Re: Baile de mascaras en el Dominus Castle ~ Trama N° 3 [Finalizado]

por Invitado Vie Ene 09, 2015 6:39 am

El ministro le sonrió tranquilamente a su joven hija mientras se rascaba un poco la nuca, realmente estaba apenado por llegar tarde y quería compensarselo pero aquello simplemente era parte de el. Sin embargo, la mujercita que tenía por hija no paraba de reprenderle a lo que el solo contestaba con una sonrisa, hasta que por fin ella dejó de hablar alegando que le perdonaba su llegada tarde. Lo claro era que si a ella le molestaba aquello pasaría varias rabietas en los proximos años ya que el ministro podía ser todo lo que deseara, incluso Lord si ambicionara tal cosa pero puntal, no, definitivamente no era una de sus cualidades o aspiraciones.

-¿Que? Cobrartelo? vamos, no es para tanto Ary -aseguró el pelinegro mientras le sonreía cálidamente- Relajate, estamos en una fiesta, hay música, comida, bebida... Y lo mejor de todo es que no hemos pagado ni un solo soulink por ello... Aunque eso me hace preguntarme, si se supone que esta fiesta es en pos de ayudar a las victimas de tempus ¿De donde saldrá el dinero para ayudarlas? -Preguntó mas para si mismo que otra cosa el consternado ministro que no separaba la vista de su pequeña niña- Hmm... -Fue todo lo que dijo sobre el tema el joven a quien no le agradaba para nada como pintaba el lugar, por alguna razón había una sensación de tensión en el aire y eso realmente era algo a lo que no estaba acostumbrado.

Todos sus pensamiento fueron disipados cuando tocaron su hombro, el por su parte se giró para observar al fornido hombre que le había llamado por su nombre. Una inspección rápida le hizo notar que conocía al muchacho de cabellos desordenados, esa forma de no peinarse la reconocería en cualquier parte del mundo sin lugar a dudas.

-Oh, Akki! Cath! Debí imaginar que estarían por aquí ¿como se encuentran? -Preguntó el ministro amablemente y con su característica sonrisa amable en el rostro que allí aparecía en todo momento, de hecho el mismo no creía recordar cuando fue la ultima vez que tuvo el ceño fruncido. Aún así, las palabras del contrario le tomaron realmente por sorpresa por lo que no pudo evitar quedarse perplejo ante lo dicho.

-Eh?? No, no! Para nada! Déjenme que los presente... Akki, Cath, ella es mi hija Arya Schneider, capitana de división. Y Arya, ellos son Akkatsuki y Catherine, Akki es General en el ejercio y Catherine su esposa, es capitana al igual que tu. -Musitó el ministro dejando escapar un suspiro de alivio al terminar con las presentaciones, para por fin tomar la mano de su hija a quien no dejaría ni de broma al libre asecho de los jovenes dirigiendose con ella un poco mas cerca del lugar donde la gente bailaba haciendo a su vez una señal con la cabeza tanto a Cath como a Akki para que les siguieran y pudieran conversar un poco mas. Sin embargo, al girarse para ver a ambas personas el ministro terminó por chocar con un joven que parecía ir en la dirección contraria, este llevaba la mano en su bolsillo y una mascara muy peculiar de metal.

-Oh, lo siento mucho no veía por donde iba -Musitó el ministro al muchacho con una agradable sonrisa mientras observaba al contrario de pies a cabeza. Se le hacía muy conocido pero ¿de donde? Es era la pregunta mas importante de todas, estaba seguro de haber visto ese corte de cabello y esas facciones en algún lado pero con las malditas mascaras le era muy dificil reconocer al resto de las personas. Aunque de todas formas el ministro no prestaba demasiada atención a lo que sucedía alrededor, el simplemente estaba pasando un buen rato.

por **Spirit Soul** Vie Ene 09, 2015 7:37 am

Aquella avejentada pero imponente y fuerte figura oía desde su salón del trono la música y el murmullo que provenía desde el salón principal, su espeso y plateado cabello le llegaba hasta los hombros. Su larga barba por otra parte lograba llegarle hasta el pecho y tanto sus ojos como sus labios mostraban las marcas ineludibles del paso del tiempo. Su cuerpo estaba en aquel momento vestido con una túnica blanca con detalles dorados, en sus manos poseía aún aquellos brazaletes de oro que hacían juego con su anillo. A su lado podía divisar en aquella dorada habitación, aquel cetro que llevaba siempre consigo y su corona creada en forma de laureles que también era del color del oro para no desentonar.

Finalmente uno de sus ciervos apareció detrás de el poniéndose de rodillas mientras hacía una reverencia para luego levantarse, aclarándole que ya era hora de aparecer frente a su pueblo. El monarca asintió y su sirviente salió de la habitación rápidamente para dar el aviso de que comenzaran a bailar, desde ese momento tendría algunos minutos hasta finalmente salir de sus aposentos y presentarse ante aquellos súbditos que habían acudido a su velada.

El, soberano de todo aquel que pisara sus tierras, navegara sus mares o volara en sus cielos se mantenía por aquellos momentos aún observándose a si mismo en el inmenso espejo que reflejaba su figura mientras acariciaba su propia barba. Era para el casi indescriptible la sensación que le profería el ser la criatura mas poderosa en aquel planeta, el responsable de marcar el orden y la justicia con un puño de hierro, de definir y dividir el mal del bien pues su palabra es la ley y sus deseos son ordenes. Sin embargo, aquellos pensamientos rara vez ocupaban demasiado tiempo en la mente del soberano, quizás por que realmente se sentía ajeno a aquellos seres que esperaban por verlo. En aquel momento estos se dispersaron y el se mantuvo observando sus ojeras en el retrato que aquel espejo le profería. Aún a pesar de los años, si figura se mantenía imponente y quizás algo prepotente, incluso por momentos le parecía regresar a aquel tiempo en que se había alzado con el poder en medio del caos y había impuesto su propio orden, había marcado un hito en la historia y había sometido a todas las razas bajo sus leyes haciendo de aquel planeta casi en ruinas se recuperara y pronto se convirtiera en un lugar armónico a sus ojos.

Nuevamente su ciervo apareció detrás de el anunciándole que todo estaba listo para su llegada y en el mismo momento a su habitación entraron unas tres mujeres que se encargaron de vestirle con el manto real, colocarle su corona y entregarle su cetro para finalmente retirarse dejando en aquella habitación tan solo a el y a su sirviente junto al cual abandonaron el lugar. Tras atravesar la puerta de sus aposentos dieron a un pasillo inmenso que se extendía hasta el gran salón de su castillo, a cada lado de este una hilera de soldads vestidos con la armadura del Dominus Castle se mantenían en guardia y erguidos asegurando la seguridad de su monarca. Finalmente el Lord de aquel planeta dio su primer paso, comenzando a caminar hacia el lugar donde le esperaba su pueblo. La música ya no sonaba y todo lo que se podían oír eran murmullos que llegaban a los poderosos oídos del soberano, en aquel momento su criado se adelantó y a toda voz anunció a los presentes que hicieran una reverencia ante su señor. Para cuando el llegó al lugar este estaba completamente repleto de soldados, tanto a su alrededor como de las personas que habían asistido. El, sin embargo, se dirigió a paso firme hacia el trono, que aunque no era tan imponente como el que tenia en su salón privado, si destacaba bastante. Una vez allí el majestuoso y opulento monarca se sentó imponente y observó a los invitados desde allí, preparado totalmente para alzar la voz.

-Mis ciudadanos, nos hemos reunido aquí esta noche buscando ayudar a cada una de las victimas del atentado en valle chocobo. Para esto, he decidido donar el valor de lo que cueste la fiesta para ayudar a esta tragedia y a la gente que la ha vivido. Por lo tanto, les invito a comer y beber en mi morada por este día.-Musitó el avejentado señor con una voz levemente ronca por la vejes, pero increíblemente imponente que terminó por dejar a la sala en un silencio total que luego terminó por explotar en una horda de aplausos. Rápidamente su lacayo acercó al hombre una copa dorada con vino mientras el observaba con sus ojos dorados y profundos como se servían a cada lado del lugar una inmensas mesas con comida y bebida, mientras todo el castillo tomaba un aspecto encantado en el que se desplegaban las banderas con su estandarte, las velas flotaban de un lugar a otro y la música volvía a sonar. El simplemente se mantuvo allí observando a cada una de las personas en el lugar, escrutándoles con la mirada. Finalmente, si ciervo anunció a las personas de allí que si alguno lo deseaba podían acercarse a su señor para intercambiar algunas palabras uno a la vez. Advirtiendoles ademas que cualquier movimiento brusco conllevaría a un destino fatal, puesto que se trataba del hombre mas importante de todo el planeta y los cuidados para con este eran extremos por lo que los guardias estaban entrenados para atacar ante la mínima sospecha. Aún así, la distancia entre el regente de aquella isla y las personas que hablaran con el sería de tres grandes escalones y obviamente, como era costumbre quienes se presentaran ante el deberían mantener la cabeza baja en todo momento en señal de respeto. El por su parte bebió un sorbo de su bebida y se mantuvo sentado de manera elegante e imponente con la copa dorada en su mano y el cetro dorado apoyado contra su trono.

por **Bartolomeo** Vie Ene 09, 2015 1:14 pm

Alejado ya de todo apartado en una de las esquinas, había perdido de vista a todas las personas a las que pude reconocer fácilmente e intentaba mantenerme alerta por si ellas me veían a mi. El baile transcurría normalmente y a pesar de la tensión que había en el lugar, mucha de las personas invitadas a el castillo se divertían y reían sin preocupación alguna, tal vez se sentían seguros de que nada pasaría, o tal vez pensaban que el lord ni siquiera iba a aparecer.
Me tome el mentón por un momento e intentaba descifrar el porque de esta cena.. entonces un llamado alerto a todas las personas del lugar.
El lord finalmente aparecería...

Un lacayo por delante, un bufón mas que nada y por detrás el imponente amo de todo el mundo, la mano de hierro que gobernaba cada ser en el planeta , la persona a las que todos teman respetaban y admiraban, el Lord...
Sus cabellos plateados llegaban hasta la altura del trapecio, una figura imponente por donde se lo mirase, y una mirada que hacia temblar hasta las cosas sin vida. Sus ojos con un toque dorado marca de la realeza de su sangre, una túnica blanca o algo similar, y como no podía faltar, mucho oro en su traje para la fiesta.

Me encontraba mudo puesto que nunca hubiese imaginado ver a dicho ser, esto mataba la duda de si aparecería o no ... Con seguridad por doquier hasta mezclándose entre la gente que estaba bailando y había parado para escuchar a el amo de todo , parecía imposible poder tocar a aquel hombre.
El discurso fue mas breve de lo imaginado y mas largo a la vez... se trataba de ayudar a las victimas del atentado en chocobo algo que en realidad no me importaba en lo mas mínimo. Sentado en su vigoroso trono , el engreído viejo observaba todo , la música volvía a subir y la gente a bailar como si nada.. al aparecer no comprendían lo loco que era esta escena.
Se dijo que quien quisiera podría acercarse a intercambiar unas palabras con el majestuoso ser, a lo que temblando un poco pero sin dudar decidí hacer.
Apreté mis puños y camine hasta el, no estaba al lado sino que unos cuantos escalones mas abajo , como diciendo que todo ser como mucho llegaría a sus tobillos. La seguridad parecía fuerte, y eran demasiados hombres... por lo que solo dije unas pocas palabras luego de que este me diera el ok para poder hablarle..

-Pu-Dre-Te....- Le dije mientras sacándome la mascara le clavaba los ojos al semi-dios y me volteaba para alejarme de el lugar. El palacio entero quedo mudo, y se escucho la saliva que luego de voltearme trague.
Guarde mis manos en los bolsillos y algo nervioso comencé a bajar los escalones, con los ojos cerrados sabía que por poco que pareciera era lo mas importante que un pirata hubiese echo hasta el momento y que seria recordado pasara lo que pasara.

por **Greed Gaziel** Vie Ene 09, 2015 3:30 pm

Mientras caminaba bastante distraído no había notado al hombre que choco conmigo. Apreté un poco los dientes y estaba por lanzarle más de un insulto. Pero pude reconocerle justo antes de hacer algo. Aún tras ese antifaz se lo podía reconocer por su mirada, sus ropas y toda su forma de ser. Era de esperarse que el Ministro Franz se encontrara en esta celebración, pero me sorprendió el no haberle notado cuando llegue. Rápidamente cambie mi expresión y correspondí al ministro del Reino con una amplia sonrisa falsa pues no quería causar problemas. Noté que este posiblemente no me había reconocido, a lo que me alivie pues no sabía si se había enterado de mi verdadera identidad. Luego noté a las personas que estaban con él. Una que parecía ser una niña pequeña que no reconocía de ningún lado y tras ellos la curiosa pareja del tipo que casi se había dado la cara contra el suelo. Apenas miré a esas personas pues no quería levantar sospechas por lo que volví mi mirada a Franz y le dije intentando hacerlo de buena manera. – No se preocupe Ministro, yo tampoco eh prestado mucha atención al camino. – Tras aquello me aparte de enfrente del Ministro, tenía que mantenerme en una posición segura.

Casi al instante la música comenzó a bajar y un hombre apareció por donde se suponía que entraría el Lord. Este nos dio aviso de que aquel Líder iba a presentarse. Comencé a ponerme nervioso, mi corazón se aceleró, era muy temprano para aquello y no me sentía listo para verme ante tal imponente figura. Mi mirada se fijó rápidamente en el gran hombre de largas barbas plateadas que se acercaba tranquila pero firmemente a su trono. Se presencia bastaba para dejar a uno inseguro, no era necesario mirarle a sus ojos para darse cuenta de que estaba en su castillo. Entonces comencé a dudar. ¿Y si esto era una trampa para atrapar revolucionarios que quieran colarse en la fiesta y darles una lección? ¿Y si había mordido el anzuelo? ¿Y si todas las personas que había visto ahí dentro eran fuertes guerreros que saltarían sobre los revolucionarios en un par de segundos? Mi cabeza daba vueltas mientras el tipo daba su mensaje. Alto y claro. Corto y conciso. Extrañamente, sus palabras provocaban una paz, pero al mismo tiempo infundían respeto y temor. Era todo demasiado perfecto y no se había ganado su puesto a base de sucias mentiras.

Entonces noté a Bartolomeo, el peliverde se acercaba al Lord. ¿Lo golpearía? ¿Le preguntaría algo? ¿Pediría unas mejoras para su Barco? ¿Se quejaría de una inútil marina? Cualquier cosa podía salir de la cabeza de ese retorcido pirata. Pero parecía que todos estábamos en la misma situación. Exceptuando a las personas que habían venido con buenas intenciones, para quienes la presencia de ese tipo no era más que calma y protección. Bartolomeo solo dijo unas palabras y se bajó, dijo las palabras correctas. Yo no lo había notado hasta entonces, pero cuando miré a mí alrededor, había guardias en todo punto de la sala. No cubrían las salidas por completo, pero sin dudas no tendrían un punto ciego si alguien intentara un atentado. Esta situación me superaba y no pude hacer nada más que conservar mi distancia mientras continuaba observando la imponente figura que ese anciano representaba.

por Invitado Vie Ene 09, 2015 6:20 pm

Dejó escapar un pequeño suspiro de resignación cuando se tuvo que detener obligadamente ante el pequeño accidente que había protagonizado nada más ni nada menos que su progenitor. Por su parte, ella tan curiosa como siempre le dedicó una mirada al hombre que al parecer también conocía a su padre, sin embargo, se mantuvo callada la mayor parte del tiempo, observando en todas direcciones con la debida discreción simplemente porque era la primera vez que podía hacer lo que quisiera sin estar bajo el rigor de su familia, o al menos, eso pensaba. Tomó con cuidado la mano del ministro, entrelazando sus dedos con los de él en lo que se volteaba a ver la otra pareja que le habían presentado hacia casi nada de tiempo, sonriéndoles a nueva cuenta.

-Me sorprende la cantidad de jóvenes que hay en este lugar- Susurró para sí misma, encogiéndose levemente de hombros antes de que pusiera total y casi completa atención en uno de los supuestos “servidores” del Lord cuando este fue anunciado. La menor por su parte abrió un poco más sus preciosos ojos azules, los cuales mostraban un interés casi infinito así como también bastante curiosidad por poder conocer al monarca del que le habían hablado casi toda su corta vida con tanta insistencia.

-Cuantos soldados…- Volvió a murmurar, sin poder a ciencia cierta contar de reojo a la cantidad de ellos que estaban apostados asegurando que ninguno de todos los presentes pudiese atentar contra el soberano del planeta. No dudo obviamente dedicarle una reverencia formal al tan conocido líder, aquel que había salvado el mundo cuando se encontraba en un estado completamente caótico, inmerso en las guerras y al borde de la destrucción. –E-es…imponente- Musitó la muchacha a su padre, aunque no pudo ni quiso quitarle la mirada al ser que se mantenía en su trono, de manera soberana sobre todos los presentes…simples mortales a sus ojos.

En la mirada dela menor podía notarse una sorpresa bastante consolidada, grande, como así también respeto, emoción u admiración e inevitablemente…no pudo comenzar a preguntarse en su interior que tan fuerte podría ser el Lord, o que clase de habilidades serían las que dominaba. Finalmente dejó escapar otro suspiro ante tantas ocurrencias al mismo tiempo que esbozaba una sonrisa muy tenue en aquel semblante ligeramente aniñado que le profería un aire encantador. –Qué bueno que vinimos, seguramente no hubiese podido tener esta oportunidad en mucho pero mucho tiempo-

Fue todo lo que pudo decir, súbitamente entornó la mirada, aun observando al Lord mientras comenzaba a perderse en sus pensamientos otra vez. Ella claramente no podía imaginarse que pasaba por la cabeza de alguien como él, odiado y amado por igual, con tantas responsabilidades sobre sus hombros…pero sobre todas las cosas…¿qué pensaba él de los presentes?, ¿Cuál había sido su origen?, así y todo, ¿por qué alguien como él se había interesado en la seguridad de los que habitaban en este planeta?, ¿llegaría a experimentar soledad en algún punto del partido?. Desvió la mirada delicadamente cuando sintió que una extraña sensación similar a la tristeza comenzaba a invadirla desde adentro, claramente ella misma desconocía el porqué. Su respiración fue tornándose más calma, notándose en el apacible movimiento de su pecho que subía y bajaba en la clara acción de enviar oxígeno a sus pulmones.

Recién volvió a observar toda aquella escena cuando un hombre bastante más alto que ella y de cabellos verdes se había aproximado hacia el Lord, quedándose unos escalones más abajo como debía ser en señal completa de respeto.

por **Ichinose Takumi** Vie Ene 09, 2015 7:11 pm

El líder revolucionario bailaba junto a la muchacha tranquilamente mientras observaba con cuidado a todos aquellos que se encontraban a su alrededor, a pesar de no parecerlo y de jamas apartar la vista de la muchacha el demonio dedicaba casi todos sus sentidos a percibir lo que sucedía a su alrededor. Danzaba aquella canción con la muchacha de forma elegante mientras notaba como las personas de aquel lugar actuaban, principalmente aquellos dos individuos que realmente resaltaban en aquel antro que tanto detestaba. Aunque realmente le venían bien, pues de aquella manera el pasaba aún mas desapercibido. Realmente notaba varias presencias interesantes en el lugar pero aquel ser al que deseaba ver parecía no tener intención de entrar aún, sin embargo no parecía faltar demasiado para aquello.

-No, seguramente entrará dentro de poco. -Aseguró el muchacho observando a la muchacha con calma, realmente estaba bastante ansioso por la aparición de aquella persona a quien deseaba reducir a la inexistencia.

Se mantuvo calmo cuando de pronto aquel vocero apareció en el lugar, avisando de la inminente presencia de aquel monarca que regía sobre el mundo entero. Al momento el lugar se llenó de guardias en todo lugar al que pudiera mirar, sin embargo, el por su parte se mostraba calmado observando aquella impresionante figura que terminó por sentarse sobre su trono, observando a todos los presentes como si viera a través de ellos, como si supiera la verdadera naturaleza de cada una de las personas que sen encontraban en el lugar. Aún así el se mantuvo quieto ofreciendo una leve reverencia, después de todo era increíblemente hábil para fingir en cualquier tipo de situaciones y esta no era la excepción. Después de todo no era tan estúpido como para plantarse frente a alguien sin estar preparado para ello, lastimeramente parecía ser que no todos pensaban de aquella manera. El por su parte observó a aquel peliverde acercarse al monarca y pronunciar aquello para finalmente comenzar a alejarse.

-Tsk... Eso si que fue realmente estúpido, veamos como sigue la fiesta -Musitó Astaroth con una sonrisa en su rostro que dejaba mostrar sus colmillos y cierto brillo ambicioso en su mirada.

por **Memeran Anarchy** Vie Ene 09, 2015 9:30 pm

El saloin enmudecio. Memeran estaba inmersa en ese hermoso paisaje, pensando miles de cosas, cosas buenas, cosas malas, cosas simplemente expontaneas, sintiendo que ya había estado en un lugar asi antes, que ya había visto un paisaje asi…pero no estaba segura.
De repente la voz de alguien anunciando al lord la hizo girar el rostro de repente. Todos reverenciaron, pero ella no pudo hacerlo. Si figura era imponenete, ciertamente intimidantes hasta para una brava y feroz pirata. Si bien se había enfrentado a la marina muchas veces, ella no era de las que recordaba los rostros de seres sin importancia, no recordaba a nadie que fuese inferior a ella en fuerza y con trabajos recordaba a quien le había costado un poco lidiar. Recordaba a aquellos marienes que habían sido un dolor en el tracero, esos si que los recordaba, pero nunca se había enfrentado a nadie que pudiera reconocer en esa fiesta.

El Lord era diferente…sabia que recordaría esa figura semi-divina por el resto de su miserable vida. En el momento de verlo en su cabeza resonaron palabras con al voz de su madre….”El supremo soberano es alguien extraordinario, sin duda servirle fue lo mejor de mi vida”
Que eran esas palabras? , no lo sabia, se toco la cabeza y entonces miro como el se dirijia a quel gran trono y tomando su cetro camino rapidamento, metiéndose entre la gente con rapidez, si el tenia pistas del paradero de su madre o de su padre, de decirle porque los mataron…su lado sentimental la domino, tenia que hablar con ese hombre para preguntarle si la conocía…Una hermosa mujer de cabellos dorados como el oro, ojos del color de la amatista…piel tan blanca como la de ella….Memeran era el resultado de las mejores características físicas de sus dos padres asi como de los instintos…pero era también un caos muchas veces por lo mismo de la herencia de ambas partes.

Rapidamente se salio de la muchedumbre, su corazón latia enormemente algo la alertaba de que no debía acercarse ahí. Mientras caminaba rápidamente por el gran salón miro a morita acercarse al Lord y camino rápidamente hasta quedar detrás de el. A unos dos metros. Entonces le miro quitarse la mascara y en unos momentos fugaces que fueron como eternos al mismo tiempo lo miro bajarse, apreciando sus facciones faciales…y ese sentimiento de nuevo…otra vez se dio cuenta de que no seria un rostro que olvidara en lo que le restaba de vida, mas por como lo miro…temblando…pero en el había un aura de logro, y como no, esa simple palabra ya lo meteria en la historia.

Ahora que lo miraba bien lo recordaba de los carteles de se busca de la marina….Asi que ese era el famoso Bartolomeo. Suspiro y entendio que si se armaba un jaleo por todo eso, ella tendría que ayudar a su hermano de aguas saladas.

—“Vaya que los hombres son estupidos….”— penso cuando en su mente aun resonaba esa imagen del pirata maldiciendo al Lord. Se paro a un lado de él y le susurro en ese momento —pensé que no tenias que ir tras peces tan gordos— dijo sonriéndole y mirándole de reojo —Seguro estas satisfecho con eso?— preguntole para tomarle de la mano, de forma brusca y complice —espero aun este en pie esa oferta de cuidarme— le dijo para jalarle a ella y depositar un beso en su rostro, justo en su mejilla, rosando la comisura de sus labios.

Le solto de forma suave y se acerco al lord, los guardias la miraban de forma acechante, y como no? Si se acababa de poner en evidencia de que conocía a aquel hombre, casi como su fiesen intimos. Quedo en los tres escalones que marcaba el mandato…mantuvo la cabeza gacha —No bien aquí a hacer nada mas que divertirme, pero ahora que estoy aquí…he decidido hacer algo estúpido e idiota— sonrio de forma divertida —Me imagine como cenicienta …viviendo un cuento de hadas, pero estando aquí recuerdos vinieron a mi cabeza…y espero que el apellido Anarchy le suene de algo, porque el angel que se caso con el hombre que llebava ese apellido murió…y quiero saber porque una invitación llego hasta mi casa donde se me invitaba a asistir aquí!— dijo aquello mas como una exigencia levantando la cara mirando directo al rostro del Lord —Si fueras el soberano que mi madre conto alguna vez…no estarías aquí dándote la vida de lujo cuando tus siervos sufren! Eres patético queriendo arreglar los daños cuando pueden prevenirse! La edad debería darse sabiduría y no estupidez!—

Unos guardias la miraron castigándola, y esta se saco la mascara, mirando al lord con sus profundos ojos de inusual color, pero su mirada no era la de un demonio amenazante, sino la de un angel dolido, que recordaba como sus padres habían muerto frente a sus ojos —De que te sirve el poder si no sabes usarlo para el bien de tus siervos! — Puso un pie sobre el primer de los tres escalones para que los guardias la amenazaran con sus armas y le impidieran el paso. Por alguna razón sus ojo se llenaron de lagrimas, aquel recuerdo de su madre al fin cobraba sentido —mi madre murió nombrándote y tu no hiciste nada para ayudarla! Eres peor que los que dañan tu reino! Porque peor es el que solo observa sin tomar partido esperando ver que las personas que creen en ti mueran! Por eso prefiero seguir mi ley! La ley del mar! Donde ningún hombre, ni siquiera tu puede dominar la furia de las olas!—

Los guardias la empujaron fuertemente y la hicieron caer por las escaleras. Ella rodo hasta detenerse y se puso de pie. Su hermoso peinado estaba arruinado, cabellos caian en su frente y las lagrimas no podían parar de salir…odiaba sentirse débil, pero era la priemra vez en toda su vida que exteriorizaba sus sentimientos de aquel momento. —Rosse Evangeline Von france! Ere era el nombre de la mujer que murio pidiendote perdon en los labios!— dijo el nombre de su madre mirándolo con ojos ahora de furia demoniaca, dejando notar su lado sucubus enfurecido —Aun mi padre un ser oscuro pidió perdón por ti mientras yo me arrojaba al mar para salvar mi vida….Roger Anarchy! — las lagrimas se le desbordaban y se puso de pie siendo el objeto de todas las miradas mientras los cercanos la miraban se puso de pie con ayuda de ese cetro de corazón y no dejaba de mirarle. Algunos decían que había bebido demasiado mientras otros no sabían que hacer. —El dia que mueras nombraras al ser amado y estaras solo! Y espero que sientas la desolucion que sintieron mis padres al creer en un viejo sin sentimientos que solo lo domina el sentimiento de grandesa!—

Acomodo su peinado y su vestido y empezó a caminar, poniéndose de nuevo la mascara que tenia algunas cuarteaduras por la caída de las escaleras y su cetro había perdido dos de las cuatro cartas de naipes que tenia adornándolo.
Camino hasta llegar con Barlotomeo mientras dejaba que sus ojos humedecidos se calmasen y camino a su lado respirando hondo mientras metia su mano dentro de su mascara para limpiar sus lagrimas y seguir el paso del pirata. —Jamas sere cenicienta…verdad?— susurro para seguir caminando al lado del pirate peli verde.

por **Juliet Irina** Sáb Ene 10, 2015 12:16 am

Ante su pequeña intervención con la chica de cabellos celestes se mostró impasible. Ella hablaba un poco más golpeado y alto que lo normal. Le agradaba por ser sincera. Quizás en otras condiciones habría podido tener una relación un poco diferente, pero por ahora debía mantener la calma e ignorar sus múltiples comentarios contra ella. Le agradaba más ser ella misma, pero nadie podía serlo en aquellos bailes llenos de pretensiones y falsedades.- Oh, no te preocupes. Te fuiste a topar con la menos grosera de toda la fiesta.- Sonrió suavemente. Podría parecer fingida y condescendiente, pero realmente disfrutaba la espontaneidad y explosividad de la chica. Aquello del apodo no le encantó demasiado.- Irina, dejemos los sobrenombres de lado para después.- Musitó ignorando un poco el nombre que le ponía. Su pequeño intento de flirteo con la misma chica no pasó desapercibido.- Hoy no estoy de humor para bailar, pero algún día... Tus cabellos son difíciles de olvidar... Que tengas una hermosa velada.- Susurró tras escuchar y ver las señas que ella le daba para encontrarla con facilidad. Tenía la sensación de que se la encontraría por algún otro lugar pronto.

Comenzó a caminar entonces por el salón, encontrando caras conocidas, familiares y no tan familiares. Le costaba encontrar alguien que de verdad le agradara, sobre todo porque no solía tener muchos amigos, y su familia había decidido no aparecerse por el lugar. Mientras trataba de evitar con dignidad a la muchedumbre, observó entre ellos a una figura que le resultaba conocida. De pies a cabeza, incluso la altura y la manera de quedarse erguido junto a la chica a la que le hablaba. Ciertamente era ese el moreno que se había encargado de quitarle el sueño desde hacía algunos meses. Caminó hacia ellos, cuidando que no parecieran muy dirigidos sus pasos, pasando tras de ellos, alcanzando a escuchar un atisbo de la voz del chico. A pesar de la música y el eco que la máscara agregaba, no tenía duda de que era él. Lanzó una mirada a él con una sonrisa de aprobación, pues su cabello tenía ciertamente el largo adecuado y el tono correcto. Lanzó simplemente una mirada coqueta, que podría ser interpretada por cualquiera como un simple flirteo y no como el reconocimiento que era. Se alejó por unos pasos hasta que, por la puerta principal, se anunció la entrada del anfitrión de la velada.

Ciertamente era imponente, demasiado alto y poderoso a pesar de la edad. No parecía para nada un viejo decrépito como todos lo pintaban. Estaba completamente vívido. En seguida, sus palabras retumbaron ante sus paredes. Estaba segura de que si Reiv estaba en aquella sala, muchos revolucionarios más lo estarían. Observó alrededor, para saber quien sería el primero a quien le patearía en el hígado aquella que calificarían como falsa hipocresía por parte del regidor de los reinos. Aparentemente, la peliazul fue la que tuvo la reacción más explosiva de todos. Triste era que desde pequeña había tenido un triste empezar, pero no podía dar a conocer la tristeza que realmente la embargaba. Levantó la barbilla con alteza, como si reprobara aquella acción de la peliceleste. Ciertamente, su baile con ella tendría que posponerse.

De reojo, seguía observando siempre al moreno que le encantaba. Le molestaba que estuviese tan campante, hablando con sus guapas amigas y haciendo nuevas. Se mantuvo en su posición en el centro del salón, pues no tenía intenciones aún de presentar sus gracias aún ante él. Dejaría que pasara la noche, para después presentar sus respetos.

por **Bartolomeo** Sáb Ene 10, 2015 11:38 am

Mientras bajaba mi pulso cardíaco aumentaba desmesuradamente, sentía un calor en el cuerpo que armonizaba todo mi ser por completo, a la vez un escalofrió de solo pensar que podría ser asesinado por la espalda, entonces mientras bajaba pude apreciar a la joven de cabellos celestes...esa misma que poseía el mismo aroma y quizás el mismo sufrimiento y rencor que yo hacia el supuesto Lord. Seguí bajando hasta pasar por su lado, esta dijo que fue algo estúpido lo que hice a lo cual sonreí algo nervioso pero antes de seguir caminando a un lado y ella al opuesto, beso mi mejilla casi rozando mis labios , dejándome completamente desconcertado.
La joven siguió su camino hacia un lugar peligroso, se ve que tenia muchas cosas guardadas en su interior por lo que me quede escuchando pero de espalda porque a pesar de que ella me había preguntado si seguía en pie la oferta de cuidarla era escalofriante volver a ver a ese hombre a los ojos.

La chica pirata se descargo completamente, entonces entendí de donde venia y porque eligió ser una pirata. Ser pirata y navegar los mares... todos veían como la peor vida, pero a decir verdad te permitía ser libre a la vez que los océanos te demostraban lo pequeño que en verdad eres pero también lo lejos que puedes llegar.Una buena discusión hizo que la pirata quisiera subir un escalón mas, a lo que los guardias se apresuraron para cerrarle el paso. Por su parte el Lord parecía que si quiera le molestaba estas actuaciones, tal vez se creia mas que fuerte y nos consideraba insectos.

Pude sentir que el discurso había terminado y que llorando la joven me dijo -¿Jamas seré cenicienta ... verdad? . A lo cual tuve que responder. -Nadie quiere una cenicienta, cuentos no encajan en la realidad. Por mi parte prefiero las personas transparentes- Le respondí mientras le quitaba la mascara y con ambas manos le secaba las lagrimas de sus atractivos ojos.
-Sabes? esto no lo haría cualquier colega del mar...- le dije mientras me acercaba para darle un beso en la mejilla, en el mismo lugar que hacia momentos atrás ella lo había echo.

Había revolucionarios pero al parecer eran demasiados cobardes para actuar frente al lord. Seguro se excusarían diciendo de planear estrategias. pero lo cierto es que las estrategias no te ayudarían a tener nuevamente al lord tan cerca como en esta ocasión.

-Vamos a tomar algo de aire, no encajo entre cobardes- le dije a la pirata tomándola de la mano y atravesando la seguridad de la puerta solo amenzandoles con mi espada esperando a que el Lord no mandase a nadie por nosotros, aunque eso seria tener demasiada suerte ya suponía dentro mio que tendríamos que ensuciarnos las manos.

por Invitado Sáb Ene 10, 2015 2:53 pm

La situación se había vuelto demasiado retorcida desde el momento en que el lord había aparecido. Mucha gente estaba tranquila, a otros se les notaba nervioso, ansiosos, e incluso alegres. Por mi parte estaba firme como siempre, callado y un poco apartado del resto de las personas. Sabía que podían pasar cosas cuando este tipo se presente, pero lo esperaba por parte de Revolucionarios y no por parte de un Pirata. Pero no se podía esperar más de un sucio bacalao. Me sorprendió un poco como Bartolomeo había tenido la estupidez necesaria para dirigirle esas palabras al Lord. Aún que podía reconocer a ese Pirata como no solo otro más de los mares, no estaba a la altura para hablar de esa forma al líder supremo y soberano que había traído la paz a estos reinos. Con las manos en mis bolsillos comencé a caminar hacia aquella ronda que se había hecho tras las declaraciones de pirata y una vez allí pude reconocer a la chica de cabellos celestes. Aquella con mirada tan sueva y que de un segundo a otro podía convertirse en una perfecta seductora. Apreté mis dientes, sus declaraciones hicieron comprobar mi teoría. Era un pirata, y no me faltaba mucho para saber su identidad.

A diferencia de Bartolomeo esta se dejó llevar por sus sentimientos de tristeza, que fue lo que le hizo reprocharle en aquellas palabras tan duras al Lord. El ambiente había cambiado, tras su declaración la gente estaba tensa, y no había respuesta por parte de los guardias. Pues el Lord no había ordenado nada, quien sabe lo que ocurría en su cabeza. Quizás consideraba cual sería la mejor forma de castigarlos. O tal vez nuestro piadoso Lord estaba considerando los reproches de la chica. Vi como la chica se juntaba a un lado de Bartolomeo, estaba claro que estaban en el mismo juego pero por diferentes razones. Las aguas eran mi territorio y aún que estuviéramos en tierra, en la tierra del Lord, no dejaría que se escapen así tan fácil. Les seguí afuera, con cuidado y calmado llevando las manos en los bolsillos de mi pantalón negro. Bartolomeo ya no llevaba su máscara y de igual forma su compañera que aún no la había reconocido.

Les vi fuera y yo parado desde la puerta, a lo que pocos momentos después bastante cantidad de guardias salieron hacia fuera del castillo claramente en busca de esta pareja. Estos habían formado una posición adecuada, no los rodearon pues era obvio que los piratas que insultaron al Lord no tendrían el miedo para huir ahora de la pelea. Avancé entre aquellos soldados avisando mi rango de Almirante a lo que entre ellos se abrieron dejándome paso para poner la frente de aquello. Lucia mi mascara de gato miraba el rostro de la pirata que ahora podía reconocer como Memeran. – Bartolomeo y Memeran. Piratas que entraron de alguna forma al castillo del Lord, no se les puede inculpar por eso. La fiesta era pública y se podía entrar ya que fueron enviadas solicitudes a muchas personas. Sin embargo ustedes han hablado ante el Lord, y han olvidado una cosa. El Lord, no les ha dado una respuesta aún, es de muy mala educación retirarse antes de que la personas les conteste. Los invito a volver dentro y escuchar lo que el Lord tiene que decir, de cualquier modo es poco probable que puedan salir de la Isla sin su aprobación. Los guardias no solo están en el castillo, los hay por toda la ciudad, y dentro hay más gente del gobierno que no tendrá problemas en salir a luchar si el Lord lo necesita. – Saqué las manos de mis bolsillos y me crucé de brazos. – Recomiendo que tomen mi consejo, podrían salir menos lastimado. Después de todas personas tan corajudas como ustedes no deberían de tener problemas en entrar nuevamente a este castillo. – Tras mis declaraciones tan calmadas, guarde silencio y me di la vuelta para cruzar una vez más entre los soldados y ponerme detrás de todos aquellos. Esperando la decisión por parte de los Piratas.

por **Bartolomeo** Sáb Ene 10, 2015 3:08 pm

Logramos salir pero obviamente los problemas estaban causados y las consecuencias no tardaron en llegar, una gran cantidad de guardias salieron a fuera para atraparnos a ambos aunque eso no iba a ser posible, pero para mas sorpresa una persona de cargo alto cruzo por entre medio de los guardias de cartón .. nada mas ni nada menos que el almirante mustang, a quien ya conocía personalmente.Este nos ofreció volver a dentro, a esperar la supuesta respuesta del Lord, teníamos todas las fichas para poder salirnos del lugar, pero... eso no seria lo correcto.
-Si quieres puedes esperar aquí- Le dije a memeran, pues no quería causarle mas problemas.

-Bien roy, supongo que siendo una fiesta pública pueden llegar algunos que otros invitados más...- El almirante me miro fijamente, entonces levante mi mano para meter dos dedos en la boca y pegar un fuerte silbido.
No paso tiempo que toda mi tripulación estaba llegando a mi posición parándose por detrás de mi. Mas de cincuenta de los mas despiadados hombres del mar dispuesto a dar su vida a cambio de mis ideales, dispuestos a imponer la justicia de la que siempre hablaba yo.

-Espero no te moleste, después de todo tú fuiste quien nos invito verdad? - Esperando la respuesta de el almirante que parecía asombrado, pues esto tal vez le traería mas problemas a el que a mi, era fácil de calcular, en vez de dejar ir dos personas metía dentro del castillo del lord a mas de cincuenta, sinceramente era un mal negocio para toda la pobre gente inocente de ahí dentro.

Tome una mano y la pase por la cintura de memeran aferrándome a ella, sonriendo ya mas tranquilo me senté en el suelo haciendo que memeran se sentara a mi lado.

por Invitado Sáb Ene 10, 2015 3:50 pm

Como era de esperar el pirata respondió queriendo entrar. Caminé una vez más al frente y estaba por ofrecerle entrar, cuando este echó un silbido muy fuerte. No pasó mucho tiempo y empezó a llegar gente, sus piratas, yo y todos los soldados del lord estábamos callados un poco asombrado por la cantidad de gente que este traía. Pero simplemente mostré una sonrisa y puse las manos en mis bolsillos para decirle.

- Lamento ser yo quien le eche agua a la fiesta de tu gente, pero ellos no llevan masca, la principal condición para entrar en la fiesta. Tampoco llevan las ropas adecuadas, y ninguna entrada podría valer para 50 hombres. Supongo que tendrás que entrar solo tu, aún que supongo que como mucho 3 o 4 personas más pueden entrar contigo. – Aún con esa sonrisa en mi rostro miré a Memeran. – Supongo que estás más interesada en pasar, el Lord puede tener las respuestas que buscas. – Sin más que decir pegue la vuelta y pase entre los soldados. Esta vez no me importaba oí lo que dirían ya que estaban dispuestos a entrar y claramente bajo las reglas del gobierno.

Caminé y no detuve hasta estar dentro de la sala una vez más. La gente me miraba un poco sorprendida ya que no mucha gente podía saber quién era. Comencé a mirar a mí alrededor y a contar a la gente que reconocía como parte del gobierno. Las cosas estaban de nuestro lado. Aún que tuviera la habilidad para que sus 50 hombres pasen sin ser vistos tan solo con los guardias del Lord bastaría para superarlos en número. Sin mencionar que algunas figuras muy fuertes de cada reino estaban presentes. Finalmente solté un suspiro, pues había dicho que no sería yo quien armaría escándalo aquí dentro. Pero parece ser que los problemas de los mares me seguían hasta la tierra.

por **Catherine Leroux** Sáb Ene 10, 2015 6:25 pm

Se presentaron ante la señorita Arya, que resultaba que era la hija del ministro. Este dato sorprendió a la valkiria, la cual no tenía ni la más mínima idea de que él ministro tuviese una hija. Después de eso, su superior les hizo una seña tanto a ella como a Akki para que les siguieran. La valkiria se agarró al brazo de su esposo y mientras caminaban detrás de ellos, la valkiria decidió darle un poco de conversación a su marido antes de poder hablar con sus compañeros.-Ha sido una suerte que encontrásemos a alguien con quien hablar, ¿verdad querido? Esto esta lleno de gente y con estas mascaras no hay quien distinga a quien.-Agarró un poco más fuerte el brazo de su marido mientras seguían caminando detrás de Franz y su hija. La verdad es que todo este ambiente festivo le gustaba, la hacía sentir como a una princesa, junto a su príncipe.

Se le ocurrió que podía darle también tema de conversación a sus distinguidos acompañantes, pero el ministro choco con una persona, así que decidió no interrumpir por el momento. El alto mandatario de Spatium se disculpo con el caballero y este le dijo que no tenía que preocuparse por el incidente. Esto a Cath le llamo un poco la atención porque el señor había llamado por el nombre de pila al ministro, por un momento le pareció un poco raro, ya que con las mascaras era difícil saber quien era quien, pero esa intriga le duro hasta que se percato de que podía ser que el caballero se encontrase cerca de ellos oyendo la conversación que estos tenían y entre medias haya oído los nombres de todos, así que lo dejo estar. Ahora por fin parecía el momento adecuado para hablar todos y pasar un buen rato en grupo pero una sorpresa en la fiesta interrumpió el momento de las charlas.

De repente, la música paro y apareció el amo del castillo para dar un pequeño y rápido discurso. Para Cath era algo asombroso, nunca había visto al Lord en persona, era algo que solo se vivía una vez en la vida y estaba emocionada de poder presenciar algo así. No se le podía ver por la mascara, pero debajo de ella sonreía de los nervios, era como una niña que ve algo espectacular. También se les aviso de que podían ir a hablar con el Lord y aunque era una idea tentadora, no se lo ocurría que podría decirle a alguien tan importante, tan solo parecería una tonta si iba ahora mismo, así que lo dejo estar.-Wow, nunca me imagine que el Lord en persona apareciese y que encima fuese a dar todo lo de la fiesta a una labor benéfica.-Le dijo en voz baja a su marido para que solo le escuchara él.-¿Tu vas a ir a decirle unas palabras amor? Yo creo que por mi parte no le diré nada, no se me ocurriría nada que decirle algo interesante a un hombre de su clase.

Ambos siguieron junto al ministro y a su hija, parecía que casí se habían olvidado los unos de los otros por esta pequeña salida a escena del amo del castillo, pero nada más lejos de la realidad. Cath intento que los cuatro hablasen y se distrajesen juntos para poder pasar un buen rato, así que decidió romper el hielo siendo ella la primera que hablaba.-Y bien ministro, ¿Ha venido también con la madre de Arya o vienen ustedes dos solos?-Dijo como tema de conversación para abrir una charla que esperaba que fuese amena. A lo mejor había sido un poco atrevido preguntarle por ese tema en concreto, así que esperaba que no pasase nada malo. En lo que esperaba una respuesta, oyó como se armaba un pequeño revuelo por culpa de un señor de pelo verde que había dicho unas palabras malsonantes al monarca.-No se si es muy valiente o esta loco de atar, ir al hombre más poderoso del mundo y decirle eso es como firmar tu sentencia de muerte... a ver que le pasara.- Dijo haciendo un pequeño inciso en la conversación que tenía con Franz, Akki y Arya.

por **Akatsuki Ousawa** Sáb Ene 10, 2015 6:49 pm

El íncubo se quedó totalmente paralizado al escuchar que Arya era la hija de su amigo Franz. Iba a decir algo y no solo se le olvidó sino que se le quedó la boca abierta, menos mal que la máscara le tapaba. Tragó saliva y trató de luchar contra la impresión que le había dado. Este momento había sido el más chocante de todos, sin duda alguna. Se hubiera imaginado casi cualquier cosa menos que fuera su hija. Nunca la había visto cuando había ido a la casa de Franz, ni él le había hablado de esto y suponía que si ahora lo soltaba sin ningún problema ¿Por qué no le comentó nada? ¿No confiaba en él? Bueno, daba igual, el caso es que ya sabía que su hija pertenecía al ejército. Junto a los tres, se dirigió a un lateral de la pista de baile, puesto que ahora había que atender otra cosita: Al Lord.

-Mhm...- Soltó el General mientras observaba tranquilamente. No era lo que esperaba, pero no podía dejar que nadie se diera cuenta. Se fijó más en la comida: Eso era más importante que el Lord.

Sabía que sería un hombre mayor, pero parecía uno de cuento, algo así como un Merlín el Encantador versión musculada de gimnasio. La gente aplaudía y silbaba muy alegre, incluso la hija del ministro y su mujer se sintieron fascinadas, pero Akki se notó extraño. El Lord actuaba raro desde su punto de vista, parecía que miraba a todos con desprecio y que sus palabras eran un mero ensayo, pero ¿Qué sabía él de nobleza? Si era el primero en comportarse como un maleducado. Tal vez fueran protocolos o algo así de la gente importante. Hizo un gesto de indiferencia ante sus propios pensamientos y alzó ligeramente la máscara para volver a descubrir sus labios y empezar a coger algunos snacks. Habían unas bolitas rellenas de carne que estaban especialmente sabrosas y se las iba comiendo como si fueran ositos de goma.

-Prueba esto, nena.- Le dijo a Catherine, ofreciéndole una sujetada con dos dedos. -Hay que comer de todo.- Susurró con su típico tono bromista.

Fue justo en ese momento cuando se dio cuenta de varias cosas: La primera es que sus tres acompañantes, estaban especialmente interesados en la presencia dominante. Él lo comprendía, pero si no fingía estar igual de emocionado, tal vez pensaran algo extraño. No le molestaba el Lord para nada, de echo le gustaba el hecho de verle, pero no se sintió tan alegre como los demás. Fue como ver a una persona cualquiera, nada más. Catherine le preguntó si él quería ir a decirle algo. Akki no sabía hablar con gente importante, porque se había criado en la calle y tenía más lenguaje brusco que respetuoso. Podía ser educado, pero no lo suficiente como para hablar con alguien tan importante.

-No tengo interés en comentarle nada.- Le respondió mirándola a los ojos y volviendo a tomarse una de esas bolitas de carne. -Hoy no creo, porque acabaréis llenos, pero otro día podemos cenar los cuatro y hablar. Aquí se oye mal por la música y la gente hablando. Pasa de esa cosa extraña... "Eco".- Gesticuló un poquito y luego apoyó una mano en la mesa de atrás.

Mientras esperaba a escuchar la respuesta de su amigo y su hija, se dedicó a mirar a las personas, sobretodo a las que acababan de causar un par de problemas. Viendo al chaval ese de pelo verde avanzar y soltarle un insulto con tanta valentía, le hacía pensar que si él mismo se acercaba y le preguntaba que qué tal estaba y que como era la vida en el Dominus Castle, no sería tan malo. Sacudió la cabeza e ignoró ese pensamiento. Una presencia le llamó la atención: Estaba en la esquina inferior derecha, en la mesa más oscura. Era una figura corpulenta y alta, con una máscara negra y una franja roja por donde se situaban los ojos. Le podía ver perfectamente, nadie se interponía en su trayectoria visual. Tenía los codos sobre la mesa y las manos cruzadas: Sabía quién era y no le gustaba en absoluto lo que veía.

-¿Y de verdad se van a ir de rositas? ¿Nadie va a hacer nada? No creo que tenga que ser yo quien vaya tras esos dos ¿O sí?- Preguntó mirando tanto al ministro, como a su hija y a su esposa. Los guardias no se movían, dejaban que se marcharan después de haberle faltado al respeto al soberano. -¡Insultar a la autoridad se castiga con cárcel! Y el Lord, es la máxima autoridad ¿Cierto?- Exclamó en un tono normal, sin perder de vista al individuo especial.

por **Isela A. Ichinose** Sáb Ene 10, 2015 11:21 pm

Aquella mujer tal altiva como seria no pudo evitar alzar una ceja y observar con cierta molestia tanto al pirata que había conocido en Chocobo como así también a la otra muchacha de cabellos celestes. Un suspiro de resignación escapó de sus labios en ese momentos, por lo que cualquiera que la conociera medianamente bien podría darse cuenta el grado de “molestia” que le había causado esas patéticas actuaciones, más que nada por parte de esa mujer de cabellos celestes que había convertido la escena en una comedia algo barata, al menos…así lo veía esa orgullosa revolucionaria que era una experta en el arte de la manipulación sin necesidad de armar una gran escena en lo más mínimo.

Se mantuvo sujetando el brazo de su marido, expectante y ligeramente preocupada por lo que pudiese ocurrirle al pirata de cabellos verdes, puesto que él era una pieza importante y seguramente crucial en esa noche. Perderlo sería un desperdicio por lo que no esperaba que le ocurriese nada malo. –Pero que patético y…vulgar- Musito en apenas un susurro casi inaudible, comentándole a su acompañante el descontento que le había producido la actuación de esa mujer que se había dejado gobernar completamente por sus emociones, algo que Isela…repudiaba enormemente.

Repentinamente apenas se relamió los labios en un acto que pudo claramente haber pasado completamente desapercibido por los demás que se encontraban propiamente atentos a las acciones del monarca tan imponente como poderoso. Los orbes de la menor brillaron ligeramente por escasos segundos e inevitablemente su semblante mostró una apacible sonrisa casi de satisfacción. –Interesante…esos dos crearon una buena distracción por el momento, lo siento por Bartolomeo, él si me cae bien- Susurró finalmente casi muy cerca del oído derecho de su marido mientras que al notar la presencia de un simple mozo a su lado ofreciéndole una copa, no dudo en tomarla con un delicado movimiento de su mano derecha.

En total suavidad apoyó aquellos delicados y rosáceos labios sobre el borde del cristal para beber tan solo uno o dos sorbos, manteniendo la mirada completamente entornada, posando incluso sus orbes casi felinos sobre la figura del monarca sin ninguna emoción o intención en particular. Aquel amargo sabor con ligeros atisbos de dulzura atravesaron su garganta mientras ella…se mantenía en estado de alerta casi total sin demostrarlo. Se reconocía buena en lo suyo, sabía esconder perfectamente lo que no deseaba que los demás vieran de ella misma dependiendo de las situaciones que la rodeasen.

Automáticamente, posó su atención en un hombre de cabellos azules que indicaba con vehemencia que tal falla debía ser castigada con la cárcel e inevitablemente se mordió por segundos el labio inferior con un poquito de fuerza antes de esbozar a nueva cuenta otra pequeña sonrisa. Aquellos a los que ella consideraba “títeres” del gobierno estaban entreteniéndola un poco, quitándole más que nada el aburrimiento que sentía por no estar haciendo nada que reconocía como provechoso. Sí, esa mujer de cabellos negros, apariencia casi angelical estaba completamente curiosa internamente por saber qué ocurriría en brevedad. Finalmente, en un ademán con su mano izquierda corrió algunas hebras detal hermosa cabellera hacia atrás expresando en cada facción, gesto o mínima postura una calma absoluta.

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Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
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Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater