donde se encontraba la que emprendió vuelo hace tan solos segundos.

por **Phoros Matsuoka** Vie Jun 26, 2015 5:05 pm

Cuando subí a ese tejado, sentí la mirada de la deidad prácticamente penetrando mi alma, sentía... lujuria. ¿Qué demonios pasaba? ¿Qué había estaba haciendo conmigo?
Su voz llegó a mis oídos, una voz grave, seductora, nunca la había escuchado antes. ¿Como pude escucharlo a tal distancia? Ya iba entendiendo a qué me enfrentaba. Y no era el tipo de poder físico al cual usualmente me enfrentaba. Era psicológico.

-Estás causando demasiado desorden, debes parar esto.-

Intenté mostrarme lo más decidida posible. No debía mostrar debilidad alguna, este tipo de deidades se centraban en la debilidad de otros, era difícil luchar contra ellos. Yo estaba preparada para luchar contra enemigos fuertes, de manera física, pero nunca había necesitado luchar contra uno con fuerza psicológica, y probablemente física también. Ni siquiera sabía si íbamos a luchar, pero era mejor estar preparada y no lamentar luego. La deidad se dirigió a un asiento cercano, rodeándose de personas hechizadas, por decirlo de alguna manera. Aún no sabía cómo es que esa persona causaba tal desorden.
No tuve opción. Debía ir hacia él. Con suerte, eso haría que detenga todo ese desastre. Las consecuencias de ese evento sexual podrían venir hacia mi, lo cual no era nada bueno. Lo mejor que podría pasar, sería una condena a muerte para mi, hablando sarcásticamente, claro está.

-¿Qué es lo que quieres?-

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
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Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

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MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
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Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater