Re: Down to Earth [Pv. Zwei]

por **Zwei** Vie Sep 30, 2016 11:12 pm

Con el paso de los segundos sentía que se le iba a ir la cabeza en cualquier momento y no entendía cómo era posible que siguiera medio consciente de lo que ocurría. La tipa seguía insistiendo en que le dijera donde estaba el otro maldito abanico, a lo que respondió con un suspiro de fastidio, evitando mantener contacto visual con ella. En realidad, ni se acordaba de dónde estaba. Al menos, en ese momento, quizás por la debilidad que sentía, no era siquiera capaz de recordar a quién se lo había vendido. Su mente no le quería dar ni la más mínima pista de los rasgos, nombre, cargo o procedencia de la persona que había pagado por él. ¿Sería por lo herida que estaba, o realmente se había olvidado?

Podría incluso crear una réplica para que le dejase en paz. Lamentablemente, si no tenía fuerzas ni para lo prioritario, que era sanarse, mucho menos la tendría para crear un arma de la nada. Menos aún si su memoria no estaba haciendo un buen trabajo en ese momento. No tenía muchas opciones, de todos modos: si no aceptaba ayudarle, su vida acabaría en ese instante, y de la manera más humillante posible. Tenía gracia: ella, en su lugar, no habría dudado en hacerlo, o simplemente en seguir dejándole con vida tras herirle aún más con su propia arma. Sin embargo, la chica estaba dándole un últimatum. Realmente se notaba que le importaba de verdad aquel accesorio tan mariquita, aunque ya había sido bastante evidente desde hacía un rato bien largo.

No pudo evitar fulminarle con la mirada, como si desease torturarle de la manera más terrible en ese mismo instante hasta que le suplicara morir. Sabía que si aceptaba no sería tan tonta como para dejarla lo suficientemente sana como para poder hacerle el más mínimo daño, de forma que eso se quedaría simplemente en un deseo momentáneo que podría extenderse en el tiempo hasta que lograra cumplirlo o simplemente se olvidara de ella. Por otro lado, la pirata no era tan estúpida como para que su arrogancia se impusiera al riesgo de morir de una manera tan deplorable. Por una vez, debía tragarse su maldito orgullo… al menos hasta que consiguiera encontrar la manera de devolverle la jugada. Tendría que hacerlo. Zwei no olvidaba fácilmente las humillaciones de ese tipo, pero si bien no consideraba la venganza contra tales actos como algo prioritario, con diversos viajes y encargos podría llegar incluso a no recordarlo más o a dejar de darle tanta importancia, aunque esto le llevaría demasiado tiempo.

Haciendo una mueca de dolor, trató de apoyar mejor la espalda contra la pared, a la vez que le hacía un gesto cansado con la mano. —…Tú… tú ganas…—susurró, mirándole directamente a los ojos. —Te llevaré a donde… a donde está tu maldito… g-gemelo…— Su voz era muy débil, y su hablar era lento y pausado. Seguía sin acordarse pero ya se inventaría algo si no le venía nada a la mente tras haberse curado. —Pero date… date prisa. Se me está yendo la… la puta cabeza, j-joder,—añadió, exigiéndole que se apurara en curarle. Al menos para que aquel compendio de sensaciones terribles y apabullantes que le indicaban que perdería el conocimiento tarde o temprano dejasen de interferir en sus acciones. Que pudiera caminar, como mínimo. —Vamos—le instó una vez más. Cada palabra que pronunciaba le causaba un intenso dolor en el pecho, pues gastaba energía de más al hablar.

por **Li Wei** Sáb Oct 01, 2016 6:12 am

Dejó que pasaran algunos segundos largos entre su propuesta y el “tiempo límite” para que pudiera responder, tal y como estaba parecía que pronunciar un par de palabras normales y corrientes le costaba horrores y no era de extrañar viendo el abanico aún enterrado en el pecho de la mujer, tendría que darle algo de margen. Además de ello imaginaba que no aceptaría sin más, intentaría negarse hasta darse cuenta de que en realidad no tenía ninguna opción a hacerlo salvo que prefiriera morir, y la verdad esperaba que no quisiera ir por ese camino, obviando el hecho de que quería recuperar su abanico a toda costa y que casi se matan, se divertía bastante enfrentándose a ella. No negaba la posibilidad de que una vez lo recuperara y finalizara el trato, se dieran a palos de nuevo simplemente porque si, aunque Li pensaba que si llegaba a suceder eso era porque su rival quería vengarse después de lo que le estaba haciendo en ese momento, la paliza, la amenaza y que tuviera su pistola. Además que no se queje, iba a salir ganando con la tontería, mientras le acompañara podía darle una gran variedad de comida si le apetecía y además le pensaba pagar el doble de lo que le habían dado por él… ¿Cuánto le habrían dado? Una mierda, seguro, o bien porque eran todos unos mancos que no distinguirían una pieza única ni dándose de cabezazos o, viendo el tipo de persona que mostraba ser la mujer, no le extrañaría que el tipo supiese de su valor pero le diera una miseria para que se fuera haciendo ver que era común o algo.

Pensándolo bien, si ese era el caso segura que también querría vengarse de él por estafarle, y además de eso al intentar recuperarlo por la vía pacifista seguro que les subía el precio exageradamente a comparación de lo que había pagado por él, podía utilizar eso para convencerla de que le ayudara.Cada cosa a su tiempo, lo primero era lo primero y al final la moribunda se decidió por aceptar el trato muy a desgana por lo que se veía, pero había aceptado y ella tendría que cumplir con su parte del trato y ayudarla a que volviera a caminar como mínimo. Se levantó un poco del suelo en el que se había sentado para acercarse a la contraria a gatas, tampoco tenía mucha fuerza para estar de pie mucho rato pero ya se ocuparía de eso más adelante, lo primero era ayudarla a ella. Se acercó hasta quedar su cabeza justo sobre el Tessen clavado, a la altura de la cabeza de su ahora “compañera” y lo más cerca posible para no fallar, no quería estar derrochando algo tan valioso tirándolo al suelo y que se perdieran. Una vez preparada, a escasa distancia y sujetando el abanico pero sin moverlo, los ojos se le volvieron blancos del todo y brillaron con fuerza por apenas unos segundos, recuperando el color y brillo habituales. En ese preciso instante, había anulado su control Odynokinetico haciendo que todo el dolor que se había anulado con el disparo, la puñalada y los golpes recibidos regresara de golpe a su cuerpo, haciendo que Li apretara con fuerza los dientes conteniendo un grito de total agonía mientras algunas lágrimas escapaban de sus ojos e iban a parar al abanico.

De ahí obviamente fueron cayendo hasta la herida, fue entonces cuando poco a poco y a medida que se iba mojando esa herida con las lágrimas que habían caído, sacaba el abanico con cuidado, dejando que el líquido pudiera entrar en la herida y que fuese haciendo su función. Tras haber sacado del todo el abanico se dejó caer hacia atrás volviendo a apoyar su espalda en la pared paralela a la que usaba de apoyo la pirata, ahora sí que le dolía todo y notaba la sangre que había estado saliendo todo el rato y seguía queriendo salir hasta dejarla casi seca. -Ahora en serio… ¿Cuánto te dieron por el abanico? Era una pieza única hecha a medida y bastante cara, no te veo cara de saber mucho del tema, seguro que el que te lo compró pensó igual- Preguntó de manera directa, si tenía suerte y se ponía en contra del comprador le llevaría hasta él con mayor facilidad, si luego quería partirle las piernas a ella le daba un poco igual, además, en lo que las lágrimas iban curando más o menos a la tipa y Li trataba de curarse a si misma un poco también, mejor pensar en otras cosas e intentar hablar tranquilamente.También sacó algo de comida sólida para pasarle un poco a ella y quedarse el resto para sí, una buena forma de reponer fuerzas y sangre era alimentándose bien, su intento de curación la mantendría con vida pero tampoco era milagrosa. -Come un poco, te recuperarás más rápido…

por **Zwei** Dom Oct 02, 2016 2:32 am

Necesitaba la curación cuanto antes. Su visión estaba volviéndose cada vez menos nítida y juraría haber comenzado a delirar con estupideces que no venían al caso en ese instante. Su noción del tiempo seguía distorsionada, pues pasó otra eternidad desde que aceptó la propuesta de la contraria hasta que ésta se acercó hacia ella. Ladeó la cabeza cuando ésta se acortó tanto la distancia entre ambas. ¿Cómo leches curaba, acaso? No se dio cuenta del fulgor extraordinario de las pupilas ajenas, debido a que estaba mirando hacia otro lado. Se le cerraron los ojos otra vez, y con ello su consciencia iba perdiéndose… hasta que pronto comenzó a notar un extraño alivio en el pecho. A la vez, el dolor de la retirada del arma era notorio, aún a pesar de estar siendo sacado con cuidado, pero era algo mucho más soportable que lo que había estado sintiendo hasta ahora.

Respiró hondo, y por fortuna ya no se quería morir al notar el aire llegar a sus pulmones. Dirigió la vista hacia la mujer, que había vuelto a su posición previa. —Gracias… supongo,—le dijo. No estaba acostumbrada a darle las gracias a casi nadie, y la mayoría de las veces que lo hacía empleaba algún tono sarcástico. Sin embargo, esa chica se había tomado la molestia de cumplir con su promesa, aún cuando podía haberle matado de un tiro después de todo el lío causado. Aún le dolían algunas zonas del cuerpo, la cabeza entre ellas, pero ya no era nada del otro mundo.

Suspiró pesadamente cuando le preguntó por el precio por el cual vendió el abanico, más por frustración al enterarse de que era una pieza única de verdad que un estúpido trozo de hojalata. Claro que sabía que no era exactamente eso, pero quizás podría haber sacado un gran pastizal si lo hubiera sabido. Cerró los ojos, tratando de recordar exactamente el precio. —No lo vendí por tan poco, en realidad.—Y era cierto, pero si era tan caro, probablemente fuese una miseria en comparación con su precio real. ¿Cuánto dinero fue? Sus párpados se abrieron de nuevo cuando finalmente se acordó del dato, volviendo a mirar directamente a la joven. —Fueron unos… dos mil soul links.— Mil novecientos, pero había que redondear un poquito. —No sé cuánto te costaría exactamente, pero eso es poco más que mi sueldo—añadió. Realmente, no tenía sueldo fijo: todo dependía de lo que consiguiera en los diferentes encargos que recibía tanto ella a solas como la tripulación con la que solía viajar.

Abrió los ojos de par en par cuando la mujer hizo aparecer comida de la nada. No sabía de qué se sorprendía, si ella hacía aparecer hasta botellas de alcohol así como así. —…¿Cómo has hecho eso?—Frunció el ceño al acordarse de que la vez pasada le acabó dando un puñetazo a una tarta o algo por el estilo. ¿Era parecido a su capacidad de generar cualquier tipo de licor? Hizo una pequeña mueca de molestia al incorporarse un poco y extender el brazo para tomar lo que ofrecía. Le pegó un mordisco antes de decirle nada más, pues realmente le había entrado un hambre tremenda. —…Gafiaf otfa beh,—le agradeció otra vez, con la boca llena. ¿Realmente era necesario que se tomara tantas molestias para curarle? Con que estuviese consciente ya le era útil… y con eso debía bastarle. Pero bueno, no se iba a quejar.

Tragó y alzó una ceja. —Pieza única, eh. ¿Por qué son tan especiales estos abanicos? ¿Tienen algún poder, o algo?—preguntó, con cierta curiosidad. De ser así, soltaría maldiciones internas durante mucho tiempo. Si tan sólo se hubiese informado… podría haber sacado una fortuna. El resultado de la pelea habría sido el mismo, pero al menos habría tenido el dinero. Mientras comía, su mente se aclaraba un poco más, y conseguía recordar unos pocos detalles… pero no al hombre en cuestión. —…No recuerdo el nombre del tipo.—Principalmente porque nunca se lo dijo, pero lo que le costaba memorizar era su aspecto. —Pero sé que está en algún lugar de Chaos. Por lo visto era un mercader ambulante… y nos vimos en Oishi. Pero no sé dónde estará ahora.—Bueno, al menos tenían varios datos. Pero no podrían atacar a cada mercader ambulante que se cruzaran, por supuesto.

por **Li Wei** Dom Oct 02, 2016 9:36 am

La ironía de la situación le causaba cierta gracia, de la paliza que se habían estado dando antes a estar ambas en un callejón frente a frente, sentadas en el suelo con la espalda apoyada contra la pared y comiendo mientras hablaban tranquilamente, ¿Cómo no iba a reírse? Si es que parecía una broma, o que lo sucedido anteriormente en la calle principal había sido un espectáculo y en realidad no se estaban matando, había gente que hacía cosas así o parecidas para robar a los que se quedaban mirando sin que se dieran ni cuenta, una vez vio algo así con un músico que llevaba un mono, este hacía como que bailaba al son de la música y en realidad iba desplumando a todo el mundo. Arqueó una ceja, sonriente, al escuchar como la mujer le daba las gracias, recuperando poco a poco sus fuerzas luego de que extrajera el abanico afilado de su pecho, no se imaginaba que fuera a darle las gracias ni por eso ni por nada, vale que le había curado pero también fue quien le causó dicha herida y estaba claro que era una persona muy orgullosa. Con el Tessen nuevamente en sus manos, limpió un poco la sangre que quedaba entre sus pliegues para luego cerrarlo y guardarlo, no veía la necesidad de tenerlo en sus manos ya habiendo terminado la batalla y aun si se la jugaba no pensaba volver a hacer uso de él, ya había visto suficiente sangre por un día o incluso más.

Cuando escuchó las palabras de la pirata se le quedó cara de idiota por un momento, como si le estuvieran hablando de la tecnología de Tempus con un montón de palabras técnicas incomprensibles para ella, e inmediatamente después le dio un ataque de risa que no pudo contener y por el cual acabó tosiendo, aun no estaba del todo bien como para estar carcajeándose de esa manera pero le fue imposible evitarlo. -¿¡Dos mil!? ¿¡En serio!? Menuda estafa más grande y gorda, o ese tipo era un cacho inútil o te la pegó como quiso.- Intentaba no seguir riendo para no volver a toser, también tenía la nariz llena de sangre aun y no quería tragársela, aprovechó para limpiarse un poco antes de que le volviera a dar la risa floja y terminara por atragantarse con su propia sangre, sería bastante patético desde luego. Bueno, dijo que su sueldo era algo más bajo que eso, así que en parte comprendía que para ella eso fuera un chollo, pero pensando en lo que costó en su día hacerlos y que se trataba de una pieza única en el mundo, perteneciente además a una familia noble su valor era muchísimo más alto como poco, pensar en la cara que pondría cuando se lo dijera le mataba por dentro pero tenía que intentar no volverse a reír de esa manera.

Notó la sorpresa de la mujer cuando de la nada apareció aquel dulce para que ambas pudieran comer, y mira que no le gustaban mucho los dulces pero tenía que reponer un poco las fuerzas e ingerir algo de azúcar para que sus cuerpos empezaran a recuperar fuerzas, sobretodo el cerebro que necesitaba glucosa para funcionar correctamente, así podría recordar mejor los detalles del tipo al que le vendió el abanico. -Puedo crear cualquier comida que haya ingerido anteriormente en su totalidad, aunque no puedo generar ni bebidas ni platos, a veces es un poco coñazo porque tengo que sujetarlo con las manos y según qué comida es un poco incómodo.- Era bueno poder crear cualquier comida de la nada pero el agua era más importante y para su desgracia no podía generar ningún tipo de bebida, menudo problemón cuando se encontraba en el desierto por poner un ejemplo, algo de beber tampoco les vendría nada mal en ese momento pero siempre podría comprar algo en el primer sitio que encontrara. -Los abanicos fueron hechos a medida por petición del cabeza de una familia noble de Spatium, pagó una pequeña fortuna por cada uno para asegurarse de que fueran únicos, hechos por los mejores armeros que pudo encontrar y todo para regalárselos a su hija que se había aficionado a entrenar duramente con este tipo de arma por parecer tan inofensivos. Eso fue antes de partir para siempre, poco después fallecieron él y su esposa. - Dijo mientras echaba un vistazo de reojo al Tessen que le aun conservaba, sacándolo nuevamente solo para mostrar cómo se recubría con una capa de diamantes que aumentaba la peligrosidad de este, así como el grabado en un lateral. -También tienen sus truquitos claro, la hija pidió que se grabara el nombre de sus padres, uno en cada abanico. La historia de un arma siempre hace aún más valiosa dicha arma, aunque sea un palo roñoso si tiene historia se venderá caro.

No se mostraba triste ni nada parecido, al menos no exteriormente, no le veía mucha cara de preocuparse por el dolor ajeno y para eso prefería mostrar su alegría habitual como si no fuera con ella la cosa, de hecho había evitado decir que era ella misma. Lo que le faltaba para terminar con la historia es que fuera un mercader ambulante de Chaos, cuanto más quería irse de ese lugar más le obligaban a permanecer en él con algún trabajo o encargo que siempre acababa en problemas, ese sitio le ponía de los nervios como ningún otro y de verdad que estaba deseando regresar a casa. -Joder, y yo que quería salir de este puto reino… supongo que deberíamos empezar por Oishi, allí podriamos encontrar alguna respuesta...- Dijo con desgana, maldita la gana de quedarse ahí pero no se iría sin recuperar su abanico ni por todo el oro del mundo.

por **Zwei** Lun Oct 03, 2016 9:44 pm

No pudo evitar realizar una mueca de fastidio cuando la mujer comenzó a reírse. Probablemente había quedado como una estúpida ignorante (cosa que, en realidad, era totalmente cierto). ¿Tanta fortuna costaba ese mísero abanicucho? —¿De qué coño te ríes?—preguntó, pero su respuesta apareció en seguida cuando ella le comentó acerca de una posible estafa. ¿Estafa? ¿Le habían engañado como si se tratase de una burda paleta de pueblo? Bueno, en cierto modo lo era, pero se consideraba lo suficientemente avispada como para darse cuenta de ese tipo de cosas. Fuese verdad o no que él le había mentido, se encargaría de darle su merecido más adelante, independientemente de si la mujer seguía con ella o si se iba por su lado. Por supuesto, cuando ella le dijo que se trataba de una pieza única, pudo suponer que había vendido el arma por un precio menor al real… pero no esperaba que causase esa reacción en la contraria. Casi que prefería no saber cuánto costaba realmente, lo mismo hasta le daba un infarto por haber sido tan idiota.

La joven le explicó brevemente acerca de aquella no tan extraña habilidad. Después de todo, ella podía hacer algo similar, de forma que aquel poder de crear comida de la nada no era tan raro, quizás un poco sorprendente debido a que no lo había visto antes. En cuanto a la técnica de Zwei, si bien generar alcohol podía parecer algo estúpido, le había salvado en más de una ocasión de deshidratarse: tan sólo se veía afectada por los efectos del licor según la cantidad generada, pero no la consumida, y a veces hacía falta materializar varios litros para que esto fuese realmente perjudicial para su cuerpo. Conforme escuchó la explicación de la chica, notó que empezó a tener sed, de forma que no dudó en hacer aparecer una botella de ron en la mano que tenía libre. Era evidente que aquello no le quitaría la sed del todo, pero… tampoco iba a ponerse a filtrar el licor para extraerle el agua a secas. No era una alquimista, precisamente. Le quitó el tapón y bebió directamente, dejándola después en el suelo, un poco más cerca de la contraria. —Yo sólo genero alcohol. Con botella y todo, no preguntes. No sé ni cómo lo aprendí.—Se encogió de hombros, dándole otro mordisco al dulce. —Bwebwe, bo be feaf…—volvió a tragar—no me seas nenaza. Tienes que tener la garganta como un puñetero estropajo, y más aún después de tragar este…—Miró el bocado, sin saber identificar muy bien qué tipo de dulce era. —…Bueno, esto.— No tenía necesidad alguna de ser amable, pero era lo mínimo que podía hacer después de que no le dejara agonizando en el sitio.

Se mantuvo en silencio (salvo el ruido que hacía al masticar) mientras escuchaba acerca de la naturaleza verdadera de aquellos abanicos. Estiró el cuello hacia delante para ver un poco mejor el arma que había sacado, dándose cuenta del refuerzo de diamantes. ¿Cómo diantres no había reparado en eso? Hizo de nuevo otra mueca de desagrado al percatarse de lo estúpida que había sido. ¡Aquello era demasiado obvio! Ni siquiera recordaba qué se le habría pasado por la cabeza en el momento en el que lo vendió. Probablemente no habría pedido mucho más del dinero que le ofrecían, por pura ignorancia.

No se le notaba muy contenta de tener que ir hasta Oishi, ni siquiera le agradaba la idea de seguir en Chaos. La pirata volvió a encogerse de hombros, exhalando un poco de aire a través de la nariz. —Bueno, no es para tanto. Lo peor que puede pasar es que nos acabemos cruzando al tipo y ni nos demos cuenta.—No le apetecía tener que viajar con ella, pero al menos podría tener una buena revancha contra ese tipejo. —¿Alguna idea de cómo ir rápido? Si alquilamos algún caballo nos acabarán saliendo canas. O bueno, a ti.—No tenía ni idea de si la chica podría envejecer. No era el caso de Zwei, al menos. Descartaba completamente la idea de usar dirigibles: para tomar alguno, tendrían que acabar vendiendo el abanico que faltaba. O eso pensaba. —Si no queda más remedio, podemos intentar bordear la cordillera, aunque tendremos que acabar cruzándola en algún punto, me parece. Tendríamos que ir en dirección al Bosque Oscuro, y de ahí tomar un atajo entre las montañas.—Otra opción era tomar un barco, pero seguirían tardando demasiado, pues tendrían que bordear casi toda la costa de Chaos.

por **Li Wei** Lun Oct 03, 2016 11:38 pm

Había quedado bastante patente que la mujer estaba molesta por su propia cagada al vender el abanico, si es que coger algo y venderlo por la primera suma “grande” que te ofrecen es absurdo, ya de por sí que te ofrezcan dos mil por lo que parece un arma de mano algo valiosa debería ser suficiente para darse cuenta de que no era un arma cualquiera, vamos que es de cajón. Con la carcajada repentina de Li, la pirata ya había mostrado cierto desagrado sabiendo seguramente por donde andaban los tiros aunque preguntó directamente de qué se estaba riendo, fue casi peor saber la respuesta, aunque una cosa estaba clara, ahora sí que no pondría pega ninguna en ayudarla, a ella también le convenía encontrar al tipo para vengarse por haberle estafado y por su parte a Li le daba completamente igual como si quería matarlo. Bueno no, si llegaba a tanto le detendría pero si le metía un par de hostias por haberle engañado si que le daba un poco igual, ella se dedicaba a defender a todos los inocente y eso pero si dos civiles se inflan a piñas entre sí por una disputa de dinero, mientras no se maten, que se desahoguen un poco. Más o menos se iba encontrando mejor entre la autocuración y la comida que estaba ingiriendo, quizá no podía regenerar tan fácilmente el agujero de bala que tenía en el hombro pero tampoco le importaba mucho, se encontraba bastante mejor y podía andar perfectamente, aún cuando ya había dejado de utilizar la Odynokinesis apenas se acordaba de todo aquello siempre que no se lo tocaran directamente claro.

Pudo ver como ahora era ella la que hacía aparecer algo de la nada, una especie de botella que no pudo identificar de buenas a primeras aunque si le llegó un cierto olor conocido en cuanto abrió la tapa de ésta para beber un poco y luego lo dejó en el suelo más cerca de la Fénix, que de inmediato reconoció de qué le sonaba el olor. Mientras la mujer hablaba, Li no tardó ni medio segundo en estirarse a por la botella, acercársela a la boca y beber como si fuera la primera vez en una semana que tomaba cualquier tipo de líquido, de hecho, hasta vació la botella y la dejó en el mismo sitio en el que estaba. -¡¡Anda coño!! ¡¡Ron!! Pues ya quisiera yo poder hacer lo mismo, a ver si me la enseñas un día.- Ni tan siquiera le había dejado terminar de hablar, ¿Qué había dicho de una nenaza? No le prestó mucha atención, la botella en el suelo había comenzado a hablarle con una voz melódica impulsada por ese olorcillo que había reconocido y solo la escuchaba a ella…. ¿La botella le había hablado? Pues quizá si que necesitaba aún un poco más de curación porque ya estaba flipando. La verdad que juntas serían el alma de cualquier fiesta, Li podía generar comida sin ton ni son y … la otra podía generar alcohol, vamos, que seguro las llamaban para cualquier juerga que hubiera, pues en realidad no estaba tan mal la idea ahora que lo pensaba.

Escuchaba a la pirata hablando tan tranquilamente aunque en su interior estaba pensando “Anda, que yo tengo por aquí mi Aeronave y eso…” pero no quiso decir nada, al menos no hasta que no terminara de hablar para no cortarla a la mitad de la frase, ya bastante palo se iba a llevar cuando lo dijese como para encima decirlo cortándole mientras hablaba, ¿No? Si es que hasta para eso tenía que ser buena persona… porque lo estaba siendo… no se estaba partiendo por dentro mientras hablaba… en absoluto. -Pues no se tú qué preferirás pero yo voy y me subo en la aeronave… ¿Tan lejos está para que me salgan canas? Y yo que quería tomarme un siglo sabático.- Bromeaba obviamente con la última parte, si que estaba atontada con la pérdida de sangre para no darse cuenta de que le había estado atacando con alas de fuego varias veces, que podría ser una magia extraña pero lo primero que se le pasa a alguien por la cabeza es pensar en Fénix. -A todo ésto, ¿Cómo te llamas? No se tú, pero yo aparte de “zorra” “mocosa” y “maldita” tengo nombre, Li Wei.- Ni esperaba que le sonara el nombre de una mierda, si apenas se acordaba de lo que había hecho el día anterior de qué mierdas se iba a acordar de su nombre, ni aunque se hubiera pasado la vida dando vueltas por Ba Sing Se, segura.

por **Zwei** Vie Oct 07, 2016 11:57 pm

Al ser una herencia familiar, probablemente los abanicos fuesen algún tipo de amuleto recordatorio o a saber qué de una familia de pijos ricachones. Una forma un tanto extraña de asegurarse de ser inmortales, de representar su longevidad por medio de objetos terrenales que irían heredándose de padres a hijos. Por algo decían que las figuras importantes o que pudieran disfrutar de una buenísima paga por rascarse el ombligo no morían nunca: de algún modo u otro, pervivirían en el recuerdo de sus herederos, que probablemente serían asquerosamente ricos o estarían endeudados hasta las cejas.

Se preguntó entonces si la mujer que tenía delante era uno de estos… especímenes. No tenía muy buen concepto de las clases más altas ni de las personas que ocupaban cargos altos en el gobierno ni en la oposición; si bien no se metía con ninguno de ellos, no consideraba que fuesen gente de fiar. Bueno, a decir verdad, rara vez pensaba que alguien lo fuese. Era desconfiada por naturaleza, pero la que sentía hacia las esferas más poderosas era mucho mayor que la que podría profesar hacia otros estratos sociales.

Aún así, no estaba acostumbrada a que cualquier pijo aleatorio se enzarzase en una pelea callejera, mucho menos por un trozo de metal —valioso, pero trozo de metal, al fin y al cabo—. Así que había dos opciones: o los abanicos se trataban de una reliquia de su familia (lo cual era bastante evidente, aunque Zwei no entendía el valor emocional de eso), o eran su única vía para salir de sus deudas, de la pobreza, o simplemente tenía un gusto por el coleccionismo bastante extremo. La pirata no era capaz de concebir en su mente cómo un objeto podía adquirir un valor más allá del económico a no ser que éste estuviera ligado con algún tipo de poder mágico, o cuya funcionalidad fuese excepcional. A pesar de haber vivido más de doscientos años, le costaba comprender que algunas personas se preocuparan de verdad por algo más que ellos mismos. Cualquier acto altruista, al fin y al cabo, siempre iba ligado a un beneficio propio, de forma que en esencia, un individuo siempre terminaba mirando su propio ombligo. De ser cierto que los cuchillos poseían algo más que su increíble valor económico, la híbrida jamás entendería la necesidad de aferrarse a ellos o al recuerdo que éstos podrían representar.

La joven se bebió la botella en un abrir y cerrar de ojos. Arqueó una ceja, incrédula ante aquella hazaña (si se le podía llamar así), y dejó el vidrio vacío a un lado. —Me la enseñaron hace mucho tiempo. Más de lo que me permite alcanzar mi memoria,—confesó, apoyando la cabeza contra la pared. Aquello ya se había convertido en una costumbre, en algo que hacía de forma automática y que si probablemente dejaba de hacer durante años, no lo olvidaría. No porque fuese algo que hiciese todos los días (que también), si no por el gran periodo de tiempo que había pasado desde que lo aprendió por primera vez. —Pero como quieras.

¿Tenía una aeronave? Sí, por si no había quedado claro a esas alturas, era evidente que se trataba de alguien que manejaba mucho dinero. —Sí que eres lo suficientemente corta como para traerte un trato de esos a Chaos… Aquí no funciona casi nada. Con suerte no se me escacharran las pistolas,—exageró, tras terminarse de comer el dulce. —No tengo ningún problema en ir en aeronave, salvo que no me fío de que dure mucho hasta Oishi. Otra opción bastante larga, si no quieres atravesar el bosque, es tomar un barco y rodear la costa. Ni siquiera tendríamos que pagar,—puntualizó, aunque suponía que eso le importaba tres pepinos a la contraria.

Se levantó un poco para estirar las piernas ahora que se sentía mejor, escuchando que la mujer se presentaba. Sí que era un nombre raro, incluso peculiar. Pero ella no era la más indicada para hablar de eso, después de todo, siempre decía que su nombre era un pseudónimo que había adquirido tiempo atrás. —Li… Wei.—Frunció el ceño. —Tus padres quisieron ahorrar saliva a la hora de ponerte un nombre, ¿eh?—bromeó, acercándose un poco a su posición. Con ambas manos, generó un par de llamas pálidas con algunos tonos azulados, dejando que éstas le envolvieran a sí misma y a Li. —Esto no es nada, te vas a sentir mejor. Estás hecha una puta mierda, bastante peor que yo. Al menos con esto ya podrás hablar sin decir más gilipolleces de la cuenta. Venga, levanta y vamos pensando qué hacer.—Detuvo aquel fuego azul plateado antes de que su energía volviese a mermar, pero al menos eso hizo que algunas heridas se cerrasen. —Y… llámame Zwei.
[/color]

por **Li Wei** Sáb Oct 08, 2016 8:30 am

Li estaba segurísima de que la pirata no se esperaba que el abanico fuese la mitad de caro de lo que ella pensaba y también que no se esperaba que fuese a perseguirle por él y hasta “obligarle” a que le llevara con el tipo al que se lo vendió, aunque en realidad iba a salir ganando con ello, no podía quejarse salvo quizá por la paliza y que tuviera su pistola como rehén. Recuperar aquel Tessen era su máxima prioridad, sin embargo y pensándolo con algo más de lucidez que le había dado entre la comida, la autocura y el trago de ron que había dado (por llamarlo de alguna manera) no era muy buena idea que fuera con la aeronave a buscar al tipo en cuestión. Independientemente de que se tratara de Chaos y su odioso problema con la tecnología, cierto era que tardaría bastante poco en llegar a su destino pero siguiendo esa misma regla llegaría allí estando igual de hecha polvo que en ese momento, no le parecía la mejor de las ideas ya que no sabía si el tipo iba a querer colaborar o iba a hacer como toooooooodos los “malos” y se dedicaría a correr o atacar a lo loco. Dejó escapar un suave suspiro de resignación, le gustara o no iba a necesitar descansar al menos un día entero o quizá más para poder estar al cien por cien, y eso se podía aplicar también a la mujer que tenía delante y que se había llevado la peor parte de la batalla, de ir ambas en esas condiciones hasta un perro cabreado les podría dejar para el arrastre.

Sentía algo de curiosidad por la pirata, había algunas preguntas que se le pasaban por la cabeza en ese momento, preguntas de todo tipo que no iba a formular en voz alta al menos en ese momento, no lo veía precisamente el mejor momento aun cuando era la primera vez que hablaban “tranquilas” y sin insultarse o intentar matarse. Lo primero es lo primero, supuso que ya tendría oportunidad de preguntarle lo que le saliera de las narices en cuanto hubieran terminado con lo que pretendían hacer, recuperar el abanico y darle un par de hostias al tipo por estafador, por alguna razón se imaginaba que no sería la primera vez que alguien le intentaban partir la cara. Se le había ido totalmente la cabeza de estar pensando en todo ello, o eso o el alcohol le había afectado de más por estar medio desangrada y con un par de agujeros aún abiertos que por suerte ya no supuraban sangre como anteriormente, devolvió la atención a la pirata que se dirigió a ella como respuesta a lo que había comentado de su habilidad. -Pues es una habilidad genial desde luego, yo no puedo crear nada líquido así que cuando tengo mucha sed y no tengo donde conseguir agua tengo que hacer aparecer manzanas u otras comidas que hidraten. Y si quiero tomar ron tengo que sacar un pastel al ron que comí una vez hace tiempo, muy bueno pero un poco reseco.- La verdades que daba más sed aún por ser como una especie de bizcocho que llevaba ron dentro, y no es que el ron fuese lo mejor para calmar la sed menos aún churrupado por un pastel bastante seco.

Para las pintas que tenía sabía bien el problema que tenía la aeronave ahí, al final no iba a ser tan tonta como parecía por lo del abanico, pero tenía razón, de hecho ya se debería de haber largado de ahí cagando leches para que no se le destrozara la aeronave, la casualidad que se cruzó con la pirata y no iba a dejar escapar esa oportunidad ni loca. -En teoría iba a ser una visita corta, no esperaba meterme en una pelea y acabar medio muerta en un callejón… Me la llevaré a Ba Sing Se para que no termine hecha chatarra y de paso me quedo en casa un par de días. Ir tras el mercader ese en éste estado me parece un poco suicida hasta para mi.- Aunque lo que había dicho ella le dio una gran idea, ella tenía que marcharse lo antes posible para evitar que se le escoñara la aeronave y luego siempre podría ir volando hasta Oishi, no era tan rápida como la aeronave pero si más que un barco, o quizá encontrar algo que protegiera la aeronave mientras estaba en Chaos, y de paso descansarían y repondrían fuerzas. Con la broma de la mujer se dio cuenta de que aún tenía el abanico en la mano y a la vista, al parecer no se había dado cuenta de que en él ponía “Wei” también, tan solo lo guardó y se echó a reír cuando la pirata empezó a curarle con aquellas llamas raras. -Anda no te eches flores que tú te llevaste la peor parte. Estoy bien.

Anda que no era orgullosa ella también, aunque era cierto que estaba mejor que la pirata. Se puso en pie ayudándose de la pared con las manos y se sacudió un poco inútilmente la ropa que sobretodo tenía sangre, también algo de polvo y suciedad sobretodo del propio callejón. -Bueno, Zwei, ¿Cuánto tardarías en llegar por barco hasta allí? Nos vendrá bien un reposo a las dos, y por cojones que tengo que sacar la aeronave de aquí para que no se me escoñe del todo, podríamos encontrarnos en Oishi, con que me des una fecha aproximada…- Si tenía que bordear toda la costa, poco no iba a tardar, podría hasta pasarse una semanita en su mansión tumbada a la bartola antes de ponerse en marcha y hasta le sobraba tiempo, aunque lógicamente aprovecharía ese tiempo para hacer algunas cosas y resolver algunos asuntillos, estaba segura de que no tendría ningún problema… lo estaba.

por **Zwei** Vie Oct 14, 2016 1:43 am

No era común que la pirata fuese engañada de ese modo, pese a lo paleta que podía llegar a ser la mayor parte del tiempo. Después de todo, llevaba más de doscientos años realizando actividades de contrabando del mismo estilo, pero probablemente el hecho de que estuviera pasando por un pequeño periodo donde su bonanza económica brillaba por su ausencia le estaba empezando a pasar factura. Suerte que con poco le valía para comer: con eso le bastaba para no tener que quejarse a menudo sobre aquello. Eso no impedía que fuese terriblemente codiciosa, pero quizás su criterio de algo “valioso” había decrecido en las últimas semanas.

No tenía ni el más mínimo interés en que aquella búsqueda durase más de la cuenta. Si bien agradecía la amabilidad que había mostrado Li a última hora, eso no indicaba que no le pareciese un completo coñazo tener que permanecer a su lado durante el tiempo que tardasen en encontrar al tipo. Esperaba que al menos eso no durase demasiado, aunque Chaos era muy grande y era evidente que el tipo no iba a quedarse sólo en un sitio, a menos que fuese un pedazo de vago, o le diese por pasar temporadas enteras en una misma ciudad. Eso sería bastante oportuno y conveniente, de hecho.

Estaba empezando a aburrirse un poco. No le interesaba mucho qué era lo que fuera que hiciese si tenía sed, de forma que comenzó a perderse en sus pensamientos, fingiendo que le estaba escuchando. Sin embargo, no pudo evitar bostezar un poco y sentir la necesidad de estirarse, cosa que no se molestó en disimular. Le preocupaba bastante más el hecho de haber perdido una buena oportunidad para pudrirse y rebozarse entre cientos y cientos de SoulLinks, si era verdad que valía tanto aquella cosa. De repente le pareció oír que no esperaba pelearse y acabar hecha unos zorros en una callejuela cualquiera… como cosa normal, incluso para Zwei que era bastante común pelearse día sí y día también, lo que menos se esperaba uno al levantarse por las mañanas era terminar de ese modo.

Se rascó la cabeza y cesó la acción de las llamas sobre el cuerpo de la mujer cuando ésta dijo que estaba bien. No estaba molesta por su comentario, simplemente entendió como tal que sí se sentía bien. Después de todo, era testadura hasta las cejas, por lo que había podido comprobar. Si decía que estaba bien, lo estaría, probablemente. Al menos lo suficiente como para no necesitar habilidades curativas en ese momento. De paso no tenía que gastar energía malamente. —Está bien, tienes razón. Es preferible curarme a mí misma.— Siguió rodeada de aquel débil fuego plateado, notando cómo iba sintiéndose un poco mejor de forma gradual, mientras atendía a la pregunta que hacía.

¿Pretendía que fuera en barco? Bueno, siempre sería mejor que ir a pie. Chaos no tenía el mejor transporte del mundo, después de todo. Desvió la vista a un punto fijo de la pared, concentrándose en calcular cuánto tardaría en llegar por una vía u otra. —Si todo va bien, tardaré unos… diez días, más o menos, a más tardar. Las aguas de por aquí no son las más tranquilas de Spirit Soul, ¿sabes? Pero bueno, eso es entretenimiento adicional para mi viaje. Así no me aburro,—respondió, encogiéndose de hombros otra vez. —Si quieres que empecemos a ir a por el viejo por ahí, te veré entonces. Asegúrate de buscarme por una vieja cantina que hay a dos calles de la avenida principal. La taberna más mugrosa de todas. Ni pienses que voy a dejarme la pasta en chorradas para pijos.—Tampoco se acordaba del nombre, pero lo cierto era que saltaba a la vista. Y también saltaba a la vista que ella no era muy afín a un ambiente más… digno.

por **Li Wei** Vie Oct 14, 2016 10:31 am

No había razón para seguir perdiendo el tiempo en ese callejón, estaba lo suficientemente bien como para levantarse, andar hasta la aeronave y marcharse de ahí cagando leches antes de que su transporte acabara convirtiéndose en un trozo de metal inútil bastante grande y caro. Vale, podía permitirse otra sin ningún problema, pero nunca había hecho uso de su estatus o de su dinero para caprichos inútiles, no era como la mayoría de ricos pijos y nobles que malgastaban el dinero inútilmente en gilipolleces, se había comprado la aeronave porque le era útil para desplazarse a gran velocidad en caso de emergencia pero eso no significaba que pudiera destruirla sólo porque pudiera permitirse otra. Lo único que esperaba antes de marcharse era una respuesta a aquello que le había preguntado poco antes, cuánto tardaría en llegar al lugar en cuestión y dónde podían encontrarse de modo que pudiera marcharse tranquilamente a casa y hacer lo que tuviera que hacer antes de volver. Sobretodo quería sacar de ahí la aeronave desde ya, que al final se había alargado el tiempo más de lo que hubiera querido y casi seguro que al final tenía que pasarse por Tempus para que le echaran un ojo antes de volver, mejor no arriesgarse a que la próxima vez que se subiera al cacharro ese reventara a medio vuelo, maldita la gana. Dejó de curarle con aquellas llamas raras cuando le dijo que estaba bien, y de hecho aunque no tuviesen el mismo bonito color azulado ese, ella también podía hacer eso con el fuego, pero tampoco veía la necesidad de decirlo como si estuviera presumiendo de habilidades o algo. Li podía llegar a ser un poco presumida con sus habilidades, claro que si, no iba a negarlo en absoluto, pero era del tipo de persona que prefería que fuesen sus habilidades quienes hablaran por ella y presumir luego, no simplemente decirlo y ya está como si eso fuera suficiente, no le veía la gracia.

-Diez días… ¿Eh? Tiempo suficiente, no creo que me sea muy complicado encontrar el local más cochambroso de la ciudad, con seguir el olor a putrefacción seguro que doy con él.- En parte bromeaba, se estaba burlando un poco de ella, pero por otra parte tampoco era tan falso como podría parecer, la concentración de humanidad con escasa higiene en ese tipo de lugares era lo suficientemente grande como para que al abrir las puertas el olor del interior te pegara un bofetón que te deje en el suelo un par de horas. -Me largo ya o mi aeronave se va a convertir en un coco seco de metal, nos vemos allí en diez días.- Dijo estirándose un poco para luego salir de allí por piernas, por suerte no se había alejado mucho del lugar en el que la tenía apalancada, no le llevó más de un minuto o quizá dos yendo a una velocidad media, como trotando. Tenía perfectamente claro lo que iba a hacer una vez se marchara de ahí, es decir que había planeado sus próximos movimientos apenas llegara a Ba Sing Se… claro que eso era lo que había planeado, los planes nunca acababan por salir como deberían pero una cosa era que el plan saliera mal y terminara por llegar un poco tarde y otra cosa muy diferente era que directamente se torciera por completo.

por Contenido patrocinado

Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
Atreyu NarradorMensaje Privado	Fingon Sindar NarradorMensaje Privado
Ithel Ibner NarradorMensaje Privado	Kvothe Arliden NarradorMensaje Privado
No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
Kuro Usagi	Orion Ärud	Aldara Sashenka	Quintus Dei (Libre)

Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater