Re: Exploración y conquista [Trama - Capitulo N°4]

por **Jhonatan Alexander** Miér Mar 11, 2015 9:03 am

El Gladius estaba complacido, su entrenamiento tan arduo como severo parecía estar dando sus frutos finalmente al derrotar a aquella bestia con un solo golpe. Una sonrisa confiada invadió el rostro del semidragón y sus ojos una vez mas se llenaron de vida, de valentía y de fuerza como hacía tiempo no lo hacían. Poco le importaba si moría en aquella isla, hacía demasiado tiempo que no se sentía así y pensaba disfrutarlo. En aquel momento en el campo de batalla se sentía como en casa, el era un guerrero de nacimiento y poco le importaban las vidas ajenas, acababa de recordarlo. Su deber no era emitir juicio, su deber era seguir sus ordenes mientras protegía a quienes mas amaba. Y aquellas personas en aquel lugar y momento eran una amenaza para el, para su esposa, para su ministro y para sus camaradas.

Exterminio… Simplemente en eso pensaba el guerrero mientras observaba como su esposa luchaba con aquel hombre de la isla, sin embargo ya se había cansado de esperar. Sin pensarlo dos veces se lanzó a por aquel aldeano con un puño envuelto en llamas buscando impactar sobre su rostro con aquella fuerza sobrehumana que el semidragón había heredado.

-Espero que no te importe que entre en tu batalla amor mío… -Musitó el semidragón volteándose para observar a la guerrera de cabellos rosados con una ardiente sonrisa que quizás incluso buscaba consumirle a ella en llamas.

-Debo decir que esta basura no es tan fuerte como creí… Hmm… No merecen ser llamados guerreros –Aseveró el rubio mientras colocaba un cigarrillo entre sus labios y lo encendía con una pequeña llama de su dedo. –Incluso creo qu… -En aquel momento se detuvo su hablar pues al parecer cierto individuo de cabellos azules había invadido su mente algo que tal vez incomodaba un poco al orgulloso guerrero al saber más débil mentalmente que su superior y además, rival en algún punto, aunque sin embargo esto lo compensaba tal vez con fuerza bruta. Después de todo se tenía a sí mismo como el martillo de los Gladius, el primer guerrero en llegar a aquellas filas, justo al mismo tiempo en que el peliazul había tomado su puesto de ministro. De cualquier forma las ordenes eran claras, ningún isleño debía salir vivo de aquella isla. “-Entendido” –Musitó sencillamente mientras se giraba hacia la pelirosada y le sonreía.

-Parece que alguien hizo enfadar al ministro de guerra… Mala idea, definitivamente mala idea. Tenemos nuevas ordenes, hay que quemar sus refugios. Te dejaré esa basura para ti y me adelantaré amor mío, pero espero tu apoyo cuando acabes con ese infeliz. Demuestra que tu sangre y tu linaje son los de una verdadera guerrera. –Afirmó el muchacho colocando el cigarrillo entre sus manos mientras se acercaba a ella y le besaba de forma apasionada en medio del campo de batalla para luego separarse.

De sus piernas emanaron un par de llamas y el joven semidragón comenzó a elavarse hacia el cielo, no le tomó demasiado llegar hasta aquel lugar en que se encontraban los refugios, después de todo los había visto durante su primer recorrido. Una vez que los divisó descendió justo en el medio de estos, llenando sus pulmones de aire y alzó ambas manos. De estas, comenzaron a escapar inmensas bolas de fuego que terminaron por incendiar las casas de paja y madera reduciéndolas a cenizas. Un poco más lejos de allí había una oscura cueva, hacia la cual el semidragón que ahora poseía una mirada asesina no dudó en lanzar una poderosa llamarada. Tomó solo unas milésimas de segundos para que algunos isleños comenzaran a correr fuera de esta, envueltos en llamas que terminaron por consumirles. Detrás de estos algunas mujeres, niños y ancianos comenzaron a adentrarse aún más en aquella cueva. En vano sin embargo, por que el muchacho comenzó a caminar hacia ella dejando un rastro de humo detrás de si mientras desenvainaba su katana y la empuñaba con el filo listo. Caminaba lentamente pues no tenía prisa alguna, los ancianos fueron los primeros en ser atrapados. Cortes rapidos y precisos les regalaban una muerte casi instantánea e indolora.

-Tienen suerte! Mucha suerte de que sea yo quien ha venido a por ustedes, morirán de todas formas… Sin embargo así, así lo harán de forma digna. –Musitó el dragón con la sangre helada mientras se acercaba a los últimos cinco aldeanos que habían allí.

La primera en caer fue una mujer adulta de cabellos oscuros, a esta le siguió una anciana que se puso enfrente de sus nietos y de una mujer embarazada. Los niños comenzaron a temblar cuando el rubio abrió la garganta de la mujer de forma despiadada. La mujer pronto se lanzó a sus pies, rogando en un acento extraño que perdonara su vida y la de sus hijos, que estaba embarazada, que no lucharía, que se volverían esclavos de ser necesario pero que por favor perdonara sus vidas. El rubio nisiquiera le miró por debajo de los lentes cuando cortó su cabeza y esta comenzó a rodar hacia un costado al compás en que el llanto de los niños se acrecentaba, para aquel momento su rostro estaba repleto de sangre y el parecía encontrarse en una realidad alterna entre el presente y aquellos años en la montaña con su padre. Sin pensarlo dos veces atravesó a aquellos niños en el corazón, al acabar con estos salió de aquella cueva oscura caminando mientras guardaba su sable en la vaina y colocaba sus manos frente a el de las cuales comenzó a salir una llamarada inmensa similar a la de un lanzallamas. No solo pensaba acabar con todos los isleños, se aseguraría de que no quedara ni uno solo vivo quemando la misma isla, cumpliría sus órdenes, cumpliría sus órdenes, cumpliría sus órdenes, cumpliría sus órdenes, si… cumpliría sus órdenes.

Stats:

por **Auros** Miér Mar 11, 2015 9:03 am

El miembro 'Jhonatan Alexander' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

#1 'Tirada Divina' : 19

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#2 'Dado de Mascota' : 5

por **Auros** Miér Mar 11, 2015 9:54 am

Pankar(Isleña 7)
Exploración y conquista [Trama - Capitulo N°4] - Página 7 EbfAhtB

La muchacha apenas observó al semi-dios de cabellos rojizos ¿sería acaso aquel el ragnarok? ¿Sus dioses les habían abandonado o acaso ellos mismos habían bajado de su pedestal para destruirles? Aquel muchacho no era el único que poseía aquella magia, todos sus camaradas comenzaban a caer poco a poco, cedían ante el inminentemente poder de los dioses que arremetían contra ellos. Los intentos de la joven por acertar golpe alguno fueron en vano, uno tras otro los ataques del contrario impactaban sobre su cuerpo haciéndole pedazos.

El fuego quemaba su piel e incluso aquella tierra en la que se había criado obedecía la voluntad del apuesto joven. ¿Por qué? ¿Que habían hecho ellos para recibir tal castigo? Había rezado y orado durante toda su vida a aquellas estatuas inmóviles en busca de ayuda… Fue en aquel momento en que se dio cuenta de que sus dioses no existían, o por lo menos no eran lo suficientemente poderosos como para protegerles. Les habían dado la espalda en aquel momento en que mas les necesitaban y les habían abandonado.

Una leve sonrisa se dibujó en el rostro de la muchacha cuando cayó de espaldas sobre la tierra sin poder casi respirar, no sabía por qué estaba allí quizás fue por darse cuenta de que ya no había nada que perder, todo le había sido arrebatado y su destino había sido decidido desde hacía muchísimo tiempo. Poco a poco, lentamente juntó el resto de sus fuerzas y se puso de pie comenzando a caminar lentamente hacia el arrogante y obviamente orgulloso pelirrojo que tenía el completo derecho a burlarse de ella tras haberle derrotado en batalla tan fácilmente, cuando ningún hombre había podido jamás vencerle en su tribu. Un leve sonrojo apareció en las mejillas de la muchacha cuando estuvo frente a frente con aquel guerrero, que no pareció ver en ella ni siquiera una mínima amenaza en su presencia pues era obvio que cada movimiento en ella dolía demasiado. Cuidadosamente clavó sus ojos sobre los de aquel diós de las llamas y adoptando una actitud un tanto sumisa le regaló una sonrisa.

-E-espero que l-luchemos una vez mas en la siguiente vida semi-dios de fuego… -Musitó con el poco aliento que le quedaba, dejándose caer finalmente hacia el cuándo las fuerzas le flaquearon, para robarle un corto y fugaz beso al muchacho. Finalmente todo se volvió negro y su cuerpo sin vida quedó sobre la tierra de su isla, con una sonrisa en el rostro esperando encontrarle alguna vez en otra vida. Había dado lo mejor de si y había perdido frente a un guerrero impresionante, la muchacha no tenía nada de que lamentarse en aquel instante.

Stats Isleña 7:

por **Auros** Miér Mar 11, 2015 9:54 am

El miembro 'NPC' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Tirada Rango 2' : 1, 1

por **Auros** Miér Mar 11, 2015 8:43 pm

Una vez más, cada movimiento de la criatura era en vano, de alguna forma, que su pequeña mente era incapaz de analizar, su enemiga desapareció dejando un rastro de luces en el proceso. Tan solo pudo ver eso, unos destellos, pequeños fragmentos brillantes que desaparecieron en un instante. Para cuando pudo notarlo, la pelirroja detrás de él soltó aquellas llamas, de sus dos manos, la criatura solo miro por sobre su hombro comenzó a sentir todo aquel calor quemando su cuerpo. Aquella llamarada impacto primeramente por sobre su lomo, aún que rápidamente comenzó a consumirle todo su cuerpo, incluso su vista había sido nublada, solo sintiendo el calor y viendo las llamas que le rodeaban. Incapaz de soportar el dolor, Catoblepas soltó un grito, y otro más, y luego otro. Las llamas no pareciera que fuesen a apagarse, la criatura pensó por unos momentos que en aquello terminaría su existencia, solo siendo consumido por las llamas. La bestia se sacudía, movía su cuerpo en todas direcciones, pero sin poder salir de esa llamarada, ni pudiendo apagar el fuego sobre su cuerpo.

La llamarada pareció culminar, liberando el cuerpo de la bestia de la mayor parte de sus dolores, con su cuerpo aún en llamas poco podía moverse. Comenzó a voltear, buscando tener de frente a su enemiga, con cuidado, cada paso que intentaba dar le dolía, pues sus duras pieles habían sido completamente calcinadas por aquellas llamas. Podía sentir cada dolor de su cuerpo, pero no lo exteriorizaba, apenas había unas expresiones en su rostro y ningún sonido salió de él. Se tambaleo por unos momentos, intentando avanzar hacia la pelirroja, casi cae al suelo pero logro mantenerse de pie con su débiles cuatro patas sobre el suelo. La pelirroja ya no parecía darle la importancia que se merecía, la criatura no tenía problemas con ello, no era su orgullo era el miedo a que aquel monstruo de cabellos carmesí atacar a los aldeanos. Catoblepas tenía una simple orden por una fuerza superior, proteger aquella isla y a sus habitantes, aquel pensamiento era lo único que le daba las fuerzas para permitirse continuar.

Con bastante tranquilidad, aquella criatura fijo su mirada en la pelirroja, de una manera bastante calmada, casi sin exteriorizar nada. Su cuerpo se paralizó, finalmente el dolor hizo el trabajo, las quemaduras no le dejarían estar mucho mas de pie. Comenzó a concentrar aquellas energías, esas pocas que le quedaban, unas esferas rojas, nuevamente como su primer movimiento. Comenzó a generar aquello, las pequeñas esfera brillantes comenzaron a juntarse entre sí, aumentado su tamaño, comenzando a generar una gran esfera de energía roja. Aquello, en cuestión de segundos, se transformó en un rayo de energía, su más fuerte movimiento, iba directo hacia su enemiga, sabía bien, que si no lograba causar un gran daño en ella con este, no tendría muchas oportunidades más para hacerlo.

Catoblepas (Bestia de la isla):

Catoblepas (Bestia de la isla) Stats:

por **Auros** Miér Mar 11, 2015 8:43 pm

El miembro 'NPC' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

#1 'Tirada Rango 2' : 15

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#2 'Tirada Rango 2' : 7

por Invitado Miér Mar 11, 2015 9:32 pm

Roy se encontraba listo para realizar otra explosión hacia la isleña en cuanto la tierra se disipara y pudiera volver a tenerla fijada. La tierra se disipo, le Almirante fijo a su enemiga y estiro su brazo listo para aprovechar la situación y realizar otra explosión. Entonces, la mirada del almirante fue completamente dirigida a la pequeña niña que comenzaba a acercarse por detrás de la Isleña. Sorprendido por tener a aquella persona en el campo de batalla comenzó a dudar. Las órdenes eran claras, si había atacado a una mujer y estaba listo para quitarle la vida, no tendría razón para detenerse frente a una niña, incluso eso no le parecía tan difícil de cumplir. Escucho las palabras de la isleña, las primeras que pronunciaba, la niña parecía ser su hija. El Almirante se debatía internamente, cerró sus ojos, ¿En vedad podía quitarle la vida a una madre en frente de su hija? Sabía que tenía que hacerlo, sabía que no quería hacerlo, pero no estaba seguro de si podría cumplir esa orden ahora mismo. Apretó sus dientes, su brazo comenzó a temblar, dudaba, no quería mover su dedo para provocar esa chispa que activaría la explosión. Los pensamientos del Almirante iban de aquí a allá, estaba dudando demasiado en aquella acción, si quiera era capaz de reconocer cuanto tiempo había pasado pensando en aquello. Finalmente abrió los ojos, de manera brusca, frunciendo su ceño con la mirada fija en la lancera, estaba decidido, unas cuantas imágenes habían pasado por su mente recordándole él porque estaba exterminando isleños. Lo hacía por cada ciudadano de los tres reinos, porque ninguno de ellos tuviera que involucrarse en una guerra, porque ninguno tuviera que mancharse las manos como el mismo lo estaba por hacer, porque ninguno sufra las penas que sufriría aquella niña cuando su madre estuviera muerta. Podía sonar egoísta para con los isleños, pero no le importaba, era lo único que le permitiría seguir adelante con su misión y su objetivo.

Si mirada se encontró con los ojos de la mujer, no parecía pedirle misericordia, al contrario, parecían pedir que continuara con la pelea ignorando al pequeño detrás de ella. El Almirante, un poco indeciso por esto soltó un suspiro, dio un paso hacia adelante, afirmándose al suelo estirando su brazo por completo, regulando su pulso sin duda alguna. -Tsk, maldición…- Se pudo escuchar murmurar al pelinegro aún sin convencerse por completo mientras apartaba su mirada de la lancera y chasqueaba nuevamente sus dedos. Fue un corto momento, en que aquella explosión fue dirigida directamente hacia la isleña.

El Almirante apenas dio importancia a los gritos, al llanto de la pequeña, abrió sus ojos para comprobar haber dado en el blanco, soltó un suspiro y volvió su mirada al Teniente que tenía a su lado. –Minamimoto, necesitare tu ayuda si queremos acaba rápido con esto. Intentaremos solo dar golpes efectivos, tendremos que exterminar a los isleños, no es necesario que les hagamos sufrir, intentaremos causar el menor dolor posible, pero de todas formar ellos morirán – Afirmó el uniformado, en un tono serio, acompañado por una mirada igual. Para concluir acomodó sus guantes, y comenzó a caminar hacia la nube de tierra que se levantaba tras la explosión, no quería que esto durara mucho más así que iría en busca de su enemiga esta vez. Una vez hubiese acabado con ello, terminar con la vida de la pequeña sería más fácil, o eso pensaba.

stats:

por **Auros** Miér Mar 11, 2015 9:32 pm

El miembro 'Roy Mustang' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

#1 'Tirada Suprema' : 7

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#2 'Tirada Suprema' : 16

por Invitado Lun Mar 16, 2015 6:42 pm

No quedo otra opción más que luchar, principalmente para defender su propia vida que había puesto allí en juego, inicialmente solo intentaba quitarse de encima a los aldeanos mediante golpes cuerpo a cuerpo, sin embargo estaba claro que estos estarían armados y no tardó demasiado en desenfundar su arma para atacar. Se enfrentó a un hombre, tal vez no mucho mayor que ella, fácilmente podría ser un padre de familia; poseía un hacha bastante afilada y una armadura poco resistente a primera vista. Se movió hacia atrás ni bien logró identificar el ataque del contrario, sus movimientos eran básicos, apuntaba al cuello y muñecas simplemente, como si quisiera derrotarla de un solo golpe.

Su espada chocó contra el arma del contrario y solo debió aplicar un poco de fuerza para empujarlo hacia atrás –¡Ya detente! ¿No es posible hablar? ¿Dónde está su jefe? Las palabras no servirían de nada, él no podía entenderla y a lo único que parecía estar dispuesto era a luchar hasta la misma muerte. Ella estaba luchando contra su propia conciencia, ellos lo único que hacían era defenderse no debían matarlos, no debían invadir de esa forma su territorio, estaba totalmente mal.

Mientras su atención estaba prácticamente por las nubes, otro aldeano claramente intentó atacarla por la espalda para ayudar a su compañero, ella tan solo pudo observarlo de reojo antes de que Ranguren apareciera a su lado, elevando una de sus patas para golpear el lado derecho del contrario y prácticamente azotarlo contra otras personas. Aquel enorme león atigrado poseía colas de serpientes, doce ojos con una mirada sumamente maligna y unos dientes que si te atrapaban claramente te dejarían muerto. Ate su aparición el sujeto contra el que ella estaba luchando retrocedió unos pasos y giró la vista rápidamente al comenzar a escuchar prácticamente un coro de gritos del resto de aldeanos.

La azabache observó entre toda la gente, a espaldas de su enemigo, las llamas se elevaban potentes, reduciendo las casas y arboles a cenizas, entre el humo y el fuego podía notar las figuras delos niños mujeres y personas mayores huyendo horrorizados, eso solo logró que su alma se estrujase completamente -¡Ranguren! No le importaba luchar contra el resto, en su mente solo estaban esas familias, debía hacer algo por ayudarlas. Se aferró a la melena del espiritu y de un impulso fuerte dio un salto para subir a su lomo antes de que este saliera de allí, saltando y empujando a los soldados y aldeanos, abriéndose camino hasta terminar entre las casas y refugios incendiados. -¿Quién hizo esto? … La gente escapaba con terror y pasaban a un lado de ella como si no existiera en lo más mínimo. Guiada por los gritos de un grupo de niños, corrió hasta detenerse en la puerta de una cueva, mientras su alma se congelaba al presenciar a u rubio asesinando a un grupo de pequeños -¡¿Qué te crees que estás haciendo?!

No lo pensó, sentía mucha rabia e impotencia, eran solo mujeres, niños, la escena allí dentro parecía haberla quebrado por completo, todo estaba repleto de sangre. En su puño se formó una esfera de fuego que non tardó demasiado en lanzarse contra el cuerpo del soldado allí dentro - ¡ESTAS ENFERMO! ¡ERAN NIÑOS! Sus manos temblaban, no comprendía porque debían cometer tal matanza, sintió su estómago revolverse, no podía presenciar algo así, sus ojos se cristalizaron en lágrimas de importancia mas no las dejo salir en lo más mínimo.

por **Jin Minamimoto** Mar Mar 17, 2015 8:47 pm

-Ver aquello que había ocurrido con aquella isleña me resultó un tanto traumante, no podía creer lo que había pasado, el superior había atacado a alguien justo en frentre de una niña, por un instante quise cerrar los ojos, olvidar todo aquello que estaba ocurriendo, incluso el por qué estaba ahí, pude notar como una lágrima salía de mi ojo izquierdo y mi boca temblaba, mis manos también, era la primera vez que me sentía de esta manera, puesto que la dicotomía que mi mente había construido por mucho tiempo comenzaba a desquebrajarse frente a mis ojos. Apenas pude oir lo que había dicho el superior Mustang, a lo que solamente asentí. "Herirlos...sin matarlos" posiblemente era algo que podía hacer, o al menos era mi hipotesis, sinceramente...esperaba no equivocarme. Saqué mi espada y avancé junto a él, de alguna u otra manera me sentía seguro, después de todo fue él quien permitió mi estadía con los militares, no me sentía tan mal, aunque no sabía a donde ibamos con exactitud meramente era capaz de avanzar a su lado si esa fuera su orden.-

Superior...será mejor tener protección...

- a pesar de que mi mente estaba en otro sitio comencé a mover mi espada y a concentrarme, los movimientos eran elegantes, y la tierra comenzó a alzarse para formar una barrera compuesta de pedazos de la misma girando a gran velocidad que nos protejería hecho con la misma-

Spoiler:

por **Auros** Mar Mar 17, 2015 8:47 pm

El miembro 'Jin Minamimoto' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Tirada Rango 3' : 9

por **Yokko Ichihara** Miér Mar 18, 2015 5:00 am

Vio aquello, era todo un caos, sangre manchando la arena, una isleña bastante dura de roer atacándole, el almirante en compañía de alguien mas que parecía ser el Teniente Minamimoto. No conocía al chico, pero había oído de el, era el segundo teniente. Aun asi, mirar a una niña en el campo de batalla le hizo quedarse completamente quieta, estática, con sus ojos abiertos de par en par. Que demonios hacia una niña en ese lugar?
No pudo contestarse a si misma cuando a su nariz llego el olor a humo, por lo que giro el rostro y vio precisamente una columna de nubes negras elevarse al firmamento. Al parecer ahí estaba la aldea y alguien ya había llegado a ella. Eso explicaría porque la niña estaba ahí.

Entre el desorden que había en la batalla, pudo librarse de su atacante por nos momentos, moviéndose rápidamente entre la multitud de atacantes. El almirante estaba firme, y se veía consternado, eso era peligroso, además de que el teniente minamimoto parecía ser nuevo en el campo de batalla…titubeaban… ella había aprendido a la mala que ese era un lujo que no podían darse en una guerra…y estaban en una guerra…

—lo siento….— dijo aquella pelirroja mientras miraba a la pequeña, sintiendo el corazón dolerle y las lagrimas empezaban a brotar. No sabia si lo que hacia era lo correcto…pero si la niña miraba a su madre morir…y sobrevivía seria un trauma y el odio la carcomería, no pudo hacer mas que de su posición tomar su rifle de francotirador y apuntar a la pequeña

—perdóname….— una lagrima recorria la mejilla de la teniente demoniaca para apuntarle al pecho, apretó el gatillo y la bala fue hasta la chica, sabia que esto la mataria al instante, pues una bala de ese calibre destrozaría su pequeño corazón y sus pulmones, dándole una muerte rápida y ni siquiera sentiría dolor.

Las lagrimas recorrían sus mejillas. El disparo de su arma hizo eco en todo el lugar, aun sobre la pelea, al menos asi fue en los oídos de la teniente. Hecho su arma hacia atrás, una vez la hibo disparado y miro a la mujer que parecía ser su madre. —Ese es el futuro de tu gente….un futuro que el soberano del mundo decidio….un futuro que debo llevar a cabo, como el demonio verdugo de tu pueblo….—

Su cuerpo poco a poco cambio, de su espalda salieron dos grandes alas de plumas rojas, sus manos tomaron forma de garras, pero era un exoesqueleto, una armadura para sus manos. Una cola larga y de su cabeza salieron dos grandes cuernos. Mirando a la mujer. Las lagrimas empezaron a brotar de esos ojos frios como el hielo, dejando ver su aspecto demoniaco…su escuadron grito victorioso, sabían que cuando la teniente tomaba ese aspecto, no habría retroceso, se uniria al escuadron suicida a cumplir con su trabajo, por lo que la moral de sus soldados aumento y todos empezaron a avanzar con mas seguridad y rapidez, siguiendo aun asi, la regla de resguardar las vidas de los suyos sobre las bajas enemigas.

Giro el rostro y busco a su atacante de nuevo con la mirada mientras seguía ahí de pie, su voz, aunque no cambiaba en nada, sonaba dolida, y apretó tan fuerte sus puños que estos empezaron a sangrar y a gotear un poco sobre la arena.
—Almirante Mustang….Teniente Minamimoto…les recuerdo que esto es la guerra…y no tienen tiempo de dudar, si dudan, sus hombres dudaran, si sus hombres dudan, morirán….somos perros del gobierno…— las lagrimas no dejaban de caer de sus ojos, ocultando su semblante patético y débil de ambos con su fleco —Que no se les olvide…esto es el ejercito, es la marina, no el patio de juegos de un jardín de niños…—

Dicho esto, alzo el vuelo para desde ahí, tomar las canicas que tenia y lazarlas a los enemigos, como bombas, causando explosiones en serie al caer, pero buscando con la mirada a quien era su enemiga en batalla.

Aspecto demoniaco de Yokko:

por **Gissel Gremory** Miér Mar 18, 2015 12:09 pm

Un poderoso rayo de energía iba aproximándose hacia ella, sin embargo por esos segundos la pelirroja parecía no querer reaccionar, sus brazos permanecían a cada lado de su cuerpo, con total desgano e incluso pudo haberse observado un mínimo rastro de humedad en aquellos cristalinos ojos que expresaban tristeza a medida que iba comprendiendo claramente que pertenecer al gobierno era mucho más duro de lo que parecía. Su cuerpo iba siendo poco a poco iluminado por la aproximación del ataque ajeno, sin embargo casi por inercia extendió ambas manos hacia adelante en un claro instinto natural de supervivencia. Fue entonces cuando la esfera de viento comenzó a cubrirla aunque no lo suficientemente rápido, terminando así por llevarse algunos daños ocasionados por la bestia de la isla. Ciertamente, sus brazos y piernas terminaron con algunos cortes de consideración pero en ese instante Gissel se mantenía completamente absorta, observando hacia el frente pero sin siquiera estar consciente de ello.

Algunos hilos mínimos de sangre cortaron abruptamente el tono pálido de su piel a medida que iban bajando presurosos por las extremidades hasta manchar la ropa en pequeños sitios. Inevitablemente recordó las palabras de Reiv y quizás…solo por unos instantes sintió envidia por él, por ser dueño de su propio destino y no tener que estar subyugado al mandato de superiores. Algo era seguro, jamás podría traicionar a su superior, pero eso no quitaba el descontento que podía llegar a sentir ante unos mandatos; sabia en parte que ella era capaz de defender a los suyos hasta las últimas consecuencias…lo que menos deseaba era ver morir a un compañero, simplemente no se lo perdonaría.

Recién minutos después fue consiente del dolor que le provocaban esas pequeñas heridas ocasionadas por el poderoso rayo de la bestia, incluso, fue entonces cuando su protección de viento termino desvaneciéndose en la misma nada como así también parte de su esencia. Los ojos claros de Gissel expresaban un vacío semi total, simplemente atino a elevar el brazo izquierdo que precisamente comenzó a brillar en un tono blanco casi inmaculado. –Ragnarok…- Susurro en un tono casi inaudible de voz en lo que volvía a extender la mano, dejando escapar una cantidad considerable de energía luminosa condensada de manera directa.

Finalmente, se tomó unos segundos para observar todo el caos a su alrededor, el cual parecía ir acrecentándose a medida que el tiempo pasaba. Seguramente esto marcaría un ante y un después en su vida, cambiaria incluso la perspectiva que tenía del mismo gobierno, sin embargo, era un detalle que prefería reservarse para sí misma. Terminó por voltearse ligeramente, ignorando si catoblepas estaba con vida o no…cuidadosamente extendió la diestra en dirección al ministro, sentía ese nudo en la garganta que la oprimía cada vez más y era justamente porque sabía a la perfección que muchos niños perecerían entre las llamas u otros ataques. –T-tokiya…detente, por favor…- Musitó en vano, apenas, sabiendo que claramente él no podría escucharla entre tanto alboroto, pero la voz de aquella guerrera parecía no querer salir, como si esta fuera aprisionada dentro de la garganta en ese mismo nudo. Solo pudo dar un par de pasos en dirección a él antes de volver a quedar completamente quieta, algo dubitativa mientras le daba la espalda a la criatura de la isla.

stat:

por **Auros** Miér Mar 18, 2015 12:09 pm

El miembro 'Akasha Gissel Gremory' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Tirada Divina' : 13, 8

por **Alessa Scherzer** Miér Mar 18, 2015 8:55 pm

No pudo responderle a Jhonatan en ese momento, porque seguido de eso comenzó a sentir unos pequeños temblores de la presunta carrera que había tomado su contrincante. Los ojos azules de la semidragona se abrieron un poco más al percatarse de la velocidad del mismo, seguramente un guerrero formidable que estaba dispuesto a defender la Isla a costa de su propia vida, así como también lo haría Reila si tuviese que proteger a su familia, a quienes amaba con todo su corazón. Como primera medida intento retroceder en vano, ni siquiera había tenido tiempo de reaccionar o formular defensa alguna, hasta intento lanzar una esfera de fuego de tamaño medio en clara señal de ataque, pero nada pudo hacer ante el golpe certero que recibió en su cabeza con esa arma pesada que la dejó automáticamente de rodillas sobre el suelo.

Quedó completamente aturdida, no podía oír claramente y tampoco pensar en otra cosa que no fuera el intenso dolor que invadía su cuerpo, ese mismo que lograba revolverle las entrañas. Cerró con fuerza los ojos en lo que apoyaba ambas manos sobre la arena, agachándose todavía un poco más al mismo tiempo que esbozaba un pequeño gemido de dolor. Lo próximo que sintió fueron numerosos hilos de sangre descender por su cráneo, tiñendo incluso esos largos cabellos rosáceos en partes carmesí con el simple brote de aquel fluido vital. Tampoco pudo formular palabra alguna, desconocía si aquel intento de ataque había hecho mella en su oponente, pero tenía en claro que debía ponerse de pie pronto si no quería recibir otro ataque de esos que seguramente podría ser fatal.

Los puños de la guerrera se cerraron con fuerza sobre la arena e inconscientemente se ordenaba a si misma ponerse de pie, seguir peleando si es que podía. Sus latidos constantes eran fuertes, algo arrítmicos presuntamente por el golpe recibido y por la forma en la que su cuerpo tenía de reaccionar ante la agresión física severa. Así fue como comenzó a sentir su cuerpo ardiendo en totalidad, atinando únicamente a hacer visibles sus alas de dragón, aquel bello par imponente que terminaron extendiéndose con algo de rudeza. La mano diestra de la muchacha cubrió parte de su rostro a medida que este iba embebiéndose en sangre segundo a segundo…el dolor persistía pero su voluntad era mayor, no deseaba morir, no todavía sin siquiera haber podido disfrutar mínimamente tanto de su hijo recién nacido como así también de Jhonatan.

Los orbes de Reila mostraban una pequeña ranura negra como pupila, se mantenían posados sobre la figura de su oponente aunque ciertamente…veía algo borroso, quizás por las secuelas del golpe. Agradecía en parte a su cuerpo y la resistencia del mismo digna de su raza, probablemente estaría muerta si sus huesos no fueran más firmes que los de otros. No podía volver a fallar o sencillamente regresaría a Spatium en un ataúd, lo que menos deseaba…

stat:

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
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Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
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MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

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Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater