Re: Chaos has fallen - Trama N°9.0 [Chaos]

por **Arno Mireault** Jue Mayo 19, 2016 5:15 pm

En el pasado había estado a punto de tomar el cargo de ministro en Chaos pero la suerte había dictado que terminara guiando el reino de los guerreros. A lo mejor si hubiera estado liderando a las fuerzas de Chaos, otra hubiera sido su historia, quizás incluso no hubiera cambiado su manera de actuar y aun sería un hombre adicto casi por completo a las peleas. Sin dudas tampoco hubiera conocido a sus subordinados o quizás sí pero como enemigos…cualquier cosa pudo haber sucedido pero se alegraba de haber terminado donde termino.

Sus pasos continuaron por las calles destrozadas de la ciudad, únicamente moviendo a un lado los escombros que estorbaban su camino. En otras circunstancias hubiera esperado a que todo el revuelo terminase para ofrecer su ayuda en la reconstrucción pero con los actos de los soldados de esa tierra, esa posibilidad fue por completo descartada. Era una pena por los civiles que seguramente perdieron sus hogares o se vieron afectados de alguna manera por la “guerra” pero contaban con suficientes tropas para realizar el trabajo así que sus hombres no eran requeridos ahí. Aun así, quizás más adelante visitaría la ciudad solo para ver como las reparaciones continuaban y quizás…prestaría ayuda si en ese momento lo viera necesario.

—Es momento que los guerreros volvamos a casa… —Murmuro mirando el terreno que se extendía fuera de los muros de la ciudad. Una sonrisa leve apareció en sus labios a la vez que deslizaba su mano derecha por su cabello, acomodándolo hacia atrás como siempre. Seguido invoco un dragón de tinta en miniatura y lo envió hacia su capitana general con un sencillo mensaje: “Reila los espero en la muralla sur de la ciudad, vengan para irnos. El ministro y sus soldados siempre deben viajar juntos”. Hecho aquello, se elevó al cielo en su forma hibrida de dragón, observando al ciudad con tranquilidad mientras sus largas alas negras se movían con calma bajo el cálido viento nocturno.

Interactue:

por **Alessa Scherzer** Jue Mayo 19, 2016 6:10 pm

Mientras esperaba la respuesta de su compañera, observó el verdadero desastre que era todo aquello a causa de los ataques emanados, seguramente había varios heridos, sin mencionar la cantidad de daño en la infraestructura del lugar…Recomponerse llevaría tiempo, seguramente demasiado, pero no era la primer crisis que el territorio sufría, pues de hecho los demás también se encontraron en su momento en una posición totalmente difícil como exasperante a lo largo de los siglos. Pensaba entonces en que algo similar podía ocurrir en Spatium, sería algo triste o chocante ver su amado reino hecho pedazos, los rostros que veía día a día con reflejos de tristeza o dolor. Pero también sabía que era inevitable, que la guerra llegaría, tal vez no mañana pero si en un futuro a largo o corto plazo…eso no podía ignorarlo, ya que se trataba de una realidad. Suspiró para así negar con cuidado ante sus propios pensamientos, los que siempre eran contradictorios pero que no compartía con nadie más bajo ningún punto de vista.

Extendió la diestra cuando una hoja seca pasó por en frente de ella, atrapándola para observarla cuidadosamente antes de volver a liberarla y que esta siguiese su curso natural. Esos ojos azules parecían no mostrar emociones, pero la gran verdad era que ella sentía como cualquiera, aunque poseía otro modo de exteriorizarlo…En sus momentos de introspección, llegaba al punto que la guerra y los conflictos siempre existirían, pues eran parte primitiva del ser de cada uno. Para mal o para bien así era…

Finalmente acomodó algunas hebras de su cabello detrás del oído derecho, atrapando algunas entre sus dedos, observándolas escasos segundos antes de que repitiese el proceso. Si seguía ahí era únicamente por la espera de su compañera, así de simple como llano.

por **Garnet Vermell** Jue Mayo 19, 2016 11:09 pm

La pelirroja realmente no podía cumplir con la promesa que le había hecho al ministro, ya que aunque había logrado mantenerse en pie (muy torpemente), el golpe recibido había sido tal que su aturdimiento le nublaba todos los sentidos. El hombre que había tratado de herir a Mireault le estaba dedicando un pequeño discursillo, pero la pelirroja le estaba haciendo caso omiso, viendo cómo su superior recibía una reprimenda por parte de Berith. Había querido acercarse, pero con suerte era consciente de lo que estaba ocurriendo alrededor.

Una llamada insistente, con cierto tono de horror, resonaba justo a su lado. Miró en dirección a aquella voz y vio a Huidow, que apenas se había recuperado del castigo del Custos. ¿Qué estaba diciendo? ¿Que si aquello lo había hecho Arno se iba a encargar de él? —Basta, Hui…Huidow…—logró vocalizar, mientras apoyaba una de sus manos en su hombro en un intento de calmarle y de no caerse al mismo tiempo. —Mireault… yo le protegí…— Tosió un poco. —Esto… un bastardo de los gladius quiso atacarle... antes no debiste meterte, Huidow…— Apenas conseguía pronunciar palabra, pero al menos consiguió soltarle lo que pensaba.

Aquel poderoso ser que sobrevolaba encima de ellos pronto cesó de existir, siendo borrado de la faz del planeta por los poderosos guerreros que le habían estado atacando. Ni siquiera se había fijado que seguía ahí hasta que éste cayó al suelo, tratando de resistir las últimas ofensivas de los contendientes, hasta que se desplomó sin vida sobre el asfalto.

No se movió, ni pronunció palabra alguna, pero notó como una de las comisuras de sus labios se elevaba hacia arriba al ver al enemigo caído. ”Ya era hora.” Sí que había costado derribarlo. Miró de reojo a Huidow, que también estaba hecho un Cristo. —Mira… mira qué pintas llevas…—rió un poco, sintiéndose más relajada por el desenlace de la situación, pese a que aún seguía con cierta preocupación por lo que pudiera pasarle a su superior. —Los curanderos son todos unos incompetentes,—maldijo, pero sin variar su tono.

Escuchó su apellido siendo pronunciado por una voz femenina que reconocía un poco, pero no lograba ubicar. ¿Quién le había llamado? Miró hacia arriba, aún tratando de apoyarse en el Golden Alliance. La mujer que le había mencionado era Van Scherzer, su compañera. Lo cierto era que le hería en el orgullo tener que admitir que no podía andar muy bien, pero ella estaba viendo que incluso necesitaba tener a alguien que le sirviera como punto de apoyo, de modo que no podía mentirle. Alzó la mano libre y le indicó que bajase hasta ella., después de exhalar un gran suspiro. —Por favor, Van Scherzer. Normalmente… te diría que no, pero casi no puedo mantenerme en pie.— Ni siquiera sabía si podía oírle desde ahí, puesto que hablaba con un hilo de voz y haciendo pausas. Volvió la vista a Huidow, palmeándole el hombro. —Me voy. Y espero que sepas a morderte la lengua a partir de ahora, bocazas,—le dijo, en un tono de reprimenda bastante forzado. Estaba cansada hasta para eso.

por **Cyan Al-Gram** Vie Mayo 20, 2016 8:32 am

Notó como su compañera regresaba sobre sus pasos. Se encontraba exhausta después de aquella carrera tan peliaguda y no era para menos. Ambas respiraciones agitadas, tanto la del lancero como la de ella, se compaginaban como si quisieran crear una especie de melodía conjunta. Por lo pronto no parecía que el perseguido fuese a mostrar su rostro de manera inmediata, de seguro deberían esperar. “—Debemos tener cuidado, a lo mejor es peligroso.—“ El hombre dejó mostrar parte de sus dientes en una leve sonrisa. —No estoy tan seguro.— Continuaba jadeando. —¿Has visto su agilidad y su estabilidad en este terreno tan antinatural? Nos ha tenido desde el principio al límite detrás de él, si de verdad supusiera una amenaza para nosotros, dudo mucho que quisiera huir estando armado.— Añadía utilizando el género masculino a sus explicaciones del ladrón, siendo que realmente desconocía el sexo o la especie de aquel a quien enfrentaban en una especie de carrera contrareloj. —Si se ha dado a la fuga, significa que se considera en desventaja contra nosotros. Y eso es bueno, podemos aprovecharlo.— Finalizó, cambiando el estuche de mano pues su brazo comenzaba a cansarse de permanecer en alto. Unos destellos blancos comenzaron a ganarse la atención del hombre con azulados cabellos en cuanto comenzaron a aparecer por los cielos. A pesar de las nubes grises y el polvo generado por la violenta destrucción de toda el área, esos instantáneos flashes delataban una enorme silueta con alas que parecía descender desde el mismísimo trono de los cielos para llenar de terror los corazones de los mortales. Con un acontecimiento así, era obvio que muchas personas se pondrían nerviosas ante la impotencia y el peligro de la situación, incluida mujeres tan tenaces como lo demostraba ser Astrid.

“—A ver, ratero de tres al cuarto.—“ El revolucionario desvió su mirada hacia la mujer, con una ligera gota de sudor descendiendo por su sien, temeroso de lo que fuera a decir. “—No sé si te estás dando cuenta de lo que está ocurriendo encima de tu cabeza, pero es posible que te caiga una bonita cagada en la coronilla por parte de una paloma con muy mala leche.—“ Cyan abrió sus ojos de par en par al escuchar la impulsiva iniciativa de su compañera. “—Si nos entregas la lanza, nos encargaremos de que tu trasero se escape de las garras de ese pollo gigante. Y por supuesto, haremos lo que ha dicho mi compañero. ¿Trato hecho?—“ Ambos se mantuvieron a la espera de una respuesta, pero esta nunca llegó hasta ellos y eso intranquilizó al que iba desarmado. —Hey, hey… ¿Y si lo has asustado?— Musitó hacia la fémina, asegurándose de colocar el volumen suficiente para que solo ella pudiese escuchar. —No me apetece nada tener que iniciar otra carrera.— Confesaba. De relámpagos centelleantes pasaron a explosiones y espectáculos pirotécnicos lo que comenzaban a adornar los cielos del reino de Chaos, en torno al cuerpo físico de esa enorme bestia desconocida para ellos. En esos instantes Astrid parecía que preparaba algo pero Cyan no logró descubrirlo a tiempo. Para cuando él se dio cuenta, la mujer tenía por mano izquierda una increíble garra oscura que casi se camuflaba cual camaleón entre la oscuridad que los rodeaba. “—Nayc, voy a hacer una estupidez, pero igual sirve.—“ —¿Cómo que una estupidez? ¿Qué es lo que tienes en el brazo?— Contestó en modo de pregunta, temeroso por aquello que rondara la mente de la contraria.

“—Intentaré tirar esa cosa al suelo. Si ese ladrón no te dio la lanza aun… Da igual, tú pégale con los puños, o algo.—“ —¡Ah! ¡Esper-!— Trató de detenerla alargando el brazo que tenía libre, pero ni sus palabras ni sus movimientos lograron llegar a tiempo antes de que la llamativa garra oscura que tenía por mano izquierda tomara una gran roca y la usara como una catapulta. Junto con el destello carmesí adornando el brazo de la mujer, el pedazo de piedra fue arrojado con un impulso más que aceptable, pero la altura a la que se encontraba la criatura era demasiado elevada y el golpe ni siquiera llegó a la mitad de la distancia que los separaban. Por ahora. El pedrusco volvió a caer al suelo levantando una nube de polvo acorde a su peso, aunque el estruendo había sido opacado por la batalla aérea que se estaba librando en esos mismos instantes, muchos metros más arriba de sus cabezas. “—…Mira, olvídalo.—“ No era muy apreciable, pero el lancero sin lanza advirtió pronto un rostro de desconformidad en la joven que le hizo querer acercarse unos pasos hacia ella. —¿Te encuentras bien? No deberíamos hacer nada imprudente. Es una suerte que esa roca no haya regresado para caer sobre nosotros.— Al final permaneció en la distancia, sin olvidar que todavía tenía un asunto pendiente con un sujeto que si bien no se encontraba escondido, se habría vuelto a dar a la fuga hace mucho rato. “—Bueno, nadie ha visto nada.—“ Dejó fluir su compañera, como si se tratase de un intento de disculpa, o algo similar en lo que Cyan tuvo esa impresión. De repente no pudo evitar sufrir un pequeño susto derivado de un rayo que cayó por las cercanías.

Aquella área se estaba volviendo un lugar peligroso en el cual permanecer. “—Esto se está poniendo feo.—“ El hombre lo único que hizo fue asentir con la cabeza, estando de acuerdo plenamente en las palabras de Astrid. El revolucionario pensó que tendrían que poner rumbo bajo algunos escombros que pudieran otorgarles una protección temporal. Pero más lejos de eso, la mujer de oscuros cabellos se encaminó una vez más hacia la roca que había utilizado previamente como arma arrojadiza. —Pero qué… ¡Oye, Astrid! ¡Es peligroso permanecer aquí afuera!— Exclamaba hacia ella mientras observaba como su silueta colocaba más distancia entre ellos. “—Me da igual si ves esto ridículo, pero voy a intentarlo otra vez.—“ —¿¡Qué!? ¿Has perdido la cabeza? Aquí en mitad de la nada todavía somos un blanco fácil para cualquiera.— “—Y me da igual como salga, si tengo que estar tirándole piedras al bicho como si fuera una gamberra, lo haré, pero esa cosa caerá.—“ —¿Se puede saber por qué estás tan obsesionada de manera repentina con ese monstruo?— Cyan podía entender que uno de los motivos quizá residía en que la clínica podía encontrarse en las cercanías, y con esa bestia demoniaca por los cielos, Astrid buscaría detenerla a cualquier coste. Una vez más ella se armó con la piedra, y la arrojó convirtiéndola en un arma contundente. Al mismo tiempo y cerca de aquello, un pequeño estruendo sacudió el aire desde un costado en la posición donde se encontraba el revolucionario, apareciendo de la nada una nube de polvo que dividía su visión hasta uno o dos metros por delante de sus propios pies. —¿Qué demonios…?— Apenas dispuso de tiempo para llegar a comprender la situación, pues acto seguido un tercer individuo invadió el lugar hasta el espacio personal de Cyan, con una velocidad digna de un arpón recién disparado.

—¡¡!!— Los ojos del hombre se abrieron cuales platos y sus pupilas dieron una sensación de encogimiento al ver como el filo de su propia arma era quien amenazaba de forma precisa uno de sus puntos vitales. Entre la oscuridad de la noche y el velo oscuro del sujeto, no tuvo oportunidad alguna de reconocer la cara de la contraria, sin embargo su femenino género quedó delatado ante la suave voz de la misma, hecho por un susurro. “—Empalaré tu cráneo con tu preciada alabarda si haces un solo movimiento…—“ Musitó después de indicar que guardara silencio. Un par de gotas de sudor se dejaban caer por la sien del lancero, que a su vez pensaba cómo debía operar; Astrid parecía muy distraída con la criatura de los cielos como para poder prestarle una mano en esos momentos. O la garra… Cyan sonrió producto de sus nervios por un momento tan delicado como el que estaba viviendo ahora mismo. —D-deberías calmarte… Una amenaza tan brusca no debería salir de los labios de una señorita.— Su respiración se volvió agitada, a la par que levantaba los brazos para que la contraria pudiese observar que no había movimientos sospechosos de por medio. El caballeroso comentario pareció no haber surtido efecto alguno en cuanto la ladrona eliminó aún más la distancia entre el arma y el tejido corporal de su “rehén”. Este podía empezar a notar como un ligero pinchazo, estando seguro que de apretar un poco más fuerte, comenzaría a gotear algo de sangre. “—Tan burdos y así os llamáis soldados del Lord…—“ El hombre se tomó unos segundos en pensar una respuesta, pues no era como si la chica tuviera culpa de estar equivocada, al fin y al cabo él mismo había sido quien soltó aquella mentira como cebo.

“—Solo sois lacra para los desvalidos…—“ Prosiguió, indispuesta a esperar por una respuesta inmediata del contrario. —Heh… Puedes llamarnos lo que quieras. En la guerra nadie dice que tengamos que ser educados… ¿O sí?— De repente ella alargó el brazo, tratando de arrebatarle el estuche que sin duda alguna se afirmaba como suyo. Cyan lo mantenía sujeto, forcejeando levemente por él. —¡Alto ahí! Podemos hacer un trato, eso es lo que dije ¿Verdad? Tu cosa rara de aquí por mi lanza, y aquí nadie ha visto nada.— Mientras terminó de pronunciar aquellas palabras, se dio cuenta de un pequeño detalles. Para hacer lo que la ratera estaba haciendo, debía pasar a sujetar la lanza con una sola mano, algo que le haría perder pulso, fuerza y estabilidad en el arma. ¿Acaso era una ingenua? ¿O era su desesperación por recuperar lo que por derecho le pertenecía? Sea como fuere tampoco parecía estar especializada en armas a dos manos. (¡Te tengo!) Pensó, justo antes de reaccionar en contraataque. Rápidamente realizó un paso hacia un costado para salir del área que el filo del arma le amenazaba, aunque no pudo evitar sufrir un rasguño en el cuello durante el proceso. Luego, con su mano libre tomó la lanza para realizar fuerza y de últimas alargó la pierna izquierda para propinar una patada a la contraria en la zona del abdomen; más para empujar que para dañar. —¡Astrid, por aquí!— Exclamó a pleno pulmón para revelar su posición a su compañera entre la ligera nube de polvo que había por medio, la cual seguro no tardaría en disiparse. No pensaba hablarle de nada hasta que no tuvieran la situación bajo control, era un principio de cualquier superviviente.

Hp:

Cyan ha interactuado con…:

por **James Adamska** Vie Mayo 20, 2016 4:42 pm

Finalmente la gran contienda llegó su fin. La paz volvió al reino, si es que a lo que ellos consideran cotidiano puede ser llamado paz. Los guerreros demostraron su fuerza, y aunque el reino tuvo algunos daños, poco tomó a los ciudadanos comenzar a reconstruir las estructuras afectadas.

Trama Cerrada

Premios:

por Contenido patrocinado

Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
Atreyu NarradorMensaje Privado	Fingon Sindar NarradorMensaje Privado
Ithel Ibner NarradorMensaje Privado	Kvothe Arliden NarradorMensaje Privado
No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
Kuro Usagi	Orion Ärud	Aldara Sashenka	Quintus Dei (Libre)

Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater