The way of the gods [Tramas 10 — 11; parte 2]

por **Isela A. Ichinose** Sáb Oct 08, 2016 5:08 pm

The way of the gods

Reseña

Tanto los Revolucionarios como neutrales y el ejército del Lord serian posteriormente transportados a una dimensión desconocida al menos por el segundo ejército, pues los primeros sabían exactamente a donde tenían que dirigirse para encontrar una solución certera a su enemigo más acérrimo, el Lord.

Citación de lo primero que puede apreciarse al cruzar el portal:

“La cúpula que servía de cielo era en tonalidades violáceas muy suaves, con lo que parecía ser tres lunas de diferentes tamaños en el firmamento, una verdosa notablemente cerca, casi encima al punto de poder detallarles todos y cada uno de los cráteres. Había gran parte de suelo, de césped de colores similares al de la tierra pero estos brillantes, como si estuviesen formados de la propia luz o energía…grandes formaciones nubosas de desiguales formas o colores se arremolinaban en el predio, fundiéndose con la propia tierra dando la sensación de infinito perfecto.

Sin dudas era la belleza máxima que cualquier ojo mortal podría haber divisado en toda la existencia de la creación. El dominio de los dioses se alzaba ante los ojos del grupo con imponencia, entre alguna que otra recopilación de lejanas construcciones hechas con proporciones divinas, pues se creía que la propia matemática estaba aplicada en la misma naturaleza en una obvia representación al Omnia, sitio donde todos los dioses partían cuando decidían encarnarse en el plano terrenal de Spirit Soul. Ni el más ínfimo tallo o flor rompía con la arquitectónica representación de la infinita perfección…Atrás supieron quedar los horrores del infierno, aparentemente, e incluso los propios horrores de la tierra asediada por tantas guerras pasadas, por el obvio egoísmo de todos y cada uno de sus residentes.

Dejarse obnubilar por tal belleza podía ser natural, y quizás esperaban el recibimiento de grandes exponenciales de las deidades, pero…ninguno de ellos apareció a recibirlos. No, todo estaba rodeado de una paz imperturbable, y eso podía desencadenar a una impaciencia notoria por la ausencia de cualquier dios que de momento no aparecía ante los “invasores”. …Lo que acontecería a continuación era un completo misterio, pues estaba en el mismo designio de los altos pilares divinos que en teoría ahí residían. La presencia de todas esas fuerzas se sentía con firmeza en cada milímetro del Omnia, nadie podía negarlo…Pero ese grupo tan reducido era demasiado simple, eran incapaces de darse cuenta que eran observados en todo instante mientras aguardaban para presentarse cuando el momento fuera oportuno."

Información adicional

• Efectivamente, opositores, neutros y gubernamentales terminarán encontrandose inevitablemente ni bien crucen el portal. Es la continuación y parte final de Highway To Hell y La reliquia sagrada.

• La presencia de los personajes cannon que participaron en ambas tramas es obligatoria. Así mismo, para otros personajes (entiendase, opositores y ejército del Lord) también lo es, no se confíen por haber cumplido con sus mínimos post en ambas tramas.

• Están en un sitio dónde la mayoría jamás ha pisado, de modo que no tiene mucha lógica actuar como si estuviesen en cualquier ciudad de Spirit Soul. Los personajes con razas dioses/dioses oscuros, bien pueden notar la familiaridad o poseer ciertos recuerdos pero no a nivel relevante en la trama y/o historia.

• Los desvanecidos en ambas traman, recobran la conciencia al ingresar al Omnia.

Atte: Staff de Spirit Soul

Created by Kishimura Shō

por **Kuro Usagi** Sáb Oct 08, 2016 6:37 pm

¿Por qué también las palabras del Quinto Dei eran iguales que la de la Quarto Dei? Realmente yo no me veía escapando y dejando a mis compañeros tirados, ni de broma. Esa no era yo o no era mi forma de ser, siempre combatiría codo con codo con ellos y nunca dejaría tirado a estos. De hecho, seria capaz de sacrificarme por ellos. Por eso mismo realmente me negaba a dejar a estos como si nada. Hasta pensé en contradecir sus palabras y decir obviamente lo que pensaba en esos instantes, aunque estas eran unas palabras similares a las que también le dedique anteriormente a la Quarto Dei. —Nunca se me ocurriría abandonaros Fin. Ni aunque estuviéramos en aprietos, ni siquiera dejaremos que nos pasen por encima, porque estaremos ahí siempre trabajando codo con codo. Por algo somos los Custos Dei.— Luego de eso me mantuve callada. Estaba realmente algo cansada por lo anterior, aunque por suerte el Quinto Dei nos dedico una curación. Cosa que agradecí y refleje en mi rostro al sentir como algo de energías volvían a mi otra vez. Apartándome lentamente de la pared donde me estaba apoyando unos minutos atrás. Igual escuche como la Bellator Dei conocida como Roxan, me había agradecido. Aunque yo para ello negué lentamente con la cabeza a modo de decir que no era nada. —Esta vez pondré más de mi en esta curación.— Les avise. Siendo que otra vez usaría mi habilidad curativa Angel Feathers. Nuevamente hice aparecer el símbolo dorado de un reloj adornado con flores debajo de mis pies. Ahí es cuando volví a invocar unas plumas doradas curativas que fueron volando hacia mis compañeros, los curaría gradualmente aunque sean heridas graves. Por suerte, no estaba tan alejada de ellos para curarlos. Lo malo de todo, es que no había parado de abusar de esta habilidad curativa, así que era mejor no volver a estar esta en un buen rato.

Cuando escuche nuevamente esa voz que me molestaba ya a modo personal por lo sucedido, no pude evitar fruncir el ceño. Aunque esta vez parecía ser que nos aplaudía por haber enfrentado sin miedo alguno a sus pruebas. Lo que me sorprendió que es esta vez cuando se apareció ante nosotros, esta vez si que era algo más visible que la anterior, aunque aun realmente no se podía llegar a distinguir del todo su rostro solo la ropa. Omitiendo eso, tal y como había dicho, debíamos de seguir avanzando. Aunque yo no iba a seguir las ordenes de ese tipo, sino del Primer Dei, esperando a ver que dijera este y obviamente es lo que dijo. Cosa que hizo que lógicamente avanzara junto con mis camaradas, además de los dos Militans Dei que seguían desmayados.

Finalmente cuando terminamos de avanzar, llegamos a una gran habitación donde había una copa de oro cubierta de grabados antiguos. Este descansaba sobre un pilar de granito negro, aunque omitiendo eso, me había podido fijar que el otro grupo de compañeros también se encontraban ahí. Si no fuera porque ahora mismo nos dedicaba palabras el enemigo, estaría saltando a los brazos de Sasha y gritando de forma eufórica al ver que estaban bien todos ellos. Aunque aun así me había sentido aliviada. Obviamente yo me mantuve en el lugar mientras escuchaba hablar a nuestro enemigo Quatro, siendo que sus palabras me confundían algo. Imaginaba que quien tomara el cáliz iba a ser el Primer Dei, así que por eso no pensé en acercarme a tal objeto. Por lo que cuando terminara de tomar este, no me daría tiempo si quiera a decir algo o así. Siguiendo las órdenes del Primer Dei de que avanzáramos todos los Custos Dei primero, para ser quienes atravesaran ese portal a la vez. Cerrando por reflejo los ojos cuando fue así.

Realmente no supe hacia donde nos estaba llevando, solo sabía que sentía una inmensa tranquilidad cuando habíamos atravesado el portal pero de repente, en el fondo de mi, sentía algo de incomodidad. Siendo que cuando llegamos al otro lado y abrir los ojos, me tope con un panorama totalmente hermoso. Un panorama que realmente me causaba cierto... ¿Nostalgia? ¿Incomodidad? ¿Dolor? No sabía porque pero era ese tipo de momentos en los que prefería evadir ese tema porque no me agradaba para nada sentirme de ese modo. Tampoco es que recordara el porque de eso, porque por mucho que tratara de recordar, siempre había como un muro bloqueando algo que parecía cerrado con candado o algo así que no debía ni de broma abrir. Que omitiendo ahora esto, mire a mi alrededor para ver a mis compañeros. Después de todo, habíamos entrado de una todos los Custos Dei.

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Off Rol:

por **Auros** Sáb Oct 08, 2016 6:37 pm

El miembro 'Kuro Usagi' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Curación Cósmico' : 24

por **Lucius H. Ichinose** Sáb Oct 08, 2016 6:53 pm

La nada. Cruzar aquel portal daba la sensación de atravesar una especie de vacío donde los sentidos carecían de percepción alguna, algo similar a lo que se decía que era la muerte… pero aquella sensación desapareció tan pronto como un etéreo paisaje se materializó en el campo de visión del Infante. Un bello paraje completamente distinto a los vistos en el averno, repleto de vida y perfección en cada uno de los más mínimos detalles que componían aquel hermoso lugar. Un eterno silencio reinaba el ambiente, un silencio que si bien pertenecía a una paz inalterable, le causaba cierto desasosiego al muchacho. No había rastro de ninguna deidad por allí cerca, ni siquiera de los que se supone que regirían aquel plano divino. Todo era extrañamente seguro.

De repente, la cruz se le hizo extrañamente pesada, llegando a caérsele por un momento. Ésta rebotó un poco con el suave y brillante césped que se encontraba bajo sus pies, y al mirar hacia abajo para recogerla, descubrió que había recuperado su forma normal, la de un frágil chiquillo, vulnerable ante cualquier peligro que pudiera escapársele de sus manos. Aún así, no podía dejar que se le tomase como un enclenque, él era el hijo de Astaroth y como tal, debía aparentar una fortaleza mayor de la que poseía… aunque no fuese más que un niño. Un niño desnudo. Había perdido las ropas durante la transformación… y ahora tenía que aguantarse y taparse como podía.

Se sonrojó un poco, pero decidió no preocuparse por eso en ese instante. Tomó el objeto plateado con algo de esfuerzo. Tenían poco tiempo para avisar al resto de revolucionarios de que todo estaba en orden… o eso parecía, al menos a simple vista. Nada perturbaba la quietud reinante del lugar, que parecía sumido en un bucle temporal donde los días, los meses y los años no transcurrían. No existía ninguna amenaza visible que pudiera acarrear problemas al resto de las tropas opositoras.

—No veo ningún peligro,—alzó un poco la voz, asegurándose de que quienes le acompañaban le oían perfectamente, con un tono de voz que indicaba una aparente indiferencia ante el hecho de que no estaba vestido, queriendo ocultar el pudor natural que comenzaba a surgir en aquella tierna edad. Actualmente eso era lo de menos, lo único por lo que debía preocuparse era por cumplir con lo ordenado, tal y como se esperaba de él. No debía fiarse, de todas formas. Demasiada paz le resultaba muy sospechosa.

Su ojo atisbó algo más, algo que estaba fuera de lugar. Algo que estaba relativamente cerca y que no sabía cómo no había podido verlo antes. ¿Cómo era posible que no se hubiera percatado de la existencia de otro portal a apenas un par de metros de donde estaban ellos? —…Miren.—El volumen de su voz se había vuelto más bajo, puesto que quería impedir que las extrañas siluetas que emergían de aquella entrada pudieran darse cuenta de la presencia de aquel grupo de cinco personas, pese a que eso era un hecho inevitable.

Apretó los dientes al reconocer a aquellos recién llegados. No se trataban de otros revolucionarios, ni mucho menos de entes extraños enviados por los mismísimos dioses para guardarles de aquellos que osaban perturbar la tranquilidad de Omnia. Eran los Custos Dei. Eran los mismísimos Custos Dei; y había que estar ciego, ser muy ignorante, o vivir debajo de una piedra para no reconocer sus rostros. ¿Qué diantres hacían allí? ¿Perseguían acaso lo mismo que ellos? —Hay que avisar.—Probablemente no vendrían solos. Lo dudaba, y de ser así, ellos cinco no podrían con todo ese ejército. Se dio la vuelta de nuevo, encarando el portal por el que habían entrado. Debía darse prisa. —Lanzaré ya la cruz. No quiero hacer esperar a padre,—añadió, sujetando la cruz con fuerza para evitar que se le volviera a caer. Se sentía bastante ridículo: durante el tiempo en el que el estigma de la ira había permanecido activo, su fortaleza, resistencia y estado físico en general estaban mucho más potenciadas, de forma que ahora parecía un maldito gusano debilucho.

Dio varios pasos hacia atrás, para así tener más impulso a la hora de hacer que la cruz atravesara el dichoso portal. Corrió entonces hacia el mismo, deteniéndose a una distancia prudencial para evitar hacer el idiota y caer en él junto con el objeto plateado, el cual soltó en cuanto sus brazos se echaron hacia delante, permitiendo así que aquella pesada reliquia terminase llegando finalmente a su destino.

La plata fue engullida por el portal. Según las instrucciones de su progenitor, tras recibir la cruz, el resto de tropas deberían avanzar hacia donde estaba ese pequeño grupo de personas entre los que se incluía él mismo. Sin decir nada más, se acercó a su tía, sin apartar la vista de los enemigos que tan sólo habían llegado para complicar aún más las cosas.

Datos de batalla:

Interacción:

por **Isela A. Ichinose** Sáb Oct 08, 2016 7:04 pm

La reacción del líder revolucionario se le hacía natural, aunque pocas veces había visto “castigar” a algunos de sus hombres, pero bueno…eso era lo que menos importaba en este momento, Astartea continuaba observando a los titanes con decisión, sin embargo, su mirada terminaba desviándose cada tanto hacia el portal…esperar algunas veces no era lo suyo y eso se notaba en la ligera impaciencia que sus ojos mostraban muy de tanto en tanto, pero…si, definitivamente odiaba esperar cuando tenía más prisa de lo normal. Una impaciencia descomunal la dominaba, hubiera preferido ser ella en ingresar porque de buenas a primeras no le confiaba a casi nadie la seguridad de Lucius, quien sería su único heredero y por quien había desarrollado sentimientos. Le daba relativamente igual con quien estuviera pero necesitaba estar en paz, saber que no le ocurriría nada malo.

Y todo culminó cuando notó aquella pesada cruz atravesar el portal. Mierda, su rostro mostró seriedad absoluta e incluso frunció el caño, como si su cuerpo fuese poseído por el ímpetu de acortar distancias, fue cuestión de segundos para que batiese de modo brusco las alas en lo que se lanzaba directamente hacia el portal. —¡Muévete!— Gruñó en un matiz imperativo nunca antes visto a un revolucionario soldado que estaba en el medio, preocupándose poco si este se sentía ofendido de alguna manera o no…Vaya, era lo que menos le interesaba después de haber visto esa cruz en terreno infernal, temía lo peor. El cuerpo de la revolucionaria fue tragado por el portal que conectaba tal realidad con el Omnia…¿qué sintió?, algo nunca antes experimentado, una sensación que fue capaz de erizar su piel pero…debía continuar directamente hacia esa brillante luz que estaba en el fondo que a su vez funcionaba como una especie de atracción magnética de la cual no podía “escapar” aunque así lo quisiera.

Los sonidos que percibía primero le resultaron chocantes, algo agotadores a nivel mental pero eso no la hizo desestimar un solo segundo que aprovecho para finalmente emerger hacia el otro lado con una fuerza tal, que seguramente de haber alguien justo en frente, se lo hubiese chocado irremediablemente. Esos ojos rojizos se abrieron a un más, con notable sorpresa que iba diluyendo la desesperación…solo centró sus ojos en el menor y no conforme con eso, en todas direcciones buscando la fuente de peligro hasta que ahí los notó. Los perros asesinos del Lord que se bañaban en supuesta justicia manchada con sangre…si, seguramente habría un sitio en el infierno para cada uno de ellos y esa idea le regocijaba demasiado. —Pero que cosas. Esas ratas inmundas y asesinas también por el Omnia…— Mencionó con un aire de orgullo absoluto, procediendo a llevar ambas manos hacia su propia chaqueta negra que fue desabrochando lentamente para así hacer desaparecer sus alas y quitársela. —Tú. No te separes de mí, que a los perros les gusta ir por el que en apariencias es el más débil— Mencionó en un tono bajo solo para que propiamente el grupo revo pudiese oírla. —Pero vamos, fui capaz de arrebatar algún que otro ojo y perforar varios órganos por una simple diadema, por ti seguramente haga mucho más si estos pretenden dañarte— Sentenció, elevando el mentón con soberbia en lo que le lanzaba cuidadosamente la chaqueta al menor. —De momento te va a servir—

Y fue todo lo que dijo…secretamente admiró el hermoso cielo, la presencia de esas lunas tan únicas…si, sin dudas había sido el sitio más hermoso que jamás supo ver en su corta existencia. Pero avanzar tampoco era de su agrado, aun debían aguardar por más ordenes pero ante la brisa que meció sus cabellos, terminó fijando la mirada sobre una de las tres lunas, la más grande…¿Cómo podía ser posible tanta hermosura?, la revolucionaria estaba obnubilada por tanto encantado, sin embargo, tampoco dejaba de prestar atención al presunto ejercito del Lord y sobretodo en la mujer a quien tuvo que enseñarle cuál era su lugar…a esta le sonrió con un encanto divino, encogiéndose finalmente de hombros para finalmente morderse en un ademan seductor el labio inferior, por simple burla al respecto. Después de todo, ella pretendió la diadema sin problemas pero…claro, la Bellator Dei tuvo que resistirse y ahí empezaron los incordios…realmente no los entendía, ni tampoco quería entenderlos. —Me pregunto que buscaran aquí— Definió asertiva, aun alerta, para finalmente observar al felino del averno que igualmente se posicionó a su lado entre algún que otro gruñido.

Ella podía sentirlo, el gran peso de una energía misteriosa que parecía provenir de todos lados…la que le resultaba un total misterio.

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Interacción:

por **Sasha Alexeyevna** Sáb Oct 08, 2016 7:58 pm

Y aunque no estaba del todo conforme con que fueran trasladados a otro sitio, le toma del cáliz por parte ajena le pareció una completa irresponsabilidad, estaban liberándose fuerzas poderosas que prometían consecuencias, sin embargo, solo fue cuestión de tiempo para que una inmensa nostalgia empezara a cernirse en el corazón de la diosa solar, recordaba una sensación familiar pero no fue hasta que abrió los ojos tras cerrarlo por el gran resplandor, que realmente mostró una sorpresa en ese dulce mirar jamás vista…Parecía que el propio corazón de la chica experimentaba felicidad con gotas de tristeza, entornó la mirada que se llenó de lágrimas e incluso puede que una se haya desprendido de esos orbes. Lo único que realmente reconocía como “hogar” era el Omnia mismo…cuanto extrañaba ese sitio…cuanto dolor le ocasionaba volver a poner sus pies en tal dimensión que la vio nacer.

Le fue inevitable recordar esos instantes, siendo apenas un pequeño cumulo de energía sin conciencia ni tampoco deseo entre las manos de altos dioses, como muchas otras deidades que tuvieron un origen similar…¿Cómo olvidar cuando se le permitió tener una forma física?, sus recuerdos eran lejanos…difusos y tan confusos. Podía verse a sí misma frente a un lago cuya belleza era imposible encontrar en la tierra, de soslayo veía sus propios cabellos pero rosáceos ondear hacia un costado mientras aprendía de los “mayores”, aprendía sobre el propio mundo externo que nada tenía que ver con ella pero…¿Por qué dejó tanta belleza?, porque supo ver en un espejo de agua a los humanos, criaturas tan…especiales y únicas e inevitablemente se enamoró de ellos. Quería cuidarlos, protegerlos, así como supieron cuidar de ella sus primeros pasitos en el Omnia. Sasha nunca supo ser una niña, desde que recordaba había tenido una figura adulta pero la diosa solar menor añoraba la presencia de su creador, a quien podría considerar “padre”…el “padre” de todos los dioses.

Las mejillas enrojecidas de la Bellator Dei enrojecieron con ternura y con el dorso de la mano derecha liberó su rostro de algunas cristalinas lágrimas, no le agradaba sentirse así pero…era su hogar, muchas veces anhelaba retornar pero…ah…en su mente apareció la cruel frase de aquel Colosso en Tempus…”No eres digna de regresar”. Eso sí que le había marcado a fuego pero lejos estaba de confesarlo…¿Realmente no era digna de retornar a su hogar?, no lo sabía pero se sentía confundida, igual que cuando emergió con forma física, inocente, sin conocimiento del bien ni tampoco del mal.

La fémina, confusa, dio unos pasos hacia adelante tras notar la presencia de otras personas que no conocía, excepto la de la mujer que supo atacarla con bastante brutalidad, Sasha la condenó con la mirada pero automáticamente terminó desviándola con recelo, buscando con impaciencia algo o alguien…deseaba ver un rostro familiar, algo que la reconfortara pero no…no era así. Terminó elevando la mirada al cielo, a esa increíble bóveda violácea tan hermosa…pues el sitio parecía un eterno amanecer y sin más…elevó con absoluta delicadeza la mano derecha hacia la luna mayor, tan inmensa e imponente en el firmamento…Ese gesto solía hacerlo bastante seguido, casi sintiendo que podía tocarla. Claramente, podía estar acompañada de sus seres queridos en la tierra, pero siempre había una partecita de esta que experimentaba vacío…soledad…irremediablemente necesitaba estar entre los suyos también, pero el caso era otro, tenía que ajustarse a sus circunstancias actuales en la tierra, ya que al encarnar, se ató a la rueda karmica de causa y efecto. Su propio corazón había conocido todo tipo de sentimientos que la hacían sentir un tanto indigna, como el rencor o la venganza…no a grandes escalas, pero…que lejos estaba de ser lo que una vez fue.

—Quisiera quedarme para siempre. Quiero olvidarme de todo, deseo…permanecer para siempre lejos de todo sufrimiento, fue una pérdida de tiempo, los humanos jamás van a cambiar…tenían razón…y ahora no puedo revertir mi decisión— Admitió en un susurro a sabiendas que ya el tiempo no podía retrocederse, que su libre albedrio la llevó a abandonar el Omnia como una deidad total y que debía lidiar con la propia vida como toda mortal. Se arrepentía…cuanto que se arrepentía, notándose esa tristeza infinita en su mirar, pero a la vez y aunque ella no lo supiera…muy en el fondo del corazón reservaba cierta esperanza.

Interacción:

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por Invitado Dom Oct 09, 2016 8:05 am

La soberana del infierno se mostraba más seria que de costumbre, abandonando su personalidad burlona y sarcástica, no le apetecía ni una broma de mal gusto. Había tomado la decisión de ir a Omnia, sin embargo tras decidirlo se lo replanteó seriamente. Allí ninguno de ellos tendría posibilidades, abandonarían su hogar, donde tenían el poder absoluto, para adentrarse en unas tierras enemigas que se podrían cobrar su vida. No, la reina infernal no iba a acobardarse llegada a esas alturas, su deber era continuar y afrontar el peligro… el miedo no era una jodida opción.

Atravesó junto al resto del grupo el portal que les llevaría a Omnia, esta vez con aire silencioso y precavido, quería permanecer como observadora viendo cómo transcurrían los sucesos. Lo que vi tras el portal no le gustó, para nada. Alzó la vista para encontrarse con la belleza del cielo, en él se apreciaban tres grandes lunas más cerca de lo recomendado. La vegetación del lugar era muy similar al del plano terrenal, salvo porque esta brillaba con una luz propia, energía que le daba una belleza fantasmal.

La gran parte de los presentes, por no decir todos, quedaron embelesados con la belleza de Omnia, un paraíso en apariencia que podía cegarte. Por supuesto, todos esos sentimientos no fueron procesados por Luzbell, quien de inmediato puso una mueca de asco observando los alrededores. Cuando la gente consideraba algo “bello o mono”, para ella era completamente al revés, ese lugar era un claro ejemplo. Cada palmo de tierra y ciela le asqueaba, estar allí le daba picores, no entendía cómo era posible que les gustara.

Echó la mirada atrás para comprobar que todos los revolucionarios y sus compañeros neutrales hubieran entrado. En parte también deseaba marcharse de regreso a casa, el infierno era mil veces mejor que el reino de los dioses… ¡Allí no había sufrimiento! El terror, el sufrimiento, la ira, la lujuria… todo representado en un reino. Pero para las criaturas simples comprender la belleza del averno era imposible, preferían vivir en sus confortables casas, ajenos al dolor y el miedo, incluso si muchos de ellos habían nacido para la batalla. Cerró los ojos y dejó escapar un suspiro pesado, estar allí le agotaba mentalmente. El soportar la compañía de los líderes revolucionarios, allí sin sus poderes sería incapaz de luchar contra ellos… quizás si había sido un error y tuvo que haberle hecho caso a Belcebú y negarse a entrar, por otro lado… conocía lo suficientemente bien a Adramelech para saber que planeaba algo, no les daría tanta ventaja sin razón. Lo único que podía hacer era esperar y observar, esperando ver los resultados del viaje.

Datos:

Interacción:

por **Takumi Kurosawa** Dom Oct 09, 2016 8:19 am

Siguiendo las instrucciones que les había dado Astaroth, Veronika cruzó el portal junto con algunos otros entre los cuales se encontraba un niño que… que estaba desnudo, pues muy bien, no se había enterado de por qué iba sin ropa pero tampoco se iba a detener a preguntárselo, y no es que tuviera nada que ofrecerle al chico pues solo llevaba encima su propia ropa y estaba bastante poco presentable. Que vamos, en cuando tuviera la oportunidad la metería en una incineradora de hojas porque esa ropa ya no tenía remedio ninguno, pero dejando el temita de la ropa a un lado, que no era el momento de estar pensando en ello, lo evidente es que había llegado bien a su destino. El cambio de paisaje en comparación con lo que había visto durante todo el viaje por el infierno era bastante agradable, por no decir infinitamente mejor, aunque quizá hubiera preferido el último círculo antes que la actual vista pero eso ya era por su gusto personal hacia el frío y el hielo. Así de primeras no parecía que hubiera ningún peligro a la vista, nunca antes había estado en ese sitio ni sabía lo que podría ocultar o no, y aunque por un momento pensó que no podía ser peor que el infierno de inmediato se retractó solo por si acaso, bastaba decir que algo no podía ser peor para que empeorara exponencialmente. Pero no todo iba a ser tan fácil por supuesto que no, la voz de Lucius llamó la atención de la rubia de inmediato al notar que había bajado el volumen al que hablaba de repente, eso le puso alerta y buscó con la mirada qué era lo que quería que vieran.

Custos Dei, ni más ni menos que los Custos Dei que había entrado por otro portal al mismo lugar, y prácticamente habían llegado a la vez, demasiada casualidad diría Veronika como para no tenerlo en cuenta como poco, con suerte no serían muchos a comparación de ellos e incluso a lo mejor podrían barrerlos de una vez todos juntos. Ojalá, sería demasiado fácil, pero ya contaba con que eso no iba a ser posible, se dio media vuelta para echar una mano a Lucius con la Cruz pero lo pensó de nuevo y dejó que lo hiciera solo, seguro que se tomaba la ayuda como una ofensa por ser un niño o vete tu a saber, en realidad era para no perder tiempo porque se veía pesada la maldita cruz, total, que ya la había lanzado así que pasó. La primera persona en entrar por el portal luego de lanzar la cruz fue Isela, para nada sorprendente teniendo en cuenta quién cargaba la cruz, aunque lo que le preocupaba a la maga era saber qué pretendían hacer los Custos y también cómo reaccionaría el resto al ver que estaban ahí. -¿Qué deberíamos hacer? ¿Pasamos de largo, atacamos, observamos…?- Preguntó a la líder revolucionaria con cierta duda, no tenía ningún problema en luchar si era necesario pero algo en su interior le decía que no era ni el momento ni mucho menos el lugar, era como una sensación de incomodidad extraña, un mal presentimiento vamos, intentaría estar pendiente de todo con la esperanza de no llevarse una sorpresa desagradable más.

Se mantuvo quieta y en silencio, esperando la llegada del resto del ejército así como la respuesta por parte de Isela, empezaba a ponerse algo nerviosa con la presencia de los Custos y lo que estarían haciendo ahí, como ya había pensado antes era demasiada casualidad que llegasen ahí al mismo tiempo prácticamente, desde luego no le daba para nada buena espina.

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por **Mikaela** Dom Oct 09, 2016 9:56 am

Para bien o para mal, parecía que la travesía por aquel laberinto llegaba a su fin y que alcanzarían su objetivo, claro que eso solo era en apariencia, Mikaela no pudo evitar pensar en que había parecido demasiado fácil incluso contando con todo lo que había pasado para llegar hasta ahí. La voz de Quatro se dirigió a todos los presentes para revelar lo que succedería y dejar a la vista un portal que debían cruzar, dudaba de que fuera seguro hacer tal cosa pero no parecía que les quedara otra opción, además de que los Custos se reunieron para cruzar todos juntos el portal. Mikaela se quedó un poco por detrás para dejar que cruzaran ellos primero, ya que lo harían todos juntos, y esperó algunos segundos por si acaso antes de entrar ella, cruzando el portal finalmente con cierta inquietud que le perturbaba. Al otro lado del portal se vio en un lugar de lo más bello, dedicó algunos segundos a observar con detenimiento lo que alcanzaba la vista, todo a su alrededor se veía igual y le costaba despegar la mirada de tal paisaje… al menos hasta que se percató de que había más gente ahí. Personas que habían venido por otro portal cercano y que no pertenecían al grupo con el que ella había llegado hasta ahí, también estaba el problema de que, a pesar del aspecto que podía presentar ese lugar tan hermoso a la par que inquietante, todo según el punto de vista, Mikaela no se sentía del todo bien estando ahí.

Dos portales iguales y dos grupos llegando al mismo tiempo, viendo las miradas de algunos bastaba para darse cuenta de que habría problemas. Cerró los ojos y dejó escapar un suave suspiro con cierto pesar para luego llevar de nuevo la mirada a sus compañeros y a los Custos presentes, lo mejor sería tener algún tipo de plan o mínimo una idea de qué era lo que iban a hacer en ese lugar, y pensaba deseando para sus adentros que no fuera necesario verse en medio de una batalla campal entre los unos y los otros en el Omnia. -¿Cuál será nuestro próximo movimiento?- Preguntó en dirección a los Custos aunque más pendiente de la respuesta del Primo Dei, lo que estaba claro es que no se iban a quedar ahí quietos en el portal todo el tiempo,una vez hubieran entrado todos los miembros del grupo continuarían con su travesía, probablemente hacia alguna de aquellas construcciones que se podían vislumbrar, o quizá aparecería alguien a guiarles de manera similar a lo sucedido con Quatro en las ruinas.

Intentaba que no se notara en su expresión ni en sus movimiento que en realidad estaba bastante preocupada por el lugar y la situación, manteniéndose lo más neutral posible al menos a la vista de los demás, le preocupaba también que si notaban su estado se asustaran o algo por el estilo, prefería guardarse sus propios temores para sí misma con la intención de que nadie más se viera afectado por ellos. De hecho y tratando de que fuese más difícil descubrirle, se acercó un poco a los Custos ahí presentes y como si no pasara nada de nada mostró una sonrisa despreocupada como la que había mostrado al comienzo del viaje en las ruinas, quedando junto a Kuro al igual que habían hecho en su enfrentamiento contra los muertos vivientes, justo antes de separarse en el laberinto. -Intentaré ayudarte en lo que pueda para que puedas seguir sanando si fuera necesario.- No era capaz de curar pero al menos podría defenderla si ella se dedicaba a ello, lo que fuera por ayudar.

dados de batalla:

interacción:

por **Maya Natsume** Dom Oct 09, 2016 10:39 am

Calor, podía notar el abrasador fuego del infierno nada más cruzar ese portal. Tan sofocante que le costaba respirar, una sensación de agobio inundaba su cuerpo, naciendo desde sus pulmones hasta recorrer cada parte de su sistema nervioso, desembocando en un aturdimiento en su cerebro que le impedía moverse con fluidez.

Una caída, el suelo bajo sus pies ardía. Llamaradas de fuego que no podía esquivar. ¿Quien cojones le manda meterse en estas mierdas? Rodeada de un grupo de desconocidos, sí, eran aliados, pero no había coincidido en su vida con ellos. No confiaba en nadie, todos los que interactuaron con ella alguna vez, la dejaron de lado en algún momento. ¿Por qué aquí iba a ser distinto? En un panorama tan hostil, tan caótico, tan ilusorio. No, para nada ilusorio. El dolor de las quemaduras era real, el olor de su propia carne chamuscada y esa sensación intensa que le provocó el fuego en la piel…

Despertó de golpe sobresaltada, su respiración era irregular, estaba desorientada. No hacía calor. ¿Estaba fuera del infierno? ¿Cómo llegó allí? Frotó sus ojos con las palmas de sus manos y poco a poco se incorporó, estaba rodeada de gente y con su apariencia infantil le era imposible ver donde se encontraba. Cerró los ojos y una suave brisa la envolvió, sus cabellos se revolvieron suavemente y su cuerpo comenzó a crecer, dando paso a su real apariencia. Da igual donde se encontrase, se trataría de otro lugar hostil.

Observó curiosa el lugar. ¿Qué era esto? En el cielo se alzaban tres lunas. -¿Dónde estoy? ¿Hemos muerto?- No comprendía qué pasaba, estaba muy confundida y desorientada, rodeada de desconocidos en un lugar del que nunca escuchó hablar. El cielo lucía espléndido y único, un espectáculo para sus ojos del que jamás podría olvidarse, casi una lagrima resbalo por su mejilla al contemplar tal belleza. -¿Esto es la muerte?.- Un leve suspiro escapó de sus labios. Sujetó con fuerza su katana, la única cosa de la que dependía y le proporcionaba algo de seguridad. Estaba temblando, se sentía tan pequeña e insignificante…

Salió de su ensimismamiento para darse cuenta de que realmente no estaba muerta. Habían atravesado el infierno y no la dejaron morir. No entendía muy bien porque le ayudaron, ya que demostró no ser lo suficientemente fuerte como para atravesar por su propio pie aquel lugar. Apretó la saya contra su pecho con ambas manos, se sentía terriblemente inútil. Desvió la mirada a un lado, percatandose de la presencia de un segundo grupo que tensaba a los líderes del suyo. - ¿Y estos, quién leches son?.- Era mejor empezar a centrarse en la situación. Lo prioritario ahora es que estaba bien y que el peligro aun no había pasado. Ya tendría tiempo para sus pajas mentales más tarde, si conseguía salir de esta, claro.

DATOS DE LA BATALLA:

por **Fingon Sindar** Dom Oct 09, 2016 1:54 pm

La batalla contra las criaturas de la oscuridad en el castillo abandonado estaba llegando a su final, pocas eran las que habían resistido el poder combinado del Dei Squad, todos fueron meros estorbos, más ninguno había sido una barrera. Aun así el grupo estaba vapuleado, cansado y algo deteriorado, sobretodo el elfo que parecía mas magullado que todos los presentes, Hellfrost, con su carga inanimada se acero y le lamio la mano, el elfo respiraba algo agotado, le dolía el hombro y el pecho al respirar, pero no podía decirle a nadie, tenía que resistir, pues una cadena es tan fuerte como el más débil de sus eslabones y él como un Custos debía levantar la moral de todos los presentes a como diera lugar.

Al llegar al final del pasillo sintió como la carga del ambiente comenzó a bajar y frente al grupo aparecieron sus compañeros, todos ellos mucho mejor de lo que esperaba, el elfo se sintió aún más aliviado y bajando sus largas cejas suspiro como si recién, después de muchas horas finalmente respirara. Era una buena señal y al parecer también habían combatido, se moría de ganas por hablar con Vermell y preguntarle que criaturas habían enfrentado, o quizás con Sashenka... bueno con ella no, hablaba poco y era algo tosca para entablar conversaciones, cosa que al elfo le gustaba en un soldado… pero no era el momento, Quatro, el enemigo de la verdad hablaba con la ligereza y potestad que tiene el señor de un reino, y les mostro lo que aparentemente era su objetivo, una copa dorada.

-Mi señora Usagi, no es mi deseo que nos abandone, solo digo que usted entre todos es la más fuerte y rápida, por ende si ve el campo perdido y la oportunidad de hacerse con la reliquia, no dude en llevársela a nuestro lord, tenga por seguro que le cubriremos y no moriremos, porque nuestra alma es inmortal.- Respondió el elfo frente a lo que parecía ser un malentendido o quizás una mala elección en sus palabras en sus anteriores comentarios.

El señor de la fortaleza desapareció tras sus palabras y dejo la reliquia sin protección, mostrando un extraño portal, les dedico unas últimas palabras antes de que su esencia se difuminara y entonces Kuro Usagi, la Terzo Dei se adentró en la brillante luz. Sindar quedo absorto por la valentía de la Custos y rápidamente haciendo acopio de su voluntad ingreso también junto con su leal compañero que cargaba a Ärud.

La transición para el elfo fue más o menos rápida pues al entrar se aseguró de dejar su mente completamente en blanco con el fin de bloquearla para que los susurros de seres que dominaran ese portal no le alcanzaran, una mera precaución. Sin embargo la sensación que le inundo fue de una paz completa, llena de emociones similares a los que tiene un niño cuando recién descubre el mundo, una lagrima rodo por su mejilla izquierda y cunado emergió del otro lado no pudo evitar sentirse insignificante, como si recién hubiera nacido.

De inmediato el lobo Fenrir, Hellfrost se acero a su costado, el hombre que llevaba en su lomo parecía retorcerse y moverse en sueños, el elfo lo desato y lo deposito en el suelo, quizás despertaría? Algo en este lugar le había hecho salir de su onírico mundo? Fingon Sindar se levantó como una torre orgullosa, miro a sus compañeros y unió sus manos, una sanación desinteresada era lo que el grupo necesitaba para levantar los ánimos. Enfundo su arma y comenzó a recitar un hechizo.

-Levantaos Dei Squad, sepan que El demonio y el chacal rondan al inocente, Justos no morirán por los pecados del padre ni del bandido, no en el amanecer de la verdad soy emisario del sol y ordeno que reciban todos su justa paga tanto el inocente como el culpable!.- exclamo al tiempo que emergió de sus manos una luz radiante y tibia como el abrazo del verano, una esfera que lentamente se movió y finalmente se deshizo en millones de partículas para alcanzar a sus compañeros con el objetivo de sanar sus heridas.

Cuando la esfera estallo, sintió un tintineo en la lejanía, como algo que rebotaba en el suelo, sus oídos eran buenos, pero no tanto como su visión, de inmediato se volvió hacia donde lo sintió y horror, varios enemigos estaban justo al costado, todos en el mismo desconocido lugar para Fingon, había un monstruo enorme, de más de dos metros de altura con dientes en las fauces, un niño… esperen un niño… desnudo, que clase de perversión estaba ocurriendo?. Novarums….
El elfo se puso a la defensiva y levantando su mano al cielo convoco el escudo de luz, desenvaino su Gunblade y el lobo a su lado gruño con fiereza.

-Vosotros sois los perros que usan a los monstruos y a los infantes para la guerra, zorra de los impíos!... si queréis un trozo nuestro, caro os lo venderemos.- Respondió el elfo frente a la ofensa de la mujer. Alexeyevna parecía afectada por la presencia de la mujer, y El elfo se interpuso entre las dos. Con sus resplandecientes ojos torcidos por la seriedad. -No permitiré que toquéis a ninguno de los nuestros, abandonad su cruzada de oscuridad y os dejaremos en paz por ahora, vuelvan con su esclavista, nadie tiene por qué resultar herido… no de nuevo.- ofreció finalmente con un rostro endurecido, su arma amartillada y en clara posición para lanzarse al combate.

Esperaba las órdenes del Primo Dei, su señor seguramente tendría más idea de donde diablos estaban, por su parte el elfo no tenía idea de qué lugar era, solo sentía la irrefrenable necesidad de echarse en el brillante y vigoroso césped a pasar los días riendo y cantando a la luz de los astros, una decisión estúpida teniendo a sus enemigos jurados justamente enfrente.

Hellfrost, gruñía amenazante a los enemigos de “Orejas” y rondaba por detrás de él como cuidando la retaguardia, podía oler la presencia de “Pétalo” y “Botana”, sin embargo aún no sentía la esencia de “Polvo”, solo esperaba que su compañero resultara ileso, ya temía terminar en este lugar y no volver a comer golosinas elficas, “Nieve” el hombre que cargaba se movió entre sueños una vez más y parecía que se incorporaría de nuevo, quizás despertaría en cualquier minuto. Movió su inmensa zarpa por el césped de manera amenazadora esperando que los enemigos se alejasen y dejaran a sus amigos en paz.

Habilidades Utilizadas:

Datos de Combate:

por **Auros** Dom Oct 09, 2016 1:54 pm

El miembro 'Fingon Sindar' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Curación Cósmico' : 52

por **Roxane Sacred Bathory** Dom Oct 09, 2016 3:17 pm

Aquel mandato rápido de su señor el Lord, ese lugar desolado aparentemente por la mano de los dioses, aquella reliquia que nos mandaba a buscar, ese… enemigo… Todo en conjunto había sido algo demasiado extraño, un cúmulo de situaciones, personajes e historias enrevesadas que no cuadraban las unas para con las otras. Aquel puzle misterioso que les había tocado rehacer, tenía fichas complicadas que había inclusive que pulir, para que encadenaran unas con otras. Todo esto como bien diría su amiga Christa, era un juego más de los dioses.

Su rostro siempre mostraba una serenidad dulce, con su sonrisa, eterna compañera de siempre que nunca le faltaba ni en el peor de los momentos en su vida, una sonrisa que a veces se mostraba clara y amplia, otras ocultaba una risa y más de una vez pretendía dar sosiego y paz ante circunstancias en las que ella misma habría flaqueado. Su sonrisa a veces se mostraba entre lágrimas, otras tantas rompían en una carcajada pero siempre estaba ahí. Ahora una de sus mejores sonrisas, se enfocaba en Usagi, aquella Custos Dei que tanto prometía y tanto aun le quedaba por ver, un potencial realmente extraño que graciosamente le recordaba a ella de muy joven.

-Como bien dice el Sr. Sindar, a veces uno tiene que hacer lo que debe hacer, pero te honra tus acciones Kuro Usagi, más de lo que jamás podrías imaginar. –Indicó Roxane acercándose a la joven Dei acomodándole uno de sus cabellos de forma cariñosa. Pero aquello duró el tiempo en que las palabras, siempre correctas, del Quinto Dei reforzaran su comentario, haciendo que la Bellator se apartara, retomando su puesto junto a los dos peones que portaban a sus compañeros aún desvanecidos, dejando que el alto elfo continuara sus palabras de entendimiento, antes de que el señor del castillo se pronunciase nuevamente.

Su cuerpo sintió de nuevo el alivio que la magia de luna, con aquellas hermosas plumas que bailaban en el entorno, revitalizaron su ser y por alguna razón hizo mella en su organismo, activando su aura violeta energizando de forma más activa su regeneración frente al cansancio.

Un pequeño sonido de respiración más profunda a las demás, un leve sondo de mueca de dolor y un cambio en la energía de sus peones de luz, hicieron que Roxane desviara su atención y fijara sus violetas ojos sobre el joven que portaba su peón de ajedrez. –Es un alivio ver que estas recuperándote. – Indicó la de cabello rosado a Arashi, moviéndose de forma que pudiera ella misma sujetarlo, aunque sabía que su peón podía de sobra con el peso del dragón. Por otra parte, el lobo del señor Dei Fingon, estaba cargando nuevamente a Orion, el cual parecía que tenía muchos más estables sus constantes vitales.

-Es hora de movernos, debes despertar en cuanto puedas, nos harás falta ahí donde vamos. –Dijo Roxane al dragón Rakan, mientras caminaba siguiendo a los jefes de la expedición, tomando su tiempo para que el joven dragón pudiera tomar consciencia nuevamente, al menos Roxane pudo respirar tranquila al ver que todos los miembros del ejército del lord, que se habían unido para su cometido, estaban bien.

Al apenas cruzar aquel portal, sus ojos se abrieron ante la inmensidad de belleza que casi cegó su visión, por el cambio de iluminación de una zona y otra. Pero sin duda alguna, fue toda una sorpresa, por decirlo de algún modo, encontrarse en el mismo hermoso paraje a semejante grupo al otro lado de su posición y como era de esperarse, la pasión de la guerra comenzaba a brotar en la inmensidad de Omnia. – Paren por favor, estamos en tierra de dioses, no deben hacer nada que ellos no digan ni perturbar lo que reinan. – Indicó algo temerosa de los dioses Roxane, a sabiendas del poder que ostentaban y del respeto que ella misma les tenía.

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por **Auros** Dom Oct 09, 2016 3:17 pm

El miembro 'Roxane Sacred Bathory' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Tirada Divina' : 27

por **Orion Ärud** Dom Oct 09, 2016 7:00 pm

Fue como si el golpe del cambio de mundos creará un acto de reanimación en el cuerpo inconsciente del dragón de hielo, como si una descarga recorriera su cuerpo, y practicaron reanimación cardiopulmonar la cual fue bastante efectiva debido a que Orion abrió los ojos de manera inmediata con su respiración irregular y dolor que recorría cada parte de su cuerpo sin embargo el mismo cesó luego de unos segundos de haber recuperado su conciencia.

¿Dónde estaba?... fue la primera pregunta del dragón que pasaba su mano por la tierra y observaba a su alrededor, se encontraba muy cerca del lobo del quinto Dei y por consiguiente cerca del elfo del Squad Dei, y respiro profundo para controlar su respiración.

Aunque fue más allá, Orion utilizo su técnica del simbolismo deseando despejar su mente, el dolor físico que lo atormentaba aquel momento y por unos segundos se quedó inmóvil antes de retomar su impulso para levantarse del suelo.

Su cuerpo estaba herido, pero su espíritu estaba purificado así mismo como su fuerza espiritual, las enseñanzas del buda lo dictaban. Dejó caer su gabardina ahora mismo solo le incomodaba el peso extra de su ropa húmeda, observó su piel estaba rasguñada pero el agua caliente había limpiado la sangre y dejado un rastro de una capa de piel irritada.

Fue por eso que Orion creó un aura gélida a su alrededor, su cuerpo estaba más caliente de lo normal y aura creaba que su temperatura volviera a establecerse conforme a lo que necesitaba. Después de eso pudo observar a su alrededor, no estaban en el mismo castillo de antes… de hecho podría jurar que no estaban en el mismo plano.

De hecho pudo notar a la chica del cabello rosado, no la recordaba directamente ¿era de su grupo de combate? Observó a su compañero militian… de seguro aquel pasaje de espinas y agua hirviendo lo afectaron, ¿o fueron los esqueletos? Aunque su mirada busco en especial el grupo apartado, y Aldara en sí… no estaban.

La ansiedad recorrió el cuerpo del semidragón, aunque… pudo lograr escuchar el final de las palabras de la chica del cabello rosado. Ella había dicho ¿tierra de Dioses?... — ¿Omnia? — Murmuró sorprendido, pero la misma sorpresa la reprimió — gracias quien me trajo hasta aquí — agradeció en general sin conocer realmente la persona que lo cargo, aunque sí despertó al lado del lobo estaba seguro que fue el quinto Dei.

El mismo a quien le dirigió la palabra — ¿Dónde están los demás? — interrogó, faltaba varios del otro grupo aunque de momento sus palabras las callo y Orion se dio un mirada hacia los otros lugares — ¿escuchan? Son voces, pasos cercanos…— aunque las acciones del elfo fueron más rápidas logrando que Orion se detuviera por un momento.

— No creo que sea el mejor momento para provocar una batalla — dijo en general, de forma calmada y deseando que el Quinto Dei escuchara sus palabras. Él era un militian, definitivamente un rango muy bajo del ejército Lord, sin embargo… como lo dijo la mujer de cabellos rosas ese territorio era Onmia — la ruptura de las reglas en territorio de Dioses podría ocasionar consecuencias peligrosas para todos.

Observando a los rebeldes, deseaba que les quedará también un poco de razón y/o sabiduría ante sus propias palabras. Todos estaban invadiendo un plano que nos les pertenecía en la actualidad.

Datos:

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Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
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Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
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No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
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The way of the gods [Tramas 10 — 11; parte 2]

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Fingon Sindar
Kuro Usagi	Orion Ärud	Aldara Sashenka	Quintus Dei (Libre)

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater