Re: Chaos has fallen - Trama N°9.0 [Chaos]

por **Auros** Sáb Abr 09, 2016 10:22 pm

El miembro 'Garnet Vermell' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

'Dado Titanico' :
Chaos has fallen - Trama N°9.0 [Chaos] - Página 3 ECaBKwm

Resultados : 7

por **Beatrice Feline** Sáb Abr 09, 2016 11:00 pm

Desde lo que ocurrió Beatrice no habçia descansado absolutamente nada puesto que en su responsabilidad cabía el que la voz del ministro llegara a todos sitios. Las órdenes de Azazel fueron repartidas por todas las zonas de Chaos y asi ella misma lo realizó, lugar por lugar, avisado a aquellos que no se encontraban en la ciudad y por supuesto, a los habitantes que nada tenía que ver con este ataque a uno de los tres reinos.

Para cuando aquellos ataques comenzaron nuevamente ella aun no había regresado a la ciudad, se encontraba corriendo lo mas velozmente que podía para llegar al castillo esquivado algun que otro desastre que aquellas criaturas iban causando en el reino a su paso y desviando a ciudadanos de una muerte por ser aplastados con restos de la estructura que caian.

Ella no podía hacer mucho pero tambien quería ayudar de una forma u otra, se debía a esa familia al menos hasta que el contrato ya se acabara, aparte no soportaba la idea de no concibir este mundo con la gente que quería y admiraba. Sintiendo el cansancio en su cuerpo que relentizaba de vez en cuando sus felinos movimientos, continuó corriendo por aquellas calles, lamentandose de no haber estado en el castillo cuando todo esto había vuelto a comenzar. Desde la lejanía estaba observando como la army of chaos se estaba encargando sin mucho problema de aquellos monstruos voladores, al menos eso le procuraba a la nekogami una tranquilidad ya que sabía en su corazón que todos estaban bien.

Cuando diviso una de las entradas al castillo directamente corrió usando un ultimo esfuerzo, ya pararía una vez que estuviese dentro y desde dode podría mandar y controlar cosas que otros no estaban encargados. Debía supervisar tambien que la gente estuviera bien, que no les faltara de nada y por supuesto, que cualquier cosa que se le ordenara se llevara a cabo. Corrió como alma que llevaba el diablo hasta que pudo entrar en el castillo y pararse un momento para tomar aire y descansar. Unos segundos, se repetía en su cabeza absolutamente agotada de todo lo que había tenído que correr desde las afueras de la ciudad. Alzó sus ojos heterocromos y divisó las escaleras que debía tomar para revisar la torre de vigilancia principal del castillo pero algo captó su atención, sus orejas se movieron y su rostro posterior, al escuchar algunos alaridos así que decidió seguir el sonido. Al pasar a la otra zona del castillo algunos guardianes estaban metiendo gente al castillo, algunos malheridos otros simplemente habían corrido allí asustados o habían perdido su casa en algun derrumbamiento. Había que ayudar a esa gente y organizar aquello que era un caos propiamete dicho, así que comenzó a mover a los guardianes y a organizarlo todo. -Avisa al Caduceus del reino que estamos aquí no podemos arriesgarnos a sacar a esta gente tal como esta hacia un lugar sanitario. Indicó Beatrice a otro guardián el cual raudo fue a realizar lo mandado.

DATOS:

por **Alisa Amiella** Sáb Abr 09, 2016 11:43 pm

Desde la batalla con aquel ente de los dioses la dragona había estado algo malherida y el recuperarse completamente le había costado un par de dias. Justo cuando se comenzaba a sentir mejor, cuando empezaba a tomar sus rutinas, sus ejercicios y entrenamientos para mejorarse a si misma porque sí, el verse tan maltrecha como se vio hizo mella en la dragona, eso fue algo que no se borrará de su mente con facilidad y por lo mismo, ahora estaba en el patio entrenado con dureza aunque alguos movimientos le dolían todavía.
Hace unos días cuando todavía no estaba incorporada a su vida de Caballero Élite, había empezado aquel tormento, esa pesadilla para los habitantes de Chaos en forma de monstruos voladores. Aquello que vio en la ventana de su dormitorio del hospital era una especie de vampiros amorfos o quien sabe si era algun experimento caprichoso de alguien con mente retorcida.

-¡Ryusei mira eso! -Grito Alisa a su dragon para que viera lo mismo que estaban viendo sus ojos y en efecto, lo que había escuchado dias anteriores cuando estaba en el hospital de Chaos, y ella había visto desde su ventana volvía a pasar. Aquellas criatura volvían a atacar su amado lugar y ella no podía sin mas quedarse ahí parada. Se volteó rápidamente y comenzó a quitarse la ropa cotidiana, corriendo a por su uniforme, dejandolo todo tirado de un lado a otro de forma desordenada y apurada. -¡Prometo tener cuidado! -Dijo corriendo a la puerta volteandose para mirar a Ryusei solo un momento y soreir sabiendo que el la comprendía, aparte de que había visto como los bichos caían como moscas y eso la verdad lo dejaba tranquilo en cierta manera, sino tampoco hubiera dejado ir a la dragona sin mas, pero sabía que no estaría sola en aquello y el tenía una tarea complicada que realizar con cosas que no son de este mundo.

Bajo corriendo las escaleras del edificio, pero eran muchas y los nervios y las ganas de ser útil a su reino podían mas que ella así que sin mas dilación, abrió uno de los enormes ventanales de aquel piso y subiendose agazapada en la ventana, salto por ella sintiendo una especie de alivio al golpearse la cara con el aire de fuera, sacando sus alas de dragona para planear y luego agitarlas de forma feroz para ir donde estaban todos los demas. -Esta noche Redqueen tenemos fiesta. -Dijo sonriendo de forma amplia hablando con su arma la cual estaba oculta hasta que la misma la invocara, divisando el cabello rojizo de la gladius que brillaba sobre cualquier otra cosa, como llamando su atenció para ubicarla en aquel terreno. -¡Srta Gremory! A sus órdenes. -Dijo descendiendo cercana a la Gladius y cuadrandose en su presencia, para luego revisar con detalle todo a su alrededor.

DATOS:

por **Éride** Dom Abr 10, 2016 12:11 am

Había empezado.

Sin duda alguna, se podría decir que tanto la ciudad de Chaos Urbanis como la nación a la que pertenecía hacían honor a su nombre. Desde el primer ataque de las criaturas aladas a la ciudad, Éride había sentido constantes fuerzas de naturaleza hostil. Tenía la sensación de que la aparición de esos seres infernales no iba a detenerse ahí: tres días después de que el ejército lograse parar la oleada de violencia provocada por aquellos monstruos grotescos, los cielos se nublaron, tornándose de un color oscuro que anunciaba el comienzo de una cruenta y demencial batalla, o más bien, la continuación de la que había ocurrido aquella misma semana. Y por supuesto, la diosa no podía perderse semejante festín.

Teniendo los poderes completamente mermados podía ser un blanco perfecto para muchos de los atacantes, por lo que tendría que andarse con sumo cuidado. Quizás sería buena idea refugiarse en algún lugar de la ciudad, sin más, ya que de todas maneras podría seguir alimentándose de los sentimientos negativos sin tener que arriesgarse a acabar en garras de alguno de esos… pájaros, o lo que sea que fueran. Pero, ¿qué habría de divertido en quedarse escondida? ¡Eso tendría que ser su último recurso!

Existían dos razones por las que no quería hacerlo a no ser que no tuviese más remedio. Dos razones que, si las dijera en voz alta, podrían hacerle ver como una mujer insensata y completamente idiota. Y sin embargo, le parecían lo suficientemente válidas: el placer de ver de primera mano el terror que subyugaba a las personas, así como la ira que dominaba a los más valientes guerreros, le proporcionaban una satisfacción mayor que cualquier otra situación que hubiese vivido. La desesperación y el caos de los conflictos de ese tipo eran una de las pocas delicias por las que merecía la pena estar en pleno campo de batalla, aún si había grandes posibilidades de que acabase mal parada.

La segunda razón consistía en que, obviamente, Éride sabía que personajes importantes del reino de Chaos asomarían la cabeza (como mínimo) para al menos intentar tener material para pavonearse de algún modo delante de otros pro-gobierno y decir que pelearon en el nombre del país como unos verdaderos valientes. Claro que muchos de ellos sí se enfrentarían de verdad a los agresores y defenderían a capa y espada a su querida nación, por lo que había muchas posibilidades de que la diosa diese con alguno de ellos en el campo de batalla. Y eso, con suerte, podría desembocar en futuras fuentes de información, aunque ellos no tendrían que enterarse. Además, los de este bando siempre acababan siendo lo suficientemente ingenuos como para acabar salvándole el trasero como si se tratase de una damisela en apuros. Perfecto.

Los primeros posibles contactos a los que logró identificar desde un punto lejano fueron figuras que pudo identificar de inmediato, debido a que ostentaban un cargo lo suficientemente alto como para ser considerados alguien dentro del ejército o del gobierno en sí: el Quintus Dei, Fingon Sindar, el excapitán general y ahora Guerrero Gladius Jhonatan Alexander y la recién ascendida capitana general, Garnet Vermell. De esta última apenas tenía muchos datos, de todos modos. Había una cuarta persona a quien no pudo ver con claridad, pero que quizás identificaría más adelante. Tan sólo tenía que correr en dirección hacia ellos, como si huyese de algo y fingir que era una indefensa sacerdotisa (bueno, en cierto modo sí que era eso) que temía por su vida.

…Y mientras corría (como podía, porque iba a contracorriente), observó que Alexander volaba lejos de ahí. Un contacto menos.

Unos metros antes de llegar a donde estaban sus objetivos, decidió caerse a propósito y fingir un esguince, o una torcedura de tobillo. Tremendamente cliché y repetido hasta la saciedad, pero siempre había algún tonto de turno que acababa picando. – ¡A-ayuda! – gritó, lo suficientemente alto como para que aquellas tres personas se dieran cuenta de su presencia.

Y más les valía darse prisa, no fuese a acabar pisoteada por los civiles al arriesgarse a hacer la idiota.

stats:

por **Ragnar Azathoth** Dom Abr 10, 2016 8:48 am

Huidow había recibido ayuda de todos los frentes, su mano aunque estaba hinchada y el hueso puesto en su lugar era doloroso, apenas podía moverla, levanto entonces su vista y vio a Fingon, el Custos que le había visitado en su castillo hace unas semanas, no veía al lobo que siempre le acompañaba pero si vio la mano que le daba…

-Amigo mío creo que olvide el paraguas de acero reforzado en mi otra chaqueta- Respondió Huidow a la broma y se levantó algo magullado…- Te demandare si subes esto a alguna de esas redes sociales que tienen en Tempus, para burlarte de mí- contrataco la broma.

El elfo se veía algo preocupado tal vez por los civiles que eran atacados por todos lados, en todo caso no se veía mucha histeria, miedo si pero si esto hubiera pasado en otro continente como Tempus o Spatium los alaridos y desmayos estarían repartidos por toda la ciudad, en cambio en chasos incluso los carniceros y los panaderos querían salir a tomar un pedazo de bestia y lo hacían pero con las menores y más débiles se nota la fuerza de los habitantes de Chaos.

Entonces apareció la pelirroja que había vivido un par de aventuras con él, Garnet, y al parecer era conocida de Fingon o al menos eso parecía… que tonto, ambos son del ejercito es obvio que se conozcan al menos por fotografías, ambos son publicados y reconocidos esta vez ella lucia diferente y lo confirmo cuando se presentó frente a Fingon como Capitana General, wow, eso era impresionante tanto había subido esta mujer desde la última vez? Entonces era verdad que era tan eficaz en el ejército como en las escaramuzas cazando criminales.

-Creo que necesito una mano nueva- Respondió el pelirrojo a la capitana con una amplia sonrisa –Así que ahora eres capitana General? Que equivocado estaba cuando te vi por primera vez, debí unirme al ejercito cuando tuve la oportunidad, así podría haber sido alguien de bien como tu Garnet tal vez las cosas serían dife…- Entonces se escuchó un gran ruido como un temblor, y apareció una gran ola que parecía acabaría con la ciudad, una que lanzo por los aires a uno de los bichos más grandes. Huidow se cubrió lo mejor que pudo y entonces noto que algo se le escurría de las costillas… sangre, al parecer la caída anterior le incrusto una astilla gigantesca en el costado y ahora sangraba profusamente, se arrodillo tomándose el costado y se quitó la camisa para examinar mejor la herida… no alcanzaba la astilla con su mano buena. Debía retirarla y suturarla si quería seguir en pie y no perder el conocimiento y ser comida de hijos de la noche.

Spoiler:

por **Fingon Sindar** Dom Abr 10, 2016 8:49 am

La mano de Huidow se aferró fuerte a la de él y se levantó, correspondió la broma que había hecho el elfo y comprobó sus dedos, aparentemente estaría bien pero estaba demasiado hinchada. Tal vez necesitaba descanso y pronto, mientras tanto las bestias caían como hojas al viento, era extraño que criaturas tan débiles atacaran tan organizadamente, podría ser una especie de migración satánica o distracción a algún punto que estaba descubierto por algún motivo?, pero en la ciudad no había nada especialmente importante salvo claro está el castillo del ministro. Era extraño todo esto por muy brutas que sean los soldados siempre hay un líder que planea ataques. Debía encontrar al causante de todo esto.

La voz de una chica le saco de sus profundos pensamientos y era una pelirroja de un solo ojo… era inconfundible, era la nueva capitana General sus rasgos los había visto en los memos que le enviaba su asistente Nerdanel y por supuesto Huidow también había hablado mucho de ella en su cacería en los bosques del castillo que dominaba el señor del Hierro.

-Un placer conocerla en persona Capitán General, he escuchado mucho de usted y me dicen que es un excelente elemento. Si no fuera problema me gustaría que cuide del Señor Huidow, me parece que está un poco maltrecho- Dijo Fingon mientras comprobaba la cercanía de Hellfrost, fue entonces que una gran ola apareció lanzando un gigantesco bicho hacia donde estaba Fingon, este con el impulso que gano se volvió un proyectil mortal, sus cuchillas apenas rozaron el aliento del elfo que detuvo la vertiginosa carrera agarrándole el pequeño y delicado cuello del monstruo.

Sin comprobar su estado, apretó tan fuerte como pudo pero entonces se dio cuenta que la bestia no estaba viva… Fingon la deposito suavemente en el suelo mientras la ola se alejaba, en su cresta estaba el ministro y le había pegado solo a la pasada, que inmenso poder tenía el representante de Chaos, ciertamente un rival con el cual vale la pena medirse. Fingon pidió por el alma de la bestia muerta mientras la dejaba. Siempre sentía respeto por la vida perdida incluso por la de aquellos que buscaban llevarse un pedazo de él.

Fingon miro a Huidow que ahora realmente estaba herido, pero no podía preocuparse por un guerrero, debía hacerlo realmente por los civiles, sin más abandono la zona y se fue en busca de más enemigos que estuvieran causando estragos.

Un grito de auxilio resonó en las calles, los tumultos comenzaban a escapar por las calles, y entonces sus ojos esmeralda encontraron a quien pedía socorro, no habían criaturas alrededor, y parecía ser una sacerdotisa, estaba en el suelo y en medio de la calle, Fingon silbo fuerte y de las sombras apareció Hellfrost con sangre en el hocico, al parecer también había hecho su parte en algún lugar… o había aprovechado para resguardar alguna carnicería, quien sabe. Ambos, el lobo y el elfo se acercaron a la chica y este la olfateo, no hubo nada peculiar en ella.

Era delicada y fina, hermosa en extremo aun para ser una sacerdotisa, sin embargo Fingon no puso atención en ello, era un número más en las cuentas de los civiles y jamás veía con otros ojos a la ciudadanía. Siempre tratando de actuar de manera correcta y conforme a la ley. La inquebrantable ley del Lord de Spirit Soul.

-Señorita está bien- Dijo apenas se acercó a ella. -Debe buscar refugio de inmediato! Hellfrost, llevémosla bajo la cornisa de ese edificio- ordeno mientras que la levantaba como si fuera una pluma en el aire y la depositaba sobre Hellfrost el lobo Fenrir que acompañaba al elfo.

Era una suerte que se hubiera bañado el día anterior sino olería a rayos, y eso que el lobo solo permitía un baño al mes. Cuando la bajo resguardada comprobó que estuviera bien, toco su pierna para comprobar que no se la hubiera quebrado y no encontró señales de que estuviera lastimada, tal vez solo fue el susto. La piel de la chica era tan tersa y suave que parecía ser de terciopelo, los ojos dorados contrastaban con su melena larguísima de color celeste, era una humana?, claro, parecía demasiado frágil como para ser algo más. Fingon al comprobar su estado se dispuso a marcharse, se levantó y con una mirada a su lobo le indico que prosiguieran con su labor de resguardo.

-Tenga cuidado señorita es posible que aún no estén muertas todas estas criaturas- Advirtió el Custos de pie mirando hacia el cielo con sus relampagueantes ojos verde esmeralda.

Spoiler:

“Habilidades Utilizadas”:

por **Auros** Dom Abr 10, 2016 8:49 am

El miembro 'Fingon Sindar' ha efectuado la acción siguiente: Dados de batalla

#1 'Dado Cósmico' :
Chaos has fallen - Trama N°9.0 [Chaos] - Página 3 Baw6yAz

#1 Resultados : 14

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#2 'Dado Cósmico' :
Chaos has fallen - Trama N°9.0 [Chaos] - Página 3 Baw6yAz

#2 Resultados : 69

por **Auros** Dom Abr 10, 2016 11:49 am

Los murciélagos actuaban en bandadas, eran algo inteligentes sin embargo algunos tenían malísima suerte, el primero de ellos había acabado hecho pedazos y el segundo en un intento vano de querer ser sigiloso recibió un contragolpe que le aturdió y lo que supo después fue que sus órganos internos comenzaban a ser perforados cruelmente por sus propios huesos huecos, la bestia chillaba como un cerdo al ser sacrificado pues su dolor también era válido y si no fuera una criatura tan nauseabunda hubiera inspirado inclusive algo de pena.

Cuando la guerrera la soltó sus ojos vidriosos se apagaron y por suerte su sufrimiento fue bloqueado debido al shock d perder tanta sangre en tan poco tiempo. En sus últimos segundos de lucidez pensó que tal vez este plan de invasión no estaba tan bien pensado y se maldijo a si mismo por nacer como un criatura de la oscuridad. Luego todo fue eso… oscuridad.

La tercera criatura prosiguió con su ataque errático, se le conocía por sus movimientos rápidos y llenos de sorpresa, pero pafff…. Sorpresa en sus ataques a velocidad máxima había perdido otra de sus patas… la ira volvió sus pequeñísimos ojos un caldero y chillo a la mujer que le había truncado su sueño de ser bailarín de tap cuando el mundo cayera en las retorcidas y ponzoñosas manos de sus líderes, fue cuando esos sueños truncados fueron literalmente hechos pedazos cuando sintió que algo le atravesaba, un imprudente quería hacerle ver como un simple caballo… entonces sintió la amargura de la muerte y vomito sangre verde y roja por las distintas funciones de sus órganos, nariz ano, boca y orejas, la presión del interior entonces se volvió demasiado, la bestia murió instantáneamente pero su cuerpo aun reaccionaba a la física… redecoro una parte de la ciudad con el animado color de la explosión de un crustáceo volador.

El cuarto señor del terror de medianoche volaba buscando a su presa, el elfo que le había casi noqueado con el poder de la naturaleza, se dirigía hacia su cuello con el fin de propinarle un masaje relajante a base de cuchilladas y desmembramientos, ahora era el momento de hacerlo, estaba distraído con lo que parecía ser otro blandengue. Sus papilas gustativas se emocionaron al ver a tan poderosa pero descuidada presa, una ola inmensa impidió que la bestia se acercara… o fue al revés, el golpe de la ola le mato casi instantáneamente lanzándola tan brutalmente que si hubiera estado viva habría perdido el conocimiento por la velocidad, aun así sus patas por cuchillas eran un objeto de temer, podían matar aun estando inanimada la criatura, pero no fue así, los ojos furiosos verdes relampagueantes tomaron a la bestia muerte por el cuello y con un gran apretón termino le dio la muerte definitiva. El elfo suavemente la deposito en el suelo y por algún extraño motivo rezo por ella para volver a lo suyo, todos los años como carnicero de la colmena no le sirvieron de nada a la bestia que ahora yacía casi en paz consigo misma tirada en un rincón de la calle.

Las cosas no pintaban nada bien, para nada bien, la quinta criatura había atacado aun así a la pelirroja que por alguna extraña razón pensó era más vulnerable se lanzó cerrando sus pequeños ojos y adelantando sus cuchillas… joder, la había herido en su ataque. Las expectativas de la criatura subieron un poco más y pensó que la vida no podía darle mejor regalo que la sangre enemiga, entonces creyó que todo podía pasar y que al fin seria reconocido como una verdadera sombra de la muerte, incluso podría ser consorte de alguna Horror Token de la más pura sangre, huy esto se estaba poniendo bueno y se pondrá mejor, eso era casi seguro… la bestia estaba metida en sus pensamiento de lujuria insectoide, pensando cómo se entrelazaban doce patas en un coito tan repulsivo que haría vomitar a cualquiera. Tanto así que no escucho el rugido que vaticinaba su muerte… su cabeza miro a su propio cuerpo en el aire dando vueltas tan rápidamente que de estar conectada su boca con su estómago hubiera vomitado también.

Detalles del Combate:

por **Derek Stiles** Dom Abr 10, 2016 6:28 pm

Hoy era un día especial en Chaos, uno que comenzó ciertamente como uno cualquiera. Derek se había levantado a su hora de siempre, para revisar a todos los heridos que descansaban plácidamente. Toda la tranquilidad se desvaneció rápidamente cuando unas criaturas atacaron el castillo. Él se encargó de tranquilizar a los que "temían por su vida". Seguramente a todo el mundo le hubiera pillado desprevenido, pero la diferencia es que los guerreros sabían reaccionar ante estas situaciones. Parecían tenerlo todo controlado, eso fue lo que pensó él hasta que un soldado fue a buscarle, diciéndole que se necesitaba su ayuda para curar a algunos compañeros y civiles que también habían resultado dañados. Derek le dijo que los trajeran allí, tratando de contar con la ayuda de aquellos que simplemente huían de miedo, pero que no habían recibido daños.

Ya que la base se estaba llenando de gente, se las apañó para organizar todo el espacio. Se reportó rápidamente como el Caduceus de Chaos, pero igualmente era fácil de reconocer por el traje de médico. La mayoría tenían heridas muy leves, algunos cortes fáciles de tratar. Pequeños hematomas y quizá alguna torcedura, pero nada mortal o que requiriese una atención constante. Además, muchos eran razas poderosas que aguantaban más que los humanos. Le avisaron de que algunos militares estaban heridos por las calles de la ciudad, en un intento por distraer a los monstruos que atacaban a los habitantes. Aún a riesgo de sufrir algún daño, Derek decidió bajar al patio del castillo para encontrar a un guerrero que le acompañara. Se lo pidió a una joven a la que conocía más o menos. Esperaba que Wyrd deseara escoltarle.

Confiaba en sus capacidades para defenderle durante el trayecto. Un Custos Dei, una Capitan General y un Gladius, algo así creía, aunque él no conocía los nombres, ni los aspectos de quienes ocupaban estos puestos. Las calles estaban inundadas de miedo, habían murciélagos de esos extraños muertos por ahí, mucha sangre por el suelo. No sabía exactamente donde estaban, pero al menos podía guiarse por los sonidos y algunos de los efectos de los poderes que ellos usaban, como por ejemplo, el paso de una gran ola de agua. No estaban en su rango, por suerte. Derek mentiría si dijera que no estaba nervioso o que no tenía miedo, aunque se sentía protegido y en parte, le permitía pensar con claridad. Le señaló hacia la próxima esquina, girándola a la derecha, justo de donde había venido el agua.

-¡Creo que están por esta zona! Tengamos cuidado, por si acaso vienen más de esas cosas.

por **Wyrd** Dom Abr 10, 2016 7:39 pm

Se encontraba como de costumbre, entrenando y preparándose tanto física como mentalmente cuando el cielo adquirió tintes oscuros. Alzó la mirada hacia arriba a medida que iba dándose cuenta de que el viento arrastraba en su seno el distante sonido de alas batiendo que al parecer cada vez se acercaban más a la ciudad. Un grupo de aéreas figuras, que en un primer momento tomó por alguna clase de ave, recortaban el firmamento rumbo directo al castillo del Ministro. Sin embargo a medida que se encontraban más cerca tuvo claro que aquellas criaturas no eran pájaros, más bien se trataban de alguna clase de criatura de alas correosas que de alguna forma le recordaba a un murciélago, horrible y deformado. Se le erizó el bello de la nuca al pensar cual podría ser la razón que llevase a semejante monstruos a la ciudad, porque seguramente ninguna de las que pudiese pensar eran agradables. Entrecerró los ojos mientras a la vez cerraba con fuerza las manos alrededor de su arma, lo que le transmitió un poco de calma para organizar sus pensamientos a medida que el ataque se desataba. Casi antes de darse cuenta, aquellos bichos lo bastante osados como para acercarse al castillo habían sido barridos como0 hojas caídas en medio de una gran tormenta. Fue testigo de las asombrosas capacidades desplegadas no solo por alguien de la categoría de un Guerrero Gladius, si no la facilidad con la que el propio Ministro hizo frente a una de aquellas monstruosidades. Aquella actuación rápida por parte de sus superiores la hizo prometerse estar a la altura de las circunstancias.

La oportunidad para hacer valer sus palabras la alcanzó casi al instante, a medida que una voz conocida la devolvía a la realidad. Se trataba del joven caduceus, que parecía dispuesto a atravesar las puertas del castillo y adentrarse en las calles de la ciudad para encontrar a alguien. Aquello era peligroso, sin saber que más demonios podían estar acechando en la capital. Por eso aceptó acompañarlo y protegerlo en su travesía sin el mínimo atisbo de duda, después de todo comprendía que era importante mantenerlo a salvo a como diese lugar.- Está bien Doc, yo te cuidaré la espalda para que puedas hacer tu trabajo, así que no te preocupes.- Con un gesto de cabeza le señaló que ya estaba lista y dispuesta para avanzar.- Será mejor que nos pongamos en marcha cuanto antes.- Lo siguió a lo largo del entramado de calles que daban forma a Chaos Urbanis, ya que parecía saber a donde tenían que dirigirse, arma en mano y con todos los sentidos alerta por si percibía algún peligro durante la carrera. Por suerte lo único que encontraron en el camino fueron los restos de aquellos feos horrores esparcidos por el suelo. La sangre ardía en sus venas conforme corría a medida que se despertaba en ella el instinto de combate que la dividía internamente. Por una parte esperaba que todo aquel caos terminase pronto en vistas a evitar que más gente pudiese salir herida o algo incluso peor, pero por otra parte sentía que debía probarse como guerrera en aquel campo de batalla en el que se había convertido su hogar. Cualquiera que fuese el desenlace de toda aquella historia, no volverían a pillarla desprevenida o con la guardia baja. Era una promesa.

por **Gissel Gremory** Dom Abr 10, 2016 8:22 pm

No le había resultado problema alguno acabar con los principales oponentes que se presentaron y entonces observó con atención al ministro que se adelantaba, asintió en clara respuesta a su orden para así observar todo alrededor, asegurándose de que por ende no hubiese algún tipo de baja significativa…No, aparentemente todo estaba relativamente controlado y fue entonces el momento preciso en el que escuchó una voz que le era ciertamente familiar.

Eso no evitó que alzara ligeramente el mentón, observándole del mismo modo confiado como cuando fueron presentados gran tiempo atrás, claro está que una sonrisa repentina escapó, evidenciando el gusto que tenía por volver a ver a alguien que tenía poco más de un año sin ver o tener en frente. Seguramente en otro contexto se hubiera mostrando más “dócil” o menos impasible…pero no, estaban en medio de una “emergencia”, por lo que su instinto le prohibía realmente el simple hecho de tomarse todo tan a la ligera. —Jhonatan— Susurró de buenas a primeras, encogiéndose ligeramente de hombros en lo que se acomodaba algunas hebras de cabello detrás del oído derecho, para luego suspirar de modo entrecortado. —Te aseguro que sí, sigo teniendo tan buen derechazo como siempre, ¿quieres comprobarlo?— Cuestionó a modo de broma, procediendo a cruzar los brazos bajo el busto…otra vez en silencio casi absoluto, observándole detenidamente…como si se tratase de una imagen propiamente entrecortada en el tiempo, de un pasado en el que también los descubrió protegiendo el reino. —Se te ve bien, me alegra, Jhon. ¡No se diga más!, todavía tenemos trabajo para hacer y el Ministro nos espera—

Musitó de repente, girando el rostro ante la melodiosa pero entusiasta voz que resonó en sus oídos, descubriendo por ese entonces a la muchacha que respetaba y apreciaba, cuanto había crecido o así lo sentía…en todo aspecto habido y por haber. Extendió la diestra con cuidado para acariciarle la mejilla, aunque finalmente terminó despeinándola solo un poco a modo de juego que tomó por costumbre. —Alisa, Jhon, Jana, tenemos que irnos junto al ministro, pero allí es probable que debamos separarnos a nueva cuenta ya que un grupo ayudará a los civiles y los otros harán el trabajo sucio…Pero…aguarden unos momentos, falta alguien. Procuren localizar a los otros Gladius o soldados para partir juntos, ya regreso—

Y sin más fue alejándose en algún que otro paso apresurado, internándose a nueva cuenta en el imponente castillo de Chaos que tan bien conocía o al menos que su memoria había preservado…cierto era que adentro había algunos médicos considerados como comunes atendiendo a los heridos que no revestían gravedad…pero los ojos de la pelirroja estaban únicamente enfocados en hallar a cierta figura conocida. Una felina que presentaba heterocromia en sus ojos, tan única como especial que apenas encontró, no dudó en tomarla de la mano con delicadeza, como si llamara su atención de alguna forma. —Beatrice, debemos partir bajo las órdenes del ministro— Replicó con la misma seguridad pero dulzura, alejándose lentamente para mover la cabeza ligeramente e indicarle que la siguiera.

Volvió a bajar los escalones de manera presurosa, manteniendo la mirada en el frente hasta que, tras unos minutos prudenciales de recorrido en los que intentó no chocarse con nadie, regresando al punto de encuentro en donde estaban los demás en lo que observaba por encima del hombre por si la rubia venía detrás sin demorarse en ello. —Nos vamos, señoritas— Comentó mitad en serio, mitad en broma a sabiendas que estaba el rubio presente, pues en ese instante…no muy lejos…surgió un pegaso blanco rodeado de fuego, de crines rojas y llamas en sus patas, que siempre con ese tan mal carácter, observaba con desprecio al Gladius. Helheim, tal vez el compañero más fiel que la Gladius poseía…Terminó acercándose para dedicarle una caricia en el pecho, sutil, que indicaba el aprecio que esta sentía por su fiel compañero. —Creo que Jana no posee capacidad para volar, Alisa o Jhon deberían ayudarle con eso porque dudo que Helheim quiera llevar a tres…de hecho, ni a mi quiere llevarme— Chasqueó la lengua, procediendo a darle una ligera ayuda a la felina para que esta se montara sobre el pegaso, aunque sin demasiada pérdida de tiempo, Gissel subió detrás, “encerrando” a la jovencita con sus brazos al tomar firmemente las riendas.

Tal vez algo a lo lejos, divisó una silueta familiar, la de uno de sus compañeros…¿Era Marcus?, si, ese mismo y parecía estar acompañado por un par de personas que no lograba reconocer a simple vista. —¡Blacklock!, ya nos vamos a Chaos Urbanis, deja de admirar el paisaje y dile a tus amigos si quieren prestar una ayuda, que nunca viene mal— Desvió la mirada, observando a los demás presentes, para luego clavar ese profundo mirar sobre el rubio de ojos dorados, sonriéndole a nueva cuenta con notable orgullo pero propiamente calidez. —Partamos, ya dejamos solo al Ministro por mucho tiempo y aunque sepa cuidarse, podrían haber otros ojos siguiéndole los pasos, lo cual no es bueno…A ver con que nos entramos en la ciudad—

Dicho esto, el animal batió con fuerza sus alas, empezando a remontar el vuelo para ir ascendiendo de modo bastante rápido, dominante de los cielos o al menos eso se creía…Pero no importaba, todos estaban compartiendo el mismo sentimiento, proteger a Chaos, proteger a su regente por sobre todas las cosas.

Datos:

por **Cyan Al-Gram** Dom Abr 10, 2016 8:39 pm

La lanza de color rojo sangre había logrado llegar hasta su objetivo con éxito, aunque en el momento del impacto no fue más que un “rasguño” hacia la bestia, quien había quedado solo con cinco de las seis patas que tenía. La lanza empapada con la sangre de la criatura cayó a escasos metros de la zona, clavándose en el suelo junto con la pata restante que le faltaba a la criatura. —¡Já! ¿¡Qué te parece eso, monstruo!?— Exclamó eufórico, pues aquello ya era más de lo que en un principio esperaba conseguir. El demonio pareció haberse enfurecido bastante y los sonoros chirridos que escapaban de su boca lo delataban muy bien. Cyan se cubrió ambos oídos por el más que apreciable volumen de la voz, que resultó ser altamente molesto e irritante. Observó por igual como la joven de largos cabellos tomó distancia de la criatura, una acción prudente e inteligente sin lugar a dudas. Ella parecía realizarle una señal de agradecimiento con la cabeza, la cual el lancero correspondió con una sonrisa llena de orgullo sobre sí mismo.

Luego se arrepintió un poco de su acción al ver que únicamente había servido para que se centrara más en la joven, emprendiendo un peligroso vuelo circular que lo hacía impredecible al momento de atacar. En cuanto la bestia atacó, la joven con buenos reflejos pudo apartarse de su rango de acierto. La verdad es que aquella chica demostraba ser una persona muy ágil e intuitiva, eso en parte hacía que Cyan se quedara levemente admirando la batalla de velocidad entre ella y el monstruo. Su atención no tardó en ser de vuelta al campo de batalla en cuanto la voz de la muchacha se alzó. “—Voy a intentar distraerle. Aprovecha para atacarle cuando exponga su punto débil.—“ Ella había sido muy clara y directa con sus palabras. Personalmente a Cyan no le gustaba nada dejar a una joven sola ante el peligro, pero la situación lo requería en ese mismo momento e interponerse entre ellos solo desembocaría en estorbar a su aliada. —¡Dalo por hecho!—

El hombre de azulados cabellos corrió hacia su lanza, extrayéndola del suelo mientras hacía palanca con su pie para separar el filo del trozo de carne inanimado. Cuando la tuvo preparada la hizo girar sobre sus manos con gran destreza y apuntó tanto el arma como su mirada hacia la criatura. Ninguna de las dos personas que luchaban contra el demonio se imaginarían que acabaría llegando un tercer individuo desde los cielos, cayendo en la espalda de la bestia, acabando con ella en lo mismo que duraba un párpado. La acción había sido tan rápida que Cyan desde la distancia no logró distinguir el método que se había empleado para destruir a tal monstruo de una manera tan llamativa, impresionante y… Asquerosa. El demonio había estallado en pedazos, haciendo que tanto la chica de oscuros cabellos como el lancero disfrutaran de un singular baño de sangre y restos de carne chamuscada. —¡AARGHJ! … ¿¡QUÉ… DEMONIOS!?— Gritó, pillándole la situación totalmente por sorpresa.

Cyan se fue acercando paso a paso a las dos personas que se encontraban unos metros por delante de él, sacándose por el camino los restos de la bestia que más le repudiaban y asqueaban. “—…Gracias.—“ Centró su mirada en la joven. “—A los dos. Creo que me hubiese costado un poco vencerle si me hubiese enfrentado a él a solas.“ Cyan le dedicó una sonrisa orgullosa, al igual que antes, de esas que él solía hacer constantemente. —¡No hay de qué!— Tragó saliva y se permitió observarla de arriba hacia abajo. —¿No estás herida? Esa cosa parecía no andarse con contemplaciones.— Comentó como una pequeña observación hacia el posible estado de salud de la joven. —Ese monstruo no era el único de por aquí, deberíamos mantenernos agrupados en el caso de que aparezca otro.— Tras decir aquellas palabras, sus rojizos orbes se centraron en el hombre que destrozó por sí solo a la criatura, a sabiendas de que su fuerza era algo a tener en cuenta. ¿Quién era y de qué lado estaría en aquella lucha?

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por **Alisa Amiella** Dom Abr 10, 2016 9:33 pm

Sus ojos solo desprendían una cosa, ilusión. Brillaba con un tono especial, no como cuando veía a Ryusei pero eran pasiones distintas, diferentes, para alguien como Alisa, que había crecido en el ejército de Chaos tomado como modelo a seguir a la exuberante pelirroja digna de tener el puesto que tenía, volver a verla regresar a sus orígenes era una alegría que no podía ocultar. Cuando aquel roce e su mejilla se pronunció la su sonrisa se adornó con unas pequeñas lágrimas que solo vidriaron sus ojos con entusiasmo y felicidad.
-Me alegro enormemente de volver a verla Srta Gremory. –Dijo tras colocarse bien el cabello algo apurada, poniéndose la boina correctamente. Tomó aire y torno a su seriedad para ser digno de su mentora en el ejército, porque si, aunque ella no la viera como aprendiz o similar para Alisa Gissel Gremory era un mito hecho carne en este mundo.

Viró sonriendo hacia un lado saludando de forma cortés al señor Alexander, no menos imponente que la anterior y lo suficientemente guapo como para verlos la dragona a ambos como la pareja perfecta de esas que le leía la madre de Ryusei de pequeña antes de dormir. –También me alegro mucho de verlo a usted Sr. Alexander. ¡Jana! –Saludo con énfasis a su compañera que aunque de menor rango la sentía como de su familia. –Vienes conmigo Jana, no te preocupes pesas poco y yo soporto mucho jejeje. –Cargó la dragona a su amiga en brazos y sacó sus alas de dragón nuevamente moviéndolas de forma que desentumeciera el poco tiempo que estuvieron ocultas.

Cuando la pelirroja regreso con Beatrice, aquella mujer felina que aunque era una guardiana no era una cualquiera, ya que tenía ese cargo porque ella libremente eligió quedarse ahí, ya que era la asistenta personal del ministro y junto al paladín, se encargaba de llevar las órdenes del superior de Chaos. -“Otro hombre guapo, para que luego digan los de Tempus que los más guapos son ellos” – Pensó Alisa sacando la lengua e respuesta a su pensamiento. - ¡Listaa! –respondió efusiva agitando sus alas, subiendo poco a poco con Jana en brazos, esperando prudencialmente que sus superiores avanzaran para ella cubrirles las espaldas a ambos.

En ese momento en que sobrevolaba los cielos, como siempre pasaba con ella una canción paseaba por su mente haciendo que sin darse cuenta la tararearse mientras llegaban a su destino. Era Alisa despues de todo la musica siempre estaba presente en su vida fuera lo que fuese que aconteciera.

♪ Imagine there's no Heaven
It's easy if you try
And no Hell below us
Above us only sky

Imagine all the people
Living for today
Imagine there's no country
It isn't hard to do

Nothing to kill or die for
And no religion too
Imagine all the people
Living life in peace ♫

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por **Tracy Cooper** Dom Abr 10, 2016 10:16 pm

Tras muchos años al fin volvería a luchar, no pensaba que volvería a pelear otra vez, pero había decidido unirse al gobierno por el interés en seguir al Lord, es verdad, hay quienes cuestionaban los actos del Lord, pero Tracy pensaba que el mero hecho de que aquel gobernante hubiese unido a los tres reinos y mantenido la paz en ese planeta por un largo tiempo era algo admirable, además de que aquel lugar llamado Chaos se parecía tanto a su hogar, al inframundo... ¿Como no luchar por un lugar así? Pues bien, ahora se presentaba la oportunidad de defender a Chaos de aquellas criaturas voladoras, y aun que recién ingresaba al ejército daría su mejor esfuerzo.

Y pensar que durante la mañana pensaba que lo único que haría durante todo el día seria presentarse ante sus nuevos compañeros del ejercito, y después se relajaría un poco yendo tal vez a tomar un trago en algún bar o quizás iría a otro reino a comprar un nuevo instrumento musical que desde hacia días que le atraía la idea. Pero las cosas cambiaron de un momento a otro, y en cuanto llegó a ella la noticia de un ataque Horror Token hacia Chaos, fue cuando la demonio Tracy corrió a prepararse para el combate, y salió vestida como de costumbre y en el camino se trenzo el cabello para que este no le estorbase si es que tenia que luchar.

Por el momento ella rentaba un departamento en Chaos, y pensaba mudarse de nuevo a Tempus y vivir en la Academia de Tempus, pero tras ser notificada de que debía presentarse a servicio, fue hasta el castillo del ministro para reunirse con sus compañeros de ejercito, apenas y conocía a unos cuantos con los que había charlado alguna vez, pero a la mayoría no los conocía.

Mientras corría por las calles vio a varias personas un poco alteradas por el recién ataque de aquellas criaturas voladoras, pero al parecer no había tanto caos como se imagino que seria por que al parecer varios soldados ya les habían hecho frente, así que se detuvo en medio de una calle mientras recuperaba la respiración por la carrera emprendida-. ¡No puede ser, creo que he llegado tarde a la pelea! -dijo aun que posiblemente apareciesen mas criaturas como esa. Tracy busco con la mirada aquellas criaturas aladas pero no hallo ninguna, al parecer todas habían caído ya-. Esto no se ve bien –y siguió caminado en dirección hacia el Castillo del Ministro donde seguramente todos estarían reunidos mientras a su paso podía ver los estragos propinados por las criaturas. Pero mientras caminaba se cruzo con un grupo de compañeros, eran tres chicos y una chica que a juzgar por su aspecto se notaba que acaban de tener un enfrentamiento contra aquellas criaturas.

Troto un poco para acercarse a ese grupo de personas que yacían en las calles y saludo con una inclinación de cabeza a los presentes para luego detenerse un poco y hablar-: Hola. ¿Necesitan ayuda? –pero en cuanto terminó de decir observo a uno de sus superiores, e inmediatamente se acerco al Custos Fingon Sindar, pero aun que ya había tenido el placer de conocerle hace poco, debía mostrarle respeto, así que se acerco para presentarse formalmente-: ¡Quinto Custos! Cooper, la tercera Caballero de élite reportándose. ¿Cuáles son sus órdenes? -le dijo de pronto muy formal mientras permanecía de pie y frente a frente y con la mirada seria mientras esperaba indicaciones, y sobre todo esperando que no saliera a relucir su falta de impuntualidad por parte de Tracy.

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por **Jana Aigner** Dom Abr 10, 2016 10:28 pm

La peli verde miró a los seres caer de uno en uno, rápidamente. No habían hecho mucho daño, pues todos, sus colegas y superiores se encargaron de deshacerse de ellos. Los animales se veían horribles y peligrosos, pero algunas personas se deshicieron de ellos como si fueran solamente una plaga de mosquitos, casi batiendo las palmas tan solo, para hacerlos caer.
Miró a Gissel quien se había acercado, probablemente para juntar fuerzas en algún momento. Jana asintió ante la orden de la pelirroja y al ver uno de los bichos, cerca de ellas se puso en guardia. -Necesitas ayud...-Vio al Horror Token morir casi al instante y ella se quedó ahí, bastante sorprendida pues no había tenido oportunidad de hacer nada, solo observar. - Tomare eso como un "no".- Los demonios iban cayendo, uno por uno y una paz momentánea formó parte de aquella zona de lucha, donde se había hecho un gran desastre de desperdicios y suciedad por los restos de los cadáveres.

Casi al instante apareció el ministro. Jana no tuvo tiempo de decir nada, así que lo único que alcanzó a hacer fue arrodillarse con un puño sobre el pecho, agachando levemente la cabeza ante la presencia de tal persona. Permaneció en silencio, escuchando las órdenes del mayor y se levantó cuando terminó de hablar y se fue, quedándose con Gissel. La admiración de la chica crecía más y más por estas personas, pues tenían tanta experiencia, sabiduría y poder. Ella... ella se consideraba una simple humana, un rango bajo (del cual estaba orgullosa de formar parte) , pero ella quería más. Quería convertirse en alguien mucho más poderosa, pero todavía tenía un largo camino por recorrer.
Siguió a la pelirroja sin decir mucho, ambas se reunieron con otras dos personas, Alisa y Jhonatan y pensó que sería una gran oportunidad para ella. Podría lucirse, podría demostrar de que estaba hecha y dar a conocerse.
Estaba preparada para partir, pues se sentía llena de energía y emoción, sin tener ni una pizca de cansancio o miedo en su cuerpo. Los demonios apenas fueron un calentamiento y la pelea apenas comenzaba.- Esto se pondrá bueno...-Murmuro por lo bajo, más para ella misma que en voz alta, pero no pudo evitar decirlo. Sonrió apenas y pensó en marcharse, sin embargo estaba lejos y habría que pensar una manera de llegar rápidamente. Miro a Alissa a quien le habían dado la "misión" de llevarla, pero la tomó desprevenida y cuando menos lo pensó ya estaba en el aire. - ¡Oye! -Se quejó rápidamente y trato de evitarlo, pero ya era demasiado tarde, ya se encontraban de camino para con el ministro. -Esto no es para nada adulador, que te lleven en brazos...- Jana solo soltó un suspiro y se cruzó de brazos mientras era llevada por la dragona. -Tienes que avisarme a la próxima y preguntar si estoy o no estoy cómoda con esto. -Chasqueo la lengua un tanto malhumorada pero una vez en el aire se relajó. Miró hacia abajo e hizo una mueca. Gran parte de la ciudad estaba hecha pedazos, pues los demonios habían hecho un gran desastre.- Malditas bestias...- Miró a Alisa de reojo, quien había empezado a tararear, más no dijo nada, solo sonrió un poco, cerro sus ojos y disfruto del viento en su cara, esperando a llegar a su destino.

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Christa Hellemond AdministradoraMensaje privado	Astrid Dagmar AdministradoraMensaje privado
Adam Benjamin AdministradorMensaje privado	Kougyoku Ren AdministradorMensaje privado

Aldara Sashenka NarradoraMensaje privado	Katja Duhn NarradoraMensaje Privado
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No disponible NarradorMensaje Privado	Hikari Hiroshi NarradorMensaje Privado

Fingon Sindar
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Isela Adramelech	Baphomet (Libre)	Libre	Adam Benjamín

SISTEMA MUNDIAL DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Territorio	225	240	110	80
Infraestructura	170	320	330	60
Vehiculos	150	150	195	250
Armamento	90	21	21	45
Soldados	80	70	70	110
Prestigio	80	50	120	120
Total:	1435	3747	1531	2085

MEJORAS MUNDIALES DE SPIRIT SOUL
Categorías	Chaos	Spatium	Tempus	Revolucionarios & Anti gobierno
Vehiculos	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0	Lvl 0
Infraestructura	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Armamento	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1	Lvl 1
Links Necesarios:	Info del sistema	Ramas de mejoras	Tierras dominadas	Contador de puntos

MEJORAS DE CHAOS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armadura reforzada. Los soldados cubren su espalda, hombros, y brazos con armaduras mágicas. (+17 puntos al dado de defensa de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Geisers de lava.Tus murallas son cubiertas por geisers de magma que queman todo lo que se acerca. (+100 hp a cada muralla al defender de una invasión)	21/8/2016

MEJORAS DE SPATIUM
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Pólvora Delux. Las armas del reino sufren una mejora total. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Se refuerzan las murallas del reino en edificios gubernamentales. (+100hp a todas las murallas al defender de una invasión )	24/8/2016

MEJORAS DE TEMPUS
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Infraestructura	1	Campo tecnológicamente alterado. Un campo electro-magnético rodea tus murallas protegiéndolas del daño enemigo. (+150 hp a todas las murallas al defender una invasión)	26/5/2016
Mejora de Armamento	1	Cañón electromagnético. Los soldados son armados con tecnología de punta. (+15 al ataque de cada soldado)	21/8/2016

MEJORAS DE REVOS & ANTI-GOBIERNO
Tipo	Nivel	Mejora	Adquirida el día
Mejora de Armamento	1	Armas cortantes (Espadas): los forjadores y herreros abdicados a la revolución son considerados los mejores entre las regiones. (+20 al dado de ataque de cada soldado)	26/5/2016
Mejora de Infraestructura	1	Diavolik Force. La manipulación con éxito de materiales para crear tus murallas, hace que la protección que esta otorga aumente considerablemente. (+120 hp a todas las murallas al defender de una invasión)	21/8/2016


Disponible	Hikari Hiroshi	Jellal Slater