Re: • Décima Trama de Spirit Soul • Highway To Hell

por **Ichinose Takumi** Miér Sep 07, 2016 12:06 am

Tal acercamiento de Lucifer le causó repugnancia, tanto así que Astaroth llegó a mostrar uno de sus colmillos en señal de hastío. Realmente disfrutaría cuando la cabeza de aquel ser viperino rodara bajo sus pies, mientras el ocupada su legítimo trono. Aún así no valía la pena gastar sus fuerzas en aquella mujer sin valor alguno más que el de otorgarle poder, después de todo, solo era una herramienta más del duque infernal.

El grupo dio algunos pasos hacia adelante cuando el pelinegro introdujo en su boca otro cristal y notó la sonrisa en los labios de belcebú, este se retrasó un poco cuando la perorata de Luzbel enredó las mentes de su público que le brindaba lo que ella más deseaba. Atención. Después de todo había sido aquella la razón para que Luci se alzara a su dios cristiano hace ya muchísimo tiempo. A los ojos del Duque, Lucifer no era más que un ser demente, caótico y acomplejado sin facultad alguna para la guerra o el mandato sobre otros seres. Se negaba a aceptarla como reina y se veía a él mismo como el único demonio capaz de tomar el trono, y lo demostraría a aquellos seres inferiores cuando se hiciera con el poder. Durante algunos segundos, sus propios pensamientos le distrajeron de su alrededor y lo que lo rodeaban, para cuando intentó comprobar los actos de los tres demonios era demasiado tarde. El suelo bajo sus pies se desquebrajó y todos comenzaron a caer. Astaroth entonces cerró sus ojos y un par de alas negras y enormes, firmes y hermosas como las de los arcángeles emergieron con un elegante ímpetu que hacía gala de su hegemonía infernal. El duqe del averno comenzó a descender lentamente, entre un torbellino de plumas azabaches que danzaban a su alrededor.

Al tocar el suelo, notó que el ambiente allí era mucho más caluroso. Indudablemente habían pisado el primer círculo infernal. Por su parte el revolucionario detestaba llevar aquel cuerpo de carne y hueso en su propio hogar, en aquel plano comenzaba a quemarse lentamente y el dolor únicamente hacía más y más intenso el dolor en su cien, aunque claro que no caería en la ignominia de mostrarlo ante el resto. Apenas una expresión de molestia fue todo lo que escapó de él, luego de aquello se colocó junto a su esposa, Lucius y Adam. Se volteó y observo aquel grupo con el que estaban, la mayoría de los miembros más fuertes estaban allí. Exceptuando a unos pocos guerreros, entre ellos una de sus novarums y su propia hermana de sangre. Quizás, con suerte alguno de ellos logre sobrevivir a tal travesía. El revolucionario en aquel momento cerró sus ojos y recorrió aquel círculo infernal buscando la presencia de su subordinada, para poder establecer una conexión apropiada.

-Meiko ¿me oyes? –musitó dentro de la mente ajena, no hacía falta decir quién era él puesto que meiko seguramente ya lo suponía- Escucha con atención, nos encontramos todos en distintas partes del primer círculo infernal como bien sabrás. Dirígete a los círculos inferiores, estos son cada vez de menor amplitud por lo que tarde o temprano tendremos que encontrarnos. Mantén las bajas al mínimo mas no te arriesgues por causas perdidas, a tu lado Cyan y Saeko serán tu mano derecha ¿entendido?. En cuanto lleguemos al próximo circulo te lo haré saber, fuera. –Finalizó el demonio cortando la conexión. Por aquel momento el calor era agobiante y las paredes comenzaron a expulsar magma hirviendo el cual terminó quemando uno de los brazos del Lider revolucionario.

-Diablos -musitó el revolucionario en señal de apatía al notar aquello. Tras recibir la ayuda de su esposa, decidió dar unos pasos atrás cuando notó entonces aquellos monstruos asomarse de cualquier rincón. –Quiero a los soldados formados en grupos de 10 detrás de cada revolucionario Alpha dando apoyo. Alphas, quiero tres adelante, justo detrás de cada elite con su propio grupo, el resto deberá proteger la retaguardia. Elites ustedes detrás de los Novarums en una sola linea recta. Isela, encárgate del fuego a discreción. Quiero a Adam y Lucius cubriendo los flancos debilitados, yo me ocuparé del ataque aéreo. Quiero una ofensiva rápida, tras esto la retaguardia avanza y el frente se encarga de restaurar las heridas ¿entendido? –Tras aquellas órdenes claras y precisas para su ejército el revolucionario y gran estratega alzó el vuelo rápidamente. Desde las alturas pudo observar cómo tanto su mayordomo como Lucius hacían un gran trabajo luchando.

-El renacuajo no lo hace nada mal –Musitó el duque para sí mismo. Al frente de la situación Astarte, su hermosa mujer de ojos carmesí, su esposa tanto en el infierno como en la tierra comandaba a su mascota en la lucha. Por su parte, el Lider sobrevoló aquel lugar tan caótico hasta finalmente encontrar lo que parecía ser el único objetivo que no había recibido tanto daño. Desde lo alto, dejó caer una potente descarga eléctrica que buscó rápidamente a aquel roedor, dándole un golpe que pareció bastante certero.

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por **Auros** Miér Sep 07, 2016 12:06 am

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'Curación Cósmico' : 57

por **Andrew M. Hale** Miér Sep 07, 2016 12:33 am

No mentían quienes alguna vez mencionaron que en el infierno no importaba de qué raza fueras, nadie era inmune a sus fuegos y sus torturas. Era bastante fuerte para el azabache, que jamás tuvo que preocuparse por el fuego, temer las posibles quemaduras y lesiones que podría recibir si era alcanzado por alguna de esas flamas y aunque no fuera tocado, todavía padecía el dolor por los vapores que a pesar de haberse amainado con su intento de curación, ahora golpeaban con renovados bríos su cuerpo. Apenas si podía respirar pero no iba a permitir que eso lo hiciera sucumbir…no podía dar una mala impresión a su compañera.

Le sorprendió mucho su tono de voz al expresarse sobre ese lugar, nunca pensó escucharla de esa forma…tenia las mismas dudas que el Efreet…dudas que abarcaban incluso el posible escenario donde no lograra volver con vida. No tenía miedo en si hacia la muerte pero si tenía miedo de que su compañera llegase a morir en ese lugar —Rhea…no te preocupes por mí, estoy acostumbrado…pero cuida tus pasos —Señalo el azabache mientras intentaba acercarse un poco más pero antes de darse cuenta, el suelo se quebró al medio —¡¡Rheaaaaaaaa!! —Grito Andrew intentando tomar la mano de la cazadora pero solo agarro oscuridad mientras era devorado completamente por las tinieblas.

La distancia y el tiempo eran relativos en esa dimensión…eso lo tenía más que claro, razón por la cual no estuvo seguro de cuánto tiempo cayo antes de abrir los ojos en un escenario totalmente diferente. Las colinas rocosas y derruidas planicies, se transformaron en una vasta ciudad en ruinas. Hasta donde podía abarcar con su mirada, solo se apreciaban cientos y cientos de piedras…nunca pensó que en el infierno podían existir ciudades, siempre lo imagino como un campo sin fin, dividido en las distintas torturas para los distintos pecadores —Supongo que…es algo posible —Murmuró al levantarse del suelo y mirando a su alrededor, notando que no era el único que había caído en ese “pueblo”. Era un pequeño alivio no encontrarse solo en ese lugar tan deprimente pero ese “alivio” duro poco cuando de la nada, su cuerpo experimento el dolor más terrible que había sentido en su vida.

Había sido quemado en el pasado, cuando aprendió a controlar la electricidad o incluso el vapor, pero jamás llego a sentir hasta ese momento, el dolor de una quemadura con fuego. De sus labios no emergió sonido alguno, al contrario mantuvo su boca cerrada mientras usaba su brazo mecánico para protegerse del resto del líquido incandescente…algo que terminó por no ser demasiado provechoso ya que el magma dejo una quemadura sobre su hombro además de haber logrado casi perfora la primera capa de aleación de su prótesis. Era un milagro que su brazo no se derritiera pero no espero a mirar su herida, sacando de inmediato un pequeño vial de sus ropas, el cual ingirió para potenciar su sanación —Maldita sea —Su voz había cambió tono mucho más frio mientras enderezaba su cuerpo y activaba de nuevo su curación, esta vez dirigiéndola hacia las dos mujeres que lo habían ayudado cuando arribo al infierno —No me gusta deber favores —Mencionó un tanto parco luego de que la energía desapareció de sus manos, solo para girarse y encontrarse con esos remedos de criaturas deformes. Su humor cada vez iba empeorando por ello ni se tomó la molestia de darles una segunda mirada antes de golpear el suelo con su pierna y lanzar varias estacas de piedra hacia una de las tres criaturas.

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por **Auros** Miér Sep 07, 2016 12:33 am

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#1 'Dado Cósmico' :
• Décima Trama de Spirit Soul • Highway To Hell - Página 6 Baw6yAz

#1 Resultados : 29

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#2 'Curación Cósmico' : 67

por **Auros** Miér Sep 07, 2016 1:14 am

Ante las palabras de Luzbell, Belcebu mantuvo ese semblante frio e inexpresivo, la mirada perdida en otro punto mientras se dedicaba a una sola cosa, divisar en su mente todas y cada una de las situaciones por las que esos sucios mortales estaban pasando. Incluso, parecía como si en sus ojos pasara el futuro incierto de cada uno, pues el demonio supremo absorto en sus propias visiones, continuaba alerta acerca de todo lo que estaba pasando a su alrededor. —No todos lograran salir y será Astaroth el que los haya llevado a su propia desgracia, mejor así, mientras más odio se gane, más corrompida su esencia y por ende…más manipulable.— Musitó en un tono de voz parco, lejano, pero tan frio y cruel como las mismas entrañas de la tierra. Por otra parte, Adramelek mostró una sonrisa interesada, irónica. —Pronto será el tiempo de volver a reunirnos, sin embargo, permíteles descender hacia el último círculo, Luzbell— Mencionó con una evidente doble intención, ya que de buenas a primeras era el círculo que Adramelek gobernaba por excelencia. ¿Qué intereses tenía este?, varios, pero como era de esperarse…habido en esconder sus verdades, aguardó pacientemente en silencio.

Los poderosos ataques de los guerreros culminaron abruptamente con la vida del Everhant, que terminó explotando en un conjunto de vísceras como fluidos realmente repugnantes, ácidos y desagradables en todo el sentido de la palabra. Solo podía escucharse el eterno ulular del viento, la visión era un poco dificultosa debido a la tormenta de arena pero ahora, sin un aparente obstáculo presente, el grupo tendría que tomar una decisión sobre qué camino seguir. Perderse podía ser demasiado fácil, tal vez quedarían atrapados allí por toda la eternidad o a lo mejor…perdiesen la vida en cuestión de segundos. La persona a dirigirlos tenía que ser cuidadosa en sus elecciones, el péndulo oscilaba constantemente entre las posibles decisiones en medio de un juego donde tenían todas las de perder.

Por otra parte, en otro sector del mismo primer círculo infernal, donde el cielo era rojizo y plomizo en combinación con una atmosfera tan pesada como horriblemente calurosa, se encontraban batallando sin descanso contra esas ratas repugnantes de forma humanoide. La primera de ellas no pudo resistir mucho entre las prodigiosas técnicas, siendo que el golpe letal se lo dio un chiquillo que había tomado como presa fácil desde la seguridad de su escondite, no conforme con eso, lanzó una mordida en dirección al rostro del infante, pero para ese entonces ya perdía la capacidad de raciocinio. La otra estaba siendo atacada por una mujer y un felino del averno, pero tampoco esperó el potente rayo que literalmente lo calcinó en cuestión de segundos, tornándolo un cumulo apestoso de huesos ennegrecidos y pelos. Quedaba uno en pie que algo apaleado tras el ataque del cazador intento evadir a duras penas, procedió a lanzarse contra una de las mujeres que a simple vista le pareció la más débil y cercana. Con ese instinto animal, no dudó en lanzar un corte transversal con su arma oxidada, lo que parecia ser la hoja de una hoz sujeta a una cadena en iguales condiciones.

En todo el primer círculo, repentinamente pareció hacerse de noche a una velocidad abismal aunque la sensación de sofoco como el calor, continuaban siempre presentes. Bruma empezó a elevarse de modo siniestro desde el suelo en un sitio donde se podía entrever pequeñas figuras asomarse desde las rocas, árboles retorcidos o construcciones derruidas, ¿demonios acaso?. No, solo las almas de aquellos infantes fallecidos o criaturas que jamás llegaron a nacer, asesinados o arrebatados del derecho a la vida sin haber recibido el bautismo…el sonido del viento había cesado, solo se oía risitas muy efímeras capaces de ponerle los pelos de punta a cualquiera, pero también llanto de pequeños que de un modo u otro buscaban aproximarse a los presentes, alimentarse de sus propias almas en la necesidad de ese consuelo maternal que no encontrarían nunca.

Nota global:

Nota global 2:

GRUPO A:

GRUPO B:

por **Auros** Miér Sep 07, 2016 1:14 am

El miembro 'Auros' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

#1 'Tirada Divina' : 18, 3

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#2 'Tirada Divina' : 13, 8

por **Astrid Dagmar** Miér Sep 07, 2016 8:19 am

Astrid miró por el rabillo del ojo a la mujer de pelo rosado, que agradeció su ayuda tras golpear al mismo roedor al que había atacado Hikari. Le contestó haciendo un gesto con la cabeza, queriendo indicarle que no tenía por qué agradecerle. La mayoría de los presentes concentraron su atención en destruir a los enemigos que acababan de aparecer. No era la primera vez que había combatido junto al bando revolucionario; al haber pertenecido a él durante años, conocía de sobra el potencial combativo que tenían sus integrantes, ya fuese por haberlos visto personalmente o por haber oído anteriormente sobre sus hazañas.

Por supuesto, muchos de ellos habían ingresado en las filas revolucionarias después de que ella decidiera desertar, por lo que muchas de las caras con las que ahora peleaba codo con codo eran completamente nuevas, siendo una de ellas la de la chica que había curado. Lo que no se podía esperar era que el bando opositor contara con soldados de corta edad, como era el caso de un pequeño muchacho con un parche en el ojo que apareció cerca de ellas después de que un hombre de cabello oscuro atacase al roedor al que se enfrentaban. ”¿Un niño?” pensó, frunciendo el ceño a la vez que observaba cómo derrotaba sin apenas esfuerzo a la bestia. No iba a meterse donde no le llamaban, pero ver a un chiquillo pre-puberto combatiendo en las mismísimas entrañas del infierno causó que quisiera acercarse a curarle, al menos. Por muy poderoso que hubiese demostrado ser con su aportación, su apariencia frágil y menuda le obligaba a preocuparse un poco, como mínimo.

Sin embargo, antes de que pudiera siquiera dar un paso hacia él o llamar su atención, Astartea descendió cerca de ellos y dirigió una especie de esfera hacia algunos de los presentes, incluyendo a Astrid. Sintió un alivio que quizás sería temporal, pero que, por lo menos, regeneraba la herida provocada por la lava en su brazo izquierdo. Al menos ahora podía moverlo un poco. —Muchas gracias, Astartea,—dijo con sinceridad. Tal vez no se acordaba de la Rubinus, pero eso era lo de menos. Sabía de la rectitud y firmeza de Isela como segunda al mando, pero no por ello era precisamente déspota con sus subordinados y con cualquiera que luchase a su lado.

El hombre al que había visto previamente al entrar en el infierno apareció cerca del grupo, alegando el favor que tanto Hikari como ella le habían hecho al curarle momentos atrás. De nuevo, otra sensación de alivio cubrió su cuerpo, permitiendo que sus quemaduras (que continuarían siendo graves) sanasen un poco más. —Gracias por eso.—Hizo una pausa, dándose cuenta de que, evidentemente, desconocía su nombre. —Pero ahora soy yo la que está en deuda con- —Calló de golpe al percatarse de la presencia de otro monstruo detrás de ellos, que apenas pudo esquivar el ataque del tipo repleto de vendas. El bicharraco parecía dispuesto a herirles como fuese, ya que fue de lleno a cortar a Astrid, que se hizo a un lado y rápidamente inmovilizó la extremidad con la que el enemigo sujetaba una especie de hoz, sujetándole por lo que equivaldría a una muñeca humana. —Buen intento,—murmuró, a la vez que acercaba su diestra al deforme rostro del roedor, agarrándolo con firmeza para evitar que hiciera algún movimiento más. —Phoibos.—Apenas pronunció esa palabra, un fulgor cegador iluminó su mano derecha, y éste culminó en una explosión resplandeciente que hizo estallar la cabeza del oponente, cuyo cadáver se desplomó inerte a sus pies. —A estas alturas no voy a horrorizarme por ver un par de sesos,— musitó, quitándose con cierta repulsión algunos restos que se le habían pegado al cuerpo. Se fijó en la quemadura de la rubia, reaccionando de forma aparentemente molesta. —Si hubiera sabido que tenías esa cosa en el hombro te habría dado alguna medicina,—le dijo, aunque realmente no había traído muchas cosas consigo. ¿A quién se le ocurría adentrarse en el averno sin apenas prepararse? Sólo a ella, desde luego. —¿Estás bien, al menos?—preguntó, suavizando un poco el tono.

De forma súbita, la oscuridad arreció el lugar, trayendo la noche consigo (o la ilusión de la misma, ya que Astrid ni siquiera sabía si existían los conceptos de día y noche en el infierno.) El maldito calor persistía, y una densa niebla cubrió el lugar: ¿quizás sería gas tóxico? ¿Algún acompañamiento más para las altas temperaturas del averno? Tal vez se tratase de algo que atraía enemigos o más deformidades: pronto, la Rubinus se percató de unos seres grotescos que emergían de entre los escombros, figuras retorcidas que reptaban hacia donde el grupo se encontraba, emitiendo lamentos que horrorizaban al más valiente. —Qué demonios… ¿qué son esas cosas?—susurró, sin hablar con nadie en particular.

Notó más peso de lo normal en el pie derecho. Bajó la vista y observó una especie de feto con malformaciones en las piernas (casi que no tenía, parecía haberse arrastrado rápidamente hacia ella) que arañaba su extremidad con intención de subir, clavando unas pequeñas uñas afiladas en su piel. La mujer reaccionó violentamente, sin pararse a pensar en absoluto ante lo que podría ser ese bichejo. —¡Agh!—El mismo fulgor de antes iluminó la parte inferior de su pierna. Si algo podía hacer verdadero daño a ese tipo de criaturas era la luz, sin duda alguna. La pequeña bestia se retorcía, pero seguía aferrándose con fuerza a ella, llorando con más intensidad. Fue en ese momento cuando Astrid decidió patearle como si se tratase de un trozo de basura, mandándolo bien lejos. —¡Tengan cuidado con estas cosas! Son demasiado rápidos, pueden subirse a nuestras espaldas en cuanto nos distraigamos,—comentó en voz alta, con esperanza de que los que estuviesen alrededor pudieran oír su advertencia. Realmente no aportaba mucho, pero quizás lograría llamar la atención de algún despistado.

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por **Auros** Miér Sep 07, 2016 8:19 am

El miembro 'Astrid Dagmar' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

#1 'Dado Cósmico' :
• Décima Trama de Spirit Soul • Highway To Hell - Página 6 Baw6yAz

#1 Resultados : 62

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#2 'Dado Cósmico' :
• Décima Trama de Spirit Soul • Highway To Hell - Página 6 Baw6yAz

#2 Resultados : 35

por **Adam Benjamin** Miér Sep 07, 2016 2:59 pm

Aquel pequeño joven había demostrado cuan alto logró subir en los peldaños de la fuerza oscura, del poder y la indiferencia hacia los contrarios, pero aquello no lograba enorgullecer aun al mismo maestro de la tenebrosidad. Para nada era estúpido, y, desde luego, estuvo al tanto de la valentía y eficiencia en sus acciones de ataque, pero si aquel chico tendría la intención de conseguir el reconocimiento de tal Novarum, debería de saber que tendría que optar por un acto de mayor atrocidad y perfección. –Lucius– El Mayordomo subió las mangas de su camisa blanca con tal de que las mismas llegasen a las articulaciones del brazo. Su mirada emitía una tranquilidad imperturbable, ocultando en su interior aquella seriedad con la que siempre trabajaba y se relacionaba –Si quieres acabar con la vida de alguien…– El objetivo, diana de varios ataques aliados con habilidades sobrehumanas, consiguió sobrevivir apenas segundos luego del ataque que el Príncipe liberó ante aquella criatura peluda y envuelta en hedores de alta gama. El mismo tuvo algunos segundos antes de su muerte para poder arrojarse contra el joven e intentar arrebatarle el rostro con una dentellada tan voraz como traicionera. –…destrózalo con el primer golpe– Adam tuvo el tiempo suficiente como para mover destreza su mano izquierda, acaparando todo el cuello del engendro ante su intento de asesinato con tal de proteger al Príncipe. Ante su tacto, notó como la vida se separaba del cuerpo ajeno, apagándose por segundos esa energía vital que lo mantenía despierto. Aquella rata del Infierno había perdido la vida totalmente en vano, sin lograr nada ante ese último ataque. –Esto me pertenece– Agarró con fuerza el mango del cuchillo que anteriormente arrojó hacia el mismo cuello que sujetaba y, con impulso, extrajo la cuchilla de la carne putrefacta. Acto seguido, dejó caer el cuerpo y limpió la sangre de la sierra con uno de sus pañuelos. –Andando–.

Cada uno de los enemigos habían sido erradicados al acto; Todos los presentes lograron demostrar la suficiente capacidad de resistencia como para enfrentarse a bestias del Inframundo, aun conociendo la situación en la que se encontraban. El calor seguía produciendo catástrofes en el interior y exterior de cada cuerpo; era, prácticamente, el inicial enemigo del reino en el que se hallaban. –Es un milagro que aun no haya muerto nadie por la ardentía– Acto seguido, Adam introdujo una de sus manos en el bolsillo de su pantalón con tal de sacar un pequeño frasco relleno de una sustancia especial con el cual recuperaría las fuerzas a causa del tremebundo ambiente envuelto en flamas con odio rotundo hacia los supervivientes. Adam se mantuvo al tanto de cada palabra que sus Señores pronunciaban, acatándolas como era lógico, no únicamente porque los servía, sino porque se trataban de los Líderes de la Revolución, y él, como Novarum, atender y cumplir sus órdenes se convertía en una tarea más que importante y significativa. –Lucius, ya oíste a tu Padre. Te encargarás conmigo de mantener guardia en los puntos débiles de la formación– Llevó el mango de su gran cuchillo hacia los dientes con tal de sujetarlo con firmeza mientras este vestía sus manos con aquel par de gustes de tonalidad blanca. Se trataban de dos armas de defensa tan impecables como cualquier otra. Cualquier hoja afilada podía ser detenida con aquella prenda sin necesidad de recibir un daño mayor. Una vez hecho, escondió su navaja con tal de que el enemigo no se percatara de ella, dándole ventaja al pelinegro de cualquier posible ataque entre las sombras del Averno.

La oscuridad emergió de entre las llamas del Infierno, provocando una oscuridad casi total, acompañada de una niebla excesivamente pesada y molesta. Sin necesidad alguna de esforzarse, se podía escuchar el continuo regocijo de seres ocultos entre los escombros, muros derruidos; sus risas contenían una alta altanería entre escalofriantes sonidos; llantos agonizantes que provenían de los siniestros ecos infinitos de la oscuridad; miradas perturbadoras que no detenían su intensidad, escondidas en lo más profundo de la vida opaca. –Elimina a todo lo que se te acerque, Lucius– Toda alma infernal que se mantenía a la espera de nuestra aparición comenzaba a acercarse al grupo. ¿Por qué esas criaturas “nocturnas” no se “relacionaban” con el Mayordomo? El alma de Adam se mostraba en su más pura esencia cuando sus orbes mantenían una tonalidad magenta algo reluciente, medio para poder activar su magia. Dicha alma nació de todas y cada una de las emociones que Adam pudo obtener a lo largo de sus años: odio, sangre, muerte, locura, agonía, llantos, poder, oscuridad… Aquello era una masa mórbida formada por el horror, una aglomeración de pérdidas y arrebato de continuas vidas. El mismo abismo personificado. Aquello servía como repelente de las mismas, algo útil para cualquier incordio y medio de tortura psicológica. –Por mucho que los lancen, los pateen o insulten no conseguirán alejarlos. Seguirán volviendo hasta que vuestras almas perezcan y sean olvidadas por cada uno de vuestros conocidos. Permaneceréis enterrados en lo más profundo del Infierno sin nadie a quien pedir ayuda– Aquella suave melodía proveniente de sus labios se dirigía con elegancia hacia todos los allí presentes. –Si no eliminan la existencia de las mismas, serán ustedes los que lloraran entre gritos de agonía– Aquella travesía aumentaba el nivel de interés en el joven Novarum. ¿Quién sería el primer desdichado en morir? ¿O acaso afortunado? ¿Qué bestias grotescas seguirán apareciendo? Aquello era un nuevo mundo en el que Adam no podía dejar de pensar.

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por **Auros** Miér Sep 07, 2016 2:59 pm

El miembro 'Adam Benjamin' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

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Resultados : 44

por **Takumi Kurosawa** Miér Sep 07, 2016 3:14 pm

Al final aquella criatura no aguantó tanto como le habría gustado y pronto reventó dejando tras de si un asqueroso espectáculo de vísceras y restos voladores, bastante desagradable a decir verdad, pero más desagradable aún para Veronika fue que le alcanzaran algunos de esos restos que no esperó le llegaran por estar lejos, habiendo atacado con el pelo. -Menudo asco, y la ropa estaba limpia... éstos bichos no respetan nada, y encima ni siquiera aguantó un asalto entero.- Comentó mientras se sacudía como buenamente podía los restos del Everhant de encima, que por si fuera poco tampoco olía a rosas precisamente, en cuanto salieran del infierno y regresara a casa se daría un buen baño relajante y largo, y frío, con cubitos de hielo por todo el agua. Ahora que no había criatura con la que luchar y estaban todos algo más tranquilos, pudo mirar a su al rededor y darse cuenta de que, en realidad no había un camino marcado ni nada que indicase más o menos a dónde deberían dirigirse ni donde estaban, o en donde podría estar el otro grupo. De entre los presentes, habían dos Novarum que supiera por lo que pensó que lo más lógico sería que alguno de ellos diera las órdenes correspondientes por ser los que mayor rango tenían dentro de los revolucionarios presentes, tampoco le importaba mucho si otra persona decidía tomar el mando y todos estaban de acuerdo pero lo que no pensaba era aceptar órdenes de un cazarrecompensas o cualquier otro neutral, antes se iba por su propio camino. -¿Alguna idea de a dónde ir? Se supone que debemos seguir descendiendo...- ¿Y exactamente por dónde se bajaba? No parecía que hubiera uno de esos carteles de "está usted aquí" ni un cartel con unas escaleras dibujadas que te indicaban por donde bajar o subir.

Y entonces sin venir a cuento ninguno, todo se oscureció como si se hubiera hecho de noche pero en apenas unos segundos, y como que todo eso no parecía bastante para fastidiar al grupo, una especie de niebla apareció también de la nada haciendo que fuese más difícil ver por donde andaban o hacia donde, además de que podría aparecer algo que usara la niebla esa rara para camuflarse. Quizá no fue tal y como lo había pensado pero si que vio algunas figuras asomando por los alrededores, como stalkers en miniatura o algo parecido, pero tratándose del lugar en el que se encontraban no sería de extrañar que, fuese lo que fuese, fuera peligroso. Risas y llantos se escuchaban cerca, venían de aquellos pequeños seres que ahora más que antes parecían niños inofensivos que simplemente buscaban ayuda, aunque las risas eran un poco siniestras si lo pensabas con detenimiento, ¿Qué narices hace un niño en el infierno riéndose? Ver a su futura víctima confiarse, es que era de cajón, eso era una trampa con todas las letras iluminadas con neón brillante y en grande. No no no, ni loca iba a dejar que esas cosas se les acercaran, así tuviera que darse de palos con ellos como cualquier otro enemigo, aunque en parte le causaba cierta tristeza porque eran como niños... ¿O eran niños de verdad? Niños que habían fallecido, bien podría serlo, y eso hacía que fuera más triste aún pero ni con esas iba a dejar que se le acercara nada raro teniendo en cuenta el lugar en el que estaban, hasta las piedras podían matarte si te despistabas y te confiabas más de la cuenta.

Retrocedió un poco, parecía que se estaban acercando y no le gustaba demasiado la idea, cuanto antes se marcharan de ahí mejor y además no sabían a ciencia cierta como se encontraba el otro grupo, bien podrían haber estado avanzando desde hace un rato y ellos mientras ahí haciendo el indio. -Bueno, ¿Nos vamos o vamos a montar un picnic aquí?- Comentó con algo de prisa, un mal intento de disimular el nerviosismo que le estaban causando aquellas figuras extrañas y los sonidos que emitían, cualquier persona con un poquito de corazón se vería afectado por ver las almas de unos niños por muy malvados que fueran -si es que lo eran- y a pesar del comportamiento arrogante de Veronika, no podía sencillamente no sentir nada ante todo eso.

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por **Gael Kessler** Miér Sep 07, 2016 5:25 pm

¿En qué momento haría caso a Veronika? Cierto es que dijo de ser más activo en los asuntos de los revolucionarios, pero tanto como para acabar metido de cabeza en el mismísimo infierno… Eso ya era excesivo. No pudo negarse, no al menos en esta ocasión, pero de haber sabido que el asunto desembocaría en esta situación, hubiera permanecido al margen, como siempre hizo. Una vez llegado a este punto sin retorno, no quedaba otra que seguir hacia adelante, al menos, iba a ir a un lugar al cual pocos seres del plano terrenal tienen acceso. La cuestión era ¿podría soportarlo?.

Tras unas horas de viaje, la silueta de la casa abandonada por desgracia se dibujaba en el horizonte. En otra situación la mansión desvencijada no supondria ningun sentimiento, pero en este momento, Gael prefería estar en cualquier otro lugar del mundo. Tomó una bocanada de aire antes de comenzar a subir los destartalados escalones del porche. El viento frío nocturno hacía crujir la madera que luchaba por no desprenderse de la vieja mansión, cuando forzado por la situación, abrió la puerta mascullando entre dientes “no hay vuelta atrás”. Caminó con paso firme hasta una estancia iluminada donde ya se encontraban varios de sus camaradas revolucionarios, aunque no estaban solos, también había varias personas que no conocía, pero que claramente perseguían su mismo fin, si estaban en esta locura, no podría ser de otra manera. De pronto, un escalofrío irracional recorrió todo su cuerpo cuando al girar la cabeza vio lo que iluminaba la habitación, allí estaba, el portal al averno, bordeado con llamas que bailaban mofándose de los atemorizados personajes que poblaban la sala. Un nuevo vistazo a la estancia confirmó que era el último en llegar, cuando todos y cada uno de ellos comenzaron a traspasar el fino velo que los separaba de la misión. Ahora le tocaba a él, estaba de frente a la oscuridad del portal, y cómo al entrar en la casa, cogió aire mezclado de coraje, y dio el paso hacia las fauces abiertas del infierno.

Un rayo recorrió todo su cuerpo, mientras sentía como era disuelto en unas corrientes siniestras y vertiginosas, el aire de sus pulmones desapareció junto con él, hasta que de pronto, todo quedo inmovil, y se vio tirado en un suelo de tierra negruzca, aquello sin duda había sido la peor experiencia de su vida. Al intentar incorporarse, un mareo sacudió su cabeza, mientras un zumbido se aproximaba, y un calor sofocante inundaba todo su cuerpo. Dios, como echaba de menos el viento de aquella noche, no podía respirar, el sabor a ceniza en su boca era insoportable, suplico con los ojos llorosos ayuda a sus camaradas de alrededor, pero vio con terror como todos estaban axfixiandose igual que él. ¿Porque?, ¿porque no se hizo caso?, pensaba mientras luchaba desesperadamente por coger el aliento de vida que necesitaba. Irremediablemente sus ojos se cerraban dejando de ver una figura que poco a poco iba acercándose a ellos.

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por **Isela A. Ichinose** Miér Sep 07, 2016 5:41 pm

—Como ordenes, Astaroth— Musitó calmada, dando a entender que seguiría sus indicaciones en el campo de batalla, pero de buenas a primeras…ya no había ningún tipo de enemigo para erradicar, no cuando las “ratas inmundas” estaban fulminadas. Sí, eso había resultado bastante sencillo, pero confiarse…tampoco era algo bueno.

Ya por suerte estaban todos los enemigos reducidos a nada, y aunque era algo bueno, Astartea no se confiaba en lo más mínimo de la situación, no por nada había pasado una extensa crianza en esas tierras viendo todo tipo de cosas que simplemente permanecían en su memoria, unas que seguramente se atrevería a evocar de la sola impresión que le daba rememorar. Por ese entonces, volvió a envainar con calma, observando a una de sus ex revolucionarias. —Astrid— Mencionó con calma, tal vez evocando una sonrisa apenas efímera. —No tienes que agradecer, al contrario— Fue todo lo que dijo, al menos porque la repentina oscuridad del lugar dominó enteramente la planicie y más allá de eso. ¿Sorprendida?, no demasiado, sin embargo aprovechó el momento para repetir el proceso de sanación anterior sin variar demasiado, solo que esta vez como blanco fue la muchacha de cabellos rubios. —Es importante ir curándonos cada cierto tiempo, apenas estamos iniciando— Al decir esto, la fémina elevó la mirada al cielo, mirando atentamente a Astaroth con cierto encanto, era la primera vez que veía las alas del demonio, sin lugar a dudas…las notaba fuertes y majestuosas. De una belleza incalculable, magnánimas. Siendo que ya iba siendo hora, consumió otra pequeña gema oscura para respaldar sus propias fuerzas, las veía útiles a largo plazo aunque solo llevaba un par absorbiendo, el proceso era lento pero normalmente traía buenos resultados.

No prestó atención a los llantos de esos infantes hasta que notó a la Rubinus algo alterada, por ese entonces la revolucionaria empezó a observar en todas direcciones a pesar de la niebla espesa como densa y automáticamente suspiró ligeramente resignada. —Estamos en el primer círculo infernal, aquí vienen a parar las almas de los infantes fallecidos por causas naturales o asesinatos, sí, pero claramente los que no han recibido alguna bendición o protección al nacer por parte de…sacerdotes o sacerdotisas. Algunos también son productos de abortos, hijos no deseados— Explicó con un tono de voz frio pero sincero, siendo que no era momento para restarle importancia al asunto ni tampoco tomarlo a broma. —En pocas palabras, pequeñas almas atormentadas, sin pecado pero tampoco sin un sacramento recibido, por esas causas buscaran alimentarse de las de ustedes. Las perciben como esa calidez maternal que desconocieron en vida. Pero cuidado, porque el tiempo las vuelve maliciosas—

Isela estaba incomoda, por no decir que bastante sensible en ese aspecto, el primer círculo siempre le había generado tristeza, algo de desolación e incluso podía sentir ternura por esas almas diminutas que eran lo más benévolo que se podía encontrar dentro del infierno. Era incapaz de causarles algún daño, eso pensaba cuando ante ella apareció una figura igual de diminuta, similar a la de un bebe de ocho o nueve meses que envuelto entre capaz de tela gris similar al tul, no dejaba de llorar y gatear hacia donde estaba ella en un intento por alcanzarla. ¿Algo espeluznante la imagen, no?, un poco, pero Isela solo terminó arrodillándose en el suelo, extendiendo los brazos hacia él para, literalmente, acomodarlo entre sus brazos y abrazarlo así…Fue en el mismo instante en que sintió unos colmillos filosos clavarse sobre su hombro izquierdo, que aquel doble par de alas emergió nuevamente entre un evidente sello luminoso debajo, blanco e inmaculado que en inscripciones netamente dejaba en claro la manifestación divina que también corría por sus venas. Así mismo, tanto la espalda como los brazos de Astartea presentaban símbolos en hebreo, y aunque la criatura en cuestión empezara a chillar y retorcerse, ella no lo soltó en ningún momento.

—Shhhh…— Apenas susurró al cerrar los ojos, expandiendo su aura luminosa que desembocó en una bella esfera blanca que rotaba rápidamente, cubriéndola por completo y de fuerza gravitatoria tal, que esas mismas almas cercanas aunque no quisieran, eran arrastradas al centro para ser completamente desintegradas al ínfimo contacto, al menos treinta de ellas. Cinco o seis minutos bastaron para que un estallido de luz, la Nefilim se pusiera de pie, un tanto cansada…por no decir, bastante. —Deberíamos avanzar ya, me van a consumir. Demonios…— Susurró a lo último, apoyando la mano izquierda sobre el lomo de Hades por un ligero mareo a causa de usar tal habilidad en un sitio así.

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por **Auros** Miér Sep 07, 2016 5:41 pm

El miembro 'Isela A. Ichinose' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Curación Cósmico' : 47

por **Kiss Shot** Miér Sep 07, 2016 6:26 pm

Esas asquerosas ratas de dos patas olían fatal, sumandole el calor tedioso del infierno y el sudor que hacía que de vez en cuando su guadaña resbalara un poco, Sacó la hoja de su gran guadaña una vez que hizo un daño considerable a aquella rata desfigurandole el rostro, fue entonces cuando Andrew le ayudó acabando directamente con ese repugnante ser, acto seguido este mencionó algo que le causó gracia, la actitud mal humorada del Caza-recompensas le resultaba de su agrado personal. Ella retrocedió un paso, estirando su mano para curar un par de heridas que este se había ganado por entrar tan abruptamente, además esas quemaduras tardarían en sanar si no se atendían con rápidez. -Supongo que ahora estamos a mano, Ah...- Habló mientras daba un pequeño salto para esquivar un chorro de lava ardiente, no mencionó su nombre porque realmente no lo conocía, además tampoco le apetecía quemarse de nuevo y podría hacerlo si se concentraba en hablar. Al observar su entorno notó como todos estaban teniendo problemas tanto por el calor infernal y por la magma, pero en realidad lo que le causaba un poco de inseguridad era de su humana favorita, que no parecía estar pasandola muy bien.

La había perdido de vista por atacar a una de esas cosas, sin embargo pudo verla en el momento que los demás miembros le ayudaban, en ellos incluida Astartea, quien bajaba de forma gloriosa del oscuro agujero, más sin embargo no interactuó con ella más que para saludarle por el momento. -Gracias por cuidar de este humano torpe, Astartea-- Aunque fue curada también, no pudo evitar llamar torpe a Astrid.. ya se estaba acostumbrando a eso realmente. se acercó a Astrid una vez que ya todo se había calmado, pero mientras que la Rubinus hablaba fue interrumpida por una de esas asquerosas bestias... que terminó acabada en el acto por Astrid... si, el temperamento de esa humana seguía siendo el mismo de siempre. Su armadura se llenó un poco de sangre por el gran estallido en la cabeza de esa cosa, fue allí cuando sonrió solo para ayudar un poco a su compañera. -Pudiste matarlo sin ensuciar tanto, Astrid- Dijo en un tono bastante curioso, tras esto se acercó a a rubinus, solo para curarle un par de quemaduras que esta tenía en el cuerpo. No te preocupes por mi, por ahora solo hay que permanecer juntas, no estaría bien que mueras en un lugar como este.- Suavizó de la misma forma su tono de voz, esbozando una muy leve sonrisa al notarla mejor ahora, aprovechó para sacar un pequeño tubo de la mochila en donde guardaba su equipo, bebió una pocima que compró anteriormente sintiendo como sus manos se curaban de las quemaduras provocadas, luego lanzó el tubillo al suelo y este terminó rompiendose

La oscuridad comenzó.. ¿Acaso existía algo como el día y la noche en el infierno? era bastante extraño que un cambio se diera tan derrepente, nuevamente estaría preparada para lo que pudiera suceder, y como era de esperarse unas criaturitas asquerosas que generaban sonidos inquietantes comenzaron a salir de todas partes... Eugh.. - Comenzó a divisar como esas amorfas bestias se acercaban rápidamente, Hikari fue rápida, pateo de inmediato a una de esas cosas al mismo en que retrocedió dando un par de pasos, entonces le dirgió la palabra nuevamente a Astrid, al mismo tiempo en que volteo a verla. ¡Astrid, rápido, retro...- en la misma perspectiva de su visión, notó cierta figura másculina que portaba un lindo traje de gala, ¿Quién era ese lindo mayordomo?... Dejó a Astrid a un lado sin terminar su frasepor un segundo, acto seguido simplemente posó su palma de la mano derecha en su propia boca, y lanzó un beso directamente hacia aquel sujeto de traje de etiqueta, una pequeña estela de color verde en forma de corazón para ayudar con sus heridas a aquel lindo sujeto.

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Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
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No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
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Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater