Re: Chaos has fallen - Trama N°9.0 [Chaos]

por **Gissel Gremory** Dom Mayo 08, 2016 6:03 pm

No supo cómo, pero de un segundo a otro terminó entre los brazos del rubio cuando este decidió adoptar su forma God Mode, y puede que en esos momentos le observara parpadeando curiosa…se veía como él, pero diferente, quizás como alguien que si imponía respeto y no despertaba ganas de asesinarlo como le ocurría frecuentemente a la Valkiria cada vez que estaba cerca del rubio. Mantuvo la diestra sobre el pecho de este hasta que fueron descendiendo, observando algo incrédula el firmamento, ya que al menos ella no podía percibir absolutamente nada. —¿Eh?, Ya…sí, sí, estoy bien. Solo que llevo tiempo sin hacer esto y no consigo amoldar la temperatura de mi cuerpo ni de mis ataques, pero no te preocupes, puedo seguir. Me siento…oxidada— Afirmó en un tono de voz suave pero sin dejar de observarle a los ojos.

Y de repente…todo quedó en oscuridad. Frunció el ceño al notar como las nubes parecían agruparse en una capa por demás de densa, peor en que las tormentas más fuertes que había presenciado siquiera en sus veintitrés años. Esto no le gustaba, e incluso avanzó dos pasos hacia el frente, absorta pero sin quitarle la vista al cielo…condición que no le resultaba como buen augurio. Las corrientes de aire consiguieron hacerle entrecerrar los ojos a medida que sus cabellos se mecían con la misma rudeza, pero poco duró esto…pues no podían creer que lo que emergía desde las alturas, una criatura por demás de imponente siendo cabalgada por alguien que no conocía, pero que seguramente estaba dispuesto a mostrar todo su poder.

No hubo tiempo de reacción, el potente rayo fue directamente dirigido a Jhonatan e incluso Gissel sabía a la perfección que él estaría bien, pero lo que la hizo decidir en accionar sobre sus propios movimientos fue el segundo ataque que dirigían hacia el rubio. Tampoco tuvo miedo en lo más mínimo, al menos cuando aprovechó las corrientes de aire ahí presentes para potenciar su defensa en un muro de viento…Al principio parecía que funcionaria, pero este terminó cediendo ante el potente ataque enemigo y fue su cuerpo el que terminó absorbiendo toda esa descarga. Dolió, sería idiota confesar que no pero de entre sus labios ninguna queja salió por ello, solo retrocedió algunos pasos por el impacto, sí, pero eso no la limitó ante la decisión final que había tomado.

—Si serás cabrón…— Murmuró por lo bajo segundos antes de hacer contacto visual con el jinete, tener presente la imagen de este para así dirigir serpenteantes llamas que pretendían rodearlo en un torbellino de fuego, siendo alimentado quizás por el propio viento allí presente. Mantuvo el ceño fruncido y claramente se podía notar esa aura carmesí que estaba apoderándose de esa mujer cuya definición de la decisión estaba instaurada en sus ojos, los que habían abandonado una tonalidad aguamar pacifica, por una rojiza bastante consistente. No conforme con esto, finalmente chasqueo los dedos de la mano izquierda en lo que aparecía detrás de ella un sello en las mismas tonalidades rojas, pues del interior de este se oían gruñidos que podían helarle el alma a cualquiera.

—Kaiser— Solo eso salió de sus labios, ordenándole al can de tres cabezas de casi seis metros de alto, cada una de esas cabezas presentaba una mirada más perturbadora que la anterior y de las fauces de este ser emanaban llamas…sin dudas una criatura peligrosa o más bien agresiva por naturaleza, pero que seguía las ordenes de la Valkiria desde hacía más de un año. Dicho animal se posó a su lado, con los pelos del lomo erizados y sin dejar de gruñir en lo que observaba al enemigo…listo para cualquier próxima orden que la pelirroja le diese.

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por **Auros** Dom Mayo 08, 2016 6:03 pm

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por **Arno Mireault** Dom Mayo 08, 2016 6:05 pm

No había planeado para nada terminar en medio de ese conflicto, únicamente había dejado la base para obtener explicaciones de su soldado y ahora estaba en medio de una guerra que no parecía tener aún un ganador determinado. Siempre era lo mismo cuando visitaba ese sitio, siempre conflictos sin fin, combates y peleas que solo tenían como objetivo aumentar el gusto que todos ya de por si poseían por la guerra. Sin embargo el ministro tenia opiniones divididas, por un lado estaba su visión como líder de un reino donde las peleas simplemente se daban cuando se debía defender algo preciado pero por el otro aun hablaba a su oído el asesino que alguna vez fue, una criatura que disfrutaba de ver la sangre derramarse en los campos. Usualmente sabía a quién escuchar pero en ese momento, no tenía claro cuál de los caminos seria el correcto a elegir.

Sumados a su ya de por si dividida consciencia, vino ese guardaespaldas a querer entregarle un sermón como si se tratase de un soldado inferior. Los custos, siempre los vería como guardaespaldas glorificados porque su poder dependía de a quien protegían, no eran verdaderos líderes a menos que fueran comandados por su amo. No poseía respeto por ellos pero aceptaba cuando debía escucharlos, aunque ese no era uno de esos momentos —No sé cuál es tu nombre y si lo dijiste pues sinceramente no lo recuerdo pero tengamos algunas cosas claras. Conozco el cargo que ostentas sin embargo no tiene autoridad para hablarme como me estás hablando mucho menos a mis soldados. Ustedes 5 dependen de las ordenes quien dirige todo y hasta donde mi conocimiento llega, que es mucho siendo uno de los tres poderes más altos de este mundo, no hubo ordenes por tanto tu nivel de autoridad es nulo en lo que se refiere a mi o a mis soldados. Dicho eso, comanda como quieras a los civiles o miembros de Chaos pero abstente de querer guiar a mis fuerzas —Dijo manteniendo esa calma fría, mirando sin mucho interés al elfo antes de desviar su mirada a una voz en sus piernas.

Un suspiro prolongado emergió de sus labios seguido de una sonrisa que podría haberse visto como cálida. Esa niña, porque desde el punto de vista del ministro era una pequeña niña, siempre había sido un sol en la base y siempre que la encontraba entrenando se llenaba de orgullo. Junto con Reila debían ser las dos personas que en mejor estima tenia dentro de sus soldados, casi llegando a decir que eran sus favoritas aunque intentaba no demostrarlo demasiado —Aisha…no deberías estar aquí, deje ordenes en la base que nadie saliera luego de que partí —Murmuro deslizando su mano izquierda por los cabellos de la menor, luego de claro haber desaparecido su cadena. Esa niña era casi como su hija, esperaba muchas cosas de la pequeña y tenía la sensación que llegaría muy lejos — Si quieres ir con tu hermano está bien…y no te preocupes, no hay problema con que vinieras aunque espero se lo dijeras a Reila antes de salir —Sonriendo solo para la joven, continuo haciéndole esos pequeños mimos cariñosos sobre sus rosados cabellos antes de desviar su mirada hacia el cielo. Algo nuevo venia, algo malo — Aisha si quieres irte, hazlo mientras contengo a eso —Murmuro para luego alejarse un poco de la menor a la vez que hacia una señal a la capitana general para que lo siguiera, despegando hacia el cielo.

Que era esa criatura, Arno no estaba del todo seguro pero si sabía que era poderosa y eso podía percibirse sin problema alguno. Quizás era una precaución innecesaria pero saco de su chaqueta otro de esos cristales negros, el segundo que utilizaba desde que llego a Chaos. Esbozo una sonrisa un tanto oscura y lo rompió, haciendo suyo la energía al mismo tiempo que su cuerpo eran consumido por unas poderosas llamas oscuras.
No solía entregarse a ese poder, no le gustaba demasiado utilizarlo para pelear pero no estaba enfrentando a una criatura común. Usando ese fuego como alimento, el cuerpo del ministro fue cambiando completamente por algo oscuro y peligroso. Era la forma más pura de su lado destructivo, le permitía dar rienda suelta a toda la gama de sus habilidades y solo se hacía presente si el ministro buscaba aniquilar a su enemigo por completo. Claro que no era fácil de manejar, requería de toda su fuerza de voluntad para usar ese poder y no que ese poder lo terminara usando a él.

Bajo su forma infernal, Arno levanto una de las cadenas que envolvían sus brazos y con ella absorbió el ataque de su enemigo, alimentándose de su energía a la vez que sacudía otra de sus cadenas para lanzar la electricidad residual de vuelta con su dueño. Seguido con esos nuevos bríos de poder, invoco en su mano una centena de agujas de puro oxígeno, invisibles a los ojos de todos menos del dragón. Eran poderosas y versátiles, sobre todo para provocar daños masivos a sus enemigos.

Sacudiendo sus alas negras, se impulsó hacia el enemigo a la vez que liberaba todas las agujas contra su cuerpo, manteniendo una distancia ligeramente “segura” entre ese ataque y su persona. Finalmente espero a que las agujas estuvieran literalmente a un metro de su enemigo para mover sus manos y dispersarlas en un semicírculo alrededor de ese “dios” —Veamos qué tanta divinidad te queda… —Murmuro cerrando su mano derecha con fuerza, soltando una chispa que detono todas las agujas, provocando una explosión caotica que ilumino el cielo por un momento de rojo carmín y que libero una oleada de viento que sacudió incluso varios escombros que se encontraban regados por las calles.

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Forma infernal

por **Auros** Dom Mayo 08, 2016 6:05 pm

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por **Jhonatan Alexander** Dom Mayo 08, 2016 6:10 pm

Los aires de aquel lugar parecían caldeados, aquella era únicamente la clama que precedía la tormenta y Jhonatan no se equivocaba en aquello, de hecho, estaba más acertado de lo que el mismo creía. Pronto la pareja de Gladius pudo notar la presencia enemiga. El rubio dio un paso hacia adelante con ímpetu, enfrentando a quien fuera que quisiera dañar a su “familia”.

-Ten mucho cuidado Gissel, el enemigo es poderoso –Musitó clavando su afilada mirada sobre la joven de cabellos rojos.

En cuanto el enemigo logró acercarse lo suficiente se pudo notar por que su energía era tan inmensa, después de todo, estaban enfrentándose a un poderoso dios de los cielos. Pero… Los dioses ya no eran lo que solían ser y en chaos, el único dios que podía haber era el Caos. Aquellos relámpagos dirigidos hacia los más poderosos del lugar no le amedrentaron ni un poco, sin embargo el joven que desprendía un aire de superioridad fue atacado por dos de ellos. Energías destructivas y poderosas que buscaban impactar sobre él. Claramente solo podría esquivar una de ellas y estaba a punto de hacerlo cuando la pelirroja se colocó frente a él e intentó detener el ataque con una de sus ventiscas. No hubo tiempo para agradecimientos, el segundo ataque comenzó a perseguirle y el emprendió vuelo intentando esquivarlo, pero era inútil. A donde quiera que fuera era seguido por aquella energía, sin importar cuán rápido volara o que maniobras evasivas utilizara. Aquel rayo le seguía a todas partes con un retraso de algunos segundos, que cada vez eran menos. No le quedó otra alternativa más que tomar un poco de daño para realizar mucho más. Sin pensárselo dos veces voló a toda velocidad hacia Triunvirate y justo antes de que su rostro colapsara con el ajeno se detuvo, observando al dios a los ojos para finalmente hacer una pirueta evasiva esquivando el ataque que estuvo a punto de darle y colapsó finalmente sobre la criatura ajena. La mano de Jhon por aquel momento se encendió en llamas que por primera vez lograron quemar su propia piel, finalmente una esfera de fuego inmensa fue lanzada hacia aquel ave que el longevo dios utilizaba como montura. Tras esto Alexander regresó a toda velocidad junto a la pelirroja y tragó uno más de aquellos cristales haciendo que sus heridas sanen y su fuerza aumente.

-¿Estas bien Gisell? –inquirió el dorado sin dejar de observar a su oponente. –Debemos tomar aliento hasta la próxima oleada de ataques. Acabemos con su montura, eso lo dejará expuesto para darle un golpe letal y devolverlo a su plano.

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por **Auros** Dom Mayo 08, 2016 6:10 pm

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por **Kotarou Takeshi** Dom Mayo 08, 2016 6:28 pm

La guerra nunca cambiaba…no importaba donde fuera o contra quien fuera, jamás se alteraba o modificaba. Se combate terminaría de la misma manera en la que todos terminaban, afectando más a quien eran incapaces de pelear porque al final, son ellos los que viven con las consecuencias del actuar de los guerreros. Takeshi lo sabía y aunque no estaba en posición de defenderlo ni mucho menos hacer algo al respecto sobre el actuar de esos hombre y mujeres, podía continuar peleando para que eso terminara lo más pronto posible.

Los restos de diamante sobre el suelo fueron lo único que quedo de la última bestia que se dejó ver. Todas ellas habían peleado de una forma suicida, sin tomar en consideración el instinto básico de supervivencia, como si su objetivo fuera más importante que su vida. No tenía la menor idea de porqué pero no tardo en descubrir a quien servían todos esos muertos, al menos su aparición hacía pensar que ellos habían sido únicamente sus heraldos, buscando destruir pero fallando miserablemente en su tarea.

Desde el suelo observo el ataque volar, sintiendo en su piel una ligera estática debido a la fuerza de los relámpagos. Una sonrisa ladeada se marcó en sus labios, siguiendo los movimientos de todos los soldados que estaban atacando al “dios” que buscaba traer la muerte de todos. Él había sido ignorado pero no le importaba, no quería ser el centro de atención, solo buscaba algo de combate para saciar a su demonio interno— Supongo que ayudare un poco en su combate…—Murmuro a la vez que en su mano derecha se formaba un tridente de diamante. Apunto hacia la bestia y lo lanzo, obligando a que poco a poco incrementara su tamaño en el aire, hasta casi tener la envergadura de un pedazo de una torre. Esperaba que fuera suficiente para abrir al menos una herida en ese monstruo.

Info:

por **Auros** Dom Mayo 08, 2016 6:28 pm

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por **Garnet Vermell** Dom Mayo 08, 2016 11:32 pm

—…—

¿Realmente Mireault se había dejado convencer por las súplicas de una brigada? ¿Qué era esa actitud? ”Oh, Aisha, has desobedecido mis órdenes, ¡pero como eres muy mona te permito hacer lo que te salga del arco del triunfo!” Por supuesto. Sonrisita boba y palmadita en la cabeza. Hasta el hombre más temible de Spatium (según el criterio de Garnet) parecía tener una debilidad, y la pelirroja la había descubierto allí mismo: ¡las jovencitas!

Pervertido.

No podría rechistar, tampoco. Aquello era cosa suya y después de la humillación que había recibido no se le iba a ocurrir abrir la boca a no ser que fuese estrictamente necesario. Asintió ante el gesto de su superior, que había despegado hacia el cielo. El poder de levitación de la joven no era de los mejores, por lo que debía advertirle al ministro acerca de ello. Le siguió, y una vez arriba, pudo ver a lo lejos una criatura extraña y de aspecto increíblemente poderoso, mucho más que el de las demás bestias que habían enfrentado. —Ministro, debo informarle que no puedo mantenerme levitando durante más de unos minutos. Será necesario que me suba a un tejado lo suficientemente alto si quiero combatir a su lado.— Con una sonrisa que parecía provenir del mismísimo diablo, Mireault rompió unos cristales de color oscuro, de los cuales salieron unas sombras en las mismas tonalidades y lo envolvieron en llamas de color negro. Al principio se asustó, pero luego pensó que simplemente era otra demostración más del poder del ministro.

Cuando por fin las llamas fueron difuminándose y revelaron el aspecto de Arno, éste parecía resurgir desde las entrañas del caos. Su aspecto era mucho más temible y feroz, y las cadenas que le rodeaban permitieron que el ataque recibido de aquella criatura infernal (el cual Garnet no pudo defender, por razones obvias) fuese anulado y absorbido por completo. Antes de que pudiera hacer nada, el hombre se propulsó hacia el enemigo, pero no se pegó a él. Pensó que arremetería contra el bicharraco con algún puñetazo eléctrico o algo de ese estilo, pero en su lugar, provocó una explosión tan cegadora que la pelirroja necesitó cubrirse el rostro con un brazo si no quería perder la visión que tenía en el ojo que le quedaba. Notó que era arrastrada hacia atrás por un viento tremendamente fuerte que hizo que el parche saliera volando, sin más, revelando un párpado eternamente cerrado.

…¿Ese era el verdadero poder de Arno Mireault? Bendita suerte que tuvo allá en la azotea, desde luego.

Una vez que pudo volver a mirar hacia la criatura, observó que ésta estaba mucho más debilitada que antes. Tragó saliva, aún asombrada por lo que acababa de presenciar, y decidió que era el momento de ayudar. Realizó un movimiento curvo en vertical, formando un arco de hielo delante de ella, y lo sujetó con fuerza con la mano izquierda. Con la diestra tensó una cuerda invisible, y tras soltarla, una gran flecha helada se disparó hacia la criatura monstruosa que amenazaba con destruir el lugar.

Datos y habilidades usadas:

por **Auros** Dom Mayo 08, 2016 11:32 pm

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'Dado Titanico' :
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Resultados : 48

por **Azazel Berith** Lun Mayo 09, 2016 2:43 pm

¿Saben una cosa? Esto ya me estaba dando dolor de cabeza. Es un buen ejercicio militar, no lo niego, ademas de que operar bajo un ataque sorpresa ayuda a mejorar la respuesta defensiva de las tropas de Chaos, algo a lo que no están muy acostumbrados hasta donde yo se, si es que pareciera que muchos fueron tomados por sorpresa con los pantalones abajo. Pero no es este el asunto por el que yo me estaba sintiendo realmente molesto actualmente, sino por otras... cosas. Asuntos que surgen, cosas que salen a la luz y todos esos imprevistos que uno puede jurar que el mundo te los tira encima para ver como reaccionas.

Y mi reacción no tiende a ser la mas benévola cuando esto sucede, y es algo que pocos logran ver porque por lo general estoy solo o tiendo a descargar tensión haciendo algo para relajarme y olvidar mis problemas de momento. ¿Ahora? Ahora no hay lujos que me permitan descargarme de esa manera, así que será a la fuerza, y alguien va a pagarlas muy caro por eso.

Es bueno que tenga un objetivo en mente, ¿no?

-A ver, basta por un momento con todo esto que ocurre. Basta con el ataque, basta con los castigos y basta especialmente con esto de los monstruos.-Murmuré por lo bajo antes de levantar la voz y la mirada, mostrando como actualmente mis ojos dejaban ver mi irritación por todo esto, cual brasas de color verde-azul, yendo de un lado al otro frenéticamente mientras tomaba nota de donde estaba todo el puto mundo. Es mas, ya parecía ser que habia aparecido el líder de la ofensiva monstruosa, porque no habían monstruos de importancia y estaba ese tipo solo volando por ahí como si se creyera dueño de todo el mundo y que podía juzgarnos como si fuéramos insectos-Es hora de que ponga un alto a todo y terminemos por una vez aclarando ciertos asuntos.

Aclarar, huh. Por cierto, tengo que aclarar mi garganta para lo que va a seguir, cosa que hice para preparar mis próximos pasos a seguir, revisando en mi cabeza todo lo que tenia que decir... y cargando en mis manos mucha energía mágica. Porque voy a necesitar hacer ver mis puntos de una manera mas agresiva, estoy seguro de eso, puesto que mas de uno no va a tener muchas ganas de hacer caso y eso es algo en lo que puedo poner mi dinero si hay apuestas.

"Flotar está muy sobrevaluado"-Pensé mientras usaba algunos hechizos para crear una plataforma elevada sobre la cual pararme y estar mas cerca de la acción, al menos hasta que pudiera tener un punto de apoyo mas viable, pero que de momento iba a servir eso si-"Ahora... ¿Donde estará ella?"-Por "ella", naturalmente, me refería a la capitana general de Spatium, esa tía que estuvo ayudándonos cuando no era necesario que lo hiciera y que por eso cobró castigo de parte de esa pobre excusa de ministro que no sabe valorar lo que tiene y que, encima, se deja dominar por las palabras de una mocosa.

Pervertido.

Pero bueno, la cosa es que al final logré encontrarla parada en el tejado de un edificio, tirando flechas de hielo al "jefe final" apoyando a los que estaban peleando con el. Eso estaba bien, pero las cosas podrían estar... hm, mejor, supongo. Descendiendo por un momento a su lado, puse una mano en su hombro y le sonreí con algo de dificultad, lo que posiblemente mostrara que en realidad era tan solo una mascara para que no vieran mi enojo.

-Oye, ¿estas bien? Será tu superior y todo eso, pero no debería haber hecho lo que hizo. No cuando el hizo lo mismo.-Bostezando para relajar mis hombros un momento, que estaban comenzando a sentir el peso de lo que tenia planeado hacer, le di unas palmaditas a la pelirroja-¿Crees que no me doy cuenta cuando alguien entra a mi reino sin permiso? Ademas, si vamos al caso, de seguro hay razones por las cuales viniste sin aviso a este lugar, y dudo mucho que esas razones sean de carácter oficial. Y, para colmo de males, atacó a una valiosa aliada en este pequeño entretenimiento que estamos teniendo ahora en Chaos, y eso es algo que no puedo dejar pasar por alto.

Oh, vaya que no voy a dejarlo pasar por alto.

-... Por cierto, ¿Te gustaría unirte al ejercito de Chaos? Estaremos atrasados tecnológicamente hablando, pero no somos unos bárbaros que recurren a la tortura innecesaria.-Comenté casi como si estuviera hablando del clima, mostrando por fin una sonrisa mas verdadera y encantadora, dedicada íntegramente a la pelirroja del parche con la que habia estado monologando-O podrías unirte a Tempus. El parche en el ojo te hace ver como una capitana de navío bastante genial. Pero eso es algo que lleva tiempo pensarlo, así que mientras tanto, iré a atender otros... asuntos.

Afilando la mirada, saqué otra vez el cristal de comunicación de mi bolsillo, pero tras mirarlo por un segundo opté por guardarlo de nuevo y hacer uso de algo mas burdo con el fin de comunicar mi insatisfacción por como todo estaba manejándose. Masaje de hombros... listo. Respira... exhala... listo. Sobrecarga de cuerdas vocales con energía mágica... Oh, si, definitivamente listo.

-¡DETENGAN EL COMBATE POR UN MOMENTO!-Grité de improviso, elevando notablemente los decibelios de mi normalmente calmada y sosegada voz, con el fin de detener el conflicto por un maldito momento, que ya estaba bastante cansado de todo y quería un tiempo muerto para llevar a cabo algo importante-¡Soldados de Chaos y añadidos temporales al mismo, actualización de ordenes! ¡Hace unos momentos, alguien ha atacado a uno de nuestros valiosos aliados, obstruyendo con los esfuerzos defensivos que se están llevando a cabo, así que luego de todo esto seleccionaré a algunos soldados con el fin de capturar al culpable con el fin de escoltarlo a las fronteras del reino!

Una vez terminé con eso, froté mi garganta con una de mis manos para aflojar la molestia y la sequedad que estaba sintiendo en estos momentos, porque usar magia para fortalecer mi voz es un asesinato a mi capacidad para seguir hablando mas tarde hasta que no tomaba algo. Lo triste es que lo mas cercano que habia era sangre de monstruo, por lo que con eso tendría que conformarme si fuera necesario. Pero eso es de salvaje, así que tendré que estar con voz y garganta rasposas hasta que encuentre agua.

-Tu, tu, tu, tu y en especial TU van a venir conmigo, y no me importa lo que digas porque vas a tener que hacer caso y obedecer como todos por mas que tires rayos como si te tratases del mismísimo dios del trueno, y ayudaras en esto que quiero hacer o me aseguraré de usar tu cabeza como pelota de golf y tu martillo como un madera uno que la mande mas allá de las murallas.-Dije señalando con un dedo a mis tres Gladius, al Custos y al jefe final, sin dejar lugar a dudas de que desobedecer las ordenes sería algo muy malo para su salud. Lo gracioso es que se que el jefe final va a negarse, así que básicamente estaba dejando claro que iba a morir de todas maneras, pero que al menos no interfiriera o que, en su defecto, fuera lo menos molesto posible hasta terminar con el asunto en cuestión-Las ordenes son simples: El ministro Arno Mireault es declarado persona non grata en el Reino de Chaos, por lo que será necesario escoltarlo a un lugar donde no joda a nadie. Dado que no tiene y no va a tener nunca mas garantías diplomáticas que le defiendan, el uso de fuerza bruta es requerido por parte del gobierno de este reino para lidiar con el asunto en cuestión.

Frotándome las sienes con ambas manos para que el dolor de cabeza pudiera pasar de una buena vez ya que terminé de hacer lo que quería hacer, mire a la mencionada persona non grata con una expresión venenosa en los ojos, naturalmente mosqueado por el hecho de que se cree que puede venir sin aviso, creer que por ser el ministro de un reino tiene poder para decidir que mierda hacer en el reino de otro y encima decir que yo no tengo capacidad para dar ordenes a los que están involucrados en este desmadre.

Por un momento, miré feo al ministro non grato, pero decidí que el realmente no valía la pena. Si vamos al caso, es cierto: El no se merece mas atención que la ofrecida a alguien que debe ser llevado a la puerta de un establecimiento y arrojado a la calle a modo de expulsión, porque ni siquiera es necesario dirigirle la palabra. Después de todo, ¿que clase de guardia de seguridad se pone a hablar con aquel a quien va a echarse? Es un gasto de saliva y aliento, después de todo.

¿Molesto? Para nada. Ahora estoy absolutamente furioso, y mi furia arde bajo una mascara de tranquilidad... Pero en estos momentos, es necesario pensar que la mugre de mis zapatos tiene mas valor, y que mi irritación está mejor dirigida si la apunto al jefe final... A quien de momento voy a darle una prorroga antes de pegarle, a ver si realmente hace caso a mi orden.

Datos de batalla:

Interacción con...:

por Invitado Lun Mayo 09, 2016 4:19 pm

Mostraba una sonrisa realmente cálida, por no decir que dulce…pues esa pequeña era normalmente consentida por la gran mayoría del ejército de Spatium, menos por Garnet o eso era lo que creía…Más allá de todo, Aisha sentía admiración por todos y cada uno de sus superiores, sin distinción alguna. Estaba contenta, en parte podría ver a su hermano mayor…asegurarse que estuviera bien o hasta apoyarlo, pero no.

La sorpresa como seriedad en su rostro se hizo notablemente visible al oír las palabras del regente de Chaos, ¿qué pensaba de él?...Aisha tan solo tenía dieciséis años, no estaba calificada para opinar de política, ni mucho menos contradecir las acciones de un regente sobre su propio reino, pero algo no estaba bien…No le agradaba ni tampoco le apetecía el modo en que estaban tratando a su superior, ante los ojos de la pequeña, la persona más justa que cualquiera podía llegar a encontrar en todo el mundo. La diestra de la fémina se cerró todavía más en el mango de la espada que siempre portaba con ella…en lo que solo observaba fijamente la escena con notable inconformidad al respecto.

Un suspiro abandonó sus labios, tras verse que no tenía más opción, eligió al pegaso que le había regalado su hermano y de un saltito certero terminó subiéndose sobre el lomo de este, quien desplegó sus magníficas alas para remontar el vuelo. La brisa caliente movía sus cabellos rosáceos hacia un costado, enmarcando ese rostro delicado que demostraba ligero nerviosismo o hasta malestar por lo que había escuchado…No comprendía demasiado, pero eso no iba a terminar en nada bueno si no se detenía tal locura…¿En qué estaba pensando el ministro de Chaos?. —Qué barbaridad…algo totalmente descabellado teniendo en cuenta lo que está pasando…— Murmuró bajito, observando hacia abajo, pues el resto de sus mascotas habían quedado a resguardo y eso la tranquilizaba.

Finalmente, terminó posicionándose a un costado del ministro, manteniendo la mirada en el frente con decisión, como pocas veces se podía notar de ella hasta que finalmente decidió tomar la palabra en un tono de voz vivaz en sus convicciones pero aparcado al no comprender porque los mayores se prestaban a crear aún más conflictos. —Supongo que mi hermano estará bien. Eso…puede esperar o hasta quizás tengamos la oportunidad en vernos cara a cara gracias a lo que dijo Azazel…M-me quedo donde debo estar— Sentenció tras haber perdido de vista a Garnet, apretando con decisión las riendas del animal, después de todo…esa muchachita que normalmente hacia tonterías, tenía más que en claro que servía a Spatium.

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por **Alessa Scherzer** Lun Mayo 09, 2016 5:22 pm

¿Qué estaba aconteciendo?, de la nada algunos de sus soldados estaban sin más dirigiéndose a toda prisa ante los disturbios que se presentaban en Chaos con tanta invasión y cosa rara…Si, bueno, los rumores llegaban a prisa pero a Reila le importaba un cuerno lo que ocurriese con otro reino que no fuera propiamente Spatium…no le desagradaba la gente de Chaos o Tempus, pero tampoco poseía aprecio singular, más solo los ignoraba porque ya bastante tenía con sus ocupaciones, con sus entrenamientos casi al borde de la muerte…que pérdida de tiempo tener que andar pensando en Chaos, en la invasión que estaba sufriendo de modo premeditado por enemigos desconocidos. ¡Que pesados!, seguramente encontrarían el modo correcto de salvaguardar y afrontar esa situación…después de todo, era un reino de barbaros que solo sabían buscar guerra, conflictos por doquier al dejarse llevar por el orgullo.

Ah sí, eso pensaba cuando iba sobrevolando la ciudad en cuestión, siempre con un aire de superioridad lo suficientemente altivo como para que absolutamente nadie le hiciera bajar la cabeza ni tampoco sentir pena absoluta. De tanto en tanto arqueaba una ceja pero incluso a medida que iba descendiendo, casi al ras de los tejados pudo oír el discurso de un hombre que le sonaba completamente prepotente…¿era ese el regente de Chaos?, el cabello plateado todo indicaba que si a menos que se tratara de algún impostor que solo aprovechaba el momento para vanagloriarse, pero…¡Ah!, si, si era él, recordó haber visto la estampa de aquel hombre en algunos monumentos a ministros en general pero principalmente en la última edición lanzada por Tempus Company, la entrevista y todo eso que ahora le importaba un reverendo carajo a nuestra mujer que, a medida que iba asimilando esas palabras, más en contra se sentía. —Típico. Típico de este lugar…toda ocasión es buena para crear conflictos— Musitó en un tono de voz casi inaudible pero cargado de veneno, siempre con esos atisbos melodiosos pero envolventes como la buena serpiente ponzoñosa que podía llegar a ser cada vez que algo le colmaba la paciencia, y si…como adivinaron, Reila no era precisamente el modelo de paciencia pero si de falsa cortesía.

Tras localizar por fin la figura del ministro de Spatium, cambiado o más bien…”diferente”, terminó colocándose a su diestra, manteniendo la mirada aun sobre el otro ministro al ver como reclutaba a sus pequeños monos en una patética demostración infantil de “mi casa es más grande que la tuya” o afines. Tuvo que contener la risa, puede que hasta sus labios ni siquiera se curvaran en ello ya que bastante buena era para esconder lo que pensaba o sentía en situaciones de tal índole. Ladeó apenas el rostro, dignándose a tomar la palabra de una buena vez. —Ministro, pero que coincidencia tan encantadora. ¿Vino a apreciar la flora y fauna de Chaos?. Seguramente es muy…interesante— Informó al final, con una ínfima ligera expresión de asco ante la situación, siempre manteniendo el tono de voz bajo hacia él pero levemente burlón, hasta que finalmente toda su atención se centró en el regente de Chaos, como era de esperarse.

—Saludos cordiales al ministro del reino de la guerra, ciertamente estoy encantada en ver como defienden sus tierras de criaturas que deberían ser la prioridad en vez de fomentar acciones que conlleven a consecuencias irremediables para la historia de ambos reinos, refiriéndome específicamente a Chaos y Spatium. Estoy casi segura que usted como regente es consciente de que a nosotros no nos complace como se ha dirigido hacia nuestra autoridad y aunque usted posee todo el derecho racional o no de ejercer dominio en estas tierras, también está pasando por alto el hecho de que el ejército de Spatium ha jurado lealtad e incluso protección absoluta hacia Mireault, como cualquier soldado a su ministro, independientemente del reino en que desempeñe su cargo militar…Entonces…— Y ahí fue cuando la mirada de la semidragona se tornó más filosa que nunca, firme más no desafiante, pues ese jueguito verbal de mostrar poderío lo consideraba una estupidez inmensa. —No hay necesidad de que sus guerreros intervengan. Desconozco que motivos ha tenido el ministro de Spatium para dejar su ajustada agenda suspendida y trasladarse hasta aquí, es más le aseguro que a nosotros no nos quita el sueño lo que ocurra aquí o como usted gobierne, pues el pueblo se lo demandara o compensará en un futuro, más sin embargo…Apelo a su buen razonamiento en estos casos, si alguno de sus guerreros toca un solo cabello de Mireault, me temo que habrá problemas. ¡Oh, y totalmente innecesarios cuando somos personas capaces de arreglar nuestras diferencias mediante el dialogo!...Y…no sea descortés Berith, está haciendo esperar demasiado tiempo a su invitado— Indicó con ironía desbordante referente al enemigo que los invadía, pero obviamente siempre con ese modo de hablar propio de la nobleza, condición de la que siempre estaba orgullosa. —Parece que usted es un hombre razonable con el que cualquiera podría dialogar, pero estamos en una época difícil y no solo me refiero al grupo revolucionario que CADA VEZ atacan con mayor ferocidad Spirit Soul para crear división, ese es el verdadero problema. Entonces, ¿no cree usted que está tomando esto muy personal?...Sepa que ante esta medida, ha ofendido a Spatium y no me hago responsable de lo que pueda llegar a pasar si sobrepasa el límite que hace años ningún ministro desea cruzar ante la voluntad suprema del Lord. Le pido sin más, que reconsidere, a veces retractarse a tiempo es la carta mejor jugada no solo para todos nosotros, sino por los demás que nada tienen que ver en esto—

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por **Éride** Mar Mayo 10, 2016 8:04 pm

El ministro de Spatium era lo suficiente altanero como para dirigirse al Custos como a un igual (o incluso como a un subordinado). Por supuesto, tenía razón en sus palabras, pero lo que llamó la atención de Éride fue la especie de orden que Mireault le dio a Sindar, como si se tratase de un soldado más. ¡Qué hombre más orgulloso! Con su carácter podría irritar a cualquiera cuya paciencia fuese fácilmente alterable. No tenía pelos en la lengua, incluso aunque sus comentarios pudieran causar tensiones en las altas esferas.

Oía lo que ocurría en la azotea mientras seguía atendiendo al Golden Alliance, pronunciando en un susurro las oraciones correspondientes, como si estuviese haciendo caso omiso de lo que estaba pasando. La voz suplicante de una muchacha se escuchó desde el mismo lugar donde estaba el ministro. ¿Otra insubordinación? Allí iban a volar cabezas. La diosa miró de reojo, curiosa por presenciar la situación. La joven no era más que una soldado sin importancia, una niña con apariencia débil que pintaba en Chaos menos que un bolígrafo de los chinos.

…¿Un qué de dónde? No empecemos a romper la cuarta pared otra vez, por favor.

Bueno, el caso es que esa muchacha iba a comerse un golpe del señor cadenas locas. ¿Se metería la tuerta en medio, o sería lo suficientemente cobarde como para dejar que alguien más sufriera el mismo castigo que ella? Y menos resistente, además. Si no la defendía iba a ser bastante bonito de ver, pero si lo hacía, lo más probable es que el ministro volviera a regañarle de la forma que mejor sabía. Se mantuvo expectante, atenta a las acciones de Mireault.

…Y no pasó nada. En su lugar, la jovencita recibió la aprobación de su superior, que le miraba con una cálida sonrisa mientras le acariciaba el cabello. No pudo evitar sentir asco. ¿Qué era eso? ¿Por qué un hombre tan destructivo como él no trataba al menos de hacerse respetar delante del resto? Que la tratara así en privado, sin que nadie se enterase, podría ser algo medianamente aceptable. Pero ahí había más de una persona. Una de ellas era su subordinada, que probablemente estaría aguantándose las ganas de montar más follón (y, de ser así, era una pena que se estuviese controlando). Otra de ellas era el ministro Berith. Y el Custos.

Ellos no tendrían por qué contenerse.

El ministro de Chaos parecía estar nervioso, o esa fue la impresión que le dio. Tenía una manera particular de llevar las cosas, así que Éride supuso que no tardaría en estallar. Estallar del mismo modo que lo haría el monstruo recién aparecido en los cielos cuando Mireault le hiciese váyase a saber qué, aunque ni siquiera acabó con él. Menudo espectáculo. Eso sí, ya podría haber soltado una décima parte de ese poder contra el Custos o la mocosa. O con la capitana, otra vez. Habría sido tremendamente divertido.

La voz de Berith tronó como si se tratase de un amplificador, y sus sentimientos de furia comenzaban a dominar el ambiente. La sacerdotisa apretaba los labios, que de nuevo volvían a querer traicionarle para intentar esbozar una leve sonrisa ante lo que estaba oyendo. Estaba claro que ese alguien se trataba del ministro de Spatium, un hombre que, desde luego, no iba a querer largarse de allí ni aunque le sobornasen con cien mil chiquillas de cabello rosado. Ese hombre se consideraba una persona non grata, según había dicho el superior de cabellos plateados. Podría armarse un grandísimo conflicto… y eso, sin duda, iba a ser mucho mejor de lo que habría cabido esperar cuando empezó el día.

Y, para rematar, apareció otra capitana general de Spatium. ¿Quizás recibiría un castigo también, o recibiría una suave caricia en sus cabellos? Fuese como fuese, su intervención fue de lo más interesante. ¿Estaba desafiando al ministro de Chaos, acaso? No, pero casi. Sus comentarios podrían considerarse tremendamente filosos. Berith parecía bastante más sensato que su adorado ministro Mireault, pero ahora mismo parecía estar repleto de ira… lo cual podría significar que no podría tomarse nada bien las palabras de la mujer.

Ah, qué bien se lo iba a pasar.

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por **Auros** Mar Mayo 10, 2016 8:04 pm

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SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater