Re: Chaos has fallen - Trama N°9.0 [Chaos]

por Invitado Jue Mayo 05, 2016 11:40 pm

Los pasos de la menor resonaban entre las calles de Chaos, pues a pesar de todo el caos que era el lugar, la muchachita corría a toda prisa en busca de una figura que le resultaba bastante conocida. Sabía por encima de todo que estaban tanto su ministro como su superior Vermell, o al menos era la última noticia que llegó a la base de justicia…Sus cabellos rosáceos ondeaban hacia atrás a cada paso que daba, mientras que en ese rostro ligeramente aniñado se podía notar la obvia preocupación que la abrumaba. ¿Por qué?, atacan el reino donde estaba su hermano mayor Marcus, y aunque sabía a la perfección que este era un guerrero por demás de digno o experimentado…pero claro, la pequeña no podía dejar de sentirse inquieta.

Atrás de ella venían algunas de sus mascotas, o más bien las pocas que poseía…un lobo alfa, un snowman y un pegaso que casi alcanzaba su adultez. Esos orbes heterocromos tan distintivos se posaron sobre las diferentes personas, algunos que reconocía tras el incidente en Prodigy City pero todavía no daba con quien tenía intenciones de hallar…Para su desgracia tampoco conocía bien el reino, así que desconocía por completo como desplazarse entre él, aunque claro, siempre estaba la posibilidad de preguntarle a cualquiera, alguien conocería el primer guerrero gladius, o eso pensaba.

En la mano izquierda portaba la katana que su padre adoptivo forjó para ella cuando era pequeñita, uno de los tesoros materiales que más amaba y que jamás faltaba en algún tipo de emergencia. Entre el apuro, comenzó a emplear el agua como forma de impulsarse más hacia arriba, aterrizando sin mayor problema sobre el tejado de una casa que de por si se encontraba algo inclinado…trastabillo, pero colocando la diestra en el techo tras irse hacia adelante logró recobrar el equilibrio. Más fácil era para ella ir saltando de tejado en tejado como si de un conejo se tratara, además la vista era más favorecedora cuando se trataba de localizar a esa persona que tanto estaba necesitando.

No supo cómo ni cuándo, pero entre esos tantos saltos terminó pasando al lado de su ministro a toda carrera casi sin reconocerlo, pues abrió los ojos todavía más cuando cayó en cuenta que había salido disparada como alma que persigue el demonio ante nada más ni nada menos que el ministro de Spatium. Giró al caer en su “error”, retornando a su lado para finalmente colocarse a la derecha de este, jadeando entre tanta carrera. Sus mejillas evidenciaban el esfuerzo físico, ya que se encontraban por demás de rojizas, así que terminó colocando la mano izquierda sobre la rodilla del mismo lado, procurando así obtener un poco más de aliento. —¡MINISTRO!...A usted…a usted estaba buscando…— La pequeña se lanzó contra él, permaneciendo de rodillas en el suelo pero rodeándole las piernas con ambos brazos, no sin antes observar a su superior Vermell curiosamente, al menos por escasos segundos. —Mi hermano mayor trabaja para Chaos, es Gladius y estoy muy preocupada por él. ¡Necesito encontrarlo para saber cómo está!...Deme permiso, por favor, deme permiso para intentar encontrarlo…¡Prometo limpiar dos semanas seguidas el cuartel sin rechistar y sé que no debí dejar mi puesto allá en Spatium pero..pero..pero por favooor…¿Si?, ¿sí?, ¿sí?— Susurró completamente sincera, observándole como si fuera un cachorro abandonado en medio de la ciudad, apelando tal vez a la “compasión” de su líder.

por **Ragnar Azathoth** Vie Mayo 06, 2016 10:44 am

Huidow sentía hervir su cabeza, todos estaban dementes? Como no podían ver que esto estaba mal, ese estúpido ministro era muy engreído y además se metía con Garnet, la cosa estaba mal en el gobierno porque el elfo también se había interpuesto en el camino. Aunque el mundo esté en contra Huidow ayudara a quien ha tenido más de una aventura con él. Entonces todo sucedió muy rápido, Arno balbuceaba unas palabras aún más grandes que su ego y cambio levemente su apariencia, ahora parecía un señor del terror, incluso la mente de Huidow creyó por un segundo que él podría ser el causante de todo este desastre en Chaos. La cadena imbuida de energía oscura se lanzó presta hacia él que indefenso no soportaría semejante poder.

Sin embargo Huidow pudo ver un destello verde, una gran figura en medio de su visión y al fin alguien con algo de tino, el elfo parecía haber reaccionado y se ponía de su parte, al parecer usaba su rango para reprender a Arno, ahora sí que Huidow se sentía confiado y su sonrisa comenzó a emerger. Cuando miro en la dirección en que la cadena fue desviada pudo percatarse que Arno le había atacado con fuerza letal y que si hubiera recibido ese ataque tendría por lo menos la cabeza rota en varias partes.

El elfo aun así pareció dejar pendiente algo con el ministro, algo como privado, tal vez después resolverían sanciones o alguna disputa, pero que importa joder, uno de los máximos representantes del gobierno estaba de su lado, o al menos eso era lo que sus acciones dictaban.

Entonces el elfo sutilmente hecho a Garnet, y se volvió a Huidow. Las palabras que ahora pronunciaba eran de desaprobación, ho cuan equivocado estaba, al parecer Fingon no desaprobaba el actuar de Arno, sino el calibre de su ataque. Entonces Fingon levanto su mano y Huidow no recuerda nada más.

Despertó en el suelo con un sabor a yodo en la boca… era sangre? Su sangre y al parecer un par de dientes habían caído al suelo con el golpe de revés del elfo… Huidow trato de levantarse pero la cabeza aun le daba vueltas, y sentía como si le hubieran arrancado al cabeza de manera literal.

Tosio un poco de sangre era seguro que se había mordido la lengua. Cuan débil podía ser?, con ese poder no podía aspirar a proteger nada ni a nadie y se sintió por primera vez demasiado pequeño como para hacer cualquier cosa, no podía pensar en nada y creyó que hubiera sido mejor haber recibido el ataque del ministro en lugar del pesado golpe del Custos.

Datos de Batalla:

por **Auros** Vie Mayo 06, 2016 11:28 am

Las bestias que asechaban a los dos soldados que estaban separados murieron por disparos y llamas oscuras, su ser se perdió en la inmensa ciudad y la tranquilidad se hizo palpable, su existencia no merece más palabras al respecto, salvo que eran crueles mientras vivieron.

La ciudad comenzaba a actuar aunque la noche ya estaba cerrada y el sol se había ocultado aún se veían fuegos que iluminaban a toda Urbanis como si una fiesta de celebración se produjese, los titánicos y monstruosos globos que atacaron la ciudad habían desaparecido tan pronto como habían sido avistados en el horizonte, solo uno de ellos había sido rápido y había atacado de manera efectiva derribando uno de los dirigibles de la fuerza aérea. Muchos corrían de un lado a otro con grandes baldes de agua tratando de apagar las llamas para que estas no se propagasen hacia los barrios residenciales o peor aún hacia los puntos de refugio y más aún hacia las casas de placer.

Muchos de los más locos residentes comenzaron a reunir pedazos de carne del enemigo para proceder a limpiarla y comerla en grandes cacerolas. Los fuegos comenzaron a encenderse, esta vez por los comensales y en lugar de una operación de reconstrucción se volvió una fiesta. Que raros y duros eran los habitantes en este continente. Los que no pertenecían a esta nación podrían llegar a vomitar al ver las carnes asadas y los más pulcros incluso taparían sus vistas pero los soldados más duros pedían repetir plato.

La brisa comenzó a soplar llevándose en parte la peste que habían producido las hediondas criaturas y era más que agradable el saber que uno puede sobrevivir a una oleada interminable de seres paridos en el mismo infierno. Ahora que todo había terminado en apariencia podían continuar con sus vidas, sin embargo algo no estaba bien, las llamas de la plaza no parecía que fuesen a ser controladas. Se requiere mucha fuerza para controlarlas y mantener a raya el combustible derramado del dirigible derribado, las llamas invitaban a los defensores a reunirse en la plaza en llamas y así por fin sacar cuentas de todo lo perdido y ganado de esta disque invasión con tan poca potencia.

O tal vez era al revés los monstruos habían sido los defensores y las criaturas solo cumplían con lo que eran, depredadores posicionados en un determinado lugar de la cadena alimenticia y los mortales eran quienes se resistían a este orden natural?. Pronto lo averiguarían.

Datos de Batalla:

por **Garnet Vermell** Vie Mayo 06, 2016 2:25 pm

Bueno, a ver. ¿Podría alguien ser tan amable de explicarme qué acababa de pasar? Bueno, a mí no, a Garnet, que la user está pasándoselo en grande con toda esta situación. Sindar le había advertido a Benezer que no se metiera en ese tipo de asuntos, pero aquel bocazas no parecía quedarse contento con haber provocado lo suficiente al ministro. Ni siquiera parecía tranquilizarse tras oír las palabras del Custos, que en cierto modo habían logrado aliviar a la pelirroja puesto que durante unos segundos se llenó la cabeza de ilusos pensamientos que le hacían creer que aquello no había quedado en un simple enfrentamiento sin importancia.

Pero qué tonta era. Y qué idiota era ese pelirrojo bravucón.

Perro bastardo. Sí, así había llamado el bocachancla de Huidow a su superior. Podría haberse metido con otro capitán de la División de Tronus cuando ella ostentaba ese cargo, incluso con un general, y aun así se habría metido en problemas. Pero había que tener unos huevos más grandes que su propia cabeza para querer siquiera rechistarle a un ministro. ¿Pero en qué estaba pensando? ¡Podría armar un conflicto internacional con tan poca cosa!

—Basta, Huidow,—murmuró tras oír las sandeces que le dirigía, desviando la vista. —He desobedecido a un superior y debo asumir las consecuencias. No he llegado a ser capitana general por hacer lo que se me venga en gana,—espetó, todavía agarrándose el brazo que tenía dolorido por el choque eléctrico. No entendía qué buscaba Benezer con todo aquello, y aunque sentía una profunda humillación por lo ocurrido, comprendió que debía hacerle entender que el código militar era inquebrantable. —El ministro hará lo que tenga que hacer. Si está en ese puesto es porque le consideraron apto para ello, independientemente de lo estricto que pueda ser con sus soldados.— No miraba a ningún punto fijo. Ni siquiera veía la transformación de la apariencia del ministro en un aspecto mucho más temible, al menos, no hasta que comenzó a hablar.

¿Realmente iba a atentar contra un civil? Se lo tenía merecido, sin duda. Y si fuera por Garnet, ya le habría pegado un par de bofetadas, para que al menos espabilase un poco. Pero conocía el poder de Mireault, y había experimentado un pequeño tentempié en sus propias carnes. Y sabía que Huidow recibiría el menú especial de la casa con tan sólo observar al ministro y escuchar sus palabras.

Sintió el impulso de defenderle. No debía hacerlo, no había llegado tan lejos como para echar por tierra todo su trabajo por querer tomar ella toda la responsabilidad de los improperios que soltaba Huidow con su boca de alcantarilla. Confiaba en que quizás ella misma podría traquilizar a Mireault de algún modo, incluso aunque pareciera que se estaba enfrentando directamente a él si protegía a Benezer del tremendo golpe que iba a recibir.

Pero antes de que pudiera siquiera hacer un pequeño ademán, el Custos se interpuso entre el pelirrojo y el ministro enfurecido, dándole un sermón que seguramente no le gustaría nada al segundo. No dijo nada, no iba a oponerse a las palabras de Sindar ni tampoco a la posible reacción de Mireault, así que simplemente se limitó a asentir ante lo que le dijo a ella. —Eso haré, señor. Me mantendré con mi superior hasta nueva orden,—contestó, dándole a entender a Arno que, si él lo decía, no dudaría en marchar de allí sin rechistar. Había aprendido la lección.

Y sin embargo, fue el propio Custos quien noqueó de manera brutal al Golden Alliance, cuya sonrisa triunfal desapareció tras oír las palabras del elfo. Desvió la mirada para evitar ver el resultado de tremendo golpe. No pudo evitar sentirse mal por ello, pero a la vez reconocer que todo aquello se lo tenía bien merecido. Se giró hacia el ministro, pero cuando apenas abrió los labios para decirle algo, apareció una soldado de brigada, Blacklock, si no recordaba mal.

…Agarrándose a las piernas de su superior. ¿Qué clase de comportamiento era ese?

Respiró hondo, tratando de contener algún comentario fuera de lugar. La soldado, después de todo, estaba dirigiéndose a él y no a ella. Si él veía apropiado que la pelirroja se encargase de la muchacha, entonces sí trataría de formular una orden, pero decidió mantenerse al margen, clavando su vista en ella mientras mantenía el ceño fruncido en una expresión de confusión y altanería la mismo tiempo.

Datos:

por **Éride** Vie Mayo 06, 2016 3:48 pm

¡Menuda se había formado en un momento! ¡Y todo por la irresponsabilidad de una muchachita cabezahueca! Maravilloso, espectacular. Casi se emociona una al verlo. La oleada de negatividad que se aproximaba hacia la azote velozmente se manifestó en forma del mismísimo ministro de Spatium, que buscaba a su subordinada por realizar una acción temeraria sin ni siquiera haber avisado. La sacerdotisa había oído hablar de Arno Mireault — éste era un hombre cuya seriedad podía imponer hasta al más orgulloso, y pudo comprobarlo con sus propios ojos cuando veía cómo la soberbia y altivez de la joven pelirroja se esfumaban en su presencia.

Se sintió un poco decepcionada, a decir verdad. Alguien tan conflictivo como ella podría haber enfurecido aún más al ministro con una mala respuesta, podría incluso dejar en ridículo a su superior delante de Berith y el Custos con una insubordinación, pero en lugar de eso tan solo vio a un manso y patético cachorro tuerto. Sus sentimientos de dolor físico, humillación y resignación eran una auténtica delicia en combinación con el enfado de Mireault, pero la guinda del pastel la tenía la persona que estaba a su lado, Huidow Benezer. Ah… ¡era increíble lo ciego e insensato que podía llegar a ser alguien por una simple cara bonita!

Éride posó delicadamente una de sus manos en sus labios, fingiendo horror y sorpresa, mas no hacía otra cosa que reprimir una ligera sonrisa que afloraba en su rostro, presa de la satisfacción ante el inminente conflicto interno. Independientemente de cómo resultara la situación, podría aprovecharse de ella más adelante, sin duda. El pelirrojo, imbuido en ira, no quiso hacer caso de las advertencias de Sindar, provocando que la furia del ministro se avivara aún más. Le costó mucho más aguantar las ganas de ampliar su sonrisa cuando dedujo a dónde llevarían las acciones de Mireault.

Si atacaba a alguien que no fuese militar, podrían llegar a establecerse tensiones entre los reinos de Chaos y Spatium. Esperaba que Mireault no se controlara, y parecía estar totalmente dispuesto a asestarle un buen golpe a Benezer. ¿Cómo se tomaría aquello Berith? Podría escribir una antología poética la cara que se le iba a quedar, lo veía venir.

Y sin embargo, tuvo que llegar el paladín justiciero, el defensor del pueblo, Fingon Sindar, a dar el sermón de lo correcto y a detener el impulso de agresividad del ministro. A la diosa le importó un comino que después éste le aplicase un correctivo al Golden Alliance, puesto que la gracia residía en que estuvo a punto de provocarse una trifulca entre dos naciones, algo mucho más gordo que una simple pelea de civiles. Tendría que ocurrírsele algo, de todas maneras. No iba a quedarse con las ganas.

—Como usted ordene, señor Custos.— La sacerdotisa decidió cumplir la petición del elfo. De este modo, quizás
podría aprovecharse de la ira del joven Benezer para tratar de infundarle ideas estúpidas que podrían resultar en alguna que otra escaramuza. Con suerte incluso podría ir a mayores.

Se arrodilló al lado del herido y comenzó a pronunciar la oración curativa. Le iba a llevar mucho tiempo, ya que estaba muy malherido y ella aún era demasiado débil como para que sus poderes fueran totalmente efectivos.

Datos:

por **Auros** Vie Mayo 06, 2016 3:48 pm

El miembro 'Éride' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Tirada Rango 2' : 13

por **Noir L. R'Lyeh** Dom Mayo 08, 2016 1:48 am

Bendita sea entre todas la psicodélica y tosca particularidad de aquellos ciudadanos, que aún en la mismísima garganta del infierno tenían el mismo ánimo y la misma bravura de primavera como para bajar sus armas a un costado y levantar la pinta de cerveza al mismo instante.

Se podría pensar que no existiría cataclismo alguno que pudiese quebrarles el espíritu, ni espada alguna que pudiese herirlos lo suficiente como para que la desolación se apoderase de ellos y la ruina les demacrase los rostros. ¿Hay criaturas titánicas?, ¡Hagamos un banquete con su carne!. ¿Hay tropas cayéndonos encima?, ¡Hagámonos con sus armas y armaduras y que la fiesta venga como aperitivo!

Deambular por los caminos de Chaos era toda una experiencia sin duda alguna, sin embargo ese preciso momento no era de los más apropiados para la maravilla y Noir lo tuvo más que claro por culpa de la alabarda que traía en la zurda. Estar en el epicentro de semejante revuelta podría traer demasiadas pérdidas para la joven caza recompensas, en especial hablando de pociones y armamento. Debía evitar a toda costa cualquier enfrentamiento, más ¿qué tan tortuosa se podría volver su carrerilla a los grandes caminos que la llevarían fuera de la ciudad que aquella travesía en medio de bloques gigantescos de edificios tumbados, babas ácidas y vísceras pegajosas? Sus delicados pies apenas y podían encontrar un punto de apoyo lo suficientemente estable como para permanecer sigilosa en su escape, pues en el excelso sosiego al cual la cúpula nocturna sometió aquellos parajes, las pequeñas rocas que caían tras ella expandían ecos que emulaban el disparo de algún cañón, dejando su posición tan al descubierto como si fuese a propósito, sin contar con que aquella extraña lanza parecía destellar con mayor fulgor al filo de las sombras, tal cual cargada de flamas de rojo crepitar.

Se lanzó en picada con un salto magistral de la punta de una montaña de escombros, cayendo en una pequeña sábanilla de polvo depositando sus pies en un casi raspado susurro sobre la faz de la calle destruida, escaló cual pequeña serpiente sobre otros más y volvió a dar uno que otro salto más para luego deslizarse entre las sombras hacia un nuevo callejón cuando repentinamente un nudo se apoderó de la suavidad de su garganta. En medio de su carrerilla, desvió apenas la mirada escarlata hacia su costado sin lograr divisar nada, saltó contra la pared de una gran tienda y se deslizó por el empine de otra destruida, viró apenas el rostro cubierto con la capucha y tragó con cierta dificultad. Estaba segura de que oyó rapaces pasos tras ella. ¿Eran los mismos tipos de la tarde?. ¿Eran otros cazadores o tal vez alguna bestia de las que estaban atacando a Chaos?. Volvió a colarse entre otra mole de escombros y pegó otro salto ante un enorme y profundo cráter frente a ella y fue en dicho impulso que volvió a girar el rostro asiendo con gran fuerza sus bártulos a la par que su cuerpo giraba por completo dándole el frente a los supuestos que la seguían.

Su rostro se crispó y el nudo en su garganta se hizo más intenso al oír el eco efímero de aquella voz que por sus fluctuaciones indiscutiblemente debía pertenecer a alguna femenina. En pleno aire volvió a girar su cuerpo logrando caer pecho a tierra sobre un bloque inclinado de lo que anteriormente debía ser parte de la carretera ahora atravesada por el inmenso agujero, se deslizó por él descendiendo hasta la horizontal real de la calle y soltó una pequeña maldición, pues notó no solo una figura sino dos. ¡Eran dos, con los mil demonios!. Miró para ambos lados buscando un posible escondite cercano, tal vez podría despistarlos pues era más que obvio que los mismos podían mantener una velocidad similar a la suya, más nada, todo se encontraba sobre sus cimientos.

Frunció el entrecejo un tanto más indignada notando que a su vez el nudo con el cual sujetaba el estuche de chelo que portaba su armamento ya no soportaba el peso de dicho sable complejo deshaciendose en sí mismo. ¡Maldita alabarda del averno! Bonito momento en el que tenía que haber aparecido tan solo para hacerle la vida un tanto más complicada de lo que ya era. Tenía que ser mágica, de lo contrario no podría haber roto aquella correa de cuero de quimera. ¡Se desharía de ella, con un demonio!.

La indignación y furia en contra del propietario de la lanza junto a la frustración con respecto a la pérdida de tan valioso estuche hizo que apretara los labios con mayor enojo a la par que sus pies la impulsaron de vuelta en otra carrerilla hasta una distante y derruida estructura en la cual volvió a perderse procurando esconderse de sus perseguidores, observarlos desde las sombras y evaluar sus posibles movimientos. Luchar, huir, negociar. Estaba bastante hervida como para negociar en esos momentos, pero mantener la cabeza fría mientras el resto del cuerpo se derrite en ira era la ley del sobreviviente, no podía olvidar las bases de un luchador.

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por **Cyan Al-Gram** Dom Mayo 08, 2016 11:47 am

Si Astrid había arqueado una ceja por las palabras de Cyan, él entonces habría arqueado dos al escuchar la risa de bajo volumen que dejaba escapar por su boca. “—Es por esto que no te considero un estorbo, ni mucho menos.—“ No iba a negar que las palabras le sonaban más que bonitas pero pese a eso, no lograba entender el significado que había detrás de estas. ¿Por ese motivo no lo consideraba un estorbo? ¿Por cuál motivo exactamente? Lo único que había estado haciendo era meter la pata sin parar una vez seguida de la otra. “—Confío en que no estás teniendo más que un mal día. Podría ser yo la que hubiese perdido la espada, ¿Sabes?—“ El lancero sin lanza colocó una mueca sonriente en su rostro mientras notaba el leve tacto de la mano contraria en su hombro izquierdo. —Sí, tienes razón.— Desvió la mirada hacia la chica, sin borrar esa sonrisa de sus labios. —Tienes toda la razón.—

Al principio dudó sobre la elección de sus palabras, no quisiera que en un accidente se diese a entender que la veía capaz de perder su arma fácilmente. Regresó la vista al frente para prestar atención al camino. Más adelante parece que el destrozo se hacía más importante por lo que había que ir con buen pie si querían mantener un ritmo estable. “—Entonces vamos hacia los escombros. Cuanto antes encontremos tu lanza, antes podrás cumplir con lo prometido.—“ Cyan asentía de manera ferviente con su cabeza mientras se desviaba hacia las zonas más afectadas por los agresivos ataques. —¡Por supuesto!— Un vistazo más profundo en la leve oscuridad del lugar hacía que los daños mayores fueran bien apreciables. Toda una fila de casas que una vez fueron acogedores hogares, yacían destruidos como si un tifón hubiese pasado. Las calles principales incluso tenían llamas de objetos inflamables o escupidas por las mismas bocas de las bestias que estaban atemorizando todo a su alrededor.

En el interior la oscuridad era incluso más profunda y la vista no había tenido aun tiempo suficiente de adaptarse a ella. Era una lástima que las llamas de Marcus hubiesen perdido su efecto durante toda la acción previa. Aunque en parte también suponía un alivio para el hombre. Muchas cosas debía reportar a sus superiores en cuanto saliera de ahí, si es que salía… Aunque bueno, sobrevivir no era una opción ¿No? El revolucionario fue expulsado de su mundo imaginario a causa de la femenina voz. “—Nayc, acabo de acordarme… ¿Qué es lo que querías contarme hace un rato?—“ Era cierto, gracias a la memoria de Astrid, Cyan pudo recordar que hace unos momentos iba a confesarle sus “mentirijillas” de antes para no tener problemas con el ejército. —¡Ah, sobre eso! Bueno verás…— Tomó un poco de aire para relajarse. —En realidad mi nombre no-— Antes de que pudiese proseguir, la voz de la fémina la había vuelto a interrumpir. “—Creo que he visto algo, Nayc. Ven.—“

Su tono de voz era muy bajo, casi en susurro. Fuera lo que fuera que ella hubiese visto, quería pasar completamente inadvertida. Comenzó a seguirla sobre sus pasos haciendo caso a su indicación. Tal parecía que la conversación tendría que esperar a que las cosas se relajaran un poco más. Él ahora mismo solo podía asentir levemente con la cabeza cada vez que Astrid se volteaba para ver que lo seguía. Los pasos aumentaban su intensidad, como si ambos fueran a salir corriendo en cualquier momento. “—¡Eh, para ahí!—“ Exclamó su compañera, haciendo que desviara su mirada hacia delante, solo para ver una silueta que sin duda alguna portaba su lanza. Sería capaz de reconocer su propia arma a kilómetros de distancia. El sujeto se dio a la fuga tan rápido como fue capaz de percibir tanto a Astrid como a Cyan. Este último no dudó en salir a su persecución pero aquella persona quien portaba su arma parecía desenvolverse por el terreno con una soltura mucho mejor que la del revolucionario.

(¡Rayos! ¿¡Cómo es capaz de correr tan rápido!?) Pensaba para sus adentros mientras tenía que hacer un sobre esfuerzo en mantener el equilibrio sobre el desfigurado terreno para no caer en un mal paso. La acabó persiguiendo hasta una especie de pequeño cráter donde resbaló por la pendiente hasta el suelo. —¡Whoa!— Sin tiempo que perder se levantó tan rápido como el cuerpo se lo permitía y continuó con la carrera. Por lástima acabó pateando una roca más grande que su pie lo cual le hizo desestabilizarse y cojear del dolor. —¡Aayy!— Desvió su rostro al frente donde podía continuar viendo la silueta negra aunque no por mucho tiempo pues en seguida salió de su rango de visión. —¡E-espera ahí, maldición!— Sin esperanza de encontrar al fugitivo, caminó hasta notar algo al tacto de su calzado que se hacía muy distinto al sólido territorio donde se ubicaban. Cyan tomó con la mano el objeto y lo examinó con la poca luz lunar que llegaba desde el cielo.

Parecía una especie de… ¿Estuche? No podía distinguirse bien entre la poca visibilidad, lo polvoriento que se encontraba y lo estropeado que lucía. Teniendo en mente que no podía descartarlo como una pista, en cuestión de segundos ideó un plan, alzando el puño en alto mientras sujetaba el objeto en cuestión al cual dejaba bien visible. —¡No queremos hacerte daño! ¿Me oyes?— Jadeaba por el cansancio de la carrera. —¡Somos soldados del ejército de este país! Lo que llevas contigo es algo de suma importancia, llevarlo encima sería un gran delito que te pondría en la lista de delincuentes más buscados. ¡Pero…!— Volvía a recargar sus pulmones de aire una vez más, esperando que su intento de intimidar al sujeto con aquellas palabras surtiera efecto. —Estamos dispuestos a negociar y hacer la vista gorda para evitar problemas mayores, todos salimos ganando, ¿Qué me dices?— Cyan dejó de elevar su voz y todo quedó completamente en silencio. El anzuelo ya estaba colocado, solo restaba esperar que su presa realmente lo tomara entre sus manos y apareciera ante ellos.

HP:

Cyan ha interactuado con...:

por **Jhonatan Alexander** Dom Mayo 08, 2016 3:07 pm

Tras la caída de los últimos monstruos un aire de tensión quedó en el ambiente, aquello no había terminado y eso era muy claro. Hasta el momento únicamente se había estado midiendo las fuerzas de los guerreros del reino de chaos. Como se había hecho desde hace unos días cuando aquellas criaturas habían arribado sobre el castillo. Ya habían enviado su vanguardia y su artillería pesada, ahora era el momento en que un buen general enviaría su fuerza más destructiva para intentar acabar a los guerreros luego de las bajas posibles por los ataques anteriores. Aunque un aún mejor militar evitaría luchar una batalla que no pudiera ganar, se posicionaría en un mejor punto de ataque y atacaría cuando el ejército estuviese debilitado o la ciudad vacía. Atacar una fortaleza nunca es una buena idea, y mucho menos si esta está defendida por los guerreros más fuertes y feroces del mundo como lo eran los gladius. Añadiendo a esto que una mente brillante comandaba a los mismos era casi una sentencia de muerte meterse con aquel reino.

Por su parte Jhonatan sobrevoló un par de veces la ciudad esperando que una energía mas poderosa les acometiera, pero por un buen rato nada sucedió. Su aliada de cabellos rojos sobre su lomo parecía estar adormilada debido a la inmensa exigencia sobre su cuerpo. Por lo que el dragón procuraba no hacer movimientos demasiado bruscos. Fue entonces cuando el noble de ojos dorados sintió la presencia de un ser aún más poderoso en la lejanía, no faltaba demasiado para la próxima batalla.

Fue en aquel momento en que su cuerpo se comenzó a evaporar en humo y llamas, desvaneciendo aquella forma amenazante e imponente de dragón. En medio de una luz que casi podría compararse a la de una estrella en el firmamento, apareció aquel hombre rubio de cabellos largos, con una vestimenta pulcra y antigua llevando sobre sus brazos a Gissel mientras descendía y sus pies blancos y pulcros tocaban el suelo. Por aquellos momentos el rubio tenía sobre si una presencia casi divina, su seño se mantenía serio e impasible. Sus ojos descendieron apenas hacia la muchacha en sus brazos comprobando que estuviese en condiciones de seguir luchando.

-Estas bien? –Preguntó el guerrero de forma firme, esperando que se le respondiera mientras llevaba un nuevo cristal a su boca. –Se avecina un nuevo enemigo… No hay que bajar la guardia, si no puedes luchar te llevaré a un lugar seguro Gissel. –Musitó el guerrero, sin subestimar a la gladius, pero a su vez un tanto preocupado por ella. Aun así, ni un atisbo de aquella preocupación pudo escucharse en su voz. Aquella era la primera vez que el gladius entraba en su god mode en medio de una batalla, y esperaba poder controlarlo de forma eficiente.

-Hell Dragon (Forma dragón)

-God Dragon Mode

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por **Auros** Dom Mayo 08, 2016 4:11 pm

Desde la lejanía, allí en las montañas de Chaos, algo había abatido sus alas. Era aquello, el último recurso de las voladoras criaturas por hacer llegar las penumbras al reino del caos. Y aunque solo era un par de alas aquel que avanzaba entre las corrientes de aire, aquello que montaba esas alas tenía el poder suficiente para causar más destrozos de los que el resto de criaturas habían logrado. Entonces ¿Por qué enviar tantos esbirros si los mismos eran inútiles y no tenían comparación ante lo que podía hacer esta criatura con un solo movimiento de su mano? Quizás la astucia no era una de sus virtudes. Pero este ser apreciaba ver los pequeños detalles, y sabía que un rasguño puesto en el lugar correcto, una gota de más, un fuerza aplicada de menos. Cada pequeña variante podía decidir la victoria. Así que ¿Porque no hacer valer su poder como deidad de los cielos, los vientos, y de cada ave o criatura alada que decidiera usar las elevadas alturas como medio de transporte? Había enviado a toda criatura que había podido reunir y manipular. Algunas de ellas desconocidas para las personas. Pero este Dios oscuro tenía conocimiento de todo ser alado en la existencia de Spirit Soul. Y algo que en verdad tenía, era un gran rencor al reino del Caos. Quizás estaba lunático, y ni siquiera recordaba la razón. O quizás ninguno de los ahora presentes tenía la culpa de que se le hubiera revocado su puesto de Guerrero Gladius hace ya unos tantos años por usar a soldados y guardianes como comida para sus aves. Pero ya sabes que dicen de los pájaros, ellos nunca olvidan… O quizás lo decían sobre los elefantes. El punto es que él quería venganza sobre aquel reino, y hoy era el día en que se cumpliría.

De una manera acelerada y anormal, nubes negras, oscuras, completamente densas, y amenazantes cubrieron el cielo de la capital. Mientras estas avanzaban, era imposible el no oír el retumbar y los tronidos que se generaban al chocar las descargas eléctricas de estas. Sonidos altamente amenazantes, ensordecedores para algunos, y atemorizadores para los pequeños. Tempestad podrían llamarle algunos, pues los fuertes vientos tampoco tardaron en llegar, una inmensa tormenta parecía presentarse. Pero había un factor que faltaba, el agua, ni una sola gota parecía caer de las nubes frondosas, tan poderosamente cargadas del líquido en estado gaseoso. No mucho tiempo después, quizás solo instantes ¿Pero quién no perdía el sentido del tiempo cuando aquello sucedió tan rápido? Relámpagos comenzaron a verse. Alejados, no llegaban a ingresar a la capital, pero se notaba que estos advertían una pronta presencia. Descargas eléctricas parecían ir y venir entre las densas nubes, y la oscuridad que antes se había hecho ante el bloqueo total de toda iluminación proveniente de los astros, ahora se veía opaca por pequeños instantes de luz, provocados por estos relámpagos iluminadores.

Quizás muchos esperaban un ejército, la última resistencia de los seres voladores, compuesto por filas incontables de guerreros kamikazes en su último ataque sentenciaría la vida de alguna de las dos partes. Pero solo una silueta se pudo ver avanzando entre los relámpagos. Allí estaba Triunvirate, un Dios oscuro que nadie recordaba. Montado sobre su leal Archon. Pero ninguno de ellos dos era imponente por sí solo, la combinación de ver una criatura nueva siendo cabalgada por un acorazado hombre portador de una martillo dorado era quizás lo podría impresionar a los menos experimentados, o incluso hacer temblar a los más débiles.

Como si un coro épico acompañar sus movimientos, Triunvirate entró en escena, dejando que su capa azul fuese ondeada por los vientos. Archon soltó un rugido, potente y con tanta pasión como el de un mismo dragón. El Dios oscuro no dio tiempo a las presentaciones, alzó su martillo por sobre su cabeza, y la tempestad generó descargas incontables entre las nubes. El silencio se hizo, solo por un momento, a la par que un relámpago caía tras Triunvirate, dejando que la luz iluminara al rostro de todos, instantes antes de que el gran tronido por el impacto eléctrico llegar a ser percibido por sus oídos. Otro segundo más tarde, el caos llegó. Tras grandes relámpagos descendieron del cielo, y como misiles teledirigidos estos fueron directo a la cabeza los 3 guerreros presentes más poderoso. Y para acompañar aquello, el guerrero de cabellos dorados, quien ahora era visto como el más fuerte de los presentes, fue el objetivo de Archo. La bestia de pelaje azul y alas emplumadas abrió su gran hocico, para que unas chispas eléctricas se hicieran frente a su rostro. Aquella carga de relámpagos salió disparada como un hiperrayo hacia la posición del semidragón y guerrero gladius.

Obviamente eso no sería todo, en el momento en que los primeros relámpagos invocados por el martillo se hicieron presentes, unos tantos les siguieron, cayendo estos en forma aleatoria, comenzando a destruir lo que podían de aquella ciudad. Así era como Triunvirate comenzaba lo que él deseaba sería, el final de chaos.

Triunvirate y Archon:

Stat Triunvirate:

Stat Archon:

por **Auros** Dom Mayo 08, 2016 4:11 pm

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#1 'Dado Titanico' :
Chaos has fallen - Trama N°9.0 [Chaos] - Página 14 ECaBKwm

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#2 'Dado Titanico' :
Chaos has fallen - Trama N°9.0 [Chaos] - Página 14 ECaBKwm

#2 Resultados : 35

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#3 'Dado Titanico' :
Chaos has fallen - Trama N°9.0 [Chaos] - Página 14 ECaBKwm

#3 Resultados : 47

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#4 'Dado Mega Mascota' : 4

por **Fingon Sindar** Dom Mayo 08, 2016 4:17 pm

En la lejanía, en el horizonte los penetrantes ojos del elfo detectaron movimiento, no le identifico por que volaba tan rápido que se perdía entre la espesa noche. Si rostro vio entonces a la criatura, una especie de demonio con blancas alas. Su color se confundía con el entorno y entonces Fingon camino por la azotea. Para posicionarse mejor, toda la atención estaba en el cielo y lo que necesitaba era encontrar a las demás tropas. Sin embargo no vio nada más. No podía ser que un solo soldado atacara. Que treta era esta. Se abalanzo hasta el borde del edificio y vio casi jolgorios alrededor, nadie se había puesto nervioso ni había cambios en el suelo. Las sospechas de un ataque terrestre pasaron y entonces Fingon cayó en cuenta del horror. Era el verdadero enemigo. El más fuerte de todos. La muerte encamada con las criaturas del aire. Debían derribar a la criatura, era el mejor de los métodos cuando se enfrentaba a seres capaces de volar.

La mira de Fingon se ajustó, pido apreciar sobre la criatura otro ser más, parecía ser un mortal, o al menos uno en apariencia, un hombre con una gran arma que retaba a los cielos. El elfo se volvió hacia Éride, y le hizo señas para que le mirase.

-Señorita Éride por favor necesito que cuide la retaguardia, esto se pondrá feo, por favor, pase lo que pase manténgase a salvo, es posible que ahora no pueda protegerla- dijo sin apartar la vista del cielo.

Los truenos y las nubes tormentosas comenzaron a aparecer y un verdadero fin del mundo parecía vaticinar el final de la ciudad más dura del mundo libre. Relámpagos adornaban el fondo y la ciudad parecía estar rodeada, más que rodeada aislada, aquel que quisiese salir seria tachado de lunático o suicida

-Huidow… Huidow… ya levántate, no seas dramático y protege a la señorita Éride, es posible que uno de nosotros sea el…- un espeluznante rugido digno de las criaturas más feroces interrumpió al elfo, y entonces vio el martillo dorado de su jinete. -El dios del rayo ha llegado?- se dijo para sí mismo Fingon

Entonces un rayo, no, no podría llamarse así, era más parecido a un elemental cayendo directo sobre el grupo. Una descarga tan poderosa que casi hecho abajo el edificio donde estaban. Fingon entonces apunto desesperadamente y disparo, la bala salió rauda contra el enemigo envuelta en el mismo poder del relampago con que atacaba, la idea era tirar primero a la montura, así se le quitaba una gran ventaja.

Fingon trato de ver donde había caído el impacto. Era posible que fuera dirigido hacia Mirelaut. Miro en dirección de Vermell y parecía estar bien, también pudo ver a una chica que había parecido poco tiempo antes pero le restó importancia. aun asi el resplandor cegaba sus sensibles ojos esmeralda

Datos de batalla:

Intereactue con...:

por **Auros** Dom Mayo 08, 2016 4:17 pm

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Chaos has fallen - Trama N°9.0 [Chaos] - Página 14 Baw6yAz

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por **Marcus S. Blacklock** Dom Mayo 08, 2016 4:20 pm

Una guerra caótica como el mismo reino donde estaban, batallas que ya comenzaban a carecer de sentido alguno y una destrucción que simplemente era innecesaria desde el punto de vista del fénix. No sabía a qué iba a conducir aquello, eso pensando que toda esa charada hubiese sido para un fin. Quizás eran simplemente actos de un mal sin conciencia, resultando que ese reino quedo atrapado en medio de sus cavilaciones. Pronto lo sabrían, estaba casi seguro que eso pronto conocería su fin…ya cual fuese ese fin estaba más allá del entendimiento de ese soldado, únicamente sabía que su deber estaba en ese sitio y que pelearía hasta que su cuerpo dejase de servir.

No había dejado su posición en el aire, se había mantenido ahí observando a su último enemigo caer y como un hombre extrañamente familiar desaparecía en el cielo de la ciudad. Estaba cansado, había desgastado toda su energía cuando utilizo una de sus máscaras, no era la única pero cada vez que usaba algún tipo de mejora en combate, su cuerpo se desgastaba con mayor velocidad. Sabía que era como alimentar un auto con combustible de cohete, tarde o temprano todo el sistema interno colapsaría por el abuso al que era sometido. Se preguntaba cuanto tardaría eso en sucederle, era muy posible que estuviese cerca de algún colapso masivo ya que todos esos daños, pequeño o grandes, se acumulaban y se desatarían en el momento menos previsto.

Logro ver el gesto de la mujer con la que se había mantenido hasta ese momento, al parecer finalmente sus caminos se dividieron y bueno, viendo lo que sucedió a continuación no pudo ser mejor momento. Hasta ese día, Marcus cruzo armas con un buen número de criaturas que posiblemente desafiarían la imaginación de los más sabios pero aquello era tan terrible que incluso el mismo se vio asombrado. El tamaño de esa bestia azul que apareció en el cielo de la capital era asombroso pero no era precisamente eso lo que paralizo un instante al pelinegro, sino la energía que emanaba quien lo montaba. No estaba seguro quien era pero debía estar seguro por lo que saco de su ropa una pequeña bolsa de cuero donde aún guardaba ciertos cristales que una vez le fueron muy útiles. Saco uno de ellos y lo rompió, recargando su poder con esa energía malévola y con ellos intensificando el color de sus ojos carmín.

—Sabía que algo así iba a pasar, era más que obvio —Murmuro por lo bajo, sintiendo el ligero escalofrió en su espalda cuando ese ataque se hizo presente. Era electricidad, uno de sus elementos más fuertes , por ello el fénix intento alimentarse con la energía pero todavía su cuerpo estaba resentido por el uso de la máscara, recibiendo una ligera quemadura en su brazo derecho además de perder un poco de altura gracias a la ligera explosión que incinero una fracción de su gabardina —No fue para tanto, ahora es mi turno —Mostrando un rostro calmado llamo al fuego para que fuera su arma pero en su primer intento para moldearlo, perdió un poco el control de su energía, quemando un poco su palma mas no dejo que eso lo detuviera. Nuevamente moldeo el fuego y valiéndose del poder obtenido por ese cristal, lanzo una ráfaga negra hacia ese enemigo, ignorando entonces el dolor en su cuerpo.

Info:

por **Auros** Dom Mayo 08, 2016 4:20 pm

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Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
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Fingon Sindar
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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater