Re: La reliquia sagrada [Trama nº 11]

por **Beatrice Feline** Vie Ago 26, 2016 9:44 pm

Beatrice se sentía incompleta de forma continua desde que su señor y amigo de la infancia, desapareció del reino de Chaos sin mediar palabra ni dejar si quiera una pista que ella pudiera seguir para encontrarlo.
Había jurado lealtad a la familia Berith a menos hasta que la deuda de su madre fuera saldada en aquella acaudalada y noble familia. Aunque para Beatrice la lealtad hacía aquel superaba con creces el contrato que su madre pudo firmar en su día. Sin Azazel en Chaos no le quedaba mucho más por hacer allí, pero debía ser fiel a los ideales al mismo y eso, no incluía directamente ser fiel al nuevo regente de Chaos, no podría hacerlo del mismo modo porque las comparaciones dicen que son odiosas y ella no sentía en su corazón que pudiese hacerlo bien.

Fiel a Azazel, partió en su día de Chaos para dirigirse a las inmediaciones del Dominus Castle y allí mismo, de forma sencilla y humilde se encomendó al Lord. Si debía aún contrato con Azazel no había mejor manera que hacerlo cumplir que siendo fiel a alguien al que él era fiel.

No había pasado mucho desde entonces, lo justo para que la felina heterocroma se hiciera con las tareas cotidianas que allí le encomendaban. No eran muchas realmente, pero las criaturas, los seres, los parajes, todo lo que abarcaba aquel lugar era algo que Beatrice disfrutaba enormemente, al menos se quitó la enorme calor y tristeza que tenía el reino de Chaos, pero también de vez en cuando extrañaba el ver las noches de Chaos desde el balcón de aquella enorme instancia.

Agotada de dormir poco, pues aún le costaba dormir sola ya que siempre había dormido en compañía del Berith, realizaba su última guardia hasta ahora. Solía tomar las guardias nocturnas, si ella apenas podía dormir en las noches ¿por qué quitar el sueño a otros?
Apenas conversaba con los demás, pues su silencio en parte era un castigo por haber perdido lo que más quería delante de sus propios ojos, pero no estaba muda ni mucho menos ni ella misma se había comido su lengua… simplemente se sentía tan poca cosa entre tanto impoluto ser, que le avergonzaba incluso estar entre ellos. Aun así siempre sonreía a todos e intentaba ayudar en lo que pudiera. Tenía que apartar la tristeza y encontrarse consigo misma nuevamente, su estado actual era imperdonable para ella.

Cuando llegaron aquellas ordenes, procuró seguir a sus superiores y estorbar lo menos posible hasta llegar a ser reamente útil. Su cuerpo oculto en su forma de gata pequeña de pelaje largo y blanco, le hacía parecer un pet más de aquella mujer imponente y hermosa de cabellos lilas. Pero por suerte para ella uno de sus compañeros andaba tan atrás como ella en posición. Beatrice desde el suelo se movió hacia el joven dragón, observándolo en su seriedad mientras permanecía tan callado como ella de momento, quizás por no interrumpir a los demás.

Sin apenas notarse para los demás integrantes, cambió su forma de pequeña felina a la humana, manteniendo aquellos rasgos felinos en ella. Se atusó sus ropas acomodándolas de forma correcta y cuando vio oportuno el momento, se inclinó en señal de respeto ante sus superiores y sus propios compañeros, indicando en un tono suave y calmado habitual en ella. –Beatrice Feline, Militans Dei al servicio vuestro y del Señor Lord nya.

Solo esas palabras que en mayor de los casos serían ignoradas pero necesarias ante un protocolo impuesto por cortesía más bien que por otra cosa. Sus ojos miraron a todos los integrantes uno por uno, sonriendo de forma suave a los conocidos como las señoritas Kuro, Sasha, Garnet o el Señor Sindar. A estos últimos les sonrío de forma amplia ya que les debía gratitud por el incidente de invasión que hubo en Chaos y por la ayuda a su propia persona.

Las formalidades duraron poco. Una de sus orejas se movió en dirección a la enorme puerta del lugar en el que estaban, segundos antes de esta abrirse de forma terrorífica. El olor que salió de ese lugar con un viento que susurraba almas en pena, hizo que la felina realizara una mueca de desagrado momentáneo para alguien con olfato delicado. Miró de reojo a su alrededor comprobando que no era solo ella la que oía esa terrorífica voz en su cabeza, por alguna razón aquello le hizo reír en silencio, finalizando la risa escondida en una enorme sonrisa en un semblante triste y monótono hacia el frente, los recuerdos pasados de infancia a veces pincelaban los momentos presentes.

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por **Aldara Sashenka** Sáb Ago 27, 2016 1:49 am

Lenta y poderosa su potente y apacible aura comenzó a desdoblarse desde el centro de su materialidad, aflorando desde lo más profundo de su complejidad en una en un teatro de capullo floreciente cuyos pétalos gigantescos se disuelve a la mar de las huestes eólicas, fluyendo en sus ondas cual extraño hechizo de magnánimo que sin duda alguna la confirmaba como un ser de esencia divina antiquísima y apocalípticamente poderosa.

Misterio y sombras se arremolinaban en su interior, dando de tumbos en las paredes de su carne y palpitándole en redoble de tambores a la sangre que recorría toda su anatomía, alimentándole delicadamente la complejidad de su propia psique en un trance de éxtasis. Mientras una especie de sonrisa cuajada de su máxima seriedad y el brillo de la intensidad de su espíritu crepitándole en los orbes en destellos sin igual emulando el danzar fatuo de los fuegos espirituales marcaban los indicios de que su sed había vuelto finalmente después de todos esos años.

Su psique mortal y divina comenzaban a disputar soberanía y a no caber en su transitorio cuerpo, expandiéndose y desdoblándose en la mar oscura de su temperamento contenido a duras penas en las vallas de carne y huesos. Demasiada tentación.

Durmió sus orbes y los retrajo de la adictiva visión que el gran coloso en su magnificencia, aunque raída por las furias de Helio, Aeolos y Chronos , seguía destilando exquisitez en sus esculpidos y curvilíneos ejes arquitectónicos. Demasiada tentación.

Su mente había sido complemente raptada por la majestuosidad que las Parcas habían tejido sobre aquel hueco del diablo que apenas pudo prestar atención al resto de los Señores y Señoras que finalmente habían materializado su presencia ante la garganta del destino. Estaba demasiado sedienta de ella, demasiado deseosa de su cuajado aroma a miedo, sabor a sangre, textura a locura y visión mohosa.

Tragó a duras penas, extasiada, más su semblante seguía recio y regio cuando devolvió el enfoque de su mirada refulgente al grupo que la circundaba únicamente para notar que las palabras flotaban en demasía. Prefirió callar y responder a quienes se dirigían a ella con un simple movimiento de cabeza, pues la verba no era muy amiga suya; más el Primo la incitó. Su lengua se desató con demasiada celeridad para su gusto y aún en toda su envestidura de Gran Señor, tomo uno de sus más celados secretos del momento y lo asoleó sin más provocando un pesado suspiro en los carnosos labios de seda que engalanaban el rostro cincelado de la Quarto.

– Nada que pueda dificultar o aportar a nuestra misión, Primo… – contestó neutral y profundamente.

Sus largos párpados rosa pestañearon con suavidad y la pesada brisa de la garganta del destino finalmente se batió entre estas y sus finas hebras del mismo tono. Viró el rostro al Coloso de roca y he ahí las palabras del Ser de la mortaja de sombras atacándolos con viperinas aseveraciones que muy lejos de asustarla o incomodarla, parecían enormes trozos de leña seca a su hoguera espiritual, la cual con cada una terminaba por ascender en lengüetazos ardientes aún más y más gigantescos y bravos.

Apretó finamente los puños delicadamente protegidos por unos guantes de media cobertura haciéndoles suplicar con pequeños sonidos de roce entre sus pliegues a la par que su cuerpo giraba en su totalidad, enfrentando henchida de seguridad al alfa sombra que se arremolinaba en aquella galería de gorjeos y murmuraciones de ultratumba. En su cabeza, la idea del Lord o de su propia mortalidad no cabían, ella estaba allí para obtener lo que quería, para arrebatarlo simplemente de las pútridas garras del olvido y devolvérsela al tiempo, a su alma. Así, una vez finalizado el ritual, la reliquia brindaría sus poderes a la gran rueda de la vida que se conjuraba para con Spirit Soul… el Spirit Soul que despertaba el interés de su yo más interno.

Aspiró profundamente, se tronó el cuello y una vez despiertos sus orbes de fluorescente azul se inclinó junto al fenrir del elfo. – Tú…- le dijo tomándole con fuerza el pelaje del bajo cuello mientras le sacudía la mata de pelos que tenía como corona. – No deberías venir.. Pulgoso. – aunque su agarres pareciesen un tanto violentos, Aldara lo hacía con cierto cariño.– Esta vez deberías esperar por nosotros a la puerta, como buen cachorro. - le dio unas últimas palmadas en la corona y se irguió en toda su altura, golpeó elegante la capa que traía sobre los hombros y depositó su mano en la empuñadura de su gunblade fija al cinturón trasero de sus ropajes. Fijó la vista en el hueco y predispuso su espíritu contra la afrenta a la par que su energía comenzaba a emanar aún más densamente de su cuerpo, recubriéndola con una especie de aura rozagante y casi tan potente como las mismísimas olas del mar.

–Probudites’ Chronos – susurró para sí, conjurando la bienaventuranza de su familia, que más bien en lengua de su casta invocaba la esencia de la divinidad encerrada en su interior. Afirmó sus pasos y siguió al Quinto junto al resto de los Custos.

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por **Arashi Rakan** Sáb Ago 27, 2016 11:58 am

El servicio de un hombre a su nación es siempre un punto de contención para muchos, considerado como un tema que en ocasiones puede rayar en lo tabú por la diferencia de opiniones que existen al respecto sobre a quienes debe servirse, como debe hacerse y bajo que forma debe operarse cuando uno está bajo el peso de las leyes de la tierra de los hombres. Nacionalismos burdos, donde hay rivalidades sin sentido en las que unos tienden a luchar contra otros por un sentimiento que poco tiene de importancia, superados tal vez solo por el amargo sabor del rencor entre los fanáticos de equipos deportivos que compiten sanamente -los equipos, no los fanáticos- para conseguir un premio sin valor ni sentido.

¿Es de extrañarse, acaso, que yo me ria de esas tonterías vanas e inútiles? Creo yo que no, pues estoy siendo un ser racional, maduro y que no se deja guiar fácilmente hacia la perdición por sus propias emociones. Es como decir que estamos comparando a un conejo con un tigre, simplemente porque vemos una sombra grabada en una pared que engrandece a lo que por naturaleza es un pequeño animal. "Hacer de un vaso de agua un océano", creo que es como decían algunas personas. Convertir un pequeño problema en algo mucho mayor simplemente por sobrestimar la gravedad del mismo.

Aquí, eso funciona de una manera similar, pues las personas confunden que el honor y respeto debido a su nación de origen es algo importante. Para decirlo de un modo claro, no lo es. Todos somos a fin de cuentas parte de este mundo, pues todos vivimos, amamos, lloramos, peleamos, deseamos, protegemos, destruimos y valoramos de la misma manera. Todos incluso estamos bajo el ojo avizor de un señor supremo a quien los lideres de los reinos rinden pleitesia y cuenta de sus actos. ¿Por qué, entonces, perder el tiempo con estupideces así?

Ah, eso es algo que jamas entenderé. Difícil ha de ser para alguien como yo, que nací en Spatium, crecí en Chaos y trabajé en Tempus antes de convertirme en un soldado del mundo, uno mas de sus guardianes.

Pero suficiente con esta monótona manera de pensar. Ya bastante con todo lo que he tenido que ver en el mundo cuando he deseado cambiarlo durante mis viajes, pues ahora hay una oportunidad verdadera y tangible de lograr algo bueno para que todos sean mas felices, y no hay nada como un trabajo oficial de su gran magnificencia el Lord para llevar a cabo tales sueños de mi juventud inocente y crédula. Como tal, sabia que habia que presentarse en un lugar tal vez considerado como emblemático de ese reino en el que una vez viví, Chaos. Ordenes hay sobre como hay que realizar una reunión de todas las tropas disponibles con el fin de recuperar un tesoro perdido que el líder supremo de este mundo deseaba tener otra vez en sus manos.

He aquí la razón por la que ponía un pie en un castillo abandonado de la mano de todo dios habido y por haber, conocido mas por sus pavorosas historias de terror que por su belleza agreste y salvaje, o por el recuerdo de una época ya pasada y que posiblemente nunca volvería. He aquí la razón por la que estaba parado junto a otros que, como yo, solo existían para hacer valer la voluntad del Lord y a quienes juramos proteger y servir fielmente por lo que quedara de nuestras vidas o se nos solicitara que nos retirásemos del servicio activo.

-Militans Dei Arashi Rakan presentándose para el trabajo.-Es lo único que dije mientras me cuadraba firme con ambas manos a los costados de mi cuerpo, reposandolas en los cilindros metálicos que representaban a mis armas predilectas y con aquellas que mas me gustaba combatir-¿Que tarea debo cumplir?

Honestamente, se que posiblemente poco importe lo que diga o los servicios que pueda ser capaz de cumplir. Muchos de los que aquí están llevan mas tiempo trabajando y tienen mas familiaridad con el estándar de fuerza que debe presentarse para un trabajo de este rigor y clase, así que no podía evitar sentirme un poco fuera de lugar al ser, como quien dice la cosa, el "novato". No iba a desanimarme por eso, igualmente, pues venia a hacer mi deber y, mas importante aun, porque no hay nada que pueda llegar a desanimarme en este mundo donde no tengo absolutamente nada mas que lo que cargo encima mio. Mejor así, supongo, pues no hay apegos innecesarios que me hagan cometer sandeces.

Ah, pero no hay tiempo que perder pensando cosas innecesarias. Las puertas del castillo se abrieron solas, un truco bastante interesante por parte de quien pareciera ser nuestro anfitrión en este hermoso día, recibiéndonos con unas cálidas palabras de bienvenida con las que quería llenar nuestras almas de miedo y terror, algo que sin duda estaba logrando hacer conmigo y-- Ah, ¿A quien quiero engañar? Como si esto fuera suficiente para que yo me asustara.

Datos:

Captura de inventario, dados y HP:

por **Garnet Vermell** Sáb Ago 27, 2016 2:10 pm

Poco a poco, la mayor parte de los integrantes del Ejército Dei fueron apareciendo. La situación se estaba tornando bastante incómoda, pero no era algo a lo que no estuviese acostumbrada. Los largos silencios y las pocas palabras eran parte de las formalidades de la vida militar, en especial si se llevaban a cabo expediciones cuya importancia era de alto calibre. Saludaba con una pequeña inclinación de la cabeza a los que iban llegando, aunque por poco no fue consciente de la aparición del Primo Dei. Escuchó su voz, lo cual le hizo tener un leve sobresalto, pero pronto su presencia se manifestó entre dos de sus compañeros. A pesar de que pensaba que la Terzo Dei no era lo que parecía, tuvo una reacción que le pareció divertida y acorde a su apariencia, de forma que ladeó el rostro hacia la izquierda para contener una suave risa.

Las conversaciones entre los presentes fueron dándose de forma natural gracias a los saludos de Arliden, cuya cercanía parecía impropia de ser la máxima autoridad en ese momento. Sin embargo, Garnet no se sorprendía de esto último: a pesar de ser el Primo Dei, él era un líder carismático que sabía perfectamente cómo tratar a sus soldados. Volvió a inclinar la cabeza ante el saludo de su superior, manteniendo una expresión seria e impasible. —A su servicio, mi señor,—respondió, sin apenas moverse. Reconoció a una soldado que había visto en la invasión de Chaos. ¿También se había trasladado? Tras lo ocurrido en la capital de dicho reino, probablemente hubiera habido reajustes en su ejército.

Se tensó un poco al oír una misteriosa voz que retumbó en su mente. Arliden parecía haberla oído también, según pudo deducir la pelirroja por las palabras que él pronunciaba, pero no quería aventurarse a decir tonterías. Aunque por la actitud de los demás, quizás podría adivinar que no era la única que había escuchado ese reto. Dio un paso hacia atrás, sacando un pequeño cristal oscuro de su bolsillo para introducirlo disimuladamente en la boca y dejar que éste se deshiciera con su propia saliva.

Siguiendo las órdenes de sus superiores, algunos comenzaron a adentrarse en el castillo, incluida ella misma. Asintió ante la orden que su compañera Sasha daba a los Militans, mirando de reojo hacia los mismos. —Ya han oído. Vamos, en marcha,—ordenó, girándose para quedar de frente al siniestro edificio. Comenzó a caminar junto al resto de soldados, situándose cerca de Sindar y Sashenka. No tenía ninguna preferencia por ellos, pero aquellos dos Custos eran los que más había intercambiado palabras con ella de todo el ejército.

Escuchó una voz a su lado, procedente de uno de los Militans Dei. No recordaba su nombre y probablemente éste lo hubiera dicho antes de que ella apareciera, pero prefería no preguntárselo. Su orgullo era demasiado valioso y sabía que tarde o temprano alguien le llamaría por el apellido para cualquier cosa, de forma que no sería necesario cuestionárselo directamente. Negó con la cabeza ante su pregunta. —En absoluto. Más bien, estoy bastante intrigada. Me pregunto qué valor tendrá esa reliquia como para necesitar que la búsqueda la ejerza todo el Ejército Dei,—comentó, en un volumen bastante bajo. Exhaló un pequeño suspiro. —¿Qué hay de usted? ¿Está nervioso, soldado?—Quizás había sonado demasiado amenazante. Al desconocer su nombre, lo mejor que podría haber hecho habría sido omitir cualquier referencia hacia su persona con algún otro sustantivo, pero lo pensó demasiado tarde.

Datos de batalla:

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por **Ivan Belikov** Dom Ago 28, 2016 4:18 pm

No fue del todo sorprendente cuando esas puertas se abrieron por su cuenta, muchas veces escucho relatos y leyendas de seres incorpóreos que usaban ese castillo como su hogar…sin embargo la voz fue una cosa totalmente diferente. Aun para el Nefilim, que acostumbraba realizar entrenamientos con sombras y otras criaturas espectrales, esas palabras fueron la causa de un escalofrió por toda su espalda. No causaron miedo…solo mucha intriga. Esperaba una comitiva un poco más…vistosa pero una voz espeluznante también hacia el trabajo —Interesante —Murmuro al bajar sus brazos y esbozar una tenue sonrisa, suavizando un poco su seria expresión.

Los soldados faltantes de esa expedición comenzaron a llegar poco a poco, siendo que uno de ellos era el mismo líder de los custos. Su arribo fue un poco…vistoso si es que podía decirse de esa manera además que su actitud hacia el grupo demostraba cierto nivel de altanería que parecía poseer. Historias había escuchado sobre ese hombre, muchas de las cuales nunca llegaron a ser del todo impresionantes pero seguía siendo la cabeza de ese grupo y como tal, sería necesario acatar sus órdenes. Su mirada se entorno un poco al sentir su mano pero no emitio palabra alguna, simplemente realizo un pequeño movimiento de su cabeza a modo de saludo y le mostro una mirada un tanto respetuosa antes de regresarla al frente. Aun así tenía ciertas dudas sobre cómo se desarrollaría aquello, no le atraía mucho la idea terminar perdido en ese castillo aunque al mismo tiempo tampoco sería la gran cosa…solo tendría que adaptarse si llegasen a ser atrapados. Todo dependía del liderazgo que mostrara ese hombre durante la travesía.

Una segunda sorpresa fue la manera en que la joven bellator reacción cuando esa mujer de aspecto “singular” se acercó. De lo poco que había podido tratar con ella, sabia de su seriedad pero en esos momentos parecía una pequeña niña. La Custo estaba de la misma manera así que tampoco le dio demasiada importancia…un poco de buen ánimo nunca era malo siempre que no fuera en un momento inapropiado. Confiaba que las dos mujeres sabrían comportarse cuando la situación lo necesitase…mientras realmente no había problemas en lo que hacían —Falta muy poco para que llegue el momento —Murmuro por lo bajo mientras sacaba un segundo cristal de su collar. No tenía claro que encontrarían dentro y prefería estar preparado por lo cual, ni bien la piedra se desintegro, el Nefilim absorbió esa energía oscura en su cuerpo.

La espera finalizo cuando los soldados comenzaron a moverse al castillo. Al parecer darían por fin inicio a la travesía, lo cual indicaba que cualquier rezagado correría el riesgo de darles en encuentro ya dentro del castillo —Por fin…—Murmuró acomodando sus ropas y girando hacia la diosa. Se acercó a la joven y coloco su mano sobre su hombro con suavidad mientras llevaba su mirada al rostro ajeno —Mi señora, es momento de avanzar —Dijo con calma y suavidad cerca del oído de la Bellator, procediendo luego a llevar sus ojos dorados con la joven Custos —Supongo que usted también debería avanzar, señorita —Indicó sin perder el sosiego en su voz mientras giraba una vez más y comenzaba a caminar tras los demás soldados al mismo tiempo que por un reflejo del sitio donde estaban entrando, su cuerpo comenzaba a sufrir pequeños cambios en su propio aspecto. Mucho había pasado desde la última vez que sintió esa clase de aceleración en su sangre, su instinto natural le gritaba que encontraría muchas fuentes de entretenimiento en esa fortaleza.

Datos:

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por **Mikaela** Dom Ago 28, 2016 4:49 pm

Poco tiempo había transcurrido desde que había llegado a tierra y aún estaba un poco confundida con algunos asuntos, apenas conocía a nadie y tampoco había tenido mucho tiempo para aumentar su círculo de conocidos, puede que no estuviera ahí de vacaciones pero también era importante conocer a tus compañeros y/o subordinados. Ya tendría tiempo de conocerlos, hablar un poco y quizá verlos en acción, pues al parecer tenía un trabajo importante del que ocuparse junto con los Custos y Bellator, en cuanto recibió el mensaje que le advertía de dicha misión se puso manos a la obra. No tenía mucho que preparar, pero le bastaba con llevar consigo su bastón para sentirse segura y protegida, con suerte no sería necesario nada salvo algo de cuidado y atención en lo que se hacía. Poco tardó en estar lista para salir en dirección al lugar indicado, más o menos sabía en qué lugar se encontraba y pudo guiarse por sí sola aunque no se supiera de memoria todos los lugares mientras no acabara en la otra punta del mundo no pasaba nada. Tardó algo más de lo esperado en llegar a aquel castillo abandonado, se desvió un poco del rumbo mientras volaba y cuando se dió cuenta ya era un desvío bastante amplio, le llevó unos minutos recuperar el camino y por lo que vio llegaba un poquito tarde, ya había bastante gente allí. Desde lo alto y algo lejos no lograba verlos bien y aun si los veía estaba segura de que no conocía a la mayoría, simplemente se acercó al lugar antes de descender con cuidado y finalmente tomar tierra cerca de los presentes, no queriendo asustar a ninguno con su aparición repentina.

Efectivamente no conocía a nadie de los presentes, y algunos de ellos parecían conocerse entre sí, suponía que lo más apropiado era presentarse ante todos por igual en lugar de hablar con solo algunos de ellos. -Buenos días, lamento si me he retrasado un poco en llegar. Permitid que me presente, mi nombre es Mikaela, Concilio Celestial.- Acompañó la presentación con una reverencia típica de toda una dama, tomando su vestido y levantándolo al tiempo que ella flexionaba las rodillas ligeramente. Apenas había llegado pudo ver que algunos comenzaban a entrar en el castillo, no queriendo quedarse atrás se unió al grupo que entraba a la espera de que todos le hubieran escuchado antes, aunque tampoco le molestaba mucho si tenía que volver a presentarse. Como apenas acababa de llegar, no estaba aún muy hecha a la situación y la gente que estaba allí, así que antes de decir nada prefirió mirar bien y aprender un poco todo aquello que no había visto nunca antes. Pese a ello se mostraba tranquila, animada esperando a que todo fuera bien y no hubiera que lamentar pérdidas el primer día que se embarcaba en una misión con sus compañeros a los que apenas conocía.

Poco más podia hacer en ese momento, salvo seguir a sus compañeros y tratar de ayudar en lo posible, evitando también convertirse en un estorbo por la razón que sea, tal vez no los conocía mucho pero no por ello iba a ignorarles si se encontraba en peligro, no podía hacer tal cosa. Tenía una extraña sensación sobre el castillo abandonado ese, le resultaba inquietante y extraño, no podía saber exáctamente lo que tenía pero si que había que andarse con mucho cuidado, un paso mal dado podría resultar en una desgracia.

Dado,HP,Items:

por **Sasha Alexeyevna** Dom Ago 28, 2016 5:02 pm

La transición no sería fácil, puede que muchos hayan sucumbido a la advertencia dada que privaba a los guerreros de seguir su propio instinto de supervivencia, pues retroceder no era una acción que pudiesen tomar así como así, dada la orden…tenían sin más que seguir avanzando. En el proceso fue soltando a su amiga con delicadeza para cuando sintió la mano sobre su hombro, haciendo que inevitablemente prestara atención al susurro de uno de los Militans Dei, a quien observó fijamente a los ojos por unos instantes, asintiendo. —Procura que ninguno de tus compañeros quede atrás Ivan, ¿de acuerdo?— Le solicitó en un tono de voz apacible, dulce, al menos comportándose como siempre había sido la ex ministra del reino de Spatium, quien creía fervientemente que la unión hacia la fuerza para lograr una pronta victoria.

Entonces, posó su atención en el otro Militan Dei, a quien le sonrió igualmente con tranquilidad para sin más, proceder a responderle. —Arashi— Mencionó primero, desviando la mirada hacia el frente por segunda vez en lo que esperaba a que el grupo se decidiera a avanzar. —Estamos en busca de una reliquia a pedido de nuestro señor el Lord, y es realmente poco lo que sabemos, no se nos ha informado casi nada sobre el asunto. Asegurate también junto a Ivan que ningún otro Militan quede atrás, por favor— Comentó de buenas a primeras y fue entonces cuando algo recayó en su pensamiento, la gran mayoría ahí de los presentes procuraron una mínima atención hacia los Militans, mientras que al menos dos de ellos parecían valerles prácticamente igual o al menos eso notó provenir de una de las custos Dei, la de cabellos rosaceos. Parecía lo más abierta a los otros Custos Dei, pero por consiguiente, netamente ignoraba la presencia de los soldados de un rango inferior…No faltaba negarlo, a Sasha le molestaba, le tocaba la moral que alguien pudiera creerse tan superior cuando en realidad, la cosa no eran tan así. Claro, lo consideraba una falta de respeto hacia los propios Militans, ella obviamente, no vivía de la atención de nadie.

Los dolores de cabeza en Sasha eran constantes, al menos mientras ponía en uso aquel objeto que continuamente resonaba con su propia naturaleza divina, oscilando constantemente en una mucho más combativa, más venenosa, más alejada a lo que en realidad era ella. En su rostro no se notaba tal malestar, aunque no era de sorprenderse…la diosa era realmente astuta para esconder lo que no deseaba que otros vieran de ella misma. ¿Cómo podía ser que ese objeto fuera maldito?, la diadema en cuestión de procedencia dudosa no terminaba de ajustarse a la energía de la mujer, ni está a ella, quizás nunca ocurriría pero pensaba seguir usándola cada vez que pudiese…por simple curiosidad. Un suspiro repentino abandonó sus labios, en lo que procedía a tomar otro cristal oscuro para absorberlo antes de que saliese algún posible enemigo, nunca se sabía cómo podían desarrollarse tales situaciones, sin embargo, segura estaba que no pensaba dejar caer a nadie…aunque le pesara. Contradicciones constantes habitaban en ella.

—Bien, Kuro, supongo yo que vamos otra vez. ¿Crees que tengamos oportunidad alguna de hacer alguna técnica combinada?— Comentó mitad en broma, mitad en serio, a sabiendas que ella le había sugerido algo similar en Tempus, cosa que jamás pudo concretarse. Finalmente solo permaneció al lado del grupo de Militans y la Custos Dei Kuro al notar como su compañera del mismo rango se iba por otros rumbos, aguardando a las próximas órdenes dadas por los de rango superior. Entre las molestas que comenzaba a sentir físicamente, tenía pensado permanecer introspectiva, un rato en silencio, pero la presencia de otra persona irrumpiendo el encuentro la sacó del mismo, logrando que inevitablemente le observase con algo de propia curiosidad. —Es un placer, Mikaela. Primer Bellator Dei, puedes llamarme Sasha y…justo a tiempo llegas—

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por **Fingon Sindar** Dom Ago 28, 2016 6:25 pm

Fingon estaba memorizando las caras de todos los presentes, era bueno en eso, cuando vio a Vermell se alegró de al menos contar con una conocida, pero también vio a la extraña niña gato que ayudaba al anterior ministro, la melancolía del elfo se hizo evidente, sus ojos se apagaron un poco y sus increíblemente largas cejas cayeron unos centímetros, suerte que la capucha de su armadura le cubría de las miradas curiosas, solo emergiendo sobre ella sus ojos esmeralda que tenuemente resplandecían tras la tela.

Había leído el informe de la expedición al desierto blanco y a Alexeyevna era un nombre que tenía que recordar, una figura de poder creciente en el ejército. Quizás algún día destrone a un Custos, últimamente el poder era todo lo que el lord necesitaba. Lamentablemente. La fe del elfo hasta hace poco era completamente inquebrantable, pero a raíz de cuestiones personales ya no era tan firme como él lo suponía. La luz siempre le acompañaba, pero a veces podía fallar o tener menos potencia de lo normal. Es gracioso como una persona, algo que no está dentro de uno mismo puede afectar tanto la forma, la postura y hasta la psicología de una persona. Aunque el elfo era sociable y amable, desde ese día algo se rompió en él y aunque con meditación y pensamiento positivo se reparó, ya no fue el mismo, era como una cicatriz en su alma que solo aquellos que le conocían podían ver.

A medida que comenzaron a avanzar vio que Vermell y Ärud estaban cerca junto con Sashenka, todos muy expectantes, Arliden nuestro comandante demostraría su capacidad de mando y al parecer todo iba viento en popa, salvo por algún que otro comentario nervioso por parte de los soldados. Uno de ellos le sorprendió.

-Vermell y Ärud, nerviosos?, es natural en un castillo tan espeluznante- Dijo el elfo mientras recorría con la mirada el castillo, buscando entre los recovecos a las criaturas que le saltarían al a garganta. -Yo en particular tengo fe, el miedo no me alcanzara pues estoy con todos vosotros, el solo pensar que fallemos esta misión me hiela la sangre y pienso que quizás más de alguno de los presentes probablemente no vuelva, tener miedo es natural, si no lo tuviesen como podrían ser valientes?, adelante soldados, dobleguemos el miedo apoyándonos unos a otros, solo así saldremos victoriosos y disiparemos la niebla que cubre nuestros objetivos.-Dijo mientras miraba a Sashenka que parecía querer que Hellfrost se fuera del castillo, era una decisión sabia. Tenía muchos corredores y era probable que se perdiera. Además si era cierto que los enemigos contaban con poder sobre las mentes de sus enemigos, la mente de una bestia era la idónea para volverla contra sus amos. Por ello Fingon se arrodillo sobre el lobo y le susurro unas palabras en elfico, unas que el lobo parecía rechazar pues movía la cabeza como su le metieran un petardo en la nariz. -Shorel'aran, al diel shala.- le dijo con firmeza mientras con fuerza le agarraba la punta de la nariz. Esto indicaba al lobo una orden que no podía desobedecer, segundos después el lobo miro a “Pétalo”, a “Orejas”, después se volvió hacia “Botana”, la Terzo Dei y tras olfatearla un segundo se marchó para perderse tras las puertas, el elfo se levantó y cuando alzo la vista vio algo. -Feline, es un agrado contar con vuestra presencia, escuche que esta trasladada hace poco al ejercito Dei, si necesita alguna cosa, lo que sea, puede contar con mi ayuda. Si bien el frente defendido en Chaos fue corto, vi gran fuerza y determinación en usted y me llena de verdadero gozo que decidiera unírsenos, por ahora, necesitaremos de seguro guerreros feroces, no creo que los espíritus malignos se rindan solo con palabras, afile sus garras por favor, es probable que las necesitemos- agrego el elfo con una sonrisa que trascendía a su oscura capucha.

Sashenka tenía alguna información?, Arliden entre sus dotes tenía alguna habilidad psíquica?, Sindar no olía nada, quizás debía buscar la forma de afinar sus sentidos. Un minuto después llegó otro miembro más, pero esta parecía ser algo más, un ángel, quizás un… bueno cuando se presentó, dejo claro que era miembro del concilio celestial, valla, entonces la cosa era bastante seria, involucrar a tantos guerreros de renombre para conseguir una reliquia, era evidente que el poder de ella debía ser del Lord, no había lugar a fallos.

-Mi señor Arliden, creo que la partida esta lista, esperamos vuestras órdenes.- Dijo el elfo con sumo respeto mientras el puño esperando órdenes para avanzar y recuperar de una vez por todas la reliquia sagrada que por derecho le pertenecía al señor de todo Spirit Soul.

Interaccion con...:

Datos de Combate:

por **Izaak K. Arliden** Lun Ago 29, 2016 2:30 am

A veces se preguntaba si la Terzo Dei ya era adulta, pues aquella energía rebosante que de ella salía era demasiado inusual en un viejo y devastado por la vida pero era una energía contagiosa, que te sacaba unas risas, que te devolvía a la vida, viese donde la viese, era una excelente curadora, de dotes muy aptos para su puesto.

Al mirar como la Quarta, aconsejaba aquella bestia le causo mucha gracia, la chica no era para nada honesta — No pasa nada Aldara, ese pequeño fenrir con su poderoso olfato podría ser de mucha ayuda, tenerlo de nuestro lado me da mucha tranquilidad — aseguró mientras miraba al canino, increíble bestia, no muy apegada a sus gustos, pero confiaba en el, pues el animal, destilaba el mismo aire que su dueño. Sin duda una buena compañía. De la manga del Custos salió un pequeño roedor de pelaje blanco y ojos carmín que se colocó en sus hombros — Graba bien en tus ojos lo que sucede Bellarosa... — le susurró a su acompañante que ahora yacía a su lado.

Pudo notar dos presencias más, sutiles y un poco inestables, pero seguían encendidas, como dos candelabros que se bamboleaban al aire, sus aliados seguían apareciendo — Beatrice, Arashi, bienvenidos, podéis uniros a las filas de los Militians — el pelinegro después de saludarlos les hizo una suave reverencia, en bienvenida a los chicos que recién se unían a las filas. El azabache tomó asiento en alguna piedra y poniendo sus brazos sobre sus piernas se mantuvo a pensar con seriedad y lo envolvió un silencio casi sepulcral, acompañado de una concentración extrema, que parecía levitar en cualquier momento. De repente, unos pasos se escucharon... abrió los ojos lentamente contorneando su silueta fulminante ante la chica de cabellos verdosos y sonrió, escondiendo su sonrisa detrás de sus manos juntas — Así que tu eres Mikaela, había escuchado hablar del Lord sobre ti, pero me alegra que hayas podido llegar a tiempo, estábamos a punto de dejarte atrás , pero tranquila, todavía queda mucho por hacer. Bienvenida— dijo volviendo a entrecerrar los ojos con una tranquilidad, solo digna de él.

La voz de su compañero elfo le dio el toque final, pues al escuchar sus palabras, asintió y se puso de pie, aspiró aire y exhaló con mucha calma, caminó un poco hacía adelante y tomo la empuñadura de su katana — Bien — musitó para sí y con gran destreza desenvainó la espada que mantuvo en el aire — Mi nombre es Izaak Kvothe Arliden, Primo Dei. El Lord, nuestro único amo y señor ha dado su orden y nosotros, como sus hijos debemos acatarla, por eso, ahora, en este instante os ordeno a luchar, ¡Soldados! ¡Desenvainen sus armas, qué esta noche, cenaremos en el cielo! — al terminar hizo un corte diagonal, que pareció cortar al mismo espacio, acompañado de una sonrisa llena de fiereza y excitación corriendo por sus venas — Mi Lord, en tu nombre, hoy venceremos — musitó para sí y dio un paso hacía adelante, entrando en aquel castillo.

Concluyó con su pequeño discurso, volvió a enfundar la espada y miró hacía la puerta, a unos cuantos centímetros de ella, enorme, abrumante e intensa — Permanezcáis juntos, Militians al centro, Bellator deben rodearlos, los Custos iremos al frente, en este castillo pueden haber trampas, todos aquellos débiles de mentes podrían sufrir un trastorno, si alguno cae en conflicto mental, traten de neutralizarlo sin herirle, caminen con cuidado, eviten tocar paredes. Militians, vista arriba y el piso, Bellators vista a los lados. Fin, cuento con el olfato de Hellfrost— mientras iba caminando lentamente, con la mano en la katana, los ojos del Custos miraban a todos lados, con calma, sin miedo, lento y respirando con mucha calma, Izaak trataba de cubrir con la mirada y con su poder de rastreo, sus 360 grados, pero sin duda, su piel de gallina le decía que algo estaba por suceder

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por **Kuro Usagi** Lun Ago 29, 2016 4:28 am

Parecía ser que había liado a Sasha con mis palabras, aunque era normal si no había parado de hablarle nada más verla. ¿Quien no se iba a enredar? De todas formas me mantuve aun callada para escuchar lo demás que decía, tanto lo de Owen como lo de sus heridas, a lo que yo medite un rato antes de responder a esta. —¡Seguramente! Deberían de verse otra vez.— Le conteste con una sonrisa amplia, tomando una leve pausa para responder lo siguiente. —La verdad es que a mi también me tomo algo de sorpresa, aunque siento que mis heridas no han sido tan graves. Así que si necesitas ayuda, ahí estaré para cubrir tus espaldas. Porque no voy a dejar que te hagan daño, a ti y ni a nadie.— Solté con sinceridad por el simple hecho que la contraria para mi ya formaba parte de una gran amistad para mi, hasta podría exagerar diciendo que podría ser familia para mi pero es que era de coger mucho cariño a los demás cuando trataba mucho con estos. Además de que quería protegerlos a todos o al menos tratarlo.

Me tomo con algo de sorpresa escuchar las siguientes palabras de Sasha. Siendo así que pensaba negar con la cabeza y decirle que ella se lo había ganado al ser la ultima en ser quien termino con el Colosso aquel, pero al escuchar sus ultimas palabras, me dejaron no solo confundida, sino preocupada por lo que estaba diciendo. Obviamente eso me dejaría pensando todo el rato. Aunque me tomo por sorpresa que me hablara el Militans Dei, llamado Ivan. Este parecía conocer a Sasha, aunque obviamente no iba a estar preguntando como una metomentodo, así que no solo asentí lentamente por sus palabras cuando fueron dirigidas hacia a mi, sino que conteste al menos a este. —Así es pero lo haremos todos juntos.— Le conteste finalmente.

Aunque antes de poder entrar, tuve que detenerme a mitad del paso a pesar de que no quería pensarlo dos veces pero me había dado cuenta que comenzaban a llegar más compañeros. Seria una falta propia si hiciera como si nada el entrar al castillo sin recibir a estos o al menos dedicarles una sonrisa o saludo con la cabeza. Pues ya antes había dedicado un par de palabras para los demás, sin saber si la mayoría me habían escuchado realmente. De todas formas, gracias a que me detuve. Pude escuchar como los demás hablaban entre ellos. Curiosa de ver como se llevaban entre estos obviamente, ya que eramos el ejercito del Lord sama y era normal querer saber que nivel de compañerismo teníamos aunque seguramente la mayoría no se conocieran o quizás si, quien sabe. Lo que si sabía era el hecho de que me había fijado que una de las Triaden Celestial habían aparecido. Obviamente como los demás, no los conocía físicamente pero si de foto. —Espero que tu viaje haya sido leve Mika. Yo soy la Terzo Dei Kuro Usagi. Espero que podamos trabajar codo con codo todos juntos y no te preocupes, todos estaremos apoyándonos.— Le dije a la chica. Queriendo al menos dedicarle un par de palabras obviamente.

Nuevamente escuche como Sasha me dedicaba unas palabras, siendo una pregunta al final que me hizo sonreír de oreja a oreja y hasta me hizo girar hacia ella entusiasmada. —¡Claro que si! ¡Eso ni se pregunta! ¡Ya verás como nuestra habilidad combinada hará mella a nuestros enemigos!— Le solté totalmente emocionada al imaginarlo, aunque en mi mente aparecíamos ambas en modo chibi. Siendo que yo iba corriendo a dar una patada a un monstruo y ella le atacaba desde lejos con algún ataque o hasta imagine que íbamos a combinar algún elemento y lanzar esta al enemigo. Muchas ideas se pasaron por mi cabeza, siendo así que en vez de tomarlo a broma, me lo había tomado a pecho y hasta seguramente si tenía oportunidad, emplearía esta con mi querida compañera. Que omitiendo ahora esto, me fije que la especie de lobo o perro del Quinto Dei, este me había olfateado, haciendo que obviamente no pudiera evitar ponerme detrás de Sasha de forma inconsciente como si tratara de protegerme de este. Aunque cuando reaccione, trate de volver a mi posición original algo nerviosa.

Escuchar las palabras del Primer Dei, fueron sorprendentes. Hasta como con Fingon, me hicieron tener cierta admiración. Siendo así que repetía que para mi ese tipo de discursos no se me daban o es lo que parecía. Obviamente cuando termino sus palabras, lamentablemente no pude permanecer más al lado de Sasha pero siempre debía de cumplir con el deber. Después de todo, era una Custos Dei. Por ello me puse a un lado de los demás Custos siendo así que avanzaría junto con estos al ser que nosotros fuésemos los primeros quienes iríamos al frente, siendo así que obviamente Kvothe era quien nos lideraba y había que seguir las ordenes del primero.

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por **Céline Gaubet** Miér Ago 31, 2016 4:37 am

No sabía muy bien el por qué, pero el Lord había hecho llegar un mensaje a todas las personas que se encontraban a su servicio militar. Céline, que aún le costaba acostumbrarse a vivir bajo normativas y códigos de comportamiento, terminó por llegar tarde al lugar de su misión en el reino de Chaos. Aquella mañana se había entretenido demasiado tiempo al ponerse su uniforme para la misión; cosa rara e incluso podría parecer algo superficial, pero temía que los rangos superiores a ella le dijesen algo al respecto. Así que, por pura precaución, pasó más tiempo del debido delante de un espejo de cuerpo que poseía en su habitación dentro de Dominus Castle.

Cuando ya estaba segura que estaba lista y preparada, salió a las afueras del castillo, desplegó sus grandes alas de color negro y empezó su vuelo. "Suerte que poseo este par de alas", pensó mientras se mordía el labio inferior. La joven de cabellos negros estaba nerviosa; no solo porque era su primera misión desde que tenía el rango de Militans Dei, también porque sabía que se encontraba entre gente muy experta en el campo de batalla y en las misiones que el Lord encomendaba y no quería que la tomasen por la joven novata que llega tarde. Pero eso era exactamente lo que estaba pasando. Mientras volaba y se acercaba cada vez más al turbio y cálido aire de Chaos, Céline intentaba recordar las caras de todas las personas que había visto durante los entrenamientos. Hasta día de hoy se había mantenido siempre distante y solo había hablado con algunos Militans Dei sobre cosas relacionadas con los ejercicios y movimientos practicados.

Después de llevar un largo recorrido por el cielo y haber experimentado de nuevo la dificultad que conllevaba mantener un vuelo alto por los cielos de Chaos, Céline terminó por llegar a su destino. Las coordenadas que le habían dado eran las correctas y se alegraba de haberlas podido seguido correctamente. Era una novata, pero tenía un sentido agudo para improvisar y seguir adelante. Desde el cielo pudo ver unas once figuras de cuerpos que se encontraban agrupadas y empezaban a hacer algo de movimiento. Céline, apresurándose, descendió del cielo y posó sus pies sobre la árida tierra del lugar al lado del grupo. Avergonzada y con las mejillas teñidas levemente de rojo y la respiración agitada por el esfuerzo que había supuesto el vuelo, la morena terminó por presentarse. — Céline Gaubet, Militans Dei. Disculpen la demora. —dijo con la respiración algo entrecortada. No iba a dar detalles sobre el motivo por el que llegaba tarde. Además, de poco serviría excusarse. Ahora solo tenía que dar lo mejor de si en esa misión y recuperar la reputación que seguramente acababa de perder entre el ejercito del Lord.

El grupo andaba lentamente. La joven podía notar en la mirada de algunos que estaban casi tan confusos como ella. Solo sabía que buscaban cierta reliquia que su señor les había encomendado ir a buscar. Además, algo dentro de ella le decía que el lugar al que estaban adentrándose era más peligroso de lo que parecía. Algo estaría aguardando en el interior, esperando que la sangre saliese de nuestros cuerpos y que los gritos se escapasen del interior de nuestras bocas. Desde que llegó solo pudo escuchar como dos de los Custos Dei hablaban, uno de ellos presentándose como el Primo Dei. Eso dejó algo impresionada a la joven, pero sobre todo la dejó más tranquila el hecho de estar rodeada de gente con grandes capacidades para la lucha y las misiones encomendadas desde el castillo de Spatium. Sin decir ni una palabra, acató las órdenes que el Primo Dei acababa de dar: debía de colocarse en el centro con los demás Militans y, así, emprender el camino hacia la boca del lobo que les aguardaba.

Sujetaba su espada con firmeza y manteniéndola en una posición que le serviría moverla tanto para defenderse de un ataque como para moverla con rapidez y tener que atacar con ella en caso de que fuese necesario. Estaba al lado de sus compañeros y eso le aportaba seguridad. — Bien, demos lo mejor de nosotros en esto y consigamos la reliquia que nuestro Lord quiere —dijo Céline en un leve susurro que podía ser percibido por las personas que se encontrasen más cercanas a ella. Esbozó una leve sonrisa y clavó su mirada hacia arriba, alternándola también con el suelo tal y como el Primo Dei acababa de ordenar.

datos, HP, inventario:

por **Auros** Miér Ago 31, 2016 8:11 pm

Las miradas voraces en la oscuridad danzaban sin pausa alguna sobre los intrusos que poco a poco se adentraban en el vestíbulo de esa fortaleza. Ese primer lugar se encontraba bañado en una profunda sensación de pesadez…siendo incluso posible percibir la presencia de alguna de esas criaturas. No era posible verlas, todas se habían adaptado tanto a esa clase de ambiente que incluso se mimetizaban con la misma negrura que llenaba tanto las paredes como los pasillos. Ninguna empezaría primero con el banquete…sabían que debían esperar a que sus maestros organizaran la fiesta antes de poder participar en ella pero no eran impacientes…sabían esperar hasta el momento justo para su comida.

En el mismo techo del castillo, la presencia que los había saludado…esperaba silenciosa a que todos entraran en su territorio. Eran más de los que originalmente observo…algunos se habían unido a destiempo pero no alteraba sus planes…solo los mejoraba. Cuando estuvo seguro que todos estaban dentro…una brisa gélida corrió por la antecámara y cerro con fuerza las puertas de manera, sumiendo toda la habitación en una profunda oscuridad. Solo allí tenía el escenario perfecto pero no veía sentido en empezar con el plato principal…si aún quedaban muchos entremeses que disfrutar primero —Veo que decidieron apostar por su suerte…sin duda es algo admirable, algo maravilloso —Su voz nuevamente se presentó en un susurro delicado…venenoso en la mente de todos los presentes. Ahora los tenía entre sus garras…siendo momento de empezar a mover los hilos de su obra maestra.

Su “hogar” poseía muchos secretos…unos más peligrosos que otros y algunos que incluso los más experimentados llegarían a temer. Era difícil decidir por cual empezar pero iniciar despacio alargaría su diversión…no deseaba que fuera como otro grupo que murieron muy rápido —Aun no me he presentado…y en realidad no poseo nombre pero…seré quien guie sus pasos o más bien quien los fuerce porque aquí dentro…yo soy el rey —El nuevo susurro sonó más frio…lleno de una extraña y espeluznante alegría que solo servía para estremecer a quienes lo escuchaban —Se lo que buscan…pero para llegar tendrán que avanzar por muchos lugares…unos con más peligro que otros…dependen de lo que "el" desee—Aquel fue su ultimo susurro previo a que otra brisa corriera sobre los guerreros mientras una de las tantas paredes comenzaba a moverse, soltando polvo y escombros al aire mientras revelaba un largo pasillo que casi de inmediato fue iluminado por decenas de antorchas.

Era cierto que poseía cierto poder en aquel castillo pero incluso su “vida” era controlada por una “fuerza” mayor…una que a veces daba la impresión…venia del mismo castillo. El camino que se revelo ante ellos era de los más sencillos…si lo comparaban con los demás pero aun así tenía sus dificultades. Esa loza al inicio…imposible de evitar, sería el primer error y la primera lección de ese grupo, entenderían que cada rincón de esa fortaleza se encontraba llena de trampas dispuestas a eliminarlos…claro que empezar con unas flechas le parecía muy poco pero ese “poder” tendría sus motivos —Yo solo…disfrutare del primer acto —Esta vez la voz no fue dirigida a ninguno de los presentes, solo un susurro que para los mortales sería una sencilla ráfaga en lo más alto del derruido techo.

Nota:

por **Auros** Miér Ago 31, 2016 8:11 pm

El miembro 'Auros' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Tirada Rango 2' : 4

por **Orion Ärud** Jue Sep 01, 2016 5:50 am

Las palabras de Aldara llegaron a oídos de Orion, debido a la cercanía que poseían en el momento de andar junto a ellos o al menos no tan distante. La realidad era que el semidragón vigilaba a la diosa en cada paso que daba, la cuidaba; siempre la cuidaría aun cuando estuvo fuera de Spatium había dejado hombres de confianza para que vigilará sus pasos.

Pero una cosa era los informes, a la realidad de estar en una misión con ella y ver como se relacionaba con los demás; dio un respingo tan suave que estaba seguro que nadie lo había notado ya que al instante sus ojos se centraron en su compañera de lado que le respondía ante su pregunta.

Orion permaneció naturalmente frío, aunque ciertamente no le provocaba intriga el lugar hasta el momento. En la mente del semidragón deseaba que aquello terminase sin ningún herido, que fuera rápido y ciertamente sin ningún caos de por medio, como en todas las misiones deseaba pero la realidad es que a medida que avanzaba el ambiente parecía ser pesado, extraño… dudoso.

La pregunta ajena, y su referencia como “soldado” le causó cierta extrañeza — Orion Ärud — mencionó su nombre, pensando en que el momento de su presentación ella no estaba presente — ciertamente… — estaba por terminar su oración, cuando escucho al Quinto Dei dirigirse hacia ellos — no estamos nerviosos — completo en respuesta al elfo, incluyendo a la humana en la misma.

Lo escucho hablar mientras expresaba un discurso de ¿ánimo? ¿Coraje? Prefirió no preguntar, simplemente al final de las palabras del elfo expresó — daremos lo mejor sí mismos, ¿verdad Garnett? — pregunto sin dejarla por fuera de la conversación.

Aunque para ese momento Orion, calló sus palabras y cerró los ojos sin hacer ninguna mueca de desagrado que se originaba en él. Al contrario sus gestos se endurecieron ante lo grave de la situación, y al abrir los ojos continuaba escuchando su voz pero el torrente de viento lo hizo detener su caminata por unos segundos.

Observó a su alrededor, y se dio cuenta de cómo las paredes se comenzaron a mover… Izaak estaba en lo cierto el castillo poseía trampas y era posible que esa fuera la primera. Dejó caer la espada de nuevo en la funda de su espalda con eso liberó sus manos, estaba dispuesto a usar alguna de sus quinesis de ser necesario.

No había más charlas, Orion estaba concentrado en las instrucciones de Izaak… su mirada visualizaba arriba, abajo y al frente con cada paso que daba junto a sus compañeros; pero fue el ruido de uno de los ladrillos que advirtió al semidragón a actuar — ¡Abajo! — exclamó al notar como unas flechas salían de la pared.

Por instinto protector colocó su mano en el hombro de Garnet presionando hacia abajo, de la misma manera lo realizó con Celina quien se encontraba a su otro costado. Pero una vez abajo su mirada busco con urgencia a la mujer de cabellos rosados que iba al frente, y resistió las ganas de correr a encontrarla para dedicarse a los soldados que se encontraban a su alrededor — ¿están bien, ustedes? — preguntó al momento de retomar su altura y darse cuenta que efectivamente las flechas si habían impactado en algunos de sus compañeros y en ella.

— Hay que tener más cuidado — expresó apretando un poco la mandíbula, sintiendo ira contra el supuesto rey. Aquello solo había sido una prueba, y Orion sabía que las cosas se podían complicar.

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por **Sasha Alexeyevna** Jue Sep 01, 2016 6:26 pm

La orden había sido clara, era momento de avanzar e internarse por el castillo abandonado con todos los peligros que este pudiese guardar para los miembros de la caravana…que gran molestia resultaba el no saber a ciencia cierta con lo que se encontrarían, pero no era de buenas a primeras el miedo lo que habitaba en ella, más bien la incertidumbre. ¿Era necesario que los recientes Militans estuviesen presentes?, algunos recién iniciaban en todo esto…quizás no estaban preparados y para peor…el terreno era completamente desconocido. Al menos ella nada podía hacer, no a estas alturas. El sitio le resultaba chocante en muchísimos aspectos, pero no mencionó ya palabra alguna, se llamó al silencio absoluto pero sin perder el debido detalle a todo lo que aconteciese a su alrededor…¿Cómo empezar a describir el lugar?, sin dudas en sus mejores épocas debió haber sido magnánimo, imponente, digno de admirar…incluso ahora en ese estado todo derruido era de admirar pero por lo tétrico, por lo desolado de toda posible vida cálida. Ahora solo las criaturas de la noche repoblaban ese sitio, maldiciendo cada centímetro, cada rincón y cada espacio…¿Qué clase de desgracia pasada pudo acontecer ahí para que resultara con tanta acumulación de energía maligna?, no era capaz de hacerse una idea al respecto. Suspiró con algo de desánimo, pensando en ello pero colocándose de lado izquierdo a los militans, siendo que eran solo dos Bellator, sería complicado rodear de buenas a primeras al grupo que iba en el centro.

Cada paso silencioso que daba, cada mirada que iba cambiando, de observar al frente…también lo hacía con el grupo de Militans que iba, tal vez por esa simple inseguridad de que alguno pudiera alejarse. No eran niños pequeños pero su temor radicaba en las mismas fuerzas malignas que habitaban el lugar, ¿alguna sería capaz de inducir a equis persona a cometer alguna acción?, supo recordar que en un pasado se enfrentó a criaturas así…Después de todo, en sus años había visto demasiados horrores, por naturaleza desconfiaba, pero tampoco era tonta como para alertar al grupo innecesariamente. La mínima brisa del lugar movía algunos que otros cabellos de la chica, quien terminó percatándose bastante tarde del sonido de la baldosa a medida que descendía, ¿Qué podía traer de malo una trampa así?, cuestionó en su mente con algo de ironía. Entrecerró sus ojos y aunque pudo contar con algunos segundos para agacharse, no lo hizo, por el contrario…se quedó de pie a sabiendas que le dolería, pero no le importó. De las veces que observó por encima de su hombro izquierdo, algún segundo que otro, notó a un par de Militans detrás de su posición inicial…¿Si estos no tenían la suficiente rapidez como para agacharse?, no podía permitirlo. En ese entonces su cuerpo funcionó como una especie de “escudo”, e incluso cerró los ojos…apretando los dientes ni bien la flecha algo oxidada se incrustó sobre el brazo izquierdo.

Mierda, le dolía bastante, como diosa no estaba exenta a esas sensaciones. ¿Por qué carajos siempre terminaba apuñalada?, de alguna forma u otra parecía que estaba destinada a transitar por situaciones similares. ¿Gritó?, en lo absoluto, se contuvo de hacerlo totalmente aunque de más estaba decir que la propia respiración de la diosa se tornó agitada…Eso no la privó de elevar la diestra, tomando el extremo del arma para inhalar lentamente, arrancándola de su propio cuerpo con decisión antes de dejarla caer en el suelo…Como era de esperarse, los hilos de sangre empezaban a descender lentamente desde la herida, a lo que rápidamente le restó importancia, no era la primera vez que le pasaba. —Vaya manera de empezar— Musitó bajo en lo que se dedicaba a observar a los Militans primero, todos parecían estar bien…eso era un alivio, aunque no podía decir lo mismo de los Custos Dei.

Extendió la diestra lentamente hacia el Primo Dei y entonces el aura en tonalidades verdosas se hizo presente, la que a modo de esfera fue formándose en cuestión de segundos para al final, ser dirigida hacia el líder de los custos dei. Se negó a decir algo al respecto, todavía sentía todo revuelto a causa del dolor, por lo que cada vez que se sentía de esa manera, sus ganas de emitir palabra alguna eran nulas.

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por Contenido patrocinado

Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
Atreyu NarradorMensaje Privado	Fingon Sindar NarradorMensaje Privado
Ithel Ibner NarradorMensaje Privado	Kvothe Arliden NarradorMensaje Privado
No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Ichinose Takumi
Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

Fingon Sindar
Kuro Usagi	Orion Ärud	Aldara Sashenka	Quintus Dei (Libre)

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater